IDENTIDAD ÉTNICA ENTRE EDOM, ISRAEL, Y MADIÁN BÍBLICOS: CONTEXTOS MORTUORIOS EN LAS TIERRAS BAJAS DE EDOM
El conflicto con y la resistencia hacia otros grupos étnicos es uno de los primeros catalizadores para la formación y mantenimiento de la identidad étnica. Se puede sugerir que la cristalización de la identidad Edomita tuvo lugar mediante conflictos con grupos tribales vecinos, como los Israelitas y Madianitas. Los datos para probar esta hipótesis vienen de recientes excavaciones de un cementerio de la Edad de Hierro del siglo X A.C. en una región conocida históricamente como las tierras bajas de Edom.
Como uno está interesado en comprender el proceso que lleva a la etnogénesis, tendremos que profundizar en el tiempo e ir más allá de los siglos VI y VII a.C., que es cuando sabemos que un estado Edomita, con su propio alfabeto, arquitectura, y otros equipamientos del estado ya existía (Bienkowski 2002; Crowell 2004; Porter 2004).
La más temprana referencia a Edom viene de fuentes Egipcias datadas a finales del siglo XIII a.C., en particular, en el papiro Anastasi VI. Este documento contiene un informe de un oficial de fronteras Egipcio que sirvió durante el reinado del Faraón Merneptah (ca. 1224-1214 a.C.)- el mismo Merneptah cuya estela descubierta en Tebas por Sir Flinders Petrie en 1896 conserva la más temprana mención del antiguo grupo étnico conocido como “Israel”(Shanks 1992). Respecto a la región de Edom, el Papiro Anastasi VI dice: “Hemos dejado pasar a las tribus Beduinas de Edom la Fortaleza de Merne-Ptah Hotep-hir-Maat --- vida, prosperidad, salud--- la cual está (en) Tjeku,, hacia las albercas de Per-Atum… para mantenerlos con vida a ellos y su ganado.”
Hay otras fuentes Egipcias de los siglos XIV al XII a.C. que mencionan Edom, y también Seir –otro, quizá, nombre temprano de Edom. Por ejemplo, en una de las cartas de la Amarna de finales de la Edad de Bronce ( mediados del siglo XIV), el Rey Abdi-heba de Jerusalem escribió al Faraón Egipcio Amenhotep III: “El país del rey está perdido: hay guerra contra nosotros, hasta las tierras de Seir y las de Gat-Carmel!” (EA 288; Pritchard 1969).
Recientemente, Yuval Goren, Israel Finkelstein, y Nadav Na´aman (Goren 2004) llevaron a cabo un análisis petrogáfico de esta tablilla de Amarna y demostraron que era una tablilla hecha en Jerusalem, de las colinas centrales de Israel. Esta referencia a Seir del siglo XIV a.C. ofrece una confirmación textual extrabíblica de que el nombre de Seir era usado en la región del Mediterráneo oriental incluso antes que en las fuentes Bíblicas.
A mediados del siglo XII a.C., hay pruebas adicionales que Seir era un lugar geográfico bien conocida de loas antiguos Egipcios. Por ejemplo, en el Papiro Harris I, Ramsés III (1193-1162 a.C.) afirma: “He destruido las tribus de Seir entre las tribus Shosu. He arrasado sus tiendas, con sus gentes, pertenencias, y su ganado innumerable” (ver Albright 1944; Giveon 1971).
Aunque estas tempranas fuentes Egipcias nos dicen que los habitantes de Seir/Edom eran “Shosu/Shasu”, un pueblo nómada, no nos dicen como se llamaban a sí mismos la gente de Seir/Edom. De acuerdo con Ward (1972), “Shasu” probablemente deriva sea de una raíz del norte Semítico que significa “bandoleros/saqueadores” o de una palabra Egipcia que significa “deambular”. El término aparece sólo en fuentes Egipcias del periodo 1500-1100 a.C. Se refiere a gente y territorio, no designaba a un grupo étnico sino más bien a una clase social (Ward 1992). Así, Shasu es similar al término genérico Árabe de Beduino o “pastor nómada”. Sin embargo, esos documentos Egipcios ofrecen una rica contribución a la reconstrucción histórica porque confirman que el término del Noroeste Semítico “Edom” (Avishur 1996) ya estaba en uso en la región durante los finales del siglo XIII a.C. y que la base de la subsistencia social de los habitantes de esta región desértica era el pastoreo nómada. Pero el problema persiste –cuando aparecen los Edomitas en los documentos históricos?
