lunes, 24 de febrero de 2020

JESÚS BESA A MARÍA MAGDALENA EN EL EVANGELIO DE FELIPE

Mucha gente se pregunta si Jesús y María Magdalena eran tan íntimos como los define el evangelio no canónico de Felipe. Mucha gente, siguiendo a Dan Brown en el Código da Vinci, la fuente que mucha acepta en lo que al Evangelio de Felipe se refiere. Mucha de la gente que habla del relevante pasaje no han leído el libro. 

Algunas de la históricas afirmaciones acerca de los Evangelios no-canónicos en el Código da Vinci han sido consideradas por los estudiosos como indignantes, o al menos sorprendentemente graciosas. El libro afirma, por ejemplo, que algunos de esos Evangelios fueron descubiertos entre los Rollos del Mar Muerto. Lo que es totalmente falso: los Rollos del Mar Muerto no contenían ninguno Evangelio, ni ningún tipo de textos Cristianos. Son textos Judíos que nunca mencionan a Jesús ni a ninguno de sus seguidores. Y las novedosas afirmaciones de que el matrimonio de Jesús con María Magdalena es frecuentemente mencionado en los Evangelios que no entraron en el canon del Nuevo Testamento. Al contrario, no sólo nunca se menciona este matrimonio, sino que no aparece citado en ninguno de los Evangelios canónicos o no-canónicos. Consideremos el Evangelio de Felipe que es el testimonio estrella en el Código da Vinci para el tema de que Jesús y María Magdalena eran marido y esposa. 

El Evangelio de Felipe es uno de los escritos Gnósticos más intrigante y complejo descubierto en Nag Hammadi, Egipto, en 1945. Considera un número de dichos y reflexiones acerca de la naturaleza de la realidad y de las humanas relaciones con ella, todo dentro de un contexto de comprensión del mundo gnóstico. El libro está lleno de con parábolas difíciles de interpretar, dichos metafóricos, afirmaciones teológicas, analogías, exhortaciones etc., en lo que parece ser una secuencia aleatoria. No es un texto fácil de interpretar. Por poner un ejemplo:

“Un gentil no muere, pues nunca ha vivido en orden a que pueda morir. El que ha creído en la verdad ha encontrado la vida, este si que está en peligro de muerte, pues está vivo. Cuando éramos Hebreos éramos huérfanos y sólo teníamos a nuestra madre, pero cuando nos hicimos Cristianos teníamos padre y madre. Los que siembran en invierno cosechan en verano. El invierno es el mundo, el verano es el ámbito eterno”.

A pesar de su opaca calidad hay algunas fascinantes afirmaciones en el Evangelio de Felipe, y do de ellas involucran a María Magdalena. Estas dos son las que están citadas en El Código da Vinci. Desafortunadamente, ambas son problemáticas de maneras que Brown, o al menos sus carácteres ficticios, no se dan cuenta. La primera involucra una de las meteduras de pata históricas de la novela. Se nos dice en el Evangelio de Felipe:

Había tres que siempre caminaban con el señor: María, su madre y su hermana y Magdalena, la que era llamada su compañera. Su hermana, su madre y su compañera era cada una un María.

Uno de los principales carácteres en el Código da Vinci el investigador histórico y experto en el Santo Grial Leigh Teabing, cita este dicho y señala que esto muestra que Jesús y María Magdalena estaban casados, porque, dice, “Como cualquier estudioso Arameo deduciría, la palabra compañero/a en aquellos días, significaba literalmente esposo/a” (El Código da Vinci, p. 246).

El problema (desconocido por Brown?) es que el Evangelio de Felipe no estaba escrito en Arameo. Estaba escrito en Copto, el antiguo idioma Egipcio. Además, cuando se lee el pasaje en Copto, la palabra usada es un término tomado prestado del Griego, la palabra “koinonos”, que no es la palabra Griega para esposo/a. Normalmente significa “asociado/a” o “compañero”. Así, este pasaje del Evangelio de Felipe nos dice solamente que María estaba asociada a Jesús -la misma información que podemos deducir de los Evangelios canónicos. 

Otros relevante pasaje en el Evangelio de Felipe que parece ofrecer una intima relación entre Jesús y María. Según el Código da Vinci (y punto de vista de muchos intérpretes), el pasaje indica que Jesús y María se besaban frecuentemente en la boca. El problema con este pasaje particular es que el manuscrito está desgastado en muchos sitios y tiene agujeros donde estaban estas palabras, lo que hace muy difícil conocer exactamente lo que escribió el autor. El texto dice:

Y el compañero de {lapsus en el manuscrito} María Magdalena {lapsus en el manuscrito} ella más que {lapsus} los discípulos {lapsus} la besó {lapsus} en sus {lapsus en el manuscrito}.

Parece que el pasaje debe haber indicado que Jesús amaba más a María que a los/las otros/as y solía besarla en su —boca? En alguna otra parte de su cuerpo? Probablemente nunca lo sabremos.

De todos modos, este pasaje parece mostrar que este autor recordaba a María como alguien muy cercano e intimo con Jesús. Sería ir demasiado lejos pensar que se los está representando como unidos sexualmente. Sería nuestra respuesta natural, pues, después de todo se están besando. Pero de nuevo es importante situar al texto en su propio contexto. El Evangelio de Felipe y otros textos Gnósticos Cristianos, mencionan la acción de besarse en otras ocasiones. Y está claro según estos otros pasajes que sea lo que sea lo que pasó, no se trata de cierto tipo de preámbulo sexual. Con anterioridad, por ejemplo, el Evangelio de Felipe dice lo siguiente: 

Es cuando el hombre es prometido al lugar celestial que recibe alimento. [Lapsus en el manuscrito] a él desde la boca. Y cuando salga la palabra desde este lugar será alimentado desde la boca y será perfecto. Pues es mediante un beso que el perfecto concibe y da a luz. Por esta razón nos besamos mutuamente. Recibimos la concepción de la gracia que esta cada uno.

