jueves, 7 de enero de 2016

GNOSIS, EL DEMIURGO

GNOSIS, SUS ORÍGENES, EL DEMIURGO
Desde después de la Segunda Guerra Mundial, la teoría del origen Judío del Gnosticismo ha sido reafirmada en referencia a los textos de Nag Hammadi(1). Pero esta teoría no es indiscutible. H. Jonas, seguidor de la “religionsgeschichtliche Schule”, encontraba la esencia y origen del Gnosticismo en una pre-Cristiana “Erlösungsmysterium” de derivación Babilonia o Irania(2). Mantenía que el Gnosticismo muestra un “antagonismo hacia el pueblo Judío como un todo, una especie de antisemitismo metafísico, que precisamente las fuentes más pródigas en el uso de temas Judíos (al mismo tiempo las más arcaicas) demuestran”(3). Si esto es correcto, sería difícil explicar cómo el Gnosticismo puedo haberse desarrollado partiendo del Judaísmo.

Jonas cita la figura del demiurgo como primer testimonio de su tesis, dado que el demiurgo “a menudo es una caricatura reconocible del Dios del Antiguo Testamento”, “una parodia del Creador Bíblico”(4). Jonas tiene razón respecto a que el demiurgo “es un símbolo gnóstico del primer orden. En su concepción general refleja el desagrado gnóstico hacia el mundo….”(5). La oposición entre el Dios más alto y el demiurgo es la correlación teológica-metafísica respecto al dualismo anti-cósmico del Gnosticismo(6). El “lugar” del demiurgo puede ser tomado por una pluralidad de poderes (ej., el colectivo de los “Siete”); aunque la ausencia total de cualquier símbolo para una causa inferior o degradada del mundo, o de su orden particular, o de su materia, haría dudar el aceptar la doctrina como gnóstica(7).

La figura del demiurgo presenta el más grande obstáculo a la teoría del origen Judío del Gnosticismo. Pero parece ser que el tema verdadero es este: “la mayoría de los gnósticos estaban contre el Dios Judío que creó el mundo y dio la Ley. Es posible que esta doctrina sea de origen Judío? Incluso aquellos que aceptan que muchos puntos de vista Gnósticos han de derivar del Judaísmo, parecen haber evitado este tema(8).

La afirmación que el Gnosticismo muestra un “antisemitismo” o un “antagonismo contra el pueblo Judío” no es veraz. Los errados y ciegos en la literatura Gnóstica no son los Judíos, hay relativamente poca polémica contra el pueblo Judío en los textos Gnósticos comparado con lo que encontramos en la literatura Cristiana(9). Es más, el Cristianismo comenzó como una secta Judía, por lo tanto la crítica del Judaísmo y los Judíos no excluye un origen Judío. Además, los Cristianos también tenían la Biblia Judía como libro sagrado y adoraban al mismo Dios que los Judíos; pero seguramente había Cristianos Gnósticos, y por analogía, la posibilidad de la existencia de un Gnosticismo Judío hostil a las tradiciones ancestrales no ha de ser excluida(10). G. Scholem ha sugerido que el Gnosticismo, “o al menos algunos de sus impulsos básicos, fue una rebelión, en parte quizá de origen Judío, contra el Judaísmo anti-mítico, un erupción tardía de fuerzas subterráneas, que estaban tanto más impregnadas de mito para ser camufladas en la filosofía. En el siglo segundo de nuestra era, el Judaísmo Clásico Rabínico prohibió esta forma de herejía….”(11).

W.C. van Unnik está equivocado cuando dice que los Gnósticos no apreciaban la Ley ni veneraban a Moisés(12). Según un relato, Simón el Mago, la supuesta primera fuente del Gnosticismo, veneraba la Torah; incluso Ireneo, el primero en ofrecer conocimiento substancial acerca de las enseñanzas de Simón, no dice que el hereje hiciera alguna detracción de la ley de Moisés. Cerinto, otro Gnóstico del siglo primero d.C., apoyaba la práctica de la circuncisión y observaba el Sabbath, ambos prescritos en la Torah.

