ZURVANISMO: ZURVÁN AKARANA, EL PADRE
DE LA LUZ Y LAS TINIEBLAS
En el periodo Aqueménida la Buena Religión de Zoroastro no
sólo aumentó su influencia y autoridad sino que también sufrió el impacto de
nuevos desarrollos religiosos en el Medio Oriente: bajo la influencia Babilonia
algunas nuevas nociones religiosas y astrológicas concernientes a la naturaleza
y funciones del tiempo dieron lugar a una nueva transmutación del esquema
dualista Iranio con la emergencia de una nueva tendencia en el Zoroastrismo, el
Zurvanismo.
En el Zurvanismo, Ohrmazd y Ahriman eran vistos como gemelos
engendrados por el ser supremo Zurvan, el dios del Tiempo, posteriormente
identificado con el Destino. Aunque el Zurvanismo ha sido a menudo considerado
una religión Iraní pre-Zoroastriana independiente de un dios del tiempo, con
sus propias enseñanzas y rituales, el punto de vista prevalente es que el
Zurvanismo surgió como nueva forma del dualismo Zoroastriano modificado
buscando el origen común de Ohrmazd y Ahriman en un Tiempo-Destino deificado(1). El origen y primeras fortunas del Zurvanismo, así
como sus potenciales lazos con otras tendencias religiosas, como serían el
Orfismo, el Budismo temprano, y la tradición filosófica Griega, aún están
siendo investigados. Lo que parece cierto es que la tendencia Zurvanista en el
Zoroastrismo se desarrolló durante la época media o tardía Aqueménida en el
Irán occidental y fue particularmente influyente en los dominios Persas en Asia
Menor.
Zurvan, deidad del Infinito Tiempo-Espacio y Destino, fue
elevado al supremo estatus de principio primordial, el-sin-límites “Dios Grande
y Justo”, sin origen y fuente de todas las cosas. Zurvan vino a ser adorado
como cuaternidad, dios cuádruple, asociado con la Luz, Poder y Sabiduría y en
adición con el Tiempo. Es el primordial-Todo-inteligible-unitario que engendró
a Ohrmazd y Ahriman y la antítesis relacionada del bien y del mal, luz y
tinieblas, etc. Como última y única “fons et origo” de todas las dualidades
cósmicas, un Ser eterno pre-existente que trasciende el bien y el mal.
En la mitología Zurvanita(2),
antes que nada existiese, estaba el eterno e ilimitado Zurvan que deseó tener
un hijo que creara y presidiese sobre el cielo y la tierra como creador
Cosmcrator. Para provocar el nacimiento de un dios-creador, Zurvan se puso a
hacer sacrificios durante todo un milenio pero dudó de su eficacia y concibió
gemelos –Ohrmazd, encarnación de su sabiduría, y Ahriman, encarnación de su
duda. En algunas versiones del mito Zurvan aparece originalmente andrógino,
mientras que otras variantes introducen a una diosa Madre traída a la
existencia a comienzos de la historia cósmica que concibe a Ohrmazd y Ahriman
después del ruego de Zurvan. Como Zurvan había prometido que el primer nacido
sería consagrado rey, Ahriman, el que sería Señor de las Tienieblas y el mal,
se aventuró a rasgar el vientre , y salió fuera el primero para reclamar su
derecho a la realeza. En otras versiones Ahriaman inaugura la Mentira y
proclama que él era Ohrmazd, pero es traicionado por su naturaleza oscura y
maloliente. El luminoso y fragante Ohrmazd nació inmediatamente después de él
pero aunque Zurvan aspiraba a otorgarle la realeza al más joven de los dos, el
Señor de la bondad y la Luz, tuvo que ceder al primogénito el reino del mundo
durante un periodo de tiempo finito de 9.000 años. Aunque le otorgó de mala
gana la realeza a Ahriman, Zurvan confirió a Ohrmazd el sacerdocio con su
emblema, las ramas del Barsom. Después que Zurvan ofreciese sacrificios por su
hijo, Ohrmazd hubo de ofrecer sacrificios por su padre. Con el divino
sacerdocio a él otorgado, Ohrmazd fue hecho rey sobre Ahriman, aparentemente en
el ámbito celestial, y después del periodo de dominio de Ahriman sobre el
mundo, él había de reinar y ordenarlo todo según su voluntad.
