jueves, 25 de mayo de 2017

COMPOSICIÓN DEL ÉXODO

LA COMPOSIÓN DEL LIBRO DEL ÉXODO
Este relato no obra de un único autor. Las contradicciones y los dobles se detectan fácilmente: el suegro de Moisés tiene nombres diferentes y la travesía del mar de los Juncos se realiza sea por el medio (se dividen las aguas), sea a lo largo de la orilla. La explicación de la reacción del rey de los Egipcios de cara a las plagas enviadas por Yahvé difiere igualmente: según algunos textos, él se obstina y parece actuar de acuerdo a su libre albedrío, mientras que, en otros pasajes es el dios de Israel el que endurece su corazón, apareciendo el Faraón como una marioneta al servicio de la demostración del todopoderoso Yahvé. El texto contiene igualmente dos relatos de la vocación de Moisés: Yahvé le llama una primera vez en Horeb, montaña de Dios (Éxod. 3) y, una segunda vez, aparentemente en Egipto (Éxod. 6). Además en el relato de Éxodos 3, Dios es llamado tanto Yahvé como Elohim. Estas observaciones han sido utilizadas para explicar la formación del libro con la ayuda de la teoría documental postulando tres documentos postulando tres documentos paralelos (J, E, P), el cuarto (D) corresponde sobretodo al libro del Deuteronomio. Esta teoría, aún muy utilizada en el mundo anglosajón con defensores tanto en USA como en Jerusalem que se llaman ellos mismo “Neo-Documentarios”, no es la mejor solución a los problemas que plantea el Pentateuco. Por esto la teoría documental ha sido abandonada en Europa, por la mayoría de los especialistas. 

En efecto, varias observaciones muestran que esta teoría con Yahvista situado en el siglo X o IX antes de nuestra era no se sostiene. Por otro lado no se ha logrado nunca reconstituir dos relatos paralelos “Yahvista” y “Elohista” del Éxodo. Se ha estado siempre obligado a admitir que el “Elohista” sólo existe de manera fragmentaria. La vocación de Moisés no se puede repartir entre yn “Yahvista” y un “Elohista”, pues sigue el mismo esquema que el que aparece en Jeremías 1:


ENVÍO:
Éxod. 3:10: Ve, yo te envío al faraón.

Jer. 1:7: Irás donde yo te envíe.


OBJECCIÓN
Éxod. 3:11: Quién soy yo?

Jer. 1:6: No sé expresarme, soy un joven muchacho.

PROMESA DE AYUDA
Éxod. 3:12: Yo estaré contigo.

Jer. 1:8: Estoy contigo.

SEÑAL
Éxod. 3:12: Daréis culto a Dios en este monte.

Jer. 1:9: Yahvé tocó mi boca.

Si estos dos textos están tan cercanos es posible que también lo estén en el tiempo. Además, Éxod. 3 contiene cierto número de expresiones como “el país donde fluye leche y miel”, la lista de pueblos que habitan el país o aún el título “el Dios de vuestros padres”, que se puede caracterizar de “Deuteronomista”. Es más, un cierto número de especialistas califican Éxod. 3 y otros textos atribuidos tradicionalmente al “Yahvista” y el “Elohista” como parte de una “composición deuteronomista” que habría primeramente existido independientemente de otro conjunto literario, la “composición sacerdotal”. En efecto, la presencia, en el Pentateuco, de textos sacerdotales no es puesta en cuestión. El libro del Éxodo sería así el resultado de una puesta en común de estos dos conjuntos. Sin embargo, este modelo debe ser diversificado, porque se observa una historia de la composición más compleja. 

La historia de la vocación de Moisés en Éxod. 3:1-4, 18 fue aparentemente insertada en un relato más antiguo para hacer de Moisés un profeta, poniendo en paralelo su llamada con la de Jeremía (Jer. 1). La prueba de esta inserción se ve en la sucesión Éxod. 4:18 y 4:19.

En 4:18, Moisés regresa donde su Suegro después de haber recibido la llamada de Yahvé informándole que debe regresar a Egipto, cuando ya lo sabía. 4:19 se comprende mejor como continuación inmediata del comienzo del v. 23 del capítulo 2 que informa al lector de la muerte del rey egipcio que quería matar a Moisés. La historia antigua pasaba pues directamente de 2:23 a 4:19.

2:23a. Durante este largo periodo murió el rey de Egipto. 4:19. Yahvé dijo a Moisés en Madián: “Anda vuelve a Egipto, pues han muerto todos los que te buscaban para matarte”. 

El relato antiguo, que se puede llamar una “Vita Mosis” y que hubo de contener el relato del nacimiento de Moisés, puede situarse en la época del periodo neo-Asirio, cerca del siglo VII a.C..

Desde otro punto de vista, el relato deuteronomista y el relato sacerdotal, que fueron elaborados a finales del siglo VI o comienzos del V a.C., no constituyen las últimas etapas de la formación del texto. Tomemos como ejemplo el texto del descubrimiento del Sabbat en Éxod. 16. Este texto, que se puede calificar de sacerdotal, muestra, en los v. 22-27, como el pueblo descubre el sabbat; el séptimo día no encuentran maná. La consecuencia de este descubrimiento se encuentra en el v. 30a: “El pueblo descansó el día séptimo”. Para el relato sacerdotal el Sabbat es un don, que permite que los hombres descansen, como Dios lo había hecho el día séptimo de la creación (Gén. 2:1-3). Los v. 29-29 ofrecen una tonalidad diferente, sobretodo el v. 28: “Yahvé dijo a Moisés: Hasta cuándo os negaréis a guardar mis mandatos y mis leyes?”. Esta acusación, que recuerda el estilo deuteronomista, interpreta el relato precedente como una violación del sabbat y de toda la ley. Estamos en presencia aquí de una redacción pos-sacerdotal, que retoma el vocabulario deuteronomista. Sin embargo, la acusación de no respetar la ley se encuentra en la trama narrativa en un momento en el que esta no ha sido aún dada al pueblo. Se puede imaginar que un redactor aún más tardío insertó este pequeño relato sobre el descontento del pueblo en 15:22-27:

22.Moisés hizo partir a Israel del mar de las cañas. Salieron hacia el desierto de Sur y caminaron tres días sin encontrar agua. 23.Llegaron a Mará, pero no pudieron beber sus aguas, porque eran amargas. Por eso se llama Mará -es decir, Amarga-. 24.Entonces el pueblo se puso a murmurar contra Moisés: Qué vamos a beber? 25.Moisés calmó al Señor, y el Señor le mostró un arbusto. Moisés lo echó en las aguas, y éstas se volvieron dulces. Allí dio el Señor leyes y ordenanzas al pueblo, y lo puso a prueba, 26 diciéndole: Si escuchas la voz del Señor tuDios, si haces lo que él considera justo, obedeces sus mandatos y observas todas sus leyes, no enviaré sobre ti ninguna de la plagas con que castigué a los Egipcios, porque yo, el Señor, me cuido de ti.

Es pues probable que al fin de la formación del libro, se hayan añadido algunos ajustes puntuales y que haya intervenido en la segunda mitad del siglo V a.C., como fase última de la composición del Pentateuco, una última redacción, llamada “redacción pentateucal”.        









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