martes, 8 de junio de 2010

ARCHIVOS DE LA EDAD DE BRONCE TEMPRANA

ARCHIVOS DE LA EDAD DE BRONCE TEMPRANA—EBLA

El sitio de Ebla está en el norte de Siria, cuyo archivo fue descubierto en 1975. Aunque millares de tablillas aún no han sido publicadas, y aunque muchos aspectos lingüísticos están siendo debatidos, algunos aspectos de la vida religiosa han salido a la luz. Por ejemplo, en los textos los nombres de varias deidades han sido identificados. Estos incluyen: el “dios de los padres”, Admu, madre tierra Adamma (ver el nombre bíblico Adam), el dios de la tormenta Ada, Adaru “fuerza”, Gabadu “resplandor” (Hebreo “kabod”, gloria), el dios de Amana (Ba´l Hammon?), Ashtar (Ishtar), Ba´l?, Balikh (doble río), Dagan (Eufrates divinizado), señor de los dioses, Dabir, Gamish (Chemosh?), Hazi (el Ugarítico Monte “spn”, en Hebreo Zaphon –Safón), Kakkab “estrella”, Reshep, Samiu (cielos?), y la diosa del sol. La deidad zi-mi-nu/na puede ser asociada con el “shmn” de Ugarit que ha sido relacionado con el Fenicio Eshmun. Muchos de estos dioses y diosas anticipan deidades conocidas en Israel y sus vecinos más de mil quinientos años después. El significado de esta lista indica la naturaleza conservadora y duradera de vaios aspectos de lo que iba ser llamado religión Cananea (o más ampliamente Semítica Occidental).

En Ebla tenemos la primera ocurrencia atestiguada del término Semítico Occidental “nabi´utum”, que ha sido identificado con el significado de “profeta”. Comparar el bíblico “nabî”, profeta. Además, hay aquí, probablemente, una referencia temprana al bien conocido “marzeah”, festival de Ugarit y al posterior periodo de la Edad de Hierro en una referencia a una mujer que recibe ropas “el día del “mar-za-u” en el mes de Man (Mayo). En Ebla, la lista de fallecidos que reciben ofrendas incluye un signo cuneiforme indicando divinidad frente de los nombres reales. Esto puede sugerir la creencia de que esos antepasados fallecidos eran deificados.

EDAD DE BRONCE MEDIA
MARI
La ciudad de Mari en el norte de Siria, localizada en la curva del Eufrates con fecha en el siglo dieciocho A.C., revela evidencia arqueológica de templos. El templo de Dagan fue descubierto al oeste del palacio. Tenía unas trescientas habitaciones. La cercanía del templo respecto al palacio asemeja la configuración en el sitio de Alalak en el oeste de Siria. Sus muchas habitaciones no son diferentes de aquellas del palacio de Knossos en Creta.

Otra evidencia material religiosa incluye un interesante sello que describe una deidad anciana tipo ´El entronada sobre una montaña entre dos corrientes y flanqueada por dos diosas de la vegetación que salen de las aguas. Una figura tipo guerrero arroja una lanza en el agua. Si se trata de la residencia de ´El, entonces quizá Ba´l es el que perfora las aguas (Yam, “mar”). El mismo tema ocurren en el ciclo Ugarítico de Ba´l.

