viernes, 21 de junio de 2019

APOCALÍPTICOS ANARQUISTAS, PARTE IV

APOCALÍPTICOS ANARQUISTAS, PARTE IV

COMIENZA A VISLUMBRARSE LA REFORMA PROTESTANTE

Cerca del 1439 se produjo una obra mucho más influyente, la llamada Reforma de Segismundo. El origen de esta obra parece haber sido un programa en Latín preparado por un sacerdote llamado Frederick de Lantnaw para la sumisión al Concilio General de Basilea, que trataba de inaugurar una reforma de la corrupta Iglesia. Pero la Reforma de Segismundo Alemana es mucho más que una mera traducción de este programa. El autor –que puede haber sido Frederick de Lantnaw aunque probablemente fuese un amigo laico de él- trata con la reforma del Imperio y de la Iglesia. Estaba familiarizado con las condiciones de vida en los pueblos del sur de Alemania y se presenta como portavoz sobretodo de los pobres- no de los hábiles artesanos organizados en cofradías sino de los trabajadores sin organización alguna, los más pobres y menos privilegiados de la población urbana. La Reforma de Sgismundo exigía una supresión de las cofradías monopolistas y grandes compañías comerciales; abogaba un orden “igualitario” en el que los precios y salarias y los impuestos se fijarían para servir los intereses de los pobres. 

Pero el Libro termina con una curiosa profecía mesiánica que el autor pone en boca del Emperador Segismundo, recientemente fallecido después de ser él mismo durante alguno años sujeto a expectativas mesiánicas. Se le hace decir a Segismundo como la voz de Dios le dijo que preparase el camino para un rey-sacerdote que no sería otro sino Frederick de Lantnaw quien, igual que el Emperador Frederick, se revelaría como un monarca de poder y majestad sin igu

Mucho más largo y detallado y truculento que la Reforma de Segismundo es el Libro de los Cien Capítulos, escrito por un anónimo publicista que vivió en la Alta Alsacia o el Breisgau que es generalmente conocido como “el Revolucionario del Alto Rin”. Este fanático estaba familiarizado con la gran cantidad de literatura apocalíptica medieval y se principalmente en esta para elaborar un programa apocalíptico propio. Escrito en Alemán a comienzos del siglo XVI, su tratado es el última y más comprensiva expresión de la escatología popular de la Edad Media. 

En su prólogo el Revolucionario especifica la fuente de su inspiración. En un verdadero estilo medieval, fue una comunicación del Todopoderoso, que le fue transmitida por el Arcángel Miguel. Dios estaba tan enfadado por los pecados de la humanidad que quería visitarla con la mayor de las catástrofes. Sólo en el último momento suspendió la sentencia de catástrofe de manera que la gente pudiera arrepentirse. Para este fin Dios necesitaba una persona piadosa –naturalmente el mismo autor- para organizar una asociación de piadosos laicos. Solamente aquellos nacidos en el matrimonio Vendría vestido de blanco como la nieve, con cabellos blanco. Este salvador establecería un reino mesiánico para sus seguidores, en el cual toda necesidad, espiritual y material, sería ampliamente satisfecha. Sería el comienzo  del nuevo gobierno. …. Claramente en esta fantasía el Emperador de la Selva Negra y el Cristo se fusionan para formar un único mesías.

y que estaban casados y siempre habían sido monógamos eran elegibles para la membresía –la preocupación del autor con el adulterio era obsesiva. Los miembros llevarían una cruz amarilla como insignia. Disfrutarían del apoyo activo de San Miguel; y serían reunidos bajo el liderazgo del Emperador Frederick, “el Emperador de la Selva Negra- un prodigioso personaje que recuerda no sólo al Emperador de los Últimos Días sino al Mesías del Apocalipsis Judeo-Cristiano y particularmente el libro del Apocalipsis. Reinaría mil años….. se abrirían los cielos para su gente… No obstante, el camino hacia el Milenio pasa por la masacre y el terror. El propósito de Dios es un mundo libre de pecado. Si el pecado continua floreciendo el castigo divino caerá sobre el mundo. La tarea más urgente de los Hermanos de la Cruz Amarilla es eliminar el pecado, lo que implica eliminar a los pecadores. El Emperador aplastará Babilonia en el nombre de Dios y llevará al mundo bajo su único gobierno, de manera que sólo haya un único pastor.

Los Revolucionarios no dejan duda alguna acerca de quienes serían estos hermanos cruzados: serían la gente común, los pobres. En cuanto a los habitantes de Babilonia, los pecadores a ser destruidos –los devotos de la lujuria y Avaricia, los que danzan y aman las ropas finas y la fornicación, son los grandes personajes de la Iglesia y laicos y también los ricos. El clero entero había de ser aniquilado, desde el Papa hasta el más pequeño de los estudiantes. Los Revolucionarios estaban convencidos que Dios les había ordenado la gran masacre del clero y los usureros en orden a eliminar estos abusos para siempre, el holocausto era la purificación indispensable del mundo a las puertas del Milenio. Todo beneficio procedente de la propiedad de terreno o del comercio había de ser confiscado, había que expropiar a todos los ricos. Los Revolucionarios buscaban la transformación de la sociedad en un estado donde la propiedad privada sería abolida y todas las cosas serían tenidas en común. Era necesario que toda propiedad se convirtiera enana única propiedad. Habría pues un solo pastor y un único rebaño.

Muchos otros antes del siglo XVI había imaginado un fantástico orden social igualitario, y además pensaban que había de ser impuesto y mantenido por la fuerza. Pero un aspecto de los Revolucionarios del Alto Rin era bastante original –nadie antes que ellos había combinado tal devoción al principio de la propiedad comunal o pública con semejante megalómano nacionalismo. Este personaje estaba convencido que en pasado remoto los Alemanes vivían “juntos como hermanos en la tierra”, teniéndolo todo en común.        


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