lunes, 28 de octubre de 2013

NESTORIANOS Y MANIQUEOS EN LA RUTA DE LA SEDA

REFUGIO DE HEREJES: NESTORIANOS Y MANIQUEOS EN LA RUTA DE LA SEDA

Fue durante los primeros cinco siglos de la Era Común que las principales religiones de Asia Occidental se definieron ellas mismas y comenzaron a tomar la forma que les reconocemos hoy día. En gran medida fue este un proceso que resultó de mutuos antagonismos: en el mundo Romano Oriental entre Cristianos y Judíos y entre proponentes de diversas interpretaciones de Cristianismo, y en la esfera Iraní, entre los practicantes del culto tradicional a Ahura Mazda y el surgimiento del Maniqueísmo.

Los grupos humanos tienden a autodefinirse principalmente cuando son desafiados por algo que podrían concebiblemente ser, aunque, por miedo a perder su identidad, han de demostrar que no son. Es por ello que los sistemas de creencias en las sociedades tradicionales parecen amenudo tan frustrantemente flexibles e inclusivos a los modernos estudiosos de mentalidad descriptiva. En la religión, la preocupación con la distinción ellos/nosotros es característica de la clase sacerdotal. Evidencia de esto se puede apreciar en el Talmud de los rabinos que sucedieron a los sacerdotes guardianes de la tradición Hebrea; también lo vemos en las polémicas de los Padres de la Iglesia, y en los esfuerzos de los magos Zoroastrianos  por suprimir el Maniqueísmo.

LA IGLESIA DEL ESTE
La religión que ahora llamamos Cristianismo surge como movimiento dentro de la sociedad Judía en la Palestina Romana. La interpretación que los seguidores de Jesús dieron a la historia del Judaísmo, expresada en texto y leyenda, era lo suficientemente radical como para que fuese rechazada por la mayoría de los Judíos. En el proceso de rechazo, los estudiosos Judíos desarrollaron un método para determinar y establecer correctamente cuál era su herencia y qué significaba; esta fue institucionalizada en la tradición rabínica, la cual vino a ser normativa para los Judíos y es el fundamento del Judaísmo hoy día.

Igualmente entre los Cristianos había desacuerdos sobre la interpretación de lo que había de ser creído y cómo practicar la fe. Uno de los problemas principales a los que se enfrentaron los teólogos del Cristianismo temprano era resolver el tema de la verdadera naturaleza de Cristo, si ésta era divina o humana.

Las disputas doctrinales dentro de la iglesia del Cristianismo temprano eran un reflejo de la lucha por la supremacía entre los que estaban al mando y abogaban a favor de diferentes interpretaciones, identificándose con bases de poder regionales particulares. La postura “diofisita” de la Escuela de Antioquia era que Cristo consistía de dos personas distintas, una humana y otra divina, las cuales coexistían en la persona de Jesús, igual como el Espíritu de Dios había descendido sobre los profetas Hebreos. La postura rival “Monofisita”, asociada con los teólogos de Alejandría, era que Cristo era el Logos Divino eterno, encarnado como ser humano –era Dios viviendo bajo forma humana.

Durante los comienzos del siglo quinto esa controversia vino a ser expresada en cómo María había de ser descrita, si como “portadora de Cristo” (Christotokos), o como “Madre de Dios” (theotokos). Cuando un obispo Sirio llamado Nestorio fue nombrado Patriarca de Constantinopla en el 428, apoyó el punto de vista Antioqueño, que resumía en que no podía “imaginarse a Dios como niño”. La posición privilegiada de Nestorio en Constantinopla como portavoz de los Antioqueños resultó en la respuesta hostil de Cirilo, Patriarca de Alejandría.

El emperador Bizantino Teodosio II tenía muy buena relación con Nestorio, pero su hermana mayor, Pulqueria, le destestaba. Pulqueria tenía mucha influencia sobre el emperador, y como Cirilo lo sabía utilizó esta configuración para llevar a cabo su propaganda contra Nestorio. En el 431 el emperador convocó un concilio en Éfeso para establecer la terminología propia para con María. Cirilo fue nombrado para presidir el concilio, por lo que no ha de extrañar que la postura Antioqueña fuese denunciada como herética. (De hecho, el partido Antioqueño se negó a asistir). El emperador, bajo la presión de su hermana, apoyó a Cirilo, y Nestorio fue depuesto y desterrado a Egipto.

La postura Antioqueña dominante en Siria y países al Este, se negó mayormente a reconocer la autoridad de Cirilo separándose para formar la Iglesia Oriental, con sede en Ctesifonte (cerca de la actual Bagdad), capital del Imperio Sasánida. Esto implicaba un rechazo de la autoridad del emperador Bizantino, y a partir de este momento, la iglesia Nestoriana vino a ser identificada con el mundo Persa en oposición al Bizantino.

En el 451 el Concilio de Calcedonia propuso un compromiso entre las posiciones monofisita y diofisita, o sea, que Cristo combinaba dos naturalezas aunque no dos personas. Los Nestorianos tendían a ver esto como un reconocimiento de su postura, aunque no les parecía suficiente. En un sínodo en el 486 los obispos de Oriente declararon su iglesia explícitamente Nestoriana, repudiando tanto el monofisismo como el “compromiso” Calcedonio, expresando así su creencia en “una naturaleza divina solamente, en tres personas perfectas…”. Llegaron a afirmar que “(Cristo tuvo) dos naturalezas, divina y humana……. Sin confusión en su diversidad….. (aunque con) cohesión perfecta e indisoluble de lo divino con lo humano……” Uno de los problemas principales para los Nestorianos parece haber sido lo que vivir bajo forma humana implicaba para Dios; por ejemplo, mantenían que era solamente el aspecto de Jesús el que murió en la cruz. Decían que, “…… si alguien piensa o enseña que el sufrimiento y el cambio son inherentes a la divinidad, y si, al hablar de unidad de la persona del Salvador, no confiesa que es Dios perfecto y perfecto hombre, que sea anatema”(1).

El sínodo y otro posterior en el 497 puso al monofisismo Persa a la defensiva, y el Nestorianismo vino a ser la doctrina oficial (aunque no la única) del Asia Cristiana.

EL CRISTIANISMO EN IRÁN
En los Hechos de los Apóstoles (2:9) se afirma que los Judíos Iraníes de Partia, Media, Elam, y Mesopotamia presenciaron el milagro de Pentecostés. Dado que el Cristianismo surgió dentro del mundo Judío, es natural que su expansión desde Palestina fuese facilitada principalmente mediante contactos con la diáspora(2). Dado que estos contactos en su mayor parte eran de naturaleza comercial, se puede afirmar que el primer contacto del Cristianismo con la Ruta de la Seda tuvo lugar a través de los Judíos Babilonios.

La dinastía Parta Arsácida, la cual gobernó Mesopotamia e Irán durante los dos primeros siglos de la Era Común, no consideraba la religión un tema particularmente importante para sus políticas. Como resultado hay poca mención de las sectas religiosa en las fuentes Partas, y solamente se puede especular sobre la expansión de las ideas Cristianas en el Este sobre la base del análisis de materiales posteriores. Parece ser que en la parte occidental del ámbito Parto las comunidades Cristianas crecieron entre varias sectas Judías, cultos locales y otras variedades de la religión Iraní.

La referencia más temprana a las comunidades del Asia Central en las fuentes Cristianas es el comentario de Bardaisan cerca del 196 d.C.: “Ni nuestras hermanas entre los Gilanios y Bactrianos tienen ninguna relación con extranjeros”. Los apócrifos Hechos de Tomás, escritos aproximadamente en la misma época, mencionan al “país de los Kushanos” (baith kaishan)(3).

En el 224 los Sasánidas del sudoeste de Irán expulsaron a los Partos y fundaron una nueva dinastía. Por entonces los Cristianos  eran bastante numerosos en el mundo Iranio: una historia temprana de la Iglesia afirma que en el 225 había 20 obispos en la zona controlada por los Persa(4). Después de la victoria del emperador Sasánida Shapur I sobre los Bizantinos en el 256 y 260, Cristianos cautivos de habla Griega y Siriaca fueron deportados a Irán aumentando así el número de Cristianos allí.