Los Gnósticos no sólo conservaron la creencia en Moisés como revelador de Dios; también continuaron la tradición pseudoepigráfica según la cual los Adamitas y los ante y pos diluvianos patriarcas eran transmisores de los divinos misterios. A. Böhlig y otros han señalado que los apócrifos y pseudoepígrafos del Antiguo Testamento proveyeron a los Gnósticos con muchos temas(13), igual hicieron otras fuentes Judías. Así, el misticismo Hekaloth o Merkaba, describiendo el mundo del trono del carro visto por vez primera por Ezekiel, es uno de los ingredientes que han sido usados para construir el mito en la Hipóstasis de los Arcontes y Sobre el Origen del Mundo, ambos en el Codex II de la librería de Nag Hammadi(14). La parte más recóndita de este misticismo o esoterismo era la visión de la Kabod, que tenía “una semejanza a la apariencia del hombre”(Ez. 1:126), Ya M. Gaster observó que Marcos, uno de los pupilos de Valentino, cuando ofreció una fantástica descripción del “Cuerpo de Verdad”(ver Iren. I.xiv.3), era dependiente de tradiciones Judías acerca de la “Medida del Cuerpo”, el cuerpo enorme de la Kabod, la Gloria de Dios(15). G. Quispel argumenta que la Gloria es el modelo del Antropos Gnóstico, el Hombre celestial(16).

Esas adopciones y adaptaciones a cargo de los Gnósticos no han sido mal usadas, y lo mismo se puede decir para con otras apropiaciones Gnósticas de tradiciones Judías. O. Betz y otros, que objetan la derivación de la Sofía Gnóstica de la Sabiduría Judía, que aparece en el libro de Proverbios y la literatura apócrifa, pasan por alto el hecho que no toda forma Gnóstica de Sofía es negativa (que el carácter ambivalente de la Sabiduría no está ausente de la tradición sapiencial Judía)(17). Como Jonas mismo ha admitido, incluso el demiurgo no es siempre presentado como totalmente malo(18). Según algunos Gnósticos, el demiurgo está enfrentado a Satán(19). Cerinto y Justino el Gnóstico no enseñan que haya ninguna animosidad entre Dios y el demiurgo. Según Justino, el demiurgo es incluso el factotum para la salvación de los hombres.

F. Chr. Baur, también vio la filosofía Alejandrina de la religión como la cuna del Gnosticismo, y afirmaba que el concepto Gnóstico del demiurgo derivaba del Platonismo, que era la madre de la filosofía Judía Alejandrina de la religión(20). La identificación del demiurgo con el Dios de los Judíos expresaba la baja estima de los Gnósticos de la religión del Antiguo Testamento con su manera poco sofisticada de presentar ideas.

