REFUGIO DE HEREJES: NESTORIANOS Y
MANIQUEOS EN LA RUTA DE LA SEDA
Fue durante los primeros cinco siglos de la Era Común que
las principales religiones de Asia Occidental se definieron ellas mismas y
comenzaron a tomar la forma que les reconocemos hoy día. En gran medida fue
este un proceso que resultó de mutuos antagonismos: en el mundo Romano Oriental
entre Cristianos y Judíos y entre proponentes de diversas interpretaciones de
Cristianismo, y en la esfera Iraní, entre los practicantes del culto tradicional
a Ahura Mazda y el surgimiento del Maniqueísmo.
Los grupos humanos tienden a autodefinirse principalmente
cuando son desafiados por algo que podrían concebiblemente ser, aunque, por
miedo a perder su identidad, han de demostrar que no son. Es por ello que los
sistemas de creencias en las sociedades tradicionales parecen amenudo tan
frustrantemente flexibles e inclusivos a los modernos estudiosos de mentalidad
descriptiva. En la religión, la preocupación con la distinción ellos/nosotros
es característica de la clase sacerdotal. Evidencia de esto se puede apreciar
en el Talmud de los rabinos que sucedieron a los sacerdotes guardianes de la
tradición Hebrea; también lo vemos en las polémicas de los Padres de la
Iglesia, y en los esfuerzos de los magos Zoroastrianos por suprimir el Maniqueísmo.
LA IGLESIA DEL ESTE
La religión que ahora llamamos Cristianismo surge como
movimiento dentro de la sociedad Judía en la Palestina Romana. La
interpretación que los seguidores de Jesús dieron a la historia del Judaísmo,
expresada en texto y leyenda, era lo suficientemente radical como para que
fuese rechazada por la mayoría de los Judíos. En el proceso de rechazo, los
estudiosos Judíos desarrollaron un método para determinar y establecer
correctamente cuál era su herencia y qué significaba; esta fue
institucionalizada en la tradición rabínica, la cual vino a ser normativa para
los Judíos y es el fundamento del Judaísmo hoy día.
Igualmente entre los Cristianos había desacuerdos sobre la
interpretación de lo que había de ser creído y cómo practicar la fe. Uno de los
problemas principales a los que se enfrentaron los teólogos del Cristianismo
temprano era resolver el tema de la verdadera naturaleza de Cristo, si ésta era
divina o humana.
Las disputas doctrinales dentro de la iglesia del
Cristianismo temprano eran un reflejo de la lucha por la supremacía entre los
que estaban al mando y abogaban a favor de diferentes interpretaciones,
identificándose con bases de poder regionales particulares. La postura
“diofisita” de la Escuela de Antioquia era que Cristo consistía de dos personas
distintas, una humana y otra divina, las cuales coexistían en la persona de
Jesús, igual como el Espíritu de Dios había descendido sobre los profetas
Hebreos. La postura rival “Monofisita”, asociada con los teólogos de
Alejandría, era que Cristo era el Logos Divino eterno, encarnado como ser
humano era Dios viviendo bajo forma humana.
Durante los comienzos del siglo quinto esa controversia vino
a ser expresada en cómo María había de ser descrita, si como “portadora de
Cristo” (Christotokos), o como “Madre de Dios”
(theotokos). Cuando un obispo Sirio llamado
Nestorio fue nombrado Patriarca de Constantinopla en el 428, apoyó el punto de
vista Antioqueño, que resumía en que no podía “imaginarse
a Dios como niño”. La posición privilegiada de Nestorio en
Constantinopla como portavoz de los Antioqueños resultó en la respuesta hostil
de Cirilo, Patriarca de Alejandría.
El emperador Bizantino Teodosio II tenía muy buena relación
con Nestorio, pero su hermana mayor, Pulqueria, le destestaba. Pulqueria tenía
mucha influencia sobre el emperador, y como Cirilo lo sabía utilizó esta
configuración para llevar a cabo su propaganda contra Nestorio. En el 431 el
emperador convocó un concilio en Éfeso para establecer la terminología propia
para con María. Cirilo fue nombrado para presidir el concilio, por lo que no ha
de extrañar que la postura Antioqueña fuese denunciada como herética. (De
hecho, el partido Antioqueño se negó a asistir). El emperador, bajo la presión
de su hermana, apoyó a Cirilo, y Nestorio fue depuesto y desterrado a Egipto.
La postura Antioqueña dominante en Siria y países al Este,
se negó mayormente a reconocer
la autoridad de Cirilo separándose para formar la Iglesia Oriental, con sede en
Ctesifonte (cerca de la actual Bagdad), capital del Imperio Sasánida. Esto
implicaba un rechazo de la autoridad del emperador Bizantino, y a partir de
este momento, la iglesia Nestoriana vino a ser identificada con el mundo Persa
en oposición al Bizantino.
En el 451 el Concilio de Calcedonia propuso un compromiso
entre las posiciones monofisita y diofisita, o sea, que Cristo combinaba dos
naturalezas aunque no dos personas. Los Nestorianos tendían a ver esto como un
reconocimiento de su postura, aunque no les
parecía suficiente. En un sínodo en el 486 los obispos de Oriente
declararon su iglesia explícitamente Nestoriana, repudiando tanto el
monofisismo como el “compromiso” Calcedonio,
expresando así su creencia en “una naturaleza divina
solamente, en tres personas perfectas
”. Llegaron a afirmar que “(Cristo
tuvo) dos naturalezas, divina y humana
. Sin confusión en su diversidad
..
(aunque con) cohesión perfecta e indisoluble de lo divino con lo humano
” Uno
de los problemas principales para los Nestorianos parece haber sido lo que
vivir bajo forma humana implicaba para Dios; por ejemplo, mantenían que era
solamente el aspecto de Jesús el que murió en la cruz. Decían que, “
si alguien piensa o enseña que el sufrimiento y el cambio
son inherentes a la divinidad, y si, al hablar de unidad de la persona del
Salvador, no confiesa que es Dios perfecto y perfecto hombre, que sea anatema”(1).
El sínodo y otro posterior en el 497 puso al monofisismo
Persa a la defensiva, y el Nestorianismo vino a ser la doctrina oficial (aunque
no la única) del Asia Cristiana.
EL CRISTIANISMO EN IRÁN
En los Hechos de los Apóstoles
(2:9) se afirma que los Judíos Iraníes de Partia, Media, Elam, y
Mesopotamia presenciaron el milagro de Pentecostés. Dado que el Cristianismo surgió dentro del mundo
Judío, es natural que su expansión desde Palestina fuese facilitada principalmente mediante contactos
con la diáspora(2). Dado que estos contactos en
su mayor parte eran de naturaleza comercial, se puede afirmar que el primer
contacto del Cristianismo con la Ruta de la Seda tuvo lugar a través de los
Judíos Babilonios.
La dinastía Parta Arsácida, la cual gobernó Mesopotamia e
Irán durante los dos primeros siglos de la Era Común, no consideraba la
religión un tema particularmente importante para sus políticas. Como resultado
hay poca mención de las sectas religiosa en las fuentes Partas, y solamente se
puede especular sobre la expansión de las ideas Cristianas en el Este sobre la
base del análisis de materiales posteriores. Parece ser que en la parte
occidental del ámbito Parto las comunidades Cristianas crecieron entre varias
sectas Judías, cultos locales y otras variedades de la religión Iraní.
La referencia más temprana a las comunidades del Asia
Central en las fuentes Cristianas es el comentario de Bardaisan cerca del 196
d.C.: “Ni nuestras hermanas entre los Gilanios y
Bactrianos tienen ninguna relación con extranjeros”. Los apócrifos
Hechos de Tomás, escritos aproximadamente en la misma época, mencionan al “país de los Kushanos” (baith
kaishan)(3).
En el 224 los Sasánidas del sudoeste de Irán expulsaron a
los Partos y fundaron una nueva dinastía. Por entonces los Cristianos eran bastante numerosos en el mundo
Iranio: una historia temprana de la Iglesia afirma que en el 225 había 20
obispos en la zona controlada por los Persa(4).
Después de la victoria del emperador Sasánida Shapur I sobre los Bizantinos en
el 256 y 260, Cristianos cautivos de habla Griega y Siriaca fueron deportados a Irán aumentando
así el número de Cristianos allí.
