martes, 7 de abril de 2015

LA GNOSIS, PRIMERAS ESCUELAS

GNOSIS III
LAS PRIMERAS ESCUELAS Y SISTEMAS

SIMÓN EL MAGO
Aunque la investigación moderna sobre la Gnosis ya no mantiene la convicción que Simón el Mago ha de ser considerado el fundador de la religión Gnóstica, aún su nombre es de hecho el primero en aparecer en el contexto de la Gnosis. Aunque la fuente más antigua, los Hechos de los Apóstoles, compuesto en el siglo 1 d.C., no le describen como gnóstico propiamente, sino más bien como mago megalómano y rapaz que seducía a la gente de Samaria(1). Sus seguidores le llamaban “La potencia de Dios llamada la Grande”(se suponía que una emanación del Dios supremo habitaba en Simón, quien le debía sus poderes sobrenaturales). Convertido y bautizado por Felipe el Evangelista, quiere negociar la imposición de las manos que realizaban los apóstoles Pedro y Juan, la cual otorga el Espíritu Santo(posteriormente llamada “simonía”, o la compra de oficios eclesiásticos). Por lo tanto es maldecido por Pedro y excluido de la congregación. Esta descripción difícilmente hace justicia a la importancia de Simón y lo reduce a un mero charlatán. (Los Hechos de los Apóstoles también muestran en otras partes una tendencia a quitar importancia a los conflictos y a idealizar el Cristianismo temprano). El apologista y mártir Justino(muerto en el 167), procedente también de Samaria, confirma la primera vez que Simón trabajó allí en tiempos del emperador Claudio(41-54) donde era supuestamente adorado por sus seguidores como el “primer dios”. También es el primero que nos dice que “el primer pensamiento(ennoia)fue por él engendrado”(2). Ireneo ofrece el relato más completo y conoce el sistema de los Simonianos con más precisión(3). Además del culto divino a Simón en tanto que poder supremo, añade que afirmaba ser un Cristo. Compró a la prostituta Helena en Tiro(Fenicia). Siendo ésta considerada la madre de todos que tenía en él su origen en tanto que “primer pensamiento”(ennoia) que descendió a las regiones más bajas y creó a los ángeles y los poderes. Estos, a su vez, crearon el mundo y mantuvieron a Helena cautiva por envidia, en orden a infligirle todo tipo de ultrajes, de manera que nunca pudiera retornar. Encerrada en un cuerpo humano, tuvo que vagar a lo largo de los siglos de vasija en vasija siempre en cuerpos diferentes(también en el cuerpo de Helena de Troya) hasta que acabó en el burdel donde Simón, que había descendido como redentor no reconocido, la liberó. La enseñanza de Simón incluye el rechazo de la creación y la Ley; tiene un carácter libertino. Hipólito(4) ofrece más información sobre la doctrina de Simón en extractos de un tratado escrito por Simón el Mago, titulado “La Gran Exposición”(Apophasis Megale)(5). Difícilmente se puede considerar a esta obra de Simón el Mago, aunque es probablemente una especie de interpretación filosófico-especulativa de dichos atribuidos a él por su escuela en el siglo II. Su fuerte carácter monoteísta está conectado con el ciclo del elemento divino a través de los tres periodos –el primordial, el presente y el futuro- en los que Simón se veía a sí mismo, designándose como “aquel que (anteriormente) estuvo, está y (de nuevo) estará”. Evidentemente, esta interpretación se refiere al título honorífico de Simón conocido de otras fuentes, “aquel que está”, con el que es descrito su divino carácter. (Los Samaritanos usaban la expresión como descripción de la existencia humana determinada por Dios).

