jueves, 29 de enero de 2009

ISRAEL, IGUALDAD Y LIBERTAD EN EL ANTIGUO ORIENTE MEDIO

ISRAEL, IGUALDAD Y LIBERTAD EN EL ANTIGUO ORIENTE MEDIO

La discusión sobre el ethos igualitario de Israel fue estimulada por la evidencia de la existencia de ethos semejantes en otras sociedades del Cercano Oriente. La mejor conocida de estas discusiones es el escrito de Jacobsen sobre la “democracia primitiva en la antigua Mesopotamia”. Jacobsen escribe:

“nuestro material parece conservar indicaciones de que la Mesopotamia prehistórica estaba organizada políticamente en línea con la democracia, no como lo estaba la Mesopotamia histórica, de manera autocrática. Las indicaciones que tenemos, señalan a una manera de gobierno según el cual la manera normal de regir los asuntos públicos era realizada por un concilio de ancianos pero la soberanía última residía en una asamblea general que comprendía a todos los miembros –o quizás mejor, a todos los hombres libres adultos –de la comunidad”.

Aunque semejante discusión ha sido descartada por infundada, parece ser apoyada por estudios adicionales. Diakanoff, refiriéndose a la sociedad en Sumer, señala que “las comunidades del pueblo y la aldea tenían sus propios órganos de auto-gobierno- Asambleas populares y Concilios de Ancianos”. Continúa dividiendo la población del estado Sumerio en tres segmentos: (1) la nobleza de las comunidades; (2) los miembros comunes de las comunidades; y (3) clientes de varios tipos. De acuerdo con él la nobleza estaba probablemente representada en el Concilio de los Ancianos, mientras los miembros comunes, más o menos la mitad de la población, estaba representada por la Asamblea. El Concilio de los Ancianos y la Asamblea continuaron jugando un pepel incluso en tiempos de Hammurabi, “pero ya no eran sino órganos de la administración local”. Sumariza:

“parece que en principio la fuente de autoridad del gobernante era su elección por los órganos de la comunidad, aunque en práctica su autoridad era hereditaria. Es posible que los mismos órganos tuviesen el derecho de deponer al gobernante. En la épica del Enuma Elish (fechado en la época post-Hammurabi) que era recitado en el templo in conexión con el ritual de investidura del rey con el poder real, la autoridad del rey de los dioses, Marduk, es descrita como emanando de su elección por el Concilio, las funciones del rey siendo definidas claramente en términos de las prácticas estatales del segundo milenio a.C.(liderazgo del ehército, cuestiones estratégicas, presidir el Concilio, consulta con los órganos de la comunidad)”.

Humphrey (1985), que trata con el mundo Griego, también se refiere explícitamente al hecho que algunas de las instituciones importantes se originaron en el antiguo Medio Oriente. Lamberg-Karlovsky también se refiere a un “contrato social” entre gobernantes y gobernados, y, ve las democracias modernas como el resultado en un largo proceso cuyas raíces están han de ser buscadas en el antiguo Oriente Medio, con el antiguo Israel jugando un papel especial en el proceso. Rechaza el punto de vista de que los reyes Mesopotamios eran “déspotas orientales”, y enfatiza que “el poder real era supervisado... por una asamblea de ancianos así como por el sacerdocio”. Sigue demostrando que muchas de las ideas bíblicas derivan del antiguo Cercano Oriente. De acuerdo con él los arqueólogos se han concentrado “demasiado frecuentemente en las fuerzas económicas” debido a su “bias materialista”. No obstante, Habermas afirma que “las obligaciones morales” en lugar de las fuerzas económicas son las que han dado lugar o permitido re-ordenaciones sucesivas de las relaciones económicas asociadas con la evolución de las civilizaciones”. Pero no todas las sociedades antiguas mantenían estas ideas. Lamberg-Karlovsky afirma que “tan cierto como que esos conceptos son “centrales” para la Civilización Occidental, así mismo son extraños a la ideología política del Antiguo Egipto, China, y la India. Ver también Postgate 1992; E. Stone 1997).

NOTA SOBRE LA CONDUCTA IGUALITARIA Y GOBIERNO CORPORATIVISTA EN LA ANTROPOLOGÍA RECIENTE
No solo hay datos suficientes en el antiguo Medio Oriente que apoyan la idea de que una noción de un ethos igualitario es realista, unos cuantos antropólogos han presentado recientemente evidencia para una dimensión más amplia de lo que puede ser llamado “conducta igualitaria”. Boehm, por ejemplo, usó un amplio ejemplo de estudios de casos etnográficos para desarrollar la idea que muchas sociedades simples siguieron lo que él llamó una “jerarquía de dominio invertido”. De acuerdo con esta formulación básica, esta conducta era típica de las sociedades a escala pequeña, y era “invertida” respecto a una jerarquía ortodoxa en cierto punto prior a la emergencia del estado. Pero está claro que hay muchas sociedades complejas, incluyendo los estados modernos, que tienen una “ideología igualitaria”.

Blanton, desarrolló un modelo de “gobierno corporativo”. De acuerdo con Blanton, hay cinco elementos que promueven la economía política corporativista: la asamblea de gobierno, la regulación corporativista de las fuentes de poder, la comunicación reflexiva, la santificación ritual del código cognitivo corporativista, y la semi-autonomía de subsistemas de orden inferior. Blanton identifica este tipo de “gobierno corporativista” en varios estado y afirma que es un tipo importante de formulación política, aunque no afirma que todos los estados fueron construidos mediante este sistema (no existió, por ejemplo, en el Antiguo Egipto, China, o la India).Pero parece que sí existió al menos en partes del antiguo Medio Oriente en general, y en el antiguo Israel en particular.

ENTRE EL ETHOS IGUALITARIO Y LA PRÁCTICA IGUALITARIA
Un ethos puede referirse a lo que pude constituir una disposición o carácter en un individuo... El ethos incluye la dirección en la cual una cultura está orientada, las cosas a las que apunta, valora y persigue....” Como tal, el ethos es similar a los sistemas de valores, y “trata con cualidades que impregnan toda la cultura”. Siguiendo a Kroeber, Boehm cree que un ethos “está directamente reflejado en afirmaciones idealizadas acerca de como la gente debe o no debe comportarse o ser”.

Pero antes de seguir con este tema hay que tener en cuenta la diferenciación entre ethos y práctica, o entre ideología social y realidad social. Mientras que la antropología enseña que “la igualdad es una imposibilidad social” y que “no hay nada semejante a una sociedad compuesta de miembros exactamente iguales”, está claro que algunas sociedades son más igualitarias que otras, incluso actualmente. Lemche señala que en lugar de sociedades igualitarias uno debe pensar en sociedades dominadas por una ideología igualitaria. Por lo tanto, mientras que algunas sociedades complejas pueden ser más igualitarias que otras, creer de ellas mismas que son relativamente igualitarias, o al menos tener un ethos igualitario, ninguna puede verdaderamente ser igualitaria. Dentan señala que “tanto China como los Estados Unidos tienen ideologías igualitarias, Taoista-Maoista e Ilustración respectivamente”. Pero ambas sociedades son claramente muy jerárquicas en realidad, independientemente de su ethos igualitario.

Esta discrepancia puede ser observada en el campo material. En algunas sociedades muy jerárquicas, por ejemplo, los entierros simples reflejan un ideal social de igualitarismo que no es efectivamente puesto en práctica en la vida diaria. Otros, también han aportado datos arqueológicos “contrastados” en la misma dirección.

Esta idea tuvo sus objetores. En un importante trabajo sobre la formación de los primeros estados, Flannery, siguiendo un estudio de los varios “agentes” en la formación de un estado, creó una lista de instrucciones para la creación de los primeros estados, la décima estrategia consistía en “solidificar su posición compartiendo el poder, incluso si esto era meramente un gesto, y añade:

Dado que el compartir el poder está presente en diferentes grados en todos los estados, se confunde a menudo con el gobierno igualitario, corporativo, o democrático. Hace más de medio siglo, Jacobsen (1943) tomó la existencia de un concilio de ancianos y de una asamblea popular como signo de que los Sumerios tenían una “democracia primitiva”. Hoy sabemos más. En otras palabras, según Diakonoff (1974), la sociedad Sumeria era una “oligarquía aristocrática” en la cual el rey y otros oligarcas luchaban por la supremacía. El concilio Sumerio, como el concilio de ancianos que elegía al “tlatoani” Azteca, estaba compuesto por aristócratas. La Asamblea Sumeria le daba a la gente común cierta posibilidad para quejarse, pero no tenían nada más que decir en las decisiones cruciales sino escuchar.

Aunque la crítica de Flannery es importante, no rechaza completamente los conceptos arriba mencionados. Primero, lo que fue identificado arriba es solamente un ethos igualitario o democrático –no un realidad igualitaria. Las observaciones de Flannery rechazan la idea de que el igualitarismo o la democracia eran prevalecientes en las sociedades arcaicas; aunque no niega la existencia del ethos. Aunque, como demuestra Flannery, los Sumerios no eran democráticos como sugirió Jacobsen, sí es posible que mantuviesen un ethos democrático. El hecho de que muchos estudiosos usaran el ethos como indicador de lo que estaba ocurriendo en la sociedad sea problemático, descartar la evidencia que tenemos de un ethos igualitario sólo porque fue erróneamente usado como prueba de practicas igualitarias también está equivocado. Como el mismo Flannery observa, los agentes que fundaron estados necesitaban apoyo, y lo recibían parcialmente mediante una “pretensión de compartir el poder”. Esta pretensión refleja directamente el ethos discutido, mientras que la practica consiguiente, o la manera en la que el ethos tomó forma, varía de una cultura a otra. En el periodo crítico de la formación del estado discutido por Flannery es más posible que esta conducta de compartir el poder estuviese más expandida, en la medida que los gobernantes necesitarían más legitimidad bajo tales circunstancias. El que esta conducta deviniera más tarde un ethos depende de los valores de la sociedad anteriores a la formación del estado, así como los procesos que lo acompañaban. El hecho que algunos estados no tuviesen un ethos semejante parece apoyar la relevancia de los datos respecto de aquellos que lo tenían.

En suma, parece haber varios tipos de sociedades respecto al tema que aquí tratamos. Están aquellas que no exhiben ningún tipo de pretensión democrática, tales como la Egipcia. El rey tiene estatus divino, y el gobernante no necesita ni siquiera mantener una fachada de consenso popular. Están aquellas donde el consenso es necesario, sin embargo, y aquellas que abrazan un ethos igualitario, incluso aunque el gobierno sea autocrático. Y también otras pueden incluso ser relativamente democráticas o igualitarias en la práctica, aunque está claro que la verdadera conducta igualitaria es mucho más rara de lo que pueda sugerir cualquier retórica social (ninguna sociedad es igualitaria en sentido estricto). Todas estas diferencias se dan a lo largo de un continuum y no pueden ser separadas en categorías. A luz de todo esto, el antiguo Israel era una sociedad con un ethos claramente igualitario.

El desarrollo e importancia del ethos en el antiguo Israel
Cómo evolucionó este ethos en el antiguo Israel? Parece que parte del ethos igualitario Israelita derivó de raíces populares en el Antiguo Medio Oriente. Pero hay más que esto. Como veremos, el antiguo Israel evolucionó desde una sociedad “tribal” o “totémica” de la Edad de Hierro I. Este tipo de sociedad es mucho más igualitaria, tanto en practica como en valores respecto a la mayoría de las otras sociedades antiguas del Medio Oriente donde un ethos igualitario era observado.

Las tierras altas en la Edad de Hierro I pueden ser definidas como una “sociedad fronteriza” (Lenski 1980; Stager 1985; Dever 1995; contra Gottwald 1983), y este tipo de sociedades son propensas a desarrollar un ethos igualitario. Lenski señaló que todas exhiben antagonismos hacia las instituciones y los centros tradicionales que las apoyaban, y que ideologías populistas y democráticas se desarrollaron y a menudo adquirieron un estatus casi religioso. La naturaleza y atributos de una sociedad fronteriza parecen reforzar la herencia de las sociedades tradicionales del M.Oriente y su estructura relativamente simple, y exaltar el ethos igualitarista de la sociedad de las tierras altas.

Lenski enfatiza que las sociedades fronterizas son temporales, y su igualitarismo cambia. Quizás tenga razón, pero cualquiera que sea la extensión del cambio en la sociedad, un ethos puede ser mucho más duradero. El caso de América, por ejemplo, es una buena ilustración de una sociedad donde el ethos permaneció a pesar del hecho que dejó de ser practicado hace tiempo.

Cuando las sociedades totémicas/tribales de las tierras altas se convirtieron en Israel, el ethos igualitario vino a ser mucho más importante, a medida que estuvo en contraste con el estratificado “otro”, fuesen estos los Filisteos o los del sistema de los estados ciudad Cananeos y Egipcios. Además, puesto que está claro que los Filisteos jugaron un papel significativo en la formación de la identidad de Israel, las negociaciones con ellos habrían elevado este ethos a una posición incluso más elevada si lo contrastamos con una sociedad extranjera (Egea) que no compartía la herencia igualitaria del O.M.

Incluso si toda la evidencia textual no es más que propaganda, su misma existencia demuestra que había una audiencia para esta. Su propósito como mera justificación o un esfuerzo para disfrazar la realidad todavía indicaría que semejante disfraz era necesario –que la gente “lo pedía”. Esto indica por sí mismo que un ethos igualitario de esta clase existió en el antiguo Israel. En Egipto, esta propaganda era innecesaria, nadie se habría preocupado de promoverla. El rey era divino, y ningún concilio o asamblea humana podía desafiarlo (Humphrey 1978; Lamberg-Karlovsky 1985; Blanton 1998).