Zurvan dota a sus dos hijos con sus respectivas armas o
“indumentaria”, que ambos eligen libremente según su voluntad y que les otorga
sus contrastadas esencias. La substancia de la luz es la esencia de Ohrmazd,
esta “forma de fuego” –brillante, blanca, redonda y de largo alcance”(Gran Bundahishn
1:44), era vista en el Zurvanismo como implementada y garantizada por su padre.
El arma elegida por Ohrmazd también estaba asociada con las ropas del
sacerdocio, “el vestido blanco brillante” que promovía el bien y destruía el
mal. En contraste, el vestido color ceniza elegido por Ahriman como su esencia
estaba asociado con el sacerdocio herético, “el conocimiento malo” y los
planetas Ahrimánicos, principalmente Saturno, el que trae la muerte. En las
“Selecciones de Zadspram”, el “vestido negro y color ceniza” que Zurvan otorgó
a Ahriman incorporaba un complemento que eran llamaradas de fuego, contenía la
substancia de “Az”, arrogancia o lujuria; el vestido también era descrito como
modelado de la substancia de la oscuridad, “mezclada con el poder de Zurvan”(3). La investidura de Ahriman con este vestido era
parte de un tratado centrado en la amenaza arquetípica de hacer que toda la
creación le amase a él y odiase a Ohrmazd, una amenaza definida como la
creencia en un principio, “que el que Mejora y Destruye es el mismo”. Si al
final de estos nueve mil años de reinado de Ahriman no se cumplía su amenaza,
su creación sería devorada por su propia arma de arrogancia y lujuria. Al
contrario de la de Ohrmazd, la investidura de Ahriman contenía la semilla de la
autodestrucción y estaba destinada a dar lugar a la extinción definitiva de la
personificación oscura de la duda de Zurvan.
Pero el papel cosmogónico de Ahriman aparece ambiguo en
algunos mitos Zurvanitas. Una fábula relata que a pesar de sus bellas
creaciones, Ohrmazd, Ohrmazd no supo cómo crear la luz; fue Ahriman quien le
impartió mediante el demonio Mahmi la fórmula para la creación de las
luminarias; mediante el incesto. La relación de Ohrmazd con su madre generó el
Sol, mientra que su unión con su hermana dio nacimiento a la Luna: estas
luminarias finalmente iluminaron la creación(4).
Por otro lado, en el Zurvanismo tardío las fortunas del hombre y el mundo eran
vistas como determinadas en el conflicto cósmico entre los doce signos del
zodiaco, los comandantes del partido de Ohrmazd, y los siete planetas, los
comandantes del partido de Ahriman, que oprimen la creación e infligen la
muerte y el mal sobre esta. Esas tendencias en el Zurvanismo dieron lugar a círculos extremadamente
fatalistas en el, cuyo enfoque en el total dominio del Tiempo-Destino estaba en
claro contraste con el ethos del Zoroastrismo en tanto que religión de la
voluntad libre. Aparte de este fatalismo, también surgieron tendencias
materialistas en el Zurvanismo que rechazaron las creencias cardinales
Zoroastrianas en el premio y castigo, Cielo e Infierno, y proclamaron todas las
cosas como materiales surgiendo del Tiempo Infinito, el primer principio del
mundo. Según otra forma de Zurvanismo, antes del nacimiento de Ohrmazd y
Ahriman Zurvan creó el fuego y el agua, considerados en la tradición
Zoroastriana como hermano y hermana, los principios masculinos y femeninos. En
este sistema Zurvanita tanto Ohrmazd como Ahriman derivaban de la combinación
de los dos primeros principios del fuego y el agua y es plausible que Ohrmazd
debiera su esencia al calor del fuego y la humedad del agua, mientras que
Ahriman habría heredado la frialdad del agua y la sequedad del fuego(5).