LA BIBLIA HEBREA Y EL TEMPRANO EDOM
Al contrario de Moab, que produjo al menos una fuente histórica, La Piedra Moabita (Harrison y Barlow 2005; Routledge 2004), no hay registros históricos del antiguo Edom. Así, sin fuentes históricas propias, los Edomitas, en tanto que grupo étnico separado, aparecen más temprano en la Biblia Hebrea. Como Bartlett (1992) señala, alguna información se puede deducir de Génesis 36 referente a los primeros habitantes de Edom, pero en su forma actual la información viene de una fuente relacionada con el editor tardío Israelita del siglo VI a.C. En el relato Bíblico acerca del epónimo “Esaú que es Edom” (Gén. 36:1), los Edomitas están relacionados con los Hebreos dado que Esaú era nieto de Abraham el Hebreo y era hijo de Isaac. Como hermanos gemelos de Jacob-Israel, la relación entre los dos pueblos era cercana pero antagonista. De acuerdo con Avishur (1996) es posible distinguir con elementos tempranos y tardíos en la composición étnica de Edom. Asi, en la tradición Deuteronómica acerca de los antiguos colonos de Edom antes de la llegada de los hebreos, se afirma: “En Seir habitaron los joritas; pero los hijos de Esaú los desposeyeron, y exterminándolos, se establecieron en su tierra” (Deut. 2:12).
De acuerdo con E. A. Knauf (1992), este desplazamiento de la población Jorita a cargo de los Edomitas refleja el desplazamiento Israelita o la conquista de los Cananeos presentada por la escuela Deuteronomista en el libro de Josué. Gén. 14:6 asume que no hay diferencia entre las regiones de Edom y Seir, algo con lo que no está de acuerdo Knauf. Knauf argumenta que es importante distinguir “Edom de Seir” como áreas separadas al sur de Transjordania, con los “hijos de Esaú” habitantes de Edom, a los que localiza en la zona agrícola de la meseta Transjordana, de los Joritas que ocupaban las laderas boscosas de los montes. Al tomar esta posición Knauf ignora la posibilidad de diferentes modelos de “asentamientos Edomita”, igual que hay un rango de modelos para explicar los “asentamientos Israelitas” (Shanks 1992) basándose en las diferentes narrativas de las relaciones de Israel con los Cananeos reflejadas en Josué y Jueces. Sin embargo, como bien señalan las fuentes extrabíblicas Egipcias, Seir y Edom son términos para designar la misma región del sur de Transjordania y ocasionalmente, partes del Negev (Kitchen 1992). Así, la idea de Knauf que Edom y Seir eran microzonas diferentes al sur del Jordán pierde credibilidad. Además, localizando Seir en las “laderas boscosas” de la meseta Edomita, las tierras bajas de Edom –el distrito de Faynan rico en cobre- quedan fuera del modelo de Knauf.
