viernes, 26 de agosto de 2022

MAYA, EL VELO

EL MISTERIO DEL VELO
EL VELO EVOCA POR SÍ MISMO LA IDEA DE MISTERIO, por el hecho de que oculta a la mirada algo demasiado sagrado o demasiado íntimo; pero posee asimismo un misterio en su propia naturaleza, en cuanto se convierte en el símbolo del ocultamiento universal. El velo cósmico y metacósmico es un misterio porque procede de las profundidades de la Naturaleza divina. Según los vedantistas, no se puede explicar Maya, aunque sea inevitable constatar su presencia. Maya, como Atma, no tiene origen ni fin.
La noción hindú de la "Ilusión", Maya, coincide con el simbolismo islámico del "Velo", Hijab: la Ilusión universal es un poder que por una parte oculta y por otra parte revela. Es el Velo ante el Rostro de Allah, o también, según una extensión del simbolismo, es la serie de los setenta mil velos de luz y de oscuridad que, ya sea por clemencia, ya sea por rigor, tamizan la Irradiación fulgurante de la Divinidad. 
El velo es un misterio porque la Relatividad lo es. Lo Absoluto, o lo Incondicionado, es misterioso a fuerza de evidencia, pero lo Relativo, o lo condicionado, lo es a fuerza de ininteligibilidad. Si no se puede comprender el absoluto es porque su luminosidad es cegadora; por el contrario, si no se puede comprender lo Relativo, es porque su oscuridad no ofrece ningún punto de referencia. Al menos es así cuando consideramos la Relatividad en su apariencia de arbitrariedad, pues se hace inteligible en la medida en que comunica el Absoluto, o en la medida en que aparece como emanación del Absoluto. Comunicar el Absoluto, velándolo al mismo tiempo, es la razón de ser de lo relativo. 
Hay que intentar penetrar el misterio de la Relatividad a partir del Absoluto o en función de éste, lo que nos obliga --o nos permite-- discernir la raíz de la Relatividad en el propio Absoluto: y esta raíz no es otra cosa que la Infinitud, la cual es inseparable de lo Real, que siendo absoluto, es necesariamente infinito. Esta Infinitud implica la Irradiación, porque el bien tiende a comunicarse, como observó San Agustín; la infinitud de lo Real no es otra cosa que su poder de Amor. Y el misterio de la Irradiación lo explica todo: al irradiar, lo Real se proyecta de alguna manera "fuera de Sí mismo" y, al alejarse de Sí mismo, se hace Relatividad en la medida misma de este alejamiento. Es cierto que este "fuera" se sitúa forzosamente en lo Real mismo, pero no por ello deja de existir como exterioridad y a título simbólico, es decir, que es "pensado" por el Infinito en virtud de su tendencia a la Irradiación, o sea, a la expansión en un vacío en realidad inexistente. Este vacío no tiene realidad más que por los Rayos que en él se proyectan. La Relatividad no es real más que por sus contenidos, que, esencialmente, son absoluto. Así, el espacio no tiene existencia más que por lo que contiene; un espacio vacío no sería ya un espacio, sería la nada. 
Así, el prototipo principal del Velo es la dimensión divina de la Infinitud, que irradia, por decirlo así, de lo Incondicionado a la vez que no deja de ser una cualidad rigurosamente intrínseca. En el Absoluto, Shiva Shakti son idénticos. La Maya separativa y caprichosa, la que engaña, no surge inexplicablemente de la nada, sino que procede de la propia naturaleza de Atma, pues, como el bien tiene por definición tendencia a comunicarse, el "Sumo Bien" no puede no irradiar por sí mismo y en su Esencia, y después --y a modo de consecuencia-- a partir de sí mismo y fuera de sí mismo; al ser Verdad, "Dios es Amor".
Esto quiere decir que en Dios hay un primer Velo, a saber, la tendencia puramente principal y esencial a la comunicación, y por lo tanto a la contingencia, tendencia que permanece estrictamente en la Esencia divina. El segundo velo es el efecto por decirlo así extrínseco del primero: es el Principio ontológico, el Ser creador que concibe las Ideas o las Posibilidades de las cosas. El Ser da origen a un tercer Velo, el Logos creador, que produce el Universo, y éste es también, y en cierto modo a fortiori, un Velo que a la vez disimula y transmite los tesoros del Sumo Bien. 


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