viernes, 13 de diciembre de 2013

DUALISMOS: DOS EN UNO

DUALISMOS: DOS EN UNO
Igual que en otros antiguos sistemas religiosos la religión Egipcia atribuía una variedad de significados simbólicos y mitológicos a los pares y alternancias de luz y tinieblas que también era un rasgo importante de las cosmogonías arcaicas Egipcias. En la doctrina de la creación en Hermópolis, el centro del culto a Thoth, el dios lunar de la escritura y conocimiento, dos de los ocho dioses primarios, Kuk y Kauket, están asociados con las tinieblas y eran descritos nadando con las otras seis primordiales deidades “en la oscuridad del padre Nun”, el abismo acuoso. Mientras que los ocho dioses son retratados como aquellos que crearon la luz, a las deidades “oscuras” Kuk y Kauket, les son dados papeles muy benefactores, trayendo a la vida respectivamente la luz y la salida del sol, creando la noche y trayendo a la existencia el día. Dado que la luz es vista viniendo a la existencia después y saliendo de la oscuridad, esta última “puede ser vista como prerrequisito necesario para su existencia”.

La doctrina cosmogónica de Heliópolis, la “ciudad del sol” y centro antiguo del culto al dios Ra, puede también describir al “brillante” dios creador, Atum (el que existe por sí mismo), emergiendo no sólo del océano primordial de Nun sino también de las tinieblas. Para poner orden en su creación, las hazañas de Autum como demiurgo aparentemente incluyen subyugar a la serpiente-dragón del caos, Apopis, una de las serpientes que surgieron de las tinieblas primordiales. Esta oposición y lucha en el comienzo quedó reflejada en la lucha diaria entre el dios sol Ra y el monstruo Apopis, que amenaza el barco solar de Ra, en la explicación mítica del proceso diario de “muerte” y “re-nacimiento” del sol –una de las preocupaciones centrales de la religiosidad Egipcia. Así, en los textos de los sarcófagos, el camino que los fallecidos han de seguir a través de las tinieblas del más allá es parecido a los senderos que las fuerzas creadoras de la luz de Atum han perforado a través de la tiniebla primordial. Los muertos pueden también ser descritos aspirando a reunirse con las huestes de Ra y tomar parte en su batalla para “dispersar las tinieblas”. Los temas de la luz dadora-de-vida y de la luz derrotando a las tinieblas eran muy fuertes en la religión del faraón reformador Akhenatón, con su fijación exclusiva en el culto solar y el disco del sol, Atón. En la consiguiente reacción contra las renovaciones religiosas de Akhenatón, la victoria sobre su reforma y la supresión de su religión fue transmitida dentro del marco de la victoria de la luz sobre las tinieblas.

En otras tradiciones religiosas Egipcias la dicotomía luz/tinieblas es usada para representar los pares opuestos salud/sufrimiento o vitalidad/impotencia (o para denunciar los enemigos extranjeros de Egipto como “hijos de las tinieblas”), aunque aún en términos cosmogónicos las tinieblas eran vistas como la forma original de la luz. La idea de la transformación de la luz en oscuridad igualmente como otra noción cosmogónica Egipcia, que concebía la oscuridad primordial rodeando el universo creado, sobrevivió en algunos tratados de la literatura Hermética compuestos en el Egipto Romano sintetizando tradiciones Egipcias y Griegas. Otra dualidad cosmogónica que el pensamiento Hermético parece haber heredado de las fuentes Egipcias es el par complementario del dios-creador, manifestándose como inteligencia cósmica(nous), y el demiurgo, la “palabra divina” mediadora (logos), también llamada “hijo de dios” o “segundo dios” y algunas veces identificada como cosmos sensible.