Lejos de ser un principio eterno e independiente, el mal en
el Zurvanismo emana de la “duda”, un especie de
caída divina o imperfección dentro de la Primera Causa, el Grande y
Justo Zurvan. La consiguiente lucha cósmica entre Ohrmazd y Ahriman está
virtualmente diseñada para restaurar la unidad e integridad de la Divinidad
absoluta. Además, los nueve milenios de lucha y mezcla entre Ohrmazd y Ahriman
en el Zoroastrismo ortodoxo fueron transformados en el Zurvanismo en un tiempo
de gobierno de Ahriman en el mundo, establecido en un tratado con Zurvan. Al
entronizar a Ahriman como Príncipe del Mundo durante 9.000 años el Zurvanismo
remodela radicalmente la historia sagrada tradicional Zoroastriana que siempre
había rechazado la idea de una era de supremacía Ahrimaniana sobre la Buena Creación
y un imperio Ahrimánico en el mundo. Sin embargo, en el siglo primero d.C., en
su “De Iside et Osiride”, Plutarco describió
la noción de un eón gobernado por Ahirman como uno de los postulados de las
enseñanzas originales del “Magus Zoroastro”. En su relato sobre la doctrina
Zoroastriana tanto “Horomazes” (Ohrmazd) como “Areimanius”(Ahriman) tienen una
supremacía de 3.000 años y luchan durante otros 3.000. la creencia de que el
principio malo viniese a dominar la creación durante un periodo limitado de
tiempo vino a ser el punto crucial de posteriores tradiciones esotéricas y
religiosas. Uno de los sistemas cosmogónicos del Bon, la religión pre-Budista
del Tibet, del que se dice fue introducido desde Tazig (Irán) es paralelo a
estos conceptos Zurvanitas, posiblemente refleja sea influencias Iranias o el
posterior impacto de las misiones Maniqueas en Asia Central y China. En esta
cosmogonía Bon, dos luces emanan del auto-creado
“Señor del Ser”, una blanca y otra negra que respectivamente engendran un
hombre blanco, el dios radiante del Ser(El Señor que ama la Existencia),
asociado con el principio del bien y el orden, y un hombre negro que encarna el
No-Ser (Infierno Negro), la fuente de las constelaciones, fuerzas demoníacas,
pestilencias y tribulaciones(6).
Además de esta trinidad cosmogónica Bon, influencias
directas o indirectas subyacen a las alusiones en el Nuevo Testamento sobre el
Diablo y el “Príncipe de este Mundo”(Juan. 16:11)
y el “dios de este mundo” (2 Cor. 4:4).
Aunque las influencias Iranias en el Nuevo Testamento son aún objeto de intenso
debate, no hay duda de que el concepto Cristiano del Diablo como dueño del
ámbito del mal y origen del pecado y la muerte estuvo determinado por las
radicales transformaciones en las nociones Judías sobre el mal y Satán en los
siglos que siguieron las dramáticas vicisitudes que transformaron y dejaron una
profunda huella en el mundo Judío en el siglo sexto a.C.-El Cautiverio en
Babilonia y el retorno a Sión.
------------------------
1.
(125)La teoría que el Zurvanismo fue una
religión pre-Zoroastriana que evolucionó en Irán occidental y fue
re-interpretada en el Zoroastrismo es definida en Benveniste en Cap. 4, “Theopompus and Plutarch”, of “The Persian Religion”, pp. 69-117, y de manera
similar, Nyberg veía a Zurvan como una deidad antigua del Irán occidental, o
sea el dios de los Magos Medios, “Die Religionen
des alten Iran”, pp. 105, 38 (cf. I.V. Rak, “Mify
drevnego i rannesrednevekovogo Irana” (St. Petersburg and Moscow, 1998),
pp. 115). Según Widengren, durante la era Parta (250 a.C. hasta el 226 d.C.)en
Irán, el Zurvanismo era independiente del Zoroastrismo(Les
Religions de Iran, pp. 240, 310), pero el peso de la evidencia indica
que el Zurvanismo surgió como tendencia religiosa dentro del Zoroastrismo y se
vio afectado por las especulaciones astronómicas y astrológicas Babilonias
–ver, por ejemplo, U. Bianchi, “Zamam i Ohrmazd: lo
zoroastrismo nelle sue origini e nella sua essenza”(Turin, 1958), pp.
130-89 y Boyce, “A History of Zoroastrianism”,
vol. 2, pp. 232-43 (ambos sitúan sus comienzos en el periodo Aqueménida); cf.
