jueves, 17 de diciembre de 2015

JESÚS DIOS III

LUCAS Y PLUTARCO SOBE LA CONCEPCIÓN DIVINA
Aunque hablar de la divina concepción de Jesús es meterse en un torbellino teológico, es necesario discutir este elemento de la biografía de Jesús en orden a formarse un cuadro completo de las estrategias que los primeros Cristianos siguieron para describir el estatus divino de Jesús en su literatura. Las posibilidades de comparación son muy amplias.

En el mundo Griego, la concepción divina es literal y común (como en los casos de Heracles, Dionisio, Perseo, etc.), mientras en el ámbito Judío, la concepción divina es poco frecuente y figurativa(1). Aunque el rey Israelita (Salm. 2:7; 1 Sam. 7:14), el colectivo de Israel (Éxod. 4:22; Deut. 14:1; Os. 11:1), y los hombres justos(Sir. 4:10; Sab. De Sal. 2:18)son llamados “hijos de dios” en la antigua literatura Judía, esto es entendido figurativamente(2). Así muchos intérpretes –y no pocos críticos del Cristianismo- han deducido que los primeros Cristianos copiaron la tradición del divino nacimiento de las fuentes del mundo Greco-Romano, sea como resultado de su propia gradual helenización o en un intento secundario para hacer el evangelio persuasivo a los gentiles.

Como respuesta, los apologistas Cristianos a lo largo de las épocas se armaron con formas de presentar la concepción divina de Jesús como única. Una estrategia apologética usa el Judaísmo como amortiguador para proteger los primeros relatos de su nacimiento del medioambiente “pagano”. En un ensayo clásico, por ejemplo, Martin Dibelius argumenta que la divina concepción mediante el pneuma (o “espíritu”) (Lucas 1:35) era un “teologumeno” (i.e., una afirmación teológica) ya presente en el “Judaísmo Heleno” (igual que es visto en Filón y Pablo)(3). Dibelius contrastó un teologumeno con un “mito” “pagano”(4). De acuerdo con esta crítica, el relato de Lucas de la divina concepción de Jesús no es copiado del “mito” pagano, sino que simplemente adapta una idea esencialmente Judía(lo “helenístico-Judío” es ahora silenciado)(5). Dibelius quería garantizar que la noción de relación de un dios con una virgen probablemente surgió de la mitología real Egipcia(6) aunque tuvo cuidado de enfatizar que esta “teología Egipcia”(ya no un “mito”) ya estaba integrada en el Judaísmo Helenístico(7). Por lo tanto Lucas no necesitó salir del Judaísmo para hablar de la divina concepción de Jesús

Las implicaciones políticas del intento de Dibelius de salvar la concepción divina del Judaísmo quedaron aclaradas posteriormente. Cuando describe el desarrollo de la divina concepción en el Cristianismo, incluye un mito de la “Caída”. Las posteriores tradiciones Cristianas de la divina concepción de Jesús sucumben al copiado de la “mentalidad” pagana(8). Esta copia es ilustrada por textos posteriores que hablan de la “manera” de la concepción de Jesús. Unas veces la “Palabra” entra en el vientre de María. En otros casos, un ángel entra en ella –o incluso Cristo en la forma de un ángel. La penetración de María por una entidad divina (como sea es “concebida”) indica, para Dibelius, una mítica mentalidad.

Los intentos de aislar la narrativa de Lucas de la concepción divina de la más amplia cultura Mediterránea son todos poco convincentes. Pocos estudiosos están hoy preparados para afirmar (con Dibelius)un completo origen Judío (incluso judío-heleno)del relato de Lucas de la divina concepción(9). La afirmación de Pablo que Isaac nació según el espíritu (Gál. 4:29) no significa que naciese sin padre humano. La afirmación de Filón que Dios dejó embarazadas a las matriarcas mediante “las semillas divinas” (Cher. 46) es una alegoría acerca de la fertilización del alma por Dios con la semilla de bendición(Cher. 49). El producto no es un niño, sino virtudes –virtudes que las matriarcas mismas representan. La noción que Filón conocía una tradición Judía de concepción divina literal que posteriormente alegorizó tiene el poder convincente de lo que es –especulación. Es como si no hubiera precedente “helenístico Judío” para con la divina concepción.

