EL DIOS DEL TRUENO
Cielo y Tierra, Sol, Amanecer, Noche: estos dan forma a al marco externo del mundo en el que vivimos. Pero tenemos poderes elementales más enérgicos e impredecibles que componen nuestro medioambiente, deidades de la lluvia y el trueno, viento y fuego, e inundación.
EL DIOS DEL TRUENO
No hay manifestación natural más aterradora que el trueno. Esos relámpagos de luz en el cielo oscuro; esos estruendos amenazadores; árboles destrozados, etc. Todo ello se achaca a la furia de un ser sobrenatural. En la mayoría de los antiguos panteones de los pueblos Indo-Europeos se puede identificar un dios con estas características. La cuestión es si esos dioses-tormenta muestran características compartidas, a parte del trueno y el relámpago, como para descubrirlos como herederos de una común herencia Indo-Europea.
Para los clasicistas es natural pensar que la tormenta que la función de la tormenta pertenece al gran dios del cielo, Zeus, en el caso de Grecia y Júpiter en el caso de Roma. Pero en otros sitios encontramos dioses dedicados a la tormenta no identificados con el cielo o dios-del-cielo: el Hitita Tarhunna, el Hidú Indra, el Eslavo Perun, el platico Perkunas, el Germano Donar o Thor, el Celta Taranus o Taranis. Ciertamente ésta es la situación original. El Indo-Europeo *Dyeus era esencialmente el cielo brillante durante el día. Los representantes Hindú y Griego podían fertilizar la Tierra con la lluvia. Pero esta pacífica relación conyugal, de la que nosotros somos el resultado incidental, es completa en sí misma. La furia eléctrica de la tormenta dirigida (en la mayoría de las mitologías) contra los demonios o dragones no puede ser considerada una parte orgánica de esto. Y los dioses-tormenta especialistas tienen un carácter distintivo propio; se parecen más entre ellos que al dios del cielo. Por lo tanto parece que Zeus y Júpiter se apropiaron de las funciones de un dios-de-la-tormenta separado que ha venido a menos hasta desaparecer en lugar de conservar la integridad de la personalidad de *Dyeus, habiendo conspirado las otras tradiciones para crear un dios-de-la-tormenta separado.
Los dioses-de-la-tormenta tienen diversos nombres. Pero hay un nombre cuyos dobletes y variantes aparecen en un área muy amplia. El Báltico Perkunas pude ser tomado como primer exponente.
PERKUNAS
Perkunas es la forma Lituana del nombre; la Letonia es Perkons, y un Antiguo Prusiano “percunis”, significando trueno, es mencionado en el glosario de Elbing, fechado alrededor del 1300 d.C. A partir del siglo XIII en adelante hay muchas citas Prusianas, Lituanas, o Letonas adorando a un dios-de-la-tormenta cuyo nombre nos es dado como Percunus, Percunos, Pirchunos, Perkunas, Parcuns, o Pargnus. Hay menciones de sacrificios a este dios para obtener lluvia, y de un perpetuo fuego sagrado ante él en los bosques o cima de las colinas. Aparece como una figura mítica en las canciones folclóricas Lituanas y Letonas y en las imprecaciones populares tales como “que Dios permita que Perkunas te ataque”. Los campesinos le oraban para que no dañara sus cosechas o sus casas a su paso, y por otro lado para que otorgara lluvia y tiempos de sequía. En la Lituania moderna “pekunas” y en Letón “perkons” son palabras que designan el “trueno”.
Perkunas aparece como un toro bramando en los acertijos Lituanos, pero también es descrito en forma humana. Simon Grunau en su “Crónica Prusiana” (1520) dice que aparecía como un hombre de mediana edad con una mirada aterradora, enfadado, y una cara feroz, y una barba oscura. Escupe fuego, y arroja un hacha o (no tan a menudo) un martillo, que después de lanzado vuelve a su mano. Mata a los demonios, o el Demonio, o al duende o al dragón Aitvaras. Perkons lucha también contra los demonios; su arma es unas veces una maza (milna), una lanza, una espada, una barra de hierro, flechas, o piedras.
El Carro de Perkunas, se dice a veces, es tirado por un chivo (ozys) o chivos. Esto está conectado con la creencia que una tormenta es presagiada por el vuelo del “esnipe”, un pájaro cuyas plumas de la cola producen una especie de ruido similar al balido a medida que vuela. En el campo Alemán era llamado “Himmelsziege” o “Donnerziege”; en Lituano “El Chivo de Dios” o “el chivo de Perkunas” (Dievo or Perkuno ozys), y en Letón “Perkona ahsis (chivo) o “kasa” (cabra).