Este tratamiento Egipcio del par luz/tinieblas generalmente justifica el punto de vista que la teología temprana Egipcia estaba “completamente libre de esas lógicas que eliminaban uno de los dos conceptos contradictorios y convertían las ideas religiosas en dogmas”, ofreciendo más evidencia de la “tendencia Egipcia profundamente arraigada en comprender el mundo en términos dualistas como una serie de pares de contrastes balanceados en un equilibrio invariable”. En la religiosidad Egipcia luz y oscuridad son vistas como partes de la misma totalidad cósmica y una tendencia pronunciada en retener o alcanzar el equilibrio, la simetría o equilibrio entre los dos elementos de otras polaridades o dualidades han sido repetidamente discernidos de otras esferas de la vida religiosa Egipcia. Semejante visión del mundo, de que la totalidad ha de comprender la unión de los opuestos y estar estructurada por su interacción no está, por supuesto, limitada al antiguo Egipto, se puede encontrar en la mayoría de los sistemas y manifestaciones consistentes en la teología, mitología e ideología estatal Egipcia, con sus sistemas de correlaciones y correspondencias entre los ámbitos cosmológicos y políticos que se entendían hasta la organización de la burocracia estatal Egipcia.

Esta fuerte tendencia a aplicar una dualidad de principios activos en oposición y equilibrio en el plano cosmológico y mitológico a la esfera política puede también ser observada en uno de los ciclos principales de los mitos Egipcios que relatan la violentan oposición, lucha y reconciliación entre Osiris y Horus por un lado y Seth en el otro. Diferentes aspectos de los mitos son conocidos partiendo de diferentes y variados relatos, fragmentos y algunas veces alusiones enigmáticas en los textos religiosos y mágicos Egipcios e inscripciones en los muros de los templos, que van desde los antiguos Textos de las Pirámides, Textos de los Sarcófagos, Piedra Shabak y el Papiro Chester Beatry Nº 1 (que contiene la leyenda conocida como “El Contencioso de Horus y Seth”) hasta las inscripciones en los muros del gran templo de Horus en Edfu, que narran junto con el ritual rutinario sacerdotal la dramática “Leyenda del Disco Alado y El Triunfo de Horus”. Posteriores variantes narrativas del celebrado antagonismo de Osiris o Horus con Seth se pueden encontrar en la literatura clásica como la del “De Iside et Osiride” de Plutarco.

El ciclo de leyendas que narran los conflictos entre Osiris (o Horus) y Seth tienen más bien un carácter compuesto y el mito de la oposición Osiris-Seth parece haber sido puesto sobre las historias de luchas entre Seth y Horus. En tanto  que antigua deidad predinástica representada por su enigmático y aparentemente híbrido “Seth-animal”, Seth tenía fuertes y tempranas asociaciones con el Alto Egipto. A parte de elaborar una cosmogonía centrada en Ptah, el dios principal de la antigua capital de Egipto, Menfis, la llamada Teología Menfita, inscrita en la Piedra Shabaka, relata que el dios de la tierra, Geb, actuó como juez entre Horus y Seth. Para solucionar la disputa, dividió Egipto en dos partes, el Bajo Egipto perteneciente a Horus y el Alto Egipto a Seth. Esta división de los dos “Países” se realizó con la intención de traer la paz pero el segundo decreto de Geb ensalza a Horus como único gobernante sobre todo Egipto, dado que Horus era el hijo de su primogénito Osiris. Horus surge, pues, como unificador de los Dos Países, el único rey del Alto y Bajo Egipto, y es retratado llevando la doble corona, blanca y roja, de Egipto. Seth no es coronado.

Esta legendaria división de Egipto entre Horus y Seth ha sido interpretada tanto en términos cosmológicos como político-históricos. Una línea influyente de investigación dentro de la lectura histórico-política  de la separación Horus-Seth trata de explicarla como reflejo de un conflicto real histórico que tuvo lugar hacia finales del periodo pre-dinástico(5300-3100 a.C.). Este planteamiento del conflicto entre un Alto Egipto que adoraba a Seth y un Bajo Egipto que adoraba a Horus que habría ocurrido antes de la unificación de Egipto bajo Menes o Narmer(c. 3100-3050 a.c.)habría estado precedido por una “unión pre-dinástica” de Egipto bajo un rey Osiriano histórico. Los “seguidores de Horus” del Bajo Egipto son vistos algunas veces como provenientes de la zona del Delta; algunas veces se ha conjeturado que Osiris era un rey humano que fue asesinado por los seguidores de Seth del Alto Egipto, quienes fueron vencidos por los provenientes del norte.

