DEUTERONOMIO
El
libro del Deuteronomio toma su nombre de la traducción Griega de una frase en Deuteronomio 17:18, que prescribe que el rey ha de
tener “una copia de la Ley” escrita para él
por los sacerdotes Levitas. La expresión Griega, “deutero
nomos”, significa más bien “segunda ley”,
aunque esta designación del libro no es inapropiada. El Deuteronomio es de
hecho una segunda formulación de la Ley, después de la que fue dada en Éxodo.
Aunque el nombre más usual Hebreo para el libro es tomado, según la costumbre,
de la frase de apertura: “Éstas son las palabras….”
El
Deuteronomio es presentado como discurso de despedida de Moisés, antes que los
Israelitas cruzasen el Jordán para entrar en la tierra prometida. Moisés
recuerda la promulgación de la Ley en la montaña de la revelación, que en
Deuteronomio es consistentemente llamada Horeb. Hay dos introducciones, que
probablemente reflejan dos etapas en la composición del libro. La primera en 1:1, dice “Éstas son las
palabras que dirigió Moisés a todo Israel”. La segunda, en 4:44-49, dice “Ésta es
la ley que Moisés expuso a los Israelitas”. La palabra “ley” “torah”
también puede significar “instrucción”, aunque
la traducción “ley” es justificada en el caso
del Deuteronomio. Las dos introducciones capturan bien el compuesto carácter
del libro. Es una colección de leyes (primariamente en caps. 12-26), aunque también tiene un fuerte carácter
homilítico, especialmente en la larga sección introductoria de los capítulos 1-11. Así, ha sido a menudo caracterizada como la
“ley predicada”. Se presta a ser usada en
contextos cultuales.
El
libro también contiene otras clases de materiales. Los capítulos 27-28 describen una ceremonia en la que la mitad
de las tribus de Israel aparecen en el Monte Gerizim
y recitan bendiciones, mientras la otra mitad aparece en el Monte Ebal y recita maldiciones. (Las dos montañas
miran hacia Siquem. Josué 23 describe una
ceremonia de renovación de la alianza en Siquem después que los Israelitas
habían ocupado el país). Deuteronomio 29:1/28:69
señala el comienzo de un nuevo discurso de Moisés: “Éstas
son las palabras de la alianza que Yahvé mandó a Moisés concluir con los
israelitas en el país de Moab, aparte de la alianza que había concluido con ellos en el Horeb”. Una vez
completado el discurso informa a los Israelitas que no cruzará el Jordán con
ellos, y señala a Josué, hijo de Nún, como sucesor. Deuteronomio
32 contiene una larga canción de Moisés, la cual resume el punto de
vista del Deuteronomio acerca de la historia temprana de Israel. Deuteronomio 33, introducido formalmente como “La bendición con la que Moisés, hombre de Dios, bendijo a
los israelitas antes de morir”, es un antiguo poema, acerca de las
tribus, comparable con la Bendición de Jacob en Génesis
49. Deuteronomio cierra con un breve relato de la muerte de Moisés en el
capítulo 34, el cual es algunas veces
atribuido a la fuente Elohista.
La
estructura del Deuteronomio como un todo se puede resumir como sigue:
1. Discursos motivacionales que
incluyen algunas memorias de la historia de Israel (1-11).
2. Las leyes (12-26).
3. Maldiciones y bendiciones (27-28).
4. Materiales concluyentes,
algunos de los cuales tienen el carácter de apéndices(29-34).
Aparte
de los capítulos finales, el libro tiene un estilo mucho más consistente y
distintivo que otros libros del Pentateuco. Incluso si fue compuesto en etapas,
los escribas que contribuyeron en su crecimiento deben haber formado parte de
alguna misma escuela o tradición. El estilo es distintivo en el uso de un
discurso directo, y un elevado tono personal. Hay una cierta vacilación entre
el uso de la segunda persona singular y la segunda persona plural (ver cap.
12). Esto ha sido tomado algunas veces como signo de una compuesta autoría,
aunque no es necesariamente así. Las variaciones pueden ser por razones
estilísticas, para resaltar el sentido del discurso personal en algunas
secciones.
EL MODELO DE TRATADO
De
manera más clara que ningún otro libro bíblico, el Deuteronomio es influenciado
por los tratados del antiguo Medio Oriente. Hay que señalar la relevancia de
los tratados Hititas del segundo milenio respecto a la idea bíblica de alianza,
en conexión con la revelación del Sinaí en el libro del Éxodo. Aunque en el
caso del Deuteronomio, sin embargo, hay paralelos mucho más cercanos con los Tratados
de Vasallaje de Esarhadon (VTE), rey Asirio que reinó en el siglo séptimo a.C.
(681-669), descubiertos en 1965. (Los tratado de Vasallaje son los realizados
entre un poder superior y sus sujetos). Asiria era el poder dominante en el
Medio Oriente en aquella época. El padre de Esarhaddon, Sanaquerib, había
arrasado Judá y se había hecho pagar tributo, y hay evidencia que Judá era
vasallo de Asiria en tiempos de Esarhaddon.
Los
tratados Asirios eran esencialmente promesas de lealtad impuestas por el rey de
Asiria para asegurar sumisión a su sucesor. El Deuteronomio es similar, cuando
Moisés transmite la sucesión a Josué, aunque el texto bíblico difiere en que la
lealtad le es prometida a su Dios, Yahvé. Otros elementos en el Deuteronomio
que recuerdan la forma de tratado incluyen la invocación del cielo y de la
tierra como testigos(4:26; 30:19; 31:28; cf.
VTE 3 [línea 25]: “está jurado por los dioses del cielo y la tierra”, ANET, 534); la deposición
del documento (Deut. 10:1-5; 31:24-26) y la
provisión para su lectura periódica (31:9-13)
y la realización de copias (17:18-19).
La
más sorprendente correspondencia entre Deuteronomio y los tratados está en el
vocabulario. En ambos documentos, la palabra “amor”
significa lealtad, y se le ordena a los sujetos amar a su señor con todo su
corazón y alma (cf. VTE parágrafo 24 [línea 266]: “Si
no amáis al príncipe designado por Asurbanipal…… como a vuestras propias
vidas…..”). Otros términos estándar para la lealtad, tanto en
Deuteronomio como en los tratados, son “seguir”,
“temer” y “oír la
voz de…….”.
No
sería correcto decir que el Deuteronomio está estructurado como el texto un
tratado. Más bien, es un discurso, una homilía, compuesta en analogía al
tratado y contiene muchos elementos de la forma del tratado. Apela a la
historia como factor motivador mucho más a menudo que en los tratados Asirios.
La apelación a la historia está tipificada en un pasaje en el capítulo 26 que
se había de recitar en conexión con la ofrenda de los primeros frutos: “Mi padre era un Arameo errante, bajó a Egipto y residió
allí siendo unos pocos hombres….”
