LA CONQUISTA RITUAL
Las dos visiones de la historia aparentemente opuestas demuestran ser complementarias. La unión del motivo de la conquista y la realeza en el culto real. La ideología de la guerra santa hace posible la transición del culto de la liga al culto del Reino, y últimamente a la ideología apocalíptica.
La institución de la Guerra Santa, una función primaria de la federación tribal, existía en varias ligas pre-Yahvistas o no-Yahvistas en el sur de Palestina: Moab, Edom, Ammon, Midian, Qedar. Una terminología acerca de la Guerra Santa aparece en el periodo real en la inscripción de Mesha. En Num. 21:27-30, hay un fragmento de una vieja canción que refleja la ideología de la Guerra Santa en círculos no-Yahvistas.
La institución de la realeza y la inauguración del templo en Israel dieron ocasión para la mitologización radical de los festivales históricos, especialmente la conquista ritual y la procesión del Arca de la Alianza (de Yahvé Sebaot entronizado entre los querubines). A su vez, las instituciones culturales de la liga decayeron; las formas de alianzas y los festivales languidecieron o fueron suprimidos en interés de los festivales reales, en los cuales los decretos eternos de Dios, la elección de la casa de David en Sión, eran celebrados. De todas maneras, la conquista ritual permaneció, transformada, en el culto real.
El segundo Isaías combina nociones de Guerra Cósmica con el tema de la Segunda Conquista o Éxodo, y con el motivo procesional a Sión: Is. 40:3-6; Is. 35; Is. 51:9-11; Is. 52:7-12.
En Oseas 2:16-17 hay que reconocer la unión de dos temas: uno derivado de la Conquista Ritual, uno de la procesión del Arca a Sión y la manifestación de realeza de Dios.
La escatología profética y proto-apocalíptica tardía nace de esta unión de la realeza y temas de conquista en el culto. El día de Yahvé es el día de la victoria mediante la Guerra Santa; también es el día del festival de Yahvé, cuando la Conquista ritual era re-presentada en la procesión del Arca, la procesión del Rey de la Gloria hacia el Templo, cuando “Sube Dios entre aclamaciones, Yahvé al clamor de la trompeta… porque Yahvé es Dios sobre toda la tierra”.
En lo apocalíptico, la batalla de los hijos de la luz y la oscuridad –la segunda conquista- viene a ser un rasgo central de los Últimos Días. Al mismo tiempo es el tiempo de la manifestación del Reino de Dios, cuando los oscuros poderes del caos y el mal son subyugados y los nuevos cielos y la nueva tierra creados. Aquí los temas míticos e históricos, están combinados en una tensión radical.
LA CANCIÓN DEL MAR Y EL MITO CANANEO
EL CICLO MÍTICO DE BA´L Y ´ANAT
Los textos están escritos en Cananeo cuneiforme de a mediados del siglo catorce A.C. y vienen de Ras es-Samra, antigua Ugarit. La copias hasta ahora conocidas no dan respuesta a las cuestiones más importantes de la fecha de composición, ni tampoco ofrece su proveniencia Ugarítica una determinación del medioambiente en el que fueron cantados. No hay duda que este ciclo poético fue compuesto oralmente. Está marcado por formulas orales, por características repeticiones, y por pares de sinónimos fijos (un tipo de fórmula) en las rimas tradicionales (parallelismus membrorum) que marcan la la literatura oral Semítica así como la mayor parte de la literatura oral mundial. Es más, su repertorio de fórmula tradicional coincide ampliamente con el de la poesía Hebrea temprana, una circunstancia imposible de explicar al menos que una tradición común de literatura oral abrazara tanto a Israel en el sur como Ugarit en el norte. Visto esto, parece altamente posible que el ciclo mítico surge desde el centro principal de la cultura Cananea con fecha en su forma más temprana en la Edad de Bronce (1800-1500 A.C.).
Los temas míticos en los textos de Ba´l comparten mucho en común con las tradiciones Fenicias conservadas por Sakkuniaton, y para esta cuestión, en la Biblia. Con una distancia más grande, también se puede percibir la influencia del tema Cananeo de la batalla con el dragón marino en la épica de la creación de Mesopotamia, el Enuma Elish, y en al mito Griego de Tifeo-Tifón. Ante todos estos eventos, hay que insistir que en el ciclo de Ba´l se trata con una versión de una literatura mítica común a los Cananeos y a aquellos que compartían su cultura desde las fronteras de Egipto hasta el Amanus en la Edad de Bronce mediana y tardía.
