martes, 5 de abril de 2016

EL CAOS Y LA NADA

Bar Qappara y el Caos:
Si Bar Qappara piensa que el "tohû wabohu" es primordial o creado no está claro. Así como el rey hizo su palacio aunque no el drenaje, ni la basura sobre la que está fundado, igualmente Dios creó el mundo y no el caos que es su substrato. Alternativamente, aunque menos probable, podría ser que Bar Qappara vea tanto el mundo como su antecedente caos como obra de Dios. De las dos manera se puede concluir que la creación es un positivo que está en oposición al negativo Caos. El mundo es bueno, el caos que reemplaza o suprime es malo. En ambas lecturas, el punto de la exégesis de Bar Qappara de Gén. 1:1-7 es que Dios no creó el mundo bueno de la nada, sino de un maligno substrato.

Si uno iguala la "nada" de la que Dios creó el mundo con el vacío, como implica la tradicional traducción del Inglés de "tohû wabohû", entonces la creencia en un "caos" primordial no-creado es obviamente una negación de la doctrina de la creación de la nada. Parece ser que esta más bien abstracta concepción de "nada" es identificada con el desorden, injusticia, enfermedad -algo negativo. No era una privación de ser (como el mal es una privación del bien en algunas teodiceas), sino una fuerza real, activa, excepto que su carga era enteramente negativa. Cuando el orden emerge donde antes había reinado el desorden, cuando la justicia sustituye a la opresión, ésta es la creación de la nada.

Parece más probable que identifican "nada" con cosas como el desorden, injusticia, subyugación, enfermedad, muerte. Para ellos "nada" era algo -algo negativo. El Dios de Israel es mejor comprendido en relación que en términos filosóficos. La fe de Israel afirmaba de tal manera la soberanía de Yahvé, que creían que éste era la fuente única del bien y del mal.

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