viernes, 29 de noviembre de 2024

PSEUDOCLEMENTINAS: RECOGNITIONES - HOMILIAS II

La palabra "reconocimientos" tiene un doble sentido, el anecdótico, que consiste en la identificación de los desaparecidos miembros de la familia de Clemente, y el religioso, que supone el reconocimiento por parte de Clemente de la superioridad de la religión Cristiana con respecto a la religión y la filosofía pagana y con respecto al judaísmo y al gnosticismo representado por Simón; aunque para algunos investigadores Simón sería un alter ego del hereje Marción, de tipo gnóstico pero también paulinista radical. Clemente, un romano de alta alcurnia, busca la verdad en las diferentes escuelas filosóficas sin satisfacerle ninguna, hasta que se encuentra con le apóstol Bernabé, de paso por Roma, que discutía con representantes de la diferentes escuelas filosóficas. Clemente defiende a Bernabé y éste lo invita a ir con él a Judea. Al desembarcar en Cesarea encuentran a Pedro, que ha acudido allí en auxilio de Zaqueo para enfrentarse a Simón el Mago, con quien ha concertado un debate para la siguiente semana. Antes del debate, Pedro instruye a Clemente en la fe cristiana --destacando la tradición sobre el Verdadero Profeta-- y en la Historia de la Comunidad hasta el momento inmediatamente anterior a su viaje a Cesarea. La discusión con Simón se prolonga durante tres jornadas, al final de las cuales el pueblo expulsa al Mago. Pedro instruye entonces a sus discípulos y al pueblo de Cesarea y ordena a Zaqueo como obispo,, dejando también presbíteros y diáconos. Después de tres meses bautizando y enseñando, acude a Tripoli, ciudad desde la que le han enviado una carta los cristianos pidiendo de nuevo ayuda frente a Simón. Cuando llega allí, el Mago ha huido a Antioquía. Pedro aprovecha para evangelizar a los paganos de Tripoli mediante tres grandes discursos contra el paganismo. Durante el viaje a Antioquía, Clemente informa a Pedro de la desaparición de su madre Matidia y sus hermanos Fausto y Faustino, cuando él tenía cinco años, y de la de su padre, Faustiniano, cuando tenía doce. Durante una parada en Arados, Clemente "reconoce" a su madre. En Laodicea reconoce a sus hermanos en las personas de Nicetas y Áquila. Su madre es bautizada. Luego se encuentra con un anciano que discute primero con Nicetas sobre la Providencia y los horóscopos, al día siguiente con Áquila sobre el orden y el desorden del mundo, y el tercer día con el propio Clemente sobre la influencia de los astros en la libertad humana, momento en que el anciano es reconocido como Faustianiano, el padre de los tres (entretanto, Pedro cura a la hija del noble de Laodicea que les aloja y en cuya casa tiene lugar la discusión). Finalmente, el cuarto día Faustiniano, que mantiene el aspecto de viejo mago por un maleficio de Simón, discute con su hijo Clemente sobre el carácter natural o moral (en el sentido de costumbres) del mal, sobre la fatalidad de los horóscopos y sobre la falsedad de la mitología, tema en el que le ayuda Nicetas --que critica la cosmogonía de Orfeo y Hesíodo-- y Áquila --que diserta sobre la inutilidad de las alegorías--, terminado el debate con una conclusión de Pedro. El anciano admite la derrota de la astrología y la magia y, aconsejado por Pedro, denuncia ante los habitantes de Antioquía los crímenes cometidos por Simón el Mago, preparando una acogida favorable a Pedro. Entonces Faustiniano recobra su verdadero rostro y recibe el bautismo. La otra gran colección se conoce por el título de "Homilías Clementinas" y se conserva en griego. Incluye dos cartas enviadas a Santiago, el hermano de Jesús, al que se denomina "obispo de obispos". La primera carta es de Clemente y en ella narra cómo Pedro le nombró su sucesor y le encomendó sus escritos para que es los enviara a él. La segunda carta es de Pedro a Santiago. Finalmente hay una "Contestatio" De Santiago. El título del libro hace alusión a los discursos de Pedro y a sus gestas, que son puestas por escrito para enviárselas a Santiago a modo de informes. Las diferencias entre las "Homilias" y las "Recognitiones" son más de tipo ideológico que narrativas porque el compilador de las "Homilias" era un ebionita que quería radicalizar el discurso juedeocristiano de las "Recognitiones", que a su vez habían sufrido un proceso de moderación por parte de un transcriptor griego y por el propio Rufino. Además de estas dos colecciones, existen textos armenios muy fragmentados de las "Recognitiones", dos fragmentos en arameo siríaco (uno de "Recognitiones" y otro de "Homilías"), el "Epítome Sinaítico", que resumen en árabe basado en ambas colecciones que se limita a los aspectos narrativos excluyendo los discursos, y dos extractos griegos tardíos de las "Homilías" a los que llamamos "Epítomes Griegos", que han sido ampliados con textos tomados de las cartas canónicas "1 Clemente y Epístola De Santiago", así como parte del "Martyrim Clementis" de Simón Metafraste y con la narración del obispo de Quersona sobre un milagro