JUAN EL BAUTISTA EN EL EVANGELIO DE
MATEO
Es buena suerte el tener el análisis de Wolfang Trilling
titulado “Die Täufertradition bei Matthäus”(1) un estudio del tratamiento que Mateo da a Juan.
Partiendo de la estructura de este análisis trataremos de complementarla.
EL DESTINO DE UN PROFETA(Mat. 14:3-12)
Mateo abrevia el, en cierto sentido, incoherente relato de
la muerte de Juan en un solo esbozo fragmentado. Pero añade dos nuevos temas:
la hostilidad de Herodes, y el informe a Jesús de la muerte de Juan. Por qué
nos dice Mateo que los discípulos de Juan “fueron a
informar a Jesús”(Mat. 14:12b)? J.
Schmid sugiere que Mateo está estableciendo una relación causal donde no había
ninguna en Marcos entre la muerte de Juan y la posterior retirada de Jesús en soledad:
“Jesús huye de Herodes el asesino de Juan Bautista”(2). Mateo establece pues un paralelo entre el destino
de Juan y el ahora previsto destino de Jesús; los discípulos de Juan anuncian
la muerte de su maestro en orden a proclamarle a Jesús su propio destino, el
destino de un profeta(3). Tres motivos surgen de
este pasaje:
1.
El destino de los profetas. La versión de Mateo
de la muerte de Juan es comparable a los ayes sobre los Fariseos por construir
los sepulcros de los profetas(23:29-36) y la
parábola de los viñadores(21:33-43). El
sufrimiento de los profetas descrito en esos pasajes está en realidad
demostrado por la muerte de Juan. Su ejecución demuestra el axioma que el
profeta ha de sufrir(4). Mateo sitúa esta
narrativa inmediatamente después de la afirmación que “un
profeta sólo carece de prestigio en su patria y entre los suyos”(Mat. 13:57). Juan es el “típico”
profeta del desobediente Israel, y como de costumbre el desobediente Israel le
asesina(5). Por esta razón Mateo no ofrece el
informe completo de la decapitación de Juan(como lo hace Lucas en 9:9; 3:19f.), aunque el relato tiene el aspecto de
comentario-del-bazar.
2.
“El Frente anti-Dios”(Die
gottfeindliche Front). Ahí está sin duda la correspondencia entre la muerte de
Juan y la Pasión de Jesús: Mat. 14:3-12 es,
de hecho, la Pasión de Juan. Herodes, no
Herodias, asesinó a Juan; duda, no porque tema al profeta, sino porque teme al
pueblo, igual que en 26:4 el sumo sacerdote
busca eliminar a Jesús pero teme a la multitud(cf. También 21:26,46). Herodes Antipas es puesto en línea con
su padre que buscó la vida de Jesús en su nacimiento(2:13),
y con su hermano Arquelao, cuyo liderazgo en Judea forzó a José a establecerse
en Galilea(2:22). Todo forma un solo rango
de oposición. Por esta razón Mateo piensa que es imposible que Antipas viese a
Juan como “un hombre santo”(Marcos 6:20), al igual que pensaba era imposible
que el escriba “contestara con sensatez” (Marcos 12:34). A los ojos de Mateo solamente hay
dos posiciones, y Herodes está, por lo tanto, con los asesinos de los profetas(6).
3.
Este frente unido de oposición pone a Juan y
Jesús juntos. Los discípulos de Juan son los aliados de Jesús, el destino de
Jesús está ligado al de Juan, sus enemigos son los mismos. Este paralelismo de
destinos ya indica un propósito paralelo servido por ambos en el propósito
redentor de Dios.
LA VOCACIÓN DEL BAUTISTA EN LA
HISTORIA DE LA REDENCIÓN
Cada pronunciamiento acerca de Juan el Bautista en el
Evangelio de Mateo está relacionado con su función en la historia de la
salvación. Mateo desarrolla el papel de Juan en términos de su relación con el
Reino de los Cielos y su identidad como Elías.
(I) JUAN EL BAUTISTA Y EL REINO DE
LOS CIELOS
Mat. 11:12-13 centra la
atención en este tema. Parece cierto que 11:12-13f.
no tiene su origen en la colección Q donde
aparece(7). Lucas la sitúa en un marco
completamente diferente. Mateo tiene razones definidas para ponerlo ahí. En
ambas versiones del dicho el centro no es Juan y la Ley sino más bien las dos
grandes épocas de profecía y cumplimiento: la Ley y los profetas por un lado,
el Reino de los Cielos por el otro(8). La
presentación de Lucas es cronológica, y se afirma como primaria, cuando su
lenguaje muestra señales de ser secundaria(9).
