CRUZANDO A PIE ENJUTO
El
mito está frecuentemente ligado al ritual(1).
Sin querer endorsar una teoría que haga del ritual un complemento necesario del
mito, se puede afirmar que ambos funcionan en tándem(2).
Vamos a estudiar un caso de cómo el culto ritual dio lugar a una tradición
mítica. Se trata del crecimiento del tema del cruce del mar. La tesis propuesta es que el tema del cruce del mar a pie
enjuto no formaba parte originalmente de la tradición del Éxodo. Estuvo más
bien asociado originalmente con el cruce del Río Jordán en Gilgal para tomar
posesión de la tierra de Canaán. Pero gradualmente a lo largo de varios
siglos, su uso en las celebraciones cultuales en el santuario de Gilgal, el
tema del cruce del mar fue transferido a la tradición del éxodo, hasta que con
el tiempo vino a ser asociado más con el Éxodo y el Mar Rojo que con la
conquista y el Jordán. Una poderosa influencia en esta transformación del tema
fue la conexión con Río y Mar de la versión Cananea del Mito del Combate (mito de Baal(3).
LA VERSIÓN CANANEA DEL MITO DEL COMBATE
En
su forma más temprana la liberación en el mar en la narrativa del Éxodo no
contenía relato alguno acerca del cruce a pie enjuto del mar(Rojo).
En
una versión del mito Baal lucha contra Yam
(mar primordial); en la otra su oponente es Mot
(la muerte). Tanto Yam como Mot son hijos de El.
Así que en ambas versiones el tema es qué principio gobernará al cosmos: Baal
como fuerza sustentadora de un mundo ordenado y estable, o Yam/Mot como fuerza
amenazante en un mundo de por sí ya precario y caótico. En ambas versiones Baal
derrota a sus oponentes y gobierna desde su palacio construido sobre el Monte Zafón –una metáfora de la estabilidad de un
mundo fundado en el orden divino. En su lucha para vencer a Yam/Mot, Baal es a veces ayudado por su hermana y
esposa, la virgen Anat, una verdadera
guerrera. El palacio es mágicamente construido con plata y oro y adornado con
lapislázuli por el artesano-divino Kothar-wa-hasis.
Al comienzo Baal no quiere ninguna ventana en su palacio, parece que para
impedir que Mot (la muerte) pudiese entrar. Pero al final cede y se le
construye una ventana. Desde esta ventana Baal truena majestuosamente sobre
toda la tierra. A partir de aquí la tablilla está rota.
En
las tablillas 5-6, cuando el texto continua,
Baal está sentado en un banquete con los otros dioses. Son interrumpidos por un
mensajero de Mot que le pide a Baal, dios de la tormenta, que se presente ante
él. Los dioses no tienen otra opción que acceder a la exigencia de Mot. El dios
de la tormenta junto con sus vientos y lluvia, se ve obligado a descender a los
infiernos en el mundo subterráneo al ámbito de la muerte. La sequía reina sobre
la tierra y el mismo El hace duelo. Pero Anat
toma entre manos el asunto. Se enfrenta a Mot
y lo pulveriza. En una especie de mágico rito de la fertilidad, como cuando hay
mucho grano, Anat despedaza a Mot con su
espada y lo aventa; una parte la muele y convierte en harina, otra la siembra
en el campo. Sus acciones surgen el efecto deseado. Baal
es liberado de su mortal encarcelamiento, y la sequía termina. Baal regresa
para vivificar la tierra con sus lluvias de nuevo. En el episodio final Mot
surge de nuevo para desafiar a Baal otra vez. En esta batalla ninguno de los
dos es capaz de vencer hasta que Shapash, el
dios sol, entra en el combate del lado de Baal. Aterrorizado, Mot huye. La tablilla termina aquí. Pero el lector
intuye que la historia en sí misma no está concluida –la muerte aún está ahí
tras las sombras y habrá que enfrentarla de nuevo.
La
versión de Mot tiene, claramente, cierta conexión con la fertilidad,
característica de la religión Cananea. El enfrentamiento entre el dios del
tiempo Baal y el del mundo subterráneo Mot
queda reflejada en la economía agrícola de la antigua Siria, donde la
subsistencia dependía de la lluvia. La sequía era desastrosa –mortal. Quizá
este mito era recitado en conexión con un ritual de la fertilidad.