La sociedad Israelita estaba ligada a un ethos democrático/igualitario al formar parte del antiguo O.M., pero en contraste con la mayoría de las demás sociedades del O.M., en Israel este ethos jugó un papel crucial en la auto-identificación del grupo. Parte de esta diferencia puede ser explicada por el hecho que el proceso de formación del estado Israelita fue secundario, y tuvo lugar de manera más rápida que la “formación pristina del estado”; el estado y la estratificación social que le acompaña también emergieron mucho más rápidamente. Esto está en contraste con Mesopotamia, donde esos procesos ocurrieron muy lentamente, de manera que la estructura social anterior había sido completamente alterada en el tiempo en que el florecimiento completo del estado finalmente tuvo lugar. Además, en el antiguo Israel la formación de la etnicidad ocurrió en paralelo con, y probablemente incluso antes, de la formación del estado. Los elementos que fueron elegidos como marcadores en el proceso de formación étnica estuvieron presentes durante la formación del estado.

Hay que recordar que en nuestro caso el proceso resultó del conflicto con otro grupo (Filisteos/Cananeos/Egipcios) de manera que internamente ha de ser considerado como consensual. Esta es otra de las razones por las que el ethos es tan importante.

Está claro a la luz de lo dicho arriba que la sociedad Israelita tenía un ethos fuertemente igualitario/democrático, resultado de su localización entre sociedades similarmente dispuestas en el O.M., las circunstancias específicas a lo largo de las cuales evolucionó, y del hecho que emergió mediante la interacción (y hostilidad) con otros grupos vistos como jerárquicos por los Israelitas. El ethos igualitario vino a ser para los Israelitas una parte importante de su identidad distinta de cara a otros grupos (A.P.Cohen 1985). Es incluso posible que en Israel, más que en otra sociedad similar, el ethos tuviese cierto impacto en la realidad social (que aún seguía siendo jerárquica). También está claro que este ethos tuvo un impacto en muchas facetas de la cultura material, tanto durante la Edad de Hierro I, cuando la discrepancia entre el ethos y la realidad social eran pequeñas, y en la Edad de Hierro II, cuando la disparidad era grande.

lunes, 26 de enero de 2009

JUDAISMO, LA CIRCUNCISIÓN EN ISRAEL

CIRCUNCISIÓN Y ETNICIDAD

La circuncisión en diferentes sociedades a lo largo del mundo ha suscitado bastante interés, varias explicaciones han sido propuestas para el hecho de que algo tan extendido sea en la Biblia una señal de alianza entre Dios y los Israelitas. Muchos estudiosos han usado datos comparativos en orden a comprender el fondo del tema de la circuncisión en el antiguo Israel, tales como, por ejemplo, su significado en tanto que rito de iniciación. Otros estudiosos, no obstante, tienden a disminuir la importancia de los datos comparativos, y se concentran en el papel que la circuncisión tenía en al antiguo Israel, enfatizando el hecho que la circuncisión Israelita era realizada el día octavo después del nacimiento, por lo tanto excluyendo explicaciones tales como rito de imitación o preparación para el casamiento que son las interpretaciones típicas de este rito en la mayor parte de la sociedades tradicionales

Hoy día hay muchos escolares que, principalmente sobre la base de la circuncisión tal y como aparece en el Pentateuco, adopta factores como la fertilidad, la iniciación, y la educación como explicaciones para la circuncisión en el antiguo Israel (Fox 1974; Eilberg-Schwartz (1990). Para elevar la conciencia tribal también ha sido mencionada a este respecto, pero para muchos era vista meramente como un efecto secundario. Otros la ven como una marca étnica, principalmente sobre la base de muchas referencias a esta en los libros históricos de la Biblia (Jueces 14:3; 1 Samuel 17:26, etc.). La afirmación que la circuncisión era vista como marca étnica es cierta en estos casos. Pero echemos un pequeño vistazo al lugar que ocupaba la circuncisión en la región.

LA CIRCUNCISIÓN EN AL ANTIGUO ISRAEL Y EL ANTIGUO ORIENTE MEDIO
La circuncisión estaba parece ser muy extendida en el antiguo Medio Oriente, al menos desde el tercer milenio a.C. (Licht 1962; R.G. hall 1992; Isaac 1964). Si tanta gente la practicaba cómo es que sirvió de rasgo distintivo a Israel? Este hecho era usado para rechazar el punto de vista que la circuncisión era un “rasgo tribal”. Fox, por ejemplo, afirmaba que “no es un signo distintivo que designaba a una gente que pertenecía al pueblo de la alianza, antes que nada porque nadie lo veía”. Admite que para “un propósito práctico la circuncisión podía al menos distinguir a los Israelitas de sus vecinos Filisteos”, pero afirma que esto último no era un tema para P. Si lo era o no es otro tema. De todas maneras sólo estudió el Pentateuco, mientras que otros escolares estudiaron textos adicionales, y los vieron de manera distinta.

Hall, por ejemplo, escribe: “aunque muchas de las naciones alrededor de Israel la practicaban (Jer. 9:25-26), la circuncisión le dio a los Hebreos un sentido de identidad nacional”(1992). De acuerdo con él: “Este uso llegó a su punto máximo cuando los Hebreos confrontaron “naciones incircuncisas, los Filisteos (Jueces 14:3; 15:18; 1 Sam. 14:16; 17:26,36; 31:4; 2 Sam. 1:20), los Babilonios y los Griegos” (1992). La mayoría de las referencias de Hall se relacionan específicamente con los Filisteos. Licht enfatiza que los Filisteos son los únicos llamados “incircuncisos” -´arelim- como, por ejemplo, en 2 Sam. 1:19 (1962). Isaac da un asesoramiento similar: “el epíteto ·incircunciso· era aplicado aparentemente a los Filisteos solamente en la Biblia” (1964; ver también Dothan y Cohn 1964:63; Machinist 2000:67-68). Por lo tanto, la circuncisión se refiere a una marca étnica en partes de la Biblia. Como tal, es mencionada en referencia a los Filisteos, y fue probablemente desarrollada como una señal que formaba parte de la interacción de los Israelitas con ellos, dado que eran incircuncisos.

LA CIRCUNCISIÓN COMO SEÑAL ÉTNICA
La idea que la circuncisión tuviese tanta importancia, como la que se le da en la Biblia, no está sin paralelos. Hodder (1982) observa que los ritos de circuncisión en Africa servían para afirmar la solidaridad étnica entre un grupo que la llevaba a cabo, como eran los Mbunda o los Wiko, contra los “otros” que no la realizaban, los Lozi. De acuerdo con Gluckman, la conducta de los Wiko en la logia –donde los novicios eran circuncidados y residían antes del rito- era marcadamente hostil hacia sus vecinos Lozi y Kwangwa. Gluckman describe como los asistentes Lozi, los verdaderos incircuncisos, eran tratados: “los hombres se deleitaban en amenazarlos con cortarles, y nos contaban historias de lo aterrorizados que estaban, llegando a llorar”. La descripción de Gluckman demuestra que cuando dos grupos semejantes –uno que practica la circuncisión y el otro no- están en estado de hostilidad, tales historias tienden a desarrollarse (y quizás también tengan lugar. Gluckman sumariza, “los Wiko circuncidados probablemente glorificaban la logia adicionalmente contra los extranjeros incircuncisos porque vivían entre aquellos que los despreciaban”. De acuerdo con esto, “la logia afirmaba el orgullo Wiko y su cultura contra el grupo dominante entre el que se habían establecido”.

De nuevo, un examen de este rasgo cultural a esta luz indica claramente, como otros rasgos, que los Israelitas se definían a ellos mismos en relación a, y en contraste con, los Filisteos incircuncisos. Pero cuando y cómo tuvo lugar esta interacción?

LOS INCIRCUNCISOS EN LA BIBLIA
El término incircunciso es usado muy a menudo como término peyorativo y étnico en varios de los libros históricos de la Biblia (principalmente Jueces, 1 y 2 Samuel y 1 Crónicas).

En la mayoría de los textos, el término se refiere a los Filisteos, e incluso a todos los “Gentiles” (Jer. 9:25; también Ezequiel 44:9). El elemento sorprendente es que se refiere a los Filisteos de manera tan negativa “solo” en textos que describen la realidad durante la Edad de Hierro tardía. Esto no solo apoya la afirmación que la circuncisión era enfatizada porque los Israelitas estaban enfrentados a un grupo que no la practicaba –los Filisteos- por lo que es una señal étnica que puede dar a entender la importancia de la circuncisión en tanto que señal étnica a finales de la Edad de Hierro I.

Además, “ninguno” de los textos posteriores a la Edad de Hierro I menciona los incircuncisos en referencia a los Filisteos específicamente. En Ezequiel 32, la lista del profeta de pueblos circuncisos e incircuncisos incluye Asiria, Elam, y algunos otros, aunque no se hace ninguna mención de los Filisteos. Algunos ven en esto un indicador de que los Filisteos estaban étnicamente y políticamente en declive, y no eran lo suficientemente importantes para ser mencionados en una profecía (Haran 1996). Esto, no obstante, no se corresponde con el cuadro completo que surge de los textos, dado que hay varias profecías contra los Filisteos en los siglos octavo y sexto a.C., que indicaban que aún existían y eran lo suficientemente importantes como para merecer esta atención. Ninguna de estas profecías se refiere a ellos como incircuncisos.

En suma, mientras que hay acuerdo general de que los textos discutidos son posteriores a la Edad de Hierro I, hay una interesante dicotomía: los textos que se refieren a la E. de Hierro I usan el término “incircunciso” para describir a los Filisteos, en contraste con los textos que se refieren a la E. de Hierro II, que no usan el término para este propósito.

LA CIRCUNCISIÓN FILISTEA
La desaparición del término “incircunciso” para designar a los Filisteos en la E. de Hierro II refleja, creo, un hecho interesante aunque simple: los Filisteos comenzaron a circuncidarse durante este tiempo.

Se sabe que la cultura Filistea fue alterada significativamente a lo largo de la Edad de Hierro. T. Dothan escribe: “la cultura material de esta fase está caracterizada por sus muchas variaciones locales. Hay que enfatizar que fue durante este periodo de gran expansión que la cultura Filistea perdió su unicidad y vitalidad y fue poco a poco asimilada en la cultura Cananea….” (1982). Los cambios que tuvieron lugar en la cultura material Filistea han sido también usados por otros estudiosos como indicación de su asimilación (Bunimovitz 1990; A. Mazar 1986). Quizás se trate simplemente de una forma débil de aculturación (Stone 1995), dado que parece que los Filisteos, mientras adoptaban rasgos culturales de otros pueblos perdiendo muchos de los suyos, retuvieron su identidad al menos hasta la Edad de Hierro tardía.

En cualquier caso, parece haber consenso en que los Filisteos perdieron muchos de sus rasgos culturales a medida que el tiempo progresaba, particularmente desde el siglo X en adelante. Por lo tanto, cuando los Filisteos dejaron de manufacturar su cerámica típica, adoptaron el alfabeto Fenicio, y relucieron al cantidad de cerdo que consumían, también comenzaron a practicar la circuncisión, como sus vecinos. Esto se puede ver en los textos bíblicos, y es en Herodoto (II, 104) donde encontramos apoyo para este afirmación, cuando afirma que los “Sirios en Palestina” eran circuncidados, y que adoptaron esta costumbre de los Egipcios. Herodoto estaba familiarizado con los habitantes de la costa, y se refería a los Filisteos, con el término Palestinos.

Estos procesos explican por qué los textos posteriores, cuya historicidad no es cuestionada normalmente, dejaron de usar el término peyorativo “incircunciso” para describir a los Filisteos –ya no eran incircuncisos. Y, de nuevo, esta situación no está exenta de un paralelo etnográfico. Hodder se refiere a los Elmolo, quienes en el paso “no circuncidaban a los varones, pero en el 1958 comenzaron a adoptar este rasgo de los Samburu”; también adoptaron algunas otras costrumbres de los Samburu.

SUMARIO
Para sumarizar. Primero, los Filisteos eran incircuncisos solo durante la primera fase de su asentamiento. Esta fase es el único posible fondo para el desarrollo de la circuncisión en tanto que marca étnica entre los Israelitas. En ningún otro tiempo ni ante ningún otro pueblo, podría esta costumbre haber sido desarrollada de tal manera entre los Israelitas. Segundo, como resultado, la importancia de los Filisteos como el gran “otro” de Israel es ejemplificada de nuevo. Tercero, como resultado parece que lo de arriba habla de la credibilidad de los textos. El mero hecho que el término “incircunciso” no es usado para referirse a los Filisteos durante la Edad de Hierro II es importante. Su uso en relación a la Edad de Hierro Idebe significar que el autor tenía algunos textos antiguos u otra fuente confiable ante él de las que sacó la historia y el término. A la luz del punto de vista aceptado referente a la fecha del autor, parece que usó un término que no era usado en su tiempo para referirse a los Filisteos. Se puede apoyar esto mediante el hecho que el primer libro de las Crónicas –escrito durante el periodo Persa- usa el término “incircunciso” solo una vez, mientras que 1-2 Samuel lo usa muy a menudo, aunque las historias narradas en estas dos obras es muy similar. El editor de Crónicas debe haber usado su propio lenguaje al reescribir la historia, reduciendo por lo tanto el uso de este antiguo término significativamente. Es razonable, pues, afirmar que las historias relacionadas con la Edad de Hierro I en 1-2 Samuel son al menos muy antiguas, y no pueden haber sido inventadas durante la E. de Hierro II, sin debatir si habían ocurrido o no.