Se
ha sugerido que es bastante plausible que el Deuteronomio pretenda ofrecer una
alternativa a los juramentos de lealtad Asirios: el pueblo de Judá es instruido
para que jure su lealtad y “amor”, no al rey
de Asiria sino a Yahvé. De ahí la fórmula en Deut.
6:4-5: “Escucha Israel: Yahvé nuestro Dios es
el único Yahvé. Amarás a Yahvé tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y
con todas tus fuerzas”. Esta no es una afirmación teórica de monoteísmo,
sino el juramento de lealtad de los Israelitas para con Yahvé solamente.
LA FECHA DEL DEUTERONOMIO
Los
paralelos con los tratados vasallos Asirios constituyen un poderoso argumento
para afirmar que el libro del Deuteronomio no fue formulado en tiempos de
Moisés sino en el siglo séptimo a.C. De hecho, la fecha del Deuteronomio se
había alargado con anterioridad al descubrimiento de los Tratados Vasallos. En
1805 un joven estudioso Alemán, W.M.L. de Wette, revolucionó a los académicos señalando
la correspondencia entre el Deuteronomio y el “libro
de la ley” que se alega fue encontrado en el templo en el 621 a.C., en
el reinado del Rey Josías de Judá. El incidente es descrito en 2 Reyes 22-23. En el transcurso de unas
reparaciones que estaban siendo realizadas en el templo, el sumo sacerdote
Jilquías informó: “He hallado en el templo de Yahvé
un rollo de la Alianza”. Cuando este libro fue leído al rey, éste rasgó
sus vestiduras en señal de aflicción, y mandó buscar a la profetisa Juldá, “porque grande es la ira de Yahvé contra nosotros, porque
nuestros padres no obedecieron las palabras de este rollo; no hicieron lo que
está escrito para nosotros”. Juldá confirmó la autenticidad del libro, y
profetizó, además: “Voy a traer el desastre sobre este
lugar y sus habitantes, todo lo dicho en el rollo que ha leído el rey de Judá”.
Según esto se puede inferir que el libro contenía maldiciones, o amenazas de
destrucción”.
Más
indicaciones de los contenidos del “libro de la ley del Señor” se pueden encontrar
en las acciones que realizó Josías en 2 Reyes 23.
Se nos dice que reunió al pueblo y “leyó ante ellos
el texto completo del rollo de la alianza hallado en el templo de Yahvé”.
Todo el pueblo se comprometió a la alianza. Entonces procedió a purgar el
templo de todos los objetos fabricados para Baal y Aserá, y “destruyó” los altos o santuarios rurales en todo el
país, donde los sacerdotes ofrecían tradicionalmente sacrificios. Después el
rey celebró la Pascua “según está escrito en este
rollo de la Alianza. La Pascua no se había celebrado de este modo en tiempo de
los Jueces que habían gobernado Israel ni en el periodo de los reyes de Israel
y de los reyes de Judá”. La novedad de esta Pascua es que no fue un
ritual familiar en el hogar, sino una fiesta de peregrinaje celebrada en
Jerusalem.
La
tendencia de las reformas de Josías está clara. No sólo prohibió el culto de
cualquier otra deidad que no fuese Yahvé, sino que prohibió el culto
sacrificial, incluso los sacrificios ofrecidos a Yahvé, fuera de Jerusalem,
derribando los “altares en los altos”. En
efecto, centralizó el culto en Jerusalem. Según 2
Reyes 18:4, se intentó sin éxito una reforma similar por el rey Ezequías
unos cien años antes de Josías. Ezequías aparentemente no tuvo a su disposición
un libro para otorgar autoridad divina a su reforma (2
Cro. 29-31 atribuye una mucho más elaborada reforma a Ezequías, aunque
su historicidad es dudosa).
El
relato de la reforma de Josías en 2 Reyes es
parte de lo que llamamos la Historia Deuteronómica, que circula a lo largo de
los libros de Josué, Jueces, Samuel, y Reyes. Según el libro de los Reyes, el
primer rey del reino del norte de Israel, Jeroboam, pecó al establecer templos
reales en oposición al de Jerusalem, uno en Betel y otro en Dan. Esta acción es
llamada “el pecado de Jeroboam”, y es tratada como el pecado original del reino
del norte en Israel. En esta Historia Deuteronómica, Josías y Ezequías (en
menor medida) son los héroes. Así pues, el relato de la reforma de Josías tiene
aspecto de ser harto tendencioso: es relatado en orden a exaltar a Josías, sin
considerar otros puntos de vista. Pero la insistencia en este relato de que la
ley de centralización no había sido observada antes de la reforma de Josías es
altamente significativa. Sugiere fuertemente que la ley Deuteronómica no era
para nada una ley antigua que acababa de ser re-descubierta, sino más bien una
innovación de a finales del siglo séptimo a.C. Esta sospecha se apoya en la
observación de paralelos muy cercanos entre el Deuteronomio y los Tratados
Vasallos de Esarhaddon. Es posible, por supuesto, que el Deuteronomio también
incluya algunas leyes antiguas, pero si es así estas fueron reformuladas en
idioma Deuteronómico. Hay que señalar también que Deut.
29:27: “Yahvé los ha arrancado de su tierra
con ira, furor y gran indignación”, presupone el exilio de las tribus
del norte a Asiria en el 722 a.C.
La
ley de centralización tiene sentido en el contexto político de finales del
siglo séptimo a.C. El reino del norte de Israel había caído en manos Asirias
unos cien años antes. En tiempos de Ezequías se trató, con éxito parcial, de
unificar al pueblo que adoraba a Yahvé alrededor del Templo en Jerusalem. En
los tiempos de Josías el imperio Asirio estaba en declive, y el joven rey se
sintió libre para expandir su control. La centralización del culto en Jerusalem
era parte de un más amplio esfuerzo para centralizar el control, esto está
reflejado en las leyes del Deuteronomio. En un aspecto, la promulgación de la
ley del Deuteronomio fue un ejercicio en las políticas de control.
ESTATUTOS Y ORDENANZAS
La
reforma de Josías parece haber estado principalmente preocupada con la
supresión de los cultos no-Yahvistas y de todo el culto sacrificial fuera de
Jerusalem. El libro del Deuteronomio tal y como lo tenemos, sin embargo, tiene
otros muchos asuntos de interés. Se puede inferir de esto que Josías también
estuvo involucrado en una amplia reforma social, o se puede también suponer que
el libro fue expandido subsiguientemente por escribas que tenían intereses
mucho más amplios. Un aspecto significativo del Deuteronomio es la revisión del
antiguo código de leyes conocido como libro de la Alianza (Éxodo 21-23). Algunos de los distintivos énfasis
del Deuteronomio pueden ser apreciados en comparación con el código más
antiguo.