Mejor conocidas son los cientos de cartas descubiertas en Mari, la mayoría contienen la correspondencia del Rey Zimri-Lim durante los años finales de su reinado en tanto que soberano relativamente independiente. Algunas de éstas se refieren a deidades y figuras heroicas, muchas de las cuales han venido a ser bien conocidas en los mitos tardíos Semitas Occidentales. Una carta contienen una profecía del dios de la tormenta Addu que conecta la victoria del dios de la tormenta sobre el mar con la realeza: Así habla el dios de la tormenta Addu al rey de Mari: “Te he restaurado –Zimri-Lim- en el trono de tu padre. Te he dado las armas con las que luchar contra el Mar”. Igual que en los sellos, el tema del dios de la tormenta en batalla con el Mar personalizado y divinizado está profundamente arraigado en las tradiciones mítico-religiosas de la Edad de Bronce Semita Occidental (3300-1200 a.C.). Medio milenio más tarde, una lista de dioses de Ugarit (KTU 1.47; ver Dietrich, Loretz y Sanmartín[1995]) conecta al dios de la tormenta Addu (o [H]adad) con Baal, y al dios del mar Yamm con Tamtum (Tiamat), cuyo nombre en Mari es traducido como “Mar”. Yamm también esta divinizado en Emar y le son hechas ofrendas. Schwemer observa evidencia del dios de la tormenta Addu en cartas que mencionan los regalos y ofrendas, oraciones, piedras de culto, y la segurdad del rey a Addu. La deidad es mencionada en contextos con Shamash, Dagan, Enlil, Iturmer, y Anu. Además, numerosos nombres personales son construidos con el determinativo (dISHKUR) para Addu. La deidad también aparece de manera similar en Alalak de Antigua Babilonia y áreas cercanas.

DIOSES QUE MUEREN Y RESUCITAN
Otra carta del rey Yaminita a otro en el noreste de Siria sugiere cierta conciencia del motivo del “dios que muere y resucita” tan prominente en el antiguo Oriente Medio y en el mundo Mediterráneo del primer milenio a.C. El mito, en el cual el dios Dumuzi pasa la mitad del año en el mundo subterráneo y la otra mitad en el mundo sobre la tierra (otorgando fertilidad a la tierra), es conocido en los textos mitológicos más tempranos de las culturas Sumeria y Acadia del tercer milenio a.C. en lo que hoy es Irak. Un mito de muerte y vida de Dumuzi es de nuevo sugerido en un remarcable texto de una carta de Mari:

En cuanto a mí, mírame. Aún no (¿?)… he escapado a la muerte, y del Ahuna (he escapado) diez veces durante levantamiento(s). Por qué, ahora, (no soy) como Dumuzi? Le mataron (idakkushu) en el (tiempo de) contar el año (manût shattim). (En primavera(¿?),) siempre regresa (it-ta-na-a[r]) al templo de Annunitum.

El texto A.512.7-15 sugiere que una sustitución era ofrecida cuando Dumuzi entraba en el templo:

El día que hago llegar este carta a mi señor, el pudûm (expiación) de mi Señor fue ofrecida en el templo de Annunitum de Shehrum. Hice entrar a Dumuzi en el templo de Annunitum en Mari.

La asociación de Dumuzi con Annunitum (una manifestación de la diosa Ishtar en Mari) y su muerte y retorno son descritos en esos pasajes. Esas celebraciones de su retorno a la vida y las asociaciones de Dumuzi con dioses del grano (Ningishzida y posiblemente Damu) presentan el retorno de Dumuzi como medio para explicar el despertar de la vida vegetal. Dumuzi era conocido de esta manera en el mundo Semítico Occidental del siglo XVIII a.C. (Mari), más de mil años antes que se pintaran mujeres llorando por él, bajo el nombre de Tammuz, en el templo de Jerusalem (Ezek. 8:14).

TEXTOS RITUALES
Otros tipos de textos en Mari incluyen los rituales. Entre ellos están textos que describen los festivales de varias deidades, otros que describen el ciclo lunar, y todavía otros que detallan una variedad de rituales: para la consagración de estatuas divinas, para diferentes etapas de la vida (nacimiento, casamiento, entierro), para la purificación, para el exorcismo y brujería, para las pruebas y la conclusión de contratos, y para el ejército. Tanto dioses como reyes están incluidos entre los destinatarios. Los dos festivales principales son el “kispum” y la Fiesta de Ishtar. La Fiesta de Ishtar tenía lugar a finales del mes séptimo (el mes de Dagan en Octubre) y duraba hasta el mes décimo (Belet-biri en Diciembre). El “kispum” era una comida-funeraria con sacrificios a favor de los muertos. Anticipa rituales “kispum” que continuaron en el mundo Semítico Occidental en el primer milenio a.C.