Aunque los primeros Gnósticos no identificaron al demiurgo con el Dios del Antiguo Testamento; le adjudicaron la creación a uno o más ángeles. Los primeros Gnósticos no fueron filósofos, aunque trataron de idear una teodicea y proteger al Dios trascendente. Lo hicieron adjudicándole la creación del mundo imperfecto y los rasgos antropomórficos de su autor y gobernante a una dios inferior, un ángel. El demiurgo Platónico fue un modelo importante para esta construcción, aunque los primeros Gnósticos que eran Judíos que no menospreciaban su Biblia –tenían su propio modelo en la figura del Ángel del Señor. En muchos textos bíblicos, el concepto de Angel del Sñor ha sido introducido en orden a separar a Dios de del mundo y rebajar el antropomorfismo de la fuente más antigua.                              
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1.     Antes de la publicación de los textos de Nag Hammadi, el único académico que enseño que el Gnosticismo era de origen Judío fue E. Peterson; ver, ej., Art. “Gnosis”, en EC, VI, 1951, col. 857 ff., especialmente cols. 880 f.
2.     Para la adesión de Jonas a la escuela de la historia de la religiones, ver su declaración en “Gnosis und spätantiker Geist, I”(Die mythologische Gnosis) (FRLANT, 51), 3rd ed. Con Ergänzungsheft, Göttingen, 1964, p. 24, n. 1.
3.     Delimitation of the Gonostic Phenomenon –Typological and Historical”, en OG, p. 102 (=GG, p. 642). Sobre la base de de textos diferentes, K.W. Tröger quiere distinguir entre “actitud anti-Judía”, “concepción anti-Judía”, “topos anti-Judío”, etc. (“Gnosis und Judentum”, en AT-F-G, p. 163). Afirma que el topoi anti-Judío no ha de ser visto automáticamente como polémicas anti-Judías, dado que esos topoi vinieron a ser material tradicional temprano en el  Gnosticismo. Tröger, p. 164, ofrece más referencias del uso Gnóstico de mitología polémica contra la Iglesia Católica.   
4.     Delimitation”, p. 96 y p. 97(=GG, p. 634 y p. 635).
5.     Ibid., p. 96(=GG, p. 634).
6.     El dualismo anti-cósmico es la característica fundamental del Gnosticismo; ver K. Rudolph, “Die Gnosis”, Göttingen, 1978, pp. 65, 67.
7.     Jonas, “Delimitation”, p. 96(=GG, p. 634).
8.     The Origins of the Gnostic Demiurge”, en P. Granfield & J.A. Jungmann, ed., Kyriakon (Festschrift Johannes Quasten), Münster Westf., 1970, p. 271.
9.     Cp. W.C. van Unnik, “Gnosis und Judentum”, en Gnosis, p. 85.
10.   Tröger cita el Mandeismo como ejemplo de sentimiento anti-Judío de “todo los movimientos Gnósticos”(p. 163), y esto muestra cuan insignificante es la presencia de elementos anti-Judíos en la discusión de si había o no un Gnosticismo Judío, dado que la literatura Mandea contiene aún más polémica contra los Cristianos que contra los Judíos.
11.   On the Kabbalah and Its Symbolism”, New York, 1965. En la discusión del escrito del Profesor Robert M. Grant en el coloquio de Messina, Jean Cardinal Danielou mantuvo la opinión que la actitud anti-cósmica del Gnosticismo fue el resultado de una revuelta interna Judía; ver OG, p. 157.
12.   (14)op. cit., pp. 80, 82
13.   (19)ver Böhlig, “Religionsgeschichtliche Probleme aus der Schrift ohne Titel des Codex II von Nag Hammadi”, WZUH, Ges. Sprachw. Reihe, X, 1961, pp. 1325 ff.(=Mysterion und Wahrheit (AGSU, VI), Liden, 1968, pp. 119ff.); “Der jüdische und judenchristliche Hintergrund in gnostischen Texten von Nag Hammadi”, en OG, pp. 109 ff.; cp. B. Gärtner, “Die rätselhaften Termini Nazoräer und Iskariot” (HS, IV), Uppsala, 1957, pp. 31ff.(acerca de los Mandeos).  
14.   (20)I. Gurenwald, “Jewish Merkavah Mysticism and Gnosticism”, en J. Dan & F. talmage, ed., “Studies in Jewish Mysticism” (Proceedings of the Regional Conferences held at the University of California, Los Angeles, and McGill University in April, 1978), Cambridge, Mass., 1982, pp. 41 ff., ha mostrado que hay una cercana concordancia entre la descripción de la Merkaba en esas obras y en el misticismo Judío.
15.   (21)ver “Das Shiur Komah”, en sus “Studies and Texts, II” London, 1927, pp. 1330 ff., especialmente  p. 1344.
16.   (22)Ver Hermetism and the New Testament, especialmente Pablo”, en W. Haase, ed., ANRW, II.22 (Religion: Gnostizismus und Verwandtes), forthcoming; “Ezekiel 1:26 en Jewish Mysticism and Gnosis”, VigChr, 34, 1980, pp. I ff.
17.   (23)Ver Betz, “Was am Anfang geschah (Das jüdische Erbe in den neugefundenen koptischgnostischen Schriften)”, en O. Betz, et al., ed., Abraham unser Vater (Festschrift für O. Michel) (AGSU, V), LEIDEN, 1963, P. 40. Acerca de Sofía, ver el artículo sobre Helena en RAC por el profesor Gilles Quispel.
18.   (24)”… Tratamos con un principio no completamente malo, sino más bien inferior y degenerado, como la causa y esencia de la creación” (The Gnostic Religion, 2nd ed., Boston, 1963, reimpreso 1967, p. 132); “… sobre todo en un rango de mitos gnósticos, su imagen varía, y hay versiones más suaves en las que aparece más como extraviado que como malo, abierto a ser corregido y con remordimientos, hasta la redención final”(“Delimitation”, p. 96 (=GG, p. 634)).  
19.   (25)No es correcto y sin reservas que el “Gnosticismo distinga …. en sus sistemas al dios altísimo ….. de manera tan aguda como sea posible del creador inferior del mundo” (Schöpfer und Schöpfung in der Gnosis”, en AT-F-G, P. 44).