Deuteronomio 15:1-11 escoge las leyes de liberación Sabáticas. No
menciona el mandamiento que la tierra ha de permanecer sin cultivar cada siete
años. La preocupación humanitaria por los pobres que es citada como razón de
esta ley en Éxodo 23:10 es tratada en otra parte del Deuteronomio: 24:19-22 ordena que se deje algo para el “forastero, el huérfano, y la viuda” durante la
cosecha y la vendimia. Deuteronomio 15 pide que cada siete años se condonen las
deudas. Hay precedentes de semejantes amnistías en el antiguo Oriente Medio
donde los reyes proclamaban actos de “justicia”
o “equidad” (Acadio “misharum”)
que involucraban la remisión de deudas y otras obligaciones, especialmente al
comienzo de sus reinados (ver Edicto de Ammisaduqa de Babilonia, siglo
diecisiete a.C.; ANET, 526-28). Deuteronomio hace de esto una ley, con
efectividad en intervalos de siete años, independiente de la política real. La
remisión de las deudas no se aplica a los extranjeros. Se trata más que nada de
reforzar la cohesión del pueblo de Israel, aunque Deuteronomio insta a una
actitud generosa y abierta.
Una
comparación más directa con el Libro de la Alianza la ofrece la ley para la
liberación de esclavos en Deut. 15:12-18. Éxodo 21 prescribe que los esclavos
Hebreos varones han de ser puestos en libertad después de seis años.
Deuteronomio aplica esta ley a todos los esclavos, sean varones o hembras.
Retiene la provisión que un esclavo pueda elegir permanecer con su amo, “porque
le ama a él y familia o porque le va bien con ellos, aunque el esclavo ya no se
verá más enfrentado con la elección entre su propia libertad y permanecer con
su esposa e hijos, como era el caso en Éxodo. Deuteronomio también va más allá
del código antiguo en su exhortación homilética a “ser generoso” con el esclavo
liberado, y añade la típica motivación Deuteronómica: “recuerda
que también tú fuiste esclavo en la tierra de Egipto”. En fin, algunas
de estas preocupaciones se encuentran ya en el Libro de la Alianza en Éxodo,
pero están bastante más desarrolladas en Deuteronomio.
El capítulo 20 establece restricciones humanitarias
sobre la guerra. La gente puede ser eximida del servicio si están prometidos
aunque no casados (o si están recién casados, 24:5),
o si han construido una casa nueva, o incluso si tienen miedo. Debe haber
algunas razones prácticas para estas exenciones. Los blandos podían minar la
moral del ejército. Las leyes también requerían restricciones en la conducta
durante la guerra. Cuando se sitie una ciudad no se talarán sus árboles. Pero
las leyes respecto al trato de los pueblos conquistados son bárbaramente duras.
Aunque en 21:10-14 encontramos un discurso más humano respecto al trato de las
mujeres prisioneras. Los antiguos conflictos armados eran salvajes, y pocos miramientos
se tenían con los prisioneros. Sin embargo, la insistencia del Deuteronomio en
que los Cananeos fuesen eliminados está en claro conflicto con las actitudes
generalmente humanas del libro.
EFECTOS DE LA CENTRALIZACIÓN
Algunas
de las innovaciones legales del Deuteronomio resultan directamente de la ley de
centralización del culto. La prohibición del culto sacrificial fuera de
Jerusalem cambió radicalmente la naturaleza de la religión Israelita. Por otro
lado, el relato de la reforma de Josías en 2 Reyes 23 deja claro que hasta esta
época hubo un amplio culto a Baal y Asherah, y que hubo varias prácticas
cultuales que el Deuteronomio ahora considera impropias. Este cuadro está
confirmado por la arqueología, que ha aclarado inscripciones que mencionan a
Yahvé y Asherah (las cuales son interpretadas de varias maneras sea como diosa
o como objeto de culto asociado con la diosa) y unas dos mil estatuillas de
terracota que describen la figura de una mujer desnuda (presumiblemente una
diosa de la fertilidad). Algunas de las prácticas suprimidas por Josías tenían
historias venerables. Los patriarcas en Génesis habían consagrado lugares de
culto que no fueron eliminados (ej. Bethel) y habían establecido pilares y
plantado árboles en ellos. Objetos consagrados al sol habían sido supuestamente
establecidos por “los reyes de Judá” (2 Reyes 23:11).
Incluso los sacrificios humanos podían ser justificados apelando a Éxodo 22:28/29 (“Me entregarás
el primogénito de tus hijos”) e incluso habían sido practicados por los
reyes de Judá.
La
reforma Deuteronómica involucró una purga de la religión Judía que la situó más
cerca del monoteísmo de lo que había estado anteriormente. Por otro lado, el
culto de Yahvé también fue transformado. La gente que vivía distante de Jerusalem
podía ahora ofrecer sacrificios sólo en las raras ocasiones que iban en
peregrinaje al Templo. Con anterioridad a todo esto, se comía carne sólo cuando
esta había sido sacrificada (excepto en el caso de algunos animales). A la luz
de las dificultades creadas por la centralización del culto, el Deuteronomio
permitía que “Siempre que lo desees, podrás matar
animales y comer su carne en cualquiera de tus ciudades”(12:15). Este cambio es a menudo descrito como una
“secularización” de la religión Israelita. El
término no es apropiado; la sociedad tal como era concebida por la ley
Deuteronómica aún quedaba impregnada por la religión. Pero es verdad que
algunas actividades que antes habían sido sacras eran ahora tenidas como
profanas, y que los rituales cultuales jugarían un papel mucho menor en las
vidas de la mayoría de las gentes.
La
centralización del culto también llevó a cabo transformaciones de la fiesta de
la Pascua. En el Libro de la Alianza, la Pascua no estaba en la lista de las
fiesta de peregrinaje, dado que era una fiesta familiar, a ser celebrada en
casa. Deuteronomio 16:2, sin embargo,
requiere que el cordero Pascual sea sacrificado “En
el lugar que elija Yahvé tu Dios para establecer allí la morada de su nombre”,
y queda claramente combinada con la Fiesta de los Panes Ácimos. En 2 Reyes 23:21-23 se nos dice que el Rey Josías
ordenó al pueblo observar la Pascua de acuerdo con el libro de la alianza (o
sea, la ley Deuteronómica, no el Libro de la Alianza en Éxodo) y que lo
hicieran en Jerusalem, aunque ninguna Pascua tal había sido observada desde los
días de los Jueces.
La
situación de los Levitas en la sociedad Israelita también fue afectada por la
centralización. Los Levitas en los santuarios rurales fueron prácticamente
puestos fuera de escena debido a la centralización del culto. Su situación es
tratada en Deut. 18:6-8, donde dice que
cualquier Levita que elija ir a Jerusalem podrá ministrar en el Templo y
participar en las ofrendas sacerdotales. Esta provisión inevitablemente creó
tensiones entre el sacerdocio de Jerusalem y los nuevos incorporados Levitas.
