domingo, 17 de noviembre de 2013

ZURVAN: TIEMPO INFINITO

ZURVANISMO: ZURVÁN AKARANA, EL PADRE DE LA LUZ Y LAS TINIEBLAS
En el periodo Aqueménida la Buena Religión de Zoroastro no sólo aumentó su influencia y autoridad sino que también sufrió el impacto de nuevos desarrollos religiosos en el Medio Oriente: bajo la influencia Babilonia algunas nuevas nociones religiosas y astrológicas concernientes a la naturaleza y funciones del tiempo dieron lugar a una nueva transmutación del esquema dualista Iranio con la emergencia de una nueva tendencia en el Zoroastrismo, el Zurvanismo.

En el Zurvanismo, Ohrmazd y Ahriman eran vistos como gemelos engendrados por el ser supremo Zurvan, el dios del Tiempo, posteriormente identificado con el Destino. Aunque el Zurvanismo ha sido a menudo considerado una religión Iraní pre-Zoroastriana independiente de un dios del tiempo, con sus propias enseñanzas y rituales, el punto de vista prevalente es que el Zurvanismo surgió como nueva forma del dualismo Zoroastriano modificado buscando el origen común de Ohrmazd y Ahriman en un Tiempo-Destino deificado(1). El origen y primeras fortunas del Zurvanismo, así como sus potenciales lazos con otras tendencias religiosas, como serían el Orfismo, el Budismo temprano, y la tradición filosófica Griega, aún están siendo investigados. Lo que parece cierto es que la tendencia Zurvanista en el Zoroastrismo se desarrolló durante la época media o tardía Aqueménida en el Irán occidental y fue particularmente influyente en los dominios Persas en Asia Menor.

Zurvan, deidad del Infinito Tiempo-Espacio y Destino, fue elevado al supremo estatus de principio primordial, el-sin-límites “Dios Grande y Justo”, sin origen y fuente de todas las cosas. Zurvan vino a ser adorado como cuaternidad, dios cuádruple, asociado con la Luz, Poder y Sabiduría y en adición con el Tiempo. Es el primordial-Todo-inteligible-unitario que engendró a Ohrmazd y Ahriman y la antítesis relacionada del bien y del mal, luz y tinieblas, etc. Como última y única “fons et origo” de todas las dualidades cósmicas, un Ser eterno pre-existente que trasciende el bien y el mal.

En la mitología Zurvanita(2), antes que nada existiese, estaba el eterno e ilimitado Zurvan que deseó tener un hijo que creara y presidiese sobre el cielo y la tierra como creador Cosmcrator. Para provocar el nacimiento de un dios-creador, Zurvan se puso a hacer sacrificios durante todo un milenio pero dudó de su eficacia y concibió gemelos –Ohrmazd, encarnación de su sabiduría, y Ahriman, encarnación de su duda. En algunas versiones del mito Zurvan aparece originalmente andrógino, mientras que otras variantes introducen a una diosa Madre traída a la existencia a comienzos de la historia cósmica que concibe a Ohrmazd y Ahriman después del ruego de Zurvan. Como Zurvan había prometido que el primer nacido sería consagrado rey, Ahriman, el que sería Señor de las Tienieblas y el mal, se aventuró a rasgar el vientre , y salió fuera el primero para reclamar su derecho a la realeza. En otras versiones Ahriaman inaugura la Mentira y proclama que él era Ohrmazd, pero es traicionado por su naturaleza oscura y maloliente. El luminoso y fragante Ohrmazd nació inmediatamente después de él pero aunque Zurvan aspiraba a otorgarle la realeza al más joven de los dos, el Señor de la bondad y la Luz, tuvo que ceder al primogénito el reino del mundo durante un periodo de tiempo finito de 9.000 años. Aunque le otorgó de mala gana la realeza a Ahriman, Zurvan confirió a Ohrmazd el sacerdocio con su emblema, las ramas del Barsom. Después que Zurvan ofreciese sacrificios por su hijo, Ohrmazd hubo de ofrecer sacrificios por su padre. Con el divino sacerdocio a él otorgado, Ohrmazd fue hecho rey sobre Ahriman, aparentemente en el ámbito celestial, y después del periodo de dominio de Ahriman sobre el mundo, él había de reinar y ordenarlo todo según su voluntad.