La versión de Mateo, por otro lado, es un terrible revoltijo; “los profetas y la Ley” aparecen en orden inverso,
y el sentido de βιάζεταί y βιασταί no están para nada claros. Trilling señala
que el δέ en 11:20
une obviamente el v. 12 con el 11 (Q). Pero el
v. 11 contiene un dicho acerca del Bautista,
por lo tanto Mateo está aparentemente tratando de ofrecer una comprensión más
correcta de 11:11b mediante el v. 12: Juan es (sin duda) menor que “el último en el Reino de los Cielos”, aunque desde
su aparición el Reino de los Cielos ya está aquí, porque todos los profetas
profetizaron hasta Juan. Él está obviamente incluido en el periodo de la
realización del reino(10).
Cómo habría que evaluar άπό δέ τών
ήμερών...... έως άρτι y έως ίωάννοου? La
mayoría de las veces que Mateo usa άπό le da
un sentido temporal e inclusivo, especialmente cuando lo usa junto a έως(11). La frase “los días de Juan” significa el periodo de su
trabajo, ministerio, actividad, es una frase rabínica familiar. Mateo la usa a
menudo: 24:37(Q)
–los días de Noé; 2:1 –los días (en el
tiempo de) del Rey Herodes; 23:30 –los días
(en el tiempo de) nuestros padres. Por lo tanto “άπό ....Iωαννου”
significa el periodo del ministerio de Juan como un todo. Queda claro en 3:2 que Mateo intenta incluir a Juan en el periodo
del Reino inaugurado, donde pone en boca de Juan el mensaje de Jesús: “Arrepentíos porque el Reino de los Cielos está cerca”.
El έως en 11:13
explica cómo Mateo permite a Juan predicar el Reino, pues según él el periodo
de la promesa se extiende solamente hasta el momento en que aparece Juan; con
Juan comienza el cumplimiento(12).
Mateo ha también de aclarar la relación de la Ley y los
profetas con el nuevo periodo de manera tal que no implique su abrogación. Por
esta razón añade έπροφήτευσαν –no en orden a
resaltar el papel profético del Bautista(13),
sino al contrario, para enfatizar la distinción entre profecía y cumplimiento,
con Juan como inaugurador de la época del cumplimiento(14).
Q dice en 11:9 que Juan es más que un profeta, y (si la cita
de Mal. 3:1 estaba originalmente en Q) dando a entender que este “más” significaba que era el mensajero profetizado
por Malaquías (Mat. 11:10 = Luc. 7:27).
Mateo hace esta insinuación explícita en v. 14.
Si Juan ya no pertenece a los profetas que profetizan(11:13),
si es en realidad más que un profeta, entonces ya no puede ser entendido de
acuerdo a las categorías proféticas, sino sólo en términos de las categorías de
cumplimiento. Mateo dice claramente lo que para él significa περισσότερον προφήτου: Juan
es Elías.
(II) JUAN Y ELÍAS (Mat. 17:10-13;
11:14-15)
La certeza con la que la identidad entre Juan y Elías es
expresada aquí es única en el Nuevo Testamento. Esta identificación es más
claramente expresada en la versión de Mateo del descenso del Monte de la
Transfiguración. Varios motivos refuerzan el relato paralelo de Marcos(Marc. 9:11-13): el tema apologético que si el
Mesías ha llegado igual ha de haber ocurrido con Elías; la creencia Cristiana
que Juan es el precursor profetizado en Mal. 3:1(Marc. 1:2; Mat. 11:10; Luc. 7:27) y es por lo
tanto Elías; y el sufrimiento del Bautista y por lo tanto el prefigurado
destino de Jesús. Sólo el último, el tema del sufrimiento, encontró un lugar
seguro en la versión de Marcos(15). Los otros
temas cuelgan como cabos sueltos.
Mateo, sin embargo, ha ordenado todo el relato alrededor de
un único y claro tema en una progresión de tres etapas:
Pegunta: Es verdad que Elías ha de venir?
Respuesta: Es verdad.
Solución: Elías ha venido; es Juan!