Según 2 Reyes 23:9, “Los sacerdotes de los altozanos no podían subir al altar de Yahvé en
Jerusalem, si bien comían los panes ázimos junto con sus hermanos”. Se
puede ver en Ezequiel 44 que las relaciones entre sacerdotes y Levitas en
Jerusalem continuó siendo controversial después del exilio en Babilonia.
CENTRALIZACIÓN Y CONTROL
La
centralización del culto es la manera más obvia como el Deuteronomio realiza
una concentración de poder en Jerusalem, aunque también tiende hacia una
sociedad más centralizada y controlada. El capítulo
13 contiene una advertencia contra profetas y otros adivinadores que
ofrezcan teorías rivales acerca de la voluntad de Dios. Deuteronomio 18:15-22 admite que hay profetas legítimos,
profetas como Moisés. (La forma en singular, “un
profeta como yo”, quiere decir claramente un tipo, aunque posteriormente
fue comprendida como refiriéndose a un individuo que vendría al final de los
tiempos). Un profeta que hable en nombre de otros dioses que no sean Yahvé es
un falso profeta, aunque Deuteronomio también reconoce que un profeta puede
hablar falsamente en nombre del Señor. La distinción entre verdadera y falsa
profecía vendría a ser un gran problema. Deuteronomio
18 ofrece un criterio simple: una profecía que no se cumpla es sin lugar
a duda falsa. Pero los profetas hacían algo más que ofrecer predicciones. La
implicación con más alcance de Deuteronomio 18
es que un verdadero profeta es “un profeta como
Moisés”. El libro del Deuteronomio fue un intento de expresar la
revelación en forma escrita y definitiva, de manera que fuese el estándar
contra el cual había de ser medida cualquier otra forma de revelación.
Algunas
leyes en Deuteronomio recortan el poder del padre en lo que concierne a los
asuntos de su familia. Si un hombre tiene dos esposas, y llega al punto en que
no le gusta una de ellas, no es libre de desheredar a sus hijos(21:15-17). Si tenía un hijo rebelde, que no era
posible disciplinar, tenía que llevarlo ante los ancianos en la puerta de la
ciudad. Podían condenarle a muerte, aunque el padre no tenía el derecho de
hacerlo. De manera similar, las disputas acerca de la virginidad de una novia
habían de ser esclarecidas en público, por los ancianos. En todo esto Deuteronomio
busca limitar la arbitrariedad por parte de los cabeza de familias e imponer
procedimiento judiciales modelos en la sociedad.
Quizá
la afirmación más remarcable de control en Deuteronomio concierne al rey, en 17:14-20. Deuteronomio deja claro que la dignidad
real es algo que se desarrolla del deseo del pueblo de ser igual que sus
pueblos vecinos. Sin embargo, es legitimada, dentro de ciertos límites. El rey
no debe ser un extranjero. No ha de “adquirir muchos caballos”, con los que
poder fundar un ejército, ni adquirir muchas mujeres (como haría Salomón), ni
adquirir mucho oro y plata. Más bien, debía tener una copia de este libro de la
ley, y leerla todos los días de su vida. Incluso el rey debía estar sujeto a la
ley. Aunque Josías era muy joven cuando comenzó a reinar, y estuvo
presumiblemente sujeto a sus consejeros durante un tiempo, es difícil creer que
hubiese promulgado semejantes leyes restrictivas para con la realeza. Lo más
probable es que este pasaje fuese añadido posteriormente al libro, después que
la realeza hubo definitivamente fracasado en la crisis Babilonia. No obstante,
está de acuerdo con la tendencia general del Deuteronomio de llevarlo todo bajo
la influencia de la ley.
LA PUREZA EN DEUTERONOMIO
En
contraste con Levítico y el Código Sacerdotal, la preocupación por la pureza no
es prominente en el Deuteronomio. Aunque no está del todo ausente tampoco. Deuteronomio 14 ofrece una lista de comidas
prohibidas muy similar a la que encontramos en Levítico
11. En el capítulo 22 hay prohibiciones
contra la manera de vestir(22:5), y contra
arar con un buey y un asno, o combinar la lana con el lino en un vestido(22:10-11).
La
pureza también es una consideración en las leyes referentes al casamiento y las
relaciones sexuales. El adulterio (sexo con otro hombre) es penalizado con la
muerte, para ambos en la pareja. Si esta ley era implementada o no, no los
sabemos. El profeta Oseas, un siglo antes del Deuteronomio, describe una manera
bastante diferente de tratar a una esposa adúltera, avergonzándola y
divorciándose de ella. La discusión acerca del divorcio en Deuteronomio 24 parece estar más preocupada con la
pureza. Si un hombre se divorcia de su esposa, y ésta se convierte en esposa de
otro y se divorcia por segunda vez, entonces el primer marido no se casará con
ella de nuevo. Hay que señalar que no hay legislación referente al divorcio en
la Biblia Hebrea. La práctica es simplemente asumida. Los versículos 1-4 son el
texto central de la discusiones sobre el divorcio en la tradición tardía. El
versículo 1 concibe el caso de un hombre que se divorcia de una mujer “porque
encuentra algún defecto en ella”. La tradición posterior infería que el
divorcio se podía permitir si un hombre encontraba “algo que le desagradara” de
su esposa. (Normalmente a las esposas no se les permitía iniciar el divorcio en
el antiguo Judaísmo. Una excepción a esta regla la encontramos entre los Judíos
en el sur de Egipto durante el periodo Persa, y posiblemente de nuevo en la
región del Mar Muerto a comienzos de nuestra era, aunque este último caso está
en discusión). En Deuteronomio “algo objetable” probablemente significaba
impureza o mala conducta sexual. Tenemos el famoso debate acerca del
significado de la frase entre las escuelas rabínicas de Shammai y Hillel en el
siglo primero a.C. Los Shammaitas trataban de restringir el poder del hombre
para divorciarse sólo en caso de adulterio,
pero la escuela de Hillel defendía que el divorcia había de ser permitido “incluso si ella rompía un plato” (Mishnah “Gittin 9-10”). Rabí Akiba iba más lejos: “Incluso cuando él encontrara una más hermosa que ella”.
LOS AUTORES DEL DEUTERONOMIO
Según
el relato en 2 Reyes 22, el libro de la ley promulgado por Josías había sido
encontrado en el Templo de Jerusalem y era presumiblemente antiguo. A la luz de
la discusión precedente, hay buenas razones para ver el descubrimiento del
libro como una mera ficción, diseñada para asegurar su aceptación inmediata por
el pueblo. El lenguaje del libro, influenciado por los tratados Asirios no permite
una fecha mucho más anterior a la época de Josías. Además, la política de
centralización, central en el libro, era la política de Josías, y el libro
parece haber sido compuesto o editado para apoyarla. Los elementos que tratan
con la centralización, sea del culto o de la autoridad, eran seguramente obra
de los escribas de Josías. Otros elementos en el libro, sin embargo, como la
discusión del divorcio, no están obviamente relacionados con la centralización.