Como con otros pasajes en el Evangelio de Felipe, es difícil comprender qué quiere decir todo esto. Lo que sí está razonablemente claro es que una persona alcanza alcanza la perfección mediante lo que sale de la boca -o sea, las palabras de conocimiento pronunciadas por un maestro inspirado. Es esta “perfecta” emisión la que lleva a la gente a experimentar el nuevo nacimiento, en el sentido que llegan a conocer la verdad que otorga la liberación de la prisión aquí como seres materiales. Esta noción fue simbólicamente descrita en el ritual Cristiano del “beso de paz”, practicado en la iglesia temprana, igual que en muchas iglesias hoy día tienen un momento durante el servicio cultual cuando la gente se saluda con un beso o con un apretón de manos. Besarse mutuamente se muestra que es mediante la boca, y las verdades que de ella salen, que uno puede encontrar la vida. Por lo tanto uno “concibe” y “da a luz”.


Cuando Jesús besa a María, no se trata de un preludio a una relación sexual. Es una afirmación simbólica de que ella recibió la revelación de la verdad que él transmitió a sus discípulos. Según el Evangelio de Felipe, ella comprendió esta verdad mucho mejor que los otros. Si esta noción estaba vigente en los círculos gnósticos, no es de extrañar que Pedro y los demás se sintiesen celosos de María. Ella habría usurpado su lugar como los más íntimos de Jesús, no sexualmente sino espiritualmente. 

martes, 18 de febrero de 2020

ERA JESÚS SOLTERO?

Es totalmente erróneo afirmar que todo Judío durante el siglo I estaba casado o se esperaba de él que había de casarse. No sólo es esto demográficamente imposible (no había suficientes mujeres) sino que sabemos de Judíos de esa época que no estaban casados y se sentían orgullosos de ello. Sorprendentemente, ellos, como Jesús, eran Judíos con mentalidad apocalíptica -Esenios y el apóstol Pablo. 

Pero, a parte del argumento de silencio de que Jesús no estaba casado, hay otros argumentos?

Gran parte de las enseñanzas de Jesús eran de naturaleza ética, trataban de cómo la gente había de vivir y comportarse. Mucha gente piensa que Jesús era un gran maestro moral, algo en lo que casi todos estamos de acuerdo. Pero es importante (muy importante) situar las enseñanzas éticas de Jesús en el contexto global de su proclamación, de su mensaje apocalíptico de que Dios iba a intervenir pronto en el curso de este mundo malo para destruir a todos esos poderes que se oponían a él -junto con la gente que con él estaba- dando lugar a un reino de bondad en la tierra. La ética de Jesús estaba directamente relacionada con esta visión del Reino venidero. Era, de hecho, una ética del Reino. Muchos eticistas actuales están interesados en enseñar a la gente como comportarse de manera que podamos mejorar la sociedad, un lugar más benéfico para todos a largo plazo. Jesús, por otro lado, no estaba enseñando a la gente cómo comportarse a largo plazo. Para Jesús no había largo plazo. El fin estaba cerca………  y la gente necesitaba prepararse para este fin venidero comportándose de la manera que Dios quería que se comportaran (como está escrito en la Torah), reflejando los ideales del reino venidero. 

En otras palabras, Jesús enseñó una ética apocalíptica. La gente había de comportarse de manera que revelara lo que la vida iba a ser en el reino venidero.

En el Reino no habría guerra, por lo que los seguidores de Jesús debían ser pacificadores ahora. En el Reino ho habría opresión, por lo tanto los seguidores de Jesús debían luchar contra la injusticia ahora. En el Reino no habría odio, por lo que los seguidores de Jesús debían amar a todo el mundo -incluidos sus enemigos- ahora. En el Reino no habría enfermedad, por lo que los seguidores de Jesús debían curar a los enfermos. En el Reino no habría demonios, por lo que los seguidores de Jesús debían expulsar los demonios ahora, etc. etc….

Pero que tenía esto que ver con el punto de vista de Jesús acerca del matrimonio?

Hay un relato muy interesante en los Evangelios acerca de un grupo de Judíos -los Saduceso- quienes se oponían a Jesús debido al punto de vista de Jesús de que en el fin de los tiempos habría una resurrección de los muertos (punto de vista mantenido, en general, por los apocalípticos -Fariseos, Esenios, etc.). En orden a hacerle tropezar y mostrarle lo ridículo de la idea de una futura resurrección. Le propusieron una situación hipotética (Marcos 12:18-27): Un hombre estaba casado pero muere antes de tener hijos con su esposa. Según la ley de Moisés, el hermano soltero de este hombre se supone ha de casarse con la viuda, de manera que si esta queda embarazado, el hijo que nazca contará como hijo el hermano fallecido, para que este pueda vivir a través del niño (ver Deut. 25:5). Pero entonces este segundo hombre muere sin tener hijos con la mujer, por lo que ella tomará al siguiente hermano, y así sucesivamente. Fuero en total siete hermanos, y cada uno se casó con la mujer en cuestión, sin que ninguno de ellos tuviera hijos con ella. Finalmente ella muere. Por lo tanto, los Saduceos preguntan: cuando tenga lugar la “Resurrección de los Muertos” de cuál de ellos será ella esposa? Pues estuvo casada con todos ellos!

Es una trampa, pero como siempre, Jesús se las arregla para salir de esta. En este caso, lo hace explicando como será la vida en el Reino de Dios una vez que tenga lugar la resurrección de los muertos. En este tiempo, la gente “ni se casará ni se dará en casamiento, sino que serán como los ángeles del cielo”. Loa ángeles ni se casan ni tienen sexo. Lo mismo será con la gente en este estado de resurrección cuando llegue el reino. 

Qué tiene esto que ver con si Jesús estaba casado? En resumen. Jesús enseñó a sus seguidores que debían implementar los ideales del reino en el presente -o sea, vivir sus vidas como si ya estuvieran en el reino, aún cuando el reino no había aún llegado. Y en el reino no habría sexo ni matrimonio. Si uno ha de implementar los ideales del reino aquí y ahora, entonces esto parece dar a entender que hay que abstenerse del sexo y del matrimonio. Es inconcebible que Jesús hubiese estado casado si esta es la enseñanza que dio a sus discípulos. En definitiva, Jesús no contrajo matrimonio. 