La teoría de semejante unión pre-dinástica bajo la soberanía del dios-falcón Horus impuesta a los seguidores-de-Seth en el Alto Egipto por los seguidores de Horus necesitaría resolver algunos problemas, de lo contrario la posibilidad de su reconstrucción fallaría. Como Seth, Horus fue un dios pre-dinástico(en su forma temprana parece ser era visto como un dios del cielo que se manifestaba en forma de falcón) y como Seth tenía centros de culto en el Alto Egipto que pueden o no ser anteriores a sus lugares de culto en el norte. Según esto, el conflicto entre los seguidores de Horus y los de Seth ha sido también situado en tiempos pre-dinásticos en el Alto Egipto (que contenía los bastiones del culto a Horus y Seth) y anteriores a la conquista del Bajo Egipto por los “Seguidores de Horus” –antes de esta unificación los reyes del Alto Egipto eran percibidos realizando un papel doble, el de Horus y el de Seth. Esta inversión de la dirección de la conquista a cargo de los seguidores de Horus es reforzada por la evidencia de la afiliación tanto de Horus como Seth con el rey pre-dinástico del Alto Egipto, Escorpión quien parece haber iniciado la invasión del Bajo Egipto. La balanza de la evidencia parece sugerir que Horus y Seth fueron las deidades patronas de una alianza dual en el Alto Egipto la cual al final de la era pre-dinástica inició la conquista del Bajo Egipto adquiriendo supremacía sobre la mayoría del territorio de Egipto por muy inestable que pudiera haber sido esta hegemonía. Así, Menes, el unificador del Alto y Bajo Egipto, puede ser visto sea como un rey rebelde del Alto Egipto que rompió una unión anterior establecida por los conquistadores del Delta para inaugurar una ascendencia del Alto Egipto o como un monarca centralizador, que suprimió un intento de secesión del Bajo Egipto.

A medida que el culto a Seth adquirió particular prominencia al final de la Segunda Dinastía y uno de sus faraones, Peribsen, adoptó aparentemente a Seth como su dios personal, siguiendo otra línea de reconstrucción de la posible realidad histórica tras el conflicto Horus-Seth se la puede ver como reflexión mítica de una supuesta turbulencia religioso-política que tuvo lugar en este periodo durante el cual los seguidores de Horus y Seth estuvieron involucrados en conflictos y rivalidades. Sin embargo, las teorías que postulan que las leyendas del antagonismo Horus-Seth reflejan colisiones y reconciliaciones entre los seguidores de Horus y Seth que datan de tiempos pre-dinásticos, parecen acomodar la evidencia literaria y arqueológica de manera bastante más persuasiva. Es más, la existencia de una secuencia de conflictos y reuniones entre los seguidores de Horus y Seth, que comenzaron en la era pre-dinástica, parecen ofrecer una explicación plausible de los datos legendarios, históricos y arqueológicos que a su vez cuentan para la tradición de la separación de Egipto en dos porciones respectivas bajo Horus y Seth, para la aparente unificación de Egipto bajo el tutelaje de los dos dioses (siguiendo una victoria del Bajo Egipto bajo el liderazgo supremo de Horus) y la amalgamación de Horus y Seth en la figura del rey dual y, finalmente, para la segunda unificación de Egipto (al comienzo de otra guerra) bajo la supremacía de los seguidores de Horus en el Alto Egipto, reflejada en el mito de la asignación de la porción de Seth a Horus.