Los tres primeros emperadores Sasánidas mantuvieron la
tolerancia Parta respecto a las religiones no Iranias. Bajo Bahram II (276-93),
sin embargo, la casa real Sasánida acrecentó sus lazos con el sacerdocio
Zoroastriano, cuyo jefe, Kartir, había estado llevando a cabo una campaña para
hacer del Zoroastrianismo la religión oficial del nuevo imperio. Para realizar
esto, Kartir, se vio obligado a eliminar cualquier organización potencialmente
rival. En una inscripción del año 280, nombra a los Cristianos entre aquellos
grupos que cree han de ser prohibidos. Aunque Kartir también nombra a los
Judíos como uno de los grupos a los que se opone, no hay evidencia de que las
comunidades Judías fuesen perseguidas(5). No
eran posiblemente suficientemente numerosas para constituir una amenaza).
Esencialmente la suerte de los Cristianos Iraníes, más que ninguna otra
comunidad religiosa, estaba ligada al receso y flujo de las políticas en la
corte(6).
Los Cristianos, igual que otras minorías religiosas bajo el
gobierno Sasánida, llevaban una precaria existencia. La actitud de los emperadores era más bien la de no tolerarlos; los Cristianos
servían en el ejército Sasánida, y un general Cristiano incluso llegó a liderar
a los Sasánidas en la batalla contra los Bizantinos. Pero los magos, que
deseaban ligar su autoridad religiosa con la autoridad política del emperador,
estaban constantemente maniobrando contra las comunidades religiosas
no-Zoroastrianas en Irán. Los periodos en los que los magos tuvieron más éxito
en sus objetivos políticos (como bajo Shapur II desde el 309 al 379, Bahram V
desde el 421 al 439, y Yazdigard II desde el 439 al 457) fueron aquellos en los
que los Cristianos, Judíos, y Maniqueos sufrieron más. Un decreto real de
Shapur II lista varios puntos sobre los que los Cristianos parecían estar
enfrentados al estado y con los valores Zoroastrianos:
“Los Cristianos destruyen nuestras
enseñanzas sagradas, y enseñan servir a un Dios, y no honrar al sol o al fuego.
Enseñan también profanar el agua con sus abluciones, abstenerse del matrimonio
y la procreación de hijos, y se niegan a ir a la guerra con el Shahenshah. No
tienen escrúpulos acerca sacrificar y comer animales, entierran los cadáveres
de los hombres bajo tierra, y atribuyen el origen de las serpientes y cosas
repugnantes a un Dios bueno. Desprecian a muchos siervos del Rey, y enseñan la
brujería”(7).
A la inversa, cuando el estado y los magos se separaron
(como ocurrión bajo Narseh desde el 293 al 303, Yazdigerd I desde el 399 al
421, Balash desde el 484 al 488, Kavad desde el 488 al 531, y Hormazd IV desde
el 579 al 590), los Cristianos y Judíos vivieron en paz con la mayoría
Zoroastriana, y prosperaron mucho
a menudo. En el 383 el Emperador
Shahpur III promulgó un edicto afirmando que los “Magos,
Zandiks (Maniqueos), Judíos, Cristianos y todos los hombres fuesen de la
religión que fuera habían de ser dejados en paz con sus creencias”. Los
líderes religiosos de cada comunidad, mientras tanto magos, sacerdotes, y
rabinos- trabajaron duro para mantener sus tradiciones religiosas distintas,
como es evidente en las muchos polémicos tratados que escribieron unos contra
otros (8). (La vociferación de estos tratados es
una indicación de que la gente no era adversa a mezclarse entre comunidades).
La adopción del Cristianismo como religión oficial del
Imperio Romano durante el siglo cuarto tuvo dos efectos importantes en el
Cristianismo Iraní. El primero fue que, a pesar de sus diferencias ideológicas
con la iglesia de Roma, los
Cristianos en Irán eran ahora considerados
sospechosos de deslealtad, lo que fue a menudo usado como justificación
para su persecución. Es más, la mayoría de las persecuciones de Cristianos en
Irán estuvieron directamente conectadas con la situación política entre los dos
imperios. La decisión de los obispos Iraníes en el sínodo de 424 de declarar su
iglesia formalmente independiente de Constantinopla puede haber sido motivada
tanto política como doctrinalmente.
Otro de los efectos fue que con el Cristianismo disfrutando ahora del patronazgo del
estado en Occidente, las disputas doctrinales tendían a ser ganadas por el
grupo que tuviese el apoyo del emperador, lo que el partido favorecido usaba
para suprimir a aquellos que mantenían interpretaciones opuestas; de ahí la
huída de los Nestorianos a Irán. De manera similar, los ciudadanos Romanos que
eligieron no convertirse al Cristianismo quedaron excluidos y en peligro. Como
resultado de esto la iglesia Bizantina estatal apoyó las persecuciones y muchos
intelectuales huyeron del mundo Mediterráneo para refugiarse en el Imperio
Sasánida. Los filósofos Atenienses, médicos Sirios, y astrólogos Sabeos todos
tomaron esta ruta, enriqueciendo así la cultura Sasánida.
Gundeshapur en el sudoeste de Irán se convirtió en la nueva
sede de la medicina clásica Griega, filosofía, y astronomía, y la escuela
fundada ahí estuvo dirigida por paganos y Cristianos orientales. Durante los
cinco siglos siguientes Gundeshapur fue uno de los más grandes centros
científicos del mundo. Cuando los Árabes musulmanes conquistaron la región a
mediados del siglo séptimo, mantuvieron la escuela intacta, y durante dos
siglos más muchas de las mentes
más brillantes de la nueva fe Islámica obtuvieron su educación allí de maestros
Cristianos.
EL NESTORIANISMO ENTRE LOS SOGDIANOS
Sogdiana nunca fue, hasta que la dinastía Samánida hizo de
esta el centro del mundo Musulmán, una región de ortodoxia religiosa. Ocupada
por tribus Iraníes desde la prehistoria, estaba situada en la frontera entre el
este y el oeste, alejada de los centros de las grandes tradiciones religiosas.
Siempre fue tierra intermedia, un punto de tránsito, un lugar donde cualquier
cosa podía ocurrir tarde o temprano.
Alejandro Magno dejó mucha influencia Griega en Sogdiana en
el siglo tres a.C. Los nómadas Iraníes tales como los Sakas y Turcos,
estuvieron siempre muy cercanos. Los Partos no participaron de esta mezcla
cultural, y para los Sasánidas la provincia estaba bastante alejada como para
que los esfuerzos estandarizantes de los magos Zoroastrianos surtieran efecto.
Los mercaderes Sogdianos eran los verdaderos dueños de la
Ruta de la Seda, cualquiera que fuese el efímero poder de la época. Bajo el
gobierno de sus parientes Iraníos, Partos y Sasánidas, los mercaderes Sogdianos
se desplazaban con facilidad por las tierras Iranias hacia el oeste, donde
algunos de ellos se convirtieron al Cristianismo, así como otros activos en las
tierras de Kushan abrazaron el Budismo.
No parece hubiese obstáculo alguno que impidiese a los
conversos Sogdianos de cualquier tradición importar su nueva fe a Sogdiana o
llevarla aún más al este durante sus aventuras comerciales. Cerca del 650 había
un arzobispo Nestoriano en Samarkanda en el corazón de Sogdiana, y otro más al
este en Kashgar; en total unos 20 obispos Nestorianos tenían diócesis al este
del río Oxus(9).
Durante siglos el Sogdiano fue la lengua franca de la Ruta
de la Seda. Aunque debido a la amplitud de su comercio los comerciantes
conocían otras lenguas igualmente, lo que les hacía estar bien equipados para
servir como traductores. Entre los textos Nestorianos descubiertos en la cuenca
del Tarim desde comienzos del siglo veinte, la mayor parte está en Sogdiano o
muestran evidencia de haber sido traducidos de versiones Sogdianas. Aunque el
Siriaco era el lenguaje litúrgico de la iglesia Nestoriana, la lengua en la que
el Cristianismo Nestoriano fue difundido en Asia fue principalmente el
Sogdiano, lo mismo para el Budismo y el Maniqueísmo(10).