De acuerdo con Avishur (1996), Génesis 36 indica que con anterioridad a la conquista de Edom por David, se pueden distinguir dos periodos: el “periodo de los jefes” y el “periodo de los reyes”. Esto es paralelo a la división de la historia Israelita en el “periodo de los jueces” y “el periodo de la monarquía”. Si nos centramos en el “periodo de los jefes” (en Hebreo, ´allufim), la estructura tribal de Edom también es paralela a la de Israel durante el “periodo de los jueces” (Shalins 1968). Mientras que Génesis 38 menciona sólo 11 jefes en Edom, Avishur dice que el duodécimo nombre aparece en la Septuaginta, aunque ha sido eliminado del texto de la Masorética. Marshall Sahlins, antropólogo, ha usado el modelo de clan cónico, basado en el modelo de pueblo Polinesio, para describir un amplio rango de sociedades a nivel de complejos de pueblos, incluyendo a los antiguos Israelitas, sociedades en Asia Central y partes de África, así como los pueblos Celtas. La organización en doce jefaturas de los clanes cónicos es característica de un número de grupos étnicos conocidos por la Biblia Hebrea, o sea, los Najoritas (Gén. 22:20-24), los Ismaelitas (Gén. 25:13-15), los Israelitas, y los Edomitas. Esta organización social en clan cónico es típica de las sociedades nómadas del Oriente Medio tanto en la etnografía (Barfield 1993; Musil 1927) como en los registros históricos (Faust 2006; Levy y Holl 2002), y ofrece el crisol primario en el cual la etnogénesis Edomita e Israelita cristalizaron.
ANTROPOLOGÍA E IDENTIDAD ÉTNICA
Ahora que hemos descrito la naturaleza tribal de la organización social en la Tardía Edad de Bronce y la temprana Edad de Hierro en el noroeste de Arabia y sur del Jordán, es necesario definir qué significa identidad étnica. para el antropólogo George De Vos (1995), la etnicidad se refiere a la “autopercepción de la inclusión de aquellos que tienen en común una serie de tradiciones no compartidas por otros con los que están en contacto”. Algunas de esas tradiciones incluyen creencias y prácticas religiosas de un pueblo, lenguaje, patrones estéticos culturales (como sabor de la comida, bailes tradicionales, estilos de vestimenta, y definiciones de belleza física), un sentido compartido de la continuidad histórica, ascendencia común o lugar de origen, territorialidad, y especialización económica. Muchas de esas variables tienen un signo arqueológico.
Con esta comprensión de la etnicidad, se puede ahora echar un vistazo a la etnogénesis, el proceso por el que se forman los grupos étnicos. De acuerdo con (Seymour – Smith 1986), la etnogénesis se refiere a “la construcción de la identidad de grupo y a la persistencia de rasgos culturales de un pueblo que sufre cambios rápidos y radicales. También se puede usar para referirse a un nuevo sistema étnico emergente de una amalgama de otros grupos”. Bajo este concepto de la formación étnica en un contexto de cambios culturales rápidos está la noción de resistencia a “los otros”. Como bien muestra A. Faust (2006), en su estudio de la antigua etnogénesis Israelita, la resistencia es un factor clave que promueve la etnogénesis.
Como ya he indicado arriba, durante la Edad de Bronce tardía hasta la temprana Edad de Hierro, la Biblia Hebrea y otros textos antiguos se refieren a una amplia gama de grupos étnicos en el sur del Levante. Incluían a Cananeos, Amoritas, Hititas, Egipcios, Perezitas, Hivitas, Joritas, Israelitas, Jebusitas, Amalekitas, Madianitas, Filisteos, y Shasu. Cerca de los siglo X-VIII a.C., muchos de estos grupos étnicos evolucionaron en mini-estados “étnicos” secundarios tales com Aram, Fenicia, Filistea, Judá, Israel, Ammon, Moab, Edom.
Hay un número de razones por las que el mejor lugar para comenzar la investigación de la etnogénesis Edomita es el cementerio de la Edad de Hierro en el Wadi Fidan. Lo más cerca que los arqueólogos, historiadores, y bioantropólogos pueden estar de la gente que vivió en una región histórica son los restos de esqueletos encontrados en contextos mortuorios (Pearson 2000). Gracias a las excavaciones del 2004 en este cementerio, se descubrieron 255 individuos de 172 contextos de enterramiento diferentes (Levy, Najjar, Muniz 2005). Segundo, una nueva serie de datos del radio-carbono de este cementerio lo sitúan con seguridad en el siglo X a.C., muy cerca en el tiempo de las referencias Egipcias a Edom-Seir (Kitchen 1992), así como de los primeros poemas en la Biblia (Freedman 1980) que se relacionan con esta región tales como la “Canción del Mar” (Éxod. 15) y “El Canto de Debora” (Jueces 5). Tercero, como indican los registros antropológicos la noción de “territorietalidad” entre grupos sociales está marcada por el establecimiento de cementerios separados en el país (Chapman 1981), el gran cementerio de la Edad de Hierro en Wadi Fidan ofrece un lugar ideal para investigar el crecimiento de la población de esta parte de Edom. Y, cuarto, cualquier ofrenda encontrada en este cementerio puede ofrecer importantes datos a cerca de las creencias socio-religiosas e identidad de la población enterrada.