La etapa final de la leyenda de Simón se encuentra en los apócrifos Hechos de Pedro y en el romance pseudo-Clementino(cerca del siglo 3)(6). Aquí, Simón aparece como el estereotipo oponente de Pedro, un Satán subordinado, que funda congregaciones en las ciudades de la costa Sirio-Palestina desde Cesarea hasta Antioquia mediante sus milagros y retórica, aunque las pierde de nuevo a favor del más exitoso Pedro que le sigue los pasos. En este contexto, aparece nueva información sobre él aunque su historicidad es dudosa: ej., los nombres de sus padres(Antonio y Raquel), su educación Griega en Alejandría y el ser discípulo de Juan Bautista, quien veía en él a sus discípulo más avanzado aunque no puedo nombrarle su sucesor, dado que Simón estaba en Egipto cuando tuvo lugar la muerte de Juan. Su otro discípulo, Dositeo(un líder sectario Samaritano), ocupó el cargo hasta que Simón, a su regreso, se lo arrebató. Desde entonces comenzó a viajar con Helena y 30 discípulos hasta que, misteriosamente, encontró la muerte en Roma. Según Hipólito se hizo enterrar para demostrar su resurrección aunque no volvió a la vida de nuevo. Según otra versión, hizo un intento de volar a Roma para demostrar sus poderes milagrosos a Pedro quien, invocando a Cristo, hizo que se estrellara. Se rompió las piernas y fue llevado por sus seguidores a Aricia(sur de Roma) donde murió finalmente(7). Así, a los ojos de la comunidad Cristiana, el mago encontró la muerte debido a sus propias maquinaciones.

Como ya se ha mencionado, estas historias son puras leyendas que como máximo sólo nos pueden mostrar que evidentemente Simón vino a Roma, o que sus discípulos llegaron hasta Roma, y que en el siglo II junto con otras escuelas gnósticas, especialmente la de Marción, presentaban un serio peligro para la existencia de las comunidades Cristianas. La apócrifa “Epístola de los Apóstoles”(Epistula Apostolorum), de la segunda mitad del siglo II, ve igualmente en Simón y en el posterior Cerinto a anti-Apóstoles, que quieren alienar a los Cristianos de su fe(8). Las disputas de los escritos pseudo-Clementinos posiblemente contenían reminiscencias de las doctrinas adelantadas por Simón, o transmitidas por su escuela, como por ejemplo la doctrina del “poder incomprensible, supremo”, del creador inferior del mundo y de la cautividad del alma(que aquí aparece como ennoia). En un pasaje, Simón habla acerca de Pedro como sigue(9):”Pero tú, como si estuvieras perplejo de asombro, impedirás que tus oídos sean mancillados por blasfemias y tengas que irte, dado que no encontrarás nada que responder; pero la gente ignorante estará de acuerdo contigo, es más llegarán a apreciarte, porque enseñas lo que en ellos es costumbre, y me maldecirán, porque proclamo algo nuevo nunca oído…”(10). Este es un excelente análisis de la manera en que el profeta gnóstico se ve a sí mismo.

Para con el histórico Simón hay que asumir sin duda alguna que fundó una comunidad gnóstica en Samaria considerada por el Cristianismo en expansión un serio competidor, especialmente dado que los Simonianos anexaron doctrinas Cristianas tratando así de socavar a las comunidades Cristianas, como hicieron la mayoría de los Gnósticos posteriores. El marco de la enseñanza de Simón puede ser reconstruido como boceto solamente: debe haber sido una forma temprana del sistema llamado Barbelognóstico, según el cual el dios supremo actúa a través de su primera emanación (ennoia), el mundo viene a la existencia, y las almas caen en la servidumbre. En Nag Hammadi tenemos el texto “Exegésis sobre el Alma”(11) probablemente una fuente que nos dice más acerca de todo esto. Simón apareció como redentor del alma humana que estaba, entre otros, también en Helena; trajo la revelación necesaria para su liberación, la “llamada”. Así era, a los ojos de sus seguidores, la encarnación del “poder supremo”, i.e. del dios desconocido. Este aspecto de su enseñanza es también una clara indicación de su origen Samaritano, dado que el término “poder, fuerza” es un atributo divino popular en la tradición Samaritana-Judía. Detrás de esto se oculta, según la comprensión Gnóstica, la posesión del pneuma que eleva al gnóstico por encima de los no-redimidos. “Aquél que llegue a conocer nuestro gran poder se hará invisible, ningún fuego podrá quemarle, y será puro…..”(12). Los informes Cristianos sobre Simón son sean malentendidos, como en el caso de Helena quien era claramente sólo un símbolo del alma caída que había hecho del “ burdel” del mundo su morada (quizá elaborado con medios literarios como en la Exégesis del Alma), o son tergiversaciones conscientes y calumnias a las que parece pertenecer el título de “Mago”. Naturalmente, los heresiológos no tenían una comprensión más profunda de una enseñanza que les era hostil(13).

