EL OCÉANO PRIMORDIAL
El comienzo del papiro de Carlsberg hace referencia a una planta, dice: “crecerá, después de ser cortada, hasta hoy”. Sigue un discurso por un grupo de seres no identificados, si divinos o humanos, no está claro, a un dios llamado con un nombre que puede significar sea “Pshai el Océano Primordial” o “Pshai (en) el Océano Primordial”. Los que relatan hacen referencia a varios actos beneficiosos realizados por el hijo de esta deidad, Ptah. Después, el texto cambia del discurso directo a la narrativa, y comienza a contar la historia de cómo el cosmos vino a la existencia. De acuerdo con esto Pshai, el iniciador de la creación, alcanza un lugar de reposo en la arena en medio de las aguas y permanece de pie. Dentro de las aguas, hay también una planta, posiblemente la misma que es mencionada en la línea de apertura del fragmento, de la cual se dice que crece formando un matorral. No está parada, sino que se mueve impulsada por la corriente. Habiéndose originado en Elefantina, flota en dirección norte hasta que se detiene en un lugar que quizás sea Hermópolis. Cuando se detiene, le es dado un nuevo nombre, “carrizo”. El dios Pshai se establece sobre la mata de cañas estabilizada y esparce su semilla.
Un pasaje pobremente conservado menciona algunas divinidades no identificadas y una serpiente en un contexto que es oscuro. Inmediatamente después, el dios Ptah aparece por primera vez en la narrativa. Dado que el discurso con el que comienza el texto identifica a esta deidad como el hijo de Pshai, es razonable suponer que el esparcimiento de la semilla de éste fue el catalizador para la llegada a la existencia de Ptah. El texto continua describiendo como Ptah a su vez se establece en la mata de cañas. Podemos tener aquí un relato de la teofanía de este dios como el surgimiento de la nueva tierra, que emerge del elemento fluido que la rodea en el punto marcado por las cañas.
El fragmento comienza con una referencia a un pueblo, el nombre del cual no es conservado y otra mención a la mata de cañas. Lo que sigue se refiere a la actividad creadora de Ptah a su vez. Se despliega en tres etapas: primero piensa, después le da forma a ciertos objetos, el nombre de los cuales se ha perdido desafortunadamente, y finalmente desparrama su semilla. La naturaleza precisa de los objetos formados por Ptah es imposible de determinar. Posteriormente aprendemos que contienen los miembros de Ogdada Hermopolitana. Es difícil evitar pensar en huevos o algo similar. Los textos informan, crípticamente, que la deidad “permanece cerca” de esos enigmáticos objetos. Esto podría significar, por otro lado, que se los traga o los ingiere. Otra posibilidad es que Ptah se transforma a sí mismo en una solución líquida o medio en el cual los miembros de la Ogdada tienen una latente existencia.
En su debido momento, las ocho deidades Hermopolitanas emergen del lugar donde permanecen encerradas, los cuatro machos con cabezas de ranas y las cuatro hembras de los miembros individuales de esta corporación son enumerados: Amon, Amaunet, Heh, Hauhet, Kek, Kauket, Nun, y Naunet. Después de su aparición inicial, esas deidades comienzan a emerger juntas en una unión. Primero los nombres de los cuatro miembros masculinos se encuentran, después los cuatro miembros femeninos. El resultado final de este proceso de surgimiento es que las ocho divinidades son incorporadas en una solo, Amon, que encarna el resto dentro de sí mismo. En el fragmento 3, se dice de este dios que tiene la forma de un toro negro con ocho hipóstasis o aspectos, uno por cada una de las deidades Hermopolitanas. El texto ensalza sus atributos en forma taurina, potencia sexual, poderío, ferocidad, etc.