Entre los aspectos más notables del cementerio de la Edad de Hierro en Wadi Fidan están las diferencias estilística de este sitio mortuorio (relacionado con pastores nómadas) y las tumbas contemporáneas en Judá, Ammon, y otras regiones vecinas (Bloch-Smith 1992; Faust 2004; Tubb 1997; Yassine 1983). Estudios más tempranos explican en detalle los correlatos arqueológicos que conectan este cementerio a una comunidad de pastores nómadas y es probable que sean éstos los nómadas Shasu (Levy, Adams, y Muniz 2004; Levy, Adams, y Shafiq 1999). Hasta hoy, Wadi Fidan puede ser el cementerio de pastores nómadas mejor excavado comprensivamente en la Arabia del noroeste y sur de Jordania. Así, ofrece una buena posibilidad para examinar la formación de la población pastoral nómada en esta parte de Jordania.
El cementerio WF fue inicialmente investigado por R.B. Adams (1991), quien lo relacionó con el pueblo de Wadi Fidan en la Temprana Edad de Bronce localizado en la orilla opuesta del Wadi (río) Fidan (Adams y Genz 1995; Levy, Adams, Najjar 1999). La primera excavación a gran escala fue realizada por T.E. Levy y Adams en 1997, cuando 62 tumbas circulares fueron excavadas (Levy, Adams, y Shafiq 1999) y el sitio fue subsiguientemente fechado en la Edad de Hierro. Se encontraron enterradas en la tumba 92 Joyas y otros utensilios y una sola toma de radiocarbono tomada de una granada situaron al cementerio en la Edad de Hierro. En el 2003 y 2004, Levy y M. Najjar realizaron excavaciones de este sitio bajo los auspicios del Departamento de Antigüedades de Jordania siendo el número de tumbas excavados en el cementerio de 287.
Las tumbas tienen típicamente un círculo de piedras de unos 1.0-1.8 m. de diámetro. En muchos casos, las estructuras mortuorias elaboradas eran construidas sobre la superficie del sitio entre las tumbas del cementerio, consistían de pavimentos, estructuras rectangulares, círculos concéntricos con piedras en posición vertical, y otras estructuras. Las prueba del radiocarbono sugieren que el principal periodo en que estuvo en uso el cementerio fue durante el siglo X a.C. Esto ha sido confirmado por un sello Egipcio encontrado como ofrenda en la Tumba 91. De acuerdo con Stefan Munger (en Levy 2005), este tipo de sello es típico de la transición entre la E. de Hierro IB y Hierro IIA. En términos Egipcios, esto se relaciona primariamente con la 21 Dinastía (1075-945 a.C.), con ejemplos encontrados en Tell Abu Hawam, Gezer, Tell el Far´ah (Sur), Megido, y otros sitios. La correlación temporal entre el sello de la tumba 91 y las fechas del radiocarbono del cementerio es remarcable indicando que la mayoría de las actividades de enterramientos tuvieron lugar durante los periodos de la E. de Hierro I tardía y E. de Hierro II. Investigaciones ampliadas a un radio de 5 Kms., de Wadi Fidan no encontraron pueblos cercanos, lo que refuerza la interpretación que este cementerio era un indicador territorial importante para los habitantes nómadas de las tierras bajas de Edom.