Los tres primeros emperadores Sasánidas mantuvieron la tolerancia Parta respecto a las religiones no Iranias. Bajo Bahram II (276-93), sin embargo, la casa real Sasánida acrecentó sus lazos con el sacerdocio Zoroastriano, cuyo jefe, Kartir, había estado llevando a cabo una campaña para hacer del Zoroastrianismo la religión oficial del nuevo imperio. Para realizar esto, Kartir, se vio obligado a eliminar cualquier organización potencialmente rival. En una inscripción del año 280, nombra a los Cristianos entre aquellos grupos que cree han de ser prohibidos. Aunque Kartir también nombra a los Judíos como uno de los grupos a los que se opone, no hay evidencia de que las comunidades Judías fuesen perseguidas(5). No eran posiblemente suficientemente numerosas para constituir una amenaza). Esencialmente la suerte de los Cristianos Iraníes, más que ninguna otra comunidad religiosa, estaba ligada al receso y flujo de las políticas en la corte(6).

Los Cristianos, igual que otras minorías religiosas bajo el gobierno Sasánida, llevaban una precaria existencia. La actitud de los emperadores era más bien la de no tolerarlos; los Cristianos servían en el ejército Sasánida, y un general Cristiano incluso llegó a liderar a los Sasánidas en la batalla contra los Bizantinos. Pero los magos, que deseaban ligar su autoridad religiosa con la autoridad política del emperador, estaban constantemente maniobrando contra las comunidades religiosas no-Zoroastrianas en Irán. Los periodos en los que los magos tuvieron más éxito en sus objetivos políticos (como bajo Shapur II desde el 309 al 379, Bahram V desde el 421 al 439, y Yazdigard II desde el 439 al 457) fueron aquellos en los que los Cristianos, Judíos, y Maniqueos sufrieron más. Un decreto real de Shapur II lista varios puntos sobre los que los Cristianos parecían estar enfrentados al estado y con los valores Zoroastrianos:

Los Cristianos destruyen nuestras enseñanzas sagradas, y enseñan servir a un Dios, y no honrar al sol o al fuego. Enseñan también profanar el agua con sus abluciones, abstenerse del matrimonio y la procreación de hijos, y se niegan a ir a la guerra con el Shahenshah. No tienen escrúpulos acerca sacrificar y comer animales, entierran los cadáveres de los hombres bajo tierra, y atribuyen el origen de las serpientes y cosas repugnantes a un Dios bueno. Desprecian a muchos siervos del Rey, y enseñan la brujería”(7).

A la inversa, cuando el estado y los magos se separaron (como ocurrión bajo Narseh desde el 293 al 303, Yazdigerd I desde el 399 al 421, Balash desde el 484 al 488, Kavad desde el 488 al 531, y Hormazd IV desde el 579 al 590), los Cristianos y Judíos vivieron en paz con la mayoría Zoroastriana, y prosperaron mucho a menudo. En el 383 el Emperador Shahpur III promulgó un edicto afirmando que los “Magos, Zandiks (Maniqueos), Judíos, Cristianos y todos los hombres fuesen de la religión que fuera habían de ser dejados en paz con sus creencias”. Los líderes religiosos de cada comunidad, mientras tanto –magos, sacerdotes, y rabinos- trabajaron duro para mantener sus tradiciones religiosas distintas, como es evidente en las muchos polémicos tratados que escribieron unos contra otros (8). (La vociferación de estos tratados es una indicación de que la gente no era adversa a mezclarse entre comunidades).

La adopción del Cristianismo como religión oficial del Imperio Romano durante el siglo cuarto tuvo dos efectos importantes en el Cristianismo Iraní. El primero fue que, a pesar de sus diferencias ideológicas con la iglesia de Roma, los Cristianos en Irán eran ahora considerados sospechosos de deslealtad, lo que fue a menudo usado como justificación para su persecución. Es más, la mayoría de las persecuciones de Cristianos en Irán estuvieron directamente conectadas con la situación política entre los dos imperios. La decisión de los obispos Iraníes en el sínodo de 424 de declarar su iglesia formalmente independiente de Constantinopla puede haber sido motivada tanto política como doctrinalmente.

Otro de los efectos fue que con el Cristianismo  disfrutando ahora del patronazgo del estado en Occidente, las disputas doctrinales tendían a ser ganadas por el grupo que tuviese el apoyo del emperador, lo que el partido favorecido usaba para suprimir a aquellos que mantenían interpretaciones opuestas; de ahí la huída de los Nestorianos a Irán. De manera similar, los ciudadanos Romanos que eligieron no convertirse al Cristianismo quedaron excluidos y en peligro. Como resultado de esto la iglesia Bizantina estatal apoyó las persecuciones y muchos intelectuales huyeron del mundo Mediterráneo para refugiarse en el Imperio Sasánida. Los filósofos Atenienses, médicos Sirios, y astrólogos Sabeos todos tomaron esta ruta, enriqueciendo así la cultura Sasánida.

Gundeshapur en el sudoeste de Irán se convirtió en la nueva sede de la medicina clásica Griega, filosofía, y astronomía, y la escuela fundada ahí estuvo dirigida por paganos y Cristianos orientales. Durante los cinco siglos siguientes Gundeshapur fue uno de los más grandes centros científicos del mundo. Cuando los Árabes musulmanes conquistaron la región a mediados del siglo séptimo, mantuvieron la escuela intacta, y durante dos siglos más muchas de las mentes más brillantes de la nueva fe Islámica obtuvieron su educación allí de maestros Cristianos.

EL NESTORIANISMO ENTRE LOS SOGDIANOS
Sogdiana nunca fue, hasta que la dinastía Samánida hizo de esta el centro del mundo Musulmán, una región de ortodoxia religiosa. Ocupada por tribus Iraníes desde la prehistoria, estaba situada en la frontera entre el este y el oeste, alejada de los centros de las grandes tradiciones religiosas. Siempre fue tierra intermedia, un punto de tránsito, un lugar donde cualquier cosa podía ocurrir tarde o temprano.

Alejandro Magno dejó mucha influencia Griega en Sogdiana en el siglo tres a.C. Los nómadas Iraníes tales como los Sakas y Turcos, estuvieron siempre muy cercanos. Los Partos no participaron de esta mezcla cultural, y para los Sasánidas la provincia estaba bastante alejada como para que los esfuerzos estandarizantes de los magos Zoroastrianos surtieran efecto.

Los mercaderes Sogdianos eran los verdaderos dueños de la Ruta de la Seda, cualquiera que fuese el efímero poder de la época. Bajo el gobierno de sus parientes Iraníos, Partos y Sasánidas, los mercaderes Sogdianos se desplazaban con facilidad por las tierras Iranias hacia el oeste, donde algunos de ellos se convirtieron al Cristianismo, así como otros activos en las tierras de Kushan abrazaron el Budismo.

No parece hubiese obstáculo alguno que impidiese a los conversos Sogdianos de cualquier tradición importar su nueva fe a Sogdiana o llevarla aún más al este durante sus aventuras comerciales. Cerca del 650 había un arzobispo Nestoriano en Samarkanda en el corazón de Sogdiana, y otro más al este en Kashgar; en total unos 20 obispos Nestorianos tenían diócesis al este del río Oxus(9).

Durante siglos el Sogdiano fue la lengua franca de la Ruta de la Seda. Aunque debido a la amplitud de su comercio los comerciantes conocían otras lenguas igualmente, lo que les hacía estar bien equipados para servir como traductores. Entre los textos Nestorianos descubiertos en la cuenca del Tarim desde comienzos del siglo veinte, la mayor parte está en Sogdiano o muestran evidencia de haber sido traducidos de versiones Sogdianas. Aunque el Siriaco era el lenguaje litúrgico de la iglesia Nestoriana, la lengua en la que el Cristianismo Nestoriano fue difundido en Asia fue principalmente el Sogdiano, lo mismo para el Budismo y el Maniqueísmo(10).