Lo había estado con anterioridad? Alguna gente ha sugerido que sí, pero uno se pregunta dónde está la evidencia. No la hay. Así que si alguien quiere pensar que Jesús estaba o estuvo casado, es simplemente porque quiere pensarlo. Hay razones para pensar que no estuvo casado (como los otros Judíos apocalípticos de su tiempo), en particular su enseñanza de que sus seguidores había de vivir la clase de vida que vivirían cuando llegara el reino. 

jueves, 13 de febrero de 2020

JESÚS Y MARÍA MAGDALENA

La mayoría de la gente asume que Jesús nuca estuvo casado dado que no hay mención alguna de su esposa en las fuentes, o cualquier otra mención de que tuvo una esposa. Como los estudiosos han argumentado correctamente, este es un argumento desde el silencio, y en sí mismo no es un argumento fuerte -dado que, entre otras cosas, ninguna de las fuentes indica que “no” estuviese casado. Por lo tanto no es evidencia ni en una dirección ni en la otra. 

Es un buen punto, pero hay que decir que este silencio es elocuente -aunque no por las razones que la gente dice algunas veces. Se ha afirmado de manera errónea -nada menos que por Dan Brown, en el Código Da Vinci- que si no hay afirmación alguna de que Jesús no estaba casado esto significa que estaba casado, dado que los varones Judíos siempre se casaban. El caso es que el hecho que nunca se haya afirmado que Jesús estaba casado es evidencia probable de que no estaba casado.

La “no mención” de la esposa de Jesús ha de ser puesta en el contexto más amplio de la “mención” de aquellos que eran los miembros de su familia y sus asociados. O sea, la madre de Jesús es mencionada en las fuentes repetidas veces. Lo mismo con su padre. Lo mismo con sus hermanos. Igual con sus hermanas. Igual con sus discípulos y otros que estuvieron en contacto con él. 

Las tradiciones Cristianas tempranas para nada eran contrarias a mencionar las relaciones de Jesús y sus compañeros. Dada esta circunstancia, por qué no sería mencionada su esposa si hubiera tenido una? Este es un silencio mucho más alto de lo normal.

Esta manera de ver las cosas se aplica en particular a María Magdalena, la mujer que ha sido más asociada con Jesús como posible esposa y/o amante en las mentes de los modernos novelistas, realizadores de cine, y otros hacedores de ficción. 

Acerca de María Magdalena habría que decir que no aparece a penas en los Evangelios durante el ministerio público de Jesús. Se ha asumido ampliamente que era la seguidora más cercana a Jesús. Pero si esto es verdad, no evidencia alguna de esto, al menos en los Evangelios tempranos.

Resulta que María Magdalena es mencionada solamente una vez durante todo el ministerio público de Jesús, y esto sólo en uno de los Evangelios, y solamente en asociación con otras mujeres. Los pasajes en Lucas 8:1-3, donde se nos dice que María Magdalena (de la que habían salido siete demonios), Joanna y Susana, junto con un grupo más grande de otras mujeres, ayudaban financieramente a Jesús y a sus discípulos durante su itinerante ministerio. No es singularizada como especial en ninguna manera para Jesús. Es simplemente una de las mujeres que le daba fondos, junto con otras. 

Es verdad que María vino a ser muy importante posteriormente. Según los relatos más tempranos, ella y otras mujeres acompañaron a Jesús y a sus seguidores a Jerusalem la última semana de su vida, junto con los otros discípulos masculinos. Cuando Jesús fue arrestado, los hombres huyeron todos. Pero las mujeres permanecieron, viendo como le crucificaban (los hombres no presenciaron esto), y asistiendo a su entierro. Y al tercer día, María Magdalena, sea ella sola (según el relato de Juan) o con otras mujeres (en los más tempranos relatos de los Sinópticos) fueron a la tumba el tercer día y la encontraron vacía. En tres de los Evangelios (todos menos Marcos) ella y otros fueron los primeros en declarar que Jesús había resucitado. 

Si esto es históricamente correcto -que María Magdalena fue la primera en afirmar que Jesús había resucitado- entonces se podría afirmar que ella, de hecho, fue la persona que dio comienzo al Cristianismo. Esto es importante! Aunque no hace de ella la amante de Jesús. 

Aparte del hecho que no hay referencia de que María estuviese casada con Jesús y ninguna mención de que ella fuese su discípulo más cercano, la discípula femenina más cercana, hay dos razones muy relacionadas entre ellas para pensar que de hecho no estaba con él casada. La primera es que en este caso la cuestión del silencio es simplemente abrumadora. Por qué habría de ser mencionada varias veces María Magdalena sin que el autor señalara -ah, era la esposa de Jesús?

Más sorprendente aún, ella es llamada “Magdalena” en orden a identificar qué María es. No se trata de María la madre de Jesús, o María de Betania, o María la madre de José. Es María la mujer que vino del pueblo de Magdala (de ahí Magdalena). Cada una de estas Marías es identificada por el rasgo que la diferencia de las otras como marca distintiva. Si lo importante de esta María era que era la esposa de Jesús, no habría sido esto más claro como punto de identificación que señalar que venía de un pueblo particular cerca del Mar de Galilea?


El hecho que no sea mencionada de esta manera es certera evidencia de que no estaba casada con Jesús. La gente podrá continuar creyendo que sí que estaba casada con Jesús. Pero esto es así porque la mayoría de la gente piensa lo que quiere pensar acerca del pasado y no están de ninguna manera interesados en cosas pequeñas menores como la “evidencia”. 

martes, 11 de febrero de 2020

HENOTEÍSMO O MONOTEÍSMO?

Son el Judaísmo y el Cristianismo en realidad henoteístas en lugar de monoteístas? Por ejemplo, en los Diez Mandamientos se dice solamente que YHWH es el único dios a ser adorado, no que sea el único dios. En el Cristianismo están el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, Satán, los ángeles y los demonios, y en algunas sectas, María la reina del cielo. Posiblemente todos los paganos que entraron en la iglesia trajeron consigo su pensamiento politeísta -posiblemente esta sea la principal razón por la que Jesús fue levado al estatus de Dios.

Normalmente el “Monoteísmo” es entendido como la creencia que afirma que sólo hay un único Dios, ningún otro; el “Henoteísmo” es la creencia de que hay otros dioses, aunque uno sólo ha de ser adorado. Otro conjunto de definiciones tiene que ver más o menos con las categorías: qué constituye un “dios”? Por ejemplo, son los arcángeles una especie de dios? Unos (antiguos y modernos) dirán sí, otros dirán no.

Entonces qué, consideramos el Judaísmo y el Cristianismo como monoteístas o como henoteístas? Depende de los Cristianos a los que nos referimos. Cuando los Diez Mandamientos dicen que los Israelitas “no tendrás dioses ajenos delante de mí” presupone que hay otros dioses, que son en realidad dioses. Pero que no han de ser adorados por encima (o junto) a Yahvé. 