El punto de vista de R. Frye, “Zurvanism Again”,
Harvard Theological Review, 1959, pp. 65, lo data en el periodo Sasánida. Para
el punto de vista ecléctico de Zaehner, ver “Zurvan”,
pp. 5, 19-20, 80, 239-42. Gnoli también argumenta que la fórmula dualista de
Ohrmazd vs. Ahriman fue en sí misma un rasgo del sistema Zurvanita (Zoroaster´s Time and Homeland, p. 212). Boyce
ofrece argumentos que afirman que el Zurvanismo fue promocionado por los Magos
Persas en Babilonia, que a finales de la segunda mitad del siglo quinto
combinaron nuevas interpretaciones de las enseñanza Gáthicas de los dos
Espíritus con elementos de los postulados astronómicos-astrológicos Babilonios
y el nuevo movimiento obtuvo el apoyo de Darío II (A
History of Zoroastrianism”, vol. 2, pp. 240). La influencia del
Zurvanismo parece haber sido particularmente fuerte y duradera en el Irán
occidental y Asia Menor (F. Cummont, “Textes et
monuments figurés relatifs aux mystères de Mithra”(Bruselas, 1896-9),
pp. 9-10.
2.
(126)El principal mito Zurvanita es conservado
en obras no-Zoroastrianas como la obra del apologista Cristiano Armenio Eznik
de Kolb, “Wieder die Sekten”, tr. J. M.
Schmidt (Viena, 1900); y en “Zurvan”,
Zaehner reproduce las cuatro versiones paralelas del mito (pp. 419-20). La
segunda parte del libro de Zaehner(pp. 257-453) reproduce fragmentos del “Avesta” de textos extras del Avesta Zoroastriano y
de obras polémicas (Cristianas, Maniqueas e Islámicas) relevantes para el
Zurvanismo y los mitos Zurvanitas.
3.
(127)El relato de los alternativas
indumentarias, implementos, o “armamento” de Ohrmazd y Ahriman sigue la
reconstrucción de Zaehner del mito Zurvanita de la investidura, “Zurvan”, pp. 113-25, que está basado en fragmentos
del Greater Bundahishn, The Selections of Zadspram” y el “Denkart”. El argumento de Zaehner parece demostrar
que las formas de la creación de Ohrmazd de la substanci de luz, “una forma de
fuego” –brillante, blanca, redonda, y que se manifiesta lejos”, y “la forma
negra, color ceniza” de la creación de Ahriman de la substancia de la oscuridad
en el Greater Bundahishn”(1:44-9) eran vista
en el Zurvanismo como “dones” de Zurvan a sus dos hijos que los viste con sus
respectivas “personalidad” o “esencia”(Zaehener, “Zurvan”,
pp. 116, 124). El fragmento del Denkart reproducido por Zaehner, “Zurvan”, pp. 374-8 elabora el mito de las armas
alternativas de Ohrmazd, la ropa sacerdotal, su brillo y “vestido blanco
resplandeciente” versus las armas de Ahriman, el vestido del falso sacerdocio,
“el orden del mal en su estado puro”, el vestido color ceniza asociado con
Saturno. Los fragmentos de “The Selections of
Zadspram” que aluden a la “indumentaria” o “forma” otorgada por Zurvan a
Ahriman son reproducidas en el “Zurvan” de Zaehner, pp. 342 y 351, y aunque el
primer pasaje describe la indumentaria hecha de la “propia substancia de la
oscuridad mezclada con el poder de Zurvan”, en el segundo fragmento la forma
que Zurvan le da a Ahriman es “la vestimenta negra y color ceniza”, el
implemento “como en un fuego, llamarada, que atormenta a todas las criaturas,
que tienen la misma substancia de “Az” (arrogancia o lujuria)”. El segundo
fragmento alude también al tratado mediante el cual la creación de Ahriman está
condenada a ser devorada por Az si Ahriman fracasa en cumplir su amenaza de
hacer que toda la creación material odie a Ohrmazd y le ame a él, lo que es
visto como “la creencia en un principio” que identifica al que acrecienta y
destruye.
4.
(128)El mito de la creación de las luminarias
mediante el incesto celestial según las instrucciones de Ahriman está
conservado en “Wieder die Sekten” de Eznik,
y una traducción del relevante fragmento se puede encontrar en el “Zurvan” de Zaehner, pp. 438. Eliade sugiere que el
mito fue introducido para justificar las renovadas prácticas incestuosas de los
Magos, ver “A History of Religious Ideas”,
vol. 2, p. 525.
5.
(129)Zaehner, “Zurvan”,
p. 78. Este sistema Zurvanita, en el cual la creación del fuego y el agua
precede a la creación de Ohrmazd y Ahriman, está conservado en el tratado “Ulema i Islam”(Zaehner, “Zurvan”,
pp. 409-16). Los círculos fatalistas y materialistas Zurvanitas son tratados en
Zaehner, “The Dawn and Twilight”, pp. 197,
205.
