jueves, 29 de junio de 2017

EL NACIMIENTO DE MOISÉS (Éxod. 2:1-10)
El relato de las comadronas está construido como un prólogo de la historia del nacimiento de Moisés, cuyo comienzo original se encuentra en la orden del Faraón de arrojar al Nilo a todo niño varón recién nacido (olvida, según el texto masorético, indicar que se trataba de niños Hebreos).

En 1:15-21, las comadronas actúan contra el Faraón mediante la astucia; en 2:1-10, hay igualmente numerosas mujeres o “muchachas” que actúan contra el Faraón, de nuevo mediante la astucia, aunque sin confrontación directa, permitiendo con ello que Moisés salvara su vida.

Éxod. 1:1-10 

  1. Un hombre de la familia de Leví tomó por mujer a una hija de Leví.
  2. La mujer concibió y dio a luz un hijo; y, viendo que era hermoso, lo tuvo escondido durante tres meses.
  3. No pudiendo esconderlo por más tiempo, tomó una costilla de papiro, la calafateó con betún y pez, metió en ella al niño, y la puso entre los juncos, a la orilla del Río. 
  4. La hermana del niño se apostó a lo lejos para ver lo que le pasaba.
  5. En cierta ocasión, la hija del faraón bajó a bañarse en el Río, mientras sus doncellas se paseaban por la orilla. Ella divisó la cestilla entre los juncos, y envió una criada para que la recogiera.
  6. Al abrirla, vio que era un niño que lloraba. Se compadeció de él y exclamó: “Es un niño de los hebreos”.
  7. Entonces, la hermana del niño dijo a la hija del faraón: Quieres que vaya y llame a una nodriza hebrea para que te críe al niño? 
  8. “Vete”, le contestó la hija del faraón. Fue, pues la joven y llamó a la madre del niño.
  9. La hija del Faraón le dijo: “Toma este niño y críamelo, que yo te pagaré lo que sea”. Tomó la mujer al niño y lo crió. 
  10. 10.Cuando creció el muchacho, se lo llevó a la hija del faraón, que lo adoptó y le llamó Moisés, pues pensó: “Del agua lo he sacado”.  

DIACRONÍA 
A priori, la historia no conlleva tensiones ni rupturas mayores. Sin embargo el hecho que aparezca en el v. 4, la existencia de una hermana es extraño porque, según el v. 1, Moisés es presentado como primogénito de la hija de Leví. Es también extraño el hecho que el niño regrese a casa de su madre y que, cuando regresa donde la hija del faraón, aún no tenga nombre. La observación en el comienzo del v. 10, “cuando creció”, se encuentra un poco en tensión con el v. 11, que afirma de la misma manera: “cuando se hizo mayor”. Si quitamos el v. 4 y la entrevista entre la hermana del niño y la hija del Faraón y el retorno del niño a casa de su madre, en 7-10, se obtiene un relato coherente:

  1. Un hombre de la casa de Leví tomó por esposa a una mujer de su misma tribu.
  2. Ella concibió y dio a luz un niño y, viendo que era hermoso, lo tuvo escondido durante tres meses.
  3. Al no poderlo ocultar por más tiempo, tomó una cesta de papiro, la calafateó con betún y pez, y colocó en ella al niño y la puso entre los juncos, a la orilla del Nilo.
  4. Xxxxxxx
  5. La hija del Faraón bajó a bañarse mientras sus doncellas paseaban por la orilla del río. Cuando descubrió la cesta en medio de los juncos, envió a su sierva para que la recogiese.
  6. Al abrirla vio al niño que lloraba, se compadeció de él y dijo: “Es un niño de los Hebreos”.
  7. Xxxxxxx
  8. Xxxxxxx
  9. Xxxxxxx
  10. 10.Cuando el niño creció, su madre lo llevó a la hija del Faraón, que lo trató como a un hijo y le impuso el nombre de Moisés, diciendo: “De las aguas lo he sacado”. 