El secreto Elíanico es transformado de un misterio en un
dogma. El sufrimiento de Juan ya no es una mera insinuación anunciando que
Jesús también sufrirá (Cómo es que está escrito del Hijo del Hombre, que ha de
sufrir……?) sino más bien una declaración abierta de su inevitabilidad y
necesidad (Por lo tanto el hijo del hombre también sufrirá).
Es significativo que los discípulos, no Jesús, identifican a
Juan con Elías en 17:13. Hay que señalar
también que los “discípulos”, no los tres que estuvieron con Jesús en el Monte
de la Transfiguración, son los que preguntan por de Elías(16). Estos dos hechos sugieren que la creencia en
Elías es una tradición de la iglesia puesta en boca de Jesús para obtener
autoridad. En cualquier caso, Mateo la trata así(17).
En la versión de Marcos del descenso el término crucial es άποκαθιστάνει –Elías “restaura”
todas las cosas; en Mateos el énfasis es sobre έρχεται
–Elías “viene”. El hecho de la venida de
Elías y por lo tanto la identificación con Juan es lo importante(18). Mateo entiende esta restauración en términos de Mal. 4:5 como el ministerio del arrepentimiento, y
evalúa la función de Juan-Elías en consecuencia: “Juan predicó el
arrepentimiento como condición para entrar en el reino” (Mat. 3:2; 21:32; 3:11,8).
En 11:14 Mateo hace
explícito el papel de Juan como Elías. Pero lo hace de tal manera que no puede
ser fácilmente reconocido, es una verdad sólo para aquellos que tienen “oídos para oír”(11:15).
Es una afirmación que no puede ser demostrada, sólo puede ser captada por la
fe(19). Por lo tanto el v.14
comienza con la frase καί θέλετε δέξασθαι
–“Y si queréis aceptarlo, él es Elías……” Pero por qué es esto difícil de
aceptar? Porque presupone el mesianismo de Jesús que los Judíos (en los días de
Mateo) ya habían rechazado(20). La
identificación de Juan con Elías es sólo una consecuencia de la identificación
de Jesús como Mesías. Es una expresión dogmática de la relación de Juan con
Jesús. Juan no es Elías como tal, sino más bien el Elías del Mesías. Aquí, como
en otras partes del Evangelio, el significado de Juan es definido siempre
solamente en términos de su relación con Jesús en el plan de salvación de Dios(21).
Mientras Marcos explica el rechazo del Mesías mediante el “secreto mesiánico”, Mateo lo atribuye a la esclavitud
del pecado(Mat. 11:25-27). El rechazo de
Juan es explicado de la misma manera. Los niños rechazan a ambos basados en el
rencor (11: 16-19). Herodes desea asesinar a
Juan(14:5). El Sumo Sacerdote y los ancianos
se oponen al plan de Dios al rechazar a Juan, ni siquiera se arrepintieron
después y creyeron en él(21:32). El misterio
de la identidad de Juan está ligado al misterio de Jesús; aunque éste es un
misterio abierto en lo que aquellos que fallaron en conocerlo son los que se “negaron” a conocerlo(11:15).
La verdad acerca del Bautista puede ser conocida solamente por aquél a quien el
Hijo elija para revelárselo(11:25-27).
Así, “el que tenga oídos para
oír” es más que un instrumento del sermón para hacer reflexionar al
oyente(22), es una amenaza: “Lo mejor que podéis hacer es creer esto porque la
salvación depende de ello”(23). Mateo
intensifica la amenaza y urgencia de la llamada de Juan al arrepentimiento
elevando su estatura histórica. Al mismo tiempo hace de la creencia en el papel
Eliánico de Juan un artículo de fe. Juan ya no meramente cava la tierra donde
brotará la semilla del Reino, dado que en Mateo Juan mismo es el primero en
predicar el Reino(3:2). No es un mero
profeta del desierto, pues Juan habla ahora con la autoridad del Elías vivificado,
cuya presencia es una señal que la profecía se ha cumplido.
JUAN Y JESÚS
La visión de Mateo de la relación de Juan con Jesús es
consecuencia de su punto de vista acerca de la Historia de la Salvación y el
destino de un profeta. Juan está unido a Jesús aunque de manera tal que la
superioridad de Jesús se mantenga. Trilling analiza esta relación bajo los
aspectos de asimilación y distinción.
