martes, 14 de mayo de 2019

NOE



NOE EBRIO

Génesis 9:18-27, se refiere a la ebriedad de Noé, el crimen de Cam, la maldición de Canán y la bendición de Sem y Jafet. Este es uno de los relatos más extraños de la Biblia. Martin Lutero lo definió como “un relato sin provecho y un tanto extravagante”(1), y más recientemente John Gibson lo considera como un relato de mal gusto en lo que se refiere a la maldición de Canán que no debería estar en la Biblia(2). Hubo una época en la historia de la Iglesia en la que el relato fue usado por algunos como apoyo Bíblico para la opresión de los llamados pueblos Camitas negros, y contra la abolición de la esclavitud. Sin embargo, se ha señalado repetidas veces que esta historia no relata de hecho la maldición de Cam sino más bien la de su hijo Canán, ofreciendo de este modo una etiología la subsiguiente subordinación de los Cananitas respecto a los Israelitas. Por qué es Canán maldecido por Noé cuando es más bien su padre Cam el supuesto culpable? Cuál es en realidad la naturaleza del crimen de Cam? Cuál es el significado de la bendición de Jafet (junto con Sem) al final del relato? Y habría que entender como anticipación positiva en Gén. 5:29 el descubrimiento del vino por parte de Noé en Gén. 9:20-21?

Una lectura superficial del crimen de Cam fue que vio a su padre ebrio desnudo, y que, al contrario de sus hermanos, comentó el hecho y en lugar de tratar de rectificar la situación. Aunque se ha sugerido un pecado mayor para justificar la maldición de Noé, todas estas interpretaciones alternativas implican leer en el texto lo que simplemente no está ahí. Está el punto de vista de que el crimen de Cam fue la castración de su padre. Esto aparece en algunas fuentes rabínicas (b. Sanh. 70a; Gen. R. 36.7; implícito en el Targum de Pseudo Jonatán sobre Gén. 9:24), aunque esto ha sido tomado en serio solamente por Robert Graves y Raphael Patai(3). Un diferente punto de vista rabínico (b. Sanh. 70a) que ha obtenido más apoyo en tiempos modernos es que Cam abusó sexualmente de su padre, Noé. Apoyando esta visión están A. Phillips, M. Nissinen, y R.A.J. Gagnon(4). Sin embargo, mientras Gagnon enfatiza el acto como abuso sexual, Nissinen ve en ello una expresión de la ambición de poder de Cam. Otra alternativa en los tiempos modernos sugiere que Cam tuvo una relación heterosexual con la esposa de Noé (F.W. Basset, J.S. Bergsma y S.W. Hahn(5). Tanto la interpretación homosexual como la heterosexual están basadas en la asunción que la referencia de ver a Noé desnudo es lo mismo que descubrir su desnudez, o sea, tener una relación sexual. Si embargo, las dos expresiones no son idénticas y sólo aparecen una vez en la Biblia Hebrea con el mismo significado, en Lév. 20:17. Pero este no es el caso en Gén. 9, dado que el hecho que Sem y Jafet tengan que caminar hacia atrás para no ver la desnudez de Noé deja claro que se trata aquí de un ver literal. Basset afirma que esto de caminar hacia atrás es un añadido posterior, lo que no deja de mostrar la debilidad de su caso. Finalmente, un curioso punto de vista de los tiempos modernos propuesto por H. Hirsch Cohen, supone que Cam vio a Noé desnudo mientras este último tenía relaciones sexuales con su esposa y que por lo tanto Cam adquirió su “potencia”(6). Por lo tanto Noé no pudo maldecirle, por lo que hubo de maldecir a Canán en su lugar en orden a que esta potencia no le fuese transferida. Este punto de vista parece demasiado extravagante y no ha obtenido apoyo.