La mayoría de los textos Cristianos encontrados en la región
del Tarim fueron descubiertos por cuatro expediciones Alemanas al oasis de
Turfán durante el 1902 hasta el 1914. La mayoría de estos manuscritos datan del
siglo nueve al décimo procedentes de un monasterio Nestoriano en Buyaliq, al
norte del oasis. Incluyen himnos, Salmos, oraciones, lecciones del Nuevo
Testamento, y comentarios(11). Aunque la mayoría
son traducciones del Siriaco, algunas de las versiones Sogdianas son más
antiguas que sus contrapartes en Siriaco, y algunas no fueron puestas en versión Siriaca(12).
Los textos Cristianos en Sogdiano, desconocidos antes del siglo veinte, han
aumentado substancialmente la comprensión de los estudiosos del Nestorianismo.
EL NESTORIANISMO ENTRE LOS TURCOS
Los nómadas Turkos aprendieron el arte de la escritura de
los sacerdotes Nestorianos Persas en el entorno del destronado emperador Kavad
cerca del 550. Un grupo de estos sacerdotes permaneció entre los Turcos durante
siete años, bautizando a muchos de ellos. Los sacerdotes aprendieron Turco
poniéndolo por escrito por vez primera, usando el alfabeto Siriaco(13).
Los Sogdianos de Asia Central que comerciaron directamente
con los nómadas Turcos, ejercieron una influencia bastante acentuada sobre
estos últimos. Un escritor Chino del periodo Sui señala que “los Turcos son de mentalidad simple y cortos de miras y
que las disensiones surgen muy a menudo entre ellos. Desafortunadamente, muchos
Sogdianos vivían entre ellos que son mentirosos e insidiosos; éstos enseñaron e
instruyeron a los Turcos”(14).
La religión nativa de los pueblos Turcos y Mogoles de Asia
es generalmente descrita como chamánica. Tienen al dios del cielo, Tengri (en
Turco moderno: Tanri), como supremo, el principio masculino cuyo complemento es
la madre tierra. La conducta religiosa era pragmática; los rituales estaban
relacionados con las necesidades básicas de supervivencia como la caza, curaciones, y fertilidad. El mundo
espiritual se alcanzaba mediante un chamán, un medium que comunicaba con los
espíritus después de entrar él mismo en trance extático(15). Los chamanes aún existen en Asia hoy día, incluso entre
Budistas y Musulmanes.
Aparentemente algunos de los primeros sacerdotes Cristianos
que consiguieron seguidores entre los Turcos eran por éstos percibidos como
chamanes. Los registros Siriacos de la iglesia Nestoriana relatan que en el 644
el metropolitano de Merv, Elías, impresionó a un rey Turco usando la señal de
la cruz para parar una tormenta(16). El rey
quedó seducido y aceptó el Cristianismo, y todos sus súbditos junto a él. Los
estudiosos de la religión antigua Turca señalan que parar un tormenta, mediante
el uso de una piedra llamada “yat”, era una
función tradicional de los chamanes(17).
Las mismas fuentes afirman que en el 781-782 una gran
conversión tuvo lugar entre los Turcos, de nuevo la conversión del rey llevó a
la de sus súbditos. Como resultado de
esta segunda conversión en masa, el patriarca Nestoriano Timoteo en Bagdad
estableció a un metropolitano en Asia Central con el fin de instruir a los
Cristianos Turcos(18). Un escritor contemporáneo
confirma que la información referente al éxito de los misioneros entre los
Turcos aparece en “una carta que algunos mercaderes y secretarios de los reyes,
que penetraron hasta esa zona para comerciar y por asuntos de Estado,
escribieron a Mar Timoteo”(19).
Una tercera conversión en masa tuvo lugar en el 1007, cuando
según las fuentes, 200.000 Turcos y Mogoles se hicieron Cristianos. La
identificación de este último grupo con la tribu Karaita ha sido puesta en
duda(20), aunque la escala de la conversión ha
sido generalmente defendida. El escritor
medieval Jacobita Bar Hebraeus acredita explícitamente a los mercaderes
Cristianos, presumiblemente Sogdianos, con la realización de la conversión.
Según el relato de Bar Hebraeus, el gobernante de este grupo
nómada se salvó de una tormenta de nieve mediante una visión de un santo
Cristiano. “Cuando llegó a su campamento a salvo”,
Bar Hebraeus relata “convocó a los mercaderes
Cristianos que estaban allí, y discutió con ellos el tema de la fe, a lo que
estos le respondieron que esto no podía ser completado excepto por el bautismo”.
Al tener noticias de esto el metropolitano envió a un sacerdote y un diácono
para que realizaran el bautismo y dieran instrucciones(21).
Bajo el patronazgo y protección de los Mogoles Kara-khitai
en el siglo doce, el Cristianismo Nestoriano experimentó un nuevo resurgimiento
en cuanto a su popularidad. Cerca del 1180 el patriarca Nestoriano Elías III
estableció una nueva metrópoli en Kashgar, con autoridad hasta la región de los “Siete Ríos” al sur de Kazakhstan.
A comienzos del periodo Mogol el Cristianismo era la más
visible de las religiones de los pueblos de la estepa. Lo que el Cristianismo
significaba para ellos, no obstante, es otra cuestión. Las fuentes indican que
lo esencial para un Cristiano era el bautismo; aparte de este ritual de
iniciación, hay muy poca información disponible respecto a cómo el Cristianismo
entre los nómadas era practicado. Algunas tribus aparentemente tenían capillas
tiendas portables, aunque hay numerosos relatos que muestran que muchos de los
rituales eran meras formas de prácticas tradicionales Cristianizadas, como
beber la leche de yegua fermentada, llamada “kumiz”.
Uno puede contemplar cuál era el interés de los nómadas por
el Cristianismo. Era esta una mera lealtad transferida al poder “chamanístico”
que había demostrado las mayores capacidades? O se trataba de cultivar conexiones con los comerciantes
Cristianos a lo largo de la Ruta de la Seda? Ambas posibilidades son posibles.
EL NESTORIANISMO EN CHINA
Los Chinos, herederos de una de las civilizaciones más
grande y antigua, han considerado a las otras culturas más allá de sus interés.
Sin embargo, es interesante observar como algunos de los primeros emperadores
de la dinastía Tang especialmente Xuanzong (712-756, no confundir con el
explorador Budista Xuanzang)- tenía especial fascinación con las cosas
provenientes del extranjero, algunas veces de forma casi maniática(22). En este ambiente, las tradiciones de los
mercaderes Occidentales eran normalmente bienvenidas.
Los mercaderes Sogdianos e Iraníes, y también los misioneros
llevaron el Cristianismo a China durante la primera mitad del siglo siete. De
hecho, los Chinos originalmente pensaron que la cuna del Cristianismo era Irán,
y la llamaron “la religión de Irán” durante más de cien años antes de corregir
este error a mediados del siglo octavo. Un edicto imperial de los Tang en el
638 relata que un sacerdote Iraní llamado A-lo-pen (Abraham? Rabbam?) llegó a
la corte tres años antes(23). Alopen llevaba
consigo escrituras, que fueron traducidas al Chino de manera que el emperador
pudiera entenderlas. El emperador las aprobó, y le dio a los Nestorianos
permiso para propagar su fe a lo largo del imperio. Este evento es generalmente
considerado como la introducción del Cristianismo en China.
Un monumento erigido cerca de Tang la capital de Chang´an
(Xi´an) en el 781 contiene gran información acerca de los primeros 150 años de
la comunidad Nestoriana local. Nombres Iraníes y del Asia Central aparecen, indicando
un continuo influjo de Occidentales a lo largo de la Ruta de la Seda. Una de
las piezas de información más interesante de los monumentos se refiere a un
monje de nombre Adán, que ayudó en la traducción China: se dice que colaboró en
la traducción de un tratado Budista igualmente. Adán no conocía el idioma
Hindú, por lo que el texto Budista debe haber estado escrito en Sogdiano,
presumiblemente su idioma natal(24).
Un texto encontrado en Dunhuang por Paul Pelliot, “Elogio de
la Santa Trinidad”, afirma que no menos de
30 obras Nestorianas habían sido traducidas al chino cerca del siglo octavo. No
parece que los Nestorianos hicieran muchos conversos de entre los Chinos, sin
embargo. Al igual que los Budistas, se encontraron con el problema de tener que
comunicar conceptos y valores completamente alienados e incluso ofensivos para
los Chinos. Y, si un censo Chinos del 845 puede servir como indicación, el
Cristianismo no llegó nunca a expandirse como lo hizo el Budismo: el censo ofrece un listado de unos 260.000 monjes y
monjas Budistas contra unos 3.000 Cristianos y Zoroastrianos(25). Así, aunque el Budismo también era una religión
extranjera, el Nestorianismo en China parece haber tenido mucho menos éxito que
el Budismo a la hora de adaptar su mensaje al gusto Chino.