Zurvan dota a sus dos hijos con sus respectivas armas o “indumentaria”, que ambos eligen libremente según su voluntad y que les otorga sus contrastadas esencias. La substancia de la luz es la esencia de Ohrmazd, esta “forma de fuego” –brillante, blanca, redonda y de largo alcance”(Gran Bundahishn 1:44), era vista en el Zurvanismo como implementada y garantizada por su padre. El arma elegida por Ohrmazd también estaba asociada con las ropas del sacerdocio, “el vestido blanco brillante” que promovía el bien y destruía el mal. En contraste, el vestido color ceniza elegido por Ahriman como su esencia estaba asociado con el sacerdocio herético, “el conocimiento malo” y los planetas Ahrimánicos, principalmente Saturno, el que trae la muerte. En las “Selecciones de Zadspram”, el “vestido negro y color ceniza” que Zurvan otorgó a Ahriman incorporaba un complemento que eran llamaradas de fuego, contenía la substancia de “Az”, arrogancia o lujuria; el vestido también era descrito como modelado de la substancia de la oscuridad, “mezclada con el poder de Zurvan”(3). La investidura de Ahriman con este vestido era parte de un tratado centrado en la amenaza arquetípica de hacer que toda la creación le amase a él y odiase a Ohrmazd, una amenaza definida como la creencia en un principio, “que el que Mejora y Destruye es el mismo”. Si al final de estos nueve mil años de reinado de Ahriman no se cumplía su amenaza, su creación sería devorada por su propia arma de arrogancia y lujuria. Al contrario de la de Ohrmazd, la investidura de Ahriman contenía la semilla de la autodestrucción y estaba destinada a dar lugar a la extinción definitiva de la personificación oscura de la duda de Zurvan.

Pero el papel cosmogónico de Ahriman aparece ambiguo en algunos mitos Zurvanitas. Una fábula relata que a pesar de sus bellas creaciones, Ohrmazd, Ohrmazd no supo cómo crear la luz; fue Ahriman quien le impartió mediante el demonio Mahmi la fórmula para la creación de las luminarias; mediante el incesto. La relación de Ohrmazd con su madre generó el Sol, mientra que su unión con su hermana dio nacimiento a la Luna: estas luminarias finalmente iluminaron la creación(4). Por otro lado, en el Zurvanismo tardío las fortunas del hombre y el mundo eran vistas como determinadas en el conflicto cósmico entre los doce signos del zodiaco, los comandantes del partido de Ohrmazd, y los siete planetas, los comandantes del partido de Ahriman, que oprimen la creación e infligen la muerte y el mal sobre esta. Esas tendencias  en el Zurvanismo dieron lugar a círculos extremadamente fatalistas en el, cuyo enfoque en el total dominio del Tiempo-Destino estaba en claro contraste con el ethos del Zoroastrismo en tanto que religión de la voluntad libre. Aparte de este fatalismo, también surgieron tendencias materialistas en el Zurvanismo que rechazaron las creencias cardinales Zoroastrianas en el premio y castigo, Cielo e Infierno, y proclamaron todas las cosas como materiales surgiendo del Tiempo Infinito, el primer principio del mundo. Según otra forma de Zurvanismo, antes del nacimiento de Ohrmazd y Ahriman Zurvan creó el fuego y el agua, considerados en la tradición Zoroastriana como hermano y hermana, los principios masculinos y femeninos. En este sistema Zurvanita tanto Ohrmazd como Ahriman derivaban de la combinación de los dos primeros principios del fuego y el agua y es plausible que Ohrmazd debiera su esencia al calor del fuego y la humedad del agua, mientras que Ahriman habría heredado la frialdad del agua y la sequedad del fuego(5).

