viernes, 10 de enero de 2014

DUALISMOS: EL ANIVERSARIO DE ZOROASTRO

EL ANIVERSARIO DE ZOROASTRO
Al final del último siglo antes del primer milenio Cristiano hubo una serie de turbulencias religiosas y políticas que transformaron el equilibrio de fuerzas en los mundos Musulmanes y Cristianos mostrándose decisivas en la formación de las geopolíticas medievales. El triunfo del Cristianismo en los Balcanes coincidió con el comienzo de la reconquista Cristiana de la España Musulmana que había tenido lugar a lo largo de la expansión hacia occidente del Islam en el siglo octavo. Para oponerse a la reconquista de España el Emir Omeya Abderraman III unificó las posesiones moras en la Península Ibérica y en el 929 fundó el califato de Córdoba. Más al este el califato rival Fatimida en el Norte de África, fundado en el 909 por un supuesto descendiente de la hija de Mahoma, Fátima, conquistó Egipto en el 969 y se expandió hasta Palestina en Siria, deteniendo el avance Bizantino en el Noreste. Mientras que el Califato de Córdoba era Sunita, el credo oficial de la dinastía Fatimida era Ismaelita, una rama Chiita que enriqueció la tradición Chiita con doctrinas Neoplátonicas y Gnósticas aunque fue condenada por sus oponentes Sunitas como resurgimiento del Zoroastrismo, incluso Maniqueísmo, en atuendos Islámicos. El Ismaelismo llevó a cabo una de las síntesis religiosas Medievales más sorprendentes en la que la historia religiosa universal era vista como un proceso que comprendía siete grandes ciclos proféticos de revelación, seis de los cuales ya habían sido iniciados por Adán, Noé, Abraham, Moisés, Jesús y Mahoma y el último sería inaugurado por la venida del Mahdi(o Qaim), el esperado séptimo Iman del movimiento Ismaelita.

Para la rama radical y cismática Ismaelita en Bahrain la venida de la era religiosa final era inminente y presagiada por una conjunción de Saturno y Júpiter en el 928. La venida del último ciclo profético estaba asociada con el final de la era del Islam y también con el 1500 aniversario de la supuesta muerte de Zoroastro(o el año 1242 de la era de Alejandro), para el cual las antiguas profecías Persas habían predicho la restauración religiosa y política del Zoroastrismo. La conmemoración de los Cármatas del aniversario de Zoroastro dio lugar a una de las mayores crisis en el Islam medieval –en el 930, el mismo año del aniversario, los Cármatas saquearon la Meca y se llevaron la Piedra Negra de la Kaaba para así anunciar el final de la era del Islam.

Después de la captura de la Piedra Negra, el gobierno de los Cármatas en Bahrain pasó a manos de un joven Persa que se decía descendiente de los Shahs Persas y fue declarado el esperado Mahdi. El Mahdi elegido ordenó el culto al fuego y abolió las leyes Islámicas pero fue asesinado ocho días después, lo que puso fin al resurgimiento efímero pero vigoroso del Zoroastrismo en el dominio Cármata. Las turbulencias religiosas alrededor del aniversario de Zoroastro afectaron inevitablemente a los Zoroastrianos en Babilonia e Irán, entonces bajo el control del califa Abásida, siendo el sumo sacerdote Zoroastriano acusado de colaboración con los Cármatas y ejecutado.

El reputado aniversario de Zoroastro no dejó de afectar a los Maniqueos de Babilonia, los cuales vieron todo esto como señal de una expansión misionera renovada. Las nuevas actividades Maniqueas en las turbulencias de comienzos del siglo décimo provocaron obviamente la persecución por parte de los Abásidas, pues a finales del Califato de al-Muqtadir(908-32) la mayoría de los Maniqueos Babilonios hubieron de huir al Khorasan y Samarkanda en Sogdiana, los que permanecieron en Babilonia mantuvieron en secreto su identidad. El “archegos” Maniqueo desapareció de su tradicional sede en Mesopotamia y la “Religión de la Luz” se desvaneció de la tumultuosa arena del Oriente Medio.

Mientras que el Islam de comienzos del siglo décimo presenciaba el surgimiento de califatos rivales, en la Europa Cristiana las tradiciones imperiales Carolingias estaban en declive después que Arnulfo, el último emperador de los Carolingios, quedó paralítico poco después de su coronación, y murió en el 899. Pero una vez que Inglaterra fue finalmente unificada por el nieto de Alfredo el Grande, Athelstan, el fundador de la dinastía Sajona Germana, Enrique el Pajarero(919-63), había ya obtenido la autoridad monárquica en el reino Franco del Este. Siguiendo las conquistas de su sucesor, Otto el Grande, el reino de los Francos del Este fue transformado en el Sacro Imperio Romano, aunque los constructores del Imperio Germano hubieron de enfrentar otro influjo pagano desde las estepas –la llegada de los Magiares. A medida que los Magiares paganos presionaban en el Centro de Europa se vieron sujetos a una Cristianización gradual y al final del milenio fundaron el reino Cristiano de San Esteban de Hungría.