Simón fue evidentemente un representante del intelectualismo arriba mencionado de origen Oriental-Judío con cierta medida de educación Griega.

MENANDRO Y SATORNILO
Lo mismo es verdad de sus discípulos, de los cuales Menandro es el más cercano. Él, también, viene de Samaria aunque trabajó en Antioquia de Siria y puede haber vivido hasta el 80 d.C. Se le atribuye una doctrina y actitud similares a las de Simón, incluyendo, por supuesto, lo mágico(14). Con Satornilo es diferente(en Latín Saturnino), viene de Siria (Antioquia o Daphne, en la región donde nace el Jordán) y, según la opinión de los heresiológos, mantiene puntos de vista que dependen de Menandro(15). Esto es verdad respecto a la creación del mundo por ángeles inferiores aunque no de otros rasgos de su enseñanza. Falta (sólo en las fuentes?)la figura femenina de Ennoia o Sophia, en cambio hay un informe de la manera Gnóstica de creación y animación del primer hombre y la primera descripción de la figura de Cristo como redentor cósmico. Además, los Satornilianos tomaron el camino ascético y diferenciaron estrictamente entre hombres buenos y malos. En el caso de Satornilos se podría hablar ya de una Gnosis Cristiana. Su periodo de vida se extiende sin duda a la primera mitad del siglo II, fue contemporáneo de Basilides.

CERINTO
Procedente de Asia Menor fue contemporáneo del mártir Policarpio de Smirna(fallecido en 156 o 157), acerca del cual Ireneo dice: “Y aquellos que le escucharon(Policarpio) decir que Juan el discípulo del Señor fue a bañarse en Efeso y al ver a Cerinto dentro, salió fuera de los baños sin bañarse, diciendo, ·Huyamos no sea que los baños se desplomen, dado que Cerinto, el enemigo de la verdad, está dentro….”(16). En otro pasaje, Ireneo afirma que el Evangelio de Juan fue escrito contra Cerinto(17), una opinión que un poco después, desde el otro lado, la convirtieron en lo opuesto, siendo considerado como obra de Cerinto. Pero, como mucho, el Cuarto Evangelio tuvo más que un ligero contacto con la Gnosis. El mismo Ireneo nos cuenta lo poco que hay de auténtico en Cerinto(18): las doctrinas del dios supremo desconocido y del creador inferior del mundo así como una Cristología docetista.

