lunes, 13 de febrero de 2017

SAN JUAN CASIANO

La enfermedad del cuerpo no es un obstáculo para la pureza de corazón, siempre que le demos al cuerpo lo que su enfermedad requiere, no lo que gratifique nuestro deseo de placer. Hay que comer para mantenernos vivos, pero no para esclavizarnos a los impulsos del deseo. Comer moderadamente y de manera razonable es mantener el cuerpo sano, no privarlo de su santidad.
San Juan Casiano.

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