viernes, 21 de noviembre de 2008

Aredwi Sura Anahita

AREDWI SURA ANAHITA

Profundamente enraizada en la religión Indo-Irania era la creencia en la extrema santidad del agua en general y específicamente de los cuerpos de agua, especialmente los ríos. Como otros elementos divinizados del mundo material, las aguas han de ser entendidas desde la perspectiva religiosa como siendo a la vez una entidad física y una realidad divina. Para los antiguos Iranios el agua no era una substancia neutral u objetiva, sino más bien substancia y divinidad en uno. Herodoto cuenta la –desde la perspectiva Griega- ridícula historia de cómo Xerxes, furioso con Helosponto por haber roto el puente construido por los Persas, hizo que lo azotaran con trescientos latigazos. Semejante locura, hay que entender, era debida a la percepción de Xerxes del Helosponto como divinidad viviente.

Uno de los Yashts más largos pertenece a Aredwi Sura Anahita, una diosa compleja, cuya naturaleza está arraigada en la concepción de esta como el Río Celestial que alimenta, por así decirlo, todos los otros ríos y corrientes de agua del mundo. En Pahlavi su Yasht es llamado el “Aban Yasht”, “el Yasht de las aguas”. A lo largo del Yasht su naturaleza fluvial alterna con sus manifestaciones antropomórficas, algunas veces hasta tal extremo que las dos son indistinguibles (estrofas 7,15). Mucho de lo que de ella se dice en el Yasht señala hacia su supremacía sobre las aguas. Hay otros aspectos de su personalidad, no obstante, que cuando son comparados con fuentes que no tienen relación con el Avesta, señalan hacia orígenes no-Arios.

El nombre “aredwi sura anahita”, “La húmeda fuerte sin mancha” plantea un número de problemas. En la tradición Zoroastriana posterior al Avesta, la diosa es llamada simplemente Ardwisur. El nombre Anahid ocurre esporádicamente, pero aislado de Ardwisur, y usualmente es visto en contextos astrológicos como el nombre para el planeta Venus. Artaxerxes II invocaba a Anahita, junto con Mithra y Ahura Mazda, pero nunca a Aredwi Sura Anahita. En Griego es llamada “Anaitis”. La declinación del nombre tanto en antiguo Persa como en el Avesta muestra una peculiaridad. Por derecho, el nominativo femenino singular debería ser *anahita, aunque es anahita (en Avesta; Ant. Persa ´nht). El griego refleja una *Anahiti Irania, que es un femenino que termina con una i corta. Ahora, el defectuoso lenguaje de la inscripción de Artaxerxes muestra que el lenguaje de la época estaba sufriendo una transición desde la antigua forma de declinación hacia una mucho más simplificada del Persa Medio, una en la que la raíz nominal que terminaba en vocales cortas perdía su vocal final. Se ha argumentado que tanto el Avesta como el Antiguo Persa reflejan este cambio y que el nombre original era *Anahiti. Cuando el nombre fue reintroducido, la identidad de la vocal original al haber sido olvidada, uno no sabía como dar el nominativo. Qué significa esto? La evidencia lingüística parece sugerir dos cosas: (1) el uso fuera del Avesta indica que uno tiene que considerar que está tratando con dos diosas distintas que han sido unidas en el Avesta; (2) la incorporación de la(s) diosa(s) en el canon Zoroastriano puede ser reciente.