Posteriormente en la tradición Israelita este henoteísmo se desarrolló (en algunos tiempos y lugares) en lo que podríamos llamar monoteísmo. Esto se da en su mayor parte y de manera más intensa en los escritos del siglo VI de “2 Isaías” (autor anónimo escribió lo que es ahora Isaías 40-55, escrito que fue posteriormente añadido a los escritos de “1 Isaías”, un autor de 150 años antes), quien enfatizó la pretensión de Dios de que “No hay otro dios fuera de mi….. yo soy Dios, no hay otro” (Isa. 45:21-23).

El error que tanto lectores como historiadores comenten es pensar que una vez que este desarrollo tuvo lugar todo Judío en todos los lugares y tiempo vino a mantener esta idea de que Dios sólo era Dios. Lo no es cierto. Muchos Israelitas adoraban a otros dioses y por ello es que los profetas siempre les a recriminaban para que dejaran de hacer esto. Los profetas lo conseguían (si es que alguna vez lo consiguieron).

Es más, incluso dentro del Judaísmo estricto y después el Cristianismo había otros seres “divinos”. Incluso el apóstol Pablo admite que “de forma que hay multitud de dioses y de señores” (1 Cor. 8:5), aunque no se les ha de rendir culto. 

Pero algunos de ellos eran a menudo adorados. No se trata de simplemente de Judíos y Cristianos que reverenciaban a muchos dioses -los Gnósticos, por ejemplo- sino de Judíos y Cristianos “ortodoxos” que mantenían que había dioses inferiores respecto al Dios uno, seres divinos que eran super-humanos, super-poderosos. Esto, da a entender, que eran en “cierto sentido” considerados dioses, esto incluía no sólo a los ángeles sino a algunos humanos. 

El autor Judío, Filón, por ejemplo, pensaba que la “Palabra” (LOGOS) de Dios era un ser distinto de Dios el Padre, pero que también era Dios, y de hecho la llama “el segundo Dios”. Entonces, si hay un segundo Dios, entonces hay solamente un Dios?

Además, al igual que otros autores antiguos Judíos, Filón pensaba que era posible (y que ocurría a veces) que un ser humano se convirtiera en un dios. Dice explícitamente que Dios hizo del legislador Moisés un ser divino, e indica que Moisés no era el único a quien le ocurrió esto. Respecto a Moisés después de su muerte, dice que “se transformó en divino, de manera que estos hombres se convierten en parientes de Dios viniendo a ser verdaderamente divinos” (Cuestiones acerca de Ëxodo 3:29). 

Esta es una muy cercana analogía Judía respecto a lo que encontramos en las fuentes paganas (Romulo, el fundador de Roma, y Apolonio de Tiana, un filósofo hacedor de milagros Pitagórico): un hombre poderoso, sabio, o grande podía ser premiado después de su vida con ser hecho divino.

A veces Filón va incluso más allá, e imagina a Moisés como una clase de ser divino per-existente enviado a la tierra durante un tiempo (Sacrificios 8-10).

Así, uno puede preguntar si Filón era monoteísta o henoteísta? Se puede ver que las líneas están borrosas, no son claras y distintas. 

Qué ocurre, pues, con el Cristianismo? Por supuesto que el Cristianismo tradicional es considerado monoteísta. Pero aún así hay líneas borrosas. Incluso en el Nuevo Testamento tenemos autores que advierten a sus lectores de no seguir a los falsos maestros que les aconsejan rendir culto a los ángeles (ej., Colosenses 2:18). Lo que sugiere que algunos Cristianos estaban a dorando a los ángeles. 

E incluso respecto a aquellos que insisten en estar adorando al único Dios, que hacemos con la Trinidad? Los Cristianos adoran no sólo a Dios Padre sino también a Cristo, y al Espíritu. Algunos de estos Cristianos (los que determinaron la futura teología Cristiana) afirman que estos tres seres son distintos el uno del otro. Pero, al mismo tiempo, insisten en que “los tres son uno”.  Están, pues, adorando a un Dios o a tres Dioses?

Esto acabó siendo uno de las disputas teológicas a lo largo de la historia de la Cristiandad. Eran los Cristianos estrictos monoteístas o no?


sábado, 1 de febrero de 2020

LOS HIJOS DE DIOS Y LAS HIJAS DE LOS HOMBRES (PARTE II).

Génesis 6:1-4 y la Tradición de los Vigilantes en 1 Enoch

La visión estándar ha sido que el relato de los Vigilantes en 1 Enoch es una posterior elaboración midrashica del relato en Génesis 6:1-4(M. Delcor, G.W.E. Nickelsburg, D. Dimant, y J.J. Collins. Sin embargo, en los últimos años un cierto número de estudiosos, incluyendo a J.T. Milik, M. Black (en parte), P.R. Davies y M. Barker, han argumentado que Gén. 6:1-4 ya presupone algo parecido a lo que encontramos en el relato más elaborado en 1 Enoch(1). Sin duda esto ha sido aún más resaltado por un lado debido al descubrimiento del texto Arameo de gran parte de 1 Enoch en los Rollos del Mar Muerto, que muestran que las tradiciones de Enoch sobre los Vigilantes son más antiguas de lo que previamente se pensaba (si vamos hacia atrás hasta el siglo tercero A.C.), y por otro lado por la tendencia en datar J más tarde de lo que se supuso previamente. 

Qué se puede hacer con todo esto? Es cierto que el relato en Gén. 6:1-4 es remarcablemente breve, y sin duda presupone una historia bastante más completa de la aquí relatada. Y dado que los Nephilim no son los descendientes de los hijos de Dios y de las hijas de los hombres en la narrativa de Gén. 6, estaban ciertamente en el mito que es subyacente a esto, al igual que lo están en 1 Enoch. Parece ser, por lo tanto, que 1 Enoch preserva la comprensión mítica original, aunque si esto se debe a una dependencia directa del mito pre-bíblico o es simplemente una deducción accidental del texto bíblico, es algo incierto. Sin embargo, hay tantos aspectos en los que el relato en 1 Enoch 6-11 es manifiestamente posterior a Gén. 6:1-4 que hay que concluir que, cualquiera sea la fuente precisa que subyace a Génesis, esta no puede ser simplemente la versión que ahora tenemos en 1 Enoch. Tomemos, por ejemplo, estos dos pasajes paralelos en Génesis y en 1 Enoch:

Cuando la humanidad comenzó a multiplicarse sobre la faz de la tierra y les nacieron hijas, vieron los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran atractivas, y tomaron por mujeres a las que prefirieron de entre todas ellas (Gén 6:1-2).