Perkunas/Perkons tiene una asociación especial con el roble. Este es el árbol que el dios típicamente golpea con su rayo, y debido a esto tiene fuego almacenado dentro que puede ser usado por los hombres. Había robles sagrados dedicadas a él que contenían su ídolo: “Perkuno azuolas, Perkona ozols”, (=la encina de Perkunas).
Es relevante para la etimología de su nombre el que tenga el sufijo –no- que es un elemento frecuente en la nomenclatura divina Indo-Europea, generalmente traducido como “dueño de”, “patrón de”. Lo que precede al sufijo, “Perku”, tiene una exacta contraparte en Latín “Quercus”, (=roble). Una deidad Romana con el nombre *Quercunus no tiene lugar, aunque no habría sido sorprendente. La forma subyacente es “*perkwu”; en Itálico “*p-kw”- deviene “*kw-kw- mediante asimilación retroactiva, como en “quinque” (=cinco) que viene de “*penkwe”. Formas relacionadas con “roble” están preservadas aquí y allá en Germano, con el cambio regular de (p) a (f).
En el original Celta la (p) desapareció, probablemente con la (h) como etapa intermedia. En las montañas “Hercinias” o la selva en Centro Europa mencionada por los escritores clásicos se aprecia el reflejo Celta de “*perkwun(i)yo”, o “*perkwun(i)ya”. Esta formación sería apropiada para el ámbito de “*Perkwunos”, o sea, “las montañas boscosas”. Si esto es o no el análisis correcto, hay una forma paralela Germana en el neutro Gótico “fairguni” (*perkwunyom) “cordillera”, Antiguo Inglés “fi(e)rgen” (=montaña) sólo en compuestos, y Färge –y similares en el sur de Suecia; también formas latinizadas tales como Fergunna, Virgunnia, de las montañas metalíferas. Hay una palabra Eslava similar para referirse a “montaña boscosa”, en Eslavo de la Iglesia Antigua “pregynja”, Antiguo Ruso “peregynja”. Pero aquí la (g) no es (como en Germano) el resultado regular de “*(kw) o *(k)”, habría que tomarlo, sea como un préstamo temprano del Germano (con la reversión de (f) a (p) o asumir una forma divergente de la palabra subyacente, con un labiodental pronunciado en lugar de mudo.
POSIBLES AFINES EN EL SURESTE DE EUROPA
Inscripciones en Bulgaria atestiguan el culto a un héroe Perkos o Perkon. Era presumiblemente una divinidad antigua Tracia, y la similitud del nombre con los que arriba se mencionan ha hecho surgir la conjetura que pertenece a este contexto. No es una conjetura no-plausible, sino una que aún permanece.
El Albano “Perëndi” (=Cielo, Dios), ha sido analizado como un compuesto cuyo primer elemento está relacionado con “Perunu” y el segundo con “*dyeus”.
En Lebadea, en Beocia había un culto a una divinidad “Herkyna o Herkynna” identificada con Demeter, y un río del mismo nombre (Lycophron 153, Livio 45.27, Pausanias 9.39. 2-3). Si era originalmente un doblete de Fiorgyn, la diosa de los bosques, es comprensible que la igualara con Demeter. El problema es que “Herk- en lugar de *Perk(w)” sólo puede ser una forma Celta, muy inesperada en el lejano sur. Los Galos invadieron Grecia en el 279 a.C. aunque parece que muy difícil que dejaran una diosa tras ellos. Si la similitud del nombre de Herkyna con los arriba expuestos no es fortuita, es teóricamente posible que en cierto periodo temprano un grupo Celta escindido hubiese llegado hasta estos lugares, quizás a finales del segundo milenio o comienzos del primero cuando los Ilirios y otras tribus del noroeste estaban infiltrándose. Los nombres femeninos de los ríos es más típico de los Celtas que de los Griegos o Ilirios.
Las funciones del dios del trueno las tomó en Grecia el gran dios del cielo Zeus. Cuál era su nombre cuando aún existía como deidad independiente? Es tentador conjeturar que era Keraunos, el nombre usado en el Griego histórico para el rayo de Zeus. Es perfectamente plausible que el nombre obsoleto del dios fue usado de esta manera. Heráclito (B64) habla de Keraunos como una fuerza cósmica con propósito, aliada de Zeus y “dirigiéndolo todo”. Una inscripción Matinea de a mediados del siglo V a.C., consistente de las dos palabras “Diòs Kerauno”, señalaba un lugar donde un rayo había caído como (sagrado para) Zeus Keraunos. Todo esto es parecido al caso donde el nombre de una deidad antigua sobrevivía localmente como apellido del dios nacional que la había reemplazado.
