viernes, 8 de abril de 2016

EL EVANGELIO DE JUAN/COMENTARIO

Si Dios había permitido que los Romanos destruyeran el Templo, ello sólo se podía deber a que este ya había cesado en su función como mecanismo de regulación sacrificial del cosmos. La cruz y la resurrección habían cerrado su ciclo.

Uno de los elementos en el Evangelio de Juan es la práctica ausencia en su texto de los "Doce". Los doce apóstoles son válidos como grupo, no como individuos. No conocemos ni los nombres ni la identidad completa de los Doce, ya que las listas no coinciden.

Es de suponer que la entrada de Jesús en Jerusalem no acabara tan solo con su vida. Seguramente, también habrían sido ajusticiados algunos de sus seguidores como evidencia la triple crucifixión de la tradición. Tampoco es creíble que todos los discípulos Galileos en bloque hubieran aceptado la resurrección de Jesús y hubieran acabado instalándose en Jerusalem para dirigir la incipiente comunidad Cristiana. Lo que ocurrió fue que algunos discípulos galileos supervivientes, comandados por Pedro, el iniciador de las visiones, habrían aceptado su relato y acudido a Jerusalem. Ellos habrían sido los dirigentes de una pequeña comunidad apocalíptica que esperaba el cumplimiento de las profecías de Daniel. La permanente intimidad que Jesús mantiene en los Sinópticos con el grupo de los discípulos, en Juan a penas son una sombra.

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