Esos elementos también han sido editados, dado que el libro tiene un estilo
uniforme, aunque sugieren que los escribas los tomaron de una tradición legal,
que incluía, pero no estaba limitada al, Libro de la Alianza que encontramos en
Éxodo 21-23. La descripción de una ceremonia de alianza en Siquem en
Deuteronomio 27-28 también es independiente de las políticas de Josías, y puede
difícilmente haber sido compuesta por gente que quería centralizar el culto en
Jerusalem. La proveniencia de esas pre-Josiánicas tradiciones ha sido sujeto de
mucha discusión por parte de los expertos en el tema.
El
que la alianza esté localizada en Siquem sugiere fuertemente que alguna de esas
tradiciones tuvo su origen en el norte de Israel, más precisamente en los altos
centrales de Efraím. A pesar del hecho que el lugar elegido por el Señor para
centralizar el culto es ciertamente Jerusalem, no hay alusiones en Deuteronomio
al Monte Sión o a tradiciones que puedan ser asociadas con Jerusalem. En muchos
aspectos, Deuteronomio recuerda al profeta del siglo octavo del norte Oseas.
Oseas también tomó el Éxodo como su punto principal de referencia y se refirió
a Moisés como profeta. Rechazó vehemente el culto a las deidades otras que no
fueran Yahvé, especialmente Baal. También usó el lenguaje del amor para la
relación entre Dios e Israel, aunque habló del amor de Dios por Israel más que
de la obligación de Israel de amar a Dios. En contraste, hay pocos puntos de
contacto entre Deuteronomio y el profeta de Jerusalem Isaías. Hubo un gran
influjo de norteños hacia Jerusalem después de la caída del reino del Norte.
(Se sabe por la evidencia arqueológica que el tamaño de la ciudad aumentó más
del doble por esa época). No es irrazonable, pues, suponer que algunas de las
tradiciones que encontramos en Deuteronomio tuviesen origen en el norte. Además
de los círculos proféticos, de los cuales Oseas puede ser representante, los
sacerdotes Levíticos han sido sugeridos como portadores de esas tradiciones.
Los Levitas figuran prominentemente en la ceremonia de la alianza en capítulos
27-28 y son mencionados frecuentemente a lo largo del libro. No es probable que
los Levitas norteños hubieran promovido la idea que el culto sacrificial debía
ser restringido a Jerusalem, pero pueden haber conservado tradiciones acerca de
una alianza en Siquem, y leyes que habrían circulado en el norte de Israel.
Esas tradiciones pueden haber sido llevadas al sur por refugiados después de la
caída de Samaria. Es concebible que un libro que contuviese este material
estuviese escondido en el templo de Jerusalem y hubiese sido encontrado en
tiempos de Josías, aunque esta no es una hipótesis necesaria.
Hay
poca duda, sin embargo, que los autores primarios del Deuteronomio eran
escribas de Jerusalem, inicialmente al servicio de Josías. La edición del libro
presumiblemente continuó durante algún tiempo después del reinado de Josías.
Los libros históricos de Josué hasta Reyes fueron también editados desde una
perspectiva Deuteronómica, y podemos imaginarnos una escuela Deuteronómica,
cuya actividad continuó incluso después del exilio Babilonio. Los escribas de
Josías posiblemente estaban familiarizados con los tratados Asirios que les
ofrecieron un modelo para el libro en ciertos aspectos.
DEUTERONOMIO Y SABIDURÍA
Otros
aspecto del Deuteronomio sugieren un origen escribal. Esta es la afinidad
extensiva con la literatura Sapiencial. El ejemplo clásico nos lo ofrece el
libro de Proverbios. Sabiduría es esencialmente instructiva, e incorpora
proverbios tradicionales y dichos y tiene algunas más largas y didácticas
composiciones. Era un género internacional. La literatura Sapiencial Bíblica es
muy similar a las instrucciones Egipcias, y hay ejemplos de literatura similar
Mesopotamia. Esas instrucciones
están a menudo dirigidas al estudiante en segunda persona. Típicamente
no están presentadas como revelación divina sino como síntesis de la
experiencia humana. La fórmula típica de la Sabiduría es: “Escucha, hijo mío,
la enseñanza de tu padre”. Sabemos que en Egipto esas instrucciones eran usadas
para entrenar a los cortesanos y burócratas en la corte real. Probablemente
eran usadas en un contexto similar en Israel. El rey Salomón ha sido visto
tradicionalmente como el gran patrón y exponente de la sabiduría (ver, 1 Reyes 4:29-34 = 5:9-14 en TM). Una sección del
libro de los Proverbios se dice fue copiada por los hombres de Ezequías, que
fue rey de Judá unos cien años antes que Josías(Prov.
25:1).
Varias
ordenanzas que encontramos en Deuteronomio son paralelas a escritos de
Sabiduría. Requerimientos contra la eliminación o desplazamientos de las lindes
(Deut. 19:14;27:17) y la falsificación de
los pesos y medidas(25:13-16) se encuentran
no sólo en Proverbios (20:10,23;22:28;23:10)
sino también en la Sabiduría Egipcia de Amenemope. Ambos libros bíblicos
declaran semejantes acciones “una abominación del
Señor”; Amenemope las declara una abominación para el dios Ra. Deuteronomio 23:21-23 advierte que una persona que
hace una promesa no debe retrasarse en su cumplimiento, y añade: “Pero si te abstienes de hacer votos no incurrirás en culpa”.
Esta actitud contrasta con la legislación positiva acerca de los votos en Levítico 27. El libro Sapiencial de Qohelet
igualmente advierte contra retrasar el cumplimiento de un voto, y dice que “es mejor no realizarlo que realizarlo y no cumplirlo”(Qo. 5:5). Deuteronomio
23:15/16, prohíbe entregar a su amo el esclavo que ha huido de su casa y
se corresponde así con Prov. 30:10. En
contraste, las Leyes de Hammurabi declaran que dar cobijo a un esclavo que ha
huido de su amo es punible con la muerte (Código de Hammurabi 15, ANET,
166-67).
A
pesar de estas influencias Sapienciales, Deuteronomio es sin duda un código de
leyes, que frecuentemente invoca la pena de muerte como sanción por la
violación de sus leyes. También es presentado como Ley revelada en lugar de
cómo fruto de la humana experiencia, y apela a la distintiva experiencia
Israelita del Éxodo en lugar de la común naturaleza humana, como es costumbre
en la literatura Sapiencial más antigua. Sin embargo, es bastante enfático en
que la sabiduría que presenta tiene mucho de humana y terrenal (Deut. 30:11-14).