Otra conclusión es que algunos estudiosos Bíblicos han subestimado el significado de la circuncisión como marca étnica. Cualquiera que sea la fecha exacta de los escritos de la fuente P, es posterior a la E. de Hierro I. Cuando se compuso los Filisteos no eran un tema importante, por lo tanto P desarrolló otros motivos para esta largamente establecida tradición, los cuales, en esa época, se habían convertido en habituales entre pueblos cercanos y probablemente entre los Filisteos. Esta explicación va bien con el punto de vista Bíblico, el cual usa la circuncisión en ciertos contextos (tempranos) como marca étnica.

También hay otra posibilidad. La circuncisión se expandió ampliamente en el antiguo Medio Oriente antes de los Israelitas, de manera que parece que al menos algunos de los varios grupos que se desarrollaron para convertirse en los Israelitas practicaban la circuncisión desde el comienzo. Cuando estuvieron enfrentados con un “otro” que no la realizaba, su conducta vino a ser canonizada. En otras palabras, la circuncisión puede haber sido practicada en época temprana pero vino a ser étnicamente significante solo como resultado de las relaciones con los Filisteos, y esto pudo haber ocurrido solo durante la E. de Hierro tardía.

miércoles, 21 de enero de 2009

CRISTIANISMO, DIOS: RECHAZANDO EL PASADO GUERRERO

RECHAZANDO EL PASADO GUERRERO

REPUDIANDO EL PASADO GUERRERO
No es éste el hijo de José? Preguntaban los hombres en la sinagoga cuando Jesús proclamó su apariencia inaugural en la sinagoga de Nazaret, “Hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír (Luc. 4:21-22). Jesús, leyendo sus mentes, sabía que no estaban contentos con que hubiese curado en Cafarnaún a petición de un oficial trabajando para Roma. La respuesta de Jesús a este resentimiento no fue la de pedir perdón sino que afirmó su ofensa recordándoles que, siglos antes, Elías y Eliseo habían realizado milagros para una mujer fenicia y un hombre Sirio. Aunque esto era verdad el significado que sacaban de estos precedentes los enfureció tanto que trataron de despeñar a Jesús desde lo alto de un monte.
Durante las siguientes semanas, Jesús predicó en varias sinagogas de Galilea, realizó otros milagros, y atrajo un gran número de discípulos. También comenzó a atraer la atención y desaprobación de los Fariseos y sus escribas, los líderes y escolares de un movimiento religioso que enfatizaba el estricto decoro y la estricta observación de la ley Judía. Los fariseos y los escribas objetaban, por ejemplo, que
Los discípulos de Juan ayunan con frecuencia y hacen oraciones, y asimismo los de los fariseos; pero tus discípulos comen y beben…… (Luc. 5:33-35).
Jesús ha pasado la noche orando en las montañas. Al amanecer escogió a doce de ellos, a quienes dio el nombre de apóstoles. Y es Debido a la fama de Jesús como sanador que una gran muchedumbre se congregó a su alrededor de Judea, de Jerusalem y del litoral de Tiro y Sidón (Luc. 6:17-19). Mezclándose con esos sufrientes peregrinos están los discípulos locales de Jesús. Los doce “apóstoles”, o emisarios, recuerdan las doce tribus de Israel, dándole a su vocación personal un significado nacional.
En la sinagoga de Nazaret es la profecía de Isaías que Jesús dice estar cumpliendo:
El espíritu del Señor está sobre mí
Porque me ha ungido
Para traer buenas nuevas a los afligidos…
Las nuevas que tiene para ellos que puedan ser llamadas buenas o no, son un poco sorprendentes, porque son una repudiación virtual de los que en innumerables ocasiones previas Dios ha enseñado a su pueblo que espere de Él. Dirigiéndose a sus discípulos directamente pero rodeado de enfermos e inválidos, Jesús dice:
Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de los Cielos.
Bienaventurados los que ahora padecéis hambre, porque seréis hartos…. (Luc.6:20-26)
En el Deuteronomio 27-28, hablando a través de Moisés, Dios notifica a Israel que si es obediente, sería bendecida, y si desobediente, maldecida. La naturaleza de esas bendiciones y maldiciones, sin embargo, no puede ser más distinta de la bendiciones y males en Lucas 6:20-26. Los Israelitas obedientes no iban a ser bendecidos en las dos etapas de las que habla Jesús. No tenían porque ser pobres, padecer hambre, llorar, ser odiados…. Al contrario, Dios les garantizaba prosperidad y hegemonía desde el principio.
Yahvé te colmará de dones y bendecirá el fruto de tus entrañas….(Deuteronomio 28:11-13)
Y para las maldiciones, Dios jura infligir sangrientos horrores sobre Israel, si transgredía la Ley, e hizo una lista de las transgresiones que tenía en mente:
Maldito quien reduzca los términos de su prójimo…
Maldito quien lleva al ciego fuera de su camino… (Deuteronomio 27:17-20).
Hablando por varios profetas, Dios ha denunciado el abuso de la riqueza, pero nunca ha denunciado a la riqueza misma. A través de Amos, por ejemplo, Dios dice:
Por tres pecados Israel y aun por cuatro no revocaré yo mi fallo, por haber vendido al justo por dinero, y al pobre por un par de sandalias…… (Amos 2:6-7)
Uno puede buscar en vano entre todas las expresiones de Dios una afirmación como “benditos los pobres” sin la promesa de que Dios los hará un día ricos, lo mismo para los hambrientos etc. Se puede objetar que Jesús no invierte los valores tradicionales; simplemente expande el ámbito en el cual Dios distribuirá bien y mal a todos de acuerdos con sus méritos. Pero aunque esto sea verdad, Jesús hace una revisión del significado de sus curas milagrosas. Los enfermos y perturbados se han reunido en tales números porque esperan una cura inmediata. La afirmación que Jesús hace de sí mismo es que, más que un sanador ordinario, él es el cumplimiento de la más grande promesa de Dios a su pueblo en lugar de un nuevo proponente de ésta. Todos estos sufrientes no vienen seguramente para que se les diga que su miseria es su bendición, que más tarde su recompensa será muy grande. Puede esta definición de bendiciones y maldiciones ser el verdadero cumplimiento de la promesa que el Señor hizo a través de Isaías?
Jesús, predicando francamente contra la promesa, no duda en decir que esto es lo que intenta. Sus palabras sirven para notificar que no ha venido para realizar milagros o exorcismos en masa. Con algunas excepciones simbólicas, aquellos afectados por la enfermedad o atormentados por los demonios no deben buscar una cura milagrosa, más bien deben abrazar sus aflicciones análogamente a la que los discípulos encontrarán por ser seguidores del Hijo del Hombre.
Lo que sigue confirma esto:
Pero yo os digo a vosotros que me escucháis: amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen…. (Luc. 6:27-39)
En este sermón Jesús practica lo que practicará cuando sus enemigos vengan a por él, la no resistencia. “Poned la otra mejilla”, ha sido la firma de su enseñanza. La frase ha sido/es usada por millones de personas, algunos incluso no saben quién la dijo. La frase define a Jesús didácticamente, igual que la crucifixión le define dramáticamente. Ahora, la recepción popular de este sermón, a pesar de toda la fama que le ha conferido a Jesús, también ha oscurecido más profunda originalidad y más radical revisión de la tradición que heredó.
La discusión de su ética de no resistencia al mal se ha concentrado en la aplicación de esta ética en lugar de su premisa –o sea, que el ser humano debe hacer así porque Dios hace así. Pero realmente hace Dios así? Esta es una pregunta que la interpretación de esta cita no pregunta. Jesús asume una respuesta positiva a esta pregunta sin incluso preguntarlo, pero asumir esto conlleva una drástica revisión de la identidad divina. Cuando uno recuerda como Dios, de hecho, se ha conducido de cara a la oposición o el insulto de Sus antiguos enemigos, está claro que, aunque Jesús diga que Dios es el que siempre ha sido, está de hecho revelando un enorme cambio en Dios.
Dios, para repetir, es el modelo que Jesús quiere que creamos e imitemos, que amemos a nuestros enemigos, hagamos el bien a los que el mal nos hacen etc. “para que seamos hijos del más alto, porque Él mismo es bueno con los malos.” Cuando Jesús usa la gracia, no dice “sed compasivos porque la compasión es mejor que la venganza”. Lo que dice es “Sed compasivos como vuestro Padre lo es.” Pero, cuán compasivo ha mostrado ser el Padre a lo largo de Su carrera? Cuan generoso ha sido el Más Alto, típicamente, cuando ha confrontado a Sus enemigos?
Una de las más tempranas caracterizaciones que Dios hace de Sí mismo está en Éxodo 34:5-7:
Mientras pasaba Yahvé delante de él, exclamó: “Yahvé, Yahvé! Dios misericordioso y clemente, tardo a la ira, rico en misericordia y fiel, que mantiene su gracia por mil generaciones y perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, pero no los deja impunes, y castiga la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercer ay cuarta generación.”
Incluso aquí, está claro que para Él, el perdón, sin lugar a dudas, no excluye el castigo. De todas formas, no es principalmente lo que Dios dice, sino lo que hace, lo que le hace parecer un ser otro a aquel cuya benignidad y neutralidad Jesús invoca. Las acciones del Señor hablan mucho más alto que Sus palabras. Entre el Éxodo Israelita del faraón de Egipto y su entrada en Canán, el Señor ejecutó al menos treinta mil de ellos (Éxodo 32; Números 16; Números 21; Números 25). En ningún momento durante la travesía del desierto parece el Señor disminuir Su furia. En un momento, incluso, llegó a pensar den matar a todos los Israelitas en el desierto y comenzar una nueva nación con Moisés (Num. 14:12). Moisés le hace sentirse avergonzado advirtiéndole que arruinará Su reputación y citándole en Su cara el lenguaje de Éxodo 34:6.
Aunque Habacuc 3:5-6, 9-16 es una evocación vívida del divino guerrero en acción, el Señor ofrece esencialmente caracterizaciones idénticas en docena de discursos a otros profetas. E Israel no falla en tomar buena cuenta de este punto sino que aprende a orar al Señor en tanto que el temible guerrero que Él afirmaba ser.
Bendito sea todos los días el Señor;/Él lleva nuestra carga,/es el Dios de nuestra salvación.
Dios es Dios nuestro para salvar,/ y a Yahvé nuestro Señor, pertenecen las salidas de la muerte:
Pues Dios rompe la cabeza a sus enemigos,/y el cráneo cabelludo al que persiste en su maldad.
Dijo el Señor: “Haré volver de (las montañas) Basán,/yo haré volver de las profundidades del mar, para que puedas lavar tus pies en la sangre/y que la lengua de tus perros tenga parte en los enemigos”.
Si lo que dice Jesús es correcto, entonces tales oraciones no pueden ser ofrecidas. El Señor no puede ser más alabado por romper la cabeza de Sus enemigos, pues ya no es un dios rompe cabezas. Aunque no se niega que el Señor ha sido un rompe cabezas. Luego ha de haber cambiado, pero que es lo que cuenta para este cambio?
Una posible respuesta es que no habrá respuesta porque el Señor quiere que no haya ninguna. Aunque insistió, cuando habló a Moisés, en la claridad y transparencia de sus palabras e intenciones (Deut. 30:11-12). Dios ha crecido más remoto y más misterioso con los siglos. Durante el cautiverio en Babilonia, decía por primera vez cosas como: “Cuanto son los cielos más altos que la tierra, tanto están mis caminos por encima de los vuestros, y por encima de los vuestros mis pensamientos.” (Isaías 55:9). Muy a menudo, Jesús habla de la misma manera. Y si el Dios encarnado se hará más comprensible o no, Dios nunca ha reconocido tener ninguna obligación en lo que a esto respecta. Si Jesús es Dios encarnado, podemos suponer que pueda anunciarnos un cambio profundo en Dios –que es lo mismo que decir, en sí mismo- sin necesidad de llamar el cambio por su nombre y sin preocuparse en explicarlo. El Señor de Toda la Tierra hace como quiere.
No hay error en que Jesús intenta afirmar la autoridad de Dios para lo que dice, y a su propia manera desea explicarse a sí mismo. Si Jesús fuera meramente un profeta hablando por autorización Divina, se esperaría leer: “Y la palabra del Señor vino a Jesús; así dice el Señor…..” Pero tanto Mateo como Lucas muestran como Jesús caracteriza a Dios con la autoridad de nadie sino la suya propia derivando de ahí una nueva moralidad para dicha caracterización. La muchedumbre estaba aturdida, pues les enseñaba con autoridad y no como los escribas (Mateo 7:28).
Jesús enfatiza que su autoridad es suya propia mediante la repetición de la frase “Pero yo os digo”. Dice, por ejemplo:
Habéis oído que fue dicho a los antiguos: ….. (Mat. 5:43-45).
En Levítico 19:18, parte del cual Jesús cita en el pasaje precedente, Dios no dice “odiarás a tu enemigo”, pero tampoco dice “no odiarás a tu enemigo”. Lo que dice, citando el versículo “no te vengues ni guardes rencor contra los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo, Yahvé.” El contexto es clarificador. Contradiciendo directamente lo que Jesús implica acerca de el, el Señor lo más seguro es que tomará sobre y tendrá rencor contra sus enemigos, sus enemigos son en todos los casos los enemigos de Israel. ; y Él mismo esperaba un comportamiento similar y varias veces ordenó a Israel hacer lo mismo, imponiendo obligaciones sobre estos que eran consistentes con su carácter vengativo e iracundo.
