DUALISMOS: DOS EN UNO
Igual que en otros antiguos sistemas religiosos la religión
Egipcia atribuía una variedad de significados simbólicos y mitológicos a los
pares y alternancias de luz y tinieblas que también era un rasgo importante de
las cosmogonías arcaicas Egipcias. En la doctrina de la creación en Hermópolis,
el centro del culto a Thoth, el dios lunar de la escritura y conocimiento, dos
de los ocho dioses primarios, Kuk y Kauket, están asociados con las tinieblas y
eran descritos nadando con las
otras seis primordiales deidades “en la oscuridad del padre Nun”, el abismo
acuoso. Mientras que los ocho dioses son retratados como aquellos que crearon
la luz, a las deidades “oscuras” Kuk y Kauket, les son dados papeles muy
benefactores, trayendo a la vida respectivamente la luz y la salida del sol,
creando la noche y trayendo a la existencia el día. Dado que la luz es vista
viniendo a la existencia después y saliendo de la oscuridad, esta última “puede
ser vista como prerrequisito necesario para su existencia”.
La doctrina cosmogónica de Heliópolis, la “ciudad del sol” y
centro antiguo del culto al dios Ra, puede también describir al “brillante”
dios creador, Atum (el que existe por sí mismo), emergiendo no sólo del océano
primordial de Nun sino también de las tinieblas. Para poner orden en su
creación, las hazañas de Autum como demiurgo aparentemente incluyen subyugar a
la serpiente-dragón del caos, Apopis, una de las serpientes que surgieron de
las tinieblas primordiales. Esta oposición y lucha en el comienzo quedó
reflejada en la lucha diaria entre el dios sol Ra y el monstruo Apopis, que
amenaza el barco solar de Ra, en la explicación mítica del proceso diario de
“muerte” y “re-nacimiento” del sol una de las preocupaciones centrales de la
religiosidad Egipcia. Así, en los textos de los sarcófagos, el camino que los
fallecidos han de seguir a través de las tinieblas del más allá es parecido a
los senderos que las fuerzas creadoras de la luz de Atum han perforado a través
de la tiniebla primordial. Los muertos pueden también ser descritos aspirando a
reunirse con las huestes de Ra y tomar parte en su batalla para “dispersar las
tinieblas”. Los temas de la luz dadora-de-vida y de la luz derrotando a las
tinieblas eran muy fuertes en la religión del faraón reformador Akhenatón, con
su fijación exclusiva en el culto solar y el disco del sol, Atón. En la
consiguiente reacción contra las renovaciones religiosas de Akhenatón, la
victoria sobre su reforma y la supresión de su religión fue transmitida dentro
del marco de la victoria de la luz sobre las tinieblas.
En otras tradiciones religiosas Egipcias la dicotomía
luz/tinieblas es usada para representar los pares opuestos salud/sufrimiento o
vitalidad/impotencia (o para denunciar los enemigos extranjeros de Egipto como
“hijos de las tinieblas”), aunque aún en términos cosmogónicos las tinieblas
eran vistas como la forma original de la luz. La idea de la transformación de
la luz en oscuridad igualmente como otra noción cosmogónica Egipcia, que
concebía la oscuridad primordial rodeando el universo creado, sobrevivió en
algunos tratados de la literatura Hermética compuestos en el Egipto Romano
sintetizando tradiciones Egipcias y Griegas. Otra dualidad cosmogónica que el
pensamiento Hermético parece haber heredado de las fuentes Egipcias es el par
complementario del dios-creador, manifestándose como inteligencia
cósmica(nous), y el demiurgo, la “palabra divina” mediadora (logos), también
llamada “hijo de dios” o “segundo dios” y algunas veces identificada como
cosmos sensible.