PROFECÍAS
Uno de los descubrimientos más significativos en la religión de Mari tiene que ver con textos proféticos. Más de sesenta tablillas informan de mensajes de los profetas. Entre ellos una banda de profetas investigan los presagios para le bienestar del rey e informan al rey de esto. Otros tópicos incluyen la victoria y la salvación del rey, predicciones de enfermedad y muerte, petición de justicia haca los súbditos, y la necesidad de fidelidad hacia la deidad o el requerimiento de ser juzgado por la deidad. En Mari el dios principal, dios de la tormenta Addu, promete bendiciones por obediencia y amenaza por desobediencia. Más de un oráculo podía ser escrito y enviado. Así surgió la costumbre temprana de coleccionar oráculos, junto con la provisión del contexto histórico. Esto anticipaba las posteriores colecciones de oráculos proféticos en los libros bíblicos de los profetas.

La palabra Hebrea “nabî” profeta está atestiguada en Mari en siglo XVIII a.C., y parece haber estado en el léxico incluso antes en Ebla. Hans Bastard (1993) encuentra cierta preocupación especial entre los profetas de Mari con la guerra y la derrota del enemigo. Oráculos contra naciones extranjeras, tan comunes en los libros proféticos del Antiguo Testamento, también se encuentran en Mari. También se menciona la puesta por escrito de las profecías. Por lo tanto, la Profecía es anterior a Israel. Atestiguado está en la Biblia con el personaje Balaam, un profeta del norte contemporáneo con la primera generación Israelita (Núm. 22-24). Daniel Fleming argumenta que los profetas de Mari y Emar (siglo XIII a.C.), quienes usaron el término para “profeta” cognado con la palabra hebrea “nabî”, derivan este término de la practica de nombrar o invocar a los dioses para ser asistidos. Por lo tanto, esos profetas son intercesores igual que lo eran los profetas del Antiguo Testamento.

Fleming (1995) observa que el profeta en Mari estaba asociado con los Haneos Semitas Occidentales. Los oficiantes cultuales relacionados (munabbiatu) de la diosa Ishara usaban nombres derivados de la palabra Acadia (no Semita Occidental) “nabû”, que también significaba “nombrar”, o sea, invocar a las deidades ancestrales y protectoras. Comparar con el general Sirio Naaman que espera que Eliseo, un “nabî”, invocase a su Dios (2 Reyes 5:11). Hutton (1995) pregunta si la profecía bíblica es mejor comprendida como conteniendo poder mágico en las palabras que pronuncia el que habla o si es meramente teatro callejero, diseñado para representar el mensaje a la gente. Relaciona los oráculos de juicio con las maldiciones en el antiguo Oriente Medio. Hutton concluye que hay cierta fuerza en el mensaje pero que no se trata de un mundo mágico. Mas bien, se trata de una convención social aceptada acerca del poder del que habla en su papel como profeta lo que le da al mensaje poder y fuerza a las palabras. Aunque el argumento de Hutton puede tener alguna substancia, los orígenes ampliamente aceptados de la palabra profética en la esfera de lo divino le daban a esta una autoridad única, sea en Mari o en Israel posteriormente.

André Lemaire (1999) señala que existen cincuenta-y-siete mensajes específicos de profetas de Mari pero que esta profecía era desconocida en Babilonia, que tenía lugar solo en el Oeste (en Mari). Sus formas asemejan a la acción profética y palabras de Samuel, Saúl, y Ezekiel. Como en Jeremías, las profecías pueden ser reorganizadas y editadas junto a líneas temáticas. En Mari esto era realizado durante la vida del autor de las profecías.

En contraste con los textos proféticos de Mari, las profecías Neo-Asirias “predicen” sólo una serie de gobernantes, la duración de sus reinados, y los eventos buenos o malos con ellos asociados. Datan del siglo VII a.C., del tiempo de los reyes Neo-Asirios Esarhaddon y Asurbanipal, y son generalmente mensajes de la diosa Ishtar. Como en Mari, las tablillas Neo-Asirias de tamaño considerable podían contener colecciones de oráculos a cargo de varios profetas y profetisas. De esta manera la tradición de los doce Profetas Menores en al Antiguo Testamento puede ser comprendida como una colección escrita en un único manuscrito.