En el ámbito tan teológicamente cargado de las religiones comparativas, uno ha de poner a un lado tanto la búsqueda de lazos genéticos (muchos de los cuales son banales e imposibles de demostrar históricamente) como el intento religiosamente motivado de cortar esos lazos. Como algunos han señalado, no es que el autor de Lucas copiase de las historias de Perseo, Heracles, o Minos para presentar su idea de concepción divina. Las historias de concepción divina eran moneda cultural común en el mundo del antiguo Mediterráneo que podían ser imaginadas de manera filosófica y teológica sofisticada(10).

Lucas, un sofisticado artista literario, expresó la “mecánica” del nacimiento divino en lenguaje sutil y teológicamente sensible. En el pasaje comúnmente conocido como la “Anunciación” (Luc. 1:26-38), Gabriel anuncia a María que tendrá un hijo, sorprendentemente la joven (aunque comprometida!) realiza más bien una pregunta un tanto inconveniente: “Cómo será esto posible, si no conozca varón”(1:34)(11). Gabriel está aquí en una delicada situación pues se ve forzado a explicar a una adolescente de donde vienen los niños divinos. Menos mal que Lucas ofrece una respuesta muy diplomática y poéticamente complaciente: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti…….”(Luc. 1:35).

Este delicado y e indeterminado lenguaje permitió a Lucas presentar su narrativa del nacimiento divino de Jesús como historia plausible y  confiable, y así distanciarse de las historias de concepción divina sexual que él consideraba míticas (en el sentido de no verdaderas) y no dignas de Yahvé(12).

Desde el comienzo, los apologistas Cristianos y comentaristas conservadores señalaron la naturaleza no sexual de la concepción en Lucas(13). Como resultado, Lucas compartió con los filósofos de su tiempo una presuposición teológica que aún sigue siendo prevalente: Dios (o los dioses)no tienen sexo(dado que el sexo involucra pasión y la pasión es percibida como algo malo). Celso basa este punto en una máxima Platónica: “por naturaleza, Dios no ama[siente sexual atracción] hacia un cuerpo perecedero”(Cels. 1.39). Cuando en otros relatos antiguos los dioses son descritos disfrutando de relaciones sexuales, estos relatos son percibidos como legendarios y míticos. Los apologistas Cristianos a lo largo de la historia han siempre expuesto esos elementos míticos con entusiasmo.

El filósofo y biógrafo Platónico Plutarco (50-120 d.C.), contemporáneo de Lucas, usa similar lenguaje y patrón de pensamiento cuando habla de la concepción divina(Quaest. Conv. 717e-718b; Numa 4)(14). Una cuidadosa comparación con Plutarco indica que Lucas estaba completamente en sintonía con la cultura de otros literatos sensitivos de su época que evitaron el grosero antropomorfismo de una relación sexual divina-humana en un intento de construir un relato histórico y teológico plausible de la concepción divina.

COMPARACIÓN CON PLUTARCO
En las “Charla de Sobremesa” de Plutarco, Tíndaro el Lacedemonio dice que engendrar (τό γεννών) parece opuesto a la incorruptibilidad divina(8:1[Mor. 717e-f]) pues involucra cambio(μεταβολή) y pasión (πάθος) en Dios. Esta lógica se remonta a los famosos modelos de Platón(τύποι) para la teología, el primero de los cuales es que Dios es bueno, y segundo, que Dios no cambia(Resp. 380d-381e).

El lenguaje teológico es diplomático y cuidadoso. En su “Tratado A un Gobernante Falto de Instrucción” (Princ. Inerud. 5) Plutarco dice, “Pues no es probable ni encaja que Dios esté, como dicen algunos filósofos[i.e., los Estoicos], mezclado con la materia”. Para Plutarco como para Celso, al imperecedero Dios no le gusta un cuerpo corruptible y no puede ser mezclado con este. No es Dios el que directamente interactúa con la materia, sino el poder de Dios. El poder de Dios –término usado para diferir la presencia (sexual) de Dios- es hecho el medio de su actividad generadora.