Este tratamiento Egipcio del par luz/tinieblas generalmente
justifica el punto de vista que la teología temprana Egipcia estaba
“completamente libre de esas lógicas que eliminaban uno de los dos conceptos
contradictorios y convertían las ideas religiosas en dogmas”, ofreciendo más
evidencia de la “tendencia Egipcia profundamente arraigada en comprender el
mundo en términos dualistas como una serie de pares de contrastes balanceados
en un equilibrio invariable”. En la religiosidad Egipcia luz y oscuridad son
vistas como partes de la misma totalidad cósmica y una tendencia pronunciada en
retener o alcanzar el equilibrio, la simetría o equilibrio entre los dos
elementos de otras polaridades o dualidades han sido repetidamente discernidos
de otras esferas de la vida religiosa Egipcia. Semejante visión del mundo, de
que la totalidad ha de comprender la unión de los opuestos y estar estructurada
por su interacción no está, por supuesto, limitada al antiguo Egipto, se puede
encontrar en la mayoría de los sistemas y manifestaciones consistentes en la
teología, mitología e ideología estatal Egipcia, con sus sistemas de
correlaciones y correspondencias entre los ámbitos cosmológicos y políticos que
se entendían hasta la organización de la burocracia estatal Egipcia.
Esta fuerte tendencia a aplicar una dualidad de principios
activos en oposición y equilibrio en el plano cosmológico y mitológico a la
esfera política puede también ser observada
en uno de los ciclos principales de los mitos Egipcios que relatan la violentan
oposición, lucha y reconciliación entre Osiris y Horus por un lado y Seth en el
otro. Diferentes aspectos de los mitos son conocidos partiendo de diferentes y
variados relatos, fragmentos y algunas veces alusiones enigmáticas en los
textos religiosos y mágicos Egipcios e inscripciones en los muros de los
templos, que van desde los antiguos Textos de las Pirámides, Textos de los
Sarcófagos, Piedra Shabak y el Papiro Chester Beatry Nº 1 (que contiene la
leyenda conocida como “El Contencioso de Horus y Seth”) hasta las inscripciones
en los muros del gran templo de Horus en Edfu, que narran junto con el ritual
rutinario sacerdotal la dramática “Leyenda del Disco Alado y El Triunfo de
Horus”. Posteriores variantes narrativas del celebrado antagonismo de Osiris o
Horus con Seth se pueden encontrar en la literatura clásica como la del “De
Iside et Osiride” de Plutarco.
El ciclo de leyendas que narran los conflictos entre Osiris
(o Horus) y Seth tienen más bien un carácter compuesto y el mito de la oposición
Osiris-Seth parece haber sido puesto sobre las historias de luchas entre Seth y
Horus. En tanto que antigua deidad predinástica
representada por su enigmático y aparentemente híbrido “Seth-animal”, Seth
tenía fuertes y tempranas asociaciones con el Alto Egipto. A parte de elaborar
una cosmogonía centrada en Ptah, el dios principal de la antigua capital de
Egipto, Menfis, la llamada Teología Menfita, inscrita en la Piedra Shabaka,
relata que el dios de la tierra, Geb, actuó como juez entre Horus y Seth. Para
solucionar la disputa, dividió Egipto en dos partes, el Bajo Egipto
perteneciente a Horus y el Alto Egipto a Seth. Esta división de los dos
“Países” se realizó con la intención de traer la paz pero el segundo decreto de
Geb ensalza a Horus como único gobernante sobre todo Egipto, dado que Horus era
el hijo de su primogénito Osiris. Horus surge, pues, como unificador de los Dos
Países, el único rey del Alto y Bajo Egipto, y es retratado llevando la doble
corona, blanca y roja, de Egipto. Seth no es coronado.
Esta legendaria división de Egipto entre Horus y Seth ha
sido interpretada tanto en términos cosmológicos como político-históricos. Una
línea influyente de investigación dentro de la lectura histórico-política de la separación Horus-Seth trata de explicarla
como reflejo de un conflicto real histórico que tuvo lugar hacia finales del
periodo pre-dinástico(5300-3100 a.C.). Este planteamiento del conflicto entre
un Alto Egipto que adoraba a Seth y un Bajo Egipto que adoraba a Horus que
habría ocurrido antes de la unificación de Egipto bajo Menes o Narmer(c.