Siguiendo esto, en el fragmento 4, hay una referencia a los cuatro vientos del cielo, que parece ser otra manifestación de Amon. Si esto es correcto, entonces los cuatro vientos emergen en un solo alto viento que trae el cosmos a la existencia elevando el cielo, separándolo de la tierra, formando o fertilizando un huevo del cual la deidad solar emerge. Este es ni más ni menos que el creador primordial que encontramos al comienzo de la narrativa (Pshai). Hasta este punto había permanecido escondido en las profundidades del Océano Primordial. Pero ahora se manifiesta en el cosmos creado por primera vez, un evento que es marcado por la asunción de un nuevo nombre. Mientras que antes era llamado “Pshai el Océano Primordial” o “Pshai (en) el Océano Primordial, ahora es simplemente llamado Pshai.
Este dios, a su vez, crea todas los demás divinidades. Un pasaje dañado en el fragmento 5 quizás señala que estas vienen de la boca del dios sol. Particular atención es dada a la creación de Thoth, después de la cual tiene lugar una conversación, presumiblemente entre esta deidad y su hacedor, Pshai.
En este punto, solo tenemos palabras y frases aisladas en el texto. Hay terreno para suponer, no obstante, que nuestra cosmología describe la creación de Thoth ocurriendo en medio de una rebelión contra el dios sol. Si es así, entonces la narrativa siguiente debe haber relatado como fue opuesta y finalmente suprimida esta rebelión. Lo que queda de la relevante sección de manuscrito (fragmentos 6-8) encaja bien con esta interpretación. Las deidades que ahí aparecen incluyen a Thoth, el Océano Primordial, y la “diosa Vaca Celestial” Mehetweret o Ahetweret, todas las cuales figuran prominentemente en otros relatos de rebeliones contra el dios sol, como consejeros o protectores. En algunas de esas narrativas, la deidad solar es llevada hacia arriba, al cielo, cuando concluye la revuelta. Con el sol elevado a su propia posición, la fase de la creación del universo que se dice comenzó con la separación del cielo y la tierra llega a su fin. El fragmento 8 puede haber descrito este evento así mismo los fragmentos 9 y 10 recuentan como las ocho deidades Hermopolitanas, habiendo alcanzado la vejez, mueren y son enterradas en Tebas. Es Thoth quien realiza sus ritos funerarios, en su capacidad de diputado terrenal para con la deidad solar. Subsecuentemente, en el fragmento 11, también es descrito entrando en el cielo, presumiblemente en su papel como dios de la luna. El texto que sigue está muy mal conservado, pero puede haber relatado como Ptah trajo a la existencia la sustancia material.
El fragmento 12 está relacionado con el nacimiento de Horus en las marismas de papiro de Kehmmis en el delta y como fue escondido ahí por su madre Isis. Thoth, Sakhmet, Tefnet, y Nekhbet están entre otras divinidades que aparecen en este episodio. El dios sol es mencionado así mismo, pero con un nombre diferente: Pre en lugar de Pshai. Este podría ser el nombre que el dios adquiere después que se ha distanciado de su creación y asumido su lugar en el cielo.
Subsecuentemente, en el fragmento 13, el texto se mueve del pasado al presente, describiendo las actividades de una deidad cuyo nombre no ha sido conservado, pero que probablemente pueda ser el dios Pre. Se dice de él que asegura el bienestar de todos los demás dioses y los rejuvenece eternamente. El texto cuenta cómo vino a la existencia la muerte, “volando a cada lugar que hay bajo el cielo”, y uniéndose con la vida. La vida se dice que emana del Océano Primordial, mientras que la muerte es una emanación de un ser identificado sólo con una serpiente (syt). El aliento de vida es lo que causa que todas las cosas vivan; el aliento de la muerte es lo que les causa la muerte. Un tercer tipo de aliento es introducido: el aliento del Océano Primordial. Este es el que causa la existencia del mar Mediterráneo, aunque el aliento de la muerte puede alienarlo o secarlo.
