EL ANIVERSARIO DE ZOROASTRO
Al final del último siglo antes del primer milenio Cristiano
hubo una serie de turbulencias religiosas y políticas que transformaron el
equilibrio de fuerzas en los mundos Musulmanes y Cristianos mostrándose
decisivas en la formación de las geopolíticas medievales. El triunfo del
Cristianismo en los Balcanes coincidió con el comienzo de la reconquista
Cristiana de la España Musulmana que había tenido lugar a lo largo de la
expansión hacia occidente del Islam en el siglo octavo. Para oponerse a la
reconquista de España el Emir Omeya Abderraman III unificó las posesiones moras
en la Península Ibérica y en el 929 fundó el califato de Córdoba. Más al este
el califato rival Fatimida en el Norte de África, fundado en el 909 por un supuesto
descendiente de la hija de Mahoma, Fátima, conquistó Egipto en el 969 y se
expandió hasta Palestina en Siria, deteniendo el avance Bizantino en el
Noreste. Mientras que el Califato de Córdoba era Sunita, el credo oficial de la
dinastía Fatimida era Ismaelita, una rama Chiita que enriqueció la tradición
Chiita con doctrinas Neoplátonicas y Gnósticas aunque fue condenada por sus
oponentes Sunitas como resurgimiento del Zoroastrismo, incluso Maniqueísmo, en
atuendos Islámicos. El Ismaelismo llevó a cabo una de las síntesis religiosas
Medievales más sorprendentes en la que la historia religiosa universal era
vista como un proceso que comprendía siete grandes ciclos proféticos de
revelación, seis de los cuales ya habían sido iniciados por Adán, Noé, Abraham,
Moisés, Jesús y Mahoma y el último sería inaugurado por la venida del Mahdi(o
Qaim), el esperado séptimo Iman del movimiento Ismaelita.
Para la rama
radical y cismática Ismaelita en Bahrain la venida de la era religiosa final
era inminente y presagiada por una conjunción de Saturno y Júpiter en el 928.
La venida del último ciclo profético estaba asociada con el final de la era del
Islam y también con el 1500 aniversario de la supuesta muerte de Zoroastro(o el
año 1242 de la era de Alejandro), para el cual las antiguas profecías Persas
habían predicho la restauración
religiosa y política del Zoroastrismo. La conmemoración de los Cármatas del
aniversario de Zoroastro dio lugar a una de las mayores crisis en el Islam
medieval en el 930, el mismo año del aniversario, los Cármatas saquearon la
Meca y se llevaron la Piedra Negra de la Kaaba para así anunciar el final de la
era del Islam.
Después de la captura de la Piedra Negra, el gobierno de los
Cármatas en Bahrain pasó a manos de un joven Persa que se decía descendiente de
los Shahs Persas y fue declarado el esperado Mahdi. El Mahdi elegido ordenó el
culto al fuego y abolió las leyes Islámicas pero fue asesinado ocho días
después, lo que puso fin al resurgimiento efímero pero vigoroso del
Zoroastrismo en el dominio Cármata. Las turbulencias religiosas alrededor del aniversario de Zoroastro afectaron inevitablemente a los
Zoroastrianos en Babilonia e Irán, entonces bajo el control del califa Abásida,
siendo el sumo sacerdote Zoroastriano acusado de colaboración con los Cármatas y ejecutado.
El reputado aniversario de Zoroastro no dejó de afectar a
los Maniqueos de Babilonia, los cuales vieron todo esto como señal de una
expansión misionera renovada. Las nuevas actividades Maniqueas en las
turbulencias de comienzos del siglo décimo provocaron obviamente la persecución
por parte de los Abásidas, pues a finales del Califato de al-Muqtadir(908-32)
la mayoría de los Maniqueos Babilonios hubieron de huir al Khorasan y
Samarkanda en Sogdiana, los que permanecieron en Babilonia mantuvieron en
secreto su identidad. El “archegos” Maniqueo desapareció de su tradicional sede
en Mesopotamia y la “Religión de la Luz” se desvaneció de la tumultuosa arena
del Oriente Medio.
Mientras que el Islam de comienzos del siglo décimo
presenciaba el surgimiento de califatos rivales, en la Europa Cristiana las
tradiciones imperiales Carolingias estaban en declive después que Arnulfo, el
último emperador de los Carolingios, quedó paralítico poco después de su
coronación, y murió en el 899. Pero una vez que Inglaterra fue finalmente
unificada por el nieto de Alfredo el Grande, Athelstan, el fundador de la
dinastía Sajona Germana, Enrique el Pajarero(919-63), había ya obtenido la
autoridad monárquica en el reino Franco del Este. Siguiendo las conquistas de
su sucesor, Otto el Grande, el reino de los Francos del Este fue transformado
en el Sacro Imperio Romano, aunque los constructores del Imperio Germano
hubieron de enfrentar otro influjo pagano desde las estepas la llegada de los
Magiares. A medida que los Magiares paganos presionaban en el Centro de Europa
se vieron sujetos a una Cristianización gradual y al final del milenio fundaron
el reino Cristiano de San Esteban de Hungría.