Keraunós es explicado convencionalmente como una formación desde la misma raíz como “kera(f)idso” (=devastado, matanza, saquear). Pero siempre ha habido suspicacias respecto a que podía estar de alguna manera relacionado con “Perun y Perkunas”. Hay una forma variante Letona “perkauns” (=rayo), y “Perunu” puede provenir de “*Peraunos”. Se ha propuesto que por cuestiones de taboo que *Peraunos fue reemplazado por Keraunos porque rimaba, o que *Perkaunos se transformó en *Kerpaunos y después se borró la consonante inicial de la segunda sílaba, el mismo principio sugerido para “Perunu”. Otra hipótesis es que el epíteto Homérico anómalamente formado de Zeus “terpikeraunos”, tradiconalmente comprendido como “deleitándose en el rayo”, es derivado por metátesis de *perkwi-peraunos, “el que tiene un rayo para golpear”; el simple “keraunós” era la forma abstracta del compuesto. La similitud estructural de Keraunos con *Per(k)aunos –si esta es la reconstrucción correcta- parece demasiado grande como para ser coincidencia.
PARJANYA, INDRA
El principal dios de la tormenta Hindú es Indra, aunque tiene además otras funciones, especialmente como “el que otorga la victoria en la batalla”. Hay otras deidades cuyas energías están enfocadas más de cerca en el trueno, rayo, y lluvia: Los Maruts, que aparecen muy a menudo en asociación con Indra, y Parjanya.
Parjanya es llamado hijo de Dyaus (Rigveda, RV 7.102.1), el cual expresa su relación natural con el cielo. Algunas veces toma el lugar de Dyaus como consorte de la Tierra a la cual fertiliza con su semilla y así es el padre de las criaturas vivientes (5.83.4; 7.101.3; Avesta, AV 12.1.12,42). Está especialmente asociado con las lluvias, y “parjánya” como nombre común significa “nube-de-lluvia”. Es descrito como un toro berreando que deposita su semen en las plantas (RV 5.83.1; 7.101.6). Pero también truena (5.83.2-9; 10.66.10) y dispensador del rayo (5.83.4; AV 19.30.5, Taittiriya Samhita, TS 3.4.7.2). En un simil en el Ramayana (6.45.28) un redoble de tambor es comparado al bramido de Parjanya. Ataca a los demonios y hacedores de maldad (RV 5.83.2,9). En otro himno es implorado para dirigir su trueno y rayo contra la serpiente o serpientes, no contra la humanidad.
Su nombre parece ser pertenece a la compañía de Perkunas, Fiorgynn, y otros. Pero “*Perkwun(y)o” vendría a ser en Védico como “*Parkun(y)a”. El –jan- debe venir de “*gan” o “*gen” o “*gon”. La respuesta de los comparativistas ha sido postular “*per-g” como otra variante de “golpear” raíz detrás de “*per” y “per-kw”. Estos citan una forma Amenia en apoyo de esta teoría. La raíz expandida es proporcionada con un sufijo (ani) derivado del verbo, que lo convierte en el adjetivo “asombroso” o un nombre abstracto, y finalmente la conversión de la raíz –i- en la raíz –yo-. Pero incluso si uno admite la concurrencia de *per, *perk, y *perg, todas significando lo mismo, el resultado es que Perkunas, Perun, y Parjanya son creaciones independientes partiendo de esta raíz, cada una formada con un formante diferente, y no podemos construir un único prototipo para el nombre del dios Indo-Europeo. Para realizar esto, hay que invocar la deformación tabú, una táctica válida in principio pero desafortunadamente sujeta a una falta de control filológico total.
Después de todo esto no hay por qué abandonar la idea de un dios Indo-Europeo de la tormenta. Hay suficientes rasgos comunes entre los dioses de la tormenta históricos, tengan o no nombres relacionados, para que todo esto siga siendo una hipótesis probable. Vamos a movernos hacia atrás, desde la India hacia Islandia, hacia aquellos cuyos nombres tienen claramente otros orígenes.
Primero Indra, una deidad Indo-Irania que va hacia atrás hasta la primera mitad del segundo milenio. Su nombre está quizás relacionado con el Eslavo “*jedru” (=viril, vigoroso) es uno de los dioses nombrados en el tratado de Suppiluliuma con Mitani, y es la deidad más prominente en todo el RigVeda.
