miércoles, 15 de septiembre de 2010

ICONOGRAFÍA EN PALESTINA

Breve nota sobre “LA ICONOGRAFÍA EN LA PALESTINA DE LA E.B.-E.H.”

El sistema simbólico-iconográfico de la Palestina de la E.B. Tardía, se funda substancialmente en descubrimientos realizados en centros urbanos situados en los llanos. Durante la E.B. Tardía, había muy pocos asentamientos establecidos de residentes permanentes en la región montañosa que rodea la zona. Lo encontrado en esta zona montañosa no difiere substancialmente de lo encontrado en las grandes ciudades de los llanos. Incluso en un asentamiento tan pequeño como el de Manahat, en el Valle de Rephaim, al suroeste de Jerusalem, se encontró un escarabajo con el nombre de Amenophis III, rodeado por cuatro “uraeus”, junto con otro escarabajo, típico del Periodo de Ramsés, con la combinación de la esfinge, el uraeus alado, y una figura agachada, lo cual ha de ser leído todo junto como un criptograma de Amun (Edelstein/Milevski 1990). La mayoría de la población en la zona montañosa puede haber sido nómada durante la E.B. Tardía (Finkelstein 1988) y, por lo tanto, puede haber dejado tras de sí muy poca iconografía.

La iconografía de las ciudades de la E.B. Tardía pinta un cuadro completamente distinto del de la E.B. Media IIB. En el arte monumental y sellos amuletos, las deidades principales “masculinas” como Re-harakhty, Ptah, Seth-Baal, y especialmente el dios real Amun (Amon) dominaban los centros controlados por los Egipcios tales como los de Beth-Shean y Megiddo, y el sur también. En la E.B. Tardía, las deidades guerreras y políticas toman el papel que el dios del tiempo tuvo durante la E.B. Media IIB, representado junto a su consorte en una época cuando era dada gran importancia a la obtención de vegetación (La Diosa de la Rama; Ashera, representada por un árbol y más tarde por un palo). Excepto en muy raras excepciones, las deidades masculinas y femeninas no aparecen juntas en las mismas escenas, y cuando lo hacen no aparecen interactuando de ninguna manera significativa. El encuentro de los sexos a nivel humano es claramente menos enfatizado, siendo reemplazado por imágenes que describen legitimación, guerra, dominio, y lealtad. Las mujeres sólo juegan el papel de sirvientas en las celebraciones de victoria y otros festivales.

Metales costosos son usados para retratar las “diosas” virtualmente sólo en las primeras etapas de esta época, después de este periodo los metales preciosos son usados para describir deidades guerreras masculinas. La figura de la “Diosa Desnuda”, con su carácter confesional y público relativamente poderoso, desaparece de varios tipos de arte glíptico también. La obra de arte glíptica que se hará en la siguiente E.H. I llevará esta tendencia incluso más lejos, en esta época incluso el fetiche de la Hathor Egipcia desaparece. Con la posible excepción de objetos importados del norte, la diosa es presentada al estilo popular de Mitani en sellos cilíndricos, en vasijas pintadas, y en otros artefactos con imágenes sólo en la forma de sus atributos, especialmente el árbol. Donde sobrevive en artefactos con imágenes en forma antropomórfica, la influencia Egipcia es clara. Es mostrada como señora de la ciudad, en otras palabras, en un papel que corresponde más de cerca a los atributos “masculinos” que pueden ser asociados a una mujer-de-poder.

Durante esta época, en la que tuvo lugar un aumento en la eliminación de diosas femeninas dentro de la religión oficial de la E.B. Tardía, como queda representado en los grandes templos, en la estructura de la ciudad-estado Egipcia y el poder colonial, y en productos manufacturados en los talleres que extenderían esas ideas, hubo un gran aumento en la producción de placas de terracota más baratas que describían una “diosa desnuda”, mostrando claramente que las tradiciones conectadas con la E.B. Media continuaron manteniéndose. Que estuviese siendo usado un medio costoso o no, si se alcanzó cierto compromiso Egipcio-Cananita en la manera de representar a la diosa en el uso del tipo de descripción “qudshu”, un compromiso que desaparecerá a finales del periodo colonial. Está muy claro en Beth-Shean que hubo una separación radical entre lo mostrado en el arte monumental en comparación con temas de iconografía mostrados en terracota. Con el fin de la presión cultural ocasionada por la colonización Egipcia se acabó con la producción de figuras de metal que retrataban a la “Diosa Desnuda” y se requería que se manufacturasen figuras de divinidades masculinas guerreros o entronizadas. Las figuras de diosas de metal fueron gradualmente reemplazadas por otras que estaban hechas de terracota. Dado que las imágenes de terracota costaban tan poco, éste parece haber sido el mejor material para aquellos que querían continuar con la veneración indígena de la diosa. Sorprendentemente, las deidades masculinas son escasamente representadas en terracota. El cambio de materiales costosos a asequibles llevó consigo la asunción que la diosa había entrado en el ámbito de lo que algunos llaman una “piedad privada” y que la diosa era más asequible que nunca antes en los pequeños centros cultuales establecidos en cada casa (ver H. Weippert 1990; Uehlinger 1991).

No hay comentarios:

Publicar un comentario