Lejos de ser un principio eterno e independiente, el mal en el Zurvanismo emana de la “duda”, un especie de caída divina o imperfección dentro de la Primera Causa, el Grande y Justo Zurvan. La consiguiente lucha cósmica entre Ohrmazd y Ahriman está virtualmente diseñada para restaurar la unidad e integridad de la Divinidad absoluta. Además, los nueve milenios de lucha y mezcla entre Ohrmazd y Ahriman en el Zoroastrismo ortodoxo fueron transformados en el Zurvanismo en un tiempo de gobierno de Ahriman en el mundo, establecido en un tratado con Zurvan. Al entronizar a Ahriman como Príncipe del Mundo durante 9.000 años el Zurvanismo remodela radicalmente la historia sagrada tradicional Zoroastriana que siempre había rechazado la idea de una era de supremacía Ahrimaniana sobre la Buena Creación y un imperio Ahrimánico en el mundo. Sin embargo, en el siglo primero d.C., en su “De Iside et Osiride”, Plutarco describió la noción de un eón gobernado por Ahirman como uno de los postulados de las enseñanzas originales del “Magus Zoroastro”. En su relato sobre la doctrina Zoroastriana tanto “Horomazes” (Ohrmazd) como “Areimanius”(Ahriman) tienen una supremacía de 3.000 años y luchan durante otros 3.000. la creencia de que el principio malo viniese a dominar la creación durante un periodo limitado de tiempo vino a ser el punto crucial de posteriores tradiciones esotéricas y religiosas. Uno de los sistemas cosmogónicos del Bon, la religión pre-Budista del Tibet, del que se dice fue introducido desde Tazig (Irán) es paralelo a estos conceptos Zurvanitas, posiblemente refleja sea influencias Iranias o el posterior impacto de las misiones Maniqueas en Asia Central y China. En esta cosmogonía Bon, dos luces emanan del auto-creado “Señor del Ser”, una blanca y otra negra que respectivamente engendran un hombre blanco, el dios radiante del Ser(El Señor que ama la Existencia), asociado con el principio del bien y el orden, y un hombre negro que encarna el No-Ser (Infierno Negro), la fuente de las constelaciones, fuerzas demoníacas, pestilencias y tribulaciones(6).