La respiración del Océano Primordial se dice es responsable de renovar o regenerar las colinas o montañas, pero también las puede arruinar. Parece ser que mientras el aliento de vida anima o da vida a los seres sensibles, el aliento del Océano Primordial realiza este servicio a las cosas no sensibles como montañas o las aguas. Además, al contrario del aliento de vida, que es completamente beneficial, el poder del aliento del Océano Primordial es ambivalente –puede ser benéfico o dañino. En contraste, el aliento de muerte siempre es destructivo, y ejerce poder tanto sobre los seres sensibles como los no sensibles.
El texto afirma que cada criatura viviente está sujeta a la muerte, de la que no hay retorno, incluido los dioses, los humanos, animales, pájaros, peces, etc., incluso las plantas. A este respecto, dice, “cada uno es como el otro.” Los padres de la vida y la muerte están unidos en una sola deidad, de la que se dice ha tomado posesión de la tierra. Aunque no es nombrado, probablemente se trate del dios sol, dado que es de él de quien se dice que una la vida y la muerte en otras fuentes Egipcias, las dos unidas en el ciclo sin fin diario de amanecer y puesta establecido por este dios después de su ascenso al cielo.
De este dios se dice que entra en el ojo sano (=luna llena). En términos astronómicos, la luna llena tiene lugar cuando el sol y la luna están en oposición. Los Egipcios llamaban a esto la unión de los toros, una ocasión cuando, de acuerdo con ellos, la más grande luz del sol entra y baña el disco solar. El dios que entra la luna llena se dice que adquiere todos los poderes y atributos de la deidad lunar. Como tal le es dado el crédito de dar lugar a la inundación del Nilo desde el Océano Primordial, dando el aliento a todos los seres vivos, haciendo se emparejen y reproduzcan los animales, haciendo que germinen las semillas, y crezcan las plantas. Un pasaje roto puede aludir a este regulando todos los asuntos del mundo subterráneo.
Siguiendo, en el fragmento 14, el texto sigue discutiendo las piedras y minerales. Las piedras de las montañas dice pertenecen a un par de serpientes. La identidad de estas no se hace explícita. Está claro, de todas formas, que no se trata de serpientes ordinarias, sino de seres divinos. No sólo pertenecen las piedras a las serpientes, los cuerpos de estos reptiles se dice están hechos de piedra, incluso cuando son cosas vivientes, y de los minerales se dice son la emanación, literalmente la transfiguración, de su cuerpo. Las piedras de las montañas crecen y florecen porque son regadas por el Nilo en su inundación, de la cual se dice, a su vez, ser la emanación del Océano Primordial.
Como he mencionado, el fragmento 2 describe como Ptah crea algunos objetos de los cuales emerge la Ogdada. El nombre de estos está perdido debido a una ruptura, pero pueden haber sido sacos de huevos o de un solo huevo. El fragmento 15, que se refiere a los huevos depositados por Ptah, ayuda a confirmar esta suposición.
Es evidente, en esta cosmología, que las aguas del Océano Primordial son vistas como un principio activo. Además, la influencia que estas ejercen en el desarrollo del cosmos no ha cesado desde la etapa inicial de la creación, sino que continua hasta nuestros días. Esto está en marcado contraste con el punto de vista de algunos Egiptólogos. Sauneron y Yoyotte, por ejemplo, afirman que la mayoría de estos textos otorgan al Océano Primordial el papel pasivo de una cuna o bóveda donde se elabora espontáneamente la primera fuerza activa. En otras palabras, el lugar de donde emerge la vida, pero que no tuvo parte en la creación.
Nuestro texto, no obstante, no es único a la hora de presentar un cuadro bastante diferente. Un grupo de recitaciones en los Textos de las Tumbas (sarcófagos) presenta al Océano Primordial trabajando activamente en conjunción con Atum en la creación del cosmos. En la recitación mágica 78, por ejemplo, se dice que el Océano engendra a los ocho dioses primordiales del caos, mientras que Atum se dice, los forma. Un número de otras fuentes, así mismo, identifican al Océano Primordial como creador de la Ogdada. Como consecuencia, el Océano puede ser descrito con cierta justicia como padre de los dioses, y no meramente en virtud de su anterioridad cronológica. El texto de las tumbas 79 relata como los nombres de los dioses del Caos fueron creados del cuerpo de Atum, “de acuerdo con las palabras del Océano Primordial”. Así mismo, en la recitación 76 esos nombres se dice han sido hechos por este dios, “el día cuando Atum habló junto con el Océano Primordial. Finalmente en el texto 80, el Océano Primordial actúa como consejero de Atum en las primeras etapas de la creación, aconsejándole acerca de sus hijos Maat y Shu.