La historicidad de Carpócrates y su hijo Epífanes ha sido negada varias veces(19). Algunos han visto tras su nombre más bien una asociación de culto gnostizante del tardío dios Egipcio Harpócrates, Horus el hijo de Isis, y le dieron crédito al informe de Celso que conoció a los Harpocratianos(20). Aunque no es aquí posible entrar en detalles, parece que hay pocas razones para dudar de la existencia de la persona de Carpócrates(aunque el nombre puede contener una alusión consciente a Harpócrates). Se dice que Carpócrates trabajó bajo el emperador Adriano(117-138), especialmente en Asia Menor, aunque se dice también que procedía de Egipto(21). Su hijo que murió a la edad de 17 años, ya jugaba un papel importante (Clemente llega a describirlo como el fundador de la escuela); el libro ya citado, “Sobre la Justicia”, fue por él compuesto. Un discípulo femenino de Carpócrates, Marcellina de nombre, expandió sus enseñanzas(modificadas?)cerca del 160 en Roma(Celso llama a sus seguidores “Marcelinianos”). La secta floreció cerca del 130. Sus sistema desarrolló la tradición gnóstica temprana en un consistente antinomismo, o libertinismo, que ha de seguir el Alma en el camino hacia su redención, si es necesario mediante varios nacimientos. Jesús es el ejemplo que hay que esforzarse en imitar al seguir este camino, un ejemplo que incluso puede ser superado. Solo la fe y el amor son necesarios para la salvación, el resto, especialmente las leyes y regulaciones, es neutral.

Los Padres de la Iglesia nos ofrecen un cuadro fragmentado. Una fuente cada vez hecha más accesible por los investigadores modernos es el Nuevo Testamento, los primeros testimonios tempranos Cristianos que adquirieron reconocimiento universal en el curso de los siglos segundo y tercero, en parte en confrontación con la Gnosis contemporánea. En un número de estos se pueden sacar importantes conclusiones en dos niveles acerca de la Gnosis temprana, especialmente sobre la variedad Cristiana que estaba a punto de surgir: por un lado a través de la existencia de elementos gnósticos en los textos mismos, i.e. en sus afirmaciones sobre el contenido, por otro en la polémica contra la enseñanza gnóstica, o las comunidades gnósticas. Los puntos de vista sobre todo esto están aún muy divididos, en lo que a particulares se refiere, aunque el estado de todo esto fue aclarado por la investigación crítica hace ya tiempo. Las contribuciones pioneras las aportó Rudolf Bultmann y su escuela(22). El proceso que ya está claro en el mismo Nuevo Testamento es doble, la Cristianización de la Gnosis y la gnostización del Cristianismo. El resultado de ambos procesos es la canonización del Cristianismo como iglesia Ortodoxa por un lado, y la eliminación de la Gnosis como herejía por el otro.

LA GNOSIS COMO MOVIMIENTO INTERNO CRISTIANO
La Gnosis tal como se encuentra en el Nuevo Testamento es entendida menos como religión alienada pagana, y más bien es tratada como “fenómeno dentro del Cristianismo”(23). Los Gnósticos se sentían Cristianos y se presentaban como tal en las primeras comunidades Cristianas. Era, pues, un peligro más desde dentro que desde fuera sobre el que advirtió Pablo(24). De todo esto se sigue que ya el Cristianismo pre-paulino Heleno, dado que se había desarrollado en las ciudades de la costa de Palestina, Siria y Asia Menor(especialmente en Antioquia), había tenido contactos con la Gnosis, aparentemente mediante el intermediario de un ya existente Judaísmo-gnóstico Heleno que se puede asumir como punto de comienzo de la Gnosis en la misma zona geográfica. En esta región la historia de la Gnosis continuó su simbiosis con el Cristianismo, alcanzando en su posterior curso expansión a nivel mundial (Alejandría, Roma), lo que forma parte de las presuposiciones de los sistemas de la “alta-gnosis” de los siglos segundo y tercero.

