miércoles, 16 de julio de 2014

HIPÓTESIS DOCUMENTAL, UNA CRÍTICA

UNA CRÍTICA DE LA HIPÓTESIS DOCUMENTAL
En el último cuarto del siglo veinte, muchas de las certezas establecidas acerca de la Hipótesis Documental han sido cuestionadas. Por un lado, John Van Seters cuestionó las fechas de la fuente Yahvista. Uno de los motivos centrales en esta fuente es la migración de Abraham desde Mesopotamia a la tierra prometida. Van Seters argumentó que esta historia tiene mejor sentido si es situada en el periodo después del exilio en Babilonia, cuando los exiliados Judíos regresaron desde Babilonia a Israel. Abraham no es descrito como exiliado retornado, y por lo tanto la analogía no es de ninguna manera perfecta. Sin embargo, los primeros capítulos del Génesis (en las fuentes J y P) muestran bastantes puntos de contacto con Mesopotamia, y estos contactos pueden ser explicados más fácilmente en el periodo exílico o posteriormente en lugar de la monarquía temprana. Hay que señalar que el relato de Adán y Eva nunca es citado en los profeta anteriores al exilio, convirtiéndose en prominente punto de referencia sólo en el periodo Heleno. Esto no demuestra que la fuete J fuese escrita posteriormente, aunque sí crea dudas acerca de la supuesta fecha temprana de J en Génesis. Quizá sea que la Historia Primordial en Génesis 1-11, donde se encuentran la mayoría de analogías Babilonias, fuese una adición posterior a la fuente J.

Una línea crítica diferente fue desarrollada por el estudioso Alemán Rolf Rendtorff, un alumno de von Rad. Rendtorff señaló que algunos estudiosos influyentes que continuaron apoyando la hipótesis documental se basaron en asunciones diferentes. Hermann Gunkel, el fundador de la crítica de la forma, trató los relatos del Génesis como unidades discretas, de tipo folclórico, y prestó poca atención a las fuentes principales, aunque no negó su existencia. Martin Noth, un contemporáneo de von Rad, analizó el Pentateuco en términos de cinco temas principales: las promesas a los antepasados, la guía fuera de Egipto, la travesía del desierto, la revelación del Sinaí, y la guía a tierra arable. Estos eran temas tradicionales que J y E formularon en sus diferentes formas. Implícito en el análisis de Noth está el punto de vista que los relatos patriarcales son diferentes en clase del relato del Éxodo, incluso cuando se reconozcan el estilo de J y E en ambos. Para la mayoría de los lectores, las diferencias entre estos bloques o temas son más obvias y más significativas que la diferencia entre J y E.

Rendtorff fue más lejos que Noth y cuestionó toda la validez de las fuentes J y E. Basándose en la obra de Rendtorff, su alumno Erhard Blum ha propuesto una elaborada alternativa a la Hipótesis Documental. Abandonando las fuentes tradicionales, J y E, Blum encuentra dos etapas principales en la composición del Pentateuco. La primera la llama la “D-Komposition”(KD), obra de editores de la tradición Deuteronómica. Data esta composición en la generación posterior al exilio en Babilonia. La segunda etapa es la “P-Komposition” (KP), la obra de escritores sacerdotales que editaron KD, que, por necesidad, continuaron posteriormente. Esto no sugiere que todas las narrativas del Pentateuco son tan tardías como el exilio. Los autores de KD heredaron dos documentos principales. Una era una edición de Génesis 12-50 perteneciente al periodo exílico, que era una reelaboración de una composición del periodo pre-exílico tardío. (Partes del ciclo de Jacob se piensa datan de la formación del reino del norte de Israel, después de la muerte de Salomón). La segunda era una “Vida de Moisés”, que habría sido compuesta en algún momento después de la caída del Reino del Norte, pero que habría incorporado elementos que databan de la monarquía temprana. KD introduce el tema de la promesa a los patriarcas como medio para conectar estos dos bloques de narrativa. KD comienza con Gén. 12:1-3 y concluye con una narrativa de travesía del desierto. La Historia Primordial (Gén. 1-11) fue añadida por KP, pero también incorporaba algunas fuentes antiguas. El material tradicional de P, tal como lo encontramos en Levítico, habría también sido añadido en esta época. Hubo también otras propuestas en línea con la obra de Blum, aunque diferentes en detalles.

Quizá el tema principal en Rendtorff y Blum es si la composición de las narrativas en el Pentateuco pueden ser adjudicadas a editores Deuteronómicos, no antes del exilio Babilonio. Hay un problema con esta tesis. El elemento característico del movimiento Deuteronómico era la insistencia que los sacrificios habían de ser ofrecidos solamente en el santuario central en Jerusalem. Pero la mayor parte de Génesis consiste de relatos sobre la fundación de otros lugares de culto, incluyendo el santuario del norte en Betel, por los patriarcas. Estas historias solo otorgaban legitimidad a los santuarios que fueron condenados a la destrucción en Deuteronomio. Blum afirma que la narrativas de Génesis 12-50 ya habían sido puestas juntas antes del exilio, aunque es difícil ver por qué los editores Deuteronómicos habrían permitido la publicación de tan gran cantidad de material cuando realizaron tantas modificaciones en otros respectos. Seguramente es más probable que la narrativa del Pentateuco ya era oficial y autoritativa antes que el Deuteronomio fuese añadido. El argumento de Blum no hace justicia a la clara distinción entre los pasajes en J y E en las historias patriarcales. Es probable que J y E fuesen compuestos, y probablemente también combinados, antes de la reforma Deuteronómica, aunque algún material en la Historia Primordial puede haber sido añadido posteriormente.