Plutarco ilustra la actividad generadora de esto “otro poder de Dios” mediante una nota humorística de Sófocles: “el entrecruzamiento de los vientos pasa inadvertido a la gallina, excepto cuando tiene un pollito”! La idea aquí es que la gallina no queda embarazada mediante la semilla del macho sino mediante un poder más sutil transmitido en o por los vientos(15). La palabra para “viento” que usa Plutarco es άνεμος, mientras que en la “Vida de Numa”, usa el término más flexible πνεύμα (Viento/aliento/espíritu). La coincidencia lingüística entre Lucas y Plutarco –ambos usan δύναμις y πνεύμα en sus relatos de concepción divina- invita a una investigación más de cerca.

Plutarco –como hombre sensible a la verdad simbólica de la antigua tradición- trata de encontrar un camino para mantener juntos el amor divino-humano, y el respeto propio para con un dios trascendente. Se vuelve hacia la teología Egipcia. Los Egipcios, dice, asumen “no sin persuasión” esta distinción: que con una mujer, no es imposible para el pneuma de un dios acercarse y engendrar ciertos principios de generación, pero para un hombre no hay manera para unirse con un dios ni de asociarse corporalmente.

Pneuma y poder están evidentemente enlazados para Plutarco; son, además, términos sofisticados que no implican relación sexual. Hay que entender por qué Plutarco dice que –según la teología Egipcia- el pneuma divino puede interactuar con una mujer pero no con un hombre. Es importante para Plutarco aclarar este punto, porque sus comentarios aparecen en una biografía de Numa –un hombre que (de acuerdo con la tradición)tuvo una relación peculiar con una diosa. Para ayudar a explicar este pasaje, hay que volver a las “Charla de Sobremesa” como discusión paralela que nos arroje luz. En las Charla de Sobremesa 718b, los Egipcios, se dice, “permiten la asociación” (όμιλίαν) con una mujer mortal y un dios masculino[para producir una concepción divina]. Al contrario, no piensan que un hombre mortal pueda impartir a una divinidad femenina el principio de nacimiento y embarazo, porque dicen que las substancias (τάς ούσίας), de los dioses consisten de aire (άέρι) y aliento(πνεύμασιν), y de corrientes de calor y humedad”(16).

Para los Egipcios, pues, el pneuma –llamado el “pneuma de dios(θεού)” en Numa 4.4 –es una especie de cosa divina(ούσία) asociada con los elementos básicos: aire, calor, y humedad. En su “De Isis y Osiris”, Plutarco observa que para los Egipcios, Zeus-Amon es identificado con πνεύμα(365d)(17). No está claro cuánta de esta teología Egipcia ha sido objeto de una interpretatio Graeca. La identidad entre el Dios altísimo y pneuma –así como la asociación de pneuma con el fuego y el aire- contiene una semejanza significativa con la teología Estoica. Según Crisipo, por ejemplo, la esencia de Dios (ή τού θεού ούσία) es un pneuma inteligente y ardiente (πνεύμα νοερόν καί πυρώδες) (SVF 2.1009). Según Alejandro de Afrodisias, los Estoicos entienden a Dios como “un pneuma inteligente y eterno”(Mixt. 224.32-225.4= SVF 2.310). El pneuma, en otras palabras, encarna la realidad de Dios (que para los estoicos, es también llamada “Logos” y “Zeus”), a medida que se expande en el universo.

Como quiera que sea la exacta relación entre teología Estoica y Egipcia, no obstante, el punto es relativamente claro: el pneuma puede fertilizar la carne, pero la carne no puede impregnar el pneuma. La realidad Divina (el principio activo) puede hacer que los humanos den a luz hijos(en particular, las “pasivas” hembras humanas), pero los humanos (incluso los masculinos humanos “activos”)no pueden hacer que un dios (más bien una diosa) conciba(18). Este es un principio básico de teología “física” por así decirlo.