Por otro lado, la lectura cosmológica de la separación de Egipto y del antagonismo entre Horus y Seth se acerca al mito como si este perteneciera primariamente a la “esfera de la cosmología” de donde habría sido extrapolado a las realidades política y geográfica, como parte del concepto Egipcio de la vida, en el cual la realidad no es simple sino que está construida sobre dos principios. Esto caracterizó la predilección Egipcia por y el uso sistemático de la clasificación simbólica dual es visto como subyacente a la formación del concepto y realidad de la monarquía dual Egipcia, la realeza del Alto Egipto y la realeza del Bajo Egipto, estableciendo una perfecta armonía entre las nociones cosmológicas heredadas y la nueva política, según la cual la totalidad es vista como compuesto y equilibrio de los opuestos, debido a lo cual “un estado dualísticamente concebido debe haberle parecido a los Egipcios la manifestación del orden de la creación en la sociedad humana”. Así, los conflictos entre Horus y Seth, durante los cuales Seth es el perennialmente derrotado por Horus aunque nunca completamente destruido, son vistos como representación o resumen de las condiciones de conflicto y lucha en el universo, y la reconciliación al final de conflicto  restablece el “equilibrio estático” entre las fuerzas en oposición en el cosmos. Este funcionamiento de la dualidad Horus-Seth en los planos cosmológicos y políticos muestra que en sus versiones temprana y original la oposición entre “los dos hermanos” o “los dos rivales” no era vista existiendo dentro del marco de un simple dualismo ético del bien y el mal, aunque esto pueda haber sido ampliamente el caso en las percepciones más populares del papel de Seth en el drama Osiriano de muerte y resurrección. 

Se ha argumentado también que las mayoría de los elementos de las historias Osiris-Seth, Osiris-Horus y Horus Seth derivan de ritos dinásticos tempranos relacionados con la muerte del rey y la nominación de su sucesor estando así relacionados con la ideología y ceremonias de la realeza Egipcia. Los conflictos Osiris-Seth y Horus-Seth también han sido interpretados como mito-representación de la vegetación y la naturaleza: Osiris (o Horus) representando las aguas fertilizantes del Nilo o el fértil valle del Nilo y Seth el árido desierto, aunque es bastante dudoso que estas características, que fueron posteriormente adjudicadas a estos dioses, formasen parte de sus asociaciones originales. El conflicto de Horus y Set también ha sido representado como enfrentamiento, respectivamente, entre el dios de la luz y el de la tormenta, o, dentro del marco del simbolismo astral, representando la alternancia y lucha entre luz y tinieblas implícita en el creciente y menguante de la luna (el ojo izquierdo de Horus está asociado con la luna y el derecho con el sol), o el fenómeno del eclipse solar o lunar, o en relación con las asociaciones de Seth con la constelación del norte de la Osa Mayor via-à-vis la constelación del sur Orión, de Seth, y la estrella Sirio, de Isis. Las estrellas alrededor del polo eran muy importantes en la astronomía egipcia y en las creencias en la vida más allá de la muerte dada su posición en el cielo cercana al Polo Norte eran visibles durante todo el año y parecían indestructibles. La Osa Mayor descrita en los Textos de las Pirámides como imperecedera, había comenzado su progresión alrededor del Polo c. 3500 a.C. en la latitud de Heliopolis dirigiéndose hacia el polo (aumentando su altitud) durante casi 2000 años, alcanzando su cenit en el 1650 a.C. y comenzando su declive desde ahí hasta el 1050 d.C. cuando solamente la estrella, Dubhe, permaneció circumpolar. Así, para algunas tradiciones Egipcias, en uno de sus probables papeles tardíos, Seth se unió a las siete estrellas de la Osa Mayor para atacar a Horus el Anciano, asociado con la luz y el culto solar, aunque en tiempos tempranos Seth también tuvo algunas características como deidad del cielo y pudo haber sido descrito como dador de luz. Una fusión de simbolismo político y astral parece darse aquí subyacente a las referencias astronómicas del mítico conflicto, aunque los seguidores de esta interpretación mítica asumen que los significados astronómicos son secundarios y han sido impuestos sobre la leyenda histórica original de la lucha entre Horus y Seth.

