ZARATUSTRA
El Lamento de la Vaca (Yasna 29)
Quizás el mejor conocido y más interesante de los Gathas es el llamado “El Lamento de la Vaca”, (Yasna 29). En la forma de un diálogo dramático expresa el sufrimiento de la Vaca a manos de las fuerzas de la Mentira. Ella clama a Ahura Mazda y a los otros Ahuras (i.e., los Amesha Spentas) para que le expliquen su desgraciada condición. En particular, se desespera por el abandono y falta de un adecuado pastor para su protección. Después de cierta discusión nacida de la indecisión, puesto que los Ahuras parecen incapaces de encontrarle un protector, Zaratustra es reconocido como el único que puede realizar este trabajo. La elección de Zaratustra no satisface a la vaca, que lo ve muy débil. Debe, no obstante, adaptarse a esta decisión y aceptar a Zaratustra, el Gatha termina cono una oración inconclusa para garantizar el poder a Zaratustra.
El Gatha es difícil de entender en detalle por una variedad de razones. Uno de los problemas más obvios es que el diálogo es tan complejo que no se puede estar seguro en muchos casos de quien está hablando o, de quién se está hablando. Hay que asumir que el narrador, quien introduce el discurso en las citas 1, 2, 6, y 9, es Zaratustra mismo. También está claro que esas citas la Vaca, el Creador de la Vaca, y Ahura Mazda hablan. Respecto a las restantes citas, los temas no están tan claros. La cita 3 es tan oscura que nada cierto se puede decir acerca, aunque se puede asumir que el que habla es la Verdad (Asha), que es cuestionada en la cita 2. Las dos citas finales son de Zaratustra. Con todo esto, uno puede ver que el Gatha tiene lugar en el contexto de los dos suplicantes, la Vaca y Zaratustra, por un lado, y los divinos Ahuras, por el otro; y, además, que hay un diálogo no sólo entre esos dos niveles de ser sino entre los Ahuras mismos.
La identidad del Creador de la Vaca (Geush tashan) no es completamente cierta. Históricamente deriva probablemente de la figura Indo-Irania de los Artesanos, conocidos en las partes más tempranas del Rgveda como Tvastr y en el Avesta como Thvoreshtar (ver cita 6), mientras que dentro del sistema teológico de Zaratustra ha sido transformado en Spenta Mainyu, el aspecto creador de Ahura Mazda, sin perder completamente su independencia. El hecho que Zaratustra conserva la mayoría de las veces (excepto en Y. 51.7) la nomenclatura tradicional para esta figura, en lugar de someterla completamente a los Amesha Spenta, da la impresión que el “Lamento de la Vaca” está basado en cierta manera en una tradición heredada, que no es la creación de Zaratustra. B. Lincoln dice al respecto que los Indo-Iranios eran los únicos posesores de un mito del “lamento del Bovino”, el cual, al existir como una elaboración del más extendido mito Indo-Europeo del asalto al ganado, dramatiza el conflicto entre guerreros y sacerdotes sobre el derecho a la posesión de ganado. En el mito, (obviamente una creación sacerdotal) la Vaca se queja a las deidades acerca del maltrato del que es objeto a manos de las bandas de guerreros asaltantes. Las deidades mantienen un consejo y deciden confiar la Vaca a un sacerdote, quien viene a ser el verdadero dueño de las vacas y de sus productos, esencialmente en el servicio ritual a los dioses. Estoy de acuerdo con Lincoln en lo que se refiere al origen del “Lamento del Bovino” en el contexto del pasado Ario, del robo de ganado; ahora, no puedo aceptar el resto de la reconstrucción que afirma que en todo esto lo que hay es una lucha de clases. En el caso de la evidencia India cuando trata con Vasistha (el sacerdote) y Visvamitra (el guerrero), el tema del conflicto de castas es obvio; pero tal y como aparece en la épica del Ramayana, no podría el mito ser igualmente una reinterpretación Indo-Aria del tema de las castas? Cuando uno se vuelva hacia la evidencia Irania (incluyendo el Yasna 10.38, citas 84-86), se da cuenta que los ladrones de ganado están activos, y que el elemento del conflicto de clases no es el tema. La razón de esto es que el robo de ganado, aunque realizado por gente armada, era algo en lo que participaba y obtenía beneficios toda la comunidad. Dado que no hay evidencia que los sacerdotes formaran sus propias comunidades independientes de las de los guerreros. La idea de que el mito Indo-Iranio reflejaba una situación en la que grupos armados robaban a los sacerdotes desarmados quienes no tenían otro recurso que los dioses y su propia magia es difícil de aceptar. De hecho, si uno lee el Y. 29.9 correctamente, la Vaca no sólo se desespera al tener a un sacerdote como cuidador, sino que también anticipa a un poderoso gobernante que apoyará a Zaratustra, una figura realizada en la persona de su patrón eventual, Vishtaspa.