La mayoría de los textos Cristianos encontrados en la región del Tarim fueron descubiertos por cuatro expediciones Alemanas al oasis de Turfán durante el 1902 hasta el 1914. La mayoría de estos manuscritos datan del siglo nueve al décimo procedentes de un monasterio Nestoriano en Buyaliq, al norte del oasis. Incluyen himnos, Salmos, oraciones, lecciones del Nuevo Testamento, y comentarios(11). Aunque la mayoría son traducciones del Siriaco, algunas de las versiones Sogdianas son más antiguas que sus contrapartes en Siriaco, y algunas no fueron puestas en versión Siriaca(12). Los textos Cristianos en Sogdiano, desconocidos antes del siglo veinte, han aumentado substancialmente la comprensión de los estudiosos del Nestorianismo.

EL NESTORIANISMO ENTRE LOS TURCOS
Los nómadas Turkos aprendieron el arte de la escritura de los sacerdotes Nestorianos Persas en el entorno del destronado emperador Kavad cerca del 550. Un grupo de estos sacerdotes permaneció entre los Turcos durante siete años, bautizando a muchos de ellos. Los sacerdotes aprendieron Turco poniéndolo por escrito por vez primera, usando el alfabeto Siriaco(13).

Los Sogdianos de Asia Central que comerciaron directamente con los nómadas Turcos, ejercieron una influencia bastante acentuada sobre estos últimos. Un escritor Chino del periodo Sui señala que “los Turcos son de mentalidad simple y cortos de miras y que las disensiones surgen muy a menudo entre ellos. Desafortunadamente, muchos Sogdianos vivían entre ellos que son mentirosos e insidiosos; éstos enseñaron e instruyeron a los Turcos”(14).

La religión nativa de los pueblos Turcos y Mogoles de Asia es generalmente descrita como chamánica. Tienen al dios del cielo, Tengri (en Turco moderno: Tanri), como supremo, el principio masculino cuyo complemento es la madre tierra. La conducta religiosa era pragmática; los rituales estaban relacionados con las necesidades básicas de supervivencia como la caza, curaciones, y fertilidad. El mundo espiritual se alcanzaba mediante un chamán, un medium que comunicaba con los espíritus después de entrar él mismo en trance extático(15). Los chamanes aún existen en Asia hoy día, incluso entre Budistas y Musulmanes.

Aparentemente algunos de los primeros sacerdotes Cristianos que consiguieron seguidores entre los Turcos eran por éstos percibidos como chamanes. Los registros Siriacos de la iglesia Nestoriana relatan que en el 644 el metropolitano de Merv, Elías, impresionó a un rey Turco usando la señal de la cruz para parar una tormenta(16). El rey quedó seducido y aceptó el Cristianismo, y todos sus súbditos junto a él. Los estudiosos de la religión antigua Turca señalan que parar un tormenta, mediante el uso de una piedra llamada “yat”, era una función tradicional de los chamanes(17).
                                                                         
Las mismas fuentes afirman que en el 781-782 una gran conversión tuvo lugar entre los Turcos, de nuevo la conversión del rey llevó a la de sus súbditos. Como resultado de esta segunda conversión en masa, el patriarca Nestoriano Timoteo en Bagdad estableció a un metropolitano en Asia Central con el fin de instruir a los Cristianos Turcos(18). Un escritor contemporáneo confirma que la información referente al éxito de los misioneros entre los Turcos aparece en “una carta que algunos mercaderes y secretarios de los reyes, que penetraron hasta esa zona para comerciar y por asuntos de Estado, escribieron a Mar Timoteo”(19).

Una tercera conversión en masa tuvo lugar en el 1007, cuando según las fuentes, 200.000 Turcos y Mogoles se hicieron Cristianos. La identificación de este último grupo con la tribu Karaita ha sido puesta en duda(20), aunque la escala de la conversión ha sido generalmente defendida. El escritor medieval Jacobita Bar Hebraeus acredita explícitamente a los mercaderes Cristianos, presumiblemente Sogdianos, con la realización de la conversión.

Según el relato de Bar Hebraeus, el gobernante de este grupo nómada se salvó de una tormenta de nieve mediante una visión de un santo Cristiano. “Cuando llegó a su campamento a salvo”, Bar Hebraeus relata “convocó a los mercaderes Cristianos que estaban allí, y discutió con ellos el tema de la fe, a lo que estos le respondieron que esto no podía ser completado excepto por el bautismo”. Al tener noticias de esto el metropolitano envió a un sacerdote y un diácono para que realizaran el bautismo y dieran instrucciones(21).

Bajo el patronazgo y protección de los Mogoles Kara-khitai en el siglo doce, el Cristianismo Nestoriano experimentó un nuevo resurgimiento en cuanto a su popularidad. Cerca del 1180 el patriarca Nestoriano Elías III estableció una nueva metrópoli en Kashgar, con autoridad hasta  la región de los “Siete Ríos” al sur de Kazakhstan.

A comienzos del periodo Mogol el Cristianismo era la más visible de las religiones de los pueblos de la estepa. Lo que el Cristianismo significaba para ellos, no obstante, es otra cuestión. Las fuentes indican que lo esencial para un Cristiano era el bautismo; aparte de este ritual de iniciación, hay muy poca información disponible respecto a cómo el Cristianismo entre los nómadas era practicado. Algunas tribus aparentemente tenían capillas tiendas portables, aunque hay numerosos relatos que muestran que muchos de los rituales eran meras formas de prácticas tradicionales Cristianizadas, como beber la leche de yegua fermentada, llamada “kumiz”.

Uno puede contemplar cuál era el interés de los nómadas por el Cristianismo. Era esta una mera lealtad transferida al poder “chamanístico” que había demostrado las mayores capacidades? O se trataba de cultivar conexiones con los comerciantes Cristianos a lo largo de la Ruta de la Seda? Ambas posibilidades son posibles.

EL NESTORIANISMO EN CHINA
Los Chinos, herederos de una de las civilizaciones más grande y antigua, han considerado a las otras culturas más allá de sus interés. Sin embargo, es interesante observar como algunos de los primeros emperadores de la dinastía Tang –especialmente Xuanzong (712-756, no confundir con el explorador Budista Xuanzang)- tenía especial fascinación con las cosas provenientes del extranjero, algunas veces de forma casi maniática(22). En este ambiente, las tradiciones de los mercaderes Occidentales eran normalmente bienvenidas.

Los mercaderes Sogdianos e Iraníes, y también los misioneros llevaron el Cristianismo a China durante la primera mitad del siglo siete. De hecho, los Chinos originalmente pensaron que la cuna del Cristianismo era Irán, y la llamaron “la religión de Irán” durante más de cien años antes de corregir este error a mediados del siglo octavo. Un edicto imperial de los Tang en el 638 relata que un sacerdote Iraní llamado A-lo-pen (Abraham? Rabbam?) llegó a la corte tres años antes(23). Alopen llevaba consigo escrituras, que fueron traducidas al Chino de manera que el emperador pudiera entenderlas. El emperador las aprobó, y le dio a los Nestorianos permiso para propagar su fe a lo largo del imperio. Este evento es generalmente considerado como la introducción del Cristianismo en China.

Un monumento erigido cerca de Tang la capital de Chang´an (Xi´an) en el 781 contiene gran información acerca de los primeros 150 años de la comunidad Nestoriana local. Nombres Iraníes y del Asia Central aparecen, indicando un continuo influjo de Occidentales a lo largo de la Ruta de la Seda. Una de las piezas de información más interesante de los monumentos se refiere a un monje de nombre Adán, que ayudó en la traducción China: se dice que colaboró en la traducción de un tratado Budista igualmente. Adán no conocía el idioma Hindú, por lo que el texto Budista debe haber estado escrito en Sogdiano, presumiblemente su idioma natal(24).

Un texto encontrado en Dunhuang por Paul Pelliot, “Elogio de la Santa Trinidad”, afirma que no menos de 30 obras Nestorianas habían sido traducidas al chino cerca del siglo octavo. No parece que los Nestorianos hicieran muchos conversos de entre los Chinos, sin embargo. Al igual que los Budistas, se encontraron con el problema de tener que comunicar conceptos y valores completamente alienados e incluso ofensivos para los Chinos. Y, si un censo Chinos del 845 puede servir como indicación, el Cristianismo no llegó nunca a expandirse como lo hizo el Budismo: el censo ofrece un listado de unos 260.000 monjes y monjas Budistas contra unos 3.000 Cristianos y Zoroastrianos(25). Así, aunque el Budismo también era una religión extranjera, el Nestorianismo en China parece haber tenido mucho menos éxito que el Budismo a la hora de adaptar su mensaje al gusto Chino.