Es debido a que el legado histórico de la supuesta unión dual Egipcia bajo el patronazgo de Horus y Seth, o quizá al fundamento cosmológico de la realeza dual Egipcia, que la noción del dualismo Horus-Seth en relación con la figura del rey retuvo un duradero impacto en la ideología real del estado Egipcio. Los Textos de las Pirámides aluden a la fusión de dos deidades en la figura del rey, y Horus y Seth podrían ser vistos cooperando por el bien del rey o en la administración de la ceremonia de purificación(el llamado bautismo del Faraón). Como en el concepto de la realeza dual Egipcia, el rey encarnaba a “Los Dos Señores”, Horus y Seth, “como par de opuestos en equilibrio”, indicando que él equilibraba y reconciliaba los poderes en conflicto. Es significativo, además, que las reinas de la Primera Dinastía llevaban el título “Aquella que ve a Horus y Seth” y los faraones de las dinastías tardías como Tutmosis I(c. 1493-1481 a.C.)de la Dinastía decimoctava aún podían declararse gobernantes de las “porciones” de Horus y Seth. El faraón podía ser representado sentado en el trono de Horus y el asiento de Seth, derivando su realeza de Horus y su fuerza material de Seth, los cuales son algunas veces diferenciados en sus funciones, como en el caso de otro faraón de la decimoctava dinastía, la célebre Hatshepsur, con su proclamación que gobernaba al país como hijo de Isis (Horus) y era fuerte como el hijo de Nut (Seth). No hay que sorprenderse de que en la teología Egipcia surgiera el dios dual Horus-Seth descrito con doble cabeza, la de falcón y la de Seth-animal, o combinando los rasgos de ambos. A nivel de la ideología real este nuevo dios dual puede haber sido “una proyección de la divinidad dual concebida en el Rey”, aunque a nivel cosmológico ciertamente representaba a Horus y Seth unificados y reconciliados en una divinidad, reafirmando la tendencia Egipcia a ver la totalidad como unidad de dos adversos aunque complementarios opuestos.

Otro ejemplo en el cual el papel de Seth en el esquema cósmico llevó al surgimiento de un dios dual deriva de su crucial implicación en la lucha cíclica entre Ra y su mayor adversario, la serpiente Apopis. Seth es retratado como defensor de la barca solar de Ra defendiéndola con su espada de hierro, todo su poder y ferocidad contra Apopis. Cuando Apopis amenaza con hipnotizar a la tripulación divina del barco solar con su mal de ojo, con su “oscuridad”, es Seth el único que puede resistir la malévola mirada de la serpiente venciéndola así. Cuando el renacido sol se levanta, Apopis aparece decapitada y despedazada en trozos sangrantes (para se re-compuesta de nuevo a la puesta de sol), después que Seth clava sus flechas en su cuerpo y clava su lanza en su frente, y atraviesa su cabeza con su espada.

Debido a esta formidable defensa de la barca solar con “palabra y hecho” Seth se complace con excesiva arrogancia, pero aún así recibe títulos como “Señor de la Vida”, “Elegido de Ra” e “Hijo de Ra” y algunas veces aparece formando con Ra una figura divina de dos-en-uno –Set-Ra. Es más, según el “Contenciosos de Horus y Seth”, durante la disputa Horus-Seth antes del concilio de los nueve dioses, reunidos para decidir cual de los dos ha de heredar el oficio de Osiris, Seth da prominencia a su papel como defensor de la barca solar de Ra y destructor de sus enemigos y el mismo Ra se inclina a ofrecerle el patrimonio de Osiris dada su fuerza y señorío como “hermano mayor”.