3100-3050 a.c.)habría estado precedido por una “unión pre-dinástica” de Egipto
bajo un rey Osiriano histórico. Los “seguidores de Horus” del Bajo Egipto son
vistos algunas veces como provenientes de la zona del Delta; algunas veces se
ha conjeturado que Osiris era un
rey humano que fue asesinado por los seguidores de Seth del Alto Egipto,
quienes fueron vencidos por los provenientes del norte.
La teoría de semejante unión pre-dinástica bajo la soberanía
del dios-falcón Horus impuesta a los seguidores-de-Seth en el Alto Egipto por
los seguidores de Horus necesitaría resolver algunos problemas, de lo contrario
la posibilidad de su reconstrucción fallaría. Como Seth, Horus fue un dios
pre-dinástico(en su forma temprana parece ser era visto como un dios del cielo
que se manifestaba en forma de falcón) y como Seth tenía centros de culto en el
Alto Egipto que pueden o no ser anteriores a sus lugares de culto en el norte.
Según esto, el conflicto entre los seguidores de Horus y los de Seth ha sido
también situado en tiempos pre-dinásticos en el Alto Egipto (que contenía los
bastiones del culto a Horus y Seth) y anteriores a la conquista del Bajo Egipto
por los “Seguidores de Horus” antes de esta unificación los reyes del Alto
Egipto eran percibidos realizando un papel doble, el de Horus y el de Seth.
Esta inversión de la dirección de la conquista a cargo de los seguidores de
Horus es reforzada por la evidencia de la afiliación tanto de Horus como Seth
con el rey pre-dinástico del Alto Egipto, Escorpión quien parece haber iniciado
la invasión del Bajo Egipto. La balanza de la evidencia parece sugerir que
Horus y Seth fueron las deidades patronas de una alianza dual en el Alto Egipto
la cual al final de la era pre-dinástica inició la conquista del Bajo Egipto
adquiriendo supremacía sobre la mayoría del territorio de Egipto por muy
inestable que pudiera haber sido esta hegemonía. Así, Menes, el unificador del
Alto y Bajo Egipto, puede ser visto sea como un rey rebelde del Alto Egipto que
rompió una unión anterior establecida por los conquistadores del Delta para
inaugurar una ascendencia del Alto Egipto o como un monarca centralizador, que
suprimió un intento de secesión del Bajo Egipto.
A medida que el culto a Seth adquirió particular prominencia
al final de la Segunda Dinastía y uno de sus faraones, Peribsen, adoptó
aparentemente a Seth como su dios personal, siguiendo otra línea de
reconstrucción de la posible realidad histórica tras el conflicto Horus-Seth se
la puede ver como reflexión mítica de una supuesta turbulencia
religioso-política que tuvo lugar en este periodo durante el cual los
seguidores de Horus y Seth estuvieron involucrados en conflictos y rivalidades.
Sin embargo, las teorías que postulan que las leyendas del antagonismo
Horus-Seth reflejan colisiones y reconciliaciones entre los seguidores de Horus
y Seth que datan de tiempos pre-dinásticos, parecen acomodar la evidencia
literaria y arqueológica de manera bastante más persuasiva. Es más, la existencia
de una secuencia de conflictos y reuniones entre los seguidores de Horus y
Seth, que comenzaron en la era pre-dinástica, parecen ofrecer una explicación
plausible de los datos legendarios, históricos y arqueológicos que a su vez
cuentan para la tradición de la separación de Egipto en dos porciones
respectivas bajo Horus y Seth, para la aparente unificación de Egipto bajo el
tutelaje de los dos dioses
(siguiendo una victoria del Bajo Egipto bajo el liderazgo supremo de Horus) y
la amalgamación de Horus y Seth en la figura del rey dual y, finalmente, para
la segunda unificación de Egipto (al comienzo de otra guerra) bajo la
supremacía de los seguidores de Horus en el Alto Egipto, reflejada en el mito
de la asignación de la porción de Seth a Horus.