Una figura importante fue el apóstol Pablo, artesano Judío en Cilicia. Se convirtió en el misionero y teólogo Cristiano de más éxito. Sus cartas, compuestas entre el 41 y el 52, contienen repetidas expresiones de oposición apasionada a las falsas doctrinas que se extendieron entre la mayoría de las congregaciones por él fundadas, que incluían doctrinas gnósticas. Esto quedó claro en Corinto donde Pablo fundó una congregación cerca del 41 d.C., a la que posteriormente (entre el 49/50)dirigió sus dos famosas cartas (que son más precisamente una colección de cartas). El origen gnóstico de sus opositores surge claramente de la polémica(25). Son los pneumáticos(espirituales) y “perfectos”, gente que está orgullosa de su “conocimiento”(26), a los que todo les está permitido(27). Por lo tanto buscan a los débiles(28). En tanto que poseedores del espíritu ya tienen la resurrección(29). La asamblea de la congregación se convierte en una demostración de la presencia gnóstica del Espíritu(30); las mujeres participan en esta esfera(31). La Eucaristía es degradada a una mera comida para saciar el apetito(32). Los hombres se dejan bautizar por los muertos(33). El jesús terrenal es despreciado a favor del Cristo celestial(34), rasgo que también se da en los Ofitas(35). La comprensión gnóstica de la libertad parece haber corrompido a la congregación de Pablo. El origen Judío de esos “apóstoles” es afirmado explícitamente(36). Condiciones similares, que surgen debido a la propaganda Gnóstica, existían evidentemente no solamente en Corinto sino también en otras comunidades Paulinas, como, por ejemplo, Tesalónica (hoy Salónica), Filipo (Macedonia), Colosas y Éfeso (en estas dos últimas sólo después de Pablo). Aunque Pablo parece ser no es inocente de todo esto, sus propios conceptos no están libres de rasgos de doctrinas gnósticas, y los gnósticos tardíos se apoyaron en él como testimonio (un punto insinuado en Hechos)(37). Conoce las diferencias entre psíquicos y pneumáticos; los últimos son una nueva creación, los que participan en la gloria(38) y están libres de la Ley(39). Carne y espíritu, como oscuridad y luz, son contrastes irreconciliables(40). Este mundo en tanto que creación caída está gobernando por Satán y los poderes demoniacos(41). La Ley Judía, también, viene de los poderes angélicos(42). Prevalece una actitud de rechazo del mundo, y el matrimonio es considerado peligroso(43). La caída de Adán trajo el pecado y la muerte al mundo(44) y, desde entonces, la humanidad permanece caída bajo la influencia del ámbito de existencia terreno-psíquico(45). Sólo la redención a través de Cristo es el punto decisivo que hizo posible una nueva humanidad del Espíritu(46). El redentor es para Pablo un ser celestial que desciende sin ser reconocido y retorna de nuevo a Dios(47). Sólo este Cristo espiritual es decisivo, no el Cristo “según la carne”(48). Él nos libera de los poderes demoniacos y de la caída del mundo que dura desde Adán. Los redimidos se unen con él en un solo cuerpo, en contraste con la humanidad Adámica no redimida(49). La unidad de la comunidad de salvación así creada, la Iglesia, es supranacional, gobernada por el Espíritu. Esta concepción de la comunidad orientada hacia el Espíritu y el carisma, aún era mantenida en la Gnosis Cristiana cuando ya no era un factor vital en la Iglesia en general. La fe va acompañada por el conocimiento de las verdades