La fama de Seth como matador del dragón no deriva de su subyugación de la serpiente del caos Apopis –aparentemente también era conocido por haber vencido a la serpiente/monstruo que simbolizaba el mar. La batalla contra Apopis podía también ser descrita con el simbolismo estelar en el cual la constelación de Osiris, Orión, encadena a la serpiente-dragón al sur del cielo, y la constelación de Seth, la Osa Mayor, le pone grilletes en el norte del cielo. Mientras que en esta instancia las fuerzas Osirianas y Setianas son puestas en cooperación contra Apopis, las actitudes ambivalentes hacia Seth y su temible tendencia hacia la violencia son evidentes en las tradiciones Egipcias en las cuales es descrito atacando a Horus con la ayuda de las siete estrellas de la Osa Mayor. En la creencia Egipcia las estrellas de la Osa Mayor eran vistas en forma de pata delantera (fémur/muslo) de toro o como azuela. Debido a su asociación con la Osa Mayor, Seth fue visto como rey del norte del cielo y la Osa Mayor pudo ser estilizada como “El Fémur de Seth”. Por lo tanto, Seth era visto atacando a Osiris en forma de toro y matándole con el fémur del toro. Como era de esperar, Horus es retratado algunas veces cortando la pata de Seth (mientras los cuatro hijos de Horus también son descritos como guardianes de la pata delantera del toro (la Osa Mayor) en el norte del cielo). Según esto, en una de las etapas del ritual Egipcio de la Apertura de la Boca, la parte más importante de las ceremonias de entierros Egipcias varios elementos de la cual están modelados según el mito de Osiris, un toro es sacrificado y sus patas delanteras cortadas para ser presentadas a la estatua/momia del muerto (Osiris). El ritual se suponía reanimaría el cuerpo momificado para su vida en el más allá y el sacerdote oficiante tocaba su boca con una azuela ceremonial (de nuevo representando la Osa Mayor) para revivir sus sentidos y liberar su “ka” (fuerza vital, vista también como una especie de doble espiritual o etéreo). Por otro lado Seth también es visto asumiendo la forma de un toro para asumir su castigo de llevar a Osiris sobre su lomo, y esta asociación parece ser subyacente a la manera de posicionar la cabeza de un toro sacrificial sobre la barca de Osiris como otra indicación del castigo de Seth.

Es debido a la creencia que las estrellas de la Osa Mayor tenían forma de azuela que la constelación fue asociada con la “azuela” celestial con la cual, según los Textos de las Pirámides, se abrían las bocas de los dioses, y con la cual Horus abrió la boca de Osiris, su metal de hierro tenía su origen en Seth. Así, en el ritual de la Apertura de la Boca la Boca de Osiris es abierta con una azuela y así la constelación Setiana de la Osa Mayor asume un significado dual en el drama de Osiris de muerte y resurrección, ambas sirven como instrumento de muerte (asesinato) y resurrección de Osiris. Este simbolismo puede derivar de un supuesto conflicto en el norte del cielo y en su “De Iside et Osiride” Plutarco alude a la aparentemente antigua creencia que “Arktos” (nombre dado a la constelación de la Osa Mayor) es el “alma Tifón(Seth)”, mientras que el hierro es el “hueso” de Tifón-Seth. La llamada “Liturgia de Mitra”, un texto profético de proveniencia Greco-Egipcia, describe al dios agarrando con su mano derecha “una paleta de un ternero de oro que es la Osa Mayor”.