Sólo queda la interpretación literal, que implica que Cam vio la desnudez de su padre y que esto involucra un serio lapsus de obligación filial por su parte. Esta obligación está expresada en la épica Ugarítica de Aqhat, donde uno de los deberes del hijo hacia su padre es específicamente “tomar a su padre de la mano cuando esta ebrio, para levantarlo lleno de vino” (KTU1.17.I.30-31). Deutero-Isaías también se refiere a esta obligación cuando dice de Jerusalem, ebria con la ira de Dios, “no hay nadie capaz de guiarla de entre todos los hijos que engendró”(Isa. 51:18). Por lo tanto lo que ilustra el Génesis no es un “peccadillo” sino un fallo serio de obligación filial de parte de Cam.
Resumiendo, parece más natural que detrás del relato bíblico había una tradición más temprana según la cual los tres hijos de Noé eran Sem, Jafet y Canán, siendo Canán el más joven y el que vio a su padre desnudo. Esta tradición alternativa habría sido incorporada imperfectamente en la narrativa en la cual los tres hijos de Noé serían Sem, Cam y Jafet. Habría que concluir que subyacente al texto actual había una versión más temprana que mencionaba a “Canán” en lugar de “Cam, padre de Canán” (cf. Gén. 9:18, 22). Sin embargo en la forma final del texto es Cam quien ve a su padre desnudo, no Canán, por lo que el redactor que unió el texto tal y como lo tenemos hoy, posiblemente de manera no muy inteligente, tenía presumiblemente cierto punto de vista sobre el tema. Lo más probable es que el redactor final simplemente imaginó a Cam castigado através de sus descendientes Cananitas.
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1. Martin Luther, Luther´s Works, II. Lectures on Genesis Chapters 6-14 (ed. Pelikan; St. Louis, Concordia Publislhin House 1960), p. 166.

2. J.C.L. Gibson, Genesis (2 Vols., Daily Study Bible: Edimburg: Saint Andrew Press, 1981-82), I, pp. 201-202.

3. R. Graves and R. Patai, Hebrew Myths: The Book of Genesis (London: Cassel, 1963), pp. 150-53; U (M.D.) Cassuto, A Commentary on the Book of Genesis. Rechaza este punto de vista.

4. A. Phillips, “Uncovering the Father´s Skirt”, VT30 (1980), pp. 38-43; M. Nissinen, Homoeroticism in the Biblical World: A Historical Perspective. Fortress Press (1998); R.A.J. Gagnon, The Bibled and Homosexual Practice; Texts and Hermeneutics (Nashville: Abingdon Press, 2001), pp. 63-71.

5. F.W. Bassett, “Noah´s Nakedness and the Curse of Canaan: A Case of Incest?, VT 21 (1971), pp. 232-37; J.S. Bergsma and S.W. Hahn, “Noah´s Nakedness and the Curse on Canaan(Génesis 9:20-27). JBL 124(2005), pp. 125-40.

6. H.H. Cohen, The Drunkeness of Noah (Tuscaloosa, AL: University of Alabama Press, 19784), pp. 13-30.

jueves, 9 de mayo de 2019

GENESIS J y P

En J Dios es llamado Yahvé, en P es llamado con el título genérico, Dios. Esta diferencia al plan teológico en las dos fuentes. En J Yahvé es un Dios sujeto a fuertes emociones -"Yahvé siente dolor por haber creado al hombre....". El mal en los humanos es un terrible golpe para Yahvé, responde con una decisión de fuerza, "destruir a los humanos de la faz de la tierra". La palabras "hombre" (´adam) y "tierra" (´adamah) están relacionadas por un deliberado juego de palabras. En el relato del Jardín del Edén ´adam es hecho del ´adamah, y cuando muere retorna a la tierra. Yahvé decide acabar con este ciclo de vida y muerte con una destrucción decisiva. Inmediatamente después que Yahvé anuncia esta decisión, se nos dice que esto no será el fin, pues "Noé" (noah) obtiene el favor (hen) de Yahvé. Mediante este juego de palabras -las consonantes del nombre de Noé (n h)- la visión inicial de Yahvé del mal humano es modificada mediante la visión de la bondad de Noé. Debido a esta, los humanos eran salvados de la total destrucción. La agonizante respuesta de Yahvé al mal humano es equilibrada gracias a su favor hacia un hombre bueno. Dios se conmueve, tiene pesar, ira, compasión y deleite.

El concepto de lo humano en J es muy realista, no alberga ilusiones acerca de la perceptibilidad humana. Yahvé ve el corazón humano con todos sus fallos: "todos los deseos del corazón humano son malos desde su juventud" (Génesis 8:21). Pero aún así, Yahvé promete,  "no volveré a destruir a tierra...". Esta es sin duda una visión oscura y a la vez "profunda" de la naturaleza humana. Hasta el buen hombre, Noé, tiene fallos -aparece borracho y desnudo (Génesis 9:21).

Son los humanos irremediablemente malos? Sufre Yahvé meramente debido a Su compasión, o porque se siente responsable de habernos creado? Esto es realismo oscuro -como en el Eclesiastés-, una visión de la realidad llena de sufrimiento, ambigüedad, y moral complicada. El carácter de Yahvé tiene profundidades de las que sólo vemos indicios, y la realidad que ha creado es ambigua y a veces mortal.

