martes, 14 de febrero de 2023

MESÍAS

EL MESÍAS
El título que eligen o que dejan que otros se lo apliquen, los conecta con el mesianismo, una doctrina que combina la religión y la política con la promesa de salvación. Dado que la salvación para los Judíos nunca ha tenido lugar, los Mesías Judíos han continuado apareciendo en los momentos más oscuros, así como en los momentos en que la promesa brevemente destella. Cuando siente que es el momento, cuando un segmento de la sociedad Judía percibe el surgimiento de una amenaza existencial, los mesías emergen para liderar a aquellos que solo pueden ver un presente inaceptable y un futuro imposible. El Mesías no puede salvarse a sí mismo ni a sus seguidores ni a la sociedad entera de la que forman parte, y a medida que él y su movimiento se manifiestan, la luz de su muerte ilumina esta sociedad, estableciendo la desesperación y la esperanza de nuevo en la balanza y otorgando sentido a la vida diaria.
Los Romanos crucificaron a Jesús y asesinaron a Bar Kochba en una batalla. Al menos dos mesías Persas también murieron en batalla, y David Alroy fue quizá ejecutado por el gobierno Persa o decapitado por sus compañeros Judíos siguiendo órdenes del gobierno. El emperador del Sacro Imperio Romano envió a Sholomo Molkho a la muerte en la hoguera, y a David Reubeni a morir víctima de la Inquisición. Isaac Luria murió joven; Hayim Vital vivió largos años, pero ambos murieron desilusionados aunque de causas naturales. Shabtai Zevi murió después que haber sido enviado al Sultán Otomano y haber salvado su vida convirtiéndose al Islam exiliado en Montenegro. Yakob Frank en su noble corte en Offenbach después de convertirse al Cristianismo y recibir el título de Barón. Hasta aquí se podría decir que todos los mesías Judíos están muertos. El hecho de sus muertes es la prueba de su fracaso. Los mesías Judíos fracasaron a la hora de realizar la redención cósmica; fracasaron a la hora de guiar a sus seguidores a través del Apocalipsis hacia la juventud, riqueza y vida eterna. Sin embargo, el hecho de que continuaron surgiendo sugiere que el judío logra lo que quiere lograr; no jean de ser mesías. 
Aunque la meta última del mesianismo es inalcanzable, el Mesías y sus seguidores crean juntos una realidad alternativa; la relación carismática entre el Mesías y los seguidores es necesaria para ambos y le permite a cada uno definir su actividad como no psicótica, por muy poco correcta que la sociedad en la que viven les parezca. En orden a mantener su mutua relación la figura central ha de ser sensitiva a las necesidades de los seguidores, las cuales pueden alternar entre la permisividad y la autoridad absoluta.