Sin embargo, los recientes debates sobre el Pentateuco muestran que la reconstrucción de las más tempranas formas del texto bíblico es una empresa altamente especulativa. Quizá la principal lección a ser tenida en cuenta es que esos textos son compuestos, capas incorporadas de diferentes eras. De ahí las diferencias y contradicciones entre diferentes pasajes. Estas diferencias no fueron eliminadas por el “formato canónico” de los textos. Los editores finales, Deuteronómicos, sacerdotales o cualesquiera que fuesen, no revisaron las tradiciones más antiguas sistemáticamente. Más bien, dejaron estar el material con diferentes puntos de vista, y se contentaron con añadir sus propios énfasis distintivos a la mezcla. El texto bíblico que resultó de este proceso no es un tratado sistemático consistente. Es más bien una colección de materiales tradicionales que ponen en diálogo diferentes puntos de vista unos con otro y ofrecen al lector un rango de puntos de vista. No se trata de un texto que lleve a imponer una orto-doxia, ni siquiera una orto-praxis, a pesar (quizá debido a) la proliferación de leyes. Más bien, estimula la reflexión y el debate por la diversidad irreconciliable de su contenido.

Bajo cualquier consideración, el Pentateuco no puede haber alcanzado su presente forma antes del periodo postéxilico. Hay buena evidencia que la tendencia Sacerdotal fue añadida como capa editorial. Ofrece el capítulo de apertura de Génesis y conecta la narrativa con sus genealogías y formulas de datación. No es aparente que hubiera habido una narrativa Sacerdotal coherente acerca de los Patriarcas. También, algunos de los elementos de la tendencia Sacerdotal fueron añadidos bastante tarde, mucho después del exilio Babilonio. Sin embargo, no está claro si hay que acreditar a los editores Sacerdotales o Deuteronómicos con el establecimiento de la forma del Pentateuco tal como lo tenemos hoy. La evidencia respecto a la edición Sacerdotal de Génesis y Éxodo es mucho más clara que la de la edición Deuteronómica. Esto sugiere que los primeros cuatro libros del Pentateuco fueron editados por escritores Sacerdotales antes que fuese añadido el Deuteronomio. El hecho que el Deuteronomio sea el último libro del Pentateuco da la impresión que fue añadido el último, y no completamente integrado con otros libros. Aunque mucho depende en este caso en si uno encuentra persuasivos los argumentos de estudiosos como Blum respecto a la edición Deuteronómica de los primeros cuatro libros del Pentateuco. Hubo sin duda algunas adiciones Deuteronómicas en los libros más tempranos, pero la extensión de la edición Deuteronómica permanece en disputa. Finalmente, hay mucho que decir respecto al punto de vista que el Pentateuco tal y como está es un documento de compromiso en el cual las teologías Sacerdotal y Deuteronómica son presentadas una al lado de otra, sin una clara indicación que una tiene precedencia sobre la otra.

Hay evidentemente diferentes tendencias en Génesis, y se puede arrojar luz sobre algunos pasajes señalando sus afinidades con J o E. La distinción es algunas veces útil en Éxodo, aunque mucho menos frecuente. El tema no es reconstruir J o E, sino apreciar las narrativas Pentateucamentales tal como han llegado hasta nosotros. P y D, en contraste, corresponden a bloques de texto bien definidos y presentan teologías claras y bien definidas.    
                    
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REFERENCIAS:
Blenkinsopp, Joseph, “The Pentateuch: An Introduction to the First Five Books of the Bible”. ABRL. New York: Doubleday, 1992.

Bloom, Harold, “El Libro de J”. Inter Zona 1990.

Blum, Erhard, “Die Komposition der Vätergeschichte”. WMANT 57. Neukirchen-Vluyn: Neukirchener, 1983.

Campbell, Antony F., and Mark A. O´Brien. “Sources of the Pentateuch: Texts, Introductions, and Annotations”. Minneapolis: Fortress Press, 1993. Identifica las fuentes en el Pentateuco siguiendo el análisis de Martin Noth.

Carr, David M. “Reading the Fractures of Genesis: Historical and Literary Approaches”. Louisville: Westminster John Knox, 1996. Rechaza la hipótesis JE y argumenta a favor de una adaptación en el sur de fragmentos materiales del norte.

Friedman, Richard Elliott. “Commentary on the Torah with a New English Translation”. San Francisco: HarperSanfrancisco, 2001. Defiende la crítica tradicional de las fuentes.

Nicholson, Ernest. “The Pentateuch in the Twentieth Century: The Legacy of Julius Wellhausen”. Oxford: Clarendon, 1998. Buen estudio de la historia de la investigación, incluyendo desarrollos recientes.

Noth Martin, “A History of Pentateuchal Traditions”. Trad. Y Ed. B.W. Anderson. Englewook Cliffs, N.J.: Pretice Hall, 1971. Análisis clásico de los temas principales en el Pentateuco.

Rad, Gerhard von. “The Form-Critical Problem of the Hexateuch”. Rad. E.W.T. Dickens. New York: McGraw-Hill, 1966; Original en Alemán, 1938. Exposición clásica de la fuente J.

Rendtorff, Rolf. “The Problem of the Process of Transmission in the Pentateuch”. Trad. J.J. Scullion. JSOTSup 89. Sheffield: JSOT Press, 1990. Argumento influencial contra la hipótesis documental.

Van Seters, John. “Abraham in History and Tradition”. New Haven: Yale Univ. Press, 1975; “The Life of Moses: The Yahwist as Historian in Exodus-Numbers”. Louisville: Westminster, 1994. Ve la fuente J como posterior al Deuteronomio.


undWellhausen, Julius. “Prolegomena to the History of Ancient Israel”. 1885. Atlanta: Scholars, 1994. Exposición clásica de la hipótesis documental.      

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