de salvación(50). El espiritual Cristiano tiene libertad y poder, aunque esta sujeto al amor y la obediencia(51). Se puede encontrar en Pablo un elemento de conceptos e ideas gnósticas, evidentemente derivados de la herencia del Cristianismo Heleno y de su propia experiencia, que le hacen interesante para la historia de la Gnosis; él pertenece a esta, no sólo como oponente. A través de él, el Cristianismo vino a ser una religión de salvación en la antigüedad y la Gnosis tuvo su participación en ello.                                              
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1.     Hechos 8:9-25.
2.     Justino, “Apología” 1 26: 1-3.
3.     Ireneo, “Adv. Haer.”, 1 23:1-4.
4.     Hipólito, “Refutation” VI 9-18.
5.     Ver J. Frickel, “Die Apophasis Megale”.
6.     E. Hennecke/W. Schneemelcher, “Neutestamentliche Apokryphen”, 2da. Ed. 215ff. Y 231ff.; 3ra. Ed., vol. 2, 188ff.(ET 276ff).
7.     Hechos de Pedro 32; Martirio de Pedro 3.
8.     Epistula Apostolorum, 7/18.
9.     Die Pseudoclementinen”. II Rekognitionen in Rufins Übersetzung, ed. B. Rehm, Berlin 1965(GCS 51) 73f. Citado también en H. Jonas, “Gnosis I 357. La orientación anti-Marcionita no es afectada por esto.
10.   Recognitions II 37,6f.
11.   NHC II 6.
12.   NHC VI 4:36, 3-7.
13.   ThR 37(1972) 322-347 y 42(1977)279-359. Ver K. Beyschlag y G. Lüdemann los dos tienen obras acerca de Simón.
14.   Justino, “Apología” I 26; Ireneo, “Adv. Haer.” I 23,5.
15.   Ireneo, Adv. Haer. I 24,1-2 = Hipólito, Refutatio VII 28.
16.   Ireneo, Adv. Haer. III 3,4 = Eusebio, Eccles. Hist. IV 14,6(Loeb Classical Library).
17.   Ireneo, Adv. Haer. III 11,1.
18.   Ireneo, Adv. Haer. I 26,1.
19.   Die Karpokratianische Gnosis”, 1938(mantiene la historicidad); H. Kraft, “Gab es einen Gnostiker Karpokrates?”, en Theol. Z.8(1954) pp. 434-443. M. Smith “Clement of Alexandria and a Secret Gospel of Mark”, Cambridge, Mass. 1973, pp. 266-278, 295-350(fuentes).
20.   Orígnes, “C. Celsum V 62”.
21.   Clemente de Alejandría, “Stormata”, III 5.2.
22.   Theologie des Neuen Testaments”, Tübingen 1953; E. Haenchen, “Gnosis und Neues Testament”, RGG II. J.M. Robinson, “Gnosticism and the New Testament”, y G.W. MacRae, “Nag Hammadi and the New Testament”, en Jonas Festschrift Gnosis, ed. B. Aland, 125-157.
23.   Bultmann, “Theologie des Neuen Testaments”.
24.   Hechos, 20:29.
25.   W. Schmithals, “Die Gnosis in Korinth” (FT 1971); id. “Zur Herkunft der gnostischen Elemente in der Spracher des Paulus” en Jonas Festschrift “Gnosis”. U. Wilckens, “Weisheit und Torheit”. Sobre la situación social de la iglesia en Corinto ver G. Theissen, ZNW 65 (1974), pp. 232-272.
26.   I Cor. 8:1-3.
27.   I Cor. 10:23.
28.   I Cor. 10:23-31.
29.   I Cor. 15:29-32.
30.   1 Cor. 12:13; 14:2-19.
31.   1 Cor. 11:5.
32.   1 Cor. 11:17-34.
33.   1 Cor. 15:29.
34.   1 Cor. 12:3.
35.   Orígenes, “Contra Celsus”, VI, 28.
36.   2 Cor. 11:22.
37.   Hechos, 20:27.
38.   1 Cor. 2:10 – 3:18.
39.   Gál. 3:28; 1 Cor. 12:13.
40.   Rom. 8:5-10; 13:11-13; 1 Tes. 5:4-6.
41.   1 Cor. 2:6-8; 2 Cor. 4:4; Gál. 4:3-9.
42.   Gál. 3:19.
43.   1 Cor. 7:32-34.
44.   Rom. 5:12.
45.   1 Cor. 15:21,44,49.
46.   op. cit.
47.   2 Cor. 8:9; 1 Cor. 2:8; Filp. 2:6-11.
48.   2 Cor. 5:16.
49.   Rom. 5:12-14; 12:4f.; 1 Cor. 15:22,48f.; 12:12-27.
50.   Filip. 3:8-10; 1 Cor. 2:6ff.

51.   1 Cor. 9:1-23.   

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