Se ha señalado que, en el Ant. Persa y Griego, anihti(a) y ´Anaitis, tienen lugar respectivamente. Esto puede dar lugar a la sospecha que el nombre pertenece al Oeste de Iran, la confirmación viene del hecho que durante el periodo del sincretismo heleno el culto de Anahid/Anaitis fue unido a los de Artemisa, Afrodita, Cibeles, Atenas.Minerva, Hera, e incluso la Magna Mater, y disfrutó de gran popularidad a lo largo del Medio Oriente. Un rasgo inusual del culto de Anahita era el empleo de imágenes de la diosa. No sólo la menciona Artexerxes, sino que el historiador Babilonio Berosos nos informa que el rey hizo que se hicieran y repartieran muchas imágenes de ella. La antigua religión Indo-Irania no empleaba para nada imágenes, y Herodoto afirma explícitamente que los Persas pensaban que dicha práctica (adorar imágenes) era una locura. Uno sólo puede llegara a la conclusión que las imágenes de Anahita han de ser localizadas fuera de la cultura Iraní. Con esto en mente, uno debe considerar la muy extensa descripción de Aredwi Sura Anahita, dada al final del Yasht (estr. 126-129), como basada en una observancia del culto a las imágenes dado que en ningún otro lugar de la literatura del Veda o el Avesta tiene lugar una descripción tan detallada de la ropa de una deidad, esta conclusión me parece inescapable. Ahora bien, si la descripción de ésta está basada en una imagen, y si la idea de la representación escultural de las deidades es extraña a la mentalidad religiosa Aria, cual puede ser la fuente de su imagen? La mejor candidata es la diosa Babilonia Ishtar (la Sumeria Inanna), cuya imagen era vestida elaboradamente para el culto. Las diferencias en el vestir entre Ishtar y Aredwi Sura Anahita, especialmente el abrigo de castor, muestra que la copia no fue directa, más bien que la idea de vestir la imagen fue sugerida por la vestimenta de Ishtar. La conexión con Ishtar sería débil si no fuera por otras correspondencias. Ishtar era adorada como diosa de la fertilidad, un papel realizado activamente por Aredwi Sura Anahita. Más importante para la comparación, Ishtar era diosa de la guerra y patrona del lugar. Difícilmente puede ser un accidente que una gran parte del Yasht de Ardwisur trata de los rasgos marciales de la diosa y su patrocinio de héroes de leyendas Iranias. En tanto que diosa de la guerra, Ishtar monta un león. Este rasgo, aunque no se encuentra en el Avesta si aparece en las monedas de Kushan de Nana (Nanaia), una diosa que en términos del sincretismo Iranio ha de ser identificada con Anahita.

Todo esto se podría sumarizar como sigue. La Aredwi Sura Anahita es una diosa sincrética compuesta de dos elementos mayores e independientes. Por un lado, ella manifiesta la antigua idea Indo-Irania del Río Celestial que trae el agua a los ríos y corrientes de la tierra. Por otro lado, es una diosa de incierto origen, que, aunque mantiene muchos de sus rasgos originales, vino a ser asociada con el culto de Inanna-Ishtar. La aparición de las dos en el Avesta ha de ser un esfuerzo sincrético posterior de parte de los Zoroastrianos ansiosos de incorporar Anahita al redil. El origen de Anahita es incierto. Una pista quizás esté presente en su Yasht en la descripción de su abrigo de castor. Es obvio por la naturaleza de esta descripción que los castores no eran conocidos por la audiencia para la que fue redactado el Yasht. La fibra de castor no alcanzaba el sur del mar Caspio ni los ríos y lagos de la estepa Aral-Caspiana, aunque sí se daba en gran cantidad en el Caucaso. De hecho, Herodoto (IV.109) menciona a los castores entre los Escitas, y en tiempos del Imperio Romano, los castores del área del Mar Negro (llamados “perros del Ponto”, “canis ponticus” y era un artículo importante en el comercio. Quizás Anahita era una diosa local del extremo Noroeste cuyo culto, por las razones que sea, se expandió a lo largo del Irán Occidental, para unirse eventualmente con el de Inanna-Ishtar.

Volviendo a la herencia Aria de Aredwi S. A., uno ve que aunque representa el concepto comúnmente compartido del Río Celestial, tiene contraparte en los Vedas con un nombre igual o similar. Lommel, en unimportante artículo, aportó evidencias para demostrar que ella es en realidad la diosa del río, Sarasvati. A parte del hecho obvio que Aredwi S.A. y Sarasvati son ambas identificadas con el Río Celestial, correspondencias tales como su asociación con la lluvia, fertilidad, y estudio sagrado también señalan hacia la posibilidad de un origen común. No es convincente la afirmación de Lommel de que Aredwi Sura, y Anahita no son sino epítetos de *Harahwati, en su intento de conectar Aredwi S.A. *Harahwati con Sarasvati a través del nombre de la provincia geográfica Harahwati (Aracosia).

El Yasht de Ardwisur ha de ser leído con un ojo puesto en la diversidad de orígenes, lo cual es reflejado en los niveles cronológicos del texto. La redacción del texto, al menos, ha de ser Aqueménida tardía. Si la razón de la importancia de esta diosa para la legendaria historia de Irán es su asociación con Ishtar, entonces uno ha de concluir que todos los Kardahs que la describen ayudando a los héroes son adaptaciones posteriores de materiales antiguos. La preocupación por la fertilidad y la procreación, aunque no un atributo necesario de deidades femeninas, es demasiado general para que uno pueda decidir si Aredwi S.A. le debe esto a Ishtar, *Anahita, o *Harahwati. La verdad puede ser que era común a todas y de esta manera facilitaba el sincretismo del Yasht de Ardwisur.

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