No parece que esto se debiera a la falta de intento, dado
que llamaban a sus tratados “sutras”, y a los santos Cristianos “budas” o
“reyes del dharma”. Cuando el monumento de Xi´an fue erigido, el Nestorianismo
era conocido en Chino como “la Religión Luminosa” (ching chiao). Por otro lado,
el nombre del salvador Cristiano, Yishu en Siriaco, sonaba al ser pronunciado
en Chino como el término Chino para “rata”.
Si la traducción de los textos Cristianos al Chino durante
el periodo Tang ha de ser tomada
como evidencia de la existencia de congregaciones nativas o sólo como
diligentes intentos de misioneros extranjeros es difícil de saber. En un libro
llamado “Los Sutras de Jesús”, Martín Palmer relata su larga búsqueda durante
décadas de las primeras señales de lo que llama “Cristianismo Taoísta” y ofrece
traducciones de un curioso rango de textos híbridos del Chino. En 1998 un grupo
dirigido por Palmer encontró una
pagoda Cristiana del siglo octavo al sur de Xi´an, en una zona rural cerca de
donde Lao Tsé se dice compuso el “Tao Te Ching” más de un milenio antes. El
guardián del lugar, una monja Budista, le dijo que la pagoda había formado
parte de un monasterio fundado por “monjes procedente de Occidente que creían
en un Dios” y que durante el periodo Tang había sido “el monasterio Cristiano
más grande de toda China”(26).
Sin embargo, parece ser que en su mayor parte la comunidad
Nestoriana en China estaba formada por extranjeros, como era el caso del Judaísmo y el culto a Mazda. Las
tres tradiciones fueron llevadas a China de manos de mercaderes, y su destino
estuvo ligado al de las comunidades de mercaderes expatriadas.
El gusto entusiasta en la corte Tang por los pueblos, ideas,
y cosas extranjeras también permitió la proliferación del curanderismo
religioso. Muchos religiosos fueron contratados no por sus enseñanzas
espirituales sino por sus dotes mundanas. Los Cristianos y Maniqueos
especialmente eran valorados por su conocimiento de astrología y medicina,
heredados de las tradiciones Mesopotamias.
Una fuente China menciona a un sacerdote que tenía el poder
de hacer sentir a la gente como muertos y después resucitarlos evidentemente
se trata de hipnotismo. Un monje Budista de la India llamado Narayanasvamin
afirmaba tener 200 años de edad y poseer el elixir de la inmortalidad. Los
alquimistas Taoístas fantaseaban acerca de estas pociones desde antiguo, aunque
en este caso los brebajes del Indio no surtieron efecto y fue apartado de la
corte(27).
Los edificios religiosos servía a menudo como “centros
culturales” en los que los adherentes extranjeros así como los nativos
interesados podían reunirse. Los templos Mazdeos en Lanzhou y Luoyang, por
ejemplo, ofrecían regularmente espectáculos de magia, que atraían a grandes
muchedumbres. Aunque el Emperador Xuanzong apoyó tales exhibiciones durante su
reinado, este tipo de influencia extranjera podía ser percibida como una
amenaza por otros gobernantes más xenófobos Chinos(28).
En el 845 el emperador Tang Wuzong, quien apoyó el Taoísmo,
prohibió todas las religiones extranjeras (incluido el Budismo, que ya no era
extranjero), obligándole a la clandestinidad. En el 980, un monje Nestoriano le
contó a un escritor Musulmán en Bagdad que había sido enviado por la Iglesia a
China años antes en orden a “poner en orden los asuntos de la religión
Cristiana” allí, pero no encontró Cristianos en el país(29). El Cristianismo parece haber desaparecido de China, para ser
reintroducido bajo los Mogoles tres siglos más tarde.
MANI
Mesopotamia en el siglo tercero d.C. era hogar de una
proliferación de sectas. Durante mucho tiempo la zona intermedia entre los
sucesivos imperios Griegos e Iraníes, era un lugar de encuentro entre culturas
donde todas estaban representadas. Los Israelitas habían vivido allí desde hacía
1.000 años junto a los Iraníes adoradores de Mazda y los nativos de
Mesopotamia, cuyas creencias religiosas originales sobrevivieron entre los
Sabeos, famosos por sus conocimientos de astrología. Durante este tiempo
también había varias denominaciones Cristianas, así como sectas baptistas
gnósticas Judeo-Cristianas híbridas.
Fue en una de las últimas comunidades, los Elkasitas, donde el profeta Mani nació en el año
216 de padres de ascendencia real Parta(30).
Mani fue educado en un ambiente religioso ascético, donde las ideas Cristianas
y Judías se habían establecido con un fondo gnóstico dualista.
Recibió su primera revelación a la edad de 12 años, y otra cuando tenía 24. A
partir de esta segunda revelación Maní tomó el papel de profeta, y se puso a
predicar su mensaje.
El primer viaje misionero de Mani fue hacia el Este a las
tierras del valle del bajo Indo: Turan, Makran, y Sindh en lo que es hoy día el
sur de Pakistán. Esta región era un vibrante centro Budista en aquellos
tiempos, y las influencias Budistas fueron significativas en la formación del
pensamiento religioso de Mani. La transmigración de las almas vino a ser una
creencia Maniquea, y la estructura cuatripartita de la comunidad Maniquea,
dividida entre monjes varones y hembras (los Elegidos) y seguidores laicos (los
Oyentes)que apoyaban la comunidad, parece estar basada en la sangha Budista.
A su regreso a Irán, Mani se las apañó para convertir al
menos a dos príncipes de la nueva casa gobernante Sasánida, y pasó varios años
en el entorno del Emperador Shapur. Mani debe haber aspirado a hacer de su
nueva fe la religión oficial del nuevo imperio; desafortunadamente su rival en
la corte, el sacerdote mago Kartir, tenía la misma idea.
Durante el reinado de Shapur, Mani disfrutó de la protección
oficial. Como resultado pudo enviar seguidores por todo el ámbito Sasánida en
orden a predicar su mensaje. La nueva fe rápidamente adquirió conversos por
todas partes. Durante cerca de 50 años la popularidad de la visión de Mani fue
la más grande amenaza para la tradición de los magos dirigidos por Kartir.
Después que Bahram I accediese al trono Sasánida en el 273,
la fortuna de Mani cambió. Bajo la instigación de Kartir, el emperador hizo
arrestar a Mani en el 276, justo cuando este último intentaba huir a Partia. Es
interesante que en su entrevista final con Mani, el emperador no le reprochara
sus puntos de vista religiosos, sino que le acusó de haber sido negligente con
sus deberes como médico:
“Para que vales, si ni siquiera
vas a la guerra ni de caza? Quizá se te necesite como médico? Y ni siquiera
esto haces!”.
Mani se defendió contestando:
“A muchos he curado de
enfermedades. A muchos he ayudado a evitar la fiebre. Muchos que estaban al
borde de la muerte he curado”(31).
Este intercambio sugiere que los líderes religiosos eran
valorados más por sus dotes como doctores que como sanadores de almas, una
interpretación que encuentra amplia confirmación en otras partes durante la
historia premoderna(32).
Después de esta conversación, el emperador sentenció a Mani
a la cárcel. Después de varios meses, Mani murió detenido posiblemente debido a la tortura- a la edad de 60 años.
UNA NUEVA TRADICIÓN UNIVERSAL
Lo que hizo que el mensaje de Mani fuese tan atractivo para
tanta gente fue que hizo todos los esfuerzos para “ser entendido por todos”
(similar al apóstol Pablo tratando de “ser todo para todos”). Mani hizo esto
literalmente pero también figurativamente, tomando ideas, símbolos, y
terminología religiosa de cada tradición con la que se encontró. Como se ha
mencionado anteriormente hacer que las nuevas ideas fuesen aceptadas en las
sociedades tradicionales requería camuflar las “nuevas”. Uno tenía que
comunicar el “nuevo” mensaje presentándolo como “la perfección de la antigua
verdad, compatible con la tradicional comprensión de la gente. Mani y sus
discípulos eran maestros sin igual en esta técnica.