Por otro lado, la lectura cosmológica de la separación de
Egipto y del antagonismo entre Horus y Seth se acerca al mito como si este
perteneciera primariamente a la “esfera de la cosmología” de donde habría sido
extrapolado a las realidades política y geográfica, como parte del concepto
Egipcio de la vida, en el cual la realidad no es simple sino que está
construida sobre dos principios. Esto caracterizó la predilección Egipcia por y
el uso sistemático de la clasificación simbólica dual es visto como subyacente
a la formación del concepto y realidad de la monarquía dual Egipcia, la realeza
del Alto Egipto y la realeza del Bajo Egipto, estableciendo una perfecta
armonía entre las nociones cosmológicas heredadas y la nueva política, según la
cual la totalidad es vista como compuesto y equilibrio de los opuestos, debido
a lo cual “un estado dualísticamente concebido debe haberle parecido a los
Egipcios la manifestación del orden de la creación en la sociedad humana”. Así,
los conflictos entre Horus y Seth, durante los cuales Seth es el perennialmente
derrotado por Horus aunque nunca completamente destruido, son vistos como
representación o resumen de las condiciones de conflicto y lucha en el
universo, y la reconciliación al final de conflicto restablece el “equilibrio estático” entre las fuerzas en
oposición en el cosmos. Este funcionamiento de la dualidad Horus-Seth en los
planos cosmológicos y políticos muestra que en sus versiones temprana y
original la oposición entre “los dos hermanos” o “los dos rivales” no era vista
existiendo dentro del marco de un simple dualismo ético del bien y el mal,
aunque esto pueda haber sido ampliamente el caso en las percepciones más
populares del papel de Seth en el drama Osiriano de muerte y resurrección.
Se ha argumentado también que las mayoría de los elementos
de las historias Osiris-Seth, Osiris-Horus y Horus Seth derivan de ritos
dinásticos tempranos relacionados con
la muerte del rey y la nominación de su sucesor estando así relacionados con la
ideología y ceremonias de la realeza Egipcia. Los conflictos Osiris-Seth y
Horus-Seth también han sido interpretados como mito-representación de la
vegetación y la naturaleza:
Osiris (o Horus) representando las aguas fertilizantes del Nilo o el fértil
valle del Nilo y Seth el árido desierto, aunque es bastante dudoso que estas
características, que fueron
posteriormente adjudicadas a estos dioses, formasen parte de sus asociaciones
originales. El conflicto de Horus y Set también ha sido representado como
enfrentamiento, respectivamente, entre el dios de la luz y el de la tormenta,
o, dentro del marco del simbolismo astral, representando la alternancia y lucha
entre luz y tinieblas implícita
en el creciente y menguante de la luna (el ojo izquierdo de Horus está asociado
con la luna y el derecho con el sol), o el fenómeno del eclipse solar o lunar,
o en relación con las asociaciones de Seth con la constelación del norte de la
Osa Mayor via-à-vis la constelación del sur Orión, de Seth, y la estrella
Sirio, de Isis. Las estrellas alrededor del polo eran muy importantes en la
astronomía egipcia y en las creencias en la vida más allá de la muerte dada su
posición en el cielo cercana al Polo Norte eran visibles durante todo el año y
parecían indestructibles. La Osa Mayor descrita en los Textos de las Pirámides
como imperecedera, había comenzado su progresión alrededor del Polo c. 3500
a.C. en la latitud de Heliopolis dirigiéndose hacia el polo (aumentando su
altitud) durante casi 2000 años, alcanzando su cenit en el 1650 a.C. y
comenzando su declive desde ahí hasta el 1050 d.C. cuando solamente la
estrella, Dubhe, permaneció circumpolar.
Así, para algunas tradiciones Egipcias, en uno de sus probables papeles
tardíos, Seth se unió a las siete estrellas de la Osa Mayor para atacar a Horus
el Anciano, asociado con la luz y el culto solar, aunque en tiempos tempranos
Seth también tuvo algunas características como deidad del cielo y pudo haber
sido descrito como dador de luz. Una fusión de simbolismo político y astral
parece darse aquí subyacente a las referencias astronómicas del mítico
conflicto, aunque los seguidores de esta interpretación mítica asumen que los
significados astronómicos son secundarios y han sido impuestos sobre la leyenda
histórica original de la lucha entre Horus y Seth.