Este punto puede ser ilustrado por la historia del largo enfado y ruda venganza del Señor sobre Amalec. Cuando Moisés llevaba a los Israelitas de Egipto a Canaan, Amalec fue una de las varias naciones que atacó a Israel, después que el ataque fue rechazado, el Señor juró a Moisés: “Pon eso por escrito para recuerdo, y di a Josué que yo borraré a Amalec de debajo del cielo.” (Ex. 17:14). Moisés construyó un altar para dar testimonio del juramento, diciendo: “Estará Yahvé en guerra contra Amalec de generación en generación”. Lo que el Señor juró y prometió a Moisés fue que exterminaría a los Amalecitas, no importa cuanto tiempo pasara. Durante los dos siglos siguientes, mucho más que las cuatro generaciones del Ex. 34, los Amalecitas e Israel estuvieron, como fue profetizado, en guerra pero Israel creció más fuerte. Finalmente, el Señor decidió cumplir su antigua promesa al pié de la letra. Nombró a Saúl rey: “Tengo presente lo que hizo Amalec contra Israel cuando le cerró el camino a su salida de Egipto. Ve, pues, ahora, y castiga a Amalec, y da al anatema cuanto es suyo. No perdones; mata a hombres, mujeres y niños, aun los de pecho; bueyes y ovejas, camellos y asnos.” (Is.15:2-3). Saúl llevó a cabo la orden sin hesitar, pero salvó –para una posterior ejecución demostrativa y sacrificio ritual en el santuario Israelita de Gilgal—a Agag, rey de Amalec, y el ganado de la tribu destruida. El Señor, sin embargo, se indignó en gran manera y le quitó, por ello, el trono a Saúl, dejando a Samuel para que completase el genocidio. El Señor quería que Su venganza fuese ejecutada al pié de la letra:
Dijo Samuel:”Traedme a Agag, rey de Amalec.” Y Agag se fue a él plácidamente, pues se decía: “Ciertamente ya ha pasado la amargura de la muerte.” Samuel repuso: “Así como a tantas madres privó tu espada de hijos, así será entre las mujeres tu madre privada de su hijo.” Y degolló a Agag ante Yahvé, en Gilgal. (ISamuel 32-33).
El punto es que cuando el Señor dijo, por boca de Moisés, “ama a tus vecinos como a ti mismo”, no estaba diciendo nada que Moisés o él consideraran incompatible con la primera promesa “Borraré la memoria de Amalec bajo los cielos”. La historia de Amalec desde el primer ataque hasta la última derrota puede ser leída coherentemente como una glosa del Levítico 19:18, demostrando, entre otras cosas, que el grupo de referencia para la palabra “vecino” en este versículo es solamente Israel. En Levítico 19:34 se extiende graciosamente el círculo para incluir extranjeros pacíficamente residiendo en Israel, pero los enemigos son otro tema.
Hay un episodio que es muy esclarecedor en 1 Reyes 20. El Señor ha prometido a Ahab, el rey de Israel, la victoria sobre Ben-Hadad, el rey de Aram. Sucede como prometido, pero los consejeros de Ben-Hadad, le avisan: “Nosotros hemos oído que los reyes de la casa de Israel son reyes misericordiosos; vamos a vestirnos saco sobre nuestros lomos y a ponernos sogas al cuello, y a ir así al rey de Israel, a ver si te deja la vida” (1 Reyes 20:31). Ahab se mostró compasivo, realizando un generoso acuerdo de paz y perdonando la vida a Ben-Hadad. El Señor, no obstante, está furioso por esta conducta. “Por haber dejado ir de tus manos al que yo había dado al anatema, tu vida responderá por la suya, y tu pueblo de su pueblo” (1 Reyes 20:42).
En los libros de Samuel y Reyes, no menos que en los Evangelios, Dios es el modelo. Y parece que se sigue de esto el que Jesús capture el espíritu del antiguo mandamiento con suficiente exactitud, cuando dice: “Oísteis que fue dicho: amaras a tu vecino y odiarás a tu enemigo”.
Con lo que Jesús substituirá esta conducta, la cual es en su raíz ni más ni menos que la discriminación espontánea que cualquier niño aprende a hacer entre amigos y enemigos, es una no espontánea y antinatural negación a discriminar. Sus seguidores son invitados a tratar a todo el mundo igual, tomando al sol como su modelo, el cual Dios hace que salga y brille sin discriminación “tanto sobre los malos como sobre los buenos”. Si esta noble negación a discriminar sería problemática en cualquier sitio del mundo, lo será el doble en Israel, porque Israel vino a la existencia en tanto que nación por un acto de discriminación por parte de Dios. Lo que Moisés tenía como pináculo de la Divina Grandeza no podía estar más lejos de la indiferente luz del sol:
“Qué pueblo ha oído la voz de su Dios hablándole en medio del fuego, como la has oído tú, quedando con vida?”…..(Deut. 4:33-34; 37-38).
La Alianza de Dios con Israel es un acto de discriminación, Él nunca iguala a Israel con otras naciones excepto cuando está furioso.
Raramente, como con Amós, puede mostrar Su furia:
“No sois para mí como hijos de etíopes? No hice yo subir a Israel de la tierra de Egipto, y a los filisteos de Caftor, y a los arameos de Quir? He aquí que los ojos del Señor, Yahvé, están puestos sobre el reino pecador, y los exterminará de la faz de la tierra. Pero no destruiré del todo la casa de Jacob, oráculo de Yahvé” (Amos 9:7-8).
Cuando habla de esta manera, el Señor agresivamente e insultantemente seculariza lo que Moisés ha declarado sagrado. Normaliza lo que Moisés ha declarado excepcional. Sacó Dios a Israel fuera de Egipto? Sí, pero y qué? Dios siempre está sacando fuera de algún lugar a alguien, o no? Son los Israelitas tan vanos como para pensar que son Su pueblo elegido por una mera transferencia de lugar?
Dios no puede presentarse como neutral en su forma ideal. En innumerable otras ocasiones, presume de sí mismo de no ser de ninguna manera neutral, sino al contrario, abiertamente y apasionadamente discriminatorio. Y en tanto que Dios encarnado, Jesús seguro que recuerda lo que una vez le dijo a los Amalecitas. Pero qué es lo que le ha llevado a olvidar esa actitud y adoptar otras tan diferentes? La raíz de ese cambio es algo más radical que una intensa dedicación a la Gracia, la paciencia y disponibilidad de Su amor. No, Jesús exhorta a sus oyentes a una profunda indiferencia contra intuitiva, cueste lo que cueste hacia las más básicas humanas diferencias, la diferencia entre amistad y hostilidad. Lo que hace que este ideal sea inherentemente y masivamente perturbador para Dios y no menos para Israel es el hecho de que en los tiempos en que Jesús predicaba esto, tenía tras de sí dos mil años de basados en el reconocimiento y exaltación de una diferencia sobre todas las demás –o sea, la diferencia entre Israel, el pueblo con quien Él ha establecido su alianza, y todos los demás pueblos. Israel lo era todo para el Señor. Desde los tiempos en que estrechó su foco de la humanidad en general (“Creced y multiplicaos”) hacia Abraham (“Tu descendencia será tan numerosa como las estrellas del cielo”), cada palabra, cada acción, ha girado alrededor de su pueblo elegido. Qué era lo que le inducía a hacer nada de una distinción sobre la cual Él había basado una dedicación tan personal?
La respuesta es, en dos palabras, coacción extrema. En la crisis más grande de su vida, Dios hace de la virtud heroica una necesidad. Para aprecia lo que enfrenta y como responde a ello, hay que considerar primero como se condujo a sí mismo durante unos tiempos similares –o sea, los tiempos de la destrucción de Jerusalem por los Babilonios y el cautiverio de su pueblo a la infame Babilonia. Fue este un evento que podría haber dejado a Israel sin un dios, y a Dios sin un pueblo. La alianza entre ellos se estableció con la victoria de Dios sobre el Faraón, la cual fue predicada sobre la garantía de Dios de que ningún otro rey o dios-rey haría lo que el Faraón había hecho: subyugar a Israel. Por derecho, una vez que los Babilonios hicieron esto, la alianza debería haberse roto.
Pero no se rompió, porque Dios había hecho Su protección condicional. Estaba garantizada sólo si Israel “oía los mandamientos del Señor tu Dios”, y los mantenía poniéndolos en práctica, “sin desviarse ni a la derecha ni a la izquierda de ninguno de los mandamientos que te “impongo” hoy”, siguiendo a otros dioses y sirviéndoles.” (Deut. 28:13-14). Si Israel era culpable de desviación, entonces el Señor se levantará contra tí desde los confines de la tierra….. (Deut. 28:49-50; 56-57).
La cautividad en Babilonia fue una calamidad, para la cual se había hecho ya una provisión teórica; aunque parecía algo nuevo, sin precedentes, terrible cuando finalmente tuvo lugar, no para el Señor, sino para Israel. Hablándole al profeta Habacuc, Dios dijo en admiración a Su propio empleo de los enemigos de Israel:
Mirad a las gentes, contemplad, quedad estupefactos, atónitos: voy a hacer Yo una obra en vuestros días que no creeríais si se os contara. Pues he aquí que yo suscito a los caldeos, pueblo acerbo y fogoso, que recorre las anchuras de la tierra, para apoderarse de moradas ajenas. Espantoso es y terrible… (Habacuc 1:5-6).
Después en este breve pero elocuentemente caústico libro de profecía, el Señor envía a Habacuc una segunda visión, en la cual, el guerrero divino marcha de vuelta a Canaan para tomar venganza sobre los Caldeos. El Señor intenta establecer más allá de la sombra de ninguna duda que ambos fines de esta transación –la humillación de Israle y su posterior vindicación- eran Su obra, nadie más. Pero al llevar este significado hasta su fin, había de enfrentarse a Sí mismo.
Había realizado Su meta? No necesariamente, o completamente, o permanentemente. Después de todo, un dios que castiga puede premiar después. Un dios que está en control del orden mundial, cualquiera que este sea, puede un día mejorarlo. Si esto es consuelo, no deja de ser un frío consuelo; y había algunos en el antiguo Israel que no estaban dispuestos a esperar indefinidamente. Decir esto es decir que la segunda mitad de la promesa del castigo y rehabilitación de Dios nunca fue cumplido. Jamás dio la bendición que decía seguiría al castigo. Es cierto que algunos de los exiliados Babilonios retornaron a Israel, pero otros muchos no. Sí, una soberanía nacional muy limitada fue establecida, pero ni siquiera incluía la Judea tradicional, mucho menos Israel. Un muy modesto Templo fue construido, pero aquel gigante divino nunca vino sacudiendo las montañas del sur, haciendo temblar la tierra y aterrorizando al cielo, como había dicho vendría. A pesar de un interludio de relativa independencia, Israel parecía estar sobre un camino que llevaba cuesta abajo hacia la subyugación permanente, empeorando, según el deseo de sus gobernantes, hacia una opresión brutal.
El coste psicológico de estado de cosas, se puede apreciar con tristeza y profundo dolor en el Salmo 44:
Oh Dios, con nuestros propios oídos lo oímos,
nos lo contaron nuestros padres,
la obra que tú hiciste en sus días,
en los días antiguos, y con tu propia mano.
…….
Y con todo, nos has rechazado y confundido,… (Salmo 44).
El remanente que estableció una vida nacional en Israel era un remanente genuinamente fiel. Las circunstancias había reducido toda plausibilidad para la interpretación de una opresión extranjera continua en tanto que castigo divino. Si la congregación que cantó las punzantes palabras del Salmo 44 sabía esto, entonces Dios no lo sabía también? Y a medida que lo oía, no se acordaba de su promesa rota, hecha a través de tantos y distintos profetas, de que restauraría Israel a su anterior gloria?
Como no? Pero si imaginamos que Dios no era, como el Salmo 44 imagina, durmiente sino simplemente demasiado débil o que por cualquier otra misteriosa razón ya no estaba dispuesto a imponer Su voluntad en la historia, entonces tenemos a la mano un motivo para el sermón revolucionario de Jesús. El prospecto que Dios enfrenta es que si, por un lado, no puede derrotar a los enemigos de Israel y, por el otro, no pueden afirmar que cuando están oprimiendo a Israel estén haciendo su deseo, entonces debe admitir la derrota. Debe admitirla debido a Su fallo, no el de Israel, la alianza entre El y su pueblo ha finalizado definitivamente. Su fallo será el más ignominioso debido a Sus muchos alardes de que los enemigos de Israel eran como perros. Si estos alardes son ahora expuestos como vanos, entonces Dios puede, al menos, ser honrado por Sus pasados servicios. No puede ser más respetado por Su presente poder.
Pero Dios tiene una alternativa para llevar Su carrera en la historia hacia un ignominioso fin. En lugar de simplemente declarar que es incapaz de derrotar a Sus enemigos, Dios declara que no tiene enemigos, que ahora se niega a reconocer ninguna distinción entre amigo y enemigo. Anuncia que ahora ama a todo el mundo indiscriminadamente, igual que el sol da su luz para todos. Que sus criaturas extiendan los unos a los otros la misma infinita tolerancia hacia el mal que Él extenderá, individualmente y colectivamente, a todos ellos.
Los gentiles pueden imaginar que su propia bondad, su propio atractivo, era suficiente motivo para la decisión de Dios de llevarlos a la alianza que una vez había reservado para los Judíos. Pero si nos acercamos a este cambio de la parte de Dios, tomando seriamente una Biblia que su alianza con Israel como lo más importante para Él, entonces habría que buscar las razones para esa eventual expansión de la alianza en el turbio estado de su relación dentro de esta. La alianza había de ser cambiada porque Dios no podía mantener los términos y porque, en la víspera de una nueva catástrofe para Israel, él había elegido dejar de pretender que podía.
Se puede sacar la objeción –es más, ha de ser expuesta- que una cosa es para Dios, salvo en el cielo, resolver Su dilemaa declarando que sus enemigos terrestres son ahora amigos, y otra muy distinta para los humanos, sufriendo los peligros en la tierra, ser requeridos a hacer lo mismo. Por muy sabio que pueda ser para Dios excusarse a sí mismo de la tarea de derrotar a Sus enemigos declarando que no tiene ninguno, no deja de ser, ésta, sabiduría barata, pues se ha de insistir, que a Dios no el cuesta –importa- nada imponer insoportables cargas a sus criaturas.
Esta objeción está más allá de cualquier refutación lógica. El rechazo radical de la diferencia humana, incluyendo la diferencia entre amigo y enemigo, es un rechazo barato de la parte de Dios –al menos hasta que Dios se haga como un ser humano y sufra las consecuencias de su propia confesión.
Pero en esta historia Dios se convierte en hombre y ahora se puede comenzar a ver por qué lo hizo. Ha hecho virtud de la necesidad, sí, pero la virtud es virtud real. El ideal heroico del amor universal.