Más cercana en el tiempo a nuestra cosmología, una inscripción del templo de Edfu habla del Océano Primordial elevando el loto en el que el dios sol Ra está oculto, haciendo que éste se abra y revele la forma de esta deidad. Un pasaje oscuro en la cosmogonía de Neit en Esna relata como el Océano fertiliza el huevo solar del cual Ra emerge finalmente. En los textos funerarios recitación 648, el dios sol acredita a sus aguas de haber formado juntas (ts) su huevo. Así, el papel activo otorgado al Océano Primordial en nuestro texto está de acuerdo al menos con algunas tradiciones tempranas Egipcias.
Dado que la creación, desde el punto de vista Egipcio, es cíclica y recurrente, en ningún evento que tuvo lugar en el pasado distante, la actividad creativa del Océano Primordial debe ser la misma. Así, como se dice que elevó al lot que contenía al dios sol y dio lugar al comienzo de los tiempos en el texto de Edfu, así mismo también era pensado como elevándolo al cielo cada mañana cuando terminaba su viaje por el mundo subterráneo. Así mismo, el Océano Primordial lo cubría todo antes de la creación del cosmos, así era también la inundación del Nilo que se pensaba fluía de éste cada ño y lo cubría todo de nuevo, volviendo al mundo a su anterior estado.
En la mitología Egipcia, el Océano Primordial ciertamente continúa jugando una amplia variedad de papeles después de la etapa inicial de la creación. Ya se ha hecho referencia a los servicios que en tanto que consejero de Ra realiza en el mito de la rebelión contra el dios Sol contado en el mito de la Vaca Sagrada. También atrae la atención otro mito en el que el Océano Primordial trata de obtener el favor de un dios con la ayuda de sus familiares cocodrilos, y la parte prominente que tiene en varios eventos narrados en el libro de Fayyum.
Otros mitos que involucran al Océano Primordial son narrados en el Calendario del Nuevo Reino de los días de suerte y los de mala suerte. Uno describe como tenía que ser propiciado por un decreto de Ra-Atum de manera que emergiera de su caverna en la forma de una inundación con una altura correcta. Otro dice como los dioses tenían que inducir esto desde su guarida subterránea con fuego. Un tercero describe la marcha hacia delante del Océano en orden a establecer al noble (sps) en su lugar en beneficio de los dioses que están en presencia de este último. Cuando Osiris fue asesinado por su hermano Seth, el Océano Primordial protegió su cadáver. Un texto con fecha Ptolemaica inscrito en la segunda torre del templo de Amon en Karnak narra como, cuando la Vaca Celestial se encontraba angustiada después del nacimiento de su hijo Ra, el Océano Primordial llama a Amon en forma de viento para ayudarla. El calendario religioso conservado en la puerta de entrada al precinto de Mut en Karnak conecta al Océano con el mito de la diosa distante, narrando como, en su viaje de vuelta a Egipto se celebraban unas danzas, con el Océano Primordial ensalzando y Shu rindiendo homenaje a su Ka. En Edfu, el Océano es representado como miembro de una corporación de deidades llamadas la “asamblea que está en el Océano Primordial”, una de cuyas funciones es la de dar lugar a la inundación del Nilo cada año.
Se celebraban fiestas en honor del Océano Primordial e himnos eran cantados. Así, tenía cierto grado de importancia en términos de culto. Incluso podía ser invocado en recitaciones mágicas, donde se suponía combatía los dañinos efectos del veneno.
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