En el contenido de este complejo de mitos, encontramos un conflicto entre el Príncipe del Mar y el poderoso Ba´l Haddu. La escena retrata a Yamm, el Mar, enviando su divino par de mensajeros a la asamblea de los dioses que se celebraba en el Tabernáculo de ´El localizado en la fuente del doble abismo, en la Montaña Cósmica, o sea, a la entrada del cielo y del abismo. El Príncipe Yamm (alias Jues Río), pide que le sea entregado Ba´l como cautivo y que su señorío (el de Yamm) sea reconocido. La Asamble de los dioses presidida por ´El decreta que Ba´l pase a estar bajo el dominio del Príncipe del Mar. Después de un receso en el texto aparece Kotar, el artesano de los dioses, predice la victoria de Baal sobre sus captores. Kotar hace dos barras para Ba´l y les da nombres mágicos. Con unas Barras, Ba´l vence a Yamm. El siguiente episodio se desarrolla en la Asamblea de los Dioses donde se decreta ´El, padre de los dioses, decreta que sea construido un templo para Ba´l, rey de los dioses. El artesano Kotar construye el palacio de Ba´l. La finalización del palacio en el Monte Sapon es la ocasión para una gran fiesta de los dioses, celebrando la instalación de Ba´l y la inauguración de su Templo para el culto.
Tiene lugar un segundo conflicto, una lucha entre Ba´l y el rey del mundo subterráneo, Môt (la Muerte). Si Yamm representa los poderes del caos que amenazan el buen gobierno, hasta que es vencido por Ba´l, Môt, el hijo fallecido de ´El, representa los poderes ctónicos oscuros que traen la esterilidad, la enfermedad, y la muerte. El drama es, aún, una cosmogonía, la victoria del dios de la vida.
Ba´l y su entorno, Nubes, Vientos, y Lluvia, juntos con las diosas “La Húmeda, hija de la Nube Brillante, la del Rocío, hija de las lluvias” descendieron en el mundo subterráneo donde habita el terrible Môt. Se convierte en esclavo de Môt. Al final la noticia le llega a ´El. ´Anat, la consorte de Ba´l aparece para socorrer a su señor, presentando batalla a Môt:
Agarró al hijo de ´El, Môt.
Con una espada lo hizo trozos;
With a sieve she winnowed him;
Con un fuego lo quemó;
Con millstones lo enterró;
En le campo los esparció.
El guerrero divino Ba´l, después de luchar con el dios de la muerte, retorna para tomar las riendas del gobierno, sentándose como rey de los dioses.
En adición a estos temas principales hay en los textos referencias a la batalla de Ba´l y ´Anat con un Dragón llamado Lôtan, el Leviatán Bíblico.
La forma cosmogónica del pasaje está clara (“cuando……entonces”, la estructura estandar), como lo son los paralelos en la literatura Bíblica. La Bestia del Apocalipsis 12, el dragón del mito Cananeo, y Tiamat del Enuma Elish tienen todos siete cabezas. Tifón tiene muchas cabezas.
Variantes al tema de Lôtan se encuentran en los textos Ugaríticos en contradicción aparente. ´Anat abatió a Yamm y/o la serpiente en otros dos textos.
En los paralelos bíblicos a estos textos está claro que hay una completa identificación entre Yamm y el dragón (Is. 27:1, y especialmente Is. 51:9-10).
Es más fácil suponer que el cuento de Yamm-Nahar elaborado en el ciclo tiene una variante en el mito de Lôtan, el dragón marino. Uno puede comparar la confusión en la mitología Griega entre Tifeo, Tifón, y el viejo dragón de Delfos. En la tradición el motivo del dragón aparece como un torso solamente, pero podemos imaginar que en Canaan como en Mesopotamia e Israel, el Mar era presentado como un dragón con siete cabezas, un dragón a ser abatido en orden a establecer el dominio del rey guerrero de los dioses. Tales variaciones en los ciclos orales del mito y la épica no son sorprendentes; más bien son característicos del género.