En contraste la visión de P respecto al diluvio retrata a Dios sin emoción o pesar. Es un dios trascendente que ve el cosmos como un todo y que no está centrado en el corazón humano. Este relato es menos antropocéntrico, y su concepto de Dios es menos antropomórfico. Cuando Dios "ve" la arruinada tierra, las consecuencias se desarrollan partiendo de esta condición cósmica, y no de ninguna respuesta emocional. No es este un Dios del pesar, ira, o compasión, sino un Dios que trata de reparar de manera calmada la rota estructura del cosmos. Para limpiar la tierra de valencia y ruina,  regresa al cosmos físico del caos acuático, como era antes de la Creación. El Diluvio en P es una reversión al Caos Primordial -mientras que en J es una larga tormenta. Las aguas del Diluvio limpian la tierra, eliminando su ruina, mientras Dios crea el mundo de nuevo, con Noé como nuevo Adán. Después del Diluvio Dios repite el mandamiento primordial de "Fructificad y multiplicaos y llenad la tierra"(Gén. 9:1, haciéndose eco de Gén. 1:28).

Los humanos no son el centro de la preocupación De Dios en el relato de P; lo es más bien el orden armonioso del cosmos. El orden de las cosas ha de ser mantenido en su bondad y pureza, y lo impuro, lo ruinoso, y lo violento han de ser destruidos en orden a que la creación pueda ser restaurada en su orden primitivo. Esta es una visión de la realidad como un orden estructural en el que todas las cosas tienen su lugar, y Dios es el primer motor del estado de orden deseado. Es este un mundo en el que P -identificable con un sacerdote-  participa como maestro y guardián de la ley de Dios en la tierra. La Ley sirve para mantener el orden propio del cosmos.

Las introducciones al Diluvio de J y P ilustran el estilo y las visiones cosmológicas de las dos fuentes. P es un mundo -y narrativa- de claridad, orden, y jerarquía. J es un mundo de emociones, ambigüedad y complejidad ética. P retrata a un Dios trascendente, una deidad cósmica, mientras J retrata a una deidad con rasgos humanos de pesar, enfado, compasión, y deleite. Son estas diferentes concepciones de la realidad y concepciones diferentes de Dios y los humanos. Unidas como un todo, las narrativas del Diluvio y del Génesis retratan un un cuadro multifacético de la realidad, con contradicciones y persistente sentido del misterio.





GÉNESIS

El libro del Génesis tuvo un nacimiento complicado, o más bien, muchos nacimientos. Está compuesto de múltiples estratos textuales, compuestos en diferentes épocas y con diferentes intereses y énfasis. Al igual que los gemelos bíblicos Jacob y Esaú, que luchaban en el vientre materno, estos textos parecen ser rivales entre ellos. Realizan diferentes afirmaciones acerca de la autoridad del pasado y la naturaleza De Dios y los humanos. 

La parte más antigua del Génesis es el poema tribal "La Bendición de Jacob", Génesis 49. Esta es la única parte del Génesis escrita en el más antiguo estrato del Hebreo Bíblico. El poema es una colección de bendiciones y maldiciones tribales. Pertenece al mismo género que las bendiciones y maldiciones en "La Bendición de Moisés", Jueces 5. Parece ser que estas lista de tribales bendiciones y maldiciones era recitada en la reuniones tribales durante tiempos de guerra o durante las fiestas de peregrinaje, que eran la principal ocasión cuando se reunían las diferentes tribus. En el Génesis las bendiciones y maldiciones tribales las pronuncia el patriarca Jacob en su lecho de muerte, y están dirigidas a sus hijos, antepasados de las doce tribus. 

El poema muestra alabanza o culpa hacia cada tribu, centrado a menudo en la habilidad marcial de la tribu. Esto lo realiza haciendo comparaciones elaboradas con el mundo natural. Por ejemplo, Jacob alaba la fuerza de Judá comparándolo con un león. (Gén. 49:9).

En cuanto a las fuentes literarias, cada una de ellas es una antología de tradiciones que describen a los antepasados de Israel, unidos juntos por la cadena de genealogías. Dos de las fuentes -J y P- comienzan con la creación del mundo, y la otra -E- comienza con Abraham. Cada una continua su proyección a lo largo del Pentateuco.