La
versión alternativa era la de Yam (CTA 2-3)(4), aunque
menos completa, es la más interesante para con esta investigación, dado que es
más cercana al Babilonio Enuma Elish y
pasajes bíblicos que tienen que ver con cómo Yahvé derrota al dragón del caos, alternativamente la mar. De nuevo hay muchas partes de las tablillas
que faltan, lo que hace difícil establecer el contexto de la batalla de Baal contra Yam
(mar primordial). En esta versión es Yam en
lugar de Mot quien exige que los dioses le traigan a Baal. Aunque los otros
dioses están amedrentados, Baal va
desafiante al encuentro con Yam:
“…Baal capturó y se bebió el mar;
acabó con el juez Río.
Astarté gritó el nombre de Baal:
“Saludos, a Baal el conquistador!
Saludos, al jinete de las nubes!
Pues el Príncipe Mar es nuestro prisionero,
El Juez Río es nuestro prisionero”.(5).
Sigue
la proclamación : “El mar está muerto, Baal reina!”
A
diferencia de la versión de Mot, claramente relacionada con la fertilidad
característica de la religión Cananea, la versión de Yam es manifiestamente
mucho más cosmogónica. Como en el Enuma Elish
Babilonio, la lucha aquí se desarrolla entre los
principios primordiales del cosmos y del caos. El aplastamiento de la
cabeza de Yam a manos de Baal evoca imágenes similares de Yahvé como el que “Hiende el mar con su poder y quiebra las cabezas de los
monstruos marinos y aplasta la cabeza del Leviatán”(Salm. 74:13-14); mientras que Baal tragándose a Yam evoca imágenes del creador de
Israel “que seca el mar”(Isa. 51:10).
Todos
estos textos fueron encontrados en la librería del Templo en Ugarit escritos
por la misma mano. Según los colofones conservados, el texto fue “dictado por Attanu-Purlianni,
el jefe de los sacerdotes, el jefe de los pastores”,
y escrito por el escriba Ilimilku, bajo el
patrocinio de Niqmaddu, rey de Ugarit, que
reinó desde 1375-1345 a.C. No sabemos la
manera en que estos textos eran usados, aunque es posible que tuviesen alguna
función en las ceremonias del templo.
Las
variantes en el ciclo del Cananeo Baal ofrecen un modelo empírico para la
hipótesis que Israel desarrolló más de una versión del relato del Éxodo, que pudo
estar operativa en el mismo tiempo y el mismo lugar. Además, el culto
contribuyó de manera importante a este proceso.
LA TRADICIÓN DEL ÉXODO
Es
relativamente fácil observar el desarrollo en la forma de las tradiciones del
éxodo, incluso cuando la historia exacta de este desarrollo no pueda ser
establecida de manera fiable. La forma precisa de la tardía tradición es
establecida por Nehemías 9, un texto
incuestionablemente pos-exílico (siglos quinto o
cuarte a.C.) y uno de los más tardíos textos en prosa de la Biblia
Hebrea que describe el Éxodo. En la oración de Esdras a Yahvé, la liberación en
el Mar Rojo es descrita así:
“Tú miraste la aflicción de nuestros padres en Egipto
y oíste su clamor en el mar Rojo.
Tú obraste prodigios y maravillas contra el faraón,
Contra sus siervos y contra todo el pueblo de su tierra,
Porque sabías con cuánta crueldad los habían tratado,
Y engrandeciste tu nombre como lo es hoy,
Tú dividiste el mar ante ellos,
Y pasaron a por medio de él a pie enjuto,
Y a sus perseguidores los arrojaste a lo profundo,
Como cae una piedra en el abismo” (Neh. 9:9-11).
En
este tardío periodo tres motivos predominan en la descripción: (a) el mar es el Mar Rojo(yam
suf), (b) cuyas aguas se dividen en
dos(baqa`), (c)
permitiendo a los Israelitas que crucen (`abar) por medio. (Lo tardío de Nehemías 9:9-11 también es una evidencia de su
dependencia del texto de Éxodo 14-15; v.11b es una libre cita de Éxod. 15:5).
Otro
texto posexílico, Isaías 63:11-13, aunque en
forma poética, posee esencialmente las mismas características:
“Entonces
su pueblo se acordó de los días antiguos de Moisés. Dónde está el que los sacó
del mar, el pastor de su rebaño?..... El que delante de ellos hendió las aguas,
haciéndose así un renombre eterno; el que los condujo por los abismos como a
caballo por el desierto, sin que tropezaran?
La
forma poética permite al autor liberarse en cierto sentido de la tradición,
aunque la característica de separar el mar y el detalle de la travesía a pié
enjuto son, no obstante, prominentes.