En este relato primitivo, toda la iniciativa está del lado de la hija del Faraón y la identidad “egipcia” de Moisés es más fuerte. Este llega a ala corte egipcia el cuarto mes y recibe su nombre egipcio de Moisés. Con el añadido de los v. 4 y 7-10, la identidad Hebrea es reforzada. Crece primero donde los Hebreos para ser llevado más tarde cerca de la hija del Faraón. El añadido busca pues reducir las raíces egipcias de Moisés. Insiste igualmente en la relación pacífica entre las mujeres egipcias y las hebreas: se discute libremente, se arregla todo alrededor del tema del niño encontrado de manera que todo el mundo salga ganando. 

Se puede leer la intención de este ajuste en el mismo nivel que el del relato de las comadronas. Quizá sea el mismo redactor el que esté involucrado en esto. En los dos casos, encontramos el mismo empleo de la ironía: mediante la intervención de la hermana, el pequeño Moisés es amamantado por propia madre, la cual es incluso pagada por ello.

El relato primitivo retoma un tema folclórico muy extendido: el motivo del niño abandonado y milagrosamente salvado, que se encuentra un poco por todo el mundo: los padres deben abandonar un niño por diferentes razones (niño ilegítimo, pobreza, exigencia de un espíritu malo, etc.), y este niño es salvado de manera milagrosa (cf. Heracles; Rómulo….).

Existe sin embargo un relato, muy próximo al del nacimiento y salvación de Moisés, el del nacimiento y adopción del rey Sargón:



















Éxódo 2
Leyenda de Sargón


1. Un hombre de la familia de Leví tomó por mujer a una hija de Leví.

1. Sargón, el soberano potente, rey de Agadé, soy yo.

2. La mujer concibió y dio a luz un hijo; y, viendo que era hermoso, lo tuvo escondido durante tres meses.

2. Mi madre fue una sacerdotisa, mi padre no conocí….

3. No pudiendo esconderlo por más tiempo, tomó una cestilla de papiro, la calafateó con betún y pez, metió en ella al niño, y la puso entre los juncos, a la orilla del Río.

5. Mi madre, la sacerdotisa me concibió en secreto, me dio a luz.

5. En cierta ocasión, la hija del faraón bajó a bañarse en el Río, mientras sus doncellas se paseaban por la orilla. Ella divisó la cestilla entre los juncos, y envió una criada para que la recogiera.

6. Me puso en una cesta de juncos, con pez selló mi tapadera.

6. Al abrirla vio que era un niño que lloraba. Se compadeció de él y exclamó: “Es un niño de los Hebreos.

7. Me lanzó al río, que no se levantó sobre mí.

10. … Lo adoptó y le llamó Moisés, pues pensó: “Del agua lo he sacado”.

8. El río me transportó y me llevó a Akki, el aguador.



9. Akki, el aguador, me sacó cuando hundía su pozal.



10. Akki, el aguador, me aceptó por hijo suyo y me crió.



11. Akki, el aguador, me nombró su jardinero.



12.Mientras era jardinero, Ishtar me otorgó su amor.



13. Durante cincuenta y cuatro años ejercí la realeza. 



14. El pueblo de los cabezas negras regí.
La leyenda de Sargón relata la historia del fundador del imperio Asirio, Sargón de Akad (hacia el 2300 a.C.), aunque fue compuesta sin duda bajo el reinado de Sargón II, porque todas las tablillas que existen de esta leyenda datan de esta época. Provienen de la biblioteca de Asurbanipal (668-630) en Nínive.

Las semejanzas e este relato con el del libro del Éxodo están a la vista: en los dos pasos, la madre actúa sola; el hecho que la madre de Moisés sea de la tribu sacerdotal de los Levitas la acerca a un contexto sacerdotal, a imagen de la madre de Sargón que es sacerdotisa; el recién nacido es abandonado de la misma manera, en un río, en una canasta cerrada; en los dos casos el niño es salvado de las aguas y adoptado por personajes importantes (en el relato de Sargón, primero Akki, después Ishtar).