Algunas veces es presentado como hijo de Dyaus (RV 4.17.4,), otras de Tvastr. Es rey de los dioses (RV 1.174.1; AV 19.46.4). Los humanos lo invocan durante la batalla (RV 1.63.6, 81.1, 100.1, etc.). Como dios de la tormenta, es igual en “fuerza” respecto al dios de la lluvia “Parjanya” (RV 8.6.1). No obstante hay una notable diferencia en el tratamiento de los dos deidades. Parjana opera con más naturalismo que Indra. Hay imágenes pintadas, viaja en su carro, vierte el agua de su pellejo de cuero, etc. Pero no está acreditado con ningún logro mítico. Por otro lado, Indra, casi nunca causa la lluvia; sus actividades están envueltas en un lenguaje mítico y a menudo expresadas como logros ya pasados. Se recuerda como mató con su rayo Vrtra o Vala o algún otro adversario dejando, de esta manera, liberadas las aguas bloqueadas o las vacas escondidas. Veremos que estas historias contienen un elemento Indo-Europeo. Indra puede haberlo tomado de Parjanya (Müler, 1987).
Igual que Parjanya, Indra es representado algunas veces como un toro. En el sacrifico de Sakamedha un toro real tenía que bramar como señal de que Indra estaba presente para recibir su ofrenda y dispuesto para matar a Vrtra. A parte de la analogía entre el bramido del toro y el trueno, la imagen del toro es una expresión de la terrorífica fuerza de Indra, una cualidad a menudo enfatizada.
Como se puede esperar de semejante campeón, es una gran comilón y bebedor. Se come a veinte toros o cien búfalos, y se bebe lagos enteros de Soma. Después sacude el exceso de líquido de su barba, que es de color rojo (harita), que desciende como lluvia (RV 2.11.17; 10.23.1,4,96.8).
Se regocija con el título “vrtrahán”, (destructor de vrtra), que le es aplicado unas cincuenta veces en el RigVeda. La palabra “vrtra” denota algo o alguien que bloquea el camino, un obstáculo o enemigo. Como masculino, “Vrtráh”, es usualmente el nombre del demonio o dragón que bloquea las aguas y que es destrozado por el rayo de Indra. En tanto que neutro plural, “vrtra o vrtrani”, tiene el sentido general de “fuerzas opuestas, enemigas”. De esta manera, “vrtrahán” puede ser entendido sea como un epíteto genérico apropiado para Indra en tanto que dios de la batalla o como referencia específica a su derrota de “Vrtra” en su capacidad como dios-tormenta. En el Avesta se encuentra un dios “Werethraghna”, cuyo nombre corresponde a “vrtrahán” que presumiblemente comenzó como nombre de un Indra Iraní, aunque se desarrolló en una figura independiente. Es inequívocamente un dios de la guerra, y su nombre significa Victorioso (Werethraghna), sin ninguna referencia a un demonio de la tormenta. Se puede, pues, presumir que este era el sentido primario del título, y es muy posible que Indra tuviese este nombre antes de tomar el papel de dios de la tormenta. El monstruo “Vrtra”, o al menos su nombre, parece ser una secundaria creación, una abstracción de “vrtrahán”. Sin embargo, el héroe nacional Armenio “Vahagn”, que se desarrolló del Iraní “Werethraghna”, era celebrado como guerrero y matador de dragones, y tenía la barba roja, lo que parece ser un rasgo distintivo de los dioses-tormenta (Perkunas, Perun, Indra, Thor) Indo-Europeos.
TARHUNNA
Una de las principales deidades en el panteón Anatolio era el dios-tormenta cuyo nombre en Hitita era “Tarhunna o Tarhunta” (el Luvio Tarhunza, el Palaico Taru). La raíz en este caso es el verbo “tarh” “vencer, superar, derrotar”, pero la formación con “*u-no” es curiosamente paralela a la de Perkunas y Perun”.
La mitología de Tarhunna descrita en el ciclo de Kumarbi fue ampliamente tomada del dios-tormenta Hurrita “Tessub” y no refleja un mito Indo-Europeo. Hay, no obstante, un detalle en la historia de su nacimiento que merece ser señalada. Se encontraba atrapado en el vientre de Kumarbi con otros do dioses, crecieron ahí después que Kumarbi ingiriese la semilla de Anu, o sea, del Cielo personificado. Hay discusión, en el texto fragmentado, de cómo salir de ahí. Una de las alternativas es “el sitio correcto” que no parece ser ni la boca ni el cráneo, y es de esta manera que el dios-tormenta nace. Involucra una ruptura del cuerpo de Kumarbi, que ha de ser cosido.