LA ASIMILACIÓN
Jesús y Juan se mantienen unidos contra
“el frente anti-Dios” y “a favor” del Reino de los Cielos. El nivel al que
Mateo lleva a cabo esta asimilación se puede ver en la manera como intercambia
libremente, una con la otra, las tradiciones del Bautista y Jesús. Las palabras
de Jesús son puestas en la boca de Juan y viceversa. De la predicación de Juan,
por ejemplo, Mateo toma la advertencia que “todo
árbol que no de buen fruto será cortado y echado al fuego”(3:10) y los coloca en la parábola del árbol y sus
frutos(7:19). En 3:10b
estaba dirigido a los Fariseos y Saduceos, en 7:19
se refiere a los Cristianos seudoprofetas. En 15:13
Mateo hace que Jesús aplique una expresión similar a los Fariseos. De nuevo, en
12:34 y 23:33 Mateo pone en boca de Jesús la
invectiva de Juan contra la “raza de víboras”(3:7)(24). En cambio, la proclamación de Jesús del Reino en 4:17 es puesta en labios de Juan en 3:2. La palestra del conflicto para Juan y Jesús
es la misma: ambos están contra la misma oposición.
Por otro lado, el ataque frontal de Jesús contra los
Fariseos es llevado al mensaje de Juan. En contraste con Marcos y Lucas, Mateo
enfrenta a Juan con los Fariseos desde el mismo comienzo(3:7), con el resultado que el “vosotros” de 21:32
acusa a los Fariseos por su incredulidad(25).
Estudios recientes han establecido que Mateo concebía el Judaísmo no en
términos de su diversidad, sino de acuerdo a su forma contemporánea, o sea, el
Judaísmo Fariseo tal y como se desarrolló en el periodo siguiente a la
destrucción del Templo en el 70 d.C.(26).
Proyectando hacia atrás desde la situación polémica de la iglesia en su lucha
contra el Judaísmo Fariseo, Mateo se centra en los Fariseos como los verdaderos
oponentes de Jesús, convirtiéndolos en cada oportunidad en los villanos de la
pieza.
El frente hostil del enemigo está ya constituido antes de la
aparición de Jesús. Ya el Bautista prevalece contra los enemigos de Dios con
ácidas palabras y la amenaza del juicio y la ira por venir(27).
Resumiendo, Jesús y Juan están juntos no solo en oposición
común y rechazo a cargo de los oponentes a la voluntad de Dios, sino que
también aparecen juntos como campeones del Reino de los Cielos. Aunque sus
métodos son opuestos ambos son instrumento de Dios(11:18-19).
Por consiguiente en 4:17 Jesús ya no dice “el tiempo se ha cumplido”(Marc.
1:15), porque para Mateo la época de la salvación ya ha llegado con el
mensaje de Juan. Mateo redefine el tema central del mensaje de Juan: no el
bautismo, sino el Reino de los Cielos(3:2)(28).
Juan es llevado a la época del Reino de Dios inaugurado. No
está en el otro lado sino en este lado de la división escatológica que separa
el tiempo antiguo del nuevo. Con su aparición comienza el Reino(29). Ningún otro evangelista asimila tanto Juan a
Jesús.
LA DISTINCIÓN
El punto de vista de Mateo sobre Juan tiene dos lados. La
distinción entre Jesús y Juan que encuentra en sus fuentes él la hace aún más
aguda. Precisamente debido a la amplia asimilación es necesario mantener los
límites adecuados. Solo Jesús es Mesías! El Bautista no ha de poner en peligro
el lugar único de Jesús(30).
Por lo tanto el poder para mediar en el perdón de los
pecados es negado al bautismo de Juan. Sólo la sangre de Cristo trae el perdón(26:28). Juan es sólo un βαπτίζω......
είς μετάνοιαν(3:11a); la referencia
en Marcos al perdón de los pecados es eliminada. En 3:11b
Mateo re-ordena el versículo de manera tal que el énfasis cae en ίςχυρότερός μου έστίν en lugar de έρχόμενος, de manera que se hace que Juan admita francamente
que Jesús es superior(31). Dado que Juan está
subordinado a Jesús es por lo tanto indigno para bautizarle(3:14). No se observa polémica en la inferioridad
del rito bautismal de Juan(como opuesto al Cristiano) sino una reflexión sobre
su persona: “Soy yo el que necesita ser bautizado
por ti”. Jesús es superior a Juan, aunque Mateo no niega a Juan: “conviene que así cumplamos toda justicia”(3:15). La modestia de Juan es denegada; está bien
que sea modesto, pero también está bien que bautice al Mesías, pues haciendo
esto se cumple la voluntad de Dios(Justicia -3:15b; 21:32). La palabra δικαιοσύνη
no aparece por accidente; es la peculiar manera de Mateo para designar la fe y
vida de los Cristianos y del Cristianismo en general(cf. 5:6, 10; 6:1ff.)(32).