CRISTIANISMO, LA INFLUENCIA DIVINA

LA INFLUENCIA DIVINA
NO LA PAZ SINO LA ESPADA O LA INFLUENCIA DIVINA
Los mitos es lo que denominamos historia. No obstante, es imposible escribir la biografía de Jesús ni la de Yahvé. Yahvé es proclive al eclipse, al autoexilio, a las astutas evasivas…
Yahvé, al principio de su carrera, no es un Dios teológico, sino humano, demasiado humano, y se comporta de manera bastante desagradable. El cristianismo transforma a Jesús de Nazaret, un personaje histórico del que poseemos muy pocos hechos verificables, en una multiplicidad politeísta que reemplaza al enigmático y amenazador Yahvé por un Dios Padre muy diferente, cuyo Hijo es el Cristo o el Mesías resucitado. Ambas divinidades quedan ensombrecidas por un espectral Paráclito (El Que Consuela), llamado Espíritu Santo, mientras que Miriam, la madre de Jesús, perdura más o menos bajo la designación de “la Virgen María”.
Yahvé es el protagonista del Tanakh, que evidentemente no es idéntico al Antiguo Testamento. Jesucristo es el protagonista del Nuevo Testamento o Testamento Tardío, que revoca la alianza entre Yahvé e Israel. Alá, el cual, en algunos aspectos está más cerca del Dios de Abraham e Isaac, Jacob e Ismael, y de Jesús de Nazaret que las deidades Cristianas.
Ir en pos del Yahvé histórico (tan humano que se comporta como una persona) es sufrir una derrota de antemano, como ocurre con las infinitas búsquedas del Jesús humano o histórico. De manera invariable, el que lo busca se descubre a sí mismo, pues en la práctica la identidad del individuo se ve profundamente implicada. Cómo iba a ser de otro modo?
La Biblia cristiana varía en sus inclusiones y exclusiones. Todos cambian de manera significativa la secuencia de la Biblia hebrea para que acabe con Malaquías, el último profeta menor cuyo nombre significa simplemente “mensajero”, y que nos lleva hasta Juan Bautista. El Tanakh concluye con el Libro Segundo de las Crónicas, y con un subamos a reconstruir Jerusalem y a restaurar el Templo de Yahvé.
Leer el Nuevo Testamento de principio a fin, es una experiencia estética y espiritual bastante desconcertante. Frye, dice a cerca de los Evangelios:
Los Evangelios me parecen, en su mayor parte, una lectura de lo más desagradable. Las misteriosas parábolas, con sus veladas y no tan veladas amenazas, el énfasis que pone Cristo en sí mismo y en que es único y en su actitud de “conmigo o contra mí”, esa exhibición de milagros como proezas irrefutables, y la permanente sensación de delirio acerca del fin del mundo: son cosas a las que el ingenio intelectual debe dar una explicación, y el hecho de que sean recurrentes surge, en mi opinión, de delicado tejido de la racionalización. La Iglesia Cristiana, con todas sus manías, había comenzado a formarse cuando se escribieron los Evangelios, y se la puede ver limando asperezas y posibilitando que el cristianismo quede secuestrado por una sociedad neurótica y deformada. Me pregunto durante cuánto tiempo y hasta qué punto se puede esquivar u oponer resistencia a la tesis de que la corrección y revisión que se llevó a cabo de las Escrituras fue un proceso fundamentalmente deshonesto.
Los Evangelios tienen perfectamente planeado el efecto que han de causar en el lector, y como propaganda eclesiástica puede que tengan poco que ver con el Jesús de Nazaret histórico. Nunca lo sabremos. Los Evangelios nos presentan a un Jesús tan mitológico como Atis, Adonis, Osiris o cualquier otra divinidad de las que mueren y reviven. Un Mesías que es el Dios encarnado y que muere en la Cruz para expiar todos los pecados y errores humanos, es irreconciliable con la Biblia hebrea.
Lo que da unidad al Nuevo Testamento es su postura revisionista hacia la Biblia hebrea. De ese revisionismo surge un considerable esplendor, se sienta uno cómodo con él o no. La fuerza persuasiva de los Evangelios, y de toda la estructura del Nuevo Testamento, es prueba del poder de una hazaña de la imaginación, plagada de incoherencias, aunque lo bastante importante como para sobrellevar esas contradicciones, entre las que se incluye un Jesús cuya misión pretende sólo beneficiar a los judíos, y unos discípulos que se dirigen sólo a los gentiles. Qué hubiera pensado Jesús de Nazaret de la exclamación de Lucero: Muerte a la ley! Que en muchos luteranos alemanes que sirvieron a Hitler se convirtió en “Muerte a los Judíos”. Los alemanes no habrían crucificado a Jesús: lo habrían exterminado en Auschwitz, su versión del Templo. No menos que Hillel, Jesús reafirmaba la Torá, las enseñanzas de Yahvé y la Alianza.
El Yahvista, o Escritor J, compuso esa magnífica primera rama de lo que luego se fundiría con otros textos del autor-editor que reunió la secuencia desde el Génesis hasta los Reyes durante el Exilio Babilonio. Esta secuencia es una ficción, no la verdad, pero la historia bíblica rara vez es la verdad en el sentido restringido que persiguen los historiadores profesionales, cuya retórica sólo permite un tipo de verdad bastante reduccionista. Si Yahvé es una ficción, es, con mucho, la ficción más inquietante con que se ha encontrado Occidente. Yahvé es, cuando menos, la ficción suprema, el personaje literario que permite una meditación más inagotable, superando en ella a Jesucristo y a las caracterizaciones más grandes de Shakespeare.
Reflexiono acerca de Yahvé: deseo conocer sus menores detalles y por qué tardó tanto tiempo en ponerse un nombre. Conocemos sus variadas personalidades, pero su carácter siempre nos deja perplejos. Quizá él también estaba perplejo antes de llamarse Yahvé. Después de todo, había engullido a otros dioses y diosecillos.
Sabemos que aspecto tiene, aun cuando prohíbe que lo retraten. Se parece a nosotros, o mejor dicho, nosotros nos parecemos a él, pues hemos sido creados a su imagen. La Cábala y sus antecedentes nos dicen que es enorme. Jack Miles dice de Dios que habla consigo mismo. Yahvé, que sufre tremendamente por cualquier ingratitud y que es tremendamente celoso, cruza los límites de la locura durante los cuarenta años que conduce a los Israelitas por el Desierto, en esa desquiciada excursión de Egipto a Canaan. A Moisés mismo, el profeta de Yahvé, se le deja ver la tierra pero no entrar en ella. Yahvé, que generalmente siempre es una mala nueva, es la peor de las noticias posibles cuando acaba con Moisés. Pero es que, Yahvé, desde el principio ha sido un desastre para sus paladines, y esa es la larga historia del Tanakh. Si uno duda de la Encarnación (e incluso San Pablo dudaba), entonces el debate recientemente renovado por Mel Gibson acerca de la culpabilidad de los judíos, más que de los romanos, puede dejarse a un lado. Yahvé es culpable.
Cuando muchos siglos después, Yahvé se convirtió en el Dios de la Reforma Protestante, se le contempla como si dijera a cada protestante: “Sé como yo, pero no te atrevas a ser demasiado como yo.” El Yahvé del escritor J no necesita hacer ninguna advertencia, excepto que no comamos del Árbol de la Vida, que nos haría inmortales. Al Yahvé de J le gusta pasear cuando refresca por el Jardín del Edén, y disfruta yendo de excursión con Abraham. Jesús que se entrega al vino y a las comilonas siempre que puede, nunca se parece más a Yahvé como en esos banquetes. El “piensa en la tierra” de Nietzsche es Yahvístico, pues el Yahvé del Escritor J es maravillosamente antropomórfico, como cuando él mismo cierra la puerta del arca de Noé. Y lo más importante, Yahvé modela a Adán con “adamah”, húmeda y rica tierra roja. Homero nos muestra de manera soberbia la guerra entre hombres y dioses; el Escritor J va más allá, y representa a hombres y mujeres teomórficos que caminan y hablan con Yahvé. En pocas palabras, el Yahvé de J no es un dios celestial, sino un dios que alterna entre los campos cultivados y las cumbres de las montañas.
F. Cross hace hincapié en que Yahvé es también el Dios de la tormenta, pero sólo como una música de batalla que anuncia la llegada del guerrero divino que domina el mar y a los enemigos terrenales de Israel. Aunque sufrirá una serie de transformaciones extraordinariamente matizadas, Yahvé comienza siendo un creador y destructor ambivalente. Yahvé crea todas las cosas, incluyendo la categoría de lo inesperado. No hay límites para Yahvé, por lo cual como mejor se define Su bendición es como el regalo de más vida en un tiempo sin límites. El cielo en la tierra es su promesa; su Reino es, decididamente, de este mundo.
Aunque inmortal, Yahvé ha envejecido, y quizá es ya demasiado viejo para seguir preocupándose. El dios Padre del Cristianismo se preocupa, aunque es un Yahvé disminuido y le falta personalidad. Dicha mengua es necesaria, pues ahora son cuatro en el panteón: Él, Jesucristo, el Espíritu Santo y la Virgen María. El Corán otorga a Jesús un lugar único por ser el profeta que precede inmediatamente a Mahoma, aunque éste sea un Jesús desprovisto de todo cristianismo y “limpio” de Encarnación, Crucifixión, Expiación y Redención. Tan sólo la Ascensión distingue a Jesús de los profetas anteriores, aunque en el pensamiento chiíta y en el sufismo posterior, las ascensiones de Enoc y Husain, el nieto de Mahoma, se relacionan con el Jesús gnóstico: el Cristo Angel, tal como se le denomina a veces. Jesús no muera, sino que asciende con Alá, y permanece con él para estar presente en el fin de los tiempos (se insinúa en el Corán 43:61). Pero es que en el Corán 61:6 se nos presenta a un Jesús que anuncia la venida de Mahoma como el sello de toda profecía. Y, lo más importante, en el Corán 5:116 Alá queda apaciguado cuando le pregunta furioso a Jesús si él y la Virgen María son dos dioses diferentes de Dios, y Jesús le replica amablemente que él nunca ha dicho tal cosa.
La antigua religión Israelí se centra en el Monte Sinaí, donde Yahvé entregó la Torá, y en el Monte Sión, donde Salomón construyó el Templo para Yahvé. Hay una diferencia importante entre el judaísmo talmúdico y la religión bíblica es que, después de la destrucción del Templo, los rabinos tenían la Biblia como su centro. Las dos montañas, la de la Alianza y la del Templo, unen a Moisés y a David, el profeta de Yahvé y el hijo adoptivo de Yahvé. El que Yahvé elija lugares elevados no es algo gratuito, pues como guerrero desciende de las montañas para combatir a sus enemigos. Su Templo es espiritualmente idéntico al exuberante Jardín del Edén, donde le encantaba pasear al caer la tarde, cuando refrescaba. Cuando Eva y Adán son expulsados del Jardín por temor a que se convirtieran en dioses, éste no deja de existir, y queda protegido por querubines. De manera implícita, la destrucción del Templo de Yahvé, considerando que éste en el Sinaí comía siempre con su pueblo, era también la destrucción del Edén, que nos seguirá vedado a no ser que el Templo sea reconstruído. Pero si la propia Biblia reemplaza el Templo, entonces el libro también representa el Edén, motivo quizá por el cual Akiba insistía de manera tan apasionada en que el Cantar de los Cantares, que es de Salomón, tenía que ser un libro canónico.
Yahvé, incapaz ya de pasear por el Edén ni de festejarse en el Templo de Yahvé reside en la Biblia judía. Tan cómodo se se siente en ella que no necesita un tercer Templo, a no ser que ahora se haya exiliado incluso del disfrute de sus páginas