Egipto
En Egipto a comienzos del segundo milenio hay ejemplos de profecías y desarrollo de mitologías que pueden haber tenido efecto sobre las posteriores creencias religiosas Semitas Occidentales. La Instrucción de Merikare cerca del 2000 a.C. incluye textos donde el autor menciona dos veces profecías anteriores a su tiempo. Este concepto de predicción futura también tiene lugar en la rúbrica, “lo que los antepasados predijeron”, como se encuentra en las admoniciones de Ipuwer.

De las muchas deidades Egipcias, Osiris tuvo una de las influencias más profundas sobre el mundo Semita Occidental y su patrimonio. Las fuentes principales están atestiguadas tan temprano como el milenio tercero a.C. en los Textos de las Pirámides y recurren en el segundo milenio en los Himnos a Osiris y más tarden (100 d.C.) en el Iside et Osiride -“Isis y Osiris”- de Plutarco. En Abydos tenía lugar la Gran Procesión donde una estatua del dios salía de su templo, permanecía durante la noche en una necrópolis, y regresaba a su templo al día siguiente entre gran celebración. En o cerca de Diciembre había otro festival, que comprendía un funeral de Osiris seguido una semana más tarde por la erección de un pilar Djed que simbolizaba la resurrección. Asociados con estos eventos están los “Jardines de Osiris” done el brote de semillas simbolizaba la resurrección. La idea de un dios resucitado tiene lugar en letanías en los Textos de las Pirámides. En estos, Osiris es invocado con un “resucita”. En los mitos, no obstante, Osiris no funciona como un dios que muere y resucita. No retorna del mundo de los muertos. Osiris permanece en el mundo subterráneo donde resucita y vive de nuevo. Retorna vivo a la tierra en la forma de su hijo, Horus.

Una inspección del Egipto de comienzos del segundo milenio y su potencial para una influencia religiosa sobre los Semitas Occidentales y el pueblo Israelita ha de incluir el sitio de Tel el-Dab´a al este del Delta del Nilo. Esta ciudad ha sido identificada con la capital de los Hyksos, Avaris. A lo largo de la Edad de Bronce Media era una ciudad fortificada cuya cultura material estaba más cerca en estilo de Canán que de Egipto. En los estratos del Bronce Medio (1750 – 1550 a.C.), con fecha del siglo XVIII a.C., fue descubierto un templo de estilo Cananeo con un largo eje. Estaba dividido en tres habitaciones con un nicho –el lugar más santo- en el muro trasero de la tercera habitación. Es el templo Cananeo más grande descubierto. A unos metros de la entrada había un altar para sacrificios y una ubicación para uno o dos árboles. Las bellotas sobre el altar sugieren que los tres huecos restantes contenían originalmente encinas trasplantadas de Canán como árboles sagrados. El altar, el nicho, el santuario con tres habitaciones, y los árboles son todos antecedentes para templos posteriores, árboles sagrados, y otras prácticas de culto en el antiguo Israel y sus vecinos.

ARCHIVOS DE LA EDAD DE BRONCE TARDÍA
EGIPTO
Las prácticas religiosas Egipcias que pueden ser relacionadas con formas tardías Semitas Occidentales se encuentran en la segunda mitad del segundo milenio. El Himno del Cairo a Amon en Egipto (1500/1400 a.C.) presenta a Amon como la única deidad antes de crear las otras deidades. Mucho más cercana a la creencia en un solo, único dios es la enseñanza de Akhenaton. Para este faraón del siglo XIV a.C., solamente el culto a Aton era necesario. Su familia, que vivía en la nueva capital construida (moderno Tel el-Amarna), se unió a él en el culto a Aton. Aunque esta teología fue promocionada, nunca parece haber reemplazado el culto a otros dioses en Egipto en general. Una contrarrevolución llevó al abandono de Amarna y al retorno de la familia real a Tebas. Subsecuentemente, en los siglos XIV y XIII los teólogos Egipcios consideraban a Amon como el único dios y a todas las demás deidades como manifestaciones. En una historia popular Egipcia de estos tiempos (Apofis y Seqenenre), los Hyksos son imaginados dando culto a Set solamente.

