miércoles, 11 de octubre de 2017

GNOSIS, DUALISMO Y FE

GNOSIS VS FE
En el Evangelio de Felipe está escrito “El que tiene el conocimiento (gnosis) de la verdad es libre. La ignorancia es esclavitud”. Aunque no sólo la ignorancia está en contraste con el conocimiento de Gnósticos, sino también la fe, dado que no sabe nada referente a sí misma y permanece atada a lo que está inmediatamente en primer plano. Es esta oposición entre “fe” y “conocimiento” la que era el tema central en los debates de la Iglesia con la herejía Gnóstica. No se trataba solamente de una cuestión de los derechos y reivindicación de la fe como único medio de salvación, sino también del problema de la doble-verdad que vino a ser tema de discusión con la entrada de la gnosis esotérica en la Iglesia temprana.

Hay elementos específicos de la Gnosis; un cierto número de ideas que se dan repetidamente en la mayoría de las tradiciones y forman su marco básico. Es en este sentido que se entiende la cuestión de “estructura” y “naturaleza”. Es una cuestión de “articulación” de la Gnosis. Estas son algunas de la características aducidas como idea central –mito central- del Gnosticismo: “La idea de la presencia en el hombre de una “chispa” divina….., la cual procede del mundo divino y ha caído en este mundo de destino, nacimiento y muerte y ha de ser despertada mediante su contraparte divina en orden a ser finalmente restaurada. Esta idea…, está ontológicamente basada en la concepción de un desarrollo hacia abajo de lo divino cuya periferia (a menudo llamada Sophia o Ennoia)ha caído víctima de una crisis y ha debido –aunque sea indirectamente- producir este mundo, del cual no se puede desinteresar, dado que ha de recuperar la “chispa” divina (a menudo designada como pneuma, “espíritu”).

En la base de la Gnosis hay una visión dualista del mundo que determina todas sus afirmaciones a nivel cosmológico y antropomórfico. Este dualismo está entrelazado con una idea monista expresada en el desarrollo hacia arriba y hacia abajo de la chispa divina que es la base para la identificación del hombre con la deidad (manifiesta en la idea del Dios “Hombre”). Inserta en este “dualismo con fondo monista” está la doctrina de Dios en la Gnosis, determinada sobretodo por la idea del “Dios desconocido” más allá de lo que es visible o sensible, e incorpora una “plenitud” (Pleroma) de ángeles y otros seres celestiales, sea como ideas personificadas (abstracciones) o hipóstasis.

En cuanto a la Cosmogonía (Creación del Mundo), esta intenta ofrecer una explicación de la presente condición del hombre, alejado de Dios, ocupando un considerable espacio en los textos.

Finalmente hay en la Gnosis una “doctrina del fin del mundo” muy de cerca conectada con la cosmología y soteriología como un todo, una escatología que consiste no sólo en la liberación del alma celestial sino que también tiene un significado cósmico.

DUALISMO
La historia de las religiones conoce varias ideas de la actividad de dos deidades o principios independientes responsables de las diferentes situaciones del mundo. Uno de los mejor conocidos es el dualismo Zoroastriano Iraní, que establece un dios bueno y otro malo en el comienzo de la historia del mundo, viendo la historia como el conflicto entre los dos, hasta que el dios bueno con la ayuda de sus seguidores obtenga la victoria al final de los tiempos. Este dualismo está esencialmente orientado éticamente, dado que otorga una importancia decisiva a la actitud religiosa y moral, donde los opuestos “bien” y “mal” no coinciden con lo “espiritual”, “corporal” o “material” sino que están mezclados con estos últimos.

Por otro lado, el dualismo de Platón más orientado filosóficamente, tuvo gran importancia para el pensamiento Griego y para toda la antigüedad posterior. Este conoce dos niveles de existencia: la ideas eternas espirituales y sus contrapartes materiales (espacial) transitorias, que forman el cosmos; estas últimas significan de hecho una pérdida de Ser, aunque pertenece a la parte buena de la creación (para la parte mala Platón hizo responsable a un “alma del mundo” mala). Este dualismo “ontológico” o “metafísico” es igualmente una presuposición del Gnóstico.

Finalmente hay que tener en cuenta el dualismo Indio entre el Ser y la Apariencia o Devenir, que ha sido frecuentemente considerado como paralelo a la Gnosis pero que debido a su diferente orientación no ha sido muy tenido en cuenta.

El dualismo gnóstico se distingue de estos en un punto esencial, que es “anti-cósmico”; o sea su concepción incluye una inequívoca evaluación negativa del mundo visible junto con su creador; es considerado un reino del mal y oscuridad. La identificación del “mal” y la “materia”, que no se encuentra en el pensamiento Iraní-Zoroastriano, es en la Gnosis una concepción fundamental. En el pensamiento Griego, –excepto algunas enseñanzas Órficas, de fecha incierta- no hay semejante desarrollo anticósmico del dualismo espíritu-cuerpo. La versión Griega es sin duda pro-cósmica. Plotino (siglo III d.C.)líder del Neoplatonismo defendía esta posición contra la depreciación Gnóstica del cosmos. En su tratado “Contra los Gnósticos” dice que la gradación descendente no es razón para abusar o difamar las etapas inferiores del cosmos ni estigmatizarlas como “tierra extraña”. El “relato de horror sobre el terror que según sus creencias se desarrolla en las esferas celestiales” es ridículo y erróneo, dado que estas esferas son “buenas y están bellamente preparadas”. Si los cuerpos celestiales se originaron también del fuego no hay por qué temerlos (como hacen los gnósticos), pues su poder e influencia son limitados según la ley del universo; no hay tiranía del poder de las estrellas”. Como resultado de su hostilidad hacia el mundo desdeñan toda legalidad de este mundo, “la virtud cuya construcción se remonta a los comienzos del mundo y se mofan de toda disciplina y justicia quitándole toda importancia”. “Pues de todas las cosas terrenales nada tiene valor para ellos, sólo un más allá por el que algunas se esfuerzan”.

Según esta polémica Platónica la posición especial de la visión gnóstica del mundo y sus consecuencias queda muy clara. Ciertamente hay algunos elementos en común entre los puntos de vista gnóstico y Platónico que se pueden encontrar en algunos de los textos de Nag Hammadi, sea en la cosmología o psicología, aunque no se puede pasar por alto el abismo que los separa. El polo positivo del dualismo gnóstico, al cual se refiere Plotino, es un mundo más elevado, retratado en muchas y variadas diferentes maneras, que culmina en la asunción de un nuevo Dios en otro mundo y desconocido, que habita más allá de la creación visible y es el verdadero señor del universo. El mundo no es su obra, sino la de un ser subordinado. Aunque, no obstante, ejerce influencia de varias maneras para el bienestar de los humanos mediante Su Providencia (pronoia).

      

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