Los Magiares llegaron a la Europa Central por la diplomacia
y campañas del gobernante Búlgaro Simeón(893-927) cuya aventura Magiar fue
seguida por treinta años de guerra intermitente en los Balcanes, durante la
cual se anexionó Serbia, se enfrentó a Croacia e invadió repetidas veces
Bizancio, buscando una alianza con los Fatimidas contra Constantinopla. Es más,
Simeón se empeño en maniobrar para convertirse en un nuevo “Basileus”, un nuevo
tipo de emperador de Constantinopla,
presidiendo sobre la unión de un imperio Búlgaro-Bizantino unido. Durante sus
intentos de tomar el trono imperial Simeón fue depuesto por el comandante de la
flota Bizantina, Romanus Lecapenus, quien se proclamó “Emperador Autócrata de
los Romanos y Búlgaros y en el 926 su aspiración imperial fue ratificada por el
Papa Juan X.
El fallido intento de unificación de los imperios de
Bulgaria y Bizancio ha sido visto como una de las grandes oportunidades de la
historia fallidas que habría permitido que el este Ortodoxo hubiera resistido
las incesantes embestidas tanto en el
este como en el oeste. El
monarca Búlgaro era una persona capacitada y estudioso Griego, ensalzado como
el nuevo Ptolomeo que buscó vigorosamente promover la rica herencia cultural de
la Ortodoxia Bizantina en su ámbito. El imperio Búlgaro había ya adoptado el
legado de San Cirilo y San Metodio, el Apóstol a los Eslavos la versión Eslava
de las Escrituras, liturgia y alfabeto- y las escuelas literarias patrocinadas
por Simeón realizaron una contribución crucial y seminal a la hora de expandir
la nueva cultura Eslavo-Bizantina en el Este de Europa, en Serbia y Rusia(1).
Sin embargo, además de la traducción de la literatura
sagrada y secular Bizantina, otro cuerpo de traducciones iba a encontrar su
camino en el nuevo imperio Cristianizado Búlgaro textos apócrifos secretos, la
mayoría de los cuales databan de la época temprana Cristiana que habían sido
conservados y transmitidos en el este Cristiano. Algunos de estos textos
apócrifos se mostraron fundamentales a la hora de dar forma y elaborar la
mitología del dualismo Bogomilo y Cátaro. Además uno de los más sobresalientes
escritores Ortodoxos de la escuela real de Simeón, Ioan Exarkh, ya advirtió
contra la predicación de los paganos y “Maniqueos” (en aquella época un término
usado para definir a los dualistas) que enseñaban que el Diablo era el hijo
mayor de Dios(2). Esta noción de afiliación
pagano-Maniquea ha sido vista como “la indicación directa más temprana de la
alianza entre paganismo y herejía”(3) en
Bulgaria, significativamente después de un siglo de graves enfrentamientos pagano-Cristianos
en la zona. Es más, esta “alianza” fue una cristalización alrededor de una
enseñanza específica acerca de la génesis del Diablo, que vino a ser
subsiguientemente el centro del dualismo monárquico Bogomilo, con su distintiva
trinidad Dios el Padre y sus dos hijos, Satanael y Jesucristo.
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1.
Las circunstancias de adopción de la liturgia
Eslava en Bulgaria después del colapso de la misión de los Apóstoles de los
Eslavos en Moravia son expuestas en F. Dvornik, “Les
Slaves, Byzance et Rome au IXe siècle” (Paris, 1926), pp. 312-13; D.
Obolensky, “Sts. Cyril and Methodius, Apostles of
the Slavs”, St. Vladimir´s Seminary Quarterly, 7(1963), pp. 6-7, con una
discusión del papel del movimiento literario bajo Simeón en la transmisión de
la cultura Eslavo-Bizantina a los Rusos y Serbios haciendo asequible a los
Eslavos la literatura sagrada y secular Bizantina.
2.
Texto en Ivanov, “Bogomilski
knigi i legendi”, p. 20.
3.
Obolensky, “The
Bogomils”, p. 95; Cf. La diferente visión de M. Loos, “Le prétendu témoignage d´un traité de Jean Exarque
intitulé Sestodnev et relatif aux Bogomiles”, BSI, 13(1952-3), pp.
59-67; para argumentos de que la alusión a los “Maniqueos” en el tratado de
Ioan Exarkh se refiere a los Paulicianos o a misioneros Paulicianos en
Bulgaria, ver Angelov, “Bogomilstvoto”, pp.
88-9: B. Hamilton, “Historical Introduction”,
en HCDH, p. 26 (con una clarificación que esta visión específica del diablo
como el hijo mayor de Dios no deriva del Paulicianismo).
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