obrado por Clemente en un niño. Es posible que el objetivo fundamental de Rufino al traducir las "Recognitiones" al latín fuera precisamente dar una versión már ortodoxa de una obra que él admitía como clementina. Rufino escoge entre las dos versiones griegas existentes la más ortodoxa. El pasaje Rec. I:27-42 mencionado por Rufino sólo aparece en algunos manuscritos de "Recognitiones", concretamente situado en el libro III, capítulos 2-12. Rufino dice que lo va a excluir porque exceden su comprensión, forma cortés de decir que son de carácter claramente Arriano, por lo que es mejor dejarlos fuera en una época en que el catolicismo ha vencido definitivamente al Arrianismo gracias al emperador Teodosio y sus hijos, que tienen la triste gracia de haber comenzado las persecuciones de herejes, con lo que el Cristianismo dejó de ser plural y pasó a ser dogmático e intransigente. Aunque Rufino escogió entre las dos versiones griegas existentes la más ortodoxa, algún otro escriba latino volvió a incluir este pasaje y es por eso por lo que lo encontramos en unos manuscritos y no en otros. Los investigadores han detectado en este fragmento una "interpolación eunomiana". Eunomio, que era un Arrinao radical, fue ordenado diácono en el año 357 y obispo en 360, a finales del reinado de Constancio II, que impuso el Arrianismo en la Iglesia. Murió en el 394, catorce años después de que el Edicto de Tesalónica promulgado por Teodosio hubiera prohibido el arrianismo en Oriente y trece espuése del II Concilio Ecuménico de Constantinopla que reafirmó el Credo Católico de Nieves. Probablemente es en este período, entre el 380 y el 394 cuando se produce la interpolación de este texto que refleja las ideas de Eunomio, conocidas por los escritos de Basilio y Gregoriao de Nosa contra él. Para los Arrianos, los textos de los ebionitas merecían ser conservados, porque en ellos se apreciaba la humanidad de Jesús, por o que servían de base para sus debates religiosos con los novenos. El fragmento interpolado trata sobre la diferencia entre el Dios Ingénito y el Hijo de Dios, o Dios Engendrado no creado, diferencias establecidas también por el Credo de Nicea. Lo que distinguía a Eunomio de los Católicos era la forma de subordinar el HIjo al Padre, como inferior. Sin embargo, este escrito no parece dirigido especialmente contra los Católicos, sino más bien contra los gnósticos, algunos de los cuales denominaban al Hijo "Autógenos", como si se hubies auto-engendrado. Lo irónico del asunto es que todas estas ideas preceden del pensamiento del platonismo medio del siglo II que, asimilado al Cristianismo por sus coetáneos Basílides y Valentín, dio lugar al gnosticismo pleno y a las teorías sobre la naturaleza y la forma en que del Uno-Dios surgen otras entidades, "sin cambio, sin retorno, sin división, sin derrame, sin extensión " (Rec. III: 8, 1), es decir, sin merma de la unicidad del Uno. La diferencia fundamental con los gnósticos es que tanto Arrianos como Católicos sólo admiten que un ser fuera engendrado, no creado, de la misma sustancia que el Padre: el Hijo, Cristo. Es Espíritu Santo, según Eunomio, no es una Persona engendrada --porque sólo el Hijo es Unigénito--, sino que está formado por parte del Padre y parte del HIjo. Rufino di e en su prólogo que ha usado dos versiones griegas que se diferenciaban fundamentalmente porque en una de ellas se había suprimido el episodio de la transformación del padre de Clemente, Faustiniano, convertido en un aciano mago por un maleficio de Simón. De los dos "corpora" mencionados por Rufino, el más breve sería también el más antiguo, pero no el original. Es posible que este "Corpus" fuera el texto resumido por el "Epítome Sinaítico" , ya que no incluye ese episodio de la transformación de Rufiniano. En cuanto a "Homilías" , la conoce más por dos manuscritos griegos: el "Códex Parisinus" gr. 930 P, en un pergamino del siglo X (al que falta el capítulo XX y parte del XIX) y el "Codex Vaticanus Ottobonianus" gr. 443 O, del siglo XVI. "Homilias" es más extensa, porque en ella las interpolaciones son numerosas. Ello implica, como dice Cirilo, que "Homilias" es más tardío que "Recognitiones". El hecho de que Rufino no traduzca estos pasajes al latín ni haga alusión a ellos en su prólogo supone que su inclusión en la obra griega que conocemos como "Homilias" es casi con toda seguridad posterior a Rufino. De hecho, probablemente fue la edición de la versión de Rufino lo que provocó la edición de "Homilias". El argumento más contundente contra la datación temprana es que el compilador de "Homilias", al igual que Rufino, utilizó una versión manipulada en la segunda mitad del siglo IV por el interpolador eunomiano. En cualquier caso, la datación de "Homilias" no puede alejarse mucho de la fecha de edición de "Recognitiones", ya que hay un fragmento siríaco (Hom X, 1-12, 24 y XIII 1-14, 12), que procede de un manuscrito muy antiguo copiado en Edessa en el año 411.

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