Es debido a que el legado histórico de la supuesta unión
dual Egipcia bajo el patronazgo de Horus y Seth, o quizá al fundamento
cosmológico de la realeza dual Egipcia, que la noción del dualismo Horus-Seth
en relación con la figura del rey retuvo un duradero impacto en la ideología
real del estado Egipcio. Los Textos de las Pirámides aluden a la fusión de dos
deidades en la figura del rey, y Horus y Seth podrían ser vistos cooperando por
el bien del rey o en la administración de la ceremonia de purificación(el llamado
bautismo del Faraón). Como en el concepto de la realeza dual Egipcia, el rey
encarnaba a “Los Dos Señores”, Horus y Seth, “como par de opuestos en
equilibrio”, indicando que él equilibraba y reconciliaba los poderes en
conflicto. Es significativo, además, que las reinas de la Primera Dinastía
llevaban el título “Aquella que ve a Horus y Seth” y los faraones de las
dinastías tardías como Tutmosis I(c. 1493-1481 a.C.)de la Dinastía decimoctava
aún podían declararse gobernantes de las “porciones” de Horus y Seth. El faraón
podía ser representado sentado en el trono de Horus y el asiento de Seth,
derivando su realeza de Horus y su fuerza material de Seth, los cuales son
algunas veces diferenciados en sus funciones, como en el caso de otro faraón de
la decimoctava dinastía, la célebre Hatshepsur, con su proclamación que
gobernaba al país como hijo de Isis (Horus) y era fuerte como el hijo de Nut
(Seth). No hay que sorprenderse de que en la teología Egipcia surgiera el dios
dual Horus-Seth descrito con doble cabeza, la de falcón y la de Seth-animal, o
combinando los rasgos de ambos. A nivel de la ideología real este nuevo dios
dual puede haber sido “una proyección de la divinidad dual concebida en el
Rey”, aunque a nivel cosmológico ciertamente representaba a Horus y Seth
unificados y reconciliados en una divinidad, reafirmando la tendencia Egipcia a
ver la totalidad como unidad de dos adversos aunque complementarios opuestos.
Otro ejemplo en el cual el papel de Seth en el esquema
cósmico llevó al surgimiento de un dios dual deriva de su crucial implicación
en la lucha cíclica entre Ra y su mayor adversario, la serpiente Apopis. Seth
es retratado como defensor de la barca solar de Ra defendiéndola con su espada
de hierro, todo su poder y ferocidad contra Apopis. Cuando Apopis amenaza con
hipnotizar a la tripulación divina del barco solar con su mal de ojo, con su
“oscuridad”, es Seth el único que puede resistir la malévola mirada de la
serpiente venciéndola así. Cuando el renacido sol se levanta, Apopis aparece decapitada
y despedazada en trozos sangrantes (para se re-compuesta de nuevo a la puesta
de sol), después que Seth clava sus flechas en su cuerpo y clava su lanza en su
frente, y atraviesa su cabeza con su espada.
Debido a esta formidable defensa de la barca solar con
“palabra y hecho” Seth se complace con excesiva arrogancia, pero aún así recibe
títulos como “Señor de la Vida”, “Elegido de Ra” e “Hijo de Ra” y algunas veces
aparece formando con Ra una figura divina de dos-en-uno Set-Ra. Es más, según
el “Contenciosos de Horus y Seth”, durante la disputa Horus-Seth antes del
concilio de los nueve dioses, reunidos para decidir cual de los dos ha de
heredar el oficio de Osiris, Seth da prominencia a su papel como defensor de la
barca solar de Ra y destructor de sus enemigos y el mismo Ra se inclina a
ofrecerle el patrimonio de Osiris dada su fuerza y señorío como “hermano
mayor”.