No parece que esto se debiera a la falta de intento, dado que llamaban a sus tratados “sutras”, y a los santos Cristianos “budas” o “reyes del dharma”. Cuando el monumento de Xi´an fue erigido, el Nestorianismo era conocido en Chino como “la Religión Luminosa” (ching chiao). Por otro lado, el nombre del salvador Cristiano, Yishu en Siriaco, sonaba al ser pronunciado en Chino como el término Chino para “rata”.

Si la traducción de los textos Cristianos al Chino durante el periodo Tang ha de ser tomada como evidencia de la existencia de congregaciones nativas o sólo como diligentes intentos de misioneros extranjeros es difícil de saber. En un libro llamado “Los Sutras de Jesús”, Martín Palmer relata su larga búsqueda durante décadas de las primeras señales de lo que llama “Cristianismo Taoísta” y ofrece traducciones de un curioso rango de textos híbridos del Chino. En 1998 un grupo dirigido por Palmer encontró una pagoda Cristiana del siglo octavo al sur de Xi´an, en una zona rural cerca de donde Lao Tsé se dice compuso el “Tao Te Ching” más de un milenio antes. El guardián del lugar, una monja Budista, le dijo que la pagoda había formado parte de un monasterio fundado por “monjes procedente de Occidente que creían en un Dios” y que durante el periodo Tang había sido “el monasterio Cristiano más grande de toda China”(26).

Sin embargo, parece ser que en su mayor parte la comunidad Nestoriana en China estaba formada por extranjeros, como era el caso del Judaísmo y el culto a Mazda. Las tres tradiciones fueron llevadas a China de manos de mercaderes, y su destino estuvo ligado al de las comunidades de mercaderes expatriadas.

El gusto entusiasta en la corte Tang por los pueblos, ideas, y cosas extranjeras también permitió la proliferación del curanderismo religioso. Muchos religiosos fueron contratados no por sus enseñanzas espirituales sino por sus dotes mundanas. Los Cristianos y Maniqueos especialmente eran valorados por su conocimiento de astrología y medicina, heredados de las tradiciones Mesopotamias.

Una fuente China menciona a un sacerdote que tenía el poder de hacer sentir a la gente como muertos y después resucitarlos –evidentemente se trata de hipnotismo. Un monje Budista de la India llamado Narayanasvamin afirmaba tener 200 años de edad y poseer el elixir de la inmortalidad. Los alquimistas Taoístas fantaseaban acerca de estas pociones desde antiguo, aunque en este caso los brebajes del Indio no surtieron efecto y fue apartado de la corte(27).

Los edificios religiosos servía a menudo como “centros culturales” en los que los adherentes extranjeros así como los nativos interesados podían reunirse. Los templos Mazdeos en Lanzhou y Luoyang, por ejemplo, ofrecían regularmente espectáculos de magia, que atraían a grandes muchedumbres. Aunque el Emperador Xuanzong apoyó tales exhibiciones durante su reinado, este tipo de influencia extranjera podía ser percibida como una amenaza por otros gobernantes más xenófobos Chinos(28).

En el 845 el emperador Tang Wuzong, quien apoyó el Taoísmo, prohibió todas las religiones extranjeras (incluido el Budismo, que ya no era extranjero), obligándole a la clandestinidad. En el 980, un monje Nestoriano le contó a un escritor Musulmán en Bagdad que había sido enviado por la Iglesia a China años antes en orden a “poner en orden los asuntos de la religión Cristiana” allí, pero no encontró Cristianos en el país(29). El Cristianismo parece haber desaparecido de China, para ser reintroducido bajo los Mogoles tres siglos más tarde.

MANI
Mesopotamia en el siglo tercero d.C. era hogar de una proliferación de sectas. Durante mucho tiempo la zona intermedia entre los sucesivos imperios Griegos e Iraníes, era un lugar de encuentro entre culturas donde todas estaban representadas. Los Israelitas habían vivido allí desde hacía 1.000 años junto a los Iraníes adoradores de Mazda y los nativos de Mesopotamia, cuyas creencias religiosas originales sobrevivieron entre los Sabeos, famosos por sus conocimientos de astrología. Durante este tiempo también había varias denominaciones Cristianas, así como sectas baptistas gnósticas Judeo-Cristianas híbridas.

Fue en una de las últimas comunidades, los Elkasitas, donde el profeta Mani nació en el año 216 de padres de ascendencia real Parta(30). Mani fue educado en un ambiente religioso ascético, donde las ideas Cristianas y Judías se habían establecido con un fondo gnóstico dualista. Recibió su primera revelación a la edad de 12 años, y otra cuando tenía 24. A partir de esta segunda revelación Maní tomó el papel de profeta, y se puso a predicar su mensaje.

El primer viaje misionero de Mani fue hacia el Este a las tierras del valle del bajo Indo: Turan, Makran, y Sindh en lo que es hoy día el sur de Pakistán. Esta región era un vibrante centro Budista en aquellos tiempos, y las influencias Budistas fueron significativas en la formación del pensamiento religioso de Mani. La transmigración de las almas vino a ser una creencia Maniquea, y la estructura cuatripartita de la comunidad Maniquea, dividida entre monjes varones y hembras (los Elegidos) y seguidores laicos (los Oyentes)que apoyaban la comunidad, parece estar basada en la sangha Budista.

A su regreso a Irán, Mani se las apañó para convertir al menos a dos príncipes de la nueva casa gobernante Sasánida, y pasó varios años en el entorno del Emperador Shapur. Mani debe haber aspirado a hacer de su nueva fe la religión oficial del nuevo imperio; desafortunadamente su rival en la corte, el sacerdote mago Kartir, tenía la misma idea.

Durante el reinado de Shapur, Mani disfrutó de la protección oficial. Como resultado pudo enviar seguidores por todo el ámbito Sasánida en orden a predicar su mensaje. La nueva fe rápidamente adquirió conversos por todas partes. Durante cerca de 50 años la popularidad de la visión de Mani fue la más grande amenaza para la tradición de los magos dirigidos por Kartir.

Después que Bahram I accediese al trono Sasánida en el 273, la fortuna de Mani cambió. Bajo la instigación de Kartir, el emperador hizo arrestar a Mani en el 276, justo cuando este último intentaba huir a Partia. Es interesante que en su entrevista final con Mani, el emperador no le reprochara sus puntos de vista religiosos, sino que le acusó de haber sido negligente con sus deberes como médico:

Para que vales, si ni siquiera vas a la guerra ni de caza? Quizá se te necesite como médico? Y ni siquiera esto haces!”.

Mani se defendió contestando:

A muchos he curado de enfermedades. A muchos he ayudado a evitar la fiebre. Muchos que estaban al borde de la muerte he curado”(31).

Este intercambio sugiere que los líderes religiosos eran valorados más por sus dotes como doctores que como sanadores de almas, una interpretación que encuentra amplia confirmación en otras partes durante la historia premoderna(32).

Después de esta conversación, el emperador sentenció a Mani a la cárcel. Después de varios meses, Mani murió detenido –posiblemente debido a la tortura- a la edad de 60 años.

UNA NUEVA TRADICIÓN UNIVERSAL
Lo que hizo que el mensaje de Mani fuese tan atractivo para tanta gente fue que hizo todos los esfuerzos para “ser entendido por todos” (similar al apóstol Pablo tratando de “ser todo para todos”). Mani hizo esto literalmente pero también figurativamente, tomando ideas, símbolos, y terminología religiosa de cada tradición con la que se encontró. Como se ha mencionado anteriormente hacer que las nuevas ideas fuesen aceptadas en las sociedades tradicionales requería camuflar las “nuevas”. Uno tenía que comunicar el “nuevo” mensaje presentándolo como “la perfección de la antigua verdad, compatible con la tradicional comprensión de la gente. Mani y sus discípulos eran maestros sin igual en esta técnica.