La interpretación del mito de Ba´l no es tarea fácil, como es aparente en la diversa literatura dedicada al sujeto. Un estudioso afirmará que los antiguos mitos Cananeos no hablan de creación, a pesar de la atribución de esos mitos en el ambiente bíblico a los tiempos del comienzo o del fin (la nueva creación). Otros caracterizarán el ciclo entero como la elaboración de un mito cosmogónico, definiéndolo como una “historia de la creación”. Uno de los problemas es la confusión de los dos tipos de mitos, debido a la tendencia de tratar de comprender los mitos Cananeos y del Medio Oriente utilizando la historia de la creación en la Biblia como medida. Muy a menudo, éste es un prejuicio inconsciente. Los relatos bíblicos de la Creación, no obstante, son atípicos. Los eventos primordiales han sido radicalmente historizados en el medioambiente Israelita de manera que el comienzo es meramente un primer evento en una secuencia histórica.
Hay que distinguir dos formas ideales del mito de la creación, una la teogonía, la otra la cosmogonía cultual. El mito teogónico usa normalmente el lenguaje del tiempo; sus eventos son antiguos. La cosmogonía cultual puede o no usar lenguaje temporal. Ahora, el mito siempre describe eventos primordiales, o sea, eventos que constituyen el cosmos y son propiamente atemporales o cíclicos o escatológicos en carácter. Parece que los mitos de combate con Yamm, Môt, y Lôtan son mitos cosmogónicos, primitivos en el sentido que no hay referencia al comienzo, o sea, no hay un lenguaje temporal explícito. El ciclo de Ba´l relata el surgimiento de la realeza entre los dioses. El relato del establecimiento del templo de una dinastía y su culto es un tema típico de la cosmogonía y su ritual lo encontramos también en el Enuma Elish y en la Biblia.
LA CANCIÓN DEL MAR
Vamos a centrarnos en la canción arcaica del Éxodo 15: 1-18.
Mucho debate hay sobre la fecha de esta canción. El poema ha de ser fechado por (1) la tipología de su lenguaje, (2) la tipología del desarrollo de su prosodia, (3) el análisis ortográfico, (4) la tipología del desarrollo de la religión Israelita, (5) la historia de la tradición, y (6) las alusiones históricas. Muchos estudiosos han basado sus datos en los últimos tres métodos. Los dos primeros son técnicas más objetivas; la tercera en un método precario dado que depende de los fallos de los escribas a la hora de revisar la ortografía en sistemas ortográficos posteriores debido a la mala comprensión o corrupción del texto.
El lenguaje del Éxodo 15 es más consistentemente arcaico que cualquier otra obra en prosa o poética de cierta extensión en la Biblia. El poema se conforma bien a los patrones y canon prosódico de la Edad de Bronce Tardía. El uso de una estructura métrica mezclada, el uso extremo de paralelismos climáticos (repetitivos), ritmo interno y asonancia, lo sitúan junto a la canción de Débora. Los poemas comparables más tardíos son Salmo 29 y el Lamento de David. El primero es un himno Cananeo copiado por Israel probablemente en el siglo décimo pero más antiguo en su forma original. El lamento de David es sin duda un trabajo del siglo décimo. Mientras usa una métrica elegíaca arcaica, los patrones del paralelismo climático han desaparecido. En este respecto comparte la forma prosódica con poemas del siglo once, Génesis 49 y Deuteronomio 33, e himnos del siglo diez 2Samuel 22=Salmo 18.
Con estos datos ortográficos aquí expuestos se puede sugerir una fecha del siglo diez o anterior para su puesta por escrito. Pero hay que tratar con la cuestión del lugar de la Canción del Mar en el culto temprano en Israel. El himno desde mi punto de vista, no se sólo una de las más antiguas composiciones conservada por las fuentes bíblicas. Es la fuente primaria del evento central en la historia de Israel, el Éxodo-Conquista. En su actual contexto, y originalmente, creo, estaba asociado con el culto del antiguo festival del Año Nuevo. Aparentemente, la canción estuvo conservada en las dos tendencias de la tradición épica de Israel, o sea, en la versión Yahvista de la Épica (Éxodo 15:1-18) y en la Eloística (Éxodo 15:21), donde sólo el incipit del himno, o sea, su nombre, es citado. El punto de vista de que el incipit, o la primera línea de la Canción del Mar, es ella misma el himno arcaico, el cuerpo de la canción de victoria habiendo sido añadido posterior o secundariamente, sobrevive mucho después de la estructura teórica que permitió semejante análisis había desaparecido. La noción de que le antiguo Israel en sus etapas tempranas era incapaz de componer o escuchar largas composiciones, y que temprano y corto eran, en efecto, sinónimos, parte especialmente de la visión romántica-idealista del siglo pasado, expresada de la manera más penosa por H. Gunkel.