La fama de Seth como matador del dragón no deriva de su
subyugación de la serpiente del caos Apopis aparentemente también era conocido
por haber vencido a la serpiente/monstruo que simbolizaba el mar. La batalla
contra Apopis podía también ser descrita con el simbolismo estelar en el cual
la constelación de Osiris, Orión, encadena a la serpiente-dragón al sur del
cielo, y la constelación de Seth, la Osa Mayor, le pone grilletes en el norte
del cielo. Mientras que en esta instancia las fuerzas Osirianas y Setianas son
puestas en cooperación contra Apopis, las actitudes ambivalentes hacia Seth y
su temible tendencia hacia la
violencia son evidentes en las tradiciones Egipcias en las cuales es descrito
atacando a Horus con la ayuda de las siete estrellas de la Osa Mayor. En la
creencia Egipcia las estrellas de la Osa Mayor eran vistas en forma de pata
delantera (fémur/muslo) de toro o como azuela.
Debido a su asociación con la Osa Mayor, Seth fue visto como rey del norte del
cielo y la Osa Mayor pudo ser estilizada como “El Fémur de Seth”. Por lo tanto,
Seth era visto atacando a Osiris en forma de toro y matándole con el fémur del
toro. Como era de esperar, Horus es retratado algunas veces cortando la pata de
Seth (mientras los cuatro hijos de Horus también son descritos como guardianes
de la pata delantera del toro (la Osa Mayor) en el norte del cielo). Según
esto, en una de las etapas del ritual Egipcio de la Apertura de la Boca, la
parte más importante de las ceremonias de entierros Egipcias varios elementos
de la cual están modelados según el mito de Osiris, un toro es sacrificado y
sus patas delanteras cortadas para ser presentadas a la estatua/momia del
muerto (Osiris). El ritual se suponía reanimaría el cuerpo momificado para su
vida en el más allá y el sacerdote oficiante tocaba su boca con una azuela
ceremonial (de nuevo representando la Osa Mayor) para revivir sus sentidos y
liberar su “ka” (fuerza vital, vista también como una especie de doble
espiritual o etéreo). Por otro lado Seth también es visto asumiendo la forma de
un toro para asumir su castigo de llevar a Osiris sobre su lomo, y esta
asociación parece ser subyacente a la manera de posicionar la cabeza de un toro
sacrificial sobre la barca de Osiris como otra indicación del castigo de Seth.
Es debido a la creencia que las estrellas de la Osa Mayor
tenían forma de azuela que la constelación fue asociada con la “azuela” celestial
con la cual, según los Textos de las Pirámides, se abrían las bocas de los
dioses, y con la cual Horus abrió la boca de Osiris, su metal de hierro tenía
su origen en Seth. Así, en el ritual de la Apertura de la Boca la Boca de
Osiris es abierta con una azuela y así la constelación Setiana de la Osa Mayor
asume un significado dual en el drama de Osiris de muerte y resurrección, ambas
sirven como instrumento de muerte (asesinato) y resurrección de Osiris. Este
simbolismo puede derivar de un supuesto
conflicto en el norte del cielo y en su “De Iside et Osiride” Plutarco alude a
la aparentemente antigua creencia que “Arktos” (nombre dado a la constelación
de la Osa Mayor) es el “alma Tifón(Seth)”, mientras que el hierro es el “hueso”
de Tifón-Seth. La llamada “Liturgia de Mitra”, un texto profético de
proveniencia Greco-Egipcia, describe al dios agarrando con su mano derecha “una
paleta de un ternero de oro que es
la Osa Mayor”.