Así sucedió, que cuando en aquellos días se multiplicaron los hijos de los hombres, les nacieron hijas hermosas y bonitas. Y los ángeles (Vigilantes), hijos del cielo las vieron y las desearon, y se dijeron : “Vayamos y escojamos mujer de entre las hijas de los hombres y engendremos hijos” (1 Enoch 6:1-2).

Dos puntos atraen la atención en tanto que evidencia de la anterioridad de Génesis sobre el relato de 1 Enoch. Primero, 1 Enoch habla de los “ángeles” y “los hijos del cielo”, en contraste con “los hijos de Dios” en Génesis. Estos últimos se refieren a los dioses, en 1 Enoch son mencionados como “ángeles”, lo que indica claramente que se trata de una interpretación posterior. Segundo, 1 Enoch menciona a los “hijos del cielo” en lugar de “los hijos de Dios”, lo que se puede comprender a la luz del hábito eufemístico tardío de referirse al “cielo” en lugar de a “Dios”. 

Entre otros puntos habría que señalar la multitud de nombres de los ángeles (los vigilantes) que encontramos en 1 Enoch, en contraste con la masa anónima los hijos de Dios mencionados en Génesis, la primera es una característica bien conocida de las obras apocalípticas tardías. Y por supuesto, el mismo término “vigilante” (`ir) está atestiguado para con los ángeles en la Biblia sólo en el posterior libro de Daniel (Dan. 4:10, 14, 20). Además, la presuposición en 1 Enoch 1-36 en la que tenemos una visión de Enoch de los Vigilantes (y otros misterios) se explica mejor obviamente como resultado de una reflexión sobre el hecho que la alusión original a Enoch en Génesis 5:22-24 (P) y el incidente de los hijos de Dios en Gén. 6:1-4 (J) están unidos muy de cerca en el texto bíblico.

Génesis 6:1-4 y el Diluvio
Cuál es la relación entre el incidente en Gén. 6:1-4 y el relato del diluvio que le sigue? Se puede afirmar que eran originalmente independientes. Hay que señalar que nada comparable al incidente de los hijos de Dios está atestiguado en la tradición del diluvio Mesopotamio que está detrás del relato del diluvio bíblico, seguido muy de cerca en muchos aspectos en Génesis. Segundo, se está generalmente de acuerdo en que las palabras “y también después”, usadas para con los Nephilim en el v.4, fueron añadidas por un redactor posterior, consciente del hecho que los Nephilim aún estaban en la tierra posteriormente (Núm. 13:33, durante el establecimiento de los Israelitas). Sin embargo, el relato del diluvio afirma que los únicos sobrevivientes humanos al diluvio fuero Noé y su familia, lo que hace problemática la supervivencia de los Nephilim, “hombres de renombre”. Por lo tanto, habrá que asumir que el incidente de los hijos de Dios fue originalmente independiente del relato del diluvio, sin duda establecido en un tiempo posterior; se puede comparar con la historia de Caín y Abel, la cual también contiene indicios de que fue originalmente establecida posteriormente(2). Sin embargo, la posición de la historia de los hijos de Dios y las hijas de los hombres inmediatamente antes del relato del diluvio no se debe presumiblemente a la casualidad. Resalta la manera de cómo iban las cosas antes del diluvio. No obstante, la manera cómo Gén. 6:1-4 está relacionado con el siguiente relato del diluvio explica probablemente por qué 1 Enoch sintió la necesidad de elaborar más la historia de los hijos de Dios y las hijas de los hombres, magnificando grandemente el mal que resultó en la tierra a consecuencia de esta, haciendo más comprensible que Dios enviara el diluvio. (Comparar, Jub. 5:1-5; 7:21; Josefo, Ant. 1.3.1-2, los cuales conectan similarmente Gén. 6:1-4 con el diluvio).  

Génesis 6:3: Problemas de traducción, Autenticidad y la Cuestión de los 120 Años

  1. yadôn
Al comienzo de Gén. 6:3 leemos, “Entonces dijo Yahvé: No Yadôn para siempre mi espíritu en los humanos…” El significado de Yadôn es disputado. Los puntos de vista más antiguos mantienen que yadôn significa “luchar con”, “gobernar”(Hans Bauer y Pontus Leander; cf. Simmaco, “juzgar”)(3) o “contender con”, tiene apoyo limitado hoy día; estos están basados en la asunciones que el verbo es dûn, es cual es una forma derivada de dîn, literalmente “juez”. No obstante, esta forma no está atestiguada en ningún otro lugar, in en cualquier caso el verbo dûn tendría como forma imperfecta yadûn, no yadôn. Otros dos puntos de vista minoritarios hay que señalar. El primero es el de JB, (ser desgraciado), si se sigue a estudiosos como A. Dillmann y J. Scharberte, quienes se basan en en la raíz Árabe dûn, “ser humillado”(4). Sin embargo, aunque se puede entender que Dios esté enojado por lo que está ocurriendo, es bastante difícil pensar que se esté expresando como si estuviera humillado(5). El segundo es el de E.A. Speiser, quien lo relaciona con la base verba Acadia dnn, atestiguada en los nombres dinanu, anduranu, “sustituto personal, chivo expiatorio”, de los que deriva el sentido verbal, “expiar, reparar por” y “proteger” para con el Hebreo yadôn(6). Esto fue seguido en la Nueva Biblia de Jerusalem por, “ser responsable de”. Sin embargo, esto no tiene sentido en realidad visto en el contexto de los primeros capítulos del Génesis, donde Dios no ha protegido a los culpables, y los seres humanos toman responsabilidad de sus propias acciones desde Génesis 3. El Targum Onqelos de los LXX, la Vulgata y la Peshitta traducen “morar/habitar” (cf. Jub. 5:8) ampliamente seguido en las traducciones modernas (cf. Las Revised Standard Version, New Revised Standard Version y New Jewish Publication Society Version traducen “habitar/residir”; La New American Bible, New English Bible y la Revised English Bible leen “permanecer”). El contexto sugiere que este significado general no está muy lejos del original significado, aunque es difícil encontrar apoyo filológico convincente para este significado preciso en otros idiomas Semíticos(7). Esta traducción puede presuponer la lectura de yadûr, atestiguada en 4Q252 1.2.(8). Sin embargo dado que yadôn es la lectura más frecuente, debería probablemente ser preferido como el más original. Está apoyado por el Pentateuco Samaritano, el Targums Neofiti y el Pseudo-Jonatán, y el Pseudo Filón. Presumiblemente la lectura yadûr surgió debido a una corrupción escribal o como conjeturas respecto al significado de yadôn