CRISTIANISMO, UN DIOS PACIFISTA

UN DIOS PACIFISTA

UN DIOS PACIFISTA
Por qué Dios se hizo Judío y se sometió a ejecución pública por los enemigos de su pueblo elegido? Lo hizo en orden a confesar que, por elección o necesidad, era un dios desarmado. Sabía que el genocidio contra su pueblo elegido era inminente y que no haría nada para prevenirlo. La única cosa que podía elegir hacer era romper su silencio acerca de su escandalosa inacción.
Dios le reveló a Daniel en la corte del rey de Babilonia que cuando Babilonia cayera, el reino de Dios no vendría inmediatamente. Más bien vendría –en una sucesión simbolizada en la visión de Daniel(Dan.7) por una serie de bestias- los reinos de los Babilonios, Medos, Persas, y los griegos de Alejandro Magno. Solo entonces vendría el reino de Dios, simbolizado en la visión por “el Hijo del hombre”. Pero cuando el Evangelio comienza lo que encontramos, en lugar del Reino de Dios, es el Reino de los Romanos. Roma, enfurecida por el carácter rebelde de los Judíos, perpetrará genocidio poniendo fin a la soberanía Judía sobre la tierra de Israel que finalizará dieciocho siglos después, y Dios no hará nada.
Poca duda hay de que esos rebeldes, tal y como se imaginaban al Dios que les ayudaría, imaginaban a un Dios que conocía el futuro en detalle tal y como los humanos conocían el pasado. Esta es la imagen que Dios expresa tan vívidamente en el libro de Daniel. Ahora bien, ningún reino de Dios vino, sino el reino de los Romanos, una opresión mucho más cruel que ninguna de las sufridas por los Judíos hasta entonces. Entonces, se había equivocado Dios? Había fallado en prever el surgimiento de Roma? Lo que esta inversión radical en la identidad divina mediante la predicación pacifista de Jesús sugiere es que un escritor Judío de poderosa imaginación había proyectado esta crisis en la mente de Dios, transformándola en una crisis de conciencia. Dios había roto Su propia alianza, y el hecho de romperla le importaba.
Así, pues, lo que todo esto sugiere en lo que a la situación histórica se refiere es que una teodicea –una justificación moral de la conducta de Dios- cuya plausibilidad había sobrevivido varios siglos de opresión extranjera fluctuante, al final vino a entrar en crisis bajo la opresión Romana.
De acuerdo con la teodicea recibida, formulada después que Israel fue conquistado por los Asirios y Caldeos, esta doble derrota no significaba lo que parecía significar. La victoria del Señor sobre Egipto fue una victoria real, pero su aparente derrota a manos de los Asirios no era una verdadera derrota. No, Asiria y Babilonia eran herramientas en las manos del Señor, quien, lejos de estar derrotado, estaba en perfecto control y solo estaba castigando a Israel por sus pecados. Es penoso tener que aceptar que un dios nacional que había sido tan favorable de pronto se volviera hostil, así que la alternativa era la pérdida del apoyo de este dios en el futuro.
Mediante el expediente de atribuir las victorias de sus enemigos a la acción de su propio dios, Israel salvó a este dios de sufrir la misma clase de derrota que Israel mismo había sufrido. Pero el precio de este expediente era alto. Requería una inculpación masiva del pueblo de Israel –echar la culpa a la víctima- un inconfortable énfasis en la ira y vindicación en la caracterización de este dios.
Se hizo necesario aceptar lo obvio y redefinir al Señor como un dios cuya vuelta a la acción como guerrero no estaba siendo demorada sino que había sido completamente cancelada, habiendo que ajustar este carácter guerreo convenientemente. Pues si el Señor ya no funcionaba efectivamente como el enemigo de nadie, entonces es que era amigo de todos. Y si este convenio de amor era ahora indiscriminado y universal, entonces lo mismo debería ser el amor de su socio en la alianza.
En la alianza original, Israel, en tanto que socio de Dios, había de demostrar su estatus mediante una devoción exclusiva al Señor. A medida que el nuevo convenio es proclamado, el pecado de Israel, su infidelidad y fallos son olvidados más que perdonados. El Dios que no va a castigar más a sus socios en la alianza no puede exigirles lo que antes les exigía. Así pues, no es su devoción hacia él sino su devoción de los unos para con los otros, y aún más remarcable, hacia sus enemigos y los extranjeros, lo que sería la señal de semejante estatus.
El Dios encarnado se entiende a sí mismo como siendo en cuanto a su identidad humana el “Hijo del Hombre” de Daniel 7. Pero en esta capacidad, en lugar de establecer el Reino de Dios mediante la fuerza militar, predica la renuncia militar: urge a sus seguidores a poner la otra mejilla. Así revela lo que no hará, yendo sin protestar hacia su propia ejecución. La revisión de la Alianza es presentada no solo mediante predicación profética, sino, también, mediante el drama sagrado, irónico, traumático, catárquico, en el cual el papel central es protagonizado por Dios.
El espectáculo del Señor de las Huestes asesinado por el enemigo debería, en principio, haber acabado definitivamente una Alianza predicada sobre la habilidad del Señor para proteger a sus amigos y derrotar a sus enemigos. En la práctica, para aquellos que hicieron de la conmemoración de este horrible espectáculo una Alianza ritual, su significado era que una nueva Alianza entre Dios y la humanidad había tenido efecto y que era inmune a la derrota, una Alianza que podía soportar lo peor que Satán, como causa de todos los enemigos históricos pasados o futuros, podía infligir. Lo que esta revisión crea es una nueva teodicea, una nueva manera de mantener que todavía hay un dios que todavía se sigue preocupando por la historia.
Cómo es que el divino guerrero terminó siendo pacifista? La teología Cristiana tiende a decir que este cambio se debe al crecimiento espiritual en Dios, aunque nunca usa la frase “crecimiento espiritual”. La respuesta sugiere que Dios hizo una virtud humana de su divina necesidad. Encontró la manera de hacer de la derrota una victoria, aunque la derrota vino primero. Para muchos, ninguna derrota divina es tan devastadora como para extinguir para siempre la esperanza de victoria. Si la victoria de Dios ha sido pospuesta indefinidamente, entonces quizá no hay tal dios. El posponer indefinidamente equivale a cancelación. Efectivamente, después de semejante cancelación, la única elección que queda es el ateísmo o alguna otra revisión impensablemente radical en la comprensión de Dios.
Todo esto nos ha venido, y no nos hemos olvidado de ti. Y no hemos fallado a tu pacto. No se ha vuelto atrás nuestro corazón, ni se han apartado de tus caminos nuestros pasos, para que nos quebrantases en el lugar de chacales, y nos cubrieses con sombra de muerte. Pero por causa de ti nos matan cada día.. Despierta, por qué duermes, Señor?
Salmos 44: 17…

CRISTIANISMO, PRISCILIANO Y EL APOSTOL SANTIAGO

PRISCILIANO

PRISCILIANO
Prisciliano{Biografía} {Religión} Nació en Galicia en el año 340. Fundador del priscilianismo, herejía gnóstica que se extiende por la parte más occidental del Imperio, perdurando hasta mediados del s. VI. Sulpicio Severo dice de Prisciliano que es un hombre de origen noble, rico, de gran ingenio, pero soberbio y corrompido por una pésima formación intelectual. Su gnosticismo, de tintes maniqueistas, está repleto de conceptos mágicos. Construye un rigorismo moral que intenta hacer extensivo al resto del pueblo. Granjeándose la amistad de los obispos hispanos Instancio y Silvano, consigue dividir el episcopado, pero el concilio de Zaragoza (380) condena su ascetismo. Ordenado obispo por los anteriores y perseguido, realiza una multitudinaria peregrinación a Roma. Ni el papa S. Dámaso ni S. Ambrosio, entonces obispo de Milán, les reciben. Prisciliano recurre a las autoridades civiles, sobornando a algunos funcionarios. Muere en Tréveris en el año 385 condenado por un tribunal civil.
La herejía española de Prisciliano
Desde Siria y Egipto, la tradición nazarea empezó a difundirse aún más allá. Siria controlaba la mayor parte del comercio mediterráneo con la Galia y con España. Cada día zarpaban de Alejandría barcos con rumbo a la costa atlántica de Europa. Así pues, no es extraño que vestigios importantes del pensamiento nazareo llegaran a la citada costa. Cuando el cristianismo paulino llegó allí por tierra desde Roma, los mencionados vestigios ya se habían consolidado. Probablemente, la figura más importante del desarrollo del cristia- nismo primitivo en España fue el maestro Prisciliano de Avila, que vivió en las postrimerías del siglo iv. Nacido en el seno de una familia de elevada alcurnia, Prisciliano fue seglar toda su vida, jamás recibió la ordenación de Roma. Aunque se inició en el sur de España, su movimiento se extendió rápidamente hacia el oeste y el norte y, finalmente, echó sus raíces más tenaces en Galicia, que pasaría a ser su centro. Parece ser que allí, en la costa atlántica del noroeste de España, recibió una nutrición y un ímpetu que se renovaban constantemente a través de las rutas comerciales marítimas entre dicha región y Egipto y el Mediterráneo oriental. Poco a poco fue filtrándose por los Pirineos hacia la Galia y se transformó en la variante de cristianismo que gozaba de mayor predominio en Aquitania. Al mismo tiempo, Prisciliano intentó adquirir material que era ajeno a la esfera de la Iglesia de Roma. Así, entre 381 y 384, uno de sus principales discípulos, una mujer llamada Egeria, hizo un viaje especial al Oriente Medio. Allí buscó textos no canónicos. Visitó Edesa, el centro de la enseñanza «tomasiana». Realizó una gira prolongada para visitar las iglesias mesopotámicas, cuya orientación era nazarea y nestoriana La importancia de esto no debe minimizarse. Indica el medio que, una forma de cristianismo que evitaba por completo la ortodoxia paulina de Roma, empleó para establecerse en la Europa occidental. La enseñanza del propio Prisciliano se caracterizaba por su acentuado tono nestoriano, así como por ciertas dosis de maniqueísmo gnóstico. Al mismo tiempo, se inspiraba en gran medida en un cuerpo de material estrictamente judaico, incluyendo la numerología y otrasformas de cabalismo primitivo, las cuales se hallaban firmemente en raizadas en fuentes esenias /sadoquitas/ nazareas. Además, parece ser que Prisciliano exigía la adhesión a, como mínimo, ciertos principios de la ley judaica. En contraste con el cristianismo paulino, cumplía con el precepto del sábado el mismo sábado. Negaba la Trinidad. Y útilzaba gran número de libros de orientación específicamente nazarea, entre ellos los Hechos de Tomás. Al igual que sus precursores en Egipto, Siria y el Asia Menor, Prisciliano afirmaba que Judas Tomás era hermano gemelo de Jesús.
En el año 386, Prisciliano y por lo menos cinco de sus discípulos fueron los primeros herejes que murieron ejecutados. La sentencia se cumplió en Trier, pero el cuerpo de Prisciliano fue llevado de vuelta a España y enterrado en Galicia. Allí se le acogió como mártir y su tumba se convirtió en un santuario, un lugar sagrado, un centro de peregrinaje. Como mínimo, una autoridad en la materia, el profesor Henry Chadwick de Oxford, arguye que el santuario de Santiago de Compostela es en realidad la tumba de Prisciliano. Santiago de Compostela es testimonio de la eficacia con que la tradición nazarea se estableció en España. Como hemos visto, la Iglesia paulina de Roma veía en Jaime, el hermano de Jesús, una especie de estorbo y se desvivía, siempre que ello era posible, por evitarle a él y al papel que había desempeñado. En el Nuevo Testamento canónico sólo se conserva una carta fragmentaria de Jaime. Por lo demás, sólo figura brevemente, de paso, en los Evangelios y como personaje periférico y de segundo plano en los Hechos. Sin embargo, Santiago de Compostela s decir, la iglesia de San Jaime en Compostela- pasó a ser, con la excepción de la propia Roma, el más importante de los santuarios y centros de peregrinaje de la cristiandad medieval. Desde Santiago se inició la Reconquista, es decir, la cruzada cuyo objetivo era arrebatarles España a los moros. A decir verdad, Santiago engendró su propia orden militar de caballería, la orden de Santiago, cuyo modelo eran los Templarios y los Hospitalarios.

Según la tradición española del siglo VII, san Jaime visitó realmente España, donde predicó. También se afirmaba que, al morir, su cuerpo fue llevado de Jerusalén a Santiago y enterrado allí Ambas afirmaciones, aunque discutibles, atestiguan la importancia que tenía Jaime en lo que suele considerarse como una esfera de influencia puramente paulina. Santiago de Compostela puede considerarse legítimamente
como un santuario a la supervivencia del pensamiento nazareo, lo que representa un desafío implícito a Roma. A principios del siglo Ix, en Santiago de Compostela se exhumaron unos huesos humanos. En aquel entonces se creyó que eran los huesos de Jaime. Excavaciones mucho más recientes, entre 1946 y 1959, encontraron varias tumbas de los siglos IV y V. Las tumbas estaban orientadas hacia el este, o sea, hacia Jerusalén, como hacian los nazareos al rezar. Actualmente, se cree que las tumbas son de primitivos cristianos españoles y que se instalaron en la proximidad del mausoleo de algún hombre santo acreditado. Como hemos dicho, por lo menos una autoridad moderna afirma que el mausoleo en cuestión es el de Prisciliano, y así lo acepta la mayoría de la población del lugar. De hecho, se dice que la principal ruta de peregrinación a Santiago es la que se utilizó para llevar el cuerpo de Prisciliano a allí desde Trier

