lunes, 28 de enero de 2008

CULTO AL SOL

CULTO SOLAR

El Sol es un dios de regulares hábitos, que no varía en respuesta a la humana intersección. Puede inspirar alegría y admiración, pero no ansiedad. Son los dioses que cambian de humor, los que son susceptibles de rabietas, etc. Los grandes promotores de la actividad religiosa. Cuando Helios en la Odisea (12.376-88) es ofendido por la violación de su ganado, puede amenazar con retirarse al mundo inferior en lugar del mundo superior, pero no puede enviar una tormenta sobre los no-creyentes; ha de persuadir a Zeus para que lo haga en su lugar.

Los festivales solares tienen por lo general una naturaleza que se ajusta al calendario, celebrando fechas significativas tales como el primer día de la primavera o del verano, o el día más corto o largo. Están caracterizados por actividades que en cierta medida imitan la conducta del Sol. Se despliegan los símbolos solares, se encienden fuegos en la cima de las colinas, se dejan caer rodando redas por las pendientes, etc.

La evidencia más palpable y antigua viene de Escandinavia, de esas rocas de la Edad de Bronce con dibujos encontradas especialmente en Suecia occidental pero también en partes de Noruega y Dinamarca. Algunas de estas muestran un gran disco solar siendo situado en su lugar, siendo elevado por hombres, adorado, montado sobre dos ruedas y tirado por un caballo o un par de caballos, o transportado en un barco. Uno tiene la impresión de ritos en los cuales el emblema del Sol era llevado en procesión o en un viaje simbólico. El dios solar Trundholin quizás pertenezca a este contexto.

En ciertos rituales de la India el sol era representado por una rueda, o plato de oro o una piel blanca redonda. En el festival del solsticio de invierno (Mahavrata) había una lucha por la piel entre un Ario y un Sudra, quien tenía que entregarla. Un sacerdote sentado en un columpio, de cara al Este, medía con su mano la pequeña distancia entre su asiento y el suelo. Entre otros mantras y acciones rituales le susurraba al asiento del columpio “tú eres el sol”! El columpio claramente simbolizaba al sol en su cambio estacional y declinación, y esta medición indicaba que había alcanzado su punto más bajo.

El columpiarse es un rasgo recurrente de las festividades Indo-Europeas de primavera y verano. En la India, además del Mahavrata tenía un papel en el festival Dolayatra de primavera, en el cual una imagen de Krishna era mecida de un lado a otro sobre un columpio tres veces al día. En Europa lo encontramos en la antigua Atenas (los Aiorai, incorporados como parte de las Antesterias de primavera), Latium (la feria Latina de Abril), Grecia moderna (cerca de Semana Santa), y Letonia (Semana Santa y mediados del verano). Un mito Eslavo relata que Groskanka estaba columpiándose el día de Semana Santa y que el Sol descendió a su propio columpio invisible y se la llevó al cielo para hacerla su esposa. Aquí el columpio ritual realizado por chicas mortales es puesto en contacto directo con el columpiarse cósmico del Sol.

Saltar y bailar son también características de los festivales de primavera y Mediados del Verano. No está tan claro que esto signifique una imitación de algo que el Sol hace. Ahora bien, había una creencia de que el Sol danza algunas veces o ciertos días. Luciano (De Saltatione 17) dice que los Hindúes saludaban al Sol al amanecer con una danza silenciosa en imitación de la danza del Sol. En Alemania e Inglaterra el Sol se creía que bailaba y saltaba en la mañana de la Pascua, y la gente salía a observar el fenómeno. En le Báltico y países Eslavos esto se asociaba con mediados del Verano.

Los bailes en corro, donde los danzantes forman un círculo que rota a medida que cantan y bailan, tienen una referencia potencial a los movimientos del Sol, y puede ser significativo que en partes de Lituania tales danzas realizadas por mujeres y niñas, se acompañaban con gritos de “roto”! (gira), era una costumbre de comienzos de primavera. Una asociación de bailes en corro con el Sol también es sugerida por diseños de sellos Minoicos. También “los bailes circulares” (Kiklio Ixoroi) en las Dionisias de Atenas en primavera.

Las hogueras son un rasgo típico de todas las estaciones y marcan los festivales: el comienzo del verano, mitad del verano, los comienzos del invierno, y la mitad del invierno. La analogía del sol con el fuego ha sido a menudo señalada. También hay que señalar la costumbre de a mediados de Verano observada en toda Europa de Rusia a Inglaterra, de rodar una rueda ardiendo por un barranco o pendiente hasta un río o un lago donde se apagaba. Esta práctica se remonta al siglo cuarto.

Panecillos o pasteles usados en rituales también pueden simbolizar al sol. En el sacrificio Hindú de Vajapeya, la víctima animal era atada a un poste, encima del cual un pastel de grano en forma de rueda era colocado. Se colocaban escalones a lo largo del poste, y el oficiante “real” del sacrificio subía, diciéndole a su esposa, “ven, esposa, vamos a subir hacia el sol”. Una vez arriba tomaba el pastel y decía: “hemos alcanzado el sol, oh, Dioses!” Entre algunos Eslavos en la alta Silesia los pasteles redondos son llamados “pequeños soles” y son horneados a mediados del verano, ofrecidos al Sol, y se baila en corro en los campos. En tiempos de los Anglo-Sajones, la ofrenda de pasteles a los dioses era el principal rasgo del Solmonath o “mes del Sol” (Febrero). Probablemente los bollos en forma de cruz que se asocian especialmente con la Pascua perpetúan al antiguo símbolo solar de la cruz en círculo de cuatro ruedas con radios.

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