viernes, 31 de octubre de 2008

LOS FRAWASHIS

LOS FRAWASHIS

Uno de los fenómenos más complejos e inusuales del Zoroastrismo es el de los Frawashis. Los Frawashis son espíritus guardianes, que realizan diferentes funciones. En un aspecto, son una banda de noventa y nueve mil, novecientos noventa y nueve poderosas deidades cuyas funciones y modos operativos son varios. En su segundo aspecto, el cual en la práctica actual, opuesto a la referencia literaria, puede haber sido más importante que el primero, son espíritus de los antepasados. Finalmente, los Frawashis es uno de los elementos espirituales de la personalidad humana. El significado de la palabra Frawashi no es seguro. El problema es que hay numerosos verbos del tipo “war” de los que puede derivar la palabra (fra-w(a)r-ti). Las dos mejores candidatas parecen ser “war” – “cubrir, proteger, protegerse contra, conjurar”, y *war – (IE uel-), equivalente al Latín “valeo”. Si esta última es correcta, entonces Frawashi significaría algo así como “pre-eminente valor”, y de esta manera aplicado a alguien que posee dicho valor, “héroe”. Hay que señalar que aunque la palabra es femenina en género, no hay indicación alguna de que los Frawashis sean mujeres. En una instancia, donde, desafortunadamente, la traducción es muy tentativa, están referidos como hombres “héroes” (naro).

Los Frawashis figuran más prominentemente en el Avesta como una banda o ejército de guerreros que vuela desde el cielo para proteger al mundo material amenazado por los devas. Más allá de la visión del mundo Zoroastriano, la cual divide al mundo entre drugwants y ashawans, entre daewas y ahuras, los Frawashis preservan un rasgo antiguo amoral también encontrado en Mitra, en que ayudan al partido que primero los adora y uno puede asumir que la atención prestada al culto antes de la batalla por parte de los Iranios era importante. Aunque la habilidad guerrera era su principal característica, los Frawashis tenían otros poder derivados de otras fuentes, o sea la posesión de poder predecir y la gloria. El Yasht 13 nos dice como estos asisten a Ahura Mazda en la creación y mantenimiento del universo mediante su “sabiduría y gloria” (angham raya xwarenanghaca). Es interesante ver que así como Darío dice repetidamente (Ahura mazda-mai upastam abara)= “Ahura Mazda me ha ayudado”, así mismo Ahura Mazda dice: “ellos me ayudaron” ([frawashayo] me baren upastam). La noción de poder creador que reside en el conocimiento es un rasgo arcaico de la religión Aria. En otras citas del Avesta, la frase (ahe raya xwarenanghaca) =”gracias a su rayi y xwarenah” se ha convertido en refrán usado para alabar a todas las deidades, donde Rayi está asociado con un homónimo significando “riqueza, opulencia”. En contraste con la teología Sasánida Zoroastriana, donde los Frawashis son creación de Ahura Mazda, aquí aparecen como co-eternos con él.

En su papel como guerreros y mantenedores del propio orden cósmico, los Frawashis junto con Aredwi Sura Anahita, Tishtrya, y Satawaesa, están involucrados en la sin fin lucha por el agua. Además de ayudar a las deidades arriba mencionadas, ellos mismo lucha por el agua que fluye del Wouru.kasha, el mar. Cada Frawashi debe asegurar el agua necesaria para las familias y clanes bajo su protección personal.

El Yasht de los Frawashis, Sts. 49-52 da claro testimonio del hecho de que en cierta manera los Frawashis eran vistos como espíritus de los antepasados. Ahí están descritos como llegando a sus respectivos asentamientos en e festival Hamaspath maedaya. Este festival, cuyo nombre es de significado incierto funcionaba como un “día de todos los Santos”, los últimos días ( o día) del año, en cuyo tiempo los espíritus de los fallecidos retornan a sus casas en la tierra para ser recibidos con la debida hospitalidad por los vivientes. La parte final del Yasht contiene largas listas con nombres de fallecidos cuyos frawashis han de ser adorados. En el Zoroastrismo tardío, el culto a los frawashis de los fallecidos es una parte importante del complejo de las ceremonias funerarias y sus consiguientes ritos conmemorativos. La asociación de los frawashis con los muertos se puede observar fuera del Zoroastrismo en el uso en la cristiana Sogdiana de la palabra frwrt-qty (casa del frawart), i.e., “tumba”.