Los Magiares llegaron a la Europa Central por la diplomacia y campañas del gobernante Búlgaro Simeón(893-927) cuya aventura Magiar fue seguida por treinta años de guerra intermitente en los Balcanes, durante la cual se anexionó Serbia, se enfrentó a Croacia e invadió repetidas veces Bizancio, buscando una alianza con los Fatimidas contra Constantinopla. Es más, Simeón se empeño en maniobrar para convertirse en un nuevo “Basileus”, un nuevo tipo de emperador de Constantinopla, presidiendo sobre la unión de un imperio Búlgaro-Bizantino unido. Durante sus intentos de tomar el trono imperial Simeón fue depuesto por el comandante de la flota Bizantina, Romanus Lecapenus, quien se proclamó “Emperador Autócrata de los Romanos y Búlgaros y en el 926 su aspiración imperial fue ratificada por el Papa Juan X.

El fallido intento de unificación de los imperios de Bulgaria y Bizancio ha sido visto como una de las grandes oportunidades de la historia fallidas que habría permitido que el este Ortodoxo hubiera resistido las incesantes embestidas tanto en el este como en el oeste. El monarca Búlgaro era una persona capacitada y estudioso Griego, ensalzado como el nuevo Ptolomeo que buscó vigorosamente promover la rica herencia cultural de la Ortodoxia Bizantina en su ámbito. El imperio Búlgaro había ya adoptado el legado de San Cirilo y San Metodio, el Apóstol a los Eslavos –la versión Eslava de las Escrituras, liturgia y alfabeto- y las escuelas literarias patrocinadas por Simeón realizaron una contribución crucial y seminal a la hora de expandir la nueva cultura Eslavo-Bizantina en el Este de Europa, en Serbia y Rusia(1).

Sin embargo, además de la traducción de la literatura sagrada y secular Bizantina, otro cuerpo de traducciones iba a encontrar su camino en el nuevo imperio Cristianizado Búlgaro –textos apócrifos secretos, la mayoría de los cuales databan de la época temprana Cristiana que habían sido conservados y transmitidos en el este Cristiano. Algunos de estos textos apócrifos se mostraron fundamentales a la hora de dar forma y elaborar la mitología del dualismo Bogomilo y Cátaro. Además uno de los más sobresalientes escritores Ortodoxos de la escuela real de Simeón, Ioan Exarkh, ya advirtió contra la predicación de los paganos y “Maniqueos” (en aquella época un término usado para definir a los dualistas) que enseñaban que el Diablo era el hijo mayor de Dios(2). Esta noción de afiliación pagano-Maniquea ha sido vista como “la indicación directa más temprana de la alianza entre paganismo y herejía”(3) en Bulgaria, significativamente después de un siglo de graves enfrentamientos pagano-Cristianos en la zona. Es más, esta “alianza” fue una cristalización alrededor de una enseñanza específica acerca de la génesis del Diablo, que vino a ser subsiguientemente el centro del dualismo monárquico Bogomilo, con su distintiva trinidad –Dios el Padre y sus dos hijos, Satanael y Jesucristo.      
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1.     Las circunstancias de adopción de la liturgia Eslava en Bulgaria después del colapso de la misión de los Apóstoles de los Eslavos en Moravia son expuestas en F. Dvornik, “Les Slaves, Byzance et Rome au IXe siècle” (Paris, 1926), pp. 312-13; D. Obolensky, “Sts. Cyril and Methodius, Apostles of the Slavs”, St. Vladimir´s Seminary Quarterly, 7(1963), pp. 6-7, con una discusión del papel del movimiento literario bajo Simeón en la transmisión de la cultura Eslavo-Bizantina a los Rusos y Serbios haciendo asequible a los Eslavos la literatura sagrada y secular Bizantina.
2.     Texto en Ivanov, “Bogomilski knigi i legendi”, p. 20.

3.     Obolensky, “The Bogomils”, p. 95; Cf. La diferente visión de M. Loos, “Le prétendu témoignage d´un traité de Jean Exarque intitulé Sestodnev et relatif aux Bogomiles”, BSI, 13(1952-3), pp. 59-67; para argumentos de que la alusión a los “Maniqueos” en el tratado de Ioan Exarkh se refiere a los Paulicianos o a misioneros Paulicianos en Bulgaria, ver Angelov, “Bogomilstvoto”, pp. 88-9: B. Hamilton, “Historical Introduction”, en HCDH, p. 26 (con una clarificación que esta visión específica del diablo como el hijo mayor de Dios no deriva del Paulicianismo).

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