Es importante entender el fondo Platónico de lo que podemos llamar el “eros moral” de Plutarco. En el “Symposium” de Platón, Sócrates define el eros de esta manera: “eros (ό έρως) es el deseo de querer poseer el bien para siempre”(206a11-12). La acción de los amantes es “engendrar en la belleza”(206b7-8). A nivel del cuerpo, “engendrar” es la unión de un hombre y una mujer(206c5-6). Pero otra gente conciben en su alma, y engendran “sabiduría y el resto de las virtudes”(209a3-4). La parte más bella de la sabiduría “trata con el orden propio de las ciudades y hogares” y es llamada “moderación y justicia”(a6-8)(19). La concepción de esas virtudes ocurre en el alma. Cuando un joven encuentra un alma que es “bella y noble y bien formada”, comienza a bullir con “ideas y argumentos acerca de la virtud”(209c; Phaedro. 246e-253c). Aquellos que engendran virtud engendran hijos que no son mortales sino inmortales. Platón selecciona específicamente a legisladores como Licurgo y Solón como aquellos que crearon las mismas constituciones en las que la virtud puede ser fomentada y aplicadas(Symposium, 209d-e). Aquellos son el tipo de personajes que han visto la verdadera Belleza divina, y engendrado la verdadera virtud. Es este tipo de hombre el que es amado por Dios(212a-b).

