martes, 30 de agosto de 2022

MAYA, EL VELO


EL VELO IMPENETRABLE

El velo impenetrable sustrae a la mirada algo demasiado sagrado o demasiado íntimo. El velo de Isis sugiere los dos aspectos, puesto que el cuerpo de la Diosa coincide con el Sanctasanctórum. Lo "sagrado" se refiere al aspecto divino Jalal, la "Majestad"; lo "íntimo", por su parte, se refiere al Jamal, a la "Belleza"; Majestad cegadora y Belleza embriagadora. El Velo transparente, por el contrario, revela tanto lo sagrado como lo íntimo, como un santuario que abre su puerta o como una novia que se entrega, o como un novio que acoge y toma posesión. 
Cuando el Velo es tupido, oculta a la Divinidad: está hecho de las formas que constituyen el mundo, pero son también las pasiones del alma; el Velo tupido está tejido de fenómenos sensoriales alrededor de nosotros y de fenómenos pasionales en nosotros mismos. Un error es un elemento pasional en la medida en que es importante y en la medida en que el hombre se aferra a él. El espesor del Velo es a la vez objetivo y subjetivo , en el mundo y en el alma: es subjetivo en el mundo en la medida en que nuestra mente no penetra la esencia de las formas, y es objetivo en el alma en el sentido de que las pasiones o los pensamientos son fenómenos. 
Cuando el Velo es transparente, revela la Divinidad: está hecho de las formas en la medida en que éstas comunican sus contenidos espirituales, los comprendamos o no. De una manera análoga, las virtudes dejan tras lucirse las Cualidades divinas, mientras que los vicios indican su ausencia o, lo que viene a ser lo mismo, su contrario. La transparencia del Velo es a la vez objetiva y subjetiva, porque si por una parte las formas son transparentes, no en el aspecto de su existencia, sino en el de sus mensaje, por otra parte es nuestro espíritu el que las hace transparentes por su penetración. La trascendencia hace más tupido el Velo, la inmanencia lo vuelve transparente, ya sea en el mundo objetivo o en nosotros mismos, a causa de nuestra toma de conciencia de la Esencia subyacente, aunque, desde un punto de vista completamente diferente, la comprensión de la transcendencia sea un fenómeno de transparencia, mientras que, por el contrario, el goce bruto de lo que nos es ofrecido en virtud da la inmanencia, es con toda evidencia un fenómeno de oscurecimiento. 
En el Islam, la ambigüedad del Velo se expresa mediante las dos nociones de "abstracción" (tanzih) y "semejanza" (tashbih). Desde el primer punto de vista, la luz sensible no es nada en comparación con la Luz divina, que es la única que "es"; "ninguna cosa se Le parece", dice el Corán, proclamando así la transcendencia. Desde el segundo punto de vista, la luz sensible "es" la Luz divina --o "no es otra cosa" que ésta-- pero manifestada en determinado plano de existencia, o a través de determinado velo existencial; "Dios es la Luz de los cielos y de la tierra", dice también el Corán, por lo tanto la luz sensible se Le parece, "es Él" en cierto aspecto, el de la inmanencia. A la "abstracción" metafísica le corresponde la "soledad" mística, khalwah, cuya expresión ritual es el retiro espiritual; la "semejanza", por su parte, da lugar a la gracia de la "irradiación", jalwah, cuya expresión ritual es la invocación de Dios practicada en común. Misterio de transcendencia o de "contracción" (qabd), por una parte, y misterio de inmanencia o de "dilatación" (bast), por otra. La khalwah separa al mundo, la jalwah lo transforma en santuario. 

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