Karl Vollers señaló que yadôn presupone el verbo danan, y que este podía estar relacionado con el Acadio dananu, un verbo común que significa “ser/devenir fuerte, poderoso”, un punto de vista que ha obtenido bastante apoyo de los estudiosos en los últimos años, aunque aún tiene que abrirse camino en las traducciones modernas de la Biblia(9). Esto tiene mucho sentido, dado que es comprensible que Dios podría haber considerado la infusión del espíritu divino en la humanidad como resultado de los casamientos de los hijos de Dios con las hijas de los hombres, lo que llevaría a la inmortalidad potencial, como algo demasiado fuerte. Así se podría traducir, “Mi espíritu no será fuerte en el hombre para siempre……” Además, este, punto de vista es coherente con el nombre Dana (Jos. 15:49), que posiblemente signifique “plaza fuerte” o “fortaleza”, como han señalado Vollers, Berry y Hendel(10). Berry incluso fue más allá señalando que el equivalente Acadio dannatu tenía este mismo significado (“The Interpretation of Gen. 6:3”, p. 48). Es más, mucho antes del desciframiento del Acadio, en un contexto completamente distinto, en un comentario sobre un pasaje en el Talmud, el comentarista medieval Rashi muestra ser consciente de un verbo Hebreo danan que significa “ser fuerte”, dado que explica un imperativo dûnû con el significado “ser fuerte”(11).

La Autenticidad de Génesis 6:3

Algunos ven el v. 3 como una adición posterior. Esto habría que rechazarlo. Algo que había que esperar es que en este punto habría que esperar que J introduzca una intervención de Yahvé, precisamente lo que hace en otros momentos comparables como en Génesis 1-11 donde lo divino y lo humano están impropiamente mezclados (Gén. 3:22; 11:5-8). Segundo, el uso de la rara forma yadôn en este versículo es mucho más explicable si el texto es antiguo en lugar de formar parte de posteriores adiciones. J quería separar el origen de los Nephilim de las uniones sexuales entre los hijos de Dios y las hijas de los hombres que ya existían en el mito original, y colocar esto en el v. 4 ayuda a este respecto.

El Significado de los 120 Años

En este versículo leemos, “Entonces dijo Yahvé: No permanecerá para siempre mi espíritu en los humanos, porque no son más que carne; que sus días sean ciento veinte años”. El consenso general es que esto se refiere a la reducción que Dios hace de la duración de la vida humana a 120 años, punto de vista compartido en Josefo, Antigüedades 1.3.2, y en Gen. R. 16:6 sobre Génesis 6:3. En el contexto este recorte es naturalmente visto como la respuesta de Dios al peligro de que los humanos vivan para siempre como resultado de la infusión del espíritu divino debido a los matrimonios con los hijos de Dios. Esto se relaciona con Gén. 3:22-24, donde Dios está con anterioridad preocupado por la posibilidad de que los humanos se hagan inmortales por lo que les es negado el acceso al Árbol de la Vida. Hay que señalar que la idea de 120 años como periodo de vida humano está también atestiguado en un texto de Emar en Siria que afirma, “120 años (son) los años de la humanidad -verdaderamente este es su límite”. Una minoría, no obstante, mantiene que la referencia a los 120 años en Gén. 6:3 es más bien a un periodo de gracia anterior al diluvio. Este punto de vista ya se encuentra en Qumran en 4Q252,1.2-3, que data de la segunda mitad del primer siglo A.C., y que vino a ser la comprensión Judía dominante (cf. Targums Neofiti, Frammento, Onqelos, Seudo-Jonatán; Mekhilta de Rabbi Ishmael, Shirta 5; Gen. R. 30.7; b. Sanh. 108; ARN A 32). Sin embargo, este no puede haber sido el significado original, dado que en Gén. 6:1-4, el diluvio no está aún a la vista. Además, si lo que estaba en mente era un periodo de gracia más bien podría haber surgido más tarde en orden a tratar con el problema que los seres humanos sean aún descritos con vidas mucho más largas de los 120 años posteriormente en Génesis 11 (aunque menos que en Génesis 5). Esto se puede explicar como otra inconsistencia entre J y P (quien compiló la genealogía en Génesis !!) Que el redactor retiene, sea inadvertidamente o posiblemente al comprender que los 120 años como máximo periodo de vida llevó su tiempo a que surgieran efecto. Junto con otras discrepancias que se pueden observar en Génesis 1-11, esto realza el problema de tratar de leer Génesis 1-11 de una manera completamente holística.

Fondo Mítico del Antiguo Oriente Medio y los Paralelos a Génesis 6:1-4

Génesis 6:1-4 es claramente un relato mítico, aunque hasta hoy no hay acuerdo respecto a su fuente. He aquí algunas propuestas:

a. El Mito de la Rebelión en el Cielo
Algunas veces se ha supuesto que el relato de Gén. 6:1-4 forma parte de un mito más amplio que involucra una revuelta de los dioses contra el dios supremo en el cielo. E.A. Speiser compara el mito Hurrita (conservado en Hitita) de la expulsión de el dios Alalu por parte de And, Anu por Kumarbi, y de Kumarbi por Teshub, lo que reproduce ecos claros en el mito de las sucesivas generaciones de Elioun, Ouranos, Kronos, y Zeus reportados pro Filón de Biblos en su Phoenician History, y de Ouranos, Kronos, y Zeus relatados por Hesiodo en su Teogonía(12). Pero es muy difícil ver por qué esto habría de tener conexión con el mito del que informa Gén. 6:1-4, el cual es bastante diferente. Más recientemente, H.R. Page(13) ha relacionado Gén. 6:1-4 con otros pasajes en el Antiguo Testamento que se refieren a una rebelión contra el dios supremo por parte del dios, por ejemplo, Isa. 14:12-15; Ezek. 28:1-10, 12-19 y Salmo 82, así como Daniel 11-12 y Job 38:13-15. No obstante, esos pasajes parecen que hablan de cosas distintas. Aunque Isa. 14:12-15 probablemente deriva de un mito acerca de la elevación y caída del dios Cananeo Athtar, igualado con la estrella matutina Venus, como se ha supuesto a menudo, pasaje que ha indudablemente influenciado Daniel 11-12, no hay razón para creer esto respecto a los otros pasajes. Así, Ezeq. 28:19-12 es una variante del relato de la desobediencia del primer hombre en el Jardín del Edén  en Génesis 2-3, y Ezeq. 28:1-10 parece estar relacionado con esto, mientras que en Salmo 82 los dioses de las naciones son simplemente condenados a muerte por fallar en hacer justicia en sus diferentes países. En cuanto a Job 38:13-15, no hay razones para creer que esto se refiera a la rebelión de un dios astral en absoluto, como especula Page. Finalmente, Gén. 6:1-4 no concierne a la ascensión de una deidad sino a un descenso de los hijos de Dios en general. Page desea relacionar curiosamente a los Nephilim con el dios Athtar, pero no hay evidencia alguna para esto. 

b. Mesopotamia 
Helge Kvanvig ha intentado encontrar conexiones entre Gén. 6:1-4 y la épica de Atrahasis. Pero la evidencia aducida es más bien tenue y no convincente. No hay relato en Atrahasis acerca de relaciones sexuales entre los dioses y las mujeres, contrastado esto con los muchos paralelos que hay entre los relatos del diluvio en Atrahasis y Génesis. Quizá la única influencia posible de Atrahasis que se puede encontrar en Génesis 6:1-4 es la referencia a la multiplicación de la humanidad en Gén. 6:1, pero aún esto es incierto, dado que es esta la clase de cosa que uno puede esperar encontrar de cualquier manera en todo relato de los primeros desarrollos de la humanidad, y no hay indicios de que la multiplicación de la humanidad fuese vista como excesiva, al contrario de Atrahasis. 

Habría que señalar, sin embargo, que hay cierto paralelo en Mesopotamia en la persona del héroe Gilgamesh, en lo que era visto como dos tercios divino y un tercio hombre, el hijo de Lugalbanda, rey de Uruk, y de la diosa Ninsun. Sin embargo, esto no era suficiente para garantizar su inmortalidad, como hace aparente la épica de Gilgamesh, diferente a lo que se presupone inicialmente en Gén. 6:3, y no hay conexión real entre los dos relatos. Sin embargo, es interesante señalar que Gilgamesh vino a ser el nombre de uno de los gigantes en el Libro de Qumran de los Gigantes,

c. Grecia
Las analogías más cercanas conocidas hasta ahora parecen estar en la literatura clásica Griega. Hay, por ejemplo, un número de instancias en las que una mujer tiene relaciones con un dios, dando nacimiento a una persona importante, como en Zeus quien era considerado como quien engendró a Herakles, Perseo y Alejandro Magno, y Apolo quien de similar manera engendró a Ion, Asclepio, Pitágoras, Platón y Augusto. Más relevante aún para el caso es el Catálogo de Mujeres, tradicionalmente adjudicado a Hesiodo aunque ahora se considera bastante más tardío, concretamente del siglo VI a.C.(14). Los paralelos con Gén. 6:1-4 han sido señalados particularmente por Ron Hendel y John Van Seters(15). Sin embargo, el punto de vista de Hendel de que hay probablemente una conexión genética entre esto y Gén. 6:1-4 y que Gén. 6:1-4 fue la causa del diluvio en la tradición anterior a J, parece demasiado improbable. Gén. 6:1-4 parece originalmente sin conexión alguna con el relato del diluvio. Por otro lado, Van Seters ve los paralelos como evidencia que Gén. 6:14 depende últimamente de una fuente Griega, quizá mediada a través de los Fenicios o Cananeos. Sin embargo, en el periodo pre-Heleno la influencia primaria era de Oriente hacia Grecia y no viceversa(16). Además de llamar la atención sobre la adopción del alfabeto Fenicio por parte de los Griegos y el periodo orientalizante en arte Griego, hay que señalar, por ejemplo, que el auténtico Hesiodo es conocido por haber adoptado las tradiciones mitológicas orientales (cf. La dependencia del mito de Tifón del mito Hurrita de Ullikummi, y la dependencia de Hesiodo de las generaciones de dioses en el mito Hurrita de Kumarbi)(17).

d. Canaan 
Se ha sugerido algunas veces que hay un paralelo Ugarítico con Gén. 6:1-4 en la seducción de dos mujeres por parte de El en el mito de Shahar y Shalim (KTU 1.23)(18). Sin embargo, esto parece incorrecto, dado que las mujeres son probablemente diosas, no seres humanos. Esto lo confirma el que la descendencia de estas uniones, Shahar y Shalim (amanecer y anochecer), son ambos dioses, no gigantes. Contrariamente a lo que se ha afirmado algunas veces, el término “mujeres” es usado otras veces para con las diosas de Ugarit, como Mark Smith ha señalado(19).

En tiempos posteriores en el mundo Cananeo, o más precisamente Fenicio, Filón de Byblos (en Eusebio, Praep. Ev. 1.10.9)relata el nacimiento de los gigantes que dan sus nombres a las montañas Casio, Líbano y Anti-Líbano. Albert I. Baumgarten ha especulado que esto está relacionado con el mito en Gén. 6:1-4(20). Sin embargo los gigantes de Filón son descendientes de humanos (Luz, Fuego y Llama), incluso si se asume que se trata del eumerismo de Filón, no hay evidencia de que los gigantes fuesen originariamente vistos como descendientes de los dioses y humanos. 