Estos
mismos motivos son también característicos de la tendencia literaria en la
narrativa de Éxodo 13:17 – 15:21, aunque no
se dan en J y E.
Además, ni J ni E
ni la Canción del Mar mencionan la travesía
del mar por los Israelitas –a pesar de la prominencia del mar cuando se traga a
los perseguidores Egipcios en estas tradiciones. El hecho que P concuerde con otros textos tardíos, en oposición
a la situación en J-E y la Canción del Mar, es a primera vista una evidencia
de la validez de la hipótesis que P deriva de un texto mucho más tardío que J-E y la Canción del
Mar, y posiblemente del periodo exílico (como piensan la mayoría de los
estudiosos).
GILGAL COMO FUENTE DEL TEMA DE LA TRAVESIA SOBRE TERRENO SECO
Según
la narrativa de Josué 3-5, Gilgal fue el
primer santuario establecido por los Israelitas a la entrada de la Tierra
Prometida. Sin embargo, los orígenes de Gilgal en tanto que lugar sagrado
antedatan al establecimiento de los Israelitas(6).
En la fase pre-Israelita Gilgal era un lugar donde se celebraba un festival
agrícola Cananeo cada primavera. Posiblemente era un culto Cananeo similar, si
no el mismo, al celebrado según las tradiciones míticas Cananeas en Ugarit. Se trataba de un ritual de acción de
gracias para una abundante cosecha y un año sin una rigurosa sequía. No es,
pues, imposible que el drama de Baal subyugando al Príncipe
Mar/Juez Río fuese recitado en este santuario a lado del Jordán.
La
leyenda que subyace a Josué 3-5, que fueron los invasores Israelitas los que
construyeron el santuario, quizá refleje primariamente la historia de la tribu
de Benjamín, en cuyo territorio estaba situado Gilgal, y la de sus vecinos
inmediatos. También es posible que los Benjaminitas arrebatasen el control del
Santuario a los Cananeos y se apoderasen de este. Por supuesto que los
Israelitas habrían remplazado la deidad Cananea por la suya propia. Pues a
juzgar por las indicaciones en otras partes en la Biblia, los atributos de Baal solían ser adjudicados a
Yahvé de manera sincretista. Por este mismo camino, el festival agrícola
original Cananeo de los panes ácimos con el tiempo vino a ser celebrado como la
entrega por parte de Yahvé del territorio con sus frutos a los Hebreos. A
medida que la leyenda cultual de Gilgal se fue convirtiendo en la “historia” de
la conquista Israelita, sus originales temas agrícolas se fueron reduciendo
hasta el punto de quedar solamente meros vestigios (Jos.
5:10-12). Las etapas mediante las cuales se desarrollaron estos cambios
no pueden ser re-construidas con certeza.
Después
de la destrucción de Silo por los Filisteos a mediados del siglo once, Gilgal
surge como centro político y religioso de Israel (1
Sam. 4; Jer. 7:12, 14; cf. 26:6, 8). Fue aquí donde Samuel ungió a Saúl
rey (1 Sam. 11:14-15). El surgimiento de Gilgal
como santuario central Israelita estuvo basado en otros factores. Es posible
que fuese durante este periodo que las tradiciones cultuales Benjaminitas de
Gilgal se expandiesen hasta incorporar a “todo Israel”.
Fue probablemente durante este periodo cuando Gilgal era el santuario central
de la Liga Israelita que el festival cultural agrícola de primavera en Gilgal
fue transformado en un ritual de conquista de todo el país de Canaán durante el
cual “todo Israel” entró cruzando el Jordán a
pié enjuto.
Este
ritual puede ser re-construido partiendo de las leyendas cultuales conservadas
en Josué 3-5(7).
El ritual pudo haber sido parte de un festival de conquista, o sea, una
celebración de la entrada en Canaán para tomar posesión de la tierra a la que “Yahvé, señor de toda la tierra” les había llevado(3:11-13)(8). Este
ritual de conquista comenzaba con la reconstrucción de la marcha a través del
desierto “desde Shittim a Gilgal”(Jos. 3:1; cf. Miq. 6:5). Shittim era la
tradicional última parada en el itinerario del desierto del Éxodo; Gilgal era
el primer lugar tradicional en la Tierra Prometida a ser ocupada por los
Israelitas. El punto culminante del ritual era aparentemente una ceremonial
travesía –simbólica o real- del Río Jordán por los devotos en una solemne
procesión litúrgica. Esta parte del ritual se realizaba para recordar a los
participantes que su Dios había literalmente abierto el camino hacia la Tierra
Prometida para ellos, pues Yahvé hizo que las aguas del Jordán dejasen de fluir
para que el pueblo pudiese cruzarlo a pié enjuto.
