lunes, 10 de agosto de 2020

 SANTIAGO, LA EPÍSTOLA

Es la epístola de Santiago una falsificación (un libro escrito por alguien que afirmaba falsamente ser un personaje famoso) escrito contra otro libro que es también una “falsificación” (escrito por alguien que afirma ser *otra* persona famosa)? En este caso, el autor afirma ser Santiago, el verdadero hermano de Jesús, que escribe para contrarrestar los puntos de vista de Pablo -opiniones que el mismo Pablo no aprobó (exactamente), sino que son posteriores desarrollos de los puntos de vista de Pablo a cargo de un autor (o autores) que escribieron libros, después del fallecimiento de Pablo, *afirmando* ser Pablo. 


Todo esto es un poco confuso. Pero por qué el autor de la epístola de Santiago afirmó ser Santiago en particular? Por qué eligió este nombre y no otro? Nunca se sabrá con certeza , paro hay algunas opiniones al respecto. 


Por qué este falsificador religión el nombre de Santiago para atacar una tardía posición Paulina sobre la fe y las obras?


El famoso estudioso alemán Dibellius vio la elección del pseudónimo como ideológicamente inocente (o sea, pensaba que no había ninguna razón en particular por la que el autor eligió este nombre en particular). (Su razón:) Al contrario de las cartas Deutero-Paulinas, donde se invierten esfuerzos considerables para convencer a sus lectores que es Pablo el que está escribiendo, este autor simplemente afirma su nombre en 1:1 y no proporciona ningún intento de verosimilitud. Dado que Santiago de Jerusalem era conocido  por su “rectitud”, y dado que este libro quería enfatizar la importancia de vivir la fe de uno, la conexión era obvia. (Pero es esto correcto?:) Este punto de vista pasa por alto las tradiciones de conflictos entre el Santiago histórico y el Pablo histórico. Para nada puede ser un accidente que esta carta anti-Paulina sea puesta bajo la autoría del más conocido de sus oponentes. 


Recientemente David Nienhuis, por ejemplo, ha afirmado que el autor del libro de Santiago era la misma persona que compiló el corpus de las siete cartas de las Epístolas Católicas en orden a complementar el canon de las siete cartas de los escritos Paulinos entonces en circulación, estas otras producidas por los “pilares” de la iglesia de Jerusalem. (O sea: el editor que compiló todas las epístolas Católicas en un canon -las cartas falsamente adjudicadas a “Pedro”, “Juan”, y “Judas”- escribió esta carta para completar el número, así que el libro de “Santiago” quedaría incluido, de manera que los “pilares” de la iglesia, mencionados por Pablo en Gálatas 2, quedaran representados). Esto fue lo que ocurrió según Nienhuis, a finales del siglo segundo, dado que no hay conocimiento del libro de Santiago antes de Orígenes. El autor en particular estaba interesado en contrarrestar la creciente influencia del Marcionismo sobre la iglesia, y su rabioso Paulinismo. Pero hay enormes problemas con esta reconstrucción. Ireneo muestra evidencias de conocer el libro de Santiago, y poco en la escritura podría verse como dirigido contra la enseñanza distintivamente Marcionita. Al contrario, los puntos de vista a los que se opone el libro están esencialmente situados en la situación pos-Paulina de la iglesia a finales del siglo primero. Es también interesante señalar que Judas no era uno de los “pilares” de la iglesia de Jerusalem. La colección difícilmente pudo haber sido hechas en orden a tener escritos de los “pilares” puestos en oposición a Pablo. El autor de la epístola de Santiago no eligió el nombre de Santiago por esta razón. 


La explicación más simple de la autoría es probablemente la mejor. Santiago era considerado una autoridad impecable en la iglesia temprana en tanto que “hermano del Señor” y líder de la iglesia de Jerusalem. Además, era conocido como oponente de Pablo, esté o no la tradición basada en un conflicto histórico. Así, un autor que quería atacar la posición “Paulina” -posiblemente sin saber que no era la propia posición de Pablo, sino una posición desarrollada posteriormente en alguna de las comunidades Paulinas- eligió inteligentemente este pseudónimo. En la carte de Santiago tenemos a un autor atacando a un Deutero-Pablo debido a puntos de vista que el mismo Pablo, hasta lo que se sabe, nunca mantuvo. Al hacer esto se sitúa en agudo contraste con las obras pro-Paulinas. Estas incluyen escritos tales como el libro de Los Hechos, donde Pablo y Santiago aparecen armoniosamente de acuerdo -teológicamente, prácticamente y en todos los demás aspectos- y es interesante señalar que el libro de 1 Pedro, como ha demostrado M. Konradt, tiene sorprendentes similitudes con el libro de Santiago aunque sus posiciones respecto a Pablo estuviesen enfrentadas. 







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