Hay un intrigante paralelo en un diálogo de un himno del RigVeda que comienza con el no-nacido Indra aún dentro de su madre (no nombrada). Su madre lo ha llevado dentro durante mil meses. Ella, o alguien, le apremia para que nazca a la manera tradicional, y probada, que todos los dioses han nacido. Pero él dice, “no saldré de esa manera, es malo así. De lado por sus costillas saldré”. Y así lo hace, sin explicar por qué ve esta manera como lugar superior para salir. Macdonell sugiere que “este rasgo puede posiblemente derivarse de la noción del rayo manifestándose como saliendo de lado de la nube durante la tormenta. Esto parece plausible, y si del dios-tormenta Indo-Europeo se decía que había nacido del lado de su madre, designado como el “lugar bueno/correcto”, el motivo puede haber sido importado en la versión Hitita de la narrativa Hurrita.
ZEUS, JÚPITER, HERACLES
He sugerido que Zeus, el dios-del-cielo original, tomó las funciones tempestuosas de Karaunos. De acuerdo con Hesiodo (Teog. 140, 591-6), Zeus recibió el equipamiento necesario de los tres hijos del secundario dios-cielo Urano. Sus nombres, Brontes, Steropes, y Arges, representan el trueno (Bronté), el rayo (steropé), y el relámpago (argés keraunós). Hicieron estas armas para Zeus y se las dieron en gratitud cuando los sacó de la cárcel en la que los había metido Urano –quizás otra expresión de la erupción el relámpago desde la nube en la que había estado confinado.
Los tres hermanos reflejan un análisis de la fulminación del dios en tres aspectos: el trueno es lo que oyes, el rayo es lo que ves, y el relámpago es lo que te alcanza o golpea. Hay un interesante paralelo en una de las canciones Letonas, donde Perkons que tiene nueve hijos:
“tres golpeaban con el pie, tres gruñían, tres chispeaban”. (Mannhardt 1875; von Schroeder 1914-16).
Aquí también las tres funciones están separadas y asignadas a diferentes hermanos, mientras que una figura superior, Perkons mismo, toma el crédito de toda la producción.
Se ha mencionado arriba que Perkunas conduce un carro tirado por un cabrito o cabritos, y que el cabrito es verdaderamente lo que presagia la tormenta. Uno de los epítetos más comunes de Zeus en Homero es “aigí(F) oxos”, que significa originalmente “montando sobre un cabrito”; la interpretación tradicional como el que “viste-el-aigis” hace violencia al lenguaje. En una de las teogonías Órficas Zeus viaja hacia el cielo sobre un cabrito después de su nacimiento. El femenino “aix” presupuesto en la palabra Homérica es doblete con el masculino “ozys” que denota el cabrito o la cabra de Perkunas.
La relación especial de Perkunas y Perun con el árbol del roble (o encina) no es extraña a Zeus. Su sagrada encina en Dodona era famosa desde Homero en adelante (Od. 14.327-19.296), tenía otra en Troya (Il. 5.695,7.60). Su parcialidad respecto a las encinas es mofada por Aristófanes. Su hábito de golpearlas con el relámpago es señalada. (Il. 14.414; Luciano, diálogos 20,16).
En ausencia de una mitología independiente de Júpiter no hay por qué apoyarse en el dios Romano excepto para señalar que él también es regularmente asociaron con la encina (Quercus). “Quercus in tutela Iouis est”, escribe Servius (sobre Virg. Ecl. 1.17). el antiguo templo de Iuppiter Feretrius estaba situado cerca de una encina sobre el Capitolio (Livio 1.10.5). Muchos entendieron el título “Feretrius” como procedente de “ferire” (herir, golpear), aunque es posible que esto esté equivocado. El dios del rayo tenía un santuario separado en el Campus Martius como Iuppiter Fulgur (C. Thulin).
Ciertos aspectos del dios-tormenta Indo-Europeo que pueden haber parecido que están detrás de la dignidad de Zeus parecen haber sido transferidos a su hijo Heracles. Heracles, por supuesto, tuvo su reputación como héroe mortal, realizando grandes hazañas sobre la tierra (aunque en parte en regiones míticas de la tierra). A parte de lo que signifique la primera parte de su nombre, la segunda parte, “gloria” (cleos), los marca como un compuesto de tipo heroico, no divino. La historia de su póstuma deificación es tardía e inorgánica. No es un dios de la tormenta desplazado o venido a menos. Pero en tanto que figura fornida, musculosa, arrogante, siempre listo para la violencia, etc., tenía rasgos en común con el dio-tormenta y fue capaz de atraer otros rasgos. Como Indra, es un gran comilón; por ejemplo, en una apuesta sobre la comida con Lepreo se comió un buey entero, y la glotonería era una de sus características. Entre sus legendarias hazañas hay una que merece particular atención respecto a la mitología del dios-tormenta: su captura de las vacas de Gerión.