Sargón accede a la realeza, y Moisés es transferido en a un contexto real. La leyenda de Sargón tiene como meta legitimar la realeza de éste, porque los dos Sargones eran de orígenes poco claros(1).

Existen también diferencias (necesarias): la madre de Sargón, una sacerdotisa entu, sacerdotisa de alto rango, no debe tener hijos, y quiere deshacerse; la madre de Moisés, en cuanto a ella, quiere salvar la vida de Moisés y pone la cesta de papiro en los juncos para que pueda ser encontrada mientras la madre de Sargón parece abandonar al niño en el río aunque sin matarlo, si no para que meterlo en una cesta? Estas diferencias subrayan que la exposición de Moisés es de entrada un acto destinado a salvarlo. 

Algunos quieren acercar el nacimiento de Moisés al de Ciro como se informa en Herodoto. Según esta historia, Ciro, nieto del rey de los Medos Astiages, había dado en casamiento a su hija Mandane a su vasallo persa, Cambises. Tiene entonces sueños que significan que el niño nacido de esta unión le sustituirá como rey:

CVIII. [……….]Los magos intérpretes de sueños el auguraban que el fruto de su hija llegaría a reinar en su lugar. Así pues, tomando, como es natural, sus medidas ante esta predicción, Astiages, cuando nació Ciro, llamó a Harpago -un pariente suyo, el más leal de los medos y que estaba a cargo de todos sus asuntos- “[…….] Toma al niño que ha alumbrado Mandane, llévatelo a tu casa y mátalo. Luego, entiérralo como mejor prefieras….” 

CIX. Tras esta respuesta, Harpago, al serle entregado el niño, ataviado para la muerte, se fue llorando a su casa. Y al llegar hizo a su mujer un completo relato de las palabras de Astiages. “[…….] No ejecutaré las órdenes de Astiages, respondió; aunque se enfurezca y se agudice la locura que ahora le domina, yo, desde luego, no me prestaré a su propósito ni le secundaré en semejante crimen……. Para mi seguridad esta criatura debe morir, pero es menester que su ejecutor sea un servidor de Astiages y no uno mío”.

CX. Dicho esto, envió sin más demora un mensajero al boyero de Astiages que, según sus noticias, apacentaba sus rebaños en los pastizales más adecuados para su propósito y en los montes más plagados de fieras; su nombre era Mitradates. Convivía con una compañera de esclavitud, siendo el nombre de la mujer con la que convivía, Cino, en lengua Griega y Espaco en lengua Meda……… Al acudir el boyero con gran diligencia a la llamada de Harpago, éste le dijo los siguiente: “Astiages te ordena tomar a este niño y abandonarlo en lo más recóndito del monte para que perezca cuanto antes…….”

CXI. Al oír estas palabras el boyero Mitradates tomó al niño en brazos, regresó por el mismo camino y llegó a su cabaña. Pero sucedió que su propia mujer, que esperaba dar a luz cualquier día, alumbró, por disposición divina, durante el viaje del boyero a la ciudad.

CXII. Al tiempo que decía estas palabras, el boyero descubrió al niño y se lo enseñó. Ella, al ver que era rollizo y hermoso, se echó a llorar y aferrándose a las rodillas e su marido le suplicó que no lo expusiera bajo ningún concepto…………. Espaco dijo lo siguiente: “Pues bien, ya que no puedo persuadirte a que no lo expongas, si realmente es del todo punto necesario que vean a un niño abandonado, haz lo siguiente: como yo también he dado a luz, pero he dado a luz un niño muerto, llévatelo y exponlo; pero criemos al niño de de la hija de Astiages como si fuese nuestro; así, ni tú serás reo de desobediencia, ni nosotros habremos tomado una decisión errónea, pues el niño muerto gozará de una sepultura regia y este otro no perderá la vida.”

