Pero
hay mucho más acerca de los Esenios. Por ejemplo, la idea que los Esenios eran
Judíos Pitagóricos fue sugerida en el siglo diecisiete, y posteriormente
revivida. Grandes figuras que apoyaban esta teoría fueron académicos de la
universidad de Tübingen como, F.C. Baur, en un ensayo sobre Apolonio de Tiana y
el Nuevo Testamento en 1832, y el historiador de filosofía Griega, Eduard
Zeller. Básico a ambos movimientos era el dualismo antropológico de cuerpo y
alma. La materia era inherentemente mala. Los sacrificios animales eran
inaceptables debido a la profanación que conllevaban. Los Pitagóricos también practicaron
la comunidad de bienes. Zeller siguió manteniendo que un movimiento
caracterizado por el culto al sol, celibato, y ascetismo podía derivarse del
Judaísmo tradicional. Un alto nivel de especulación sobre la influencia
Pitagórica apareció en la obra del estudioso Judío, Isidoro Levy. En 1927
escribió argumentando a favor de una gran influencia Pitagórica sobre el Judaísmo
antiguo, aunque encontró en los Esenios el principal ejemplo de un grupo Judío
moldeado de acuerdo a la forma de vida Neo-Pitagórica, con énfasis en el
ascetismo y la vida comunal. Otras explicaciones sincretistas de los Esenios
han sido ocasionalmente sugeridas, sobretodo una derivación del Zoroastrismo,
defendida enérgicamente por estudios del Nuevo Testamento, J.B. Lightfoot.
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