jueves, 31 de marzo de 2016

HELENISMO Y RELGIÓN

HELENISMO Y RELIGIÓN
En tiempos de Alejandro la idea Helena de cultura había evolucionado hasta tal punto que era posible decir que uno era Heleno no de nacimiento sino por educación, así uno nacido bárbaro podía convertirse en un verdadero Heleno. El entronamiento de la razón como parte más elevada en el hombre llevó al descubrimiento del hombre como tal, y al mismo tiempo a la concepción de las costumbres Helenas como cultura humanista general. La última etapa en este camino la tomaron cuando los Estoicos propusieron que la libertad, el más alto bien de la ética Helena, es una pura cualidad interior no dependiente de las condiciones externas, de manera que la verdadera libertad puede muy bien encontrarse en un esclavo si éste es sabio. La teoría prevaleciente no situaba ya al hombre primariamente en el contexto de la polis, como hizo Platón y aún Aristóteles, sino en el del cosmos,  algunas veces llamados “la verdadera y gran ciudad de todos”. Ser un buen ciudadano del Cosmos, un “cosmopolita”, es el fin moral del hombre; y su calificación para esta ciudadanía es su posesión del logos, o razón, y nada más. El punto culminante de esta ideología se alcanzó bajo el Imperio Romano; aunque en todos sus rasgos esenciales la etapa universalista del pensamiento Griego ya estaba presenta en tiempos de Alejandro.

El primer universalismo de la cultura Griega fue seguido de una época de diferenciación; una nueva diferenciación basada principalmente en temas espirituales, participando sólo secundariamente en un carácter nacional, regional y lingüístico. La cultura secular común se vio grandemente afectada por una polarización mental en términos religiosos. Llevando finalmente a una ruptura de la anterior unidad en campos exclusivos.

Pero la marea creciente de la religión se tragó al “pensamiento” Griego transformando su carácter. La cultura secular Helena cambió en una pronunciada cultura pagana religiosa, tanto como auto-defensa contra el Cristianismo como por necesidad interna. Esto significa que en la época del surgimiento de la religión mundial, el Helenismo mismo vino a ser un credo denominacional. Así es como Plotino y aún más Juliano el Apóstata concibieron su Helenismo(i.e. causa pagana) fundando con el Neoplatonismo una especie de Iglesia con su propio dogma y apologética.


En los momentos de su ocaso el concepto de Helenismo fue al mismo tiempo ampliado y reducido. Ampliado en el sentido que en el atrincheramiento final, incluso creaciones puramente orientales como las religiones de Mithras y Attis fueron contadas dentro de la tradición Helena que debía ser defendida; reducida en lo que toda causa se convirtió en la causa de un partido, y cada vez más en la de un partido minoritario.      

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