LOS EFECTOS DE LA REFORMA DEUTERONÓMICA
Los
efectos a largo plazo fueron más profundos de lo que se podría haber anticipado
en el 621 a.C. menos de una generación más tarde, Jerusalem y su Templo fueron
destruidos y sus líderes llevados al exilio en Babilonia. Los Babilonios
cambiaron la sociedad Judía de una manera tal que Josías nunca pudo llevar a
cabo. Los exiliados en Babilonia tuvieron que vivir sin su templo, pero tenían
“el libro de la ley”, el cual adquirió nueva
importancia en este contexto. A partir de aquí, el Judaísmo se convertiría
mayormente en una religión del libro. El estudio de la Ley ocuparía el lugar
del sacrificio. La sinagoga emergería gradualmente como el lugar de culto,
primero para los Judíos fuera del país de Israel, después incluso dentro del
mismo Israel. Esos cambios tuvieron lugar gradualmente, a lo largo de siglos,
aunque su origen tiene lugar en la reforma Deuteronómica, que puso un libro en
el centro de las prácticas religiosas por vez primera.
El
incremento en el énfasis de la ley escrita llevó a los escribas a la primera
línea como personal religioso más importante. Éstos eran los que podían copiar
el libro de la ley, y editarlo, y realizar inserciones en ocasiones. Eran
también los que podían leerlo e interpretarlo. El papel de los escribas
aumentaría gradualmente a lo largo de los siglos, pero de nuevo, todo esto tuvo
sus orígenes en la importancia acordada al libro de la ley en la reforma del
rey Josías.
No
sabemos cuando el Deuteronomio fue combinado con el material que encontramos en
Génesis hasta Levítico. Los estudiosos generalmente están de acuerdo en que el
Deuteronomio fue puesto originalmente junto a los libros históricos, de Josué
hasta Reyes. En algún momento después del exilio Babilonio, el libro de la ley
fue separado de los libros históricos y unido con otros relatos relacionados
con la revelación en el Monte Sinaí y las presentaciones de las Leyes. Algunas
frases Deuteronómicas se abrieron paso hasta llegar a libros tempranos, pero la
evidencia respecto a la redacción Deuteronómica de esos libros no está clara, y
es mucho menos obvia que la evidencia respecto al trabajo editorial sacerdotal.
Parece ser que los libros desde Génesis hasta Levítico fueron editados por
escritores Sacerdotales. El Deuteronomio fue añadido a este corpus, aunque hubo
relativamente poca edición o corrección Deuteronómica en los cuatro primeros
libros.
Junto
con la edición Sacerdotal de la Torah, la influencia del Deuteronomio fue una
de las más importantes en la teología Judía del periodo del Segundo Templo. El
principal énfasis de esta teología estaba en el cumplimiento de la ley.
Aquellos que la observaran prosperarían y vivirían mucho tiempo en el país.
Aquellos que no la observaran sería presa de la aflicción. Esta teología no
dejó de ser objeto de dudas en el Judaísmo del Segundo Templo. Encontramos una
crítica mayor de ella en el libro de Job. Aunque la teología Deuteronómica no
ha de ser tomada como mera religión legalista. En su centro estaba el
mandamiento de amar al Señor Dios con todo el corazón y el alma. Las ordenanzas
y mandamientos trataban con las relaciones humanas, con fuerte énfasis en la
compasión hacia los desvalidos. Los maestros Judíos durante el periodo Heleno
enseñaron que toda la ley podía resumirse en dos frases, amar a Dios y amar al
prójimo. Estas dos frases atribuidas a Jesús en los Evangeios(Mat. 22:34-40; Marcos 12:28-31; Lucas 10:25-28),
sobre los dos grandes mandamientos, resumen al menos una tendencia de la
teología del Deuteronomio tal como se desarrolló en el periodo del Segundo
Templo.
LA RELACIÓN ENTRE DEUTERONOMIO (D) Y EL CÓDIGO SACERDOTAL (P)
D Y
P representan obviamente dos tipos de teologías contrarias. La relación entre
ellas, específicamente la relación cronológica, ha sido a menudo controversial.
Hasta mediados del siglo XIX los estudiosos asumían que P era el
“Grundschrift”, o documento básico, el estrato más antiguo del Pentateuco. La
obra clásica de Graf y Wellhausen en la segunda mitad del siglo diecinueve
invirtió el orden, argumentando que P presupone el Deuteronomio y es la etapa
más tardía del desarrollo de la Torah. Este orden fue aceptado como modelo
durante la mayor parte del siglo veinte. Desde el punto de vista de Wellhausen,
la teología sacerdotal reflejaba el declive de la religión Israelita, desde las
alturas de los profetas al legalismo del “Judaísmo tardío”. La datación tardía
vino a estar asociada con un valor negativo de juicio. Los estudiosos Judíos
comprensiblemente fueron la excepción a este punto de vista. La respuesta
clásica Judía al punto de vista de Wellhausen fue la de Yehezkel Kaufmann,
quien no sólo defendió le valor espiritual de la fuente Sacerdotal (P) sino
también una datación más temprana. La datación sigue siendo controversial, más
de un siglo después de Wellhausen.
Desde
el momento que la disputa acerca de la datación involucre juicios de valor
acerca del valor espiritual de la fuente Sacerdotal o cualquier otro material,
está mal enfocada. Lo más temprano no es superior y lo más tardío inferior. Se
puede incluso argumentar que el material más tardío representa un más alto
nivel de desarrollo, aunque esto tampoco es lógicamente necesario. La cuestión
del orden cronológico no tiene nada que ver con la estimación del valor.
A
pesar de su prejuicio contra las formas ritualistas de religión (Católica así
como Judía), Wellhausen ofreció serios argumentos a favor de una fecha tardía
para P.
La
centralización del culto fue una innovación en tiempos de Josías. Deuteronomio
refleja esta innovación, y trata la cuestión de la centralización directamente.
En contraste, la centralización es asumida en P.
Relacionado
con esto está la cuestión del sacrificio profano. Deuteronomio permite la
matanza de animales como alimento a parte del sacrificio, y esta permisión está
claramente relacionada con la restricción del sacrificio a Jerusalem. Los
sacrificios profanos son asumidos en P, aunque están explícitamente prohibidos
en H (Levítico 17). Wellhausen razonó que la
aceptación del sacrificio profano en P presupone una reforma Deuteronómica.
Deuteronomio
no distingue claramente entre sacerdotes y Levitas, y a menudo se refiere a los
“Sacerdotes Levitas”. En la fuente Sacerdotal, sin embargo, los Levitas están
claramente subordinados a los sacerdotes.