El tercer aspecto del frawashi es el de espíritu guardián, como elemento espiritual de la personalidad humana. Como muchos pueblos, los antiguos Iranios contaban con un número de lo que nosotros llamamos almas. A parte del “principio vital” (ahu) y la conciencia (baodhah), había tres elementos que disfrutaban de una existencia independiente y especial. Es lo más cercano a la moderna noción de alma, traducida como “urwan”. Es la facultad moral que guía al individuo. Cuando una persona muere, es el “urwan” lo que pasa a la otra existencia. Es juzgado de acuerdo a sus buenas y malas acciones, y deberá sufrir castigo o premios de acuerdo al juicio. Los Zoroastrianos creen que después de la muerte el urwan permanece cerca del cuerpo durante tres días, después, llevado por Wayu, viaja hacia el puente del Cinwat (Puente del juicio) donde es juzgada. Las almas consideradas buenas cruzan el puente y parten hacia el cielo; aquellas consideradas malas, caen en el abismo. En todo esto el frawashi del fallecido juega el papel de guardián del alma, igual que guarda al alma durante la vida. El cuadro escatológico no está completo sin la introducción de la tercer entidad espiritual, la Daena (un homónimo de la palabra para “religión”). La Daena parece ser un doble espiritual del individuo, el cual está involucrado en las decisiones morales y religiosas que uno ha de realizar durante la vida. En el puente del Cinwat, el urwan encuentra a su Daena, que puede aparecer en la forma de una bella doncella, si es bueno, o en la forma de una fea mujer, si es malo. La evidencia para esta clase de creencias es escasa en el Avesta, pero no la contradice. Como en los libros en Pahlavi, hay una cierta confusión entre el urwan y el frawashi. En una parte (Y. 16.7), las almas de los fallecidos en el cielo son llamadas específicamente los Frawashis de los justos.

El frawashi, en sí mismo, se puede suponer, pre-existe al individuo para el cual está destinado como espíritu guardián. Disfruta de una existencia independiente como deidad, y es aparentemente inmune a la realidad moral del individuo, aunque, es cierto, que sólo el frawashi de los justos es mencionado. También, a diferencia del urwan, es igualmente inmune a la muerte del individuo. Se puede concluir sobre la base de prácticas tardías que una vez que el urwan ha sido enviado a su lugar correspondiente, el frawashi del fallecido deviene objeto de veneración. El urwan, residente en el cielo o infierno, sería incapaz de atender los asuntos mundanos, mientras que el frawashi será perfectamente capaz de hacerlo.

Los orígenes de los Frawashis, si es que se pueden conocer, pueden ser encontrados en varios lugares, dado que no hay contraparte en los Vedas. Mientras que los Frawashis son las únicas deidades colectivas en la religión Irania, hay un número de grupos semejante en los Vedas. Con un grupo, los Maruts, los Frawashis comparten su naturaleza guerrera y de manera vaga su preocupación por el agua. Como espíritus de los antepasados de cada persona fallecida, son como los Pitaras o manes (manusyah pitarah). Respecto a sus poderes divinos parecen tener cierta afinidad con los Añgirases, los “padres celestiales” (devah pitarah). No se conoce precedente de su papel como espíritus guardianes. Si los Frawashis representan una combinación posterior de entidades originalmente separadas o un complejo antiguo es un tema sin fácil solución. En cualquier caso, es uno de los únicos conceptos verdaderamente Zoroastriano.

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