CRISTIANISMO, PISTIS SOFIA

PISTIS SOFIA
PISTIS SOFIA
Tras la resurreccion, investido con la Veste de Luz, el Salvador-Cristo asciende a las aslturas. Las puertas celestes se agitan y abren; los arcontes que las custodian se sienten transformados hasta el punto de prosternarse ante él adorandolo. El gran tirano Adamas y sus Doce eones se enfretnan al Salvador, pero, al final, tambien ellos se abaten a causa de la cegadora luz que despide el cuerop de aquel, su misteriosa Veste de Luz. Incapaces de arrebatarle la Veste, que les habria permitido mentener su reindo, ven, amedrantados, “el misterioi de su nombre en mi veste, y se apresuraton a venir a adorar el misterio de su nombre en mi veste.
Pero que es realmente esta Veste de Luz? Es una especie de tela pintada usada a modo de indumento, en la que esta dibujado el diagrama gnostico. Una Veste que representa numerosas estancias, con las figuras y nombres de sus moradores. El conocimiento de esta Veste o Digrama confiere a Jesus “resucitado” el poder de vencer a los arcontes y la ley inexorable de la Fatalidad (ley mosaica).
El Divino Maestro, explica que hay que ir desde las cosas interiores a la exteriores, y desde la exteriores a las interiores. El itinerario místico va desde el punto central hasta la periferia, pasando por numerosas ordenaciones jerarquicas.
El Canto de la Perla –hechos de Tomas-, siglo II, dice: “Al descender a Egipto (mundo material), el Principe (alma de Jesus) debe despujarse de sus vestiduras, o sea, de su condicion o revestimiento pleromatico. Una vez que ha logrado arrancar la perla (gnosis) de las fauces del dragon marino, cuando el Principe, cumplida la mision que le habia llevado a Egipto, regresa a su patria del Oriente (Pleroma), recobra su indumento “resplandeciente”, su “toga de purpura”, es decir, su condicion divina. Entonces la Veste de Luz se le representa como un espejo que le devuelve la imagen verdadera de su yo. Es una veste reminiscente de la Transfiguracion del Tabor que esta ornada con magnificos colores de oro y berilos, de calcedonias y de diamantes, “con las costuras bien cosidas, y la imagen de Rey de Reyes (Padre) estaba toda enterea pintada en su superficie, y como las piedras de zafiro, asi estaba El, en toda su altura, de colores variados..... Asi, la Veste de Luz no es solo es espejo que devuelve al alma la imagen de su identidad profunda, sino el cuadro que representa en toda su extension la imagen del Padre divino.
En el “Libro Sagrado llamado Monada o Libro Octavo de Moises” (siglo IV) hay algunas indicaciones sobre el tipo de imágenes que contenian los “loci” de los diagramas gnosticos y tambien sobre el rito de investidura. En la Kosmopoia, tras la invocacion al dios Abrasax –que todo lo abarca- y es “el numero del año”, cuyo lugarteniente es Helios, se describe la genesis de los dioses constituyentes del cosmos como una serie de carcajadas de Abrasax.
Los dioses son: 1. Fos Auge (LUZ BRILLO), que se encuentra sobre el cosmos y el fuego; 2. un dios que “fue puesto sobre el abismo” y que tiene que ver con la Tierra y el Agua; 3. Hermes, dios Logos “por quien todo se interpreta”, y que surge “a través de la furia del dios Nous (Pensamiento) sosteniendo un corazon; 4. Generacion (Genna), “por quien fue sembrado todo cuanto existe”; 5. Moira (Destino), que porta una balanza para significar la justicia y pasa a ocupar el centro del cosmos; 6. Cairos (Ocasión), dios que sostiene el cetro de la realeza, que entrega al dios Luz; y 7. Psique (Alma), que pone todo en movimiento y estara acompañada por Hermes (Logos).
Estos siete dioses nacen de la risa de Abrasax, de otros sonidos emitidos por el “dios anual” surgen otras potencias mas bien demoniacas: de un chasquido de los labios surge el dios Fobos (Miedo) totalmente armado. Luego Abrasax “dio un gran silbido y la tierra se abrio al recibir el eco; y dio a luz un ser particular, la Serpiente pitica, la que conoce con antelacion todas las cosas, a causa del silbido del dios.
Y, este es, muy resumido, el ambiente magico de los siglos III y IV, influidos por el gnosticismo y hermetismo en proceso de degeneracion. Los elementos en este periodo se basan en la inspiracion astrologica-calendaristica (divisiones basadas en en estaciones, meses, semanas, dias del año, etc.); designaciones inspiradas en eones del Pleroma (Intelecto, Logos, Pensamiento etc.) o en nombres divinos del judaismo (Adonai, Sabaot, Iao etc.) o en los dioses del panteon sincretico grecoegipcio; imágenes susceptibles de ser representadas materialmente en lienzos, gemas etc. y fonaciones y nombres magicos con valores semanticos secretos.
Mediante el diseño del diagrama, la estampacion de las imágenes divinas en los numerados compartimentos de este, el ejercicio de identificacion afectiva con las imágenes, las fonaciones y los ademanes prescritos por el ritual, el estudiante gnostico o el caldeo se investian el diagrama que su maestro –por ejemplo Dionisio de Mileto o Eufrates el Perata o Juliano el Teurgo—les enseñaba. Y si al final no salian buenos como retoricos, al menos podrian ganarse la vida practicando la magia de los caldeos

CRISTIANISMO E ISLAM

CRISTIANISMO E ISLAM

CRISTIANISMO E ISLAM
Cristianismo e Islam (por un dialogo Interreligioso)
“De hecho”, La cristologia comenzo muy modestamente, desde abajo, o sea, desde la perspectiva de los discipulos de Jesus, no con elevadas especulaciones metafisicas, sino con la pregunta: Quien es este? Y es que puede salir algo bueno de Nazaret? Si uno quisiera enjuiciar a los cristianos anteriores a Nicea hasta los Padres de la Iglesia serian herejes puesto que ellos enseñaban como obvia una subordinacion del Hijo al Padre que según el Concilio de Nicea equiparador de una “igualdad de esencia” (homo-ousios) es considerada como heretica.
Schlatter, eminente exegeta protestante, escribio en 1926: “Pero la iglesia judia estaba extinguida solo en Palestina al oeste del Jordan. En cambio, comunidades cristianas con costumbres judias perduraron en las regiones orientales, en la Decapolis, en Batanea, entre los nabateos, en el desierto sirio y llegaron hasta Arabia, desligadas por completo de la cristiandad restante y sin comunidad con ella... Ninguno de los dirigentes de la Iglesia imperial sospecho que a esta cristiandad despreciada por ellos le llegaria el dia en que ella sacudiria al mundo y haria añicos una gran parte del sistema eclesial construido por ellos. Ese dia llego cuando Mahoma tomo las propiedades conservadas por los cristianos judios, su conciencia de Dios, su escatologia que anunciaba el dia del juicio, su moral y su leyenda, y puso en pie un nuevo apostolado como “el Enviado de Dios”.
Todo esto, visto desde la perspectiva de la Teologia de Unificacion se debe, “tambien” al trabajo de Dios en la historia. T. Cromwell, dice: “Primero, Dios juzga y suplementa a las religiones hasta que estas cumplan sus propositos. Si el Judaismo hubiese cumplido su mision y aceptado a Jesus, no habria habido necesidad de Cristianismo. Si el Cristianismo hubiese completament incorporado y aplicado las enseñanzas de Jesus no habria habido necesidad de Islam (la promesa a Ismael se habria cumplido a traves de la mision del mesias victorioso). Dios envio a Mahoma como juicio contra los Judios y los Cristianos despues que estos fallaran en cumplir la voluntad de Dios, y las revelaciones en el Coran fueron dadas a Mahoma para complementar aquellas en la Biblia (T. Cromwell, Essentials of the Unification Principle, p, 205).
El Islam, en definitiva, afirma el Monoteismo en lugar de doctrina de la Trinidad, cristologia del Siervo en vez de cristologia de las dos naturalezas. Esta tesis de la influencia del judeo-cristianismo en el Coran la pulió A. von Harnack y luego H.J. Schopes. C. Buck opina que, “en el transcurso del tiempo, los ebionitas, junto con los bautistas sabeos, parecen haber impregnado Arabia. Esta inseminacion invita a suponer la hipotesis de que el Coran refleja profetologia ebionita”. Según G. Strecker, es “innegable que el Islam estuvo abierto no solo a influencias judias y cristianas, sino tambien a judeocristianas...”
En cuanto a posibles eslabones entre Judeocristianismo y Coran, las referencias apuntan desde Harnack a judeocristianos de cuño gnostico tales como los elkasitas, que, según los estudios mas recientes, bien podrian ser identicos a los que el Corán llama “sabi´un”. De todas formas, no se puede negar la existencia de un cuerpo de escritos judeocristianos en lengua arabe. Se han encontrado, según C. Colpe, especialista en religiones, “suficientes alusiones a libros liturgicos para una liturgia arabe-cristiana que apuntan a la presencia de comunidades cristianas en Arabia; de Salterios y Evangelios, hubo traduciones arabes”.
Una cosa es indiscutible, las analogias de contenido entre la imagen coranica de Jesus y una cristologia de cuño judeocristiano siguen siendo asombrosas. C. Schedl dice: “El esbozo de una cristologia del Siervo de Dios, tal como se contiene de forma fragmentaria en los Hechos de los Apostoles, no ha sido desarrollada por la Iglesia helenista de Occidente, pero para la cristiandad sirio-semita de Oriente la designacion de Jesus como Siervo (`abd) parece haber sido la formula de confesion cristologica dominante. Si, por consiguiente, Mahoma situa en el centro de su predicacion sobre `Isa (=Jesus) el titulo de Siervo, no hace mas que recoger un esbozo cristiano primitivo, purificandolo de malinterpretaciones contemporaneas, pero omite –cosa que se habria esperado desde el pensamiento helenista-oriental—precisiones ontologicas concretas”.
Por consiguiente, me parece, que habria que dejar de decir que Mahoma tuvo solo un conocimiento fragmentario del Cristianismo. Seguro que no se enfrenta en el Coran con las decisiones doctrinales de los concilios de la Iglesia occidental; pero la imagen global que uno consigue con estas citas arriba descritas es que él conocio muy bien la estructura basica de la cristologia sirio-semita y que la desarrolló de forma independiente.
Para que un dialogo cristiano – musulman resulte fructifero tiene que partir de estos datos fundamentales

CRISTIANISMO, GNOSTICOS

GNOSTICOS

GNOSTICOS
NOTAS
En quien se habia encarnado el Cristo-Salvador? En Jesus o en Agripa y Berenice? Con la confesion de Pedro, el cristianismo apostolico zanjaba la cuestión: el Cristo se habia encarnado en Jesus de Nazaret. El primero en reconocerlo habia sido el pescador Galileo Pedro, por lo que Jesus comunica:
“Tu eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del averno no prevalecerán sobre ella. Te daré las llaves del reino de los cielos, y lo que ates en la tierra, quedará atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, quedara desatod en los cielos.
Esto indica que la comunidad a la que dirige Mateo su evangelio, situada en la frontera de Palestina y Siria, y por ello especialmente sensible a las actividades religiosas de Berenica y Agripa, ha incorporado elementos extraños (puertas del averno, llaves del reino de los cielos, etc., ademas de ya mencionado “estrella de Balaan); elementos tipicos del mitraismo y el zoroastrismo.
El evangelio de Tomas ofrece otra variante, quizas mas antigua. En el logion 13 Pedro reconoce a Jesus como “un angel justo”, Mateo a un “filósofo”, y Tomás, que hace le papel principal en vez de Pedro, proclama que su boca es incapaz de decir a quien se asemeja.
13. Dijo Jesús a sus discípulos: «Haced una comparación y decidme a quién me parezco». Dijóle Simón Pedro: «Te pareces a un ángel justo». Díjole Mateo: «Te pareces a un filósofo, a un hombre sabio». Díjole Tomás: «Maestro, mi boca es absolutamente incapaz de decir a quién te pareces». Respondió Jesús: «Yo ya no soy tu maestro, puesto que has bebido y te has emborrachado del manantial que yo mismo he medido». Luego le tomó consigo, se retiró y le dijo tres palabras. Cuando Tomás se volvió al lado de sus compañeros, le preguntaron éstos: «¿Qué es lo que te ha dicho Jesús?» Tomás respondió: «Si yo os revelara una sola palabra de las que me ha dicho, cogeríais piedras y las arrojaríais sobre mí: entonces saldría fuego de ellas y os abrasaría».
La designancion de Jesus como “angel justo” y como “filósofo” describe un medio judeocristiano de cultura helenistica. El “no saber” de la confesion de Tomas es similar a la ignorancia socrática y tambien de las especulaciones sobre el Dios Ignoto. Si Mateo y Marcos ponene de relieve esa ciudad, no es porque Pedro hubiera reconocido alli a Jesus como Mesias en vida del propio Jesus, sino porque en los años 70-80 y en el ambiente de la comunidad cristiana del norte de Palestina alcanzaron notoriedad esas controversias sobre la identidad humana de Cristo, que, como se sabe, pretendieron encarnar personajes muy diversos en la segunda mitad del siglo I.
El debate sobre el carácter mesianico de Jesus se explica si se tiene en cuenta que se inscribe en otro, mas amplio, sobre la identidad de Jesus. Hubo multiplicidad de visiones dada el ambiente visionario de la epoca. Celso llamo la atencion sobre los muchas visiones que circulaban sobre Jesus, lo que, en su opinion, descalificaba al cristianismo. Origenes trata de responder al critico pagano diciendo que Jesus era un ser polimorfo al que cada cual podia ver según fueran su capacidad personal y el designio que se habia propuesto Jesus haciendose visible.
Jesus, aun siendo uno solo, ofrecia muchos aspectos a la consideracion, y no era igualmente visto por todos los que lo miraban.
El valentiniano evangelio de Felipe apunta en la misma direccion:
“Jesus hablo con ellos (sus discipulos) a escondidas , pues no se les aparecía tal como era, sino en la forma en que ellos serian capaces de verle. Aunque era Dios, se le vio entre los hombres como hombre etc. Dios es capaz de cambiarse a Sí mismo en lo que quiere.
Posidonio pensaba que Dios era un Espiritu intelectivo e igneo, que no tiene forma, pero se muda en lo que quiere y se asemeja a todas las cosas. El filosofo sirio avalaba con su autoridad el divino metamorfismo de Jesus, a pesar que Platón habia descalificado en la Republica los transformismos a que eran tan aficionados los dioses del paganismo con el armuento de que lo perfecto no puede degradarse convirtiendose en algo forzosamente menos perfecto. De todas formas, para el dogma Cristiano, lo fundamental es que Dios ha asumido voluntariamente, a traves de Jesus, la imperfeccion del hombre para trascenderla