Al haber nacido y sido criado en la zona donde las
civilizaciones de Asia y el Mediterráneo se habían encontrado durante siglos,
Mani estuvo condicionado desde la niñez por nociones religiosas heterodoxas
tomadas de varias fuentes. Sus sistema mezcla tradiciones Semíticas e Iraníes
tan completamente que los estudiosos aún se preguntan cuál es la fuente a esta
subyacente(33).
El Maniqueismo es generalmente tratado como sistema
Gnóstico(34). Los orígenes del Gnosticismo son
oscuros, aunque probablemente date de un poco antes de la era común. Propone
una visión radicalmente dualista del universo, en la cual “el bien” es igualado
con el espíritu y “el mal” con la materia. Los Gnósticos apoyan
interpretaciones esotéricas que llevan a la salvación mediante el conocimiento,
una posibilidad muy atractiva para las élites intelectuales. Era una
aproximación a la verdad, más bien que una tradición religiosa en sí. Los representantes
de las corrientes principales percibían las interpretaciones “ocultas” de los
Gnósticos como amenaza para la ortodoxia y los declararon herejes.
Mani se presentó a sí mismo como el último profeta en la
historia, después de Zoroastro, Buda, y Jesús. Su cosmología toma muchas
imágenes Iraníes, incluyendo a Zurvan, Ormazd (Ahura Mazda), Ahriman (Angra
Mainyu), y varios dioses y malos espíritus, y los imbuye con interpretaciones
gnósticas. El universo es visto como ámbito de lucha entre el bien y el mal,
con el bien representado como partículas de luz, que luchan para liberarse de
la materia mala en la que están atrapadas.
La figura más visible en la mitología Maniquea es Jesús.
Mani se refiere a sí mismo a lo largo de su vida como “el Apóstol de
Jesucristo”. El Jesús de Mani toma tres formas, sin embargo: Jesús el Hombre,
Jesús el Alma Viviente, y Jesús el Esplendor”. El primero es el Jesús histórico
de los Cristianos, cuya muerte Mani considera fue una ilusión. El segundo es el
“Jesús sufriente” (Jesus patibilis), la fuerza de la bondad en forma de
partículas de luz que están atrapadas en todas las cosas vivientes. Jesús el
Esplendor, es una conceptualización tomada de un grupo gnóstico llamado los
Mandeos (que aún existen hoy día), es la encarnación de la Luz que visitó al
Primer Hombre y regresará como Salvador al final de los tiempos.
Mani enseñó que la reproducción es mala, dado que con cada
siguiente generación las partículas de luz atrapadas en cada individuo se
dividen aún más entre los descendientes. Los Maniqueos Elegidos habían de
practicar la abstinencia. La parábola Maniquea acerca del noble cuya esposa
había fallecido (versiones de la cual se encuentran tanto en el Cristianismo
temprano como en el Islam) ilustra este aborrecimiento carnal, como la mundana
ilusión simbolizada por la borrachera(35).
Pero la bien organizada estrategia de propaganda de Mani
involucraba mucho más que la mera adopción de relatos y símbolos de las
religiones existentes y el darles nuevo significado e interpretaciones. En la
mayoría de las religiones las escrituras fueron transmitidas durante un largo
periodo de manera oral antes de ser puestas por escrito, ofreciendo una base para las
acusaciones de humanas corrupciones y falsificaciones. Con este peligro en mente,
Mani escribió él mismo sus propias revelaciones, creando así al menos siete
obras canónicas, las cuales formaron el fundamento escrito de su religión.
Mani también creía en el fuerte poder de las imágenes para
transmitir la verdad religiosa. Quizá esto fue debido a que la alfabetización
no estaba muy extendida. Pintor con talento, él mismo ilustró sus escrituras.
Sus dotes artísticas le dieron reputación, que es lo que, irónicamente, ha
permanecido como su legado, superando con creces la religión que fundó. Hasta
nuestros días, sus heréticas creencias hace tiempo olvidadas, es recordado en
el mundo Musulmán como el más grande pintor jamás conocido(36).
Eran los Elegidos Maniqueos quienes tenían la
responsabilidad de expandir el mensaje de la fe como predicadores itinerantes,
siguiendo el modelo de los monjes Cristianos y Budistas. Los Elegidos se
distinguían por llevar ropas blancas, y por ser vegetarianos. Habían de tener
el máximo cuidado en no participar en ninguna actividad que contraviniera los principios
de su religión, incluso actividades necesarias para su propia supervivencia.
Incluso mucho más que los monjes Budistas, los Elegidos Maniqueos eran
completamente dependientes de sus seguidores laicos, los Oyentes, quienes les
mantenían. Ni siquiera podían preparar su propia comida, dado que esto dañaría
las partículas de luz que se creían residían en todas las cosas vivientes,
incluidos los vegetales. Antes de comer, los Elegidos habían de recitar, “No he
puesto esto en el horno; otro me lo ha traído y lo he comido sin culpa”(37).
De hecho, Jason BeDuhn recientemente ha dicho que comer era
la práctica central de los Elegidos Maniqueos, dado que era mediante el proceso
de digestión que separaban las partículas de luz de la materia y a continuación “liberaban” esas partículas cantándoles
himnos(38). Agustín de Hipona ridiculizó esta
práctica (que BeDuhn llama “salvación metabólica”), cuando dijo que “los
Maniqueos dicen que purifican el mundo mediante sus eructos”(39).
MANIQUEÍSMO EN LA RUTA DE LA SEDA
La religión de Mani comenzó a disfrutar de popularidad en la
zona del Mediterráneo durante la vida de este, aunque antes que el Imperio
Romano viniera a ser Cristiano oficialmente, persiguió a los Maniqueos como
seguidores de una religión Persa “extranjera”. Una vez el Cristianismo vino a
ser la religión del estado, el Maniqueísmo fue considerado una amenaza aún
mayor, dado que afirmaba ser una forma de Cristianismo esotérica, y por lo
tanto, más verdadera que el Cristianismo mismo. Aunque estuvo sujeto a la más
dura represión, las ideas dualistas en contra del mundo de las que se hacía eco
el Maniqueísmo sobrevivieron en Europa hasta la Edad Media, a través del
movimiento Cátaro en Provence y los Bogomilos en los Balkanes.
En el este al Maniqueísmo le fue mejor, al menos
inicialmente. Disfrutó de varias décadas de protección durante la vida de Mani,
llegando a expandirse hasta el Asia Central a lo largo de la Ruta de la Seda
más allá del río Oxus. Una vez más, fueron los Sogdianos los que jugaron un papel
importante en la transmisión de la fe. Usando sus dotes lingüísticas, los
Sogdianos tradujeron los textos Maniqueos del Siriaco, del Persa y del Parto al
Sogdiano, y de ahí al Turco y eventualmente al Chino. A finales del siglo sexto
los Maniqueos Sogdianos eran los suficientemente fuertes como para declararse
independientes de Archegos, el jefe de la iglesia en Seleucia-Ctesifonte (cerca
de la moderna Bagdad), dando
lugar a un cisma que duró durante un siglo(40).
Un misionero Maniqueo Iraní llamado Mihr-Ormazd viajó hasta
China en algún momento durante el siglo siete(41).
Obtuvo una audiencia con la emperatriz Wu de la dinastía Zhou y le presentó un
texto titulado “El Sutra de los dos Principios”, que vendría a ser la obra más
popular Maniquea en China(42).
El éxito del misionero suscitó los celos de los Budistas en
la corte, quienes rápidamente se opusieron a las nuevas enseñanzas. En algún
momento después del 820, los Budistas Chinos comenzaron a hacer circular la
siguiente historia:
“Wo K´o-chiu, un hombre de Yüeh,
residente en Ch´ang-an
.. Comenzó a practicar el Maniqueismo y su esposa Wang
también siguió su ejemplo. Murió esta subitamente después de algo más de un
año. Tres años más tarde se le apareció a su esposo en un sueño, diciéndole,
“debido a mi creencia perversa he sido condenada a convertirme en serpiente y
estoy bajo la Stupa en Huang-tzu p´o. Moriré mañana al amanecer y deseo que le
pidas a los monjes que vayan allí y reciten para mí el Sutra del Diamante de
manera que pueda evitar otras formas de sufrimiento”(43).
El esposo hizo como ella le había pedido, convirtiéndose
posteriormente en un buen Budista de nuevo.
