lunes, 14 de mayo de 2007

ISRAEL Y ASHERA

ISRAEL Y ASHERAH

No solo era Israel insignificante en tamaño, también era vulnerable debido a su posición geopolítica. Una franja de costa en el Creciente Fértil, un emparedado entre los imperios de Mesopotamia y Egipto. Isreal estaba muy por detrás de estos imperios en lo que a avance de la civilización se refiere.

Además de las desventajas de tamaño y localización, Israel sufría una falta de recursos naturales que podría haber traído el comercio, la independencia financiera, o la prosperidad. El desierto al sur era inhabitable excepto por breves periodos de tiempo cuando la compleja tecnología hizo posible la irrigación, como fue en tiempos de los Romanos y los Nabateos. Siempre fue un país pobre comparado con sus prósperos vecinos.

En comparación con Mesopotamia y Egipto con sus vastos y homogéneos territorios: alcanzaron la integración nacional a gran escala en el 3000 A.C. Pero Palestina vino a ser por vez primera una nación bajo la Monarquía unida de Israel en el 1000 A.C. aproximadamente. Aunque muchos ven en esto de la monarquía una jefatura más que un estado.

Las condiciones políticas eran tan deplorables que los redactores de los libros bíblicos Primero y Segundo de Reyes le dan el aprobado a sólo dos reyes. La historia política de Israel y Judá fue “brutal, corta y desagradable, caracterizada por la trapalería, disensión, corrupción, frecuentes asesinatos, y el fracaso para crear un estado viable. Hasta la institución de la realeza era debatida –cuando los Israelitas piden un rey a Samuel-. Como resultado de esto, la gente de todos los niveles era consciente del caos, desorden, inseguridad, abuso que amenazaba sus propias vidas.

“El mediobiente era duro. La mayoría de los Israelitas eran pequeños campesinos, unas veces propietarios, otras siervos. La vida era miserable y las lluvias escasas e irregulares. Las pocas élites se encontraban en Jerusalem –en Samaria en el norte-, en la corte y en los círculos sacerdotales. Pero la clase rica no tenía piedad y explotaba sin miramientos a la gran mayoría del pueblo. De ahí, que debido a estas inigualdades sociales en el antiguo Israel que se explica el fiero mensaje de los siglos 8 y 7 A.C. por parte de los profetas y su llamada para una justicia social. Amos, en (Amos 8:4-7; 6:4-7) (Miqueas 2:1-3)se sienten ultrajados.”*

La vida diaria de la gente giraba entorno a la familia. Lo que conocemos como sistema patriarcal. Una familia que solía comprender entre dos o tres generaciones viviendo juntas. En esta forma de organización social los hijos traían a sus esposas a vivir en casa de sus padres. Este modelo produce una sociedad extremadamente unida, cerrada; basada en los lazos familiares, compartiendo valores comunes, y lealtad al clan y al jefe de la tribu más bien que a ninguna autoridad externa como podría ser el Estado.

Muchas historias Bíblicas, dice Dever, reflejan una estructura social basada en la familia. Por ejemplo, en la historia de Josué 7, en la asamblea de Israel para castigar a Acán por su deslealtad en la batalla de Aí y como evidencia de la solidaridad familiar, cuando Acán es sentenciado a muerte, toda su familia fue ejecutada.*

LA BUENA VIDA

El ideal Bíblico –al menos de los profetas, algunos de los cuales parecen reflejar la visión más real de lo que era la vida diaria de los Israelitas- está claro. La visión de Miqueas del cumplimiento del destino de Israell en el Dia del Señor expresa mejor esta esperanza (Miqueas 4:2-4). La visión de Amos de “la buena vida” en el cumplimiento de los tiempos es igualmente convincente. Amos es de Tecoa, vaquero y picador de sicómoros (7:14) (Amos 9:13-15).

La buena vida era simplemente la alegría diaria de estar vivo, bien, seguro, rodeado de la familia, disfrutando de las cosas buenas. Aunque la visión de Miqueas y Amos es profundamente religiosa, en la que la realidad física y espiritual están en armonía.

LOS TEXTOS

Las fuentes de los textos bíblicos son altamente problemáticas. No se puede leer estos textos de una vez como si fuesen historia factual en el sentido moderno, basados en testimonios de testigos presenciales. Los libros que van desde el Génesis hasta Números fueron compuestos por editores y autores anónimos, unos quinientos años después de Moisés. Y el libro del Deuteronomio, es, sin dudas, una homilía teológica de la monarquía tardía Israelita puesto en la boca de Moisés y ligado al Pentateuco (cinco libros) y otras obras “históricas”.

Es mentira, la afirmación de algunos estudiosos de que la Biblia no es histórica. La Biblia es historia en cierto sentido. Por otro lado, la Biblia Hebrea no es obviamente historia en el sentido moderno, o sea historia “desinteresada”, objetiva, equilibrada, académica etc. La Biblia Hebrea es “ficción histórica” -historia que está basada en eventos históricos genuinos, pero contados de tal manera a hacer progresar la agenda ideológica de los que la escribieron y editaron. Al final no es la historia, sino “su historia”. Esta historia es acerca de Dios –acerca de la religión- y encarna la visión indiosincrática de la religión Israelita. La Biblia es literatura didáctica, también. Pero lo que hace a esta literatura creíble es que sí refleja eventos que tuvieron lugar. Por esto es que “funcionan” las historias.

TERMINOLOGÍA CULTUAL EN LA BIBLIA

La Biblia menciona los “lugares altos” usados en los ritos del culto, condenándolos como una reminiscencia de las prácticas paganas “Cananeas” prohibidas. El uso del término Hebreo bamah (pl. bamot), está lejos de ser uniforme y no está ni siquiera claro en algunos casos lo que el término significa. La etimología de esta palabra Hebrea, según Dever, no está clara, pero se puede referir a los “altos” en general. La palabra tiene otros significados en otros sitios. Pero la evidencia que ofrecen algunos dialectos Semíticos-Occidentales, la relacionan con la palabra del Cananeo primitivo que significa “trasero”/”detrás”, como el trasero de un animal. Las antiguas versiones Bíblicas son vagas a este respecto y muestran alguna confusión. La truducción Griega de la Biblia llamada de los Setenta, escribe el término bamah como bama; y la Vulgata Latina escribe excelsa, “alto”.*

A pesar de las ambigüedades en la traducción de bamah como “lugar alto”, hay que decir que no siempre se refiere a un santuario en un lugar alto, como los condenados en la Biblia por ilícitos (I reyes 14:23; Isaías 57:5; Oseas 4:13, etc.), sino que también puede indicar un lugar de culto típico, al aire libre, normalmente, y en un lugar prominente.

En primer lugar, bamot estaba conectado en muchos textos con prácticas no-Yahvistas vistas como la continuación de una influencia “pagana” proveniente de las deidades y rituales Cananeas. En estas citas el bamot era condenado uniformemente. Jeroboan, el primer rey del Reino del Norte