Sin embargo, es muy difícil reconstruir el mitológico (y/o
astral) y los varios niveles de significado de los mitos de los conflictos de
Osiris-Seth y Horus-Seth, particularmente cuando uno encuentra algunas de las
referencias enigmáticas en los Textos de las Pirámides que afirman que Seth
procede de Osiris y que Osiris es el “ka” de Seth, lo cual ha sido
interpretado, por ejemplo, sugiriendo que actúa como iniciador demoniaco, Seth realizó una forma de suicidio
sacrificial “asesinando a Osiris, Seth se había dado muerte a sí mismo como
sacrificio. Además, la posición de Thoth respecto a Osiris, Horus, y Seth es
también intrigante aunque ocasionalmente mistificadora. En algunas tradiciones
míticas Thoth ofrece una ayuda crucial a Isis para recuperar el cuerpo de
Osiris y hacer re-vivir sus facultades procreadoras; él exorciza el veneno del
aguijón de un escorpión que había picado
a su heredero divino, Horus, y por lo tanto es alabado como uno de los
que hizo posible el triunfo de Osiris sobre sus adversarios. Thoth era algunas
veces caracterizado como “hijo” del dios solar Ra; sin embargo, en otras
leyendas surge de la frente de Seth, a quien Horus astutamente ha dejado
embarazado, pudiendo así ser caracterizado variadamente como hijo de los dos
rivales, hijo de los dos señores, o hijo de los dos señores que surge de la
frente . Thoth se ve involucrado en la “Gran Lucha” de los dos dioses, en la
cual pierde aparentemente, y después recupera, su mano y cura el ojo herido de
Horus. Su intervención como árbitro y pacificador en la lucha de los dos
contendientes para hacer posible el oficio de Osiris es decisiva
consiguientemente es representado como reconciliador y mediador, como el que
ha juzgado a los “Dos Dioses Rivales” y abolido su lucha. Pero algunas de las
alusiones a su papel en el drama Osiriano sigue siendo muy recóndita y difícil de
descifrar.
A pesar de implícita y peligrosa ambivalencia, durante
largos periodos Seth mantuvo sus características benéficas (como protector de
los fértiles oasis) y fue tenido en alta estima y honrado durante el dominio de
los Hyksos, “Príncipes del Desierto”, dinastías (que aparentemente estaban
asociadas con el dios Semita de la guerra y la tormenta, Baal) durante el
Segundo Periodo Intermedio (c. 1650-1570 a.C.) y la Decimonovena y Vigésima
Dinastías (respectivamente, c. 1293-1185 y 1185-1070 a.C.). el primer faraón de
la decimonovena Dinastía, Ramsés I, era hijo de un comandante de la tropa
llamado Seti (El del dios Seth) y posteriormente dos faraones de esta dinastía,
Seti I y Seti II, tomaron el mismo nombre de Seth; de manera similar el fundador
de la Vigésima Dinastía tomó el nombre de Sethnakhte (Victorioso en Seth).
Desde que en la Decimonovena Dinastía Seth fue aparentemente elevado a dios
estatal, una división del ejército Egipcio llevó el nombre del dios, y esta
división jugó un papel crucial en el punto muerto en que resultó la batalla de
Kadesh entre las fuerzas de Ramsés II y los Hititas en el 1275 a.C. En cuanto a
lo que concierne a la realeza, aparte del caso extremo del faraón de la tardía
Segunda Dinastía, Peribsen, quien aparentemente identificó su reinado con Seth
en lugar de Horus, un número de otros faraones posteriores como es el caso de
uno de los grandes faraones guerreros, Ramsés II(1279-1213), quien se declaró a
sí mismo “hijo” de Seth, el que otorga la victoria, manifestaron su personales devociones al belicoso dios e invocaron su renombrada fuerza describiendo
sus acciones en el campo de batalla. Como dios de la guerra y destreza marcial,
Seth era a veces representado enseñando al rey el arte de la arquería.
La ambivalencia y potencia de la presencia de Seth también
puede ser detectada en los encantamientos mágicos Egipcios en los que la furia,
poder o “espada” pueden ser invocados contra el objetivo elegido para la operación mágica. Cuando se induce a
sí mismo en su estado agresivo preferido la forma de Seth se transforma en toro
o pantera y era vista en posesión de “poderes mágicos”; sólo él podía resistir el mal de ojos de Apopis. Pero también
podía aparecer como sanador y compañero ritual de Horus. Estas prácticas
mágicas atestiguan el hecho que la noción de colaboración entre Horus y Seth no
estaba limitada a la ideología de la monarquía dual faraónica. Los dos dioses
podían ser vistos uniendo sus fuerzas incluso en episodios del mito de Osiris y
tradiciones por este modeladas, como sería el rito de la Apertura de la Boca en
el que las dos divinidades toman parte en su ceremonia de purificación. Además,
los dos dioses pueden ser vistos asistiendo a Osiris en su ascensión al ámbito
celestial, afirmando así Seth su papel dual en la muerte y resurrección de
Osiris.
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