6.
(131)La triada Bon, su colorido Zurvanita y la
cuestión de la influencia religiosa Irania en el Tibet son discutidas, por
ejemplo, en G. Tucci, “The Religions of Tibet”,
tr. G. Samuel (London/Berkeley, 1980), pp. 214; M. Eliade, “A History of Religious Ideas”, tr. A. Hitelbeitel
y D. Aspostolos-Cappadona (Chicago, 1985, vol. 3, pp. 267, 270(ver también el
relato de la cosmología del Bon en H. Hoffmann, “The
Ancient Tibetan Cosmology”, Tibetan Journal, 2:3-4, 1977, pp. 13-17;
sobre la figura del salvador divino en el Bon, ver el texto en H. Hoffmann, “An Acount of the Bon Religions in Gilgit”, CAJ,
13, 1969, pp. 137-46). Sobre las tradiciones que relacionan el Bon con Irán T.
Wylie, “O-lde-spurgyal and the Introduction of Bon
to Tibet”, CAJ, 8, 1963, pp. 93-104, esp. Pp. 101-2; D. Snellgrove and
H. Richardson, “A Cultural History of Tibet”(London,
1968), p. 99, R.A. Stein, “Tibetan Civilization”,
tr. J.E.S. Driver (London, 1972), pp.49, 231-2, 236, 240-1; N. Norbu, “Bon and Bonpos”, Tibetan
Review, 15:12, 1980, pp. 8-11, esp. P. 9; B.L. Bansal, “Bon, Its Encounter with buddhism in Tibet”(Delhi,
1994), pp. 27,34,50-1; para más argumentos para influencias Iraníes (la mayoría
de las veces vistas como Zurvanitas) sobre el Bon en el Tibet y las tradiciones
religiosas populares, H. Hermanns, “Das
National-Epos der Tibeter. Gling König Ge sar”(Regensburg, 1965), pp.
130-2; H. Hoffmann, “Tibet. A Handbook”(Bloomington,
1975), pp. 102-3, 106-7; A.M. Blondeau, “Les
religions du Tibet”, en H.C. Puech, “Historie
des religions III”(Paris, 1976), pp. 23-239, esp. Pp. 313-14; S.G.
Karmay, “A General Introduction to the History and
Doctrines of Bon”, “Memories of the Research Department of the Toyo Bunko”,
Nº 33, 1975, pp. 171-218, esp. Pp. 194-5; P. Du Breuil, “A Study of Some Zoroastrian and Buddhist Eschatological
Features”, K.R. Cama Oriental Institute, International Congress
Proceeding, pp. 57; argumentos de que la religión Tibetana estuvo influenciada
por el culto Iranio a Mitra han sido propuestos, particularmente por L. Gumilev
y B.I. Kuznetsov –ver, por ejemplo, L. Gumilev, “Velichie
i padenie drevnego Tibeta”, Strany i narody
Vostoka, 8, Moscú, 1969, p. 157; Searches
for an Imaginary Kingdom: The Legend of the Kingdom of Prester John(Cambridge,
1987), pp. 274-6; B. Kuznetsov, “Who Was the Founder
of Bon Religion”, Tibetan Journal, 1:1,1975, pp. 47-53 (con argumentos
que afirman que la más alta deidades de la religión Bon estaban asociadas con
la triada Irania de Ahura Mazda, Mitra, y Anahita). Para contra-argumentos a
esta teoría, ver N.L. Zhukovskaia, “Lamism i rannie
formy reeligí” (Moscú, 1977), pp. 90. Ver también P. Kvaerne, “Dualism in Tibetan Cosmogonic Myths and the Question of
Iranian Influence”, en C.I. Beckwith, “Silver
on Lapis, Tibetan Literary Culture and History”(Bloomington, 1987),
pp.163-75, que argumenta que un posible substrato dualista en la religión
Tibetana puede haber sido reforzado por un contacto con la religión Iraní o que
el dualismo en la cosmogonía Tibetana puede haber sido el resultado de un
desarrollo interno (aunque reconoce el hecho que los “Bonpos
Tibetanos, quizá durante mil años, han unánimemente reclamado acerca de la
autoridad de sus textos sagrados, que Stagzig –i.e. Iran en un sentido u otro-
es la tierra santa desde donde se expandió su religión”).
No hay comentarios:
Publicar un comentario