Seguramente
una leyenda cultual o “historia” acompañaba y explicaba el ritual. Seguramente
es esta leyenda la que está tras la narrativa de Josué
3-5, incorporada en el relato del Deuteronomista(9).
La
narrativa de Josué 3-5 es la historia del cruce del Jordán por los Israelitas
antes de la conquista de Canaán. Superficialmente la narrativa parece un relato
unificado que trata solamente con el cruce del Jordán, como acto preliminar a
la toma de Jericó. Pero una mirada más atenta a la narrativa revela que no hay
tal unidad, esta ha sido impuesta. Hay al menos dos versiones del evento que
han sido unidas en la narrativa actual(10). En 4:11 el cruce parece completo; “en cuanto terminó de pasar todo
el pueblo, pasó el arca de Yahvé, y los
sacerdotes”. Aunque después se puede leer sorprendentemente en 4:15-18 que los sacerdotes aún estaban en el río.
También la forma como se trata el evento de las doce piedras en el capítulo 4
sugiere al menos dos recensiones paralelas del mismo incidente. Por un lado
Josué nombra a doce hombres para que cada uno lleve una piedra desde la orilla
oriental del Jordán y la ponga en medio del Jordán como recuerdo para las
generaciones futuras (4:4-5,9). Por el otro
las doce piedras se supone son tomadas del lecho del río y colocadas en la
orilla occidental como recuerdo en Gilgal (4:1-3,8,20).
El debate acerca de la composición del relato está lejos de haber concluido(11). Aunque estas duplicaciones en el texto hacen
necesario proponer la presencia de al menos dos versiones de la travesía
anteriores a la corrección o reformulación del relato a manos del
Deuteronomista, que lo adapta a su propio esquema histórico-teológico.
Sin
lugar a dudas el tema del cruce a pie enjuto ya había sido aplicado a la tradición
del Éxodo en tiempos del Deuteronomista, ca. del 600 a.C. Además de en Josué 4:23, aparece también en Josué 2:10; ambos textos son anteriores al
Deuteronomista(12). Cuanto tiempo antes fue
introducido el tema es algo que se desconoce, aunque algunos indicios se
encuentran en el ciclo Elías-Eliseo. En la leyenda del ascenso al cielo de
Elías en un carro de fuego(2 Reyes 2:1-18),
Elías y Eliseo se desplazan a Gilgal. Cuando llegan a Gilgal, “Elías se quitó el manto, lo enrolló y golpeó con él las
aguas, que se separaron a un lado y a otro, y ambos pasaron sobre terreno seco”(V.8). Después, Eliseo tomó el manto de Elías y
repitió la operación dividiendo de nuevo las aguas.
Esta
leyenda tiene como patrón las tradiciones concernientes a Moisés y su sucesor y
discípulo Josué. Elías en el Monte Carmelo (1 Reyes 18) se asemeja a Moisés
en el Monte Horeb (Saní) negociando una renovación de Alianza entre
Yahvé y su infiel pueblo(Éxodo 32-34).
También como Moisés, Elías es alimentado milagrosamente con pan y agua en el
desierto durante cuarenta días de viaje hacia Horeb, donde (de nuevo como
Moisés) se le permite ver pasar a la deidad (1
Reyes 19) posiblemente desde la misma cueva donde mismo estuvo Moisés
(cf. 1 Reyes 19:9, 13 con Éxod. 33:21-23).
Elías es arrebatado en un carro de fuego, sin dejar traza de su cuerpo ni en la
montaña ni en el valle de Transjordania(2 Reyes
2:15-28), la misma región del Monte Nebo donde murió Moisés y fue
enterrado por Yahvé en un valle, sin que se encontrase tampoco su cuerpo (Deut. 34:1-6). Igual que Josué sucedió a Moisés,
también Eliseo fue ungido para suceder a su maestro Elías (1 Reyes 19:16-21; 2 Reyes 2:1-15). Claramente, el
patrón Moisés-Josué es intencional en las leyendas de Elías. Por lo tanto es
evidente que la imagen del discípulo Eliseo partiendo las aguas del Jordán es
intencionalmente paralela a la del discípulo Josué cruzando el Jordán a pié
enjuto. También es evidente que el maestro Elías dividiendo las aguas
corresponde a una hazaña similar por parte de Moisés, o sea, la travesía del
Mar Rojo sobre terreno seco.