Hasta años recientes ha habido general acuerdo en que, en grandes rasgos, el “Lamento del Alma de la Vaca” es un retrato alegórico del conflicto de dos maneras de vida y religión en el este de Irán, y de la lucha de Zaratustra para establecer su manera de vida religiosa. Zaratustra, el Alma de la Vaca, y los Ahuras representan una forma de agricultura pacífica y benévola, sedentaria en la que la cría de ganado jugaba un papel importante.
En contra de ellos están los nómadas salvajes, sin ley, seguidores de las antiguas costumbre, todos adoradores de los Daewas. A este nivel, el conflicto ocurre en diferentes momentos históricos en la historia Iraní. El conflicto es esencialmente sociológico. En otro nivel, el conflicto es visto no tanto como sociológico como religioso, y específicamente ritualista. O sea, los Daewas quienes han elegido la Falsedad realizan sacrificios violentos, orgiásticos, y sangrientos, mientras que Zaratustra y los seguidores de la Verdad respetan a la Vaca, tratándola de manera ritualmente correcta. Contra esta interpretación ha ido ganando terreno otra teoría en las recientes discusiones por S. Insler y H.P. Schmidt, o sea, que la Vaca en los Gathas tiene poco que ver con “La vaca en la pradera”, amenazada por los ladrones de ganado y cruelmente sacrificada por sacerdotes malos; más bien esta es una figura alegórica representando la visión religiosa, la “Daena”. La teoría se apoya en el Rgveda donde en ocasiones la vaca (dhenu o gav) es sin duda usada como una metáfora para la poesía o la visión poética (dhi). También permite todo esto dar sentido a ciertos recónditos versos Gáthicos. Al contrario del Rgveda, no obstante, los Gathas nunca hacen explícita la ecuación gaw=Daena (también de la raíz (d (h) i). Considerando la oscuridad de estos textos, este hecho lo deja a uno en duda como para viajar más allá de lo desconocido. Quizás, como dice Schmidt, con más búsqueda se podrá establecer la teoría sobre terreno firme, pero por ahora debe sólo ser mantenida como hipótesis.
En resumen, se puede decir que el “Lamento de la Vaca” está basado en un antiguo tema mítico acerca del sufrimiento de la vaca a manos de los ladrones. Zaratustra ha reformado el mito para reflejar su percepción del mundo, un mundo donde los pacíficos seguidores de Ahura Mazda son enfrentados contra gente que realizan el robo de ganado. Aunque se pueda sacar de otros contextos Gathicos la conclusión de que los Daewas requerían el tratamiento ritual de la Vaca, tratamiento aborrecido por Zaratustra, este elemento no es aparente en el “Lamento”. Además, hay que aceptar la posibilidad de que para Zaratustra el tema del “Lamento de la Vaca” debía ser entendido a nivel espiritual así como a nivel mundano. Aquí el mito deviene una alegoría de las vicisitudes sufridas por el alma del hombre justo en su búsqueda de la “buena visión”.
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