CXIII. [………..] Y mientras éste quedaba sepultado, al que posteriormente se llamó Ciro la mujer del boyero lo adoptó y crió, poniéndole otro nombre cualquiera y no el de Ciro.

Según el egiptólogo Rolf Krauss, esta sería la leyenda de Ciro que habría servido de modelo para la de Moisés, sobretodo debido al comentario sobre la belleza del niño y su destino real. Y concluye que, en la medida en que la leyenda de Ciro no puede haber sido publicada antes de finales del siglo VI a.C., la de Moisés no puede ser anterior a esta época (hacia el 500 a.C.)(2). Pero los paralelos se reducen a la observación de la belleza y a la cuestión del nombre.

A veces se ha querido derivar Éxod. 2:1-10 de las fuentes Egipcias, sobretodo de las tradiciones sobre la infancia de Horus que es amenazado por su hermano Set y escondido de su adversario por su madre Isis. Varias fuentes Egipcias aluden al hecho que Horus creció escondido, aunque el mito detallado sólo lo encontramos en Plutarco en la época Cristiana.

En el papiro Jumilhac de la época Ptolomea, se encuentran tres versiones de la manera cómo Horus recibió su nombre de Anubis:

“Otra versión, Set fue a buscar a Horus, aún niño [……] su madre lo había escondido en el interior de una [mata de] papiro [……] Así existió su nombre de Anubis [……] Otra versión. Navegaba en una barca de papiro, e Isis dijo a Thot: hazme ver mi hijo que está escondido en las marismas. Y Thot dijo: míralo. Isis dijo: Es él? Así existió su nombre de Anubis. Y se llama con este nombre a todo niño de la realeza, debido a esto(3)”.

El paralelo concierna al hecho que hay que sustraer a un niño de la vista de alguien que lo quiere matar y que el escondite se encuentra en una mata de papiro. Hay igualmente un vínculo en lo que concierne al doble nombre. Sin embargo, falta el motivo decisivo de Éxod. 2: la exposición al igual que la transferencia del niño de un lugar a otro.

Estas comparaciones muestran que los paralelos más importantes son los que existen entre Éxodo 2 y el relato del nacimiento de Sargón. El narrador del cap. 2 del Éxodo quiere poner a Moisés en paralelo con el rey fundador de la civilización Asiria y mostrar así que el fundador del pueblo Hebreo tenía un origen tan remarcable como el del más grande rey de los Asirios. Esto confirma la hipótesis según la cual el autor de la primera historia de Moisés habría vivido durante el siglo VII a.C., época en la que el reino de Judá estuvo bajo la influencia Asiria. En este contexto, la utilización de la leyenda de Sargón toma igualmente un sentido subversivo dado que la leyenda Asiria es retomada para subrayar el hecho que Moisés es un personaje de la misma importancia que Sargón. 

La leyenda de Sargón y la de Moisés ponen igualmente en evidencia una doble filiación de su protagonista: Sargón es a la vez hijo de una sacerdotisa y de un sacador de agua antes de llegar a ser rey gracias a Ishtar; Moisés es al vez hijo de una mujer Israelita e hijo adoptivo de una princesa egipcia, estando así ligado a la corte Egipcia.                
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  1. Sargón II viene de una rama colateral de la familia real, su llegada al trono fue aparentemente criticada. Su nombre, Sharru-kin, significa “el rey (es) estable/fiel”, o también “rey legítimo”. Se puso bajo la “protección” de Sargón de Akad del que se sabía que no había accedido a la realeza de manera regular.
  2. R. Krauss, Moïse le Pharaon, Monaco, Éditions du Rocher, 2000, p. 37.
  3. Jumilhac VI, 10-15. Éditions CNRS, 161, P. 117. 
   


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