El Maniqueísmo fue considerado sospechoso por la restaurada
dinastía Tang después del 705, y en el 732 el emperador promulgó un edicto al
efecto de manera que esta religión no fuese propagada entre los Chinos. El
motivo que dio para esta restricción muestra que los Budistas estaban tras él:
“La doctrina de Mar Mani es
básicamente una creencia perversa y fraudulenta que asume ser (una escuela)
Budista y que por lo tanto confundirá a las masas. Merece ser estrictamente
prohibida. Sin embargo, dado que es la religión indígena de los Bárbaros
Occidentales y otros (extranjeros), sus seguidores no serán castigados si la
practican entre ellos”(44).
Está claro que así como los Maniqueos en Occidente trataron
de presentar sus religión como modalidad esotérica del Cristianismo, en el Este
trataron de presentarla como una especie de Budismo.
A medida que el gobierno Sasánida se unió cada vez más al
clero Zoroastriano, los Maniqueos en Irán se desplazaron gradualmente hacia el
este más allá del alcance del estado y los magos. Después de la conquista Árabe
Musulmana del imperio Sasánida en el 640 muchos Maniqueos regresaron del Asia
Central a Irán y Mesopotamia. Los Árabes Omeyas, establecidos en Damasco, no
tenían de momento problema en dejar los temas religiosos en manos de sus
súbditos. Pero en el 715 la revolución Abasida trajo consigo una ola de
reformas religiosas en las tierras controladas por los Musulmanes.
Durante la segunda mitad del siglo octavo muchos burócratas
Persas en la administración Abasida comenzaron a ejercer una especie de
resurgimiento cultural de cara a la clase gobernante Árabe. En la literatura
tomó forma en el movimiento llamado “shu´biyya”,
mediante el cual mucha literatura clásica fue traducida al Árabe. En esta misma
clase intelectual Persa, el cripto-Maniqueísmo se convirtió en una forma
popular de afirmación cultural. Pronto el credo de Mani adquirió el dudoso
estatus que había poseído en los mundos Sasánida y Romano, como el archienemigo
número uno de la religión oficial. Incluso aquellos meramente sospechosos de
ser Maniqueos eran duramente perseguidos, y muchos creyentes eligieron huir
hacia el este de nuevo(45).
LOS UIGURES
Durante un periodo relativamente breve de unos 77 años, del
763 al 840, la muy vilipendiada fe Maniquea disfrutó del estatus de religión
oficial patrocinada por el estado. Esto se debió gracias a los Turcos Uigures,
quienes subyugaron a la confederación anterior en el 744 y fundaron un estado
en lo que es hoy Mongolia.
Las relaciones Chinas con la estepa habían siempre estado
caracterizadas por la pacificación mediante el soborno, a menudo mediante la
seda, como resultado de esto algunos pueblos de la estepa se enriquecieron en
gran manera. En la época en que los Uigures llegaron al poder los Tang estaban
agobiados por muchos problemas internos y dependían en gran parte de los
Uigures en lo que al apoyo militar se refiere(46).
A comienzos del 755 el emperador Tang se enfrentó a una
rebelión dirigida por un general de origen mitad Turco mitad Sogdiano, Rokhshan
(el de cara brillante), en Chino “An Lushan”. El emperador llamó a los Uigures
para que le ayudasen en sofocar la rebelión. Fue después de reconquistar la
ciudad Tang de Luoyang en el 762 que el Kagan Uigur, conocido en las fuentes
Chinas como Mouyu, conoció a algunos sogdianos Maniqueos que vivían allí. Estos
le causaron gran impresión y cuando regresó a su capital Kara-Balghasun en el
Río Orkhon en Mongolia, se llevó con él a cuatro de ellos. En unos cuantos
meses le persuadieron para que adoptara el Maniqueísmo. En el 763 el Kagan hizo
de esta la religión oficial del estado Uigur, prohibiendo el chamanismo Turco.
Por qué el Kagan hizo esto es un misterio. El jefe de los
monjes Maniqueos, conocido por su nombre Chino Jui-hsi, se informa que poseía
gran elocuencia y dotes de persuasión. Al Kagan, en tanto que persona militar,
le puede haber gustado la rígida disciplina del estilo de vida Maniqueo. Otro
aspecto del atractivo de la religión era que no le gustaba a los Chinos, y los
Uigures buscaban demostrar su independencia de los Tang. Una tercera razón
puede haber sido la de facilitar contactos comerciales con Occidente a través de
los Sogdianos(47).
Característicamente, los misioneros Maniqueos entre los
Uigures usaron la estrategia de asociar sus conceptos religiosos con los de los
Turcos. Por ejemplo, los dioses Maniqueos de los dos palacios de luz son
igualados con el sol y la luna, a los que adoraban los Turcos. El término
palacios era traducido al Turco como “ordu”,
literalmente el lugar donde la tienda de un rey nómada es erigida. Los
Maniqueos añadieron la palabra Turca “bilig”
(conocimiento), término que los nómadas había asociado con el liderazgo desde
tiempos antiguos, a las cinco virtudes cardinales (amor-conocimiento,
fe-conocimiento, contento-conocimiento, paciencia-conocimiento, y
sabiduría-conocimiento). Para el alma usaban el término Turco “qut”, o “bendición-otorgada
por el cielo”(48).
Con el estado Uigur apoyándoles, los Maniqueos Iraníes y
Turcos que vivían en China podían obtener privilegios del gobierno de los Tang,
incluyendo la construcción de nuevos Templos. Entre los años 768 y 771, el
emperador Tang ordenó la construcción de Templos Maniqueos en Chang´an,
Luoyang, Kinzhou, Nanchang, Shaoxing, y Yangzhou.
En tierras de los Uigures, los sacerdotes Maniqueos llegaron
a ser una de las clases sociales más poderosas. Un gran número de textos
Maniqueos existentes hoy día datan del periodo del dominio Uigur en la región
del Tarim. Un texto habla de los esfuerzos por eliminar las prácticas de la
tradicional religión Turca:
“Que todas las imágenes pintadas o
esculpidas de los demonios sean completamente destruidas por el fuego; que
todos aquellos que oran o se postran ante los demonios sean todos (¿?) y que
todo el pueblo acepte la Religión de la Luz. Que (el país) con costumbres
bárbaras y practicas sangrientas cambie y se convierta en uno donde la gente
coma vegetales; y que el estado donde los hombres matan se convierta en uno
reino donde las buenas obras sean premiadas”(49).
Los Maniqueos parecen haber disfrutado de la protección
Uigur incluso después que el Maniqueismo dejase de ser la religión del estado.
El escritor Musulmán Ibn Nadim relata que en el siglo nueve el gobernador del
Khorasan supo que había una comunidad de 500 Maniqueos practicantes en
Samarcanda y quiso matarlos. El
Kagan Uigur envió un mensaje al gobernador del Khorasan diciéndole que si los
Maniqueos en Samarcanda sufrían algún daño, pasaría a la espada a todos los
Musulmanes bajo su autoridad(50).
Los Uigures usaron su ventaja como defensores de los Tang a
continuación de la rebelión de An Lushan para proteger las comunidades
Maniqueas en China igualmente, pero una vez que el reino Uigur fue invadido por
otro grupo Turco en el 840 se produjo una situación negativa. Tres años después
el gobierno Tang cerró todos menos tres de los templos en China, informando al
Kagan Uigur que los volvería a abrir cuando los Uigures restablecieran su
reino.
Unos meses después, no obstante, el gobierno Tang fue más
lejos y cerró los templos restantes, tomando su propiedad y ejecutando a los
sacerdotes Maniqueos. El peregrino Japonés Ennin describe el evento:
“Se promulgó un edicto imperial, ordenando que los
sacerdotes Maniqueos del Imperio fuesen asesinados. Sus cabezas habían de ser
afeitadas y habían de vestir ropas Budistas y habían de ser asesinados vestidos
como “sramanas (monjes) Budistas”(51).
Se ha sugerido que esta persecución estuvo en parte al menos
motivada económicamente, dado que los templos Maniqueos funcionaban
probablemente como instituciones prestamistas de dinero dirigidas por
mercaderes Uigures(52). Dos años después un
patrón similar se aplicaría contra la más exitosa de las religiones extranjeras
en China, el Budismo. El Cristianismo al igual que el Zoroastrismo perderían su
protección dentro del imperio en esa época desapareciendo de los registros
históricos Chinos.
Después de su derrota en el 840 los Uigures se movieron
hacia el sur a la cuenca del Tarim y establecieron una nueva capital en Qocho.