Al ser bautizado por Juan, Jesús declara el bautismo obligatorio para los
creyentes otorgándole al mismo tiempo un valor más elevado al rito de Juan. El
bautismo es de hecho el elemento constitutivo de la justicia Cristiana(28:19)(33). El
sentido de ηληρώσαι puede también estar
involucrado aquí: en el bautismo de Jesús “el bautismo de Juan es cumplido”,
i.e. Cristianizado, y se convierte mediante esta acción en el rito de la
Iglesia. No hay intención de comparación entre el bautismo inferior del
Bautista y el bautismo superior Cristiano(34),
pues el rito de Juan lleva el sello de Dios y ya está señalado como camino de
justicia(21:32). El significado de ηληρώσαι es aclarado en 5:17; Jesús viene no a
destruir sino a “cumplir” el rito de Juan de manera tal que su consumación es
al mismo tiempo su transformación(35). Así,
Mateo también cambia la voz en el bautismo pasando del discurso privado al
público en orden a hacer de esto la autorización divina del rito bautismal
Cristiano establecido por el Mesías(36).
El punto de Mateo es: Juan está subordinado a Jesús. Pero
Mateo le subordina de manera tal que la distinción está ella misma subordinada
a la unión entre ellos. Cada uno tiene una parte en la manifestación del rito
Cristiano del bautismo al mundo.
Incluso el hecho que ambos prediquen el Reino disimula la
distinción entre ellos. Cuando Juan dice “Arrepentíos,
porque el Reino de los Cielos está cerca”, Mateo le une Isa. 40:3; la razón para el arrepentimiento es que
el camino está siendo preparado para el Señor(Mat.
3:2). Pero cuando Jesús usa la misma frase en 4:17,
Mateo la introduce usando Isa. 9:1-2,
cambiando todos los tiempos futuros de los LXX por el pretérito perfecto(37). En ambos casos se cumple la profecía, la
Escritura es citada como hecho cumplido, aunque se da a entender que Juan es el
precursor, Jesús es “la luz” que “ha amanecido”(4:16),
i.e. el Mesías. La asimilación de sus mensajes no elimina la distinción de sus
papeles en el propósito redentor de Dios.
El escriba Mateo (13:52)
tiene una clara concepción del discipulado diseñado según el patrón rabínico:
el discípulo sigue a su maestro(38). Es de lo
más remarcable que Mateo retrate a Jesús como “discípulo
de Juan”. No hay otra manera de interpretar su retención de όπίσω μου en 3:11.
Igualmente en 4:12 y 17 Mateo muestra que
Jesús es el sucesor de Juan. En 14:13 Jesús
se retira no porque Juan esté muerto sino porque Herodes le ve a él como el
nuevo líder del movimiento de Juan(14:2).
Pero Mateo quiere presentar a Jesús como discípulo de Juan porque al mismo
tiempo él ofrece protección. Así en 3:11 όπίσω μου es yuxtapuesto a ίσχυρότερός
μου έστίν y 4:17 es precedido por 4:16. Jesús es el discípulo que eclipsa a su
maestro(39).
El mismo equilibrio entre subordinación y exaltación existe
en 11:12-15. Mateo conserva las palabras de Q acerca de Juan como el último en el Reino de los
Cielos(11:11b/Luc. 7:28b), pero no las
elabora. Se centra más bien en la frase “más que un
profeta”(11:9)(40). 11:12-15 está
interesado estrictamente en la Historia Sagrada y eleva a Juan por encima de
cualquier estimación previa de él en las fuentes de Mateo. La misma actitud
aparece en el uso que hace Mateo de 11:2-6(Q). Si Juan se vio “ofendido”
por Jesús no lo dice Mateo, ni tampoco Juzga a Juan. Más bien Mateo construye
partiendo de la colección de Q una exigencia
de arrepentimiento(11:2-30), y enfatiza el
papel positivo de Juan. Es como si la frase “bendito
el que no se escandaliza de mí” en 11:6
estuviera dirigida a todos los hombres y no ya a Juan(41).
