domingo, 5 de junio de 2022

RIG VEDA, EL SACRIFICIO II

La liturgia es gesto y también acto mental, mente que actúa sobre sí misma. El sacrificio representa el ardor creativo que dio origen a todo, la energía interior que buscarán después los ascetas. El mundo tuvo su origen en ese "calor" (tapas), por ese fuego llegó a ser y por ese fuego terminará. 
El viaje de la mente es el viaje de un pensamiento a otro, que puede seguir un itinerario ascendente (el que conduce a los dioses) o descendente (el que lleva a los abismos). La creación en su conjunto es el viaje de todas las mentes, que en su recorrido pueden caer en bucles, precipitarse en grutas o encontrar trampolines para el salto a lo incondicionado. Respecto a al primera posibilidad, el entendimiento puede convertirse en surco rayado y repetitivo, en pensamiento único. Hoy lo llamamos obsesión: los grandes poderes, como el sexo, el dinero, la comida o la violencia, crean pozos para el pensamiento y no le permiten proseguir su viaje. Los tres venenos budistas (la codicia, el odio y la estupidez) o los siete pecados capitales son una cartografía de tales pozos. Cada tradición de pensamiento tiene los suyos. Cualquiera que hay caído en ellos conoce su peligros y se cuida de banalizarlos. En el ámbito de los veda, ese pozo es el vientre de Vrta, que se ha tragado todo el soma y no permite el vuelo de la mente. 
La conciencia no es algo que posea cada cual. El mero hecho de ser conscientes, de sabernos ser, viene de lejos. Nos alcanza al despertar y se aleja cuando caemos en el sueño profundo. La mente , que es infinitamente rápida, puede atrapar la conciencia y, entonces, regresar al origen en un abrir y cerrar de ojos. No porque la mente alcance la velocidad de la luz, sino porque el espacio y el tiempo tienen una naturaleza mental. La mente es una potencia superior a los dioses; es por su gracia por lo que los dioses se reflejan en el individuo. La mente lo inunda todo, pero, paradójicamente, concibe en soledad. Esa omnipresencia no significa omnipotencia. La mente puede verse atrapada en pozos de oscuridad. La conciencia flota, por así decirlo, en el aire, y la mente debe atraparla, atraerla para que se pose en ella como el ave en el árbol.
Para el pensamiento védico, hay conciencia antes de que haya algo de lo que tener conciencia. Una idea que cristaliza en el samkhya. El mundo natural es el contenido de una conciencia que originalmente carece de contenido y que se denomina persona (purusha). Ésa es la razón por la que algunas narraciones inciden en que los esclarecidos son anteriores al mundo. Dice el Taittiriya brahmana : "Lo no manifestado estaba solo y de esa soledad nació la mente diciendo: "Quiero ser". Desde entonces, la mente concibe en soledad. Por eso es hermana de la alucinación y vuela en los sueños. La mente nació con Prajapati, de ahí que el Primogénito dude de su propia existencia, de si es sueño o realidad. "Prajapati es, por así decir, la mente. La mente es Prajapati".  

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