Por
lo tanto el ciclo de Elías-Eliseo ofrece el testimonio más temprano del tema de
cruzar a pie enjuto posteriormente aplicado a la tradición del mar. Se ha
supuesto que fue después de la muerte de Eliseo (ca. 825 a.C.) cuando el ciclo
alcanzó su actual legendaria forma, difícilmente puede haber sido antes de a
mediados del siglo octavo a.C. Sin embargo, a finales del siglo séptimo a.C.,
es cuando el Deuteronomista incorpora este ciclo a su Historia, la travesía
sobre terreno seco del Mar Rojo quedó firmemente insertada en las leyendas
cultuales Gilgalitas.
En
este contexto, es importante señalar que el ciclo de Elías-Eliseo fue
conservado y mantenido en Gilgal. Gilgal funciona como centro de las actividades
de los dos profetas. Elíseo es incluso descrito como líder de la cofradía de
profetas localizada en este santuario (2 Reyes 4:38)
y las regiones circundantes (2 Reyes 2:15-22).
La doble historia de los profetas cruzando el Jordán a pié enjuto está explícitamente
relacionada con la región del Jordán cerca de Jericó (2
Reyes 2:4), o sea, con Gilgal. Se puede asumir, por lo tanto, que esta
historia refleja tradiciones Gilgalitas. Así la prominencia de la travesía
sobre terreno seco en esas proféticas leyendas señalan al culto en Gilgal como
fuente de la aplicación de la travesía del mar en la tradición del Éxodo.
Este
desarrollo, sin duda, es debido a la expansión del festival Gilgalita que pasa
de ser una celebración de la “conquista” a
una de la “pascua”, en la cual se celebraban
las grandes hazañas salvíficas de Yahvé
durante el Éxodo. Una vez que el festival se convierte en una celebración del
Éxodo, sólo hay un paso para que venga a ser un ritual memorial de la travesía
a través de las aguas.
En
fin, el antiguo Mito del Combate Cananeo
también ejerce aquí su influencia. Las tradiciones y religión Cananeas no
desaparecen con el ascenso Israelita. La Biblia revela que continuaron
ejerciendo su influencia hasta finales del Israel monárquico e incluso después.
El paralelismo entre Príncipe Mar y Juez Río como nombres del dragón del caos
en el mito de Baal es bastante sugerente en este contexto. El Mar vino a ser el
Mar Rojo, y el Río, el Jordán. Con la distinción entre mito e historia borrosa,
Yahvé “dividiendo” el Jordán era un dato
aplicable igualmente a “yam suf”, el “Fin del Mar”.
Gilgal
perdió su posición como santuario principal Israelita cuando la atención
religiosa y política pasaron a centrarse en Jerusalem en el Reino del Sur y en
Siquem, Dan, y Betel en el Reino del Norte. Sin embargo, Gilgal mantuvo su
importancia como centro importante religioso. En el siglo nueve adquirió
renombrado prestigio cuando vino a ser el santuario favorito de los profetas
Elías y Eliseo (2 Reyes 2:1; 4:38). Incluso a finales del siglo octavo no había
perdido su atractivo como lugar de peregrinaje (Os.
4:15; 9:15; 12:11). Parece ser que Gilgal se salvó de la destrucción a
manos de los Asirios en el 721 a.C. y continuó siendo centro de actividad
religiosa hasta el siglo siguiente. Ciertamente su influencia sobrevivió largo
tiempo después, pues sus tradiciones religiosas aparecen promovidas por la
escuela Deuteronómica, responsable de gran parte de la Biblia Hebrea(13). Este es posiblemente el camino a través del cual
la historia de la travesía del Jordán (Jos. 3-4)
pasó a formar parte de la Historia del Deuteronómica.
------------------------
1. Esta posición fue articulada
por primera vez por William Rebertson Smith hacia finales del siglo diecinueve.
Bajo su influencia se desarrolló la “Escuela de Cambridge” de los
mito-ritualistas, que incluía al antropólogo Sir James George Frazer, el autor
de la famosa “Rama Dorada”, y clasicistas como Jane Harrison, F.M. Cornford,
A.B. Cook, y Gilbert Murray. En los bíblicistas esta posición ha sido adoptada
por Sigmund Mowinckel, Ivan Engnell, A.R. Johnson, S.H. Hooke, y T. H. Gaster,
entre otros. Para una crítica de la teoría mito-ritual ver Robert A. Oden, Jr.,
“The Bible Without Theology: The Theological
Tradition and Alternatives to It” (New York: Harper & Row, 1987),
64-70.