La verdadera preocupación de Mateo es hacer de Juan un
aliado en el Reino de los Cielos. De la tensión entre los discípulos de Jesús y
los de Juan, de las oposiciones entre los dos bandos, de la polémica contra los
seguidores de Juan tal como está reflejado en Juan
1:19ff., no hay ni rastro(42). Tres
pasajes en Mateo mencionan a los discípulos de Juan. En 9:14 la cuestión del ayuno es mencionada por los discípulos de
Juan. En la versión de Marcos “vinieron a
preguntarle” y en Lucas “los Fariseos
preguntan”(Marc. 2:18; Lucas 5:33).
En el relato de Mateo sobre este tema no hay evidencia de polémica contra
ninguna práctica del Bautista, dado que los Cristianos también ayunan(Mat. 6:16-18). No se muestra hostilidad alguna
contra los discípulos de Juan, aunque el dicho acerca del remiendo nuevo y del
vino nuevo que sigue en la tradición triple tiende a situarlos en el mismo
campo que los Fariseos(9:16f). Mat. 11:2-6 y 14:12 también muestra a los
discípulos de Juan yendo hacia Jesús, de nuevo sin hostilidad. Dado que 14:12 es el más claro de los tres pasajes, puede
ser interpretado como la expresión de la actitud de Mateo hacia los Bautistas,
y aquí van a Jesús como aliado. Mateo relega a los discípulos de Juan al limbo,
no son ni Cristianos ni oponentes. Aparentemente Mateo no se ve obligado a
definir la relación con la iglesia porque no eran problema para la iglesia para
la que él escribía(43). El Bautista y sus
discípulos entran en el cuadro sólo como elementos del pasado (Juan vino… (11:18; 21:32).
CONCLUSIÓN
Mateo ha fabricado partiendo de diversos materiales a su
disposición una concepción compacta y consistente del papel de Juan. No muestra
interés biográfico en Juan y Juan permanece lejano como persona. El punto de
partida de Mateo para adaptar y modificar sus fuentes es el concepto-Elías.
Dejando claro el papel de Juan, Mateo introduce un elemento de certeza que no
admite ambigüedad: Juan es el profetizado Elías. Mediante esto la elevación y
asimilación de Juan no pone en peligro el significado único de Jesús para la
salvación. Además, otras salvaguardas teológicas fueron añadidas para dejar
clara la subordinación de Juan-el-Elías a Jesús-el-Mesías.
Pero aparte de esos retoques la tendencia del esfuerzo de
Mateo es hacia la Cristianización de Juan. Juan está al otro lado de “los profetas y la Ley”, él inaugura el reino
Mesiánico y pertenece al tiempo de su realización y llegada(44). El bautismo de Juan y su mensaje de arrepentimiento
no son ya considerados como elementos restringidos a la preparación del camino,
sino que se han convertido en signos esenciales del reino mismo e
indispensables para la entrada en él. Como Jesús, Juan proclamó el reino y
amenazó a los oponentes con la ira del juicio, como a Jesús nadie le creyó y
fue asesinado. El destino de Juan preparó el destino de Jesús. Fue un mártir
Cristiano antes de la muerte de Cristo. Ahí está la nota polémica en el uso que
hace Mateo de Juan, una polémica dirigida no contra el movimiento Bautista sino
contra la parte de Israel que rechazó a Jesús, el frente anti-Dios. Tras el
Evangelio de Mateo está la afirmación que la iglesia solo es el “verdadero” Israel(45).
Juan es testigo contra esta generación que rechazó la voluntad de Dios y perdió
las llaves del Reino(21:43). Se reclama a
Juan como el “verdadero” profeta de Dios. Es
este abismo que divide a los dos “Israel” lo que más cuenta para el hecho que
Mateo haya instalado a Juan dentro del campo Cristiano.
Mateo hace explícito todo lo que en la imagen de Marcos de
Juan permanece oculto: la oposición de Herodes, el destino del profeta, su
identidad como Elías. Pero al hacer así altera completamente la representación.
En Marcos, el destino de Juan como Elías-incógnito expresa la ambigüedad y
sufrimiento de la existencia Cristiana en el intervalo antes que Cristo venga
de nuevo. Pero ahora en Mateo, el destino de Juan ilustra la hostilidad del
“seudo-Israel” a cada apertura de Dios. La identidad de Juan como Elías sirve tanto
como para hacer su asesinato tanto más inexcusable, y para validar el
mesianismo de Jesús de acuerdo con las exigencias de las pruebas basadas en el
esquematismo profético. Si bien el tratamiento de Mateo es mucho más
comprensivo que el de Marcos, también es –desde el punto de vista de este
escritor- menos profundo.