TARANIS, THOR
En la Galia Celta y Bretaña el dios del trueno era adorado bajo el nombre de Taranis, Taranus, o Tanarus; comparado con el Antiguo Irlandés “torann”, Galo “taran” (=trueno). El teónimo Germano correspondiente, Germano Alto Antiguo “Donar” o “Thunar”, Antiguo Noruego “Ipórr”, va hacia atrás a “*Ipunaraz”, de donde también en Inglés “Trueno” (Thunder). Todos estos parecen ser dobletes variantes, relacionados con el Latín “tonare”, “tonitrus”, Védico (s)tan, “Thunder” (trueno). Puede haber sido originalmente una onomatopeya para Thunder (trueno) que también podía ser usada para dios. Pero también se ha sugerido una conexión con el Anatolio Tarhunna, y así con la raíz verbal “tarh”, a través de una “metatesis”, “*trh Vno -> *tnh Vro”-. (Watkins 1955; F.Bader 11989).
Gracias a la conservación de la antigua literatura Noruega Thor se nos aparece con un perfil mucho más claro que Donar o Taranis (Grimm 1883-8; von Schroeder 1914-16); de Vries 1956). Se desarrolló en algo que era mucho más que el simple trueno. Era el que controlaba el tiempo y la fertilidad de la cosecha. Era amigo de los humanos y protector contra las fuerzas demoníacas, uno de los dioses más populares y bien considerado.
En los poemas de las Odas él es el hijo de Fiorgyn, que era identificado con la Tierra. La Tierra (Ioro) aparece explícitamente como su madre en otras citas (Lokasenna 58, Gylf.9). Pero Fiorgyn y su contraparte masculina Fiorgynn están ligados por sus nombres a Perkunas. Se conjetura que el oscuro Fiorgynn era una vez el padre de Thor y él mismo el antiguo dios-tormenta Germano. Que el “Trueno” (Thunder) deba ser su hijo sería análogo a Brontes, Esteropes, y Arges como hijos de Urano y asistentes de Zeus, y a los hijos tronantes de Perkons.
La conexión de Thor con los árboles la muestran los nombres de lugares Suecos y Daneses tales como Thorslund, Torslunde, “el bosque de Thor”. Un bosque de robles le estaba dedicado en Dublín.
El arma de Thor es un gran martillo “Miollnir”, que él lanza a sus víctimas. Sus objetivos son criaturas localizadas fuera de nuestro mundo, típicamente gigantes, algunos de los cuales tienen muchas cabezas. También venció al monstruo cósmico Iormungand o la Serpiente Midgard. De acuerdo con este evento es llamado “orms einbani” el que vence a la serpiente (Hymiskvida 22.3). Este título ha sido comparado con el “vrtrahán” de Indra (Vittoria Grazi 1990), aunque hemos visto que probablemente esto no se refería al comienzo a una víctima específica.
Thor tiene otros rasgos varios que son característicos de los dioses-tormenta de los Indo-Europeos. Conduce un carro tirado por dos cabritos, y el trueno es el ruido de su vehículo (Thiodolf, Haustlong 15.3). Es un gran comilón y bebedor. Es conocido por su gran barba roja (Oláfssaga Tryggvasonar 213), que él revuelve cuando se enfada (Prymskvida 1.6). El verbo empleado aquí, “dyja”, corresponde al “dhu” utilizado para describir las sacudidas de la barba de Indra en el RV 2.11.17 y 10.23.1 y 4.
Snorri afirma que Asa-Thor siempre sale victorioso debido a “honum fylgdi afl ok sterkleikr”, (“el poder y la fuerza le siguen”, (Gylf.9). De la misma manera se dice que la diosa Fuerza (devi Távisi) sigue a (sisakti)Indra como el sol a la aurora (RV 1.56.4). Hesiodo dice que Zelos, Nike, Kratos, y Bia (aspiración, victoria, poder, y fuerza) no habitan, se sientan, o van a algún sitio sino donde Zeus cuando éste dirige a lo largo del camino, y ofrece una explicación mítica (Teogonía 386-401). Sería ir demasiado lejos postular un arquetipo común para estas proposiciones teológicas paralelas. Pero merece la pena señalar todo esto.
Hay un último rasgo que liga a Indra, Heracles, y Thor. En cada caso encontramos recitales poéticos en los que se narran sus famosas hazañas. De los muchos himnos en RigVeda se podría citar, por ejemplo, 1.22.130; 2.14, 15; 4.16,19, etc. En Grecia épicas enteras fueron compuestas acerca de las acciones de Heracles, y Eurípides en su tragedia de Heracles matando a sus hijos toma esta oportunidad para resaltar sus previas realizaciones en una oda coral (359-435). Los poetas escáldicos escribieron alabanzas a Thor con enumeraciones de sus hazañas.
