Las diferentes formas de virtudes y los sistemas internos de las cosas existentes son todos patrones de bendiciones divinas, y mediante ellos Dios es continuamente encarnado. Encarnado es en la forma de las virtudes y espiritualizado en los sistemas internos del conocimiento místico. Mediante estos medios Él deifica a aquellos que son encontrados merecedores, imprimiendo en ellos el sello de la verdadera virtud y otorgándoles la infalible esencia del conocimiento místico de la verdad.
Máximo el Confesor
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