Además de esta trinidad cosmogónica Bon, influencias directas o indirectas subyacen a las alusiones en el Nuevo Testamento sobre el Diablo y el “Príncipe de este Mundo”(Juan. 16:11) y el “dios de este mundo” (2 Cor. 4:4). Aunque las influencias Iranias en el Nuevo Testamento son aún objeto de intenso debate, no hay duda de que el concepto Cristiano del Diablo como dueño del ámbito del mal y origen del pecado y la muerte estuvo determinado por las radicales transformaciones en las nociones Judías sobre el mal y Satán en los siglos que siguieron las dramáticas vicisitudes que transformaron y dejaron una profunda huella en el mundo Judío en el siglo sexto a.C.-El Cautiverio en Babilonia y el retorno a Sión.           
------------------------
1.     (125)La teoría que el Zurvanismo fue una religión pre-Zoroastriana que evolucionó en Irán occidental y fue re-interpretada en el Zoroastrismo es definida en Benveniste en Cap. 4, “Theopompus and Plutarch”, of “The Persian Religion”, pp. 69-117, y de manera similar, Nyberg veía a Zurvan como una deidad antigua del Irán occidental, o sea el dios de los Magos Medios, “Die Religionen des alten Iran”, pp. 105, 38 (cf. I.V. Rak, “Mify drevnego i rannesrednevekovogo Irana” (St. Petersburg and Moscow, 1998), pp. 115). Según Widengren, durante la era Parta (250 a.C. hasta el 226 d.C.)en Irán, el Zurvanismo era independiente del Zoroastrismo(Les Religions de Iran, pp. 240, 310), pero el peso de la evidencia indica que el Zurvanismo surgió como tendencia religiosa dentro del Zoroastrismo y se vio afectado por las especulaciones astronómicas y astrológicas Babilonias –ver, por ejemplo, U. Bianchi, “Zamam i Ohrmazd: lo zoroastrismo nelle sue origini e nella sua essenza”(Turin, 1958), pp. 130-89 y Boyce, “A History of Zoroastrianism”, vol. 2, pp. 232-43 (ambos sitúan sus comienzos en el periodo Aqueménida); cf. El punto de vista de R. Frye, “Zurvanism Again”, Harvard Theological Review, 1959, pp. 65, lo data en el periodo Sasánida. Para el punto de vista ecléctico de Zaehner, ver “Zurvan”, pp. 5, 19-20, 80, 239-42. Gnoli también argumenta que la fórmula dualista de Ohrmazd vs. Ahriman fue en sí misma un rasgo del sistema Zurvanita (Zoroaster´s Time and Homeland, p. 212). Boyce ofrece argumentos que afirman que el Zurvanismo fue promocionado por los Magos Persas en Babilonia, que a finales de la segunda mitad del siglo quinto combinaron nuevas interpretaciones de las enseñanza Gáthicas de los dos Espíritus con elementos de los postulados astronómicos-astrológicos Babilonios y el nuevo movimiento obtuvo el apoyo de Darío II (A History of Zoroastrianism”, vol. 2, pp. 240). La influencia del Zurvanismo parece haber sido particularmente fuerte y duradera en el Irán occidental y Asia Menor (F. Cummont, “Textes et monuments figurés relatifs aux mystères de Mithra”(Bruselas, 1896-9), pp. 9-10.
2.     (126)El principal mito Zurvanita es conservado en obras no-Zoroastrianas como la obra del apologista Cristiano Armenio Eznik de Kolb, “Wieder die Sekten”, tr. J. M. Schmidt (Viena, 1900); y en “Zurvan”, Zaehner reproduce las cuatro versiones paralelas del mito (pp. 419-20). La segunda parte del libro de Zaehner(pp. 257-453) reproduce fragmentos del “Avesta” de textos extras del Avesta Zoroastriano y de obras polémicas (Cristianas, Maniqueas e Islámicas) relevantes para el Zurvanismo y los mitos Zurvanitas.
3.     (127)El relato de los alternativas indumentarias, implementos, o “armamento” de Ohrmazd y Ahriman sigue la reconstrucción de Zaehner del mito Zurvanita de la investidura, “Zurvan”, pp. 113-25, que está basado en fragmentos del Greater Bundahishn, The Selections of Zadspram” y el “Denkart”. El argumento de Zaehner parece demostrar que las formas de la creación de Ohrmazd de la substanci de luz, “una forma de fuego” –brillante, blanca, redonda, y que se manifiesta lejos”, y “la forma negra, color ceniza” de la creación de Ahriman de la substancia de la oscuridad en el Greater Bundahishn”(1:44-9) eran vista en el Zurvanismo como “dones” de Zurvan a sus dos hijos que los viste con sus respectivas “personalidad” o “esencia”(Zaehener, “Zurvan”, pp. 116, 124). El fragmento del Denkart reproducido por Zaehner, “Zurvan”, pp. 374-8 elabora el mito de las armas alternativas de Ohrmazd, la ropa sacerdotal, su brillo y “vestido blanco resplandeciente” versus las armas de Ahriman, el vestido del falso sacerdocio, “el orden del mal en su estado puro”, el vestido color ceniza asociado con Saturno. Los fragmentos de “The Selections of Zadspram” que aluden a la “indumentaria” o “forma” otorgada por Zurvan a Ahriman son reproducidas en el “Zurvan” de Zaehner, pp. 342 y 351, y aunque el primer pasaje describe la indumentaria hecha de la “propia substancia de la oscuridad mezclada con el poder de Zurvan”, en el segundo fragmento la forma que Zurvan le da a Ahriman es “la vestimenta negra y color ceniza”, el implemento “como en un fuego, llamarada, que atormenta a todas las criaturas, que tienen la misma substancia de “Az” (arrogancia o lujuria)”. El segundo fragmento alude también al tratado mediante el cual la creación de Ahriman está condenada a ser devorada por Az si Ahriman fracasa en cumplir su amenaza de hacer que toda la creación material odie a Ohrmazd y le ame a él, lo que es visto como “la creencia en un principio” que identifica al que acrecienta y destruye.
4.     (128)El mito de la creación de las luminarias mediante el incesto celestial según las instrucciones de Ahriman está conservado en “Wieder die Sekten” de Eznik, y una traducción del relevante fragmento se puede encontrar en el “Zurvan” de Zaehner, pp. 438. Eliade sugiere que el mito fue introducido para justificar las renovadas prácticas incestuosas de los Magos, ver “A History of Religious Ideas”, vol. 2, p. 525.
5.     (129)Zaehner, “Zurvan”, p. 78. Este sistema Zurvanita, en el cual la creación del fuego y el agua precede a la creación de Ohrmazd y Ahriman, está conservado en el tratado “Ulema i Islam”(Zaehner, “Zurvan”, pp. 409-16). Los círculos fatalistas y materialistas Zurvanitas son tratados en Zaehner, “The Dawn and Twilight”, pp. 197, 205.