e. Un mito Israelita Utilizando y Transformando Conceptos Cananeos
Finalmente, podría tratarse de que detrás de Gén. 6:1-4 no haya mito Cananeo alguno sino más bien un mito Israelita utilizando y transformando conceptos Cananeos. La referencia a los hijos celestiales de Dios es un concepto tomado por los Israelitas de los Cananeos. Segundo, si, como parece, la historia detrás de este texto surgió como etiología para explicar el origen de los gigantes Cananeos, los Nephilim, podríamos estar seguros que el mito surgió en Palestina. Además, en Núm. 13:33 los Anakim (lit. Hijos de Anak) se dice son descendientes de los Nephilim, y estos Anakim están incluidos entre los Rephaim en Deut. 2:10-11. El concepto de este gigante Cananeo Rephaim deriva en cierta manera de los Ugarítas rp´um, término usado para con las sombras divinas del submundo, especialmente los reyes fallecidos, al igual que el término Rephaim también es usado para denotar las sombras de los muertos en la Biblia Hebrea. Por lo tanto, tanto el gigante Cananeo Rephaim en el Antiguo Testamento como la figura divina Ugarítica llamada rp´u, el singular de rp´um, son considerados como residentes en Ashtaroth (Gén. 14:5; KTU 1.108.1-3), y tanto rp´u como el Rey Og, “uno de los últimos Rephaim”, son considerados residentes en Ashtaroth y Edrei, que estaban en Basham (Jos. 12:4; 13:12; KTU 1.108.1-3)(21). Difícilmente se puede adjudicar esto a la coincidencia. El gigante Rephaim es así llamado porque ya están desde hace mucho tiempo muertos, una cosa del pasado, habiendo sido eliminados por los Israelitas (Jos. 11:21-22; 12:4-6: 13:12; 15:4; Juec. 1:20; 1 Sam. 21:18-21 = 1 Crón. 20:4-8). De similar manera parece que los de muy cerca relacionados Nephilim eran considerados retrospectivamente como “los caídos”.         
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  1. J.T. Milik, The Book of Enoch: Aramaic Fragments of Qumran Cave 4 (Oxford: Clarendon Press, 1976), pp. 30-32; M. Black, The Book of Enoch or 1 Enoch: A New English Edition with Commentary and Textual Notes (SVTP, 7; Leiden: Brill, 1985), pp. 14, 124-25; P.R. Davies, “Sons of Cain”, en J.D. Martin y P.R. Davies (eds.), A Word in Season: Essays in Honour of William McKane (JSOTSup, 42; Sheffield: Sheffield Academic Press, 1986), pp. 35-56(46-50).
  2. J. Day, “Cain and the Kenites”, en G. Galil, M. Geller and A.R. Millard (eds.), Homeland and Exile: Biblical and Ancient Near Eastern Studies in Honour of Bustenay Oded (VTSup, 130; Leiden: Brill, 2009), pp. 335-46(342).
  3. H. Bauer y P. Leander, Historische Grammatik der hebräischen Sprache des Alten Testaments (Halle: Niemeyer, 1922), p. 398.
  4. A. Dillmann, Die Genesis (Kurzgefasstes exegetisches Handbuch zum Alten Testament; Leipzig; S. Hirzel, 5th edn, 1886), p. 121; Scharberte, “Traditions -und Redaktionsgeschichte von Gen. 6:1-4, p. 84.
  5. V.P. Hamilton, The Book of Genesis Chapters 1-17 (NICOT; Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1990), p. 266.
  6. E.A. Speiser, ´YDWN, Gen 6:3, JBL 75 (1956), pp. 126-29.
  7. U. (M.D.) Cassuto, “The Episode of the Sons of God and the Daughters of Men”, en Biblical and Oriental Studies
  8. G.J. Brooke, “Some Remarks on 4Q252 and the Text of Genesis, Textus 19 (1998), pp. 1-25. (8-9); R.S. Hender, The Text of Genesis 1-11: Textual Studies and Critical Edition (New York: Oxford University Press, 1998), p. 132. 
  9. K. Vollers, “Zur Erklärung des Gen. 6:3, ZA 14, (1899) pp. 349-56.
  10. 10.Vollers, “Zur Erklärung des Gen. 6:3, p. 354; Berry, “The Interpretation of Gen. 6:3”, p. 48; Hendel, “Of Demigods and Deluge”, p. 15 n.10. Hendel no sabía que Vollers y Berry habían señalado esto previamente. 
  11. 11.L. Blau, Das altjüdische Zauberwesen (Budapest: Landes-Rabbinerschule, 1898), p. 67 con n. 5; C. Levias, “Blau on Ancient Jewish Magic”, AJSL 15 (1898-99), pp. º191-92, p. 191.
  12. 12.Speiser, Genesis, pp. 45-46. P.D. Hanson, “Rebellion in Heaven, Azazel, and Euhemeristic Heroes en 1 Enoch 6-11”, JBL  96 (1977), PP. 195-233.
  13. 13.Page, The Myth of Cosmic Rebellion, pp. 110-208.
  14. 14.West, The Hesiodic Catalogue of Women, pp. 130-37.
  15. 15.Hendel, “Of Demigods and the Deluge”, pp. 16-20; J. Van Seters, “The Primeval Histories of Greece and Israel Compared”, ZAW 100 (1988), pp. 1-21 (4-9).
  16. 16.A. Schüle, “The Divine-Human Marriages (Génesis 6:1-4) and the Greek Framing of the Primeval History”, TZ 65 (2009), pp. 116-28, también ha argumentado a favor de la influencia Griega en Gén. 6:1-4 y llama la atención en particular sobre la evidencia del conocimiento de la mitología Griega en el arte Chipriota entre los siglos VII y V a.C. Sin embargo, esto no es sorprendente, dado que se ha aceptado ampliamente que hubo una enorme influencia Griega en Chipere en le periodo ore-heleno, al contrario de Palestina. 
  17. 17.Ver P. Walcot, Hesiod and the Near East (Cardiff: University of Wales Press, 1966).
  18. 18.Cassuto, “The Episode of the Sons of God and the Daughters of Man”, p. 223; Westermann, Genesis 1-11, pp. 512-13, et Genesis 1-11, p. 380.
  19. 19.M.S. Smith, The Rituals and Myths of the Feast of the Goodly Gods of KTU/CAT 1.23: Royals Constructions of Opposition, Intersection, Integration, and Domination (SBL Resources for Biblical Study, 51; Atlanta: SBL, 2006), PP. 89-92.
  20. 20.A.I, Baumgarten, The Phoenician History of Philo of Byblos: A Commentary.
  21. 21.Que el Ugarítico se refiera a los nombres de lugares Ashtaroth y Edrei es actualmente aceptado generalmente. Ver J. Day, Yahweh and the Gods and Goddesses of Canaan, p. 221 n.102.