En sintonía con esta visión moral del eros divino-humano, Plutarco explica relatos de dioses que aman a hombres particulares. Forbas, Jacinto, y Admeto se dice eran los amados de Apolo(Numa. 4.5)(20). Uno podría tomar esto en sentido sexual. Plutarco, no obstante –en tano que Platónico y estudiante afín de la tradición Griega- espiritualiza el eros. A aquellos amados por Apolo les son ensañadas las virtudes especiales de Apolo: poesía y música(21). Plutarco habla de otros ejemplos de este tipo: Pan amaba las canciones de Píndaro, Asclepio amaba la tragedia de Sófocles, y el poeta Hesiodo estaba ligado a las Musas(Numa 4.6)(22). Estas no eran relaciones sexuales. Lo que este eros producía no eran hijos sino inmortales poemas. Estos eran hombres especialmente amados por Dios, y por lo tanto quedaron preñados con ideas divinas. Pero estos héroes concibieron mucho más que poemas; parieron virtudes inmortales. Como legisladores, formaron los caracteres de naciones enteras que les siguieron. Decir que estos hombres tuvieron relaciones eróticas con Dios(es) no implica –para Plutarco- nada que tenga que ver con el sexo carnal. Más bien se trata de señalar la fuente de sus virtudes. La virtud es divina y tiene que venir de una fuente divina. Por lo tanto, por usar la metáfora de Platón en el Symposium, esos legisladores quedaron embarazados de los dioses. Embarazados no en sus cuerpos, sino en sus almas.                                
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1.     Ejemplos de divina concepciones Greco-Romanas están catalogados y son discutidos en Pfleiderer, “The Early Christian Conception”, 33-35; y Knox, “Hellenistic Elements”, 22-25. Beverly Ann Bow discute ampliamente los nacimientos milagrosos en la tradición Judía (“The Story of Jesus´Birth: A Pagan and Jewish Affair”, PhD diss., University of Iowa, 1995, pp. 19-330)
2.     Incluso sorprendentes frases como, “hoy te he engendrado”(Salm. 109:3, LXX) no han roto este consenso.
3.     Dibelius, “Jungfrauensohn und Krippenkind. Untersuchungen zur Geburtsgeschichte Jesu im Lukas-Evangelium”, en Botschaft und Geschichte: Gesammelte Aufsätze von Martin Dibelius [Tübingen: Mohr Siebeck, 1932), 1.33. En su corta formulación: “aus der Vorstellung wurde die Legende”(39). Analogías para este proceso (i.e., el desarrollo de una leyenda partiendo de un teologumeno) incluye la actual descripción de la resurrección de Jesús(encontrada primero en el Evangelio de Pedro) expandida partiendo de afirmaciones vacías(ej., “Ha resucitado”, así como las angustias del infierno –mencionadas en 1 Ped. 4:6-  desarrollándose en coloridas leyendas en el siglo segundo( p. 36-38).    
4.     Ibid., P. 35, 39.
5.     Ibid., P. 35.
6.     Ibid., P. 41, n.66.
7.     Ibid., P. 41-42.
8.     Dibelius discute brevemente las supuestamente paganizadas tradiciones del nacimiento de Prot. Jas. 11.2, Ascen. Isa. 11:1-16; Odas. Sal. 19.8; Sib. Or. 8.456-79, así como pasajes de las Ep. Apos., Pist. Sof., y Salm. Mat. (ibid., 47-52).
9.     Raymond Brown(entre otros) señala correctamente que Isa. 7:14 fue interpretado con referencia a la concepción virginal sólo después que esta tradición vino a ser conocida(The Birth of the Messiah: A Commentary on the Infancy Narratives in Matthew and Luke” [Garden City, NJ: Doubleday, 1977], p. 524). Cf. Su “La Concepción Virginal y la Resurrección Corporal de Jesús(New York: Paulist, 1973), p. 15-16, 63.  
10.   Dieter Zeller también niega cualquier copia Cristiana de los relatos Griegos, dado que tanto los Judíos como los “paganos cultos” se resistían a los “mitos con tono sexual”. Sin embargo Lucas escribió en un “horizonte de pensamiento”(Denkhorizont), que era tanto “Judeo-Cristiano como Helenístico”. Pero sólo el lado “Helenístico” de este Denkhorizont, apela a una divina concepción para Zeller, (“Religionsgeschichtliche Erwägungen zum Sohn Gottes in den Kindheitsgeschichten”, en Neues Testament und hellenistische Umwelt, Bonner Biblische Beiträge 150 [Hamburg: Philo, 2006], p. 94). Para formulaciones similares, ver Robert Miller, Born Divine: The Births of Jesus & Other Sons of God (Santa Rosa, CA: Polebridge, 2003), p. 134, cf. 238-39; Andrew Welburn, “Myth of the Nativity: The Virgin Birth Re-examined” (Edinburgh: Floris Books, 2006), p. 148; Heikki Rïsänen, “Begotten by the Holy Spirit”, en Sacred Marrieges: the Divine-Human Sexual Metaphor from Sumer to Early Christianity, ed. Martti Nissinen and Risto Uro [Winona Lake, IN: Eisenbrauns, 2008], P. 333); Andrew T. Lincloln, “Born of the Virgin Mary: Creedal Affirmation and Critical Reading”, en Christology and Scripture: Interdisciplinary Perspectives, ed. Lincoln and Angus Paddison (London: T&T Clark, 2007), p. 94-95.         
