martes, 7 de junio de 2016

PECADO ORIGINAL

Es quizá en los elementos haggádicos de la literatura rabínica donde hay que buscar la enseñanza referente a la caída y sus consecuencias. Haggcda, dice Bacher, es "la elaboración exegética de los contenidos de un versículo, la evolución de ideas nuevas basadas en la interpretación del texto bíblico".  Quizá se pueda definir como "manipulación de la escritura". Se llega a las ideas mediante la imaginación, o la comparación y mezcla de la enseñanza de un pasaje con la de otros; y se deduce el resultado de un versículo particular. Lo caprichoso de algunas afirmaciones rabínicas se puede explicar por los curiosos métodos mediante los cuales se llega a esta.

Siguiendo el Antiguo Testamento, la teología Judía enseña que el hombre fue hecho a la imagen de Dios. Esta simple afirmación escrituras es desarrollada de varias formas. Los Targums de Onkelos y el Seudo-Jonatan mantienen la doctrina bíblica, igualmente la haggada del Amorim, y la de Akiba; pero el Targum de Jerusalem (Jerus. II) se enseña: se interpretan las palabras "Hagamos al hombre a nuestra imagen" como refiriéndose a Dios y a los ángeles que le ayudaban". Así, la doctrina Hebrea Original tendía a ser debilitada en la de la creación a imagen de los ángeles. También encontramos en la midrash y en los escritos de Filón, la distinción entre un Adán celestial, hecho a la imagen de Dios, y el Adán terrenal. Hay también que observar la tendencia a magnificar a Adán en un super-hombre, lo que algunas autoridades consideran es debido a la influencia de la mitología Caldea e Iraní, también observable en Filón y los escritos seudográficos, bien señalada en la midrash del Talmud. Pasajes que expresan la creencia que el primer hombre estaba dotado con enorme estatura, con belleza física, con sobreabundante sabiduría, etc. Muchas de estas imaginaciones son comunes en la literatura seudográfica y Gnóstica, y son probablemente pre-cristianas en antigüedad y ampliamente extranjeras en su origen. La Judeo-Pagana idea de la sabiduría sobrehumana de Adán pasó a la Iglesia Cristiana, y también a los sectas herejes; al haber recibido la aprobación de algunos padres, como San Agustín y Aquino, vino a ser el germen de muy elaborados desarrollos a manos de los escritores posteriores a la Reforma. Toda la creación se malogra con la caída, no recuperará el orden hasta la venida del Mesías. En esto la especulación rabínica es idéntica prácticamente con la de los escritores apocalípticos individuales en lugar de un cuerpo de doctrina individual y armonizada.

El que los malos deseos puedan, tan a menudo, aparecer en nuestra conciencia es evidencia de que nuestra naturaleza no es normal. O, que las malas tendencias están dentro de nosotros antes de tener uso de razón, otra prueba de la existencia en nosotros de una falta por naturaleza.