2. W. Doty, “Mythography: The Study of Myths and Rituals”
(Tuscaloosa, Ala.: University of Alabama Press, 1986), 72-106.
3. ver F. M. Cross “Cannanite Myth and Hebrew Epic” (Cambridge, Mass.:
Harvard University Press, 1973), esp. Sec. II. “The Culturs of the Israelite
Ligue”, 77-144).
4. CTA 2 y 3 son tratados como
textos inter-conectados dado que el oponente de Baal en ambos es Yam.
5. Traducción de Coogan, “Stories from Anciente Canaan”, 89.
6. La siguiente discusión está
basada en parte sobre las cinco frases de Gilgal postuladas por J. Alberto
Soggin, “Gilgal, Passah und Landnahme”, VTS
15(1966), 263-277, esp. 269-269.
7. El fondo ritual de esos
capítulos en Josué fue reconocido por vez primera por H.J. Kraus y reafirmado
por J.A. Soggin. Ver también la descripción de Cross de “El Ritual de la Conquista” en Gilgal, “Canaanite Myth and Hebrew Epic”, 138-139.
8. El epíteto “señor de toda la tierra” (´dn
kl´rs) parece ser una fórmula cultual Gilgalita; ver Cross, “Canaanite Myth and Hebrew Epic”, 138-139.
9. La Historia Deuteronomica
consiste de los libros bíblicos de Josué, Jueces, 1 y 2 Samuel, y 1 y 2 Reyes.
Según Martin Noth, que fue el primero en proponer esta teoría (Überlieferungsgeschichtliche Studien [1943]; E.T.:
“The Deuteronomistic History”, JSOTSup 15
[Sheffield: JSOT, 1981]), la Historia Deuteronómica fue compuesta por un único
autor durante el exilio de Babilonia (550 a.C.) en orden a explicar las
catástrofes de la destrucción Asiria en el Reino del Norte que tuvo lugar en el
721 a.C. y la destrucción del Reino del Sur a manos de los Babilonios en el 597
a.C. Estudios posteriores han expandido la tesis original de Noth demostrando
que había dos ediciones de la Historia Deuteronómica: la composición original
(Deut. 1) completada antes del colapso del Reino del Sur, parece ser que
durante el auge de las reformas del Rey Josías (ca. 620-610 a.C., y una
revisión de la obra (Deut. 2) escrita desde una perspectiva exílica unos
cincuenta años después. Ver Cross, “Canaanite Myth
and Hebrew Epic”, 274-289. Ver además R.E. Friedman, “The Exile and Biblical Narrative: The Formation of the
Deuteronomistic and Priestly Works”, HSM 22 (Chico, Calif.: Scholars
Press, 1981), 1-43; R.D. Nelson, “The Double
Redaction of the Deuteronomistic History”, JSOTSup 18 (Sheffield: JSOT,
1981).
10. Ver J.A. Soggin, “Joshua: A Commentary”, OTL (Philadelphia:
Westminster Press, 1972), 50-54.
11. Ver Brian Peckham, “The Composition of Joshua 3-4”, CBQ 46 [1984],
413-431),
12. M. Noth, “Das Buch Josua”, 2da. Edit., HAT I/7 (TÜBINGEN:
J.C.B. Mohr [Paul Siebeck], 1953, 9; P. Langlamet, “La
Traversée du Jourdain et les documents de l´Hexateuque”, RB 79 (1972),
7-38. Aunque estos versículos tienen lugar en pasajes redactados por el
Deuteronomista, no se originan en el Deuteronomista, en contra de Peckham, “Composition of Joshua”, 413-431. El Deuteronomista
no se identificaba para nada con el tema de la travesía del Mar Rojo a pié
enjuto, dado que no menciona el tema en pasajes que tratan con el Mar Rojo (Deut. 11:3-4; Jos. 24:5-7)
13. Aunque problemática en un
número de puntos, los lazos entre las tradiciones deuteronómicas y Gilgal
señalados por J.N. Wijngaards no pueden ser ignorados; ver su “Dramatization of Salvific History in Deuteronomic Schools”,
OTS 16(Leiden: E.J. Brill, 1969), 58-63 y 117-123.
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