La profecía también continuó, no sólo in Egipto sino también en ciudades a lo largo de la costa Levantina. En el siglo XI a.C. el Egipcio Wenamun visitó la ciudad de Biblos y su corte real. Deseaba obtener madera para el barco sagrado del dios Amon. En Biblos, un miembro de la corte vino a estar poseído durante un rito religioso y en éxtasis ordenó que había que oír a Wenamu:

“Traed al dios! Traed al mensajero que lo lleva! Es Amon quien lo ha enviado. Es él quien ha hecho que venga”.

También descubiertas en Egipto en el sitio de Amarna hay más de trescientas piezas de correspondencia real entre el faraón y los príncipes de las ciudades a lo largo de Canán. La mayoría de éstas afirman lealtad al faraón y piden su asistencia militar contra los enemigos. Con fecha de a mediados del siglo XIV a.c., esta correspondencia ofrece la evidencia escrita sustancial más temprana de muchas de las ciudades que la Biblia asocia con Israel en los siglos siguientes. En la mayor parte, esta correspondencia de Canán incluye referencias sólo al dios de la tormenta, llamado sea Hadad o Baal, y al dios sol. El primero es mencionado sólo seis veces en las cartas del norte de Canán, mientras que el último es el título consistentemente aplicado al faraón. Por qué no son mencionadas otras deidades cuando una variedad de deidades se encuentran en la correspondencia con otros países, incluyendo Egipto, y también Biblos (bastante más al norte)? Hay cuatro posibilidades. Primera, la sumisión al faraón de los gobernantes Cananeos les impedía invocar a sus propias deidades no-Egipcias. Segundo, el faraón mismo es una deidad y, por lo tanto, pudo haber habido una cierta renuencia a permitir a cualquier otro dios o diosa que rivalizara con él. Tercero, los sacerdotes locales pueden no haber estado involucrados en la política representada en esas cartas. Finalmente, podemos imaginar que en los centros de población más pequeña en el interior de esta región menos deidades eran nombradas y adoradas que en los centros de comercio internacional y las ciudades más grandes de la costa como Ugarit. Esto también explica los pocos nombres de dioses y diosas entre las tradiciones conservadas en el Israel temprano en Canán, como, por ejemplo, en Josué, Jueces, y 1 y 2 Samuel.

Aún así, hay un cierto número de nombres de deidades en inscripciones de la Edad de Bronce Media y Edad de Bronce Tardía en Canán. Una carta cuneiforme del siglo XV a.C. desde Tanak menciona a Baal como deidad. Una inscripción del siglo XII a.C., encontrada en Qubur el-Walayadah, localizado a unos nueve kilómetros al sudeste de Gaza, contiene un nombre personal con el nombre divino El (´y´l “Dónde está El”?). Ba´al tiene lugar en una breve inscripción de la Edad de Bronce en Laqis, igual que “´l´b” “el dios del padre”, y “b´lt” “Señora”. El nombre Semita de la diosa “´It” (´Elat?) aparece en una inscripción del siglo XIII a.C. en el mismo sitio.

Biblos, una ciudad cuyas ruinas pueden todavía ser vistas en la costa Mediterránea del Libano, presenta un caso diferente. Es donde más Cartas de Amarna se originaron a cargo del líder de Biblos que de ninguna otra fuente. En ellas hay una preponderancia de referencias a la deidad, “La señora de Biblos”. Sin embargo, por dos veces se hace referencias a una deidad masculina, una vez como “mi dios viviente” y otra como “mi DA.MU”. Esta puede ser una contraparte a la Señora de Biblos. T. Mettinger la relaciona con una deidad conocida como Damu. Cerca del siglo X a.C., como sugieren las inscripciones en y cerca de Biblos, Damu viene a ser conocido como Baal de Biblos y como “señor”, un epíteto pronunciado exactamente de la misma manera que el nombre divino Adon (´dn) (encontrado, por ejemplo, en Josué 3:11)? Mettinger argumenta que DA.Mu era una escritura logo-gráfica que representaba al dios Adon. Señala la conexión de Damu y Dumuzi en algunos himnos Sumerios, y el papel de Damu como deidad de la vegetación que muere y resucita (identificada con el dios Sumerio Ningishzida). Encuentra un posible sincretismo ya en el temprano segundo milenio del periodo Antiguo Babilonio, y argumenta que la asociación de Damu y Dumuzi está en “buena armonía” con la evidencia. Si es así, esto explica la asociación del grano con Dumuzi, quien de otra manera aparece en los mitos tempranos sólo como pastor.