20.   (31)Das Christentum und die christliche Kirche der drei resten Jahrhunderte, 2da ed., Tübingen, 1860, p. 185 (= GG, p. 183). Baur, p. 183 (= GG, p. 9), habla expresamente del Gnosticismo Cristiano como un desarrollo de la filosofía Alejandrina de la religión. En su más temprano Die christliche Gnosis, Tübingen, 1835, Baur admite que Judíos educados en la dialéctica con “la religión pagana y filosofía” desarrollaron ideas Gnósticas en un intento de trascender las barreras nacionalistas. En este libro también enfatiza la herencia Oriental en el Gnosticismo. H. Graetz, Gnosticismus und Judenthum, Krotoschin, 1846, pensaba que el Gnosticismo era metafísica especulativa Helenística que también penetró el Judáismo. Cp. M. Joël, Blicke in die Religionsgeschichte zu Anfang des zweiten chrislichen Jahrhunderts, I, Breslau, 1880, pp. 103. M. Friedländer, a quien se la ha otorgado el honor de ser el primero en mantener que el Gnosticismo se originó en el Judaísmo, encontró a los primeros Gnósticos en los Judíos antimonios de Alejandría; ver especialmente Der vorchristliche jüdische Gnosticismus, Göttingen, 1898. Cp. Pearson, sin embargo, pensaba que es más probable que el Gnosticismo surgiera en Palestina, ver “Friedländer Revisited. Alexandrian Judaism and Gnostic Origins”, SPh, 2, 1973, pp. 23 ff. Señala correctamente que es imposible distinguir entre Judaísmo “Helenístico” y “Palestino”, dado que la Helenización era un factor fuerte en la misma Palestina. Esto también debilita la teoría de R. McL. Wilson, “The Gnostic Problem”, 2da. Ed., London, 1964m oo, 173 , que piensa que el Judaísmo de la Diáspora fue el medio mediante el cual la filosofía Griega y otros elementos entraron en el Gnosticismo. Dice, pues, que la fuente del Gnosticismo es una “especulación Judía de carácter más o menos ortodoxo” (“Gnostic Origins”, VigChr, 9, 1955, p. 211); cp. Problem, pp. 176 216. Pero Wilson parece haber llamado este fenómeno “pre-Gnosticismo” o “proto-Gnosticism”, dado que define el Gnosticismo como una asimilación del Cristianismo y pensamiento contemporáneo” (Problem, p. VII), y “la acomodación del Cristianismo y la cultura Helena”(ibid., p. 265); ver también Problem, pp. 7 f.  Esto es similar al punto de vista de Baur en “Christentum”. En otros lugares Wilson habla del Gnosticismo como elemento en el Helenismo, presumiblemente excluyendo el Cristianismo; ver Problem, pp. 103, 118, 151, 172. Ve el Gnosticismo y el Cristianismo como fenómenos paralelos; ver ibid., pp. 64ff., 261 ff. Llega a decir que “El Gnosticismo no es Cristiano, sino una fase del paganismo”(ibid., p. 265). Una interacción del punto de vista de Baur en Gnosis es realizado por P. Pokorny, “Der Ursprung der Gnosis”, Kairos, 9, 1967, pp. 94.(=GG, 749ff.), que piensa que el Gnosticismo se originó cuando el Judaísmo Alejandrino se encontró con una corriente espiritual y sincrética que hizo uso de la forma alegórica de interpretar los textos sagrados. Ver también J. Ménard, “Les origines de la glose”, RSR, 43, 1968, pp. 24ff., especialmente pp. 36 ff.        

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