martes, 22 de diciembre de 2015

GNOSIS, COMENTARIO

El mito Gnóstico trabaja con hipóstasis. Las hipóstasis resultan de la deificación/personalización de conceptos abstractos, la elaboración de partes divinas o poderes en entidades activas, o la postulación y sistematización de entidades generadoras abstractas que funcionan como "arkahi", constituyentes, o gobernadores de nuestro cosmos y su ontología. Conste en la multiplicación de hipóstasis o enojes, que forman el llamado Pleroma o Plenitud.

Es característico de algunos sistemas gnósticos, especialmente Valentino, operar con una realidad tripartita que es típicamente Platónica. Los gnósticos se refieren a esta como Espíritu, alma y materia presente tanto en el universo tanto el visto como el invisible; y como componente de los seres humanos; Platón se refirió a esto definiendo tres almas en el hombre, Racional, Irracional(animal), y Vegetativa(tipo planta), y acerca del mundo de las Ideas, Alma del Mundo, y el mundo mismo, que es una sombra del Mundo de las Ideas. Lo que es absolutamente y eternamente, simple y completo es el Espíritu.

Por otro lado en Hans Jonas, los Eones representan tanto implicaciones espaciales como el poder demoniaco del universo o (como la Pistis Sofia) el ámbito de la oscuridad/tinieblas en su enormidad. Para los gnósticos la "Caída" es una "inclinación" culpable del Alma (como entidad mítica) hacia los ámbitos más bajos, con varias motivaciones como curiosidad, vanidad, deseo sensual, es el equivalente gnóstico del Pecado Original. La caída es per-cósmica, y una de sus consecuencias, según los gnósticos, es el mundo, otra la condición y destino de las almas individuales en el mundo.

El alma una vez que se volvió hacia la materia se enamoró de esta y arde en deseo de experimentar los placeres del cuerpo..... Así nació el mundo. A partir de este momento el Alma se olvidó de sí misma. Olvidó su lugar original, su verdadero centro, su ser eterno.

Tertuliano capta bien los elementos esenciales del gnosticismo, para él se trata de un "sincretismo" declinante como el de la espiritualidad natural popular. Es una sobrestimación espiritual e idealista del ser que confunde los límites fijados que separan a las criaturas de la deidad; y es al mismo tiempo la hostilidad "nihilista" contra el Dios de la realidad que ha creado el mundo y se ha revelado concretamente en la carne.


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