Aunque la mayoría de la población del nuevo reino Uigur era Budista o
Cristiana, los Maniqueos mantuvieron el favor oficial y sus monasterios, al
igual que los de los Budistas, prosperaron de la administración de las tierras
de labranza. Un documento de este periodo describe las actividades de esos
monasterios, incluyendo instrucciones detalladas sobre donde y cómo distribuir
y comercializar la producción agrícola (incluido el vino)(53). En cuanto a finales del siglo décimo los Kanes
Uigures aún seguían enviando monjes Maniqueos como emisarios a la corte China(54).
Panegíricos dirigidos a los reyes Uigures de Qocho indican
que tanto los Budistas como los Maniqueos los tenían como protectores(55). Los textos y el arte de este periodo, mayormente
descubiertos escondidos en los monasterios, muestran una tendencia marcadamente
sincretista(56). El Maniqueísmo parece haber
perdido poco a poco a sus seguidores a favor del Budismo y Cristianismo durante
los siglos siguientes, y ya en tiempos de la conquista Mogola puede haber
estado extinguido entre los Uigures.
En China, sin embargo, la religión continuó atrayendo a
conversos nativos. Los escritores Budistas del siglo trece aún producía
polémicas contra el Maniqueísmo, menospreciándolo junto a dos sectas Budistas,
la del “Loto Blanco” y la de la “Nube Blanca”, como interpretaciones desviadas
del Budismo. El Código Ming del siglo siguiente prohibió las tres juntas(57). Esta continua animosidad de los Budistas en China
llevó al Maniqueísmo a la clandestinidad, aunque la comunidad sobrevivió.
IDEAS COMPARTIDAS, SÍMBOLOS,
VOCABULARIOS
Desde sus comienzos, el Maniqueísmo trató de presentarse
como religión inclusiva y universal. Sus misioneros conscientemente se basaron
en los símbolos y vocabulario de la audiencia a la que iba dirigido su mensaje,
tratando así de hacer la nueva enseñanza más familiar y aceptable.
El discípulo de Mani Mar Ammo, un Parto, tuvo mucho éxito
propagando la nueva enseñanza en las tierras de Oriente donde el Budismo era
prevalente. Un texto Sogdiano afirma que Mar Ammo “expuso completamente la
Budeidad del Profeta de la Luz”(58). Otro himno,
en Parto, usa terminología Islámica, como “dhu´l-fiqar”, la espada de Mohammed,
quizá para disfrazar su contenido de la persecución Musulmana(59). Otro misionero importante, Mar Zaku, es alabado
por los Maniqueos que vivía a lo largo de la Ruta de la Seda como “el Gran
Líder de las Caravanas”, un epíteto que los Budistas del Asia Central aplicaban
a Avalokitesvara(60). En otro obvio intento de
apelar a los Budistas, una carta apócrifa del Asia Central presenta a Mani
escribiendo a Mar Ammo para que los fieles practiquen la meditación y adquieran
mérito(61).
Aunque la corte Uigur en el este del Turkestán promovió el
Maniqueísmo durante cinco siglos, probablemente sólo una minoría de la
población se hizo Maniquea. Algunos permanecieron Nestorianos, y muchos más
eventualmente se convirtieron al Budismo Mahayana. Los textos y pinturas en el
oasis de Turfán muestran una mezcal de las tres tradiciones hasta el punto que
a veces está al borde de lo extraño.
Un himno Sogdiano menciona “las cinco asambleas de los cinco
Budas del Mahayana”(62). Otro claro intento por
parte de los Maniqueos para hablar el lenguaje de la Ruta de la Seda oriental.
Un texto Parto de Turfán incluye exhortaciones como “despertad, hermanos,
elegidos, en este día de salvación espiritual el catorce del mes de Mihr,
cuando Jesús, el Hijo de Dios, entró en el “paranirvana”(63). El término Cristiano “crucifixión” y el término
Budista “paranirvana” eran intercambiables para los Maniqueos Orientales; ambos
se referían a la liberación del alma de Jesús del cuerpo material y su regreso
al Ámbito de la Luz(64).
La creciente influencia del Budismo sobre los Maniqueos
Uigures se hace visible en el libro de estilo Budista “pothi” (hoja de palmera)
de los oasis de Bezeklik y Turfan probablemente con fecha del siglo once, que
incluye un colofón sobre la transferencia de mérito. También está incluida una
historia de un mercader llamado Arazan, que refleja la identificación del
Maniqueísmo con los hombres de negocios de la Ruta de la Seda(65).
En al menos un caso significativo toda esta mezcla de ideas
religiosas fue llevada hacia atrás a lo largo de la Ruta de la Seda hacia
Europa. Una de los cuentos más populares en la Europa Medieval era la historia
de Barlaam y Ioasaph, un colorido relato de la vida de Buda. Mediante una serie
de traducciones, el nombre del héroe se fue transformando del Sánscrito
“bodhisattva” al Sogdiano Budasaf y al Uigur Bodhisaf, y de nuevo de vuelta de
Iudasaf a Ioasaf(66).
En China también hay abundante evidencia de sincretismo
conceptual. El famoso monumento Nestoriano del siglo octavo en Xi´an está
adornado con una cruz de Malta con una perla incrustada en esta símbolo Taoísta del yang- posada sobre una
nube símbolo del yin- con una flor de loto Budista debajo, con dragones a cada
lado(67). El texto inscrito en la parte inferior
resume la esencia del Cristianismo en términos e imágenes con sabor Budista
(i.e. las Ocho Virtudes Cardinales, haciéndose eco del Sendero Óctuple, etc.).
El “Sutra Jesús-Mesías también menciona a los “Budas,
Kinaras, y Devas”, quizá en un intento de traducir el concepto de “ángeles,
arcángeles, y huestes celestiales”(68).
Para la gente ordinaria, sin formación para entender estas
sutilezas doctrinales este revoltijo religioso debe haber sido bastante
confuso. Por eso un texto Chino ofrece el siguiente consejo:
“Cuando hablamos de aceptar a Buda, uno debe pensar en
convertirse a qué Buda; no al
Buda de Mani, ni al Buda Nestoriano, ni al Buda Zoroastriano, sino al Buda
Sakyamuni”(69).
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1.
Chabot, “Synodicon
Orientale”, p. 302, citado en Samuel H. Moffett, “A History of Christianity in Asia”, vol. 1, San
Francisco: Harpet, 1992, p. 197.
2.
Ver Moffett, “Christianity
in Asia”, vol. 1, San Francisco: Harper, 1992, p. 197.
3.
Alphonse Mingana, “The
Early Spread of Christianity en Central Asia and The Far East: A New Document”,
Manchester: Manchester University Press, 1925, pp. 7-8.
4.
Ibid., p. 4.
5.
Neusner, “Jews in
Iran”, p. 914.
6.
Para una amplia y romántica narrativa de esas vicisitudes
ver Nahal Tajadod, “Les Porteurs de Lumière:
l´épopée de l´église perse”, Paris: Albin Michel, 2008(1993).
7.
Bedjan, “Acta
Martyrum 2:351” citada en Moffett, “Christianity
in Asia”, p. 142. Esas acusaciones, aunque representan mal las creencias
Cristianas y su práctica, ayudan a comprender le uso político del prejuicio.
8.
Ver Jacob Neusner, “Aphrahat
and Judaism: The Christian-Jewish Argument in Fourth-Century Iran”,
Leiden: Brill, 1971, y A.V. Williams, “Zoroastrians
and Christians in Sasanian Iran”, Bulletin of the John Rylands Library
78/3(1996), pp. 37-53.
9.
Mingana, “Early
Spread of Christianity”, p. 74.
10.
Emile Benveniste, “Le
Vocabulaire Chretien dans les langues d´Asie centrale”, L´Oriente
Cristiano nella Storiadella Civiltà”, Roma:Accademia Nazionale dei Lincei,
1964, pp. 85-91.
11.
Nicholas Sims-Williams, “Syro-Sogdica I: An Anonymous Homily on the Three Periods of Solitary
Life”, Orientalia Christiana Periodica 47 (1981), p. 441.
12.
Ibid., p. 443.
13.
Mingana, “Early
Spread of Christianity”, p. 9.
14.
Lieu, “Manichaeism
in the Later Roman Empire”, p. 228.
15.