------------------------
1.
BZ, III, 2 (1959), 271-89.
2.
Matthäus und Lukas,
p. 177, citado por Trilling, art. Cit. P. 273.
3.
Trilling, art. Cit. Pp. 272-4.
4.
Ibid. P. 274. Cf. También H.J. Schoeps, “Aus frühchristlicher Zeit”(1950), pp. 126ff. (Die Jüdischen Prophetenmorde). La muerte del
profeta es fatídica, no redentora o vicaria(Cullmann, “The
Christology of the New Testament”, p. 56). No cumple nada excepto la condena
de los asesinos del profeta.
5.
Trilling, art. Cit. P. 274.
6.
Ibid. Pp. 274f.
7.
T.W. Manson, “The
Sayings of Jesus”, p. 68.
8.
Hay implicada un tercera época, cuando será
eliminada la antipatía entre el mundo y el Reino de los Cielos(Kraeling, “John the Baptist”, p. 156.
9.
Por ejemplo, su uso de εύαγγελίξεται
para otorgarle al dicho un significado positivo; el hecho que el Reino es
solamente predicado, no llega; y el uso generalizado de πάς.
10.
Trilling, art. cit. P. 277.
11.
Trilling cita como ejemplos Mat. 23:35; 1:17(tres veces); 2:16; 27:45. Dos usos de άπό
aparecen en las citas -13:35 y 24:21. Cf.
También Mat. 9:22; 5:28; 17:18; 25:34. Mat. 19:4
es igual a Marcos 10:6, y Mat. 22:46 no es seguro. Trilling también menciona
ejemplos de άπό usado en sentido inclusivo
en los LXX y literatura Griega(ibid. Pp. 277f. n.38).
12.
Trilling, art. cit. P. 278.
13.
Como piensa Klostermann, “Das Matthäusevangelium”(Handbuch zum NT, 4), p.
98.
14.
Trilling, art. cit. P. 279.
15.
Trilling, art. cit. P. 280.
16.
Ibid, p. 281.
17.
En 14:1-2
Mateo borra el paralelo en Marcos 6:15 donde
algunos toman a Jesús por Elías.
18.
Trilling, art. cit. P. 281.
19.
Trilling, art. cit. P. 281, citando a J.
Weiss(Schriften des NT, I2,
316).
20.
Schweitzer, “The
Quest of the Historical Jesus”, p. 383: “Desde
el punto de vista de la expectativa escatológica nadie podía reconocer a Elías
en el Bautista hasta que no conociera el mesianismo de Jesús”.
21.
T. W. Manson, “The
Sayings of Jesus”, p. 185: “El hecho es que
la identificación de Juan con Elías aparece peculiarmente en Mateo. Se podría
conjeturar que la identificación fue realizada por Judíos Cristianos que habían
de enfrentarse a la objeción de los Judíos que el verdadero Mesías sería ungido
y proclamado por el retornado Elías, y esto no había ocurrido en el caso de
Jesús, y por lo tanto Jesús no era el Mesías”.
22.
Como piensa A.H. McNeile, “The Gospel According to St. Matthew”(1961), p.
157.
23.
Trilling, art. cit. P. 281. Aunque se permita un
factor litúrgico para esto en 11:15, su
yuxtaposición con “y si queréis aceptarlo”
en 11:14 realza el sentido de urgencia y
amenaza.
24.
Trilling, art. cit. P. 282.
25.
La referencia de Mateo a “los Fariseos y Saduceos” en 3:7 parece redaccional. Cf. Mat. 16:1-2, donde cuatro veces Mateo introduce la
frase “los Fariseos y Saduceos” donde su
fuente tenía “Fariseos” y “Fariseos y…. Herodes”(Marc. 8:11-21). El grado hasta el cual la frase está
estereotipada en Mateo está indicado por la ausencia del artículo delante de ςαδδουκαίοι(Trilling art. cit. P. 283). Reinhart
Hummel comenta que Mateo no tiene interés independiente en los Saduceos, sino
sólo en conexión con los Fariseos; Saduceos es una designación colectiva para
todos los Judíos no Fariseos. Emparejar Fariseos con Saduceos es un golpe a los
Fariseos, dado que en el Judaísmo Rabínico los Saduceos eran considerados
herejes –tanto como para decir, “Ustedes tampoco
sois mejores”(Die Auseinandersetzugn zwischen Kirche und Judentum im
Matthäusevangelium”, 1963, pp. 13-22.