SUMARIO E INTERPRETACIONES
Esta investigación hay que considerarla como un trabajo en progreso dado que la investigación arqueológica sobre la Edad de Hierro en Edom está aún en su infancia. Sin embargo, lo que está cada vez más claro a cerca de las tierras bajas de Edom es la importancia de conceptualizar a los Edomitas como uno de los pueblos tribales que surgieron de la mezcla étnica en el noroeste de Arabia y sur de Jordania hacia finales de la Edad de Bronce. Esto incluye ciertamente a los Israelitas, Edomitas, y Madianitas. Los cercanos lazos entre “Esaú que es Edom” (Gén. 36:1) y sus hermano gemelo Jacob/Israel son bien conocidos. Los lazos entre los Israelitas y los Madianitas en la Edad de Bronce Tardía y comienzos de la de Hierro, cuyo territorio estaba situado al norte de Hijaz (Bawden 1983; Parr 1982; Rothenberg 1998; Rothenberg y Glass 1983), eran consanguíneos y al mismo tiempo enconados, como lo eran los lazos entre los Israelitas y los Edomitas (Halpern 2001; 2005). En el artículo sobre Rubén (en este blog) primogénito de Jacob, he indicado la relación tan cercana entre Israel y Madián basado en la tradición según la cual Moisés se casó con una Madianita y guardaba el ganado de un sacerdote de Madián (Éxod. 2:21; 3:13-15), y basado en el papel tan importante que jugaron los Madianitas en el Monte Sinaí, donde el sacerdote de Madián ofrecía sacrificios a Yahvé e instituyó un sistema jurídico (Éxod. 18). Por una serie de razones, incluyendo el hecho que la cerámica Madianita característicamente decorada no se encuentre en la Península del Sinaí sino que su punto de origen se encuentra en el centro Madianita de Qurayyah en el noroeste de Arabia Saudita, y a lo largo del sur de Jordania y Temán (al sur de Israel), Cross argumenta que el Monte Sinai (Horeb) hay que buscarlo al sur de Edom o norte de Madian, no en la Península del Sinaí.
Las excavaciones en Khirbat en-Nahas, a unos 50 Kms. al sur del Mar Muerto, ofrecen la mejor evidencia de cerámica del norte Madianita en la región del Wadi Araba que separa el moderno Israel y Jordania (Levy, Adams, Najjar 2004). A pesar de los problemas cuando se trata de relacionar la cerámica con grupos étnicos distintos, si la conocida distribución de cerámica Madianita la unimos a las tradiciones Bíblicas que asocian Yahvé con Edom/Seir, como en el Canto de Debora (Jueces 5:4), donde se afirma que Yahvé viene de la región de Edom, el caso para que el Monte Sinaí esté en Edom o la región de Madián tiene sentido. La idea de que la tradición de Yahvé está enraizada en Edom puede encontrar apoyo en por los registros Egipcios de la Tardía Edad de Bronce que relacionan al dios “yhw”=Yahvé con los nómadas Shasu de Edom (Giveon 1971; Levy, Adams, y Muniz 2004; Rainey 1995; Ward 1992). Todo esto es importante para el estudio de la etnogénesis Edomita dado que reúne algunos de los datos arqueológicos, bíblicos, y extrabíblicos que indican que esas tres sociedades –Israel, Edom, y Madián- se interrelacionaron de manera significativa y profunda en el caldero del Noroeste de Arabia y Jordania en la Edad de Bronce Tardía y comienzos de la de Hierro. Así, los conflictos y resistencias entre esos tres grupos, por razones aún no elucidadas, llevaron al proceso de fusión tan típico de las sociedades tribales encendiendo la chispa de las etnogénesis tanto Israelita como Edomita. La sección Israelita se desplazó desde Jordania y noroeste de Arabia hacia Canán (Faust 2006; Shanks 1992), mientras que la sección Edomita desplazó a la población local (Joritas?) de Seir y se estableció en las tierras bajas de Edom en la vecindad del distrito rico en cobre de Faynan al sur de Jordania.