Al haber nacido y sido criado en la zona donde las civilizaciones de Asia y el Mediterráneo se habían encontrado durante siglos, Mani estuvo condicionado desde la niñez por nociones religiosas heterodoxas tomadas de varias fuentes. Sus sistema mezcla tradiciones Semíticas e Iraníes tan completamente que los estudiosos aún se preguntan cuál es la fuente a esta subyacente(33).

El Maniqueismo es generalmente tratado como sistema Gnóstico(34). Los orígenes del Gnosticismo son oscuros, aunque probablemente date de un poco antes de la era común. Propone una visión radicalmente dualista del universo, en la cual “el bien” es igualado con el espíritu y “el mal” con la materia. Los Gnósticos apoyan interpretaciones esotéricas que llevan a la salvación mediante el conocimiento, una posibilidad muy atractiva para las élites intelectuales. Era una aproximación a la verdad, más bien que una tradición religiosa en sí. Los representantes de las corrientes principales percibían las interpretaciones “ocultas” de los Gnósticos como amenaza para la ortodoxia y los declararon herejes.

Mani se presentó a sí mismo como el último profeta en la historia, después de Zoroastro, Buda, y Jesús. Su cosmología toma muchas imágenes Iraníes, incluyendo a Zurvan, Ormazd (Ahura Mazda), Ahriman (Angra Mainyu), y varios dioses y malos espíritus, y los imbuye con interpretaciones gnósticas. El universo es visto como ámbito de lucha entre el bien y el mal, con el bien representado como partículas de luz, que luchan para liberarse de la materia mala en la que están atrapadas.

La figura más visible en la mitología Maniquea es Jesús. Mani se refiere a sí mismo a lo largo de su vida como “el Apóstol de Jesucristo”. El Jesús de Mani toma tres formas, sin embargo: Jesús el Hombre, Jesús el Alma Viviente, y Jesús el Esplendor”. El primero es el Jesús histórico de los Cristianos, cuya muerte Mani considera fue una ilusión. El segundo es el “Jesús sufriente” (Jesus patibilis), la fuerza de la bondad en forma de partículas de luz que están atrapadas en todas las cosas vivientes. Jesús el Esplendor, es una conceptualización tomada de un grupo gnóstico llamado los Mandeos (que aún existen hoy día), es la encarnación de la Luz que visitó al Primer Hombre y regresará como Salvador al final de los tiempos.

Mani enseñó que la reproducción es mala, dado que con cada siguiente generación las partículas de luz atrapadas en cada individuo se dividen aún más entre los descendientes. Los Maniqueos Elegidos habían de practicar la abstinencia. La parábola Maniquea acerca del noble cuya esposa había fallecido (versiones de la cual se encuentran tanto en el Cristianismo temprano como en el Islam) ilustra este aborrecimiento carnal, como la mundana ilusión simbolizada por la borrachera(35).

Pero la bien organizada estrategia de propaganda de Mani involucraba mucho más que la mera adopción de relatos y símbolos de las religiones existentes y el darles nuevo significado e interpretaciones. En la mayoría de las religiones las escrituras fueron transmitidas durante un largo periodo de manera oral antes de ser puestas por escrito, ofreciendo una base para las acusaciones de humanas corrupciones y falsificaciones. Con este peligro en mente, Mani escribió él mismo sus propias revelaciones, creando así al menos siete obras canónicas, las cuales formaron el fundamento escrito de su religión.

Mani también creía en el fuerte poder de las imágenes para transmitir la verdad religiosa. Quizá esto fue debido a que la alfabetización no estaba muy extendida. Pintor con talento, él mismo ilustró sus escrituras. Sus dotes artísticas le dieron reputación, que es lo que, irónicamente, ha permanecido como su legado, superando con creces la religión que fundó. Hasta nuestros días, sus heréticas creencias hace tiempo olvidadas, es recordado en el mundo Musulmán como el más grande pintor jamás conocido(36).

Eran los Elegidos Maniqueos quienes tenían la responsabilidad de expandir el mensaje de la fe como predicadores itinerantes, siguiendo el modelo de los monjes Cristianos y Budistas. Los Elegidos se distinguían por llevar ropas blancas, y por ser vegetarianos. Habían de tener el máximo cuidado en no participar en ninguna actividad que contraviniera los principios de su religión, incluso actividades necesarias para su propia supervivencia. Incluso mucho más que los monjes Budistas, los Elegidos Maniqueos eran completamente dependientes de sus seguidores laicos, los Oyentes, quienes les mantenían. Ni siquiera podían preparar su propia comida, dado que esto dañaría las partículas de luz que se creían residían en todas las cosas vivientes, incluidos los vegetales. Antes de comer, los Elegidos habían de recitar, “No he puesto esto en el horno; otro me lo ha traído y lo he comido sin culpa”(37).

De hecho, Jason BeDuhn recientemente ha dicho que comer era la práctica central de los Elegidos Maniqueos, dado que era mediante el proceso de digestión que separaban las partículas de luz de la materia y a continuación  “liberaban” esas partículas cantándoles himnos(38). Agustín de Hipona ridiculizó esta práctica (que BeDuhn llama “salvación metabólica”), cuando dijo que “los Maniqueos dicen que purifican el mundo mediante sus eructos”(39).

MANIQUEÍSMO EN LA RUTA DE LA SEDA
La religión de Mani comenzó a disfrutar de popularidad en la zona del Mediterráneo durante la vida de este, aunque antes que el Imperio Romano viniera a ser Cristiano oficialmente, persiguió a los Maniqueos como seguidores de una religión Persa “extranjera”. Una vez el Cristianismo vino a ser la religión del estado, el Maniqueísmo fue considerado una amenaza aún mayor, dado que afirmaba ser una forma de Cristianismo esotérica, y por lo tanto, más verdadera que el Cristianismo mismo. Aunque estuvo sujeto a la más dura represión, las ideas dualistas en contra del mundo de las que se hacía eco el Maniqueísmo sobrevivieron en Europa hasta la Edad Media, a través del movimiento Cátaro en Provence y los Bogomilos en los Balkanes.

En el este al Maniqueísmo le fue mejor, al menos inicialmente. Disfrutó de varias décadas de protección durante la vida de Mani, llegando a expandirse hasta el Asia Central a lo largo de la Ruta de la Seda más allá del río Oxus. Una vez más, fueron los Sogdianos los que jugaron un papel importante en la transmisión de la fe. Usando sus dotes lingüísticas, los Sogdianos tradujeron los textos Maniqueos del Siriaco, del Persa y del Parto al Sogdiano, y de ahí al Turco y eventualmente al Chino. A finales del siglo sexto los Maniqueos Sogdianos eran los suficientemente fuertes como para declararse independientes de Archegos, el jefe de la iglesia en Seleucia-Ctesifonte (cerca de la moderna Bagdad), dando lugar a un cisma que duró durante un siglo(40).

Un misionero Maniqueo Iraní llamado Mihr-Ormazd viajó hasta China en algún momento durante el siglo siete(41). Obtuvo una audiencia con la emperatriz Wu de la dinastía Zhou y le presentó un texto titulado “El Sutra de los dos Principios”, que vendría a ser la obra más popular Maniquea en China(42).

El éxito del misionero suscitó los celos de los Budistas en la corte, quienes rápidamente se opusieron a las nuevas enseñanzas. En algún momento después del 820, los Budistas Chinos comenzaron a hacer circular la siguiente historia:

Wo K´o-chiu, un hombre de Yüeh, residente en Ch´ang-an….. Comenzó a practicar el Maniqueismo y su esposa Wang también siguió su ejemplo. Murió esta subitamente después de algo más de un año. Tres años más tarde se le apareció a su esposo en un sueño, diciéndole, “debido a mi creencia perversa he sido condenada a convertirme en serpiente y estoy bajo la Stupa en Huang-tzu p´o. Moriré mañana al amanecer y deseo que le pidas a los monjes que vayan allí y reciten para mí el Sutra del Diamante de manera que pueda evitar otras formas de sufrimiento”(43).

El esposo hizo como ella le había pedido, convirtiéndose posteriormente en un buen Budista de nuevo.