6.     (131)La triada Bon, su colorido Zurvanita y la cuestión de la influencia religiosa Irania en el Tibet son discutidas, por ejemplo, en G. Tucci, “The Religions of Tibet”, tr. G. Samuel (London/Berkeley, 1980), pp. 214; M. Eliade, “A History of Religious Ideas”, tr. A. Hitelbeitel y D. Aspostolos-Cappadona (Chicago, 1985, vol. 3, pp. 267, 270(ver también el relato de la cosmología del Bon en H. Hoffmann, “The Ancient Tibetan Cosmology”, Tibetan Journal, 2:3-4, 1977, pp. 13-17; sobre la figura del salvador divino en el Bon, ver el texto en H. Hoffmann, “An Acount of the Bon Religions in Gilgit”, CAJ, 13, 1969, pp. 137-46). Sobre las tradiciones que relacionan el Bon con Irán T. Wylie, “O-lde-spurgyal and the Introduction of Bon to Tibet”, CAJ, 8, 1963, pp. 93-104, esp. Pp. 101-2; D. Snellgrove and H. Richardson, “A Cultural History of Tibet”(London, 1968), p. 99, R.A. Stein, “Tibetan Civilization”, tr. J.E.S. Driver (London, 1972), pp.49, 231-2, 236, 240-1; N. Norbu, “Bon and Bonpos”, Tibetan Review, 15:12, 1980, pp. 8-11, esp. P. 9; B.L. Bansal, “Bon, Its Encounter with buddhism in Tibet”(Delhi, 1994), pp. 27,34,50-1; para más argumentos para influencias Iraníes (la mayoría de las veces vistas como Zurvanitas) sobre el Bon en el Tibet y las tradiciones religiosas populares, H. Hermanns, “Das National-Epos der Tibeter. Gling König Ge sar”(Regensburg, 1965), pp. 130-2; H. Hoffmann, “Tibet. A Handbook”(Bloomington, 1975), pp. 102-3, 106-7; A.M. Blondeau, “Les religions du Tibet”, en H.C. Puech, “Historie des religions III”(Paris, 1976), pp. 23-239, esp. Pp. 313-14; S.G. Karmay, “A General Introduction to the History and Doctrines of Bon”, “Memories of the Research Department of the Toyo Bunko”, Nº 33, 1975, pp. 171-218, esp. Pp. 194-5; P. Du Breuil, “A Study of Some Zoroastrian and Buddhist Eschatological Features”, K.R. Cama Oriental Institute, International Congress Proceeding, pp. 57; argumentos de que la religión Tibetana estuvo influenciada por el culto Iranio a Mitra han sido propuestos, particularmente por L. Gumilev y B.I. Kuznetsov –ver, por ejemplo, L. Gumilev, “Velichie i padenie drevnego Tibeta”, Strany i narody Vostoka, 8, Moscú, 1969, p. 157; Searches for an Imaginary Kingdom: The Legend of the Kingdom of Prester John(Cambridge, 1987), pp. 274-6; B. Kuznetsov, “Who Was the Founder of Bon Religion”, Tibetan Journal, 1:1,1975, pp. 47-53 (con argumentos que afirman que la más alta deidades de la religión Bon estaban asociadas con la triada Irania de Ahura Mazda, Mitra, y Anahita). Para contra-argumentos a esta teoría, ver N.L. Zhukovskaia, “Lamism i rannie formy reeligí” (Moscú, 1977), pp. 90. Ver también P. Kvaerne, “Dualism in Tibetan Cosmogonic Myths and the Question of Iranian Influence”, en C.I. Beckwith, “Silver on Lapis, Tibetan Literary Culture and History”(Bloomington, 1987), pp.163-75, que argumenta que un posible substrato dualista en la religión Tibetana puede haber sido reforzado por un contacto con la religión Iraní o que el dualismo en la cosmogonía Tibetana puede haber sido el resultado de un desarrollo interno (aunque reconoce el hecho que los “Bonpos Tibetanos, quizá durante mil años, han unánimemente reclamado acerca de la autoridad de sus textos sagrados, que Stagzig –i.e. Iran en un sentido u otro- es la tierra santa desde donde se expandió su religión”).

No hay comentarios:

Publicar un comentario