CRISTIANISMO, EVANGELIO DE JUAN

JUAN, EVANGELIO

JUAN
Juan 8:56-58. Es demasiado tarde, en la historia de Occidente para que nos engañemos por devoción o autoengaño acerca de cómo los cristianos se apropiaron de la Biblia Hebrea. Lo que la tradición Cristiana hizo fue tomar las Escrituras Judías como propias.
Antes que Abraham fuera, yo soy. El ego que Jesús menciona como Revelador es el “yo” del Logos eterno, que existía en un principio, el “yo” del propio Dios eterno. Lo que los judíos no pueden comprender es que el ego de la eternidad va a oírse en una persona histórica, que aun no tiene cincuenta años, que como hombre es uno de sus iguales y cuyos padres ellos conocían. No pueden entenderlo porque la idea de la “pre-existencia” del Revelador sólo puede comprenderse por la fe.
Pero el rabino D. Kimhi, escribió hace cerca de ochocientos años:
“diles que la Divinidad no puede haber padre e hijo, pues la Divinidad es indivisible y es una en todos los aspectos de la unidad, contrariamente a la materia, que es divisible.
Diles también que un padre precede a un hijo en el tiempo, y que un hijo es engendrado por la intervención de un padre. Y aun cuando los términos padre e hijo impliquen cada uno la existencia del otro…. El que es llamado padre debe sin duda ser anterior en el tiempo. Por tanto, en referencia a ese Dios a quien llamas Padre, Hijo y Espíritu Santo, esa parte que denominas Padre ha de ser anterior a la que llamas Hijo, pues i siempre hubieran sido coexistentes, tendrían que haberse llamado hermanos gemelos.”
El consenso erudito mantiene que Juan fue escrito a finales del siglo I, después, por tanto, de los Evangelios Sinópticos. Sin duda, un siglo es tiempo suficiente para que las esperanzas apocalípticas se hayan enfriado, y para que se haya desarrollado en su lugar una aguda sensación de “tardanza”. El Jesús de Juan esta un poco obsesionado con su propia gloria, y sobre todo con que esa gloria debería ocurrir en un contexto judío. Al igual que el Jesús del gnosticismo, el de Juan es muy propenso a decir “Yo soy”, y hay toques gnósticos en su evangelio. Quizá, como dicen algunos estudiosos, exista un evangelio anterior, más gnóstico, oculto dentro del de Juan.
El tono tan desagradable que el Evangelio de Juan utiliza al referirse a los fariseos revela, en el fondo, una ansiedad en relación con la autoridad espiritual de aquellos, y puede que se vea aumentada por los matices gnósticos de Juan. Incluso el lector Judío menos identificado con la historia judía se siente amenazado por Juan 18:28-19:16. La imagen de Juan parece ser la de un pequeño grupo que encuentra un origen análogo, que ellos reivindican, en el grupo que se congrego en torno a Jesús dos generaciones antes. Según la opinión general de los estudiosos, el final “original” del Evangelio de Juan era la parábola de Tomas cuando duda, una metáfora evidente para una secta o grupo que sufre una crisis de fe.
Dentro de esa ansiedad de esperanzas frustradas, quizá incluso después de haber sido expulsados recientemente del mundo judío, es donde la lucha de Juan con Moisés encuentra su contexto. Juan, y Pablo antes que el, se enfrentan a un imposible precursor y rival, y su aparente victoria es mera ilusión. La dignidad estética de la Biblia hebrea, y la del Yahvista en particular, que es el misterioso original del que parte aquella, es algo con lo que el Nuevo Testamento no puede competir como logro literario, y tampoco los únicos textos gnósticos que han sobrevivido y poseen valor estético: unos cuantos fragmentos de Valentín y el Evangelio de la Verdad, que quizá escribió Valentín.
Creo que en todos los comentarios sobre Pablo no hay nada tan mordaz como los que hizo Nietzsche en El anticristo, en 1888:
“en Pablo cobra cuerpo el tipo antitético del “buen mensajero”, el genio en el odio, en la visión del odio, en la implacable lógica del odio….. Su necesidad era el poder; con Pablo, una vez mas quiso el sacerdote alcanzar el poder, --el solo podía utilizar conceptos, doctrinas, símbolos con los que se tiraniza a las masas, con los que se forman rebaños…”
Naturalmente, Nietzsche es un extremo, pero se le puede refutar? Pablo es un lector de la Biblia hebrea tan descuidado, apresurado y despistado que rara vez entiende bien ningún texto; y en una persona con tanto talento, una mala interpretación tan floja solo puede proceder de la dialéctica de la atracción por el poder, de una voluntad de poder hacia un texto, aun cuando ese texto sea tan formidable como la Torá.
De las interpretaciones que Pablo hace de la Torá, muchas son auténticos disparates. En Corintios 3:12-13, dice:
“Teniendo, pues, esta esperanza, hablamos con toda valentía, y no como Moisés, que se ponía un velo sobre su rostro para impedir que los israelitas vieran el fin de lo que era pasajero.”
Esto no hay quien lo salve, aun cuando seamos tan amables como para considerarlo una parodia del texto hebreo. Es curioso, Pablo hace de la Ley una lectura Freudiana. Pablo se identifica con la Ley con el instinto humano que Freud llamo “Tanatos”. Es de suponer que la manera peculiar con que Pablo confunde la Ley y la muerte le impide ver a Jesús como alguien que da cumplimiento trascendente a Moisés. Por el contrario, Pablo se compara a Moisés, aunque no salga muy bien librado. Dice en la Epístola a los Romanos 9:3:
“Pues desearía ser yo mismo anatema, separado de Cristo, por mis hermanos, los de mi raza según la carne.”
Puede parecer orgullo judío, este arrebato de Pablo, orgullo del cual, Pablo, poseía una buena dosis; pero la alusión mosaica cambia su naturaleza. Todos los exegetas señalan el Éxodo 32:22 como texto precursor. Moisés se ofrece a Yahvé como chivo expiatorio de su pueblo tras la orgía del Becerro de oro: “con todo, si te dignas perdonar su pecado…., y si no bórrame del libro que has escrito. La fuerza alusiva de la oferta de Pablo, se vuelva tanto contra sus contemporáneos judíos como contra Moisés. Incluso los fariseos (hacia quien Pablo, contrariamente a Juan, mantiene su estima) son adoradores del becerro de oro de la muerte, pues la Ley es la muerte. Y todo lo que Moisés ofrecía era la perdida de su propia grandeza profética, su lugar en la historia de la salvación. Pero Pablo, fruto de su supuesto amor por sus semejantes judíos, ofrece perder mas que Moisés, pues insiste en que tiene más que perder. Estar separado de Cristo es morir eternamente, un sacrifico mayor que la oferta mosaica de ser alguien que nunca ha vivido. Esto es lo que yo denominaría el demoníaco contra-sublime de la hipérbole, y su fuerza represiva es enorme y muy reveladora.
De regreso a Juan, cuya guerra revisionista contra Moisés es más sutil. La alusión de Juan comienza cuando Juan el Bautista salmodia una típica inversión juanesca, en la que el que ha llegado tarde tiene realmente prioridad (Juan da testimonio de el y clama: “Este era el que yo dije: El que viene detrás de mi/se ha puesto delante de mi,/ porque existía antes que yo”), a lo que el autor del cuarto evangelio añade: “porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.” (Juan 1:15, 17). Mas adelante, el primer capitulo proclama: “Ese del que escribió Moisés en la Ley, y también los profetas, lo hemos encontrado.” (1:45). El tercer capitulo invierte osadamente el dicho mosaico de una manera que sigue incomodando a cualquier lector judío: “Nadie ha subido al cielo/sino el que bajo del cielo,/ el Hijo del Hombre./ y como Moisés levanto la serpiente en el desierto,/así, tiene que ser levantado el Hijo del hombre.” El indudable genio revisionista de Juan resulta aquí realmente impresionante, tanto desde un punto de vista técnico como retórico. A Moisés nunca se le hizo ninguna revelación celestial, Jesús en la cruz será el complemento antitético del momento en que Moisés levanta la descarada serpiente en el desierto. Moisés era solo una parte, pero Jesús es la totalidad que da cumplimiento.
La frase, “Antes de que Abraham existiera,/Yo soy,” depende en gran medida de su contextualización, pues Juan destruye el orgullo que sienten los judíos por descender de Abraham. La secuencia, que ocupa casi todo el octavo capitulo, comienza con Jesús sentado en el Templo, rodeado por unos fariseos y judíos que están en proceso de creer en el. A aquellos que ya ha comenzado a convencer, Jesús les dice ahora algo que sin duda les hará dar media vuelta:
“Decía, pues, Jesús a los judíos que habían creído en el: “Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. Ellos le respondieron: “Nosotros somos descendientes de Abraham y nunca hemos sido esclavos de nadie. Como dices tu: Os haréis libres?” (Juan 8:31-33)
Desde el punto de vista teórico, parece bastante flojo que Jesús se ponga agresivo, insinuando incuso que quieren asesinarle (Juan 8:37-38).
Tal como el Jesús de Juan va a tener la gentileza de decirles, el padre de los judíos es el demonio. A sus interlocutores no se les puede culpar porque digan: “Nuestro padre es Abraham”, ni que asuman que su acusador tiene un demonio. Que maravillosa es una disciplina como la erudición, y replico que, si se lee desapasionadamente el texto, el primero que pasa al insulto y la calumnia es el Jesús de Juan. Jesús ha prometido que sus fieles “nunca verán la muerte”, y los atónitos hijos de Abraham (o son hijos del diablo?) objetan:
Abraham murió, y también los profetas; y tú dices:
“si alguno guarda mi Palabra, no probara la muerte jamás” Eres tu acaso mas grande que nuestro padre Abraham, que murió? Juan 8:52-53
La respuesta de Jesús es llamarlos mentirosos, de nuevo, sin duda de manera bastante gratuita, y luego atraparlos en la trampa mas sutil de Juan, que cierra el circulo y me lleva de nuevo al principio.
“Vuestro padre Abraham se regocijo pensando en ver mi día; lo vio y se alegro. Entonces los judíos le dijeron: aun no tienes cincuenta años y ya has visto a Abraham? Jesús les respondió: en verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham existiera yo soy Juan 8:56-58.
Cuando el Jesús de Juan dice: “antes de que Abraham existiera,/yo soy,” a quien alude en ultima instancia no es a Abraham, sino a Moisés, y a la declaración que Yahve le hizo a Moisés: “Yo soy el que soy”. La metáfora salta por encima de Abraham al decir también: “Antes que Moisés existiera/yo soy, y, en definitiva, insinuando: “Yo soy el que soy”, pues yo soy uno con mi padre Yahvé. La ambivalencia y la intensidad agnóstica del cuarto Evangelio alcanzan su apoteosis con esta sublime “introyección de Yahvé, que es a la vez una proyección o repudio de Abraham y Moisés.
Pero para el oyente tardío del Cuarto Evangelio, al igual que para nuestros yo tardíos, “Yo soy el que soy”, era y es una especie de mysterium tremendum, por utilizar el lenguaje de Rudolf Otto en su gran libro “La idea de lo Santo.” Juan pretendía trascender ese misterio con la formulación “Antes de que Abraham existiera,/Yo soy”. Antes que el texto del Éxodo estaba el texto que Juan estaba escribiendo, en el que los judíos iban a ser arrastrados al universo de la muerte, mientras que Jesús llevaría a Juan al universo de la vida.
Ningún autentico critico literario puede considerar a Juan como algo mas que un muy defectuoso revisionista de Yahvé, y a Pablo como algo menos que eso, a pesar de su peculiar pathos de su proteica personalidad. Bueno, todos estamos atrapados en la historia, y el triunfo histórico del Cristianismo es un hecho. Pero me gustaría rechazar los estilos interpretativos idealizados que ese triunfo ha suscitado. Ningún texto, sea religioso o laico, da cumplimiento a otro texto, y todo el que diga lo contrario simplemente homogeneiza la literatura. En cuanto a la relevancia de la cuestión estética con respecto al tema del conflicto entre los textos sagrados, que otra cosa, en definitiva, puede ser relevante para un lector poderoso que no este dominado por convicciones ni creencias extraliterarias?
Puede leerse el NT como un libro menos polémico y destructivamente revisionista con respecto a la Biblia hebrea de lo que es en realidad? Yo no soy capaz, desde luego. Pero no nos precipitemos a la hora de rechazar una lectura inspirada por la antitesis y las estrategias revisionistas concebidas por esos recién llegados que lo que buscaban era la fuerza, y que para obtenerla estaban dispuestos a sacrificar la verdad al tiempo que proclamaban la encarnación de la verdad mas allá de la muerte. Nietzsche no es el sabio favorito entre los estudiosos contemporáneos del NT, pero quizá posea algo vital que enseñarles.
Sin duda hay ventajas políticas y sociales en las idealizaciones del “dialogo”, pero nada más. No contribuyen en nada a la vida del espíritu ni a la del intelecto mentirse el uno al otro o a si mismo a fin de que aumente el afecto o la cooperación entre judíos y cristianos. Pablo se muestra tremendamente ambiguo sobre casi todos los temas, pero en mi lectura no es ningún judío antisemita; aunque la deformación que hace de la Torá es absoluta. Juan es evidentemente un judío antisemita, y el Cuarto Evangelio es en la práctica peligrosísimo como texto antijudio. No obstante, para el cristianismo es teológica y emocionalmente crucial. Le concedo la última palabra al sabio llamado Radak en la tradición judía, el mismo David Kimhi al que cite anteriormente. Cita como texto-prueba a Ezequiel 16:53: “Yo las restablecere. Restablecere a Sodoma y a sus hijas”. Y a continuación Radak comenta, rechazando con justicia, desde su perspectiva, a todos los cristianos como simples herejes del judaísmo: “Este versículo es una respuesta a los herejes cristianos que afirman que los futuros consuelos ya se han alcanzado. Sodoma sigue estando derribada, y nadie ha ocupado su solar.