Ver Mircea Eliade, “Shamanism: Archaic
Techniques of Ectasy”, Princeton, NJ:Princeton University Press, 1964. El
término “Chamán” viene del idioma Tugus; la palabra Turca es “qam”, y la
Mongola “bö´e”. Las fuentes medievales Musulmanas usan el término Árabe
“kahin”(igual que en Hebreo).
16.
Mingana, “Early
Spread of Christianity”, pp. 11-12; Erica C.D. Hunter, “The Conversion of the Kerait to Christianity in A.D. 1007”,
Zentralasiatische Studien 22(1989-1991), p. 160.
17.
J.A. Boyle, “Turkish
and Mongol Shamanism in the Middle Ages”, Folklore 83 (1972), pp.
184-193.
18.
Mingana, “Early
Spread of Christianity”, p. 12.
19.
Ibid., p. 13.
20.
Hunter, “The
Conversion of the Kerait”.
21.
Mingana, op. Cit., p. 15.
22.
(23)Ver Edward Schafer, “The Golden Peaches of Samarkand: A Study of T´ang Exotics”, Los
Angeles: University of California Press, 1962.
23.
Kazuo Enoki, “Nestorian
Christianism in Medieval Times”, L´Oriente Cristiano, Roma 1964, pp.
72-73.
24.
Paul Pelliot, “Les
influences iraniennes en Asie Central et en Extrême-Orient”, Revue
d´Histoire et de Littérature Réligieuse (1912), p. 108.
25.
Martin Palmer, “The
Jesus Sutras: Rediscovering the Lost Scrolls of Taoist Christianity”,
New York: Ballantine, 2001, p. 236. El hecho que los dos últimos estén agrupados
en una categoría sugiere que el Cristianismo era aún identificado con Irán.
26.
Ibid., p. 23.
27.
Schafer, “Golden Peaches”, p. 50
28.
Ibid., pp. 53-54.
29.
Ibn Nadim, “Fihrist
of al-Nadim: A tenth Century Survey of Muslim Culture” (Fihrist
al-`ulum), tr. Bayard Dodge, 2 vols., New York: Columbia University Press,
1970, pp. 836-837.
30.
Los Mandeos sobreviven hasta hoy en pequeñas
comunidades en el sur de Irak e Iran; ver Jorunn Jacobsen Buckley, “The Mandaeans”, New York: Oxford University Press,
2002.
31.
W.B. Henning, “Mani´s
Last Journey”, Bulletin of the School of Oriental and African Studies
10(1939-1942), pp. 941-953.
32.
Jacob Neusner, “Rabbi
and Magus in Third-century Sasanian Baylonia”, History of Religions
6(1966), p. 173.
33.
Geo Widengren and Gherardo Gnoli han argumentado
que el Maniqueísmo es en esencia Iranio, mientras que Samuel Lieu ha
argumentado a favor de un carácter mayormente Semítico.
34.
Jason BeDuhn ha sugerido que en lugar de ser
gnóstico en su esencia, el Maniqueísmo usó ideas gnósticas para conseguir conversos
en regiones donde el gnosticismo era popular, cambiando el vocabulario más al
este (i.e. Budista) (Jason David BeDuhn, review of Hans-Joachim Klimkeit, “Gnosis on the Silk Road, Journal of the American Oriental
Society” 115/2(1995), pp. 344-346).
35.
Hans-Joachim Klimkeit, “Gnosis
on the Silk Road”, San Francisco: Harper, 1993, p. 314. Esta historia es
similar a una que aparece en los Hechos de Juan apócrifos, y reaparece en disfraz
Islamista en una obra del siglo décimo de Ibn Babai.
36.
Ver, por ejemplo, el tratado del siglo dieciséis
de Qazi Ahmad Qumi, “Gaulistan-i hunar”, tr.
V. Minorsky, Calligraphers and Painters,
Washington, D.C.: Smithsonian, 1959, pp. 177-180.
37.
Samuel N.C. Lieu, “Manichaeism
in Central Asia and China”, Leiden: Brill, 1998, p. 138.
38.
Jason David BeDuhn, “The
Manichaean Body: In Discipline and Ritual”, Baltimore: Johns Hopkins
University Press, 2000.
39.
”Contra Faustum”,
citado en Philip Schaff, ed., “Nicene and
Post-Nicene Fathers”, Grand Rapids: Eerdman´s 1983, v.4:5-10.
40.
Lieu, “Manichaeism
in the Later Roman Empire”, pp. 112-113, 220.
41.
Se ha obtenido cierta evidencia de las fuentes
Taoístas, sin embargo, de una actividad Maniquea incluso más temprana en China;
ver Liu, “Traces of Zoroastrian and Manichaean
Activities in pre-T´ang China”.
42.
Lieu, “Manichaeism
in the Later Roman Empire”, p. 230.
43.
Ibid., p. 236.
44.
E. Chavannes and P. Pelliot, “Un traité Manichéen retrovué en Chine”, Paris:
imprimérie Nationale, 1913, p. 154.
45.
Las fuentes Árabes usan la palabra tomada del
Persa “zindiq” para referirse a los
Maniqueos y también para los herejes dualistas en general. Su significado
original es “aquel que hace comentarios(zand)”,
la palabra fue usada por vez primera por los magos contra rivales que trataban
de interpretar el Avesta a su manera.
46.
ver Barfield, “The
Perilous Frontier”, pp. 150-157.
47.
Colin Mackerras, “The
Uighurs”, en Denis Sinor, ed., “Cambridge
History of Early Inner Asia”, Cambridge: Cambridge University Press,
1990, p. 331.
48.
(49)Xijuan Zhou, “The
Transformations of Manichaeism under the Khocho Uyghurs”, “Journal of
Central Asia Studies 5/2 (2001), pp. 2-15.
49.
Mackerras, “The
Uighurs”, p. 335; Chavannes and Pelliot, “Un
Traité Manichéen”, pp. 193-194, 198.
50.
Ibn Nadim, “Fihrist”,
p. 803.
51.
Ennin´s Diary,
p. 232.
52.
Lieu, “Manichaeism
in the Lataer Roman Empire”, p. 238.
53.
Xijuan Zhou, “Manichaean
Monasteries under the Khocho Uyghurs”, International Journal of Central
Asian Studies 8/1 (2003), pp. 129-146. Zhou señala que al desarrollar tales
actividades económicas, además de poseer rebaños, caballo, y sirvientes, los
Maniqueos de Qocho “parece ser violaron todas las
reglas” de los monjes escritas en el “Compendium” de Mani (p. 143).
54.
Ibid., p. 129.
55.
Zhou, “Transformations”,
p .3.
56.
Klimkeit, “Gnosis”,
p. 273.
57.
Pelliot, “Influences
iraniennes”, p. 114. Esta ley permaneció en los libros en China y
también en Vietnam en el siglo veinte, por eso Pelliot señala que el gobierno
colonial Francés de Indochina en ese tiempo continuó proscribiendo una religión
que hacía mucho tiempo se había dejado de practicar.
58.
Lieu, “Manichaeism
en the Later Roman Empire”, p. 107.
59.
Klimkeit, “Gnosis”,
p. 52.
60.
Mary Boyce, “A
Reader in Manichaean Middle Persian and Parthian”, Leiden: Brill, 1975,
p. 139; cf. Lotus Sutra, Cap. 24.
61.
Boyce, “Reader”,
p. 51.
62.
Klimkeit, “Gnosis”,
p. 151.
63.
Hans-Joachim Klimkeit, “Jesus´Entry
into Paranirvana: Manichaean Identity in Buddhist Central Asia”, Numen,
33 (1986), p. 225.
64.
Klimkeit, “Gnosis”,
p. 69.
65.
Larry Clark, “The
Manichaean Turkic Pothi-Book”, Altorientalische Forschungen 9 (1982),
pp. 189-190; cf. Lieu, “Manichaeism in Central Asia
and China”, pp. 46-47.
66.
D.M. Lang, “St.
Euthymius the Georgian and the Barlaam and Ioasaph Romance”, Bulletin of
the School of Oriental and African Studies” 17 (1977), pp. 306-325; Widengren,
“Mani”, p. 91.
67.
P.Y. Saeki, “The Nestorian
Documents and Relics in China”, 2ª ed., Tokyo: Academy of Oriental
Culture, 1951, p. 26.
68.
Moffett, “Christianity
in Asia”, p. 310.
69.
Citado en Zhou, “Manichaean
Monasteries”, p. 145.
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