Sin embargo, es muy difícil reconstruir el mitológico (y/o astral) y los varios niveles de significado de los mitos de los conflictos de Osiris-Seth y Horus-Seth, particularmente cuando uno encuentra algunas de las referencias enigmáticas en los Textos de las Pirámides que afirman que Seth procede de Osiris y que Osiris es el “ka” de Seth, lo cual ha sido interpretado, por ejemplo, sugiriendo que actúa como iniciador demoniaco, Seth realizó una forma de suicidio sacrificial –“asesinando a Osiris, Seth se había dado muerte a sí mismo como sacrificio. Además, la posición de Thoth respecto a Osiris, Horus, y Seth es también intrigante aunque ocasionalmente mistificadora. En algunas tradiciones míticas Thoth ofrece una ayuda crucial a Isis para recuperar el cuerpo de Osiris y hacer re-vivir sus facultades procreadoras; él exorciza el veneno del aguijón de un escorpión que había picado a su heredero divino, Horus, y por lo tanto es alabado como uno de los que hizo posible el triunfo de Osiris sobre sus adversarios. Thoth era algunas veces caracterizado como “hijo” del dios solar Ra; sin embargo, en otras leyendas surge de la frente de Seth, a quien Horus astutamente ha dejado embarazado, pudiendo así ser caracterizado variadamente como hijo de los dos rivales, hijo de los dos señores, o hijo de los dos señores que surge de la frente . Thoth se ve involucrado en la “Gran Lucha” de los dos dioses, en la cual pierde aparentemente, y después recupera, su mano y cura el ojo herido de Horus. Su intervención como árbitro y pacificador en la lucha de los dos contendientes para hacer posible el oficio de Osiris es decisiva –consiguientemente es representado como reconciliador y mediador, como el que ha juzgado a los “Dos Dioses Rivales” y abolido su lucha. Pero algunas de las alusiones a su papel en el drama Osiriano sigue siendo muy recóndita y difícil de descifrar.

A pesar de implícita y peligrosa ambivalencia, durante largos periodos Seth mantuvo sus características benéficas (como protector de los fértiles oasis) y fue tenido en alta estima y honrado durante el dominio de los Hyksos, “Príncipes del Desierto”, dinastías (que aparentemente estaban asociadas con el dios Semita de la guerra y la tormenta, Baal) durante el Segundo Periodo Intermedio (c. 1650-1570 a.C.) y la Decimonovena y Vigésima Dinastías (respectivamente, c. 1293-1185 y 1185-1070 a.C.). el primer faraón de la decimonovena Dinastía, Ramsés I, era hijo de un comandante de la tropa llamado Seti (El del dios Seth) y posteriormente dos faraones de esta dinastía, Seti I y Seti II, tomaron el mismo nombre de Seth; de manera similar el fundador de la Vigésima Dinastía tomó el nombre de Sethnakhte (Victorioso en Seth). Desde que en la Decimonovena Dinastía Seth fue aparentemente elevado a dios estatal, una división del ejército Egipcio llevó el nombre del dios, y esta división jugó un papel crucial en el punto muerto en que resultó la batalla de Kadesh entre las fuerzas de Ramsés II y los Hititas en el 1275 a.C. En cuanto a lo que concierne a la realeza, aparte del caso extremo del faraón de la tardía Segunda Dinastía, Peribsen, quien aparentemente identificó su reinado con Seth en lugar de Horus, un número de otros faraones posteriores como es el caso de uno de los grandes faraones guerreros, Ramsés II(1279-1213), quien se declaró a sí mismo “hijo” de Seth, el que otorga la victoria, manifestaron su personales devociones al belicoso dios e invocaron su renombrada fuerza describiendo sus acciones en el campo de batalla. Como dios de la guerra y destreza marcial, Seth era a veces representado enseñando al rey el arte de la arquería.

La ambivalencia y potencia de la presencia de Seth también puede ser detectada en los encantamientos mágicos Egipcios en los que la furia, poder o “espada” pueden ser invocados contra el objetivo elegido para la operación mágica. Cuando se induce a sí mismo en su estado agresivo preferido la forma de Seth se transforma en toro o pantera y era vista en posesión de “poderes mágicos”; sólo él podía resistir el mal de ojos de Apopis. Pero también podía aparecer como sanador y compañero ritual de Horus. Estas prácticas mágicas atestiguan el hecho que la noción de colaboración entre Horus y Seth no estaba limitada a la ideología de la monarquía dual faraónica. Los dos dioses podían ser vistos uniendo sus fuerzas incluso en episodios del mito de Osiris y tradiciones por este modeladas, como sería el rito de la Apertura de la Boca en el que las dos divinidades toman parte en su ceremonia de purificación. Además, los dos dioses pueden ser vistos asistiendo a Osiris en su ascensión al ámbito celestial, afirmando así Seth su papel dual en la muerte y resurrección de Osiris.                                                  


No hay comentarios:

Publicar un comentario