El Maniqueísmo fue considerado sospechoso por la restaurada dinastía Tang después del 705, y en el 732 el emperador promulgó un edicto al efecto de manera que esta religión no fuese propagada entre los Chinos. El motivo que dio para esta restricción muestra que los Budistas estaban tras él:

La doctrina de Mar Mani es básicamente una creencia perversa y fraudulenta que asume ser (una escuela) Budista y que por lo tanto confundirá a las masas. Merece ser estrictamente prohibida. Sin embargo, dado que es la religión indígena de los Bárbaros Occidentales y otros (extranjeros), sus seguidores no serán castigados si la practican entre ellos”(44).

Está claro que así como los Maniqueos en Occidente trataron de presentar sus religión como modalidad esotérica del Cristianismo, en el Este trataron de presentarla como una especie de Budismo.

A medida que el gobierno Sasánida se unió cada vez más al clero Zoroastriano, los Maniqueos en Irán se desplazaron gradualmente hacia el este más allá del alcance del estado y los magos. Después de la conquista Árabe Musulmana del imperio Sasánida en el 640 muchos Maniqueos regresaron del Asia Central a Irán y Mesopotamia. Los Árabes Omeyas, establecidos en Damasco, no tenían de momento problema en dejar los temas religiosos en manos de sus súbditos. Pero en el 715 la revolución Abasida trajo consigo una ola de reformas religiosas en las tierras controladas por los Musulmanes.

Durante la segunda mitad del siglo octavo muchos burócratas Persas en la administración Abasida comenzaron a ejercer una especie de resurgimiento cultural de cara a la clase gobernante Árabe. En la literatura tomó forma en el movimiento llamado “shu´biyya”, mediante el cual mucha literatura clásica fue traducida al Árabe. En esta misma clase intelectual Persa, el cripto-Maniqueísmo se convirtió en una forma popular de afirmación cultural. Pronto el credo de Mani adquirió el dudoso estatus que había poseído en los mundos Sasánida y Romano, como el archienemigo número uno de la religión oficial. Incluso aquellos meramente sospechosos de ser Maniqueos eran duramente perseguidos, y muchos creyentes eligieron huir hacia el este de nuevo(45).

LOS UIGURES
Durante un periodo relativamente breve de unos 77 años, del 763 al 840, la muy vilipendiada fe Maniquea disfrutó del estatus de religión oficial patrocinada por el estado. Esto se debió gracias a los Turcos Uigures, quienes subyugaron a la confederación anterior en el 744 y fundaron un estado en lo que es hoy Mongolia.

Las relaciones Chinas con la estepa habían siempre estado caracterizadas por la pacificación mediante el soborno, a menudo mediante la seda, como resultado de esto algunos pueblos de la estepa se enriquecieron en gran manera. En la época en que los Uigures llegaron al poder los Tang estaban agobiados por muchos problemas internos y dependían en gran parte de los Uigures en lo que al apoyo militar se refiere(46).

A comienzos del 755 el emperador Tang se enfrentó a una rebelión dirigida por un general de origen mitad Turco mitad Sogdiano, Rokhshan (el de cara brillante), en Chino “An Lushan”. El emperador llamó a los Uigures para que le ayudasen en sofocar la rebelión. Fue después de reconquistar la ciudad Tang de Luoyang en el 762 que el Kagan Uigur, conocido en las fuentes Chinas como Mouyu, conoció a algunos sogdianos Maniqueos que vivían allí. Estos le causaron gran impresión y cuando regresó a su capital Kara-Balghasun en el Río Orkhon en Mongolia, se llevó con él a cuatro de ellos. En unos cuantos meses le persuadieron para que adoptara el Maniqueísmo. En el 763 el Kagan hizo de esta la religión oficial del estado Uigur, prohibiendo el chamanismo Turco.

Por qué el Kagan hizo esto es un misterio. El jefe de los monjes Maniqueos, conocido por su nombre Chino Jui-hsi, se informa que poseía gran elocuencia y dotes de persuasión. Al Kagan, en tanto que persona militar, le puede haber gustado la rígida disciplina del estilo de vida Maniqueo. Otro aspecto del atractivo de la religión era que no le gustaba a los Chinos, y los Uigures buscaban demostrar su independencia de los Tang. Una tercera razón puede haber sido la de facilitar contactos comerciales con Occidente a través de los Sogdianos(47).

Característicamente, los misioneros Maniqueos entre los Uigures usaron la estrategia de asociar sus conceptos religiosos con los de los Turcos. Por ejemplo, los dioses Maniqueos de los dos palacios de luz son igualados con el sol y la luna, a los que adoraban los Turcos. El término palacios era traducido al Turco como “ordu”, literalmente el lugar donde la tienda de un rey nómada es erigida. Los Maniqueos añadieron la palabra Turca “bilig” (conocimiento), término que los nómadas había asociado con el liderazgo desde tiempos antiguos, a las cinco virtudes cardinales (amor-conocimiento, fe-conocimiento, contento-conocimiento, paciencia-conocimiento, y sabiduría-conocimiento). Para el alma usaban el término Turco “qut”, o “bendición-otorgada por el cielo”(48).

Con el estado Uigur apoyándoles, los Maniqueos Iraníes y Turcos que vivían en China podían obtener privilegios del gobierno de los Tang, incluyendo la construcción de nuevos Templos. Entre los años 768 y 771, el emperador Tang ordenó la construcción de Templos Maniqueos en Chang´an, Luoyang, Kinzhou, Nanchang, Shaoxing, y Yangzhou.

En tierras de los Uigures, los sacerdotes Maniqueos llegaron a ser una de las clases sociales más poderosas. Un gran número de textos Maniqueos existentes hoy día datan del periodo del dominio Uigur en la región del Tarim. Un texto habla de los esfuerzos por eliminar las prácticas de la tradicional religión Turca:

Que todas las imágenes pintadas o esculpidas de los demonios sean completamente destruidas por el fuego; que todos aquellos que oran o se postran ante los demonios sean todos (¿?) y que todo el pueblo acepte la Religión de la Luz. Que (el país) con costumbres bárbaras y practicas sangrientas cambie y se convierta en uno donde la gente coma vegetales; y que el estado donde los hombres matan se convierta en uno reino donde las buenas obras sean premiadas”(49).

Los Maniqueos parecen haber disfrutado de la protección Uigur incluso después que el Maniqueismo dejase de ser la religión del estado. El escritor Musulmán Ibn Nadim relata que en el siglo nueve el gobernador del Khorasan supo que había una comunidad de 500 Maniqueos practicantes en Samarcanda y quiso matarlos. El Kagan Uigur envió un mensaje al gobernador del Khorasan diciéndole que si los Maniqueos en Samarcanda sufrían algún daño, pasaría a la espada a todos los Musulmanes bajo su autoridad(50).

Los Uigures usaron su ventaja como defensores de los Tang a continuación de la rebelión de An Lushan para proteger las comunidades Maniqueas en China igualmente, pero una vez que el reino Uigur fue invadido por otro grupo Turco en el 840 se produjo una situación negativa. Tres años después el gobierno Tang cerró todos menos tres de los templos en China, informando al Kagan Uigur que los volvería a abrir cuando los Uigures restablecieran su reino.

Unos meses después, no obstante, el gobierno Tang fue más lejos y cerró los templos restantes, tomando su propiedad y ejecutando a los sacerdotes Maniqueos. El peregrino Japonés Ennin describe el evento:

“Se promulgó un edicto imperial, ordenando que los sacerdotes Maniqueos del Imperio fuesen asesinados. Sus cabezas habían de ser afeitadas y habían de vestir ropas Budistas y habían de ser asesinados vestidos como “sramanas (monjes) Budistas”(51).

Se ha sugerido que esta persecución estuvo en parte al menos motivada económicamente, dado que los templos Maniqueos funcionaban probablemente como instituciones prestamistas de dinero dirigidas por mercaderes Uigures(52). Dos años después un patrón similar se aplicaría contra la más exitosa de las religiones extranjeras en China, el Budismo. El Cristianismo al igual que el Zoroastrismo perderían su protección dentro del imperio en esa época desapareciendo de los registros históricos Chinos.