El poema debe haber estado disponible para el Yahvista no más tarde de comienzos del siglo décimo a.C., y si lo proponemos como común a ambas fuentes Épicas, nos desplazamos hacia atrás en la era de la liga y sus principales santuarios.
En fin, toda la evidencia señala hacia una fecha pre-monárquica para la Canción del Mar, a finales del siglo doce o comienzos del once A.C.
La parte I del himno describe el combate del Guerrero Divino con sus enemigos: Yahvé derrota a los Egipcios en el Mar Rojo. Su arma era la tormenta en el mar, una tormenta desatada por un soplo de viento de su nariz (Ex. 15:8).
No hay sugestión en el poema de una separación del mar o de un viento del este empujando las aguas hacia atrás para que pasasen los Israelitas sobre tierra seca o de las aguas retornando para tragarse a los Egipcios atascados en e barro. Más bien es un mar tormentoso dirigido contra los Egipcios mediante el aliento de la Deidad. Además, el mar no es personificado u hostil, sino un instrumento pasivo bajo control de Yahvé. No hay ningún combate mitológico entre dos dioses. Yahvé derrota a los enemigos humanos históricos. Más extraordinario aún es la falta de mención de Israel cruzando el mar o de un camino a través de las profundidades del mar para que cruzasen los redimidos. La ausencia de estos motivos tradicionales es sorprendente y requiere una explicación. Hasta donde se puede decir, los egipcios son lanzados al mar tormentoso; se hunden en el mar como una roca y se ahogan.
En las fuentes de la prosa posterior en la Biblia, está perfectamente claro que una imagen del episodio en el Mar Rojo vino a ser fundamental. Está bien expresado por el Cronista:
8 ¿Te has airado, Jehová, contra los ríos?
¿Contra los ríos te has airado?
¿Arde tu ira contra el mar
cuando montas en tus caballos,
en tus carros de victoria?[h]
16 ¡Que caiga sobre ellos temblor y espanto!
Ante la grandeza de tu brazo
enmudezcan como una piedra,
hasta que haya pasado tu pueblo, oh Jehová,
hasta que haya pasado este pueblo que tú rescataste.
Éxodo 15:16
Qué significan estos dos versículos? La primera estrofa de esta sección describe a Yahvé liderando Israel a través del desierto. Israel es conducido al “campamento santo” de Yahvé. Esta expresión, sin duda, puede aplicarse a un santuario en el Sinaí o Kadesh. Mucho más posible, en vista de la función cultual del himno, es la batalla en el campamento de Shittim, o sea, el lugar tradicional desde el cual Israel lanzó la conquista atravesando el Jordán y donde la procesión del Arca comenzó en la tradición temprana de Josué. La estrofa con la que concluye los versículos de arriba describe el temor que se hizo dueño del enemigo a medida que Israel se preparaba para la Guerra Santa. En efecto, Yahvé ya había derrotado al enemigo de acuerdo con la ideología de la Guerra Santa. En este contexto hay que comprender las palabras de la pareja de versículos como refiriéndose al cruce del río, el pasar sobre hacia la tierra a través del Jordán: desde Shittim hasta Gilgal (Miqueas 6:5).
Yahvé guía a su pueblo hacia la tierra de la cual toma posesión y hacia su santuario. Yahvé construye su propio santuario. Esto contrasta con las preparativos de Ba´l para construir su templo en el cual ha de ser entronado. Ba´l tiene que obtener el consentimiento del Concilio Divino presidido por ´El, y el palacio es construido por el artesano de los dioses. Así, Ba´l, también, podía decir que había construido un templo de plata y oro. Se puede reconocer aquí el viejo patrón mítico que los siguientes temas de la Canción del Mar conserva:
(1) el combate del Guerrero Divino y su victoria en el Mar. (2) la construcción de un santuario en el monte de la posesión conseguido mediante la batalla, y (3) la manifestación del dios de la eterna realeza.
