lunes, 14 de mayo de 2007

BAAL, MUERTE Y RESURRECCION

EL CASO DE BAAL

Mientras que el material Ugarítico ha jugado cierto papel en las contribuciones de Colpe y Ribichini, sorprendentemente poca atención se ha puesto en Ugarit en contribuciones referentes al tema del dios que muere y resucita como un tipo específico en la historia de las religiones.

Una figura mayor en el debate acerca de la interpretación de los textos del Baal Ugarítico es T.H. Gaster, (1950), quien defendió una interpretación ritual y estacional del material. Gaster encuentra un patrón y secuencia de los actos rituales los cuales desde tiempos inmemoriales han caracterizado los principales festivales estacionales, usualmente realizados para coincidir con el solsticio o el equinoxio. Este patrón estacional comprende el “vaciar”, o evacuación (Griego: kenosis), y un “llenar”, o reponer (Griego: plerosis), de la vitalidad corporal. Los principales elementos son: Primero vienen los ritos de mortificación; éstos son seguidos por los ritos de purgación y vigorización, mediante el cual la comunidad trata de procurarse una nueva vida. Finalmente, estos son ritos de júbilo.

Los textos Cananeos de Ugarit están marcados por el mito del dios que muere y revive. El ciclo de Baal presenta un mito de la naturaleza, y su tema es la alternancia de las estaciones. Los mismos nombres de los caracteres en acción proveen la llave para la interpretación correcta.

Gaster también trata con material de Anatolia. Aquí encuentra dos diferentes subtipos: el tipo de combate (matando al dragón) y el dios que desaparece (e.g. el mito de Telepinu). Pero Gaster no está interesado en cuestiones históricas y relaciones genéticas. Los varios dioses que estudia están sujetos a comparaciones a nivel psicológico.

J. C. De Moor (1971) publicó Los Patrones Estacionales en el Mito Ugarítico de Ba´lu. A pesar de la dura crítica de Grabbe (1976 y 1982), la idea de rasgos estacionales en el ciclo de Baal parece ser bastante válida.

La cuestión de Baal en tanto que dios que muere y resucita toma un nuevo y sorprendente giro en la obra De Moor. De Moor llama la atención sobre “el hermano gemelo” (mt) que Baal engendró con la novilla (KTU 1.5. V:17-26). “Disfrazado como Ba´lu este descendiente morirá en su lugar, como si fuese una especie de sar puhi, el famoso substituto del rey de Babilonia. Ba´lu experimentará una muerte aparente. El sembrado en el campo de Mot por Anat parece ser el arquetipo del rito posterior del sembrado de los jardines de Adonis que era realizado principalmente por mujeres precisamente en esta época del año. La alusión en la épica de Aqhat a la revivificación de Baal y la fiesta que sigue apoya la conclusión que la resucitación en el ciclo de Baal tenía lugar en conexión con la fiesta mencionada.

La idea que era sólo un substituto de Baal que descendió al mundo subterráneo retorna en el estudio de Gibson. Además, Gibson saca ciertas conclusiones de todo esto: “El engaño a la muerte por parte de Baal, con su implicación de que no era Baal mismo sino una víctima substitutiva que fue asesinada por Mot, es una noción intrigante; podría, si es verdad, acabar con el entusiasmo de aquellos que teorizan acerca de un dios que muere y resucita en la religión Cananea y el posible efecto de tal concepto en la religión Israelita. Aunque presentes en le ciclo de Baal, los rasgos estacionales son secundarios la génesis e importancia respecto a otras características. De acuerdo con Gibson, es un error llamar a Baal una deidad de la fertilidad; Baal es un dios del tiempo –atmosférico-, el que envía las tormentas y el relámpago. “No es la misma clase de deidad que los varios dioses jóvenes de los Panteones Semíticos a los cuales la descripción de la fertilidad puede con considerable mayor exactitud ser adjudicada, deidades como Adonis de Biblos, Melqart de Tiro, y Eshmun de Sidón, o el Mesopotámico Tammuz. Todos estos están muy de cerca ligados a la vegetación que crece y en compañía con esta mueren en verano y vuelven a la vida en primavera”

Waterston (1989), no está de acuerdo con la idea de substituto, de Gibson: “no puedo estar de acuerdo con Gibson de que el cuerpo enterrado por Anat es el de un substituto concebido por Ba´al y una Novilla. No hay indicación en el texto que sea así…. El punto de vista de Gibson está basado en la suposición que Ba´al no muere, pero esto no tiene sentido si tomamos en cuenta los eventos siguientes. Aunque respecto al vástago Waterston no ofrece ninguna explicación concreta presta atención, no obstante, a la demanda realizada por Mot. Mot pide ser alimentada con uno de los hermanos de Baal. Puede ser, pues, posible que el niño, en tanto que pariente de Baal, tiene algún significado alegórico o cultual. La narrativa (KTU 1.5.V) implica que Baal está dando el niño a Mot no como un substituto sino quizá más bien como regalo, o incluso como sacrificio.

En un reciente trabajo, John Day dedica una sección a la imaginería de la resurrección en la Biblia Hebrea. Concluye que esta imaginería tiene su fuente en la noción de Baal en tanto que dios que muere y resucita. Respecto a Baal, Day expresamente hace excepción de Barstad y M.S. Smith. Se lanza a demostrar que hay una trayectoria de la imaginería de la resurrección que va desde el ciclo de Baal hasta el libro de Daniel, vía Oseas y el Apocalipsis de Isaías.

En cuanto al Baal Ugarítico, obviamente no hay consenso. Algunos estudiosos mantienen que solamente desaparece, como Telepinu, otros que hay referencias a la muerte, pero que es sólo un sustituto el que es muerto por Mot, mientras que algunos, de nuevo, parecen ver a Baal como una deidad que muere y resucita. Sin embargo, el supuesto carácter de Baal como dios que muere y resucita es el tema central que ha de ser resuelto.

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