martes, 5 de abril de 2016

JESÚS Y SU PREDICACIÓN

La práctica totalidad de la predicación y la actividad de Jesús se centra sobre sí mismo como objeto simbólico y trascendente en el Evangelio de Juan. Es su propia vida la que en sí misma da cuenta de lo que en los Sinópticos era predicación, proceso que se verifica en la efectiva transformación del centro de gravedad del mensaje doctrinal. Como dijo A. Loisy, Jesús había predicado el Reino de Dios, pero le salió la Iglesia, más preocupada por Cristo que por el Reino de Dios. De hecho, el objetivo fundamental del Evangelio es el de profundizar en el misterio de Cristo, tanto en los aspectos de su preexistencia como en los relativos al significado espiritual de su misión. A diferencia de las narraciones sinópticas, más o menos apegadas todavía al fondo doctrinal judaico heredado del propio Jesús, el Evangelio de Juan manifiesta un auténtico cambio de paradigma mental tal como evidencian los relatos de los hechos de Jesús, que más que tales, son manifestaciones simbólicas de su nueva misión espiritual; y, sobre todo, su propia autopredicación, que reinterpreta las predicaciones sinópticas con arreglo a novedosas y desconocidas claves hermenéuticas.

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