jueves, 17 de enero de 2008

CHAMANES Y SACERDOTES

CHAMANES Y SACERDOTES

Cuando el poder de los chamanes fue eliminado y redistribuido en los estados emergentes, el rey divino era el centro mágico, pero como contra-equilibrio los sacerdotes también heredaron mucho poder antiguo, el cual era sublimado en el nuevo pensamiento sacerdotal o protegido en los cultos del templo tras votos secretos. Los sacerdotes de la Edad de Bronce en el Medio Oriente estaban acostumbrados a recibir visitas desde las provincias para hacer consultas. Las instalaciones y el personal eran enormes. El templo mesopotámico de Bau, una diosa menor empleaba a 736 personas en el 2.600 A.C., y el templo de Marduk en el periodo neo-Babilónico empleaba a 7.000. Los templos Egipcios eran aún más grandes. Eran las universidades de la Edad de Bronce, y los precursores de instituciones posteriores como la Biblioteca de Alejandría, que era un centro de búsqueda o investigación en tanto que librería, así como un almacén de tradición. En tiempos de Ramsés III (c. 1198-1166 A.C.), el templo Tebano de Amon empleaba más de 80.000 personas. Era, en otras palabras, una comunidad substancial como una gran universidad hoy día. El templo de Ra en Heliopolis empleaba a 12.000, el de Ptah en Memfis unas 3.000.

Las órdenes ascéticas de la India, cuyos miembros eran marginados sociales que renunciaban a la familia, hogar etc., no se parecían en casi nada a ningún sacerdocio de la Edad de Bronce conocido. El estilo de vida de los sacerdotes Egipcios no era de renuncia. Realizaban austeridades como purificaciones rituales temporales, no como votos de por vida. Aparte de los breves periodos rituales, no renunciaban al sexo y el estilo de vida hogareño. La escala de austeridades se expandió con la corriente del yoga. El concepto de Karma daba lugar a prácticas de purificación. La práctica India de los Tapas pudo haberse desarrollado partiendo de un grupo de tabúes sacerdotales y restricciones de purificación reinterpretadas en el marco de escape de la reencarnación. En línea con sus prácticas de austeridades, los sacerdotes de la Edad de Bronce afirmaban tener poderes especiales mágicos. Al templo Egipcio llamado la Casa de la Vida, los textos Griegos le adjudican la habilidad de predecir el futuro y producir lluvia. Tales habilidades son vestigios sacerdotales del chamanismo mágico, aún más cercano en intencionalidad a la práctica chamánica –el deseo de ajustar la calidad de vida- que a la posterior re-definición yóguica –el deseo de escapar de la vida.

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