EL RAYO COMO ARMA
El dios de la tormenta blande típicamente su arma especial. Generalmente concebida como un bate, maza, o martillo, hecho de piedra o metal. El Anatolio Tarhunna es descrito como un bate, o hacha, o un triple relámpago. El arma de Indra es mayormente el “vájra”, probablemente “el que destroza”, de la misma raíz que el Griego “Fagnumi” (romper, golpear). Del Sánscrito viene el Tochario A “wasir”, B “wasír” (relámpago). Este es un muy antiguo nombre, representado no sólo en el Avesta “vazra” sino en el segundo elemento del nombre heroico Griego “Mele(w)agros”. También da, en tanto que palabra prestada en Fino-Ugrio, en Finlandés “vasara” (martillo) y en Mordviniano “uzer” (hacha), (De Vries 1965). Esta palabra debe haber denotado originalmente un palo ordinario o un hacha. Otro término usado para el arma de Indra es “vadhá” o (vádhar, vádhatram), con significado similar “el que golpea, destruye”. También denotado por varias palabras que significan “piedra” (asáni, ásman, ádri, párvata). El poeta del RV 7.104.4 habla de quemar dardos de piedra, forjados en las montañas.
Este arma es embellecida con mucho detalle imaginativo. Fue hecha para Indra por el artífice divino “Tvastr” (RV 1.32.1,85.9). Es de metal, “ayasa” (1.52.8,80.12). Brilla “árjuna” (3.44.5); es caliente (3.30.16); entusiasta (2.11.6; 4.22.3;6.17.10;10.96.3); cortante (1.54.4;2.30.3;7.18.18; AV 11.10.3), etc.
El “vazra” aparece con rasgos similares en el Avesta, como el arma de Mithra, que él lanza a la cabeza de los Devas (Nyayisn 1.15 = Yast 6.5). Tiene cien protuberancias y cien bocas (=cuchillas), y está hecha con oro, fuerte, amarilo –como el hierro (Yt. 10.96=132).
El efecto del “vajra” sobre “Vrtra” es devastador. Rompe su cabeza (RV 1.52.10,15; 8.6.6,76.2;10.67.12); lo desmiembra (1.32.7;8.6.13,7.23)….etc.
El “keraunos” de los poetas Griegos es fabricado para Zeus por los Cíclopes, Brontes, Steropes, y Arges, como el “vajra” de Indra es hecho por Tvastr. Es brillante, “argés”. El adjetivo deriva de la misma raíz que “árjuna”, también aplicado al arma de Indra. Es feroz (Hesiodo. Teog. 692-700, 844-6, 859-67, Píndaro. Piticas 3.58, etc.), No se dice esté hecha de metal o piedra, aunque la frase, un “yunke de bronce”, que Hesiodo imagina descendiendo del cielo a la tierra y de la tierra la Tártaro (Teog. 722-5), puede haberse referido al proyectil divino, como el Védico “ayasá”.....”ásman”, citados arriba. En las representaciones artísticas, el rayo es mostrado siendo agarrado por el puño de Zeus, típicamente con tres llamaradas puntiagudas sobresaliendo hacia fuera en cada punta. No obstante, esta iconografía deriva del arte del Cercano Oriente y no refleja la tradición Indo-Europea.
En el mito Celta no trata explícitamente con rayos. Sin embargo, la barra de hierro del Irlandés Dagda, con la que mata a los vivientes y revive a los muertos, ha sido vista como la contraparte de las armas de Indra y Thor. Thor, al menos, tenía el poder de resucitar a los muertos.
Saxo Grammaticus describe a Thor blandiendo un poderoso garrote cuyo mango está roto (clava, 3.2.10 p66). En las fuentes Noruegas es un “hamarr”, que traducimos como “martillo”, aunque no hay que imaginarse algo similar al martillo de un carpintero. Thiodolf (Haustlong 18.3) lo llama “cortante”. Estaba hecho de hierro por el enano Eitri con la ayuda de su hermano Brokk. Cuando Brokk se lo entregó a Thor le dijo que “podría golpear tan duro como quisiera, todo lo que tuviese delante, y el martillo no erraría; y si lo lanzaba, tampoco fallaría y nunca iría tan lejos como para no encontrar el camino de vuelta a su mano. Y si lo deseaba se hacía tan pequeño que cabía bajo su camisa. Pero tenía el defecto que la empuñadura era más bien corta” (Skáldsk, 35).