26.
Cf., entre otros, G.D. Kilpatrick, “The Origins of the Gospel According to St. Matthew”(1950);
Reinhart Hummel, op. Cit.; W.D. Davies, “The
Setting of the Sermon on the Mount”(1964); y W. Trilling, “Das wahre Israel. Studien zur Theologie des
Matthäus-Evangeliums”(1964).
27.
Trilling, art. cit. P. 284.
28.
Trilling señala que el mensaje de Juan ha sido
ordenado por Mateo en la misma línea que el de Jesús. Ambos proclaman la
salvación antes de amenazar con el juicio. Juan proclama “El Reino” antes de
amenazar con el hacha, igual que Jesús en el Sermón de la Montaña ofrece las
Bienaventuranzas antes de las palabras de amenaza.
29.
Ibid. P. 286.
30.
Trilling, art. cit. P. 286.
31.
Dibelius, “Johannes
der Täufer”, p. 55.
32.
A. Fridrichsen, “Accomplir
toute justice”, Congrès d´histoire du
Christianisme: Jubilé Alfred Loisy”, ed. P.-L. Couchoud(1928), I,
167-77. Cf. También Georg Strecker, “Der Weg der
Gerechtigkeit. Untersuchung zur Theologie des Matthäus”(1962).
33.
Fridrichsen, art. cit. P. 176.
34.
Mateo no anticipa un Pentecostés; la profecía de
Juan de un Bautismo espiritual es aparentemente cumplida cuando Jesús es
bautizado. Así 3:11 está relacionado con 3:16 como profecía del cumplimiento. (Cf. G. Bornkamm, “End-Expectation
and Church in Matthew”, en “Tradition and
Interpretation in Matthew”, tr. Por P. Scott, 1963, p. 36.
35.
Fridrichsen, “Congrès
d´histoire du Christianisme”, pp. 175f. Cf. También Bultmann, “The History of the Synoptic Tradition”, p. 252:
“….en la Iglesia temprana el relato del Bautismo de Jesús pronto fue concebido
en este sentido como leyenda cultual. Jesús fue el primero en recibir el
Bautismo de agua y Espíritu, y mediante esto lo inauguró como rito eficaz para
los creyentes”.
36.
Fridrichsen, “Congrès
d´histoire du Christianisme”, p. 176.
37.
Bornkamm, “Jesus of
Nazareth”, pp. 51.
38.
Mat. 4:19; 8:19,
22f.; 9:9; 10:24, 38; 11:28; 16:24; 19:21. Cf. Bornkamm, “End-Expectation and Church in Matthew”, op. Cit.
Pp. 15f.
39.
Mat. 11:11b puede también indicar que Jesús es
un discípulo de Juan que sin embargo le supera.
40.
Trilling, “Die
Täufertradition bei Matthäus”, BZ, III, 2(1959), p. 287.
41.
Cf. Paul Schubert, “The
Structure and Significance of Luke 24”, “Neutestamentliche
Studien für Rudolf Bultmann”, p. 180, señala que Mat. 11:2-6 sirve a un propósito estructural para Mateo. En su
primera larga sesión Mateo ha tenido en cuenta ofrecer al menos una ilustración
específica y detallada de cada punto en la lista de las profecías de Isaías(11:4b; cf. También 10:7-8; 9:27-31; 8:5-18; 9:1-8; 8:1-4,
etc. Semejante resumen desvía claramente de Juan.
42.
Trilling, art. cit. P. 286. El hecho que Mateo
introduzca poco material referente al Bautista es otra indicación de que la
iglesia para la que escribió no estaba involucrada en polémicas contra los
discípulos de Juan.
43.
Sibelius “From
Tradition to Gospel, p. 259” trata Mat. 11
como un complejo de materiales usados para protegerse de los oponentes
Bautistas. Aunque Mat. 11, al contrario,
tiene como motivo el rechazo de los Judíos tanto de Jesús como de Juan. Los
únicos indicios de polémica contra Juan ya están en Q
y son neutralizados por la evaluación positiva de Mateo de éste.
44.
Trilling, art.cit. p. 289. 11:11b no excluye a Juan del reino a los ojos de
Mateo, lo subordina meramente dentro de este.
45.
Cf. Trilling, art.cit. p. 289, y, por el mismo
autor, “Das wahre Israel”(1964).
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