Además, textos de las pirámides del tercer milenio a.C. (y posteriores) de Egipto identifican una deidad en el interior de Biblos como “El Viviente”. Este apelación podría encajar con Baal y podría anticipar al Adonis que muere y resucita conocido en Biblos durante los tiempos Fenicios. Estas conexiones comparten cierta cantidad de especulación pero ejemplifican la frustrante falta de evidencia y las posibilidades intrigantes de los diversos testimonios y sus conexiones.

En Israel mismo, la ciudad de Siqem puede haber tenido un panteón similar al de otras ciudades Cananeas. En una de la cartas de Amarna del siglo XIV a.C. escrita por Labaya, el líder de Siqem, menciona “mi dios” en relación a su padre: En EA 252 líneas 28-31 hay dos líneas paralelas que sugieren esta conexión, en el marco de una promesa de vigilar a aquellos que atacaran lo que pertenecía a Labaya:

“Vigilaré
los hombres que capturaron al ciudad y mi dios,
los que saquearon a mi padre.
Y sin lugar a dudas los vigilaré!”

Carta del Líder de Siqem al Faraón acerca de Su Dios Ancestral.

“Me dirijo al rey mi señor:
Un mensaje de Labaya, tu siervo:
Me postro a los pies del rey, mi señor. Tú me escribiste, “protege a los hombres que capturaron la ciudad”. Pero cómo puedo proteger a esos hombres? La ciudad fue capturada durante una batalla. Mientras yo estaba jurando la paz, un oficial estaba jurando conmigo. Entonces la ciudad y mi dios fueron capturados. He sido calumniado ante el rey mi señor. Ahora, cuando una hormiga es aplastada, no se revuelve, y muerde la mano del que la quiere aplastar? Cómo pues no voy a mostrar miedo? Otra ciudad mía será tomada! Ahora, quizás digas, sométete a ellos de manera que te puedan atacar. Lo haré. Efectivamente, vigilaré a los hombres que capturaron la ciudad y mi dios, los que saquearon a mi padre. Los vigilaré”! (EA 252; 1350 a.C. de Amarna.

Puede todo esto sugerir veneración de una deidad ancestral? Si es así, ésta es la indicación más temprana extrabíblica y textual de reverencia a los antepasados o de culto a éstos en lo que sería más tarde Israel. Figuras y textos cuneiformes descubiertos en Siqem sugieren tentativamente que el Baal berith, “señor de la alianza”, mencionado en Jueces era un epíteto de un dios El Berit que funcionaba como testigo divino de los tratados y alianzas hechos a favor de la ciudad a lo largo de la Edad de Bronce Tardía y a comienzos de Edad de Hierro temprana.

Ugarit
Al norte de Biblos está Ugarit en la costa del Mediterráneo de Siria. Ugarit ha sido excavada desde 1929. Las excavaciones han revelado una gran metropolis de la Edad de Bronce Tardía. El lugar ha producido cientos de textos cuneiformes alfabéticos y silábicos pertenecientes al siglo XIII a.C., incluyendo muchos con significado religioso. Aunque Ugarit estaba situada cerca de Canán, no se identificaba a sí misma, ni a sus habitantes, ni su reino como Cananeos. No obstante su lenguaje era Semita Occidental y su cultura y textos contenían información mitológica y cultual relacionada muy de cerca con la de Canán. Hay que tener cuidado contra la tendencia a igualar la religión de Ugarit con la de Canán en la Biblia. No obstante, hay cierta herencia común Semita Occidental entre Ugarit y la Biblia.

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