Finalmente,
el calendario cultual en Levítico está más desarrollado que en Deuteronomio.
Por
otro lado del debate, se han ofrecido varios argumentos para tratar con la
antigüedad de P. Ha habido un gran aumento en lo que concierne al conocimiento
del Oriente Medio desde los tiempos de Wellhausen, y está ahora claro que las
leyes que tratan con el ritual y la pureza, el pecado y la sanción, eran parte
integral de la religión en el Oriente Medio en el segundo milenio a.C.
Consecuentemente, los intereses en estos temas ya no pueden ser relegados a un
periodo decadente supuestamente tardío de la religión Israelita o Judía. Se
admite hoy día que P es una especie de depósito de antiguas tradiciones. Aunque
esto no requiere que el documento en sí mismo sea antiguo.
El
argumento primario que ha sido ofrecido respecto a la antigüedad de P está
basado en el desarrollo del lenguaje Hebreo. Varios términos clave en P están
ya fuera de uso en el periodo pos-exílico o adquieren un significado diferente.
Por ejemplo, la palabra Sacerdotal para asamblea es “`edah”.
En los libros pos-exílicos(Esdras, Nehemías, Crónicas) el término Deuteronómico
“qahal” es usado en lugar del anterior. La
palabra “`abodah” significa “trabajo físico” en P; en Crónicas significa “culto”. Algunos han argumentado que el libro de
Ezequiel, de tiempos del exilio, es un punto de inflexión a este respecto.
Aunque comparte muchas de las preocupaciones de P, usa a menudo diferente
terminología. (Para una concisa exposición de la evidencia lingüística, ver
Milgrom, “Leviticus 1-16, 3-13”). Todo esto
demuestra que el lenguaje de P no fue inventado en el periodo exílico o
pos-exílico. Sino que el lenguaje litúrgico Sacerdotal es a menudo arcaico, y
la terminología es a menudo conservada en contextos rituales mucho después de
haber quedado fuera de uso en el lenguaje popular. (Comparar el uso del Latín
en la Misa de la Iglesia Católica Romana hasta el concilio Vaticano Segundo en
1960). Por lo tanto, la retención del lenguaje arcaico en P no demuestra
necesariamente que la composición sea antigua. Es más, algunos estudiosos han
argumentado que P usa deliberadamente este lenguaje arcaico o arcaizante. Por
ejemplo, no hay buena evidencia de que los Israelitas todavía adorasen en el
tabernáculo o en la tienda – santuario(mishkan)
durante la monarquía, sea cual fuere la época en la que plausiblemente P
pudiera haber sido compuesto. También la palabra “nasi”,
“príncipe” es usada para evocar un tiempo más temprano, antes de la monarquía.
Se puede garantizar que el lenguaje de P es antiguo y no una construcción
artificial del periodo pos-exílico, pero esto no establece la fecha en la cual
las leyes Sacerdotales tal como las encontramos en el Pentateuco fueron
formuladas.
Algunos
estudiosos han argumentado que aunque no hay caso claro de influencia
Deuteronómica en P, hay varios casos de influencia Sacerdotal en D. Por
ejemplo, Deuteronomio algunas veces le dice a los Israelitas que hagan “como yo les he mandado” en los relevantes
mandamientos que encontramos en Levítico (ej. Deut.
24:8, en referencia a las enfermedades, que es el tema en Levítico 13-14). También las leyes sobre la dieta
en Deuteronomio 14 se dicen son una adaptación de Levítico 11 (estas leyes son
típicas del Levítico, aunque excepcionales en Deuteronomio). Aunque este tema
no está tan claro como parece. La presencia de algunos elementos de la
tradición Sacerdotal, como son las leyes sobre la dieta, en Deuteronomio pueden
ser explicadas de varias maneras. Por un lado, es posible que esas leyes fuesen
conocidas en Israel aparte del libro del Levítico, incluso antes que las leyes
Sacerdotales fuesen puestas por escrito. Por otro lado, se ha sugerido a menudo
que esos elementos fueron introducidos en Deuteronomio por editores
influenciados por P, aunque no formaran parte del código original
Deuteronómico.
Este
último punto esclarece una ambigüedad en la discusión. Se acepta generalmente
que el libro del Deuteronomio no estaba completado en su forma actual en
tiempos de la reforma de Josías, sino que fue editado y expandido por escribas
durante muchas décadas después. Parece ser también que el Código Sacerdotal
evolucionó a lo largo de un periodo de tiempo. Incluso aunque se pueda
demostrar que un libro, o tradición, dependen uno/a del otro en algunos
aspectos, esto no significa necesariamente que el todo el libro o tradición
sean más tardíos. Wellhausen, de hecho, no estuvo tan interesado en el libro
del Deuteronomio como con el subyacente evento histórico de la reforma de
Josías y los cambios que llevó a cabo en la religión Israelita.
Incluso
si se garantiza que P es una especie de depósito de tradición antigua y usa
lenguaje arcaico, y que el libro del Deuteronomio está influenciado por la
tradición sacerdotal en algunos aspectos, los argumentos primarios de
Wellhausen aún han de ser considerados. El tema central siempre ha sido si P
presupone la centralización del culto. Ni P ni H exigen explícitamente que el
culto sacrificial sea confinado a un solo lugar, como lo hace Deuteronomio 12.
Dado que la legislación Sacerdotal es presentada en el contexto de la estancia
de Israel en el desierto, habla del tabernáculo y la tienda del encuentro como
lugar central de culto. La cuestión es, implicaban los autores de P que Israel
había de tener también un lugar central de culto cuando llegasen a la tierra
prometida? H solamente requería que cualquiera que ofreciese un sacrificio lo
trajese a la entrada de la tienda de la reunión/encuentro. Se ha sugerido que
esto solamente significa que el sacrificio ha de ser ofrecido en un santuario,
no necesariamente en un santuario central. Hay pocas otras indicaciones en P o
H que condonen sacrificios en múltiples santuarios. Otro caso interesante lo
ofrecen las prescripciones para la celebración de la Pascua en Éxodo 12. Aquí
se dice que el cordero ha de ser sacrificado por “toda
la asamblea de la congregación de Israel” (Éxodo
12:6; las palabras para “asamblea”, “qahal” y “congregación”, “`edah”,
son aproximadamente equivalentes; podría ser que las dos formulaciones
variantes fueron combinadas en una). El significado aquí es más fácil tomarlo
como queriendo significar que el cordero es sacrificado en una asamblea
cultual. Aunque ya hemos visto que la Pascua era una fiesta familiar hasta tiempos
de la reforma de Josías. Parecería que P presupone la transformación
Deuteronómica de la Pascua en una fiesta de peregrinaje. Sin embargo, el texto
no es tan explícito como para establecer el tema más allá de la duda. Si P era
un copilador posterior a la reforma de Josías, entonces el intento de H de
prohibir el sacrifico profano ha de ser visto como un movimiento reaccionario
en rechazo de uno de los cambios principales a los que dio lugar el
Deuteronomio. El estricto Código de Santidad era idealista, aunque no es
probable que fuese obligatorio.
