jueves, 28 de abril de 2016

EVANGELIO DE JUAN: CALENDARIO LITÚRGICO

EVANGELIO DE JUAN: CALENDARIO LITÚRGICO
El núcleo textual de la primera gran sección del cuarto evangelio está compuesto por un heterogéneo conjunto de episodios que pertenecen a cronologías diferentes. Esta sería la sección que, en pos del modelo marcano, habría sido creada por el primer autor que emprendió la tarea de redactar una “biografía” de Jesús, dando lugar así al núcleo narrativo del cuarto evangelio. La primera redacción de la sección biográfica de Juan es posterior a Marcos, por lo que su composición habría de ser situada a fines de los años 70 como fecha más temprana(1).

Esta primera labor redaccional sería obra del primer –y auténtico- evangelista joánico: el autor que creó la narración del calendario litúrgico. De su mano, los materiales de su tradición adquirieron no solo una indiscutible eficacia teológica, sino también una contextura histórica muy aceptable al quedar conectados a un espacio (Galilea, Samaria, Judea, Jerusalem, el Templo) y a un tiempo marcado por la sacralidad de las festividades Judías. Y lo que es más, su narración constituye el más dramático de los relatos de Jesús: sus sucesivas visitas a Jerusalem van a ir creando una densa atmósfera de oscuras premoniciones que culminarán en la última Pascua.

A parte de los sucesivos hitos temporales que jalonan la misión de Jesús, la más evidente de la intervenciones del primer evangelista joánico es el desplazamiento del episodio de la expulsión de los mercaderes del Templo al comienzo de la primera sección. Ubicado, con toda lógica, por los sinópticos en vísperas de la muerte de Jesús (Mc. 11:15-16), el episodio fue transferido por el autor al inicio de la predicación Jesús en el Templo. El relato daba cuenta en términos simbólicos de su misión a través de la purificación del espacio sagrado con que inaugura su estancia en Jerusalem.

En el desplazamiento el evangelista establecía una clara frontera entre el auténtico comienzo de su relato (la aparición de Jesús en el Templo) y la “prehistoria galilea” del Maestro. Dejando a un lado el prólogo o el milagro de las bodas de Caná que pertenecen a estadios compositivos posteriores, el núcleo narrativo previo a la primera Pascua(el testimonio de Juan el Bautista, llamamiento de los primeros discípulos)corresponde al grupo de tradiciones heredadas, al viejo relato fundacional ya presente en el texto de Marcos. Nuestro evangelista decidió marginarlo de su discurso: la gran misión de Jesús no se iba a desarrollar en los caminos polvorientos, en las sinagogas pueblerinas de Galilea, sino en el impresionante y sagrado escenario de la ciudad santa. De la misma manera, los episodios galileos que aparecen en los sinópticos  -la multiplicación de los panes y los peces (Jn. 6:1-13; Mc. 6:32-44), Jesús camina sobre las aguas (Jn. 6:16-21; Mc. 6:45-52))- son situados en un difuso tiempo, unos días antes de la Pascua (Jn. 6:4). La idea apunta a que el primer Evangelio de Juan fue compuesto deliberadamente como una alternativa narrativa y doctrinalmente diferenciada del modelo marcano. La triple Pascua que vive Jesús en el Evangelio de Juan no es sino un artificio literario que le permite al evangelista distribuir el tiempo en dos períodos bien marcados: el tiempo prepascual de la vieja narración sinóptica y un tiempo pascual, solo conocido por él, en el que se manifiesta la dóxa de forma más evidente. El recurso le servía de marco literario para ir graduando a lo largo del tiempo la progresiva inquina de los judíos contra Jesús.       
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1.     Barrett(2003, p. 195), es un hecho que el autor del cuarto Evangelio conoce a Marcos. Es como si Juan hubiera sido construido como alternativa a Marcos.

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