Es apropiado preguntar a qué santuario se refiere en el versículo 17. La Montaña de la Herencia es un término que se refiere a una tierra especial del dios; uno puede pensar en la parte montañosa de Canaan como posesión especial de Yahvé. El santuario a que se refiere la composición original es a la vez el santuario terrenal y la montaña cósmica de la que el santuario terrenal es el duplicado y manifestación local –construido por los adoradores del dios. En este caso, puede ser apropiado decir que el poeta tenía en mente el santuario de Gilgal. Se podría decir que Gilgal no estaba sobre una montaña y que su tienda-santuario y doce estelas son inatractivas. Tales temas no eran un problema para los antiguos Cananeos o Israelitas. El precinto de un templo en Sidón era llamado los altos cielos, samem romim! La plataforma o monte de un templo constituían la contraparte de la montaña cósmica. Hay que recordar también que el Monte Sión era una colina superada por los más elevados Montes de los Olivos; ahora era una montaña que al final de los tiempos… debía ser establecida como la cima de las montañas/y exaltada por encima de cualquier otra montaña. En el Apocalipsis, Sion deviene un nombre del cielo. En suma, el lenguaje del versículo 17 se puede aplicar a cualquier santuario Yahvista. En los tiempos posteriores es versículo se asumía era aplicado al monte del templo en Jerusalem.
Estudios de los patrones míticos en el Canaan de la Edad de Bronce y la historia de las tradiciones del episodio en el Mar Rojo en la literatura Israelita revelan una dialéctica en la evolución de la religión Israelita y sus instituciones religiosas. La religión de Israel en sus comienzos estuvo en una clara línea de continuidadcon los patrones mito-poéticos de los Semitas Occidentales, especialmente los mitos Cananeos. Su religión surgió de la antigua matriz, y sus instituciones fueron transformadas por el impacto de los eventos históricos y su interpretación por elementos de lo que se puede llamar Proto-Israel los cuales tienen lugar en los días de Moisés y la época de la Conquista. En cualquier caso, los ritos y el ethos religioso de los días de la liga fueron fundamentalmente configurados por la celebración de eventos históricos, conservados en la memoria de Israel, concebidos como actos de Yahvé creando una nueva comunidad. La representación de eventos primordiales del mito cosmogónico dieron lugar a festivales representando eventos épicos del pasado Israelita, renovando así la vida de esta comunidad histórica. Este era el carácter del festival de la renovación de la alianza de la liga. Este fue el contexto de la composición de la Canción del Mar. La primitiva evolución religiosa de Israel no era ni simple ni unilineal. No sería correcto describir el proceso como una progresiva historización del mito. Incluso en la dialéctica de Hegel, el movimiento desde lo natural hacia lo histórico era complejo, y el historiador moderno presumiblemente no permite que ningún principio metafísico motive el movimiento desde la conciencia natural hacia la histórica. El patrón mítico Cananeo no es el centro de la Épica Israelita del Éxodo y Conquista. Por otro lado, es igualmente insatisfactorio proponer una ruptura radical entre el pasado mitológico y cultual Israelita y el culto histórico de la Liga. El poder del patrón mítico era enorme. La Canción del Mar revela este poder a medida que los temas mitológicos dan forma a su modo de presentar memorias épicas. Es propio hablar de esta contra-fuerza como tendencia a mitologizar episodios históricos para revelar su significado trascendente. La historia del tema Éxodo-Conquista ilustra muy bien esta dialéctica.
Con la institución de la realeza en Israel y el culto del templo, ambas instituciones de origen Cananeo, los antiguos mitos resurgen. En himnos como los Salmos 29,93, y 89b (versículos 6-19), los mitos de la creación aparecen, sin ser deformados por la historización, por ejemplo, en referencia al tema Épico de la victoria en el Mar Rojo. Al final de la monarquía y fin de la profecía clásica (pre-Exílica), las teologías antiguas de la historia que interpretaban temas Épicos, el Yahvista, el Deuteronómico, y el Sacerdotal, dieron lugar a una nueva síntesis de ideología real mítica, y nuevas formas literarias (ahora libres de sus antiguas funciones cultuales) y la tradición profética que se remontaban hacia atrás a la Liga. La Canción del Brazo de Yahvé en Isaías 51 es un ejemplo superior de esta nueva síntesis, en la cual el antiguo Éxodo es descrito en términos de mito de la Creación y a su vez deviene un arquetipo de un nuevo Éxodo. La antigua Canción de las Guerras de Yahvé fueron transformados en descripciones de la batalla escatológica (Isaías 34, 63). Los antiguos festivales reales vinieron a ser un futuro Banquete Mesiánico (Isaías 55:1-3). En la fiesta de la montaña, la Muerte (Môt) era destruida para siempre (Isaías 25:6-8). En el Segundo Isaías, Tercero Isaías, Segundo Zacarías, Isaías 24-27, y las visiones escatológicas de Ezequiel, se detectan tendencias que darán lugar a lo Apocalíptico en el cual los elementos históricos y mitológicos son combinados en una nueva tensión y hacia una nueva vida.
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