Las
cambiantes relaciones entre sacerdotes y Levitas son también más fácilmente
explicadas si la legislación Sacerdotal es posterior a la reforma de Josías.
Deuteronomio se refiere a los Levitas como “sacerdotes
Levíticos”. En Deut. 18:1 se nos dice
que la tribu de Levi no tiene dote dentro de Israel, pero que comerán de los
sacrificios del Señor. Después de la reforma de Josías no habían (o se supone
que no habían) sacrificios de los que comer fuera de Jerusalem. Por
consiguiente, Deuteronomio decreta que cualquier Levita podía ir al “lugar que
elija Yahvé”, ministrar allí y comer una porción igual a la de los otros
sacerdotes (Deut. 18:6-8). Sin duda esta
situación hubo de crear tensiones entre los sacerdotes que ya estaban en
Jerusalem y los que venían del campo.
Según
Deuteronomio, los sacerdotes Levitas podían servir en el santuario central en
igualdad de condiciones con los otros sacerdotes. La legislación sacerdotal,
sin embargo, en Núm. 3:6-9 y Núm. 18:1-7, es bastante explícita al respecto: la
tribu de Levi está para asistir y servir ante Aaron, aunque el sacerdocio
pertenece sólo a Aarón y sus descendientes. El papel subordinado de los Levitas
también es enfatizado en Ezequiel 44:10-14.
Este texto es del periodo exílico o pos-exílico, y acusa a los Levitas de “ir en pos de los ídolos” y, como castigo, los hace
talladores de madera y portadores de agua. Ezequiel redefine a los “sacerdotes Levitas” respecto a los Sadoquitas, los
sacerdotes tradicionales en Jerusalem. La comprensión de Ezequiel de la
relación entre sacerdotes y Levitas está esencialmente de acuerdo con la de P.
La relación era aún problemática en tiempos de la restauración de Jerusalem
después del exilio. Es aparente que los sacerdotes Sadoquitas no recibieron a
los Levitas de los santuarios en el campo como iguales en el ministerio, aunque
le hicieron un lugar en Jerusalem, este fue uno subordinado.
Finalmente,
Wellhausen tenían completamente razón en cuanto a que el calendario Sacerdotal
en Levítico 23 es el más desarrollado en la Biblia Hebrea. No solo incluye la
Pascua entre las fiestas de Peregrinaje, sino que incluye dos fiestas
importantes que no se encuentran ni siquiera en Deuteronomio. “El primer día del séptimo mes será para vosotros de gran
descanso, conmemoración al clamor de las trompetas, reunión sagrada”(Lev.23:24). Esta es la fiesta que conoceremos a
posteriori como el Rosh Hashanah, la
celebración del Año Nuevo, cuando el año comenzaba en otoño. Así, “El día décimo de ese séptimo mes es el día de la Expiación”
o Yom Kippur (23:27). Es inconcebible que el
Deuteronomio omitiese esas fiestas si eran celebradas cuando fue compuesto.
Además, el libro de Nehemías, escrito no antes de finales del siglo quinto
a.C., describe el cumplimiento del séptimo mes en tiempos de Esdras
(probablemente poco después de mediado del siglo quinto). Según Nehemías, había
un día sagrado, marcado por una solemne asamblea, el primer día del mes, pero
el siguiente cumplimiento era la Fiesta de las Tiendas o Tabernáculos, que
Levítico fecha el quince del mes. No hay mención de Yom Kippur del día décimo
del mes, aunque hay un día de ayuno el veinticuatro. A partir de esto parece
ser que el calendario cultual de Levítico 23
no había sido acabado aún a mediados del siglo quinto a.C.
Sería
muy simple decir que la fuente Sacerdotal es más tardía que el Deuteronomio,
sin calificación. Ambas fuentes contienen tradiciones antiguas, y ambas pasaron
por una amplia redacción durante un largo periodo de tiempo. Algunas de las
tradiciones contenidas en la fuente Sacerdotal pueden ser muy antiguas. Parece,
no obstante, que la parte Sacerdotal del Pentateuco fue editada después de la
reforma de Josías, y estuvo influenciada por la centralización del culto
sacrificial y los cambios que conllevó.
Finalmente,
el material Sacerdotal fue integrado con las más antiguas tradiciones
pentateucas (tradicionalmente conocidas como J y E) en un aspecto mucho más
amplio que el Deuteronomio. Hay pues buenas razones para pensar que los libro
de Génesis hasta Números fueron editados por los escritores Sacerdotales. El
Deuteronomio, al contrario, estuvo originalmente unido con los libros
históricos que seguían. No sabemos cuando fue separado de la historia e
integrado en la Torah, como quinto libro de Moisés. Aunque algunas glosas
Deuteronómicas pueden ser identificadas en los cuatro primeros libros, esto no
parece haber sido una redacción Deuteronómica de la Torah en la misma escala
que la Sacerdotal. Sin embargo, la posición climática eventualmente otorgada al
Deuteronomio hacía que para mucha gente ofreciese los lentes a través de los
cuales el Pentateuco sería interpretado en posteriores tradiciones.
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OTRAS LECTURAS
COMENTARIOS
Clements,
Ronald E. “The Book of Deuteronomy”. En NIB
2.268-538. Comentario Teológico.
Mayes,
A.D.H. “Deuteronomy”. NCB. Grand Rapids:
Eerdmans, 1981. Comentario confiable.
Miller,
Patrick D. “Deuteronomy”. IBC. Louisville:
Westminster John Knox, 1990. Bien informado.
Rad,
Gerhard von. “Deuteronomy”. Trad. D. Barton.
OTL. Philadelphia: Westminster, 1966. Influyente, pero actualmente anticuado.
ESTUDIOS
Braulik,
Georg. “The Theology of Deuteronomy: Collected
Essays of Georg Braulik OSB”. Trad. U. Lindblad. Bibal collected Essays
2.N. Richland Hills, Tex.: Bibal,
1996. Ensayo sobre el Deuteronomio por uno de los principales intérpretes
Europeos.
Brenner,
Athalya. “A Feminist Companion to Exodus to
Deuteronomy”. FCB 1/6. Sheffield: JSOT Press, 1994. Colección de ensayos
desde una perspectiva feminista.
Christensen,
Duane L., ed. “A Song of Power and the Power of
Song: Essays on the Book of Deuteronomy”. SBTS 3. Winona Lake, Ind.:
Eisenbrauns, 1993. Una amplia colección de ensayos sobre el Deuteronomio por
autores Americanos y Europeos.
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