Después de su derrota en el 840 los Uigures se movieron hacia el sur a la cuenca del Tarim y establecieron una nueva capital en Qocho. Aunque la mayoría de la población del nuevo reino Uigur era Budista o Cristiana, los Maniqueos mantuvieron el favor oficial y sus monasterios, al igual que los de los Budistas, prosperaron de la administración de las tierras de labranza. Un documento de este periodo describe las actividades de esos monasterios, incluyendo instrucciones detalladas sobre donde y cómo distribuir y comercializar la producción agrícola (incluido el vino)(53). En cuanto a finales del siglo décimo los Kanes Uigures aún seguían enviando monjes Maniqueos como emisarios a la corte China(54).

Panegíricos dirigidos a los reyes Uigures de Qocho indican que tanto los Budistas como los Maniqueos los tenían como protectores(55). Los textos y el arte de este periodo, mayormente descubiertos escondidos en los monasterios, muestran una tendencia marcadamente sincretista(56). El Maniqueísmo parece haber perdido poco a poco a sus seguidores a favor del Budismo y Cristianismo durante los siglos siguientes, y ya en tiempos de la conquista Mogola puede haber estado extinguido entre los Uigures.

En China, sin embargo, la religión continuó atrayendo a conversos nativos. Los escritores Budistas del siglo trece aún producía polémicas contra el Maniqueísmo, menospreciándolo junto a dos sectas Budistas, la del “Loto Blanco” y la de la “Nube Blanca”, como interpretaciones desviadas del Budismo. El Código Ming del siglo siguiente prohibió las tres juntas(57). Esta continua animosidad de los Budistas en China llevó al Maniqueísmo a la clandestinidad, aunque la comunidad sobrevivió.

IDEAS COMPARTIDAS, SÍMBOLOS, VOCABULARIOS
Desde sus comienzos, el Maniqueísmo trató de presentarse como religión inclusiva y universal. Sus misioneros conscientemente se basaron en los símbolos y vocabulario de la audiencia a la que iba dirigido su mensaje, tratando así de hacer la nueva enseñanza más familiar y aceptable.

El discípulo de Mani Mar Ammo, un Parto, tuvo mucho éxito propagando la nueva enseñanza en las tierras de Oriente donde el Budismo era prevalente. Un texto Sogdiano afirma que Mar Ammo “expuso completamente la Budeidad del Profeta de la Luz”(58). Otro himno, en Parto, usa terminología Islámica, como “dhu´l-fiqar”, la espada de Mohammed, quizá para disfrazar su contenido de la persecución Musulmana(59). Otro misionero importante, Mar Zaku, es alabado por los Maniqueos que vivía a lo largo de la Ruta de la Seda como “el Gran Líder de las Caravanas”, un epíteto que los Budistas del Asia Central aplicaban a Avalokitesvara(60). En otro obvio intento de apelar a los Budistas, una carta apócrifa del Asia Central presenta a Mani escribiendo a Mar Ammo para que los fieles practiquen la meditación y adquieran mérito(61).

Aunque la corte Uigur en el este del Turkestán promovió el Maniqueísmo durante cinco siglos, probablemente sólo una minoría de la población se hizo Maniquea. Algunos permanecieron Nestorianos, y muchos más eventualmente se convirtieron al Budismo Mahayana. Los textos y pinturas en el oasis de Turfán muestran una mezcal de las tres tradiciones hasta el punto que a veces está al borde de lo extraño.

Un himno Sogdiano menciona “las cinco asambleas de los cinco Budas del Mahayana”(62). Otro claro intento por parte de los Maniqueos para hablar el lenguaje de la Ruta de la Seda oriental. Un texto Parto de Turfán incluye exhortaciones como “despertad, hermanos, elegidos, en este día de salvación espiritual el catorce del mes de Mihr, cuando Jesús, el Hijo de Dios, entró en el “paranirvana”(63). El término Cristiano “crucifixión” y el término Budista “paranirvana” eran intercambiables para los Maniqueos Orientales; ambos se referían a la liberación del alma de Jesús del cuerpo material y su regreso al Ámbito de la Luz(64).

La creciente influencia del Budismo sobre los Maniqueos Uigures se hace visible en el libro de estilo Budista “pothi” (hoja de palmera) de los oasis de Bezeklik y Turfan probablemente con fecha del siglo once, que incluye un colofón sobre la transferencia de mérito. También está incluida una historia de un mercader llamado Arazan, que refleja la identificación del Maniqueísmo con los hombres de negocios de la Ruta de la Seda(65).

En al menos un caso significativo toda esta mezcla de ideas religiosas fue llevada hacia atrás a lo largo de la Ruta de la Seda hacia Europa. Una de los cuentos más populares en la Europa Medieval era la historia de Barlaam y Ioasaph, un colorido relato de la vida de Buda. Mediante una serie de traducciones, el nombre del héroe se fue transformando del Sánscrito “bodhisattva” al Sogdiano Budasaf y al Uigur Bodhisaf, y de nuevo de vuelta de Iudasaf a Ioasaf(66).

En China también hay abundante evidencia de sincretismo conceptual. El famoso monumento Nestoriano del siglo octavo en Xi´an está adornado con una cruz de Malta con una perla incrustada en esta –símbolo Taoísta del yang- posada sobre una nube –símbolo del yin- con una flor de loto Budista debajo, con dragones a cada lado(67). El texto inscrito en la parte inferior resume la esencia del Cristianismo en términos e imágenes con sabor Budista (i.e. las Ocho Virtudes Cardinales, haciéndose eco del Sendero Óctuple, etc.).

El “Sutra Jesús-Mesías también menciona a los “Budas, Kinaras, y Devas”, quizá en un intento de traducir el concepto de “ángeles, arcángeles, y huestes celestiales”(68).

Para la gente ordinaria, sin formación para entender estas sutilezas doctrinales este revoltijo religioso debe haber sido bastante confuso. Por eso un texto Chino ofrece el siguiente consejo:

“Cuando hablamos de aceptar a Buda, uno debe pensar en convertirse a qué Buda; no al Buda de Mani, ni al Buda Nestoriano, ni al Buda Zoroastriano, sino al Buda Sakyamuni”(69).                                                                       
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1.     Chabot, “Synodicon Orientale”, p. 302, citado en Samuel H. Moffett, “A History of Christianity in Asia”, vol. 1, San Francisco: Harpet, 1992, p. 197.
2.     Ver Moffett, “Christianity in Asia”, vol. 1, San Francisco: Harper, 1992, p. 197.
3.     Alphonse Mingana, “The Early Spread of Christianity en Central Asia and The Far East: A New Document”, Manchester: Manchester University Press, 1925, pp. 7-8.
4.     Ibid., p. 4.
5.     Neusner, “Jews in Iran”, p. 914.
6.     Para una amplia y romántica narrativa de esas vicisitudes ver Nahal Tajadod, “Les Porteurs de Lumière: l´épopée de l´église perse”, Paris: Albin Michel, 2008(1993).
7.     Bedjan, “Acta Martyrum 2:351” citada en Moffett, “Christianity in Asia”, p. 142. Esas acusaciones, aunque representan mal las creencias Cristianas y su práctica, ayudan a comprender le uso político del prejuicio.
8.     Ver Jacob Neusner, “Aphrahat and Judaism: The Christian-Jewish Argument in Fourth-Century Iran”, Leiden: Brill, 1971, y A.V. Williams, “Zoroastrians and Christians in Sasanian Iran”, Bulletin of the John Rylands Library 78/3(1996), pp. 37-53.
9.     Mingana, “Early Spread of Christianity”, p. 74.
10.   Emile Benveniste, “Le Vocabulaire Chretien dans les langues d´Asie centrale”, L´Oriente Cristiano nella Storiadella Civiltà”, Roma:Accademia Nazionale dei Lincei, 1964, pp. 85-91.
11.   Nicholas Sims-Williams, “Syro-Sogdica I: An Anonymous Homily on the Three Periods of Solitary Life”, Orientalia Christiana Periodica 47 (1981), p. 441.
12.   Ibid., p. 443.
13.   Mingana, “Early Spread of Christianity”, p. 9.
14.   Lieu, “Manichaeism in the Later Roman Empire”, p. 228.
15.   Ver Mircea Eliade, “Shamanism: Archaic Techniques of Ectasy”, Princeton, NJ:Princeton University Press, 1964. El término “Chamán” viene del idioma Tugus; la palabra Turca es “qam”, y la Mongola “bö´e”. Las fuentes medievales Musulmanas usan el término Árabe “kahin”(igual que en Hebreo).
16.   Mingana, “Early Spread of Christianity”, pp. 11-12; Erica C.D. Hunter, “The Conversion of the Kerait to Christianity in A.D. 1007”, Zentralasiatische Studien 22(1989-1991), p. 160.
17.   J.A. Boyle, “Turkish and Mongol Shamanism in the Middle Ages”, Folklore 83 (1972), pp. 184-193.
18.   Mingana, “Early Spread of Christianity”, p. 12.
19.   Ibid., p. 13.
20.   Hunter, “The Conversion of the Kerait”.
21.   Mingana, op. Cit., p. 15.
22.   (23)Ver Edward Schafer, “The Golden Peaches of Samarkand: A Study of T´ang Exotics”, Los Angeles: University of California Press, 1962.
23.   Kazuo Enoki, “Nestorian Christianism in Medieval Times”, L´Oriente Cristiano, Roma 1964, pp. 72-73.
24.   Paul Pelliot, “Les influences iraniennes en Asie Central et en Extrême-Orient”, Revue d´Histoire et de Littérature Réligieuse (1912), p. 108.
25.   Martin Palmer, “The Jesus Sutras: Rediscovering the Lost Scrolls of Taoist Christianity”, New York: Ballantine, 2001, p. 236. El hecho que los dos últimos estén agrupados en una categoría sugiere que el Cristianismo era aún identificado con Irán.
26.   Ibid., p. 23.
27.   Schafer, “Golden Peaches”, p. 50
28.   Ibid., pp. 53-54.
29.   Ibn Nadim, “Fihrist of al-Nadim: A tenth Century Survey of Muslim Culture” (Fihrist al-`ulum), tr. Bayard Dodge, 2 vols., New York: Columbia University Press, 1970, pp. 836-837.
30.   Los Mandeos sobreviven hasta hoy en pequeñas comunidades en el sur de Irak e Iran; ver Jorunn Jacobsen Buckley, “The Mandaeans”, New York: Oxford University Press, 2002.
31.   W.B. Henning, “Mani´s Last Journey”, Bulletin of the School of Oriental and African Studies 10(1939-1942), pp. 941-953.
32.   Jacob Neusner, “Rabbi and Magus in Third-century Sasanian Baylonia”, History of Religions 6(1966), p. 173.
33.   Geo Widengren and Gherardo Gnoli han argumentado que el Maniqueísmo es en esencia Iranio, mientras que Samuel Lieu ha argumentado a favor de un carácter mayormente Semítico.
34.   Jason BeDuhn ha sugerido que en lugar de ser gnóstico en su esencia, el Maniqueísmo usó ideas gnósticas para conseguir conversos en regiones donde el gnosticismo era popular, cambiando el vocabulario más al este (i.e. Budista) (Jason David BeDuhn, review of Hans-Joachim Klimkeit, “Gnosis on the Silk Road, Journal of the American Oriental Society” 115/2(1995), pp. 344-346).
35.   Hans-Joachim Klimkeit, “Gnosis on the Silk Road”, San Francisco: Harper, 1993, p. 314. Esta historia es similar a una que aparece en  los Hechos de Juan apócrifos, y reaparece en disfraz Islamista en una obra del siglo décimo de Ibn Babai.
36.   Ver, por ejemplo, el tratado del siglo dieciséis de Qazi Ahmad Qumi, “Gaulistan-i hunar”, tr. V. Minorsky, Calligraphers and Painters, Washington, D.C.: Smithsonian, 1959, pp. 177-180.
37.   Samuel N.C. Lieu, “Manichaeism in Central Asia and China”, Leiden: Brill, 1998, p. 138.
38.   Jason David BeDuhn, “The Manichaean Body: In Discipline and Ritual”, Baltimore: Johns Hopkins University Press, 2000.
39.   Contra Faustum”, citado en Philip Schaff, ed., “Nicene and Post-Nicene Fathers”, Grand Rapids: Eerdman´s 1983, v.4:5-10.
40.   Lieu, “Manichaeism in the Later Roman Empire”, pp. 112-113, 220.
41.   Se ha obtenido cierta evidencia de las fuentes Taoístas, sin embargo, de una actividad Maniquea incluso más temprana en China; ver Liu, “Traces of Zoroastrian and Manichaean Activities in pre-T´ang China”.
42.   Lieu, “Manichaeism in the Later Roman Empire”, p. 230.
43.   Ibid., p. 236.
44.   E. Chavannes and P. Pelliot, “Un traité Manichéen retrovué en Chine”, Paris: imprimérie Nationale, 1913, p. 154.
45.   Las fuentes Árabes usan la palabra tomada del Persa “zindiq” para referirse a los Maniqueos y también para los herejes dualistas en general. Su significado original es “aquel que hace comentarios(zand)”, la palabra fue usada por vez primera por los magos contra rivales que trataban de interpretar el Avesta a su manera.
46.   ver Barfield, “The Perilous Frontier”, pp. 150-157.
47.   Colin Mackerras, “The Uighurs”, en Denis Sinor, ed., “Cambridge History of Early Inner Asia”, Cambridge: Cambridge University Press, 1990, p. 331.
48.   (49)Xijuan Zhou, “The Transformations of Manichaeism under the Khocho Uyghurs”, “Journal of Central Asia Studies 5/2 (2001), pp. 2-15.
49.   Mackerras, “The Uighurs”, p. 335; Chavannes and Pelliot, “Un Traité Manichéen”, pp. 193-194, 198.
50.   Ibn Nadim, “Fihrist”, p. 803.
51.   Ennin´s Diary, p. 232.
52.   Lieu, “Manichaeism in the Lataer Roman Empire”, p. 238.
53.   Xijuan Zhou, “Manichaean Monasteries under the Khocho Uyghurs”, International Journal of Central Asian Studies 8/1 (2003), pp. 129-146. Zhou señala que al desarrollar tales actividades económicas, además de poseer rebaños, caballo, y sirvientes, los Maniqueos de Qocho “parece ser violaron todas las reglas” de los monjes escritas en el “Compendium” de Mani (p. 143).
54.   Ibid., p. 129.
55.   Zhou, “Transformations”, p .3.
56.   Klimkeit, “Gnosis”, p. 273.
57.   Pelliot, “Influences iraniennes”, p. 114. Esta ley permaneció en los libros en China y también en Vietnam en el siglo veinte, por eso Pelliot señala que el gobierno colonial Francés de Indochina en ese tiempo continuó proscribiendo una religión que hacía mucho tiempo se había dejado de practicar.
58.   Lieu, “Manichaeism en the Later Roman Empire”, p. 107.
59.   Klimkeit, “Gnosis”, p. 52.
60.   Mary Boyce, “A Reader in Manichaean Middle Persian and Parthian”, Leiden: Brill, 1975, p. 139; cf. Lotus Sutra, Cap. 24.
61.   Boyce, “Reader”, p. 51.
62.   Klimkeit, “Gnosis”, p. 151.
63.   Hans-Joachim Klimkeit, “Jesus´Entry into Paranirvana: Manichaean Identity in Buddhist Central Asia”, Numen, 33 (1986), p. 225.
64.   Klimkeit, “Gnosis”, p. 69.
65.   Larry Clark, “The Manichaean Turkic Pothi-Book”, Altorientalische Forschungen 9 (1982), pp. 189-190; cf. Lieu, “Manichaeism in Central Asia and China”, pp. 46-47.
66.   D.M. Lang, “St. Euthymius the Georgian and the Barlaam and Ioasaph Romance”, Bulletin of the School of Oriental and African Studies” 17 (1977), pp. 306-325; Widengren, “Mani”, p. 91.
67.   P.Y. Saeki, “The Nestorian Documents and Relics in China”, 2ª ed., Tokyo: Academy of Oriental Culture, 1951, p. 26.
68.   Moffett, “Christianity in Asia”, p. 310.

69.   Citado en Zhou, “Manichaean Monasteries”, p. 145.

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