El intenso uso del cementerio de la Edad de Hierro en el Wadi Fidan durante el siglo X a.C. se puede ver como expresión mayor de territorialidad de esta población nómada siguiendo el proceso de fusión que afectó a las confederaciones del noroeste de Arabia y Jordania a comienzos de la Edad de Bronce Tardía. Los datos de las recientes excavaciones y estudios de radiocarbono en de la Edad de Hierro en Khirbat en-Nahas, localizada a unos 5 kms. al noreste de Wadi Fidan, ilustran que hay un profundo periodo de historia en Edom que alcanza desde el siglo XII al IX a.C. (Higham 2005; Levy, Najjar, van der Plicht 2005). En Khirbat en-Nahas, la cerámica de Qurayya o “Madianita”, escarabajos, cerámica Chipro-Fenicia, y jaras pintadas de negro pueden indicar oscilaciones en las interacciones a lo largo de este periodo entre Edomitas, Fenicios, Egipcios, Israelitas, y Madianitas. Las excavaciones en el cementerio de Wadi Fidan sugieren que cerca del siglo X a.C. había una amplia población nómada en las tierras bajas con sus propias marcas étnicas como los monumentos mortuorios circulares, y prácticas de enterramiento. Algunos de esos rituales incluían la envoltura del fallecido en sudarios de cuero (Levy 1999), las ofrendas de enterramiento eran granadas, y el emplazamiento de piedras de pie antropomórficamente abstractas (en Hebreo “massebot”) con rasgos de nariz y orejas estilizadas. El cementerio de Wadi Fidan refleja el mismo tipo de organización social segmentada, quizá de acuerdo a un nivel de clan cónico de integración social como está implícito en la “Canción del Mar”, donde se menciona a los príncipes de Edom (Éxod. 15:15) a finales de la Edad de Bronce –un patrón de organización que puede haberse extendido hasta el siglo X a.C. Los escarabajos Egipcios y los sellos encontrados en Khirbat en-Nahas y en el cementerio de Wadi Fidan indican que los nómadas tenían conexión con Egipto desde finales del siglo XV a.C. hasta el X a.C., ofreciendo evidencia arqueológica de las tribus nómadas Shasu en el Papiro Harris, Papiro Anastasi, y otras fuentes extrabíblicas aludidas arriba.
Concluyendo, de los siglos XII al X a.C. la identidad Edomita toma forma mediante la interacción local y procesos de resistencia con las sociedades vecinas tales como Israelitas y Madianitas, y grupos sociales unidos por relaciones de sangre y lazos matrimoniales. Estas relaciones se extienden hacia atrás en el tiempo hasta el periodo en que el único nombre que podemos relacionar con los habitantes de Seir/Edom y noroeste de Arabia es el término Egipcio “Shasu”. Cerca del siglo VI a.C. los editores Hebreos copilaron la Biblia (Friedman 1988), los varios grupos étnicos en competencia en el Noroeste de Arabia eran conocidos como Madianitas, Edomitas, Israelitas y la relación entre ellos era entendida en términos de familiares, casamientos, historia, y mito. Quizá el último desarrollo en la etnogénesis Edomita tuvo lugar durante los siglos VII-VI a.C., cuando el alfabeto Edomita se desarrolló para el uso de las élites en su sociedad (Di Vito 1993; Porter 2004). Los nuevos datos arqueológicos de las tierras bajas de Edom brevemente aquí tratados, encajan bien con los textos Bíblicos y Egipcios, lo que sugiere que para la mayor parte de su historia los Edomitas siguieron estando organizados de acuerdo con una estructura social tribal (LaBianca 1999; LaBianca y Younker 1995). Mucho trabajo falta para clarificar la naturaleza de la organización social en Edom durante los siglos VII y VI a.C., cuando fue establecida en los altos en lugares como Busayra la arquitectura monumental palaciega (Bienkowski 2002) y la región estaba bajo dominio Asirio. Sabemos que la tensión y resistencia entre las sociedades de Israel y Edom continuó durante este tiempo dando lugar a la etnogénesis Edomita e Israelita.
ENTERRAMIENTO CIRCULAR CON PIEDRAS DE PIE
ESCARABAJO ENCONTRADO EN UNA TUMBA; URAEOS (ESPECIE DE SERPIENTE SAGRADA)
VISTA DE UNA TUMBA
VISTA DE LA EXCAVACIÓN EN EL WADI (RÍO) FIDAN
PIEDRA ANTROPOMÓRFICA
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