Que el arma de Thor representa al rayo lo evidencia su nombre y es reconocido en la historia del gigante “Hrungnir”, que ve el relámpago y escucha el trueno inmediatamente antes que aparezca Thor y le lanzase el martillo con efecto fatal (Skáldsk, 17). Matar a los gigantes y trolls es la principal ocupación del martillo. Su efecto es descrito rompiendo la cabeza de la víctima (Gylf. 21, 48; Skáldsk. 17); no hay como en el caso de Indra, muerte por fuego (quemaduras). Pero también podía restaurar la vida, como aparece en un episodio en el que Thor mata a sus cabras, banquetea gracias a ellas, y los resucita la mañana siguiente, usando el martillo para santificar las pieles (Gylf. 44).
El nombre del martillo era Miollnir, del proto-Germano “*melduniyaz”. La maza de Perkons tiene similar designación en Letón, “milna”, del Báltico “*mildna”. Estos términos se relacionen por un lado a una serie de palabras en otros lenguajes con el significado de “martillo” (hammer) o “mazo” (Luvio “maldani”, Latín “malleus”, Ruso “mólot”, Bretón “mell”), y por otro con palabras que significan “relámpago” (Antiguo Eslavo “mluniji”, Ruso “mólnija”, Prusiano Antiguo “mealde”, Galo “mellt”; Islandés “myln” =fuego). La noción subyacente es la de aplastar o pulverizar, como en Griego “míle” (molino, moler) y los verbos Latinos “molare”, Ruso “molót”. Los escalones semánticos con aplastar: instrumento para aplastar; relámpago; rayo (Ernout-Meillet 1959).
Las armas de los dioses-tormenta Bálticos y Eslavos no descritas tan consistentemente. Perkunas y Perun arrojan una lanza. Pero Perkunas algunas veces tiene un martillo, que vuelve a su mano cuando es lanzado; esto quizás sea una préstamo Germano. Perun algunas veces dispara una flecha (strelá) (M. Gimbutas, 1973). El Letón Perkons tiene su “milna”, pero otras veces una espada, una barra de hierro, flechas, o balas de piedra. Con todo estas, como con el martillo de Thor, el énfasis está en el impacto físico del rayo y no en la brillantez o las llamas. Pero el “Piarun” Bieloruso, dicen, es capaz de crear el destello del rayo entre dos piedras. Esto es de algún interés, dado que lo mismo se dice de Indra (RV 2.12.3):
“El que al matar la serpiente hizo fluir los siete ríos,
el que liberó a las vacas con la eliminación de Vala,
el que generó fuego entre dos piedras,
el vencedor en el combate –él, Oh pueblos, es Indra!”
Dado que el daño causado por el rayo es concebido como debido a un impacto de un objeto sólido, surge la cuestión de cómo el dios responsable es capaz de repetir esta acción indefinidamente. Hay dos respuestas alternativas, quizás ambas pertenezcan a la antigüedad Indo-Europea. O quizás el dios obtiene su arma de vuelta cada vez que la lanza, o tiene un inexhaustible suplemento de municiones.
También hemos visto que Miollnir retorna a Thor, y que lo mismo se dice del martillo de Perkunas. Lo mismo se dice del proyectil de Dagda. Pero no se dice lo mismo del “vajra” de Indra, aunque en el Mahabharata tiene una espada con esta propiedad. En tiempos de los Romanos había la creencia de que el rayo regresaba al cielo (Ciceron, de adivinatione 2.45; Lucrecio 6.89-9). A nivel mítico había una historia en la que era llevado de vuelta a Zeus por su pájaro, el águila (Manil. 5.489, 500).
Por otro lado está atestiguada la creencia popular por toda Europa y Asia, así como en partes de Áfriva, que ciertos tipos de piedra encontradas en la tierra son piedras del trueno y tienen propiedades mágicas, especialmente la de proteger la casa contra futuros rayos. Se cree ampliamente que la piedratrueno cuando es lanzada desde el cielo penetra la tierra a una profundidad de varios pies, y surge gradualmente después a la superficie durante un periodo de muchos días o años. Esta creencia está ligada a las piedras tipo cuñas afiladas o semejantes a un hacha, hachas, de hecho, en muchos casos, herramientas prehistóricas. Estos son los objetos conocidos como “la piedra de Perkunas”, “las flechas de Perkunas”, y semejantes. Estas ideas están atestiguadas en los autores Clásicos (Plinio, 2.246; 37.234; Lydus, De ostentis 35; Grimm (1883-8); von Schroeder (1914-16); mejor documentados en C. Blinkenberg, El Arma del Trueno en la Religión y el Folklore (The Thunderweapon in Religion and Folklore) Cambridge 1911.
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