11.   Sobre la lógica narrativa de esta cuestión, ver Jane Schaberg, “The Illegitimacy of Jesus: A feminist Theological Interpretation of the Infancy Narratives”, expanded ed. (Sheffield: Sheffield Phoenix, 2006), p. 84-85; David T. Landry, “Narrative Logic in the Annunciation to Mary”(Luc. 1:26-38), JBL 114(1995): P. 65-79.
12.   Yahvé en el relato de Lucas sí hace insinuaciones a una joven, núbil, mujer virgen. Sin embargo la madurez sexual de María no es la cuestión como en las tradiciones Griegas de nacimientos divinos (ver Giulia Sissa, “Greek Virginity” [Cambridge, MA: Harvard University Press, 1990]). María la Virgen es María casta y pura(un hecho especialmente enfatizado posteriormente en el Prot. Jas.)(ver Mary Foskett, “A Virgin Conceived: Mary and Classical Representations of Virginity”[Bloomington: Indiana University Pres, 2002], p. 141-64, esp. 162-64). Es una vasija limpia, sin problemas para interactuar con el divino pneuma(cf. Philo, Cher. 49), Ver Todd Klutz, “The Value of Being Virginal: Mary and Anna in the Lukan Infancy Prologue”, en The Lukan Infancy Prologue”, en The Birth of Jesus: Biblical and Theological Reflections, ed. George J. Brooke (Edinburgh: T&T Clark, 2000), p. 71-88. La humildad de María, bajo estatus social, y obediencia también la distinguen de las típicas mujeres nobles y privilegiadas que dan a luz hijos divinos en los relatos Griegos.        
13.   Brown, “Virginal Conception” p. 62; Schweitzer, “πνεύμα”, TDNT 6:397; Joseph A. Fitzmyer “Virginal Conception  of Jesus in the New Testament”, TS 34 (1973): 541-75(565-66, n. 84).
14.   Las “Charla de Sobremesa” de Plutarco fue compuesta entre el 99-116 d.C. Fue durante esta época también cuando Plutarco estaba escribiendo su “Vidas”. El contexto histórico de “Charla de Sobremesa” es, sin embargo, más temprano –aproximadamente en los 60 d.C.(los días de estudiante de Plutarco)(Frieda Klotz and Katerina Oikonomopoulou, eds., “The Philosopher´s Banquet: Plutarch´s Table Talk in the Intellectual Culture of the Roman Empire”[Oxford: Oxford University Press, 2011], 4).  
15.   Cf. Aristo., Hist. An. 541ª27; 560b14; Virg., Georg. 3.274-75; Varro, Rust. 2.1.19; Pliny, Nat. 2.116; 10.102, 166; Ael. Nat. An. 17.15; Lact., Inst. 4.12.2. Luciano se mofa de esta idea en Tox.38; Vera hist. 1.22. Ver Conway Zirkle, “Animals Impregnated by the Wind”, Isis 25 (19369: 95-130.
16.   La palabra ούσίας es una corrección de MS leyendo θυσίας(sacrificios). 
17.   Diod. Sic., Bibl., Bibl. 1.12.2: “[Los Egipcios]llaman aliento vital (πνεύμα) “Zeus”(δία)”. Para mayores datos sobre la teología Egipcia, ver Andrew Welburn, “Myth of the Nativity”, 145.   
18.   En Quaest. Conv. 718ª, Plutarco escribe que el poder de Dios engendra el principio generador en la materia (ύλη), que los estoicos consideran como principio pasivo, generalmente asociado con lo femenino. Ver A.A. Long, Hellenistic Philosophy: Stoics, Epicureans, Sceptics, 2º ed. (Berkeley: University of California, 1986), 153-56. Según la antigua ciencia médica, los cuerpos de las mujeres eran más “porosos” y por tanto más penetrables que el cuerpo de los hombres, haciéndolas más susceptibles a la entrada de efectos del πνεύμα (Dale Martin, “The Corinthian Body” [New Haven, CT: Yale University Press, 1995], p. 242). Para puntos de vista antiguos sobre la concepción, ver Craffert, “Life of a Galilean Shaman”, p. 368-77.  
19.   Según Platón, alguien puede quedar embarazado con esas virtudes aún siendo ήθεος(2009b1). Esta palabra significa “un joven soltero”. En varios pasajes es emparejada con πάρθενοσ (“virgen”; ver Hom., Il. 22.127; Herod., Hist. 3.48, cf. Plut., Thes.15.1.)
20.   La mención de Apolo es importante para Plutarco debido a la tradición del nacimiento de Platón de Apolo.
21.   Según la interpretación de Plutarco, “el Apolo Délfico ha de ser visto como el dios más alto de todos, como intelecto (νους), ley y orden del mundo(λόγος, νόμος). Así, Apolo es también el último guardián de la verdad, incluyendo tanto el oráculo la Pitia y toda empresa científica(Crdibilidad, 43). Para Apolo el dios uno e indivisible, ver Plut., E Delph. 393b-d.

22.   Hes., Teog. 29-33, esp. 31-32: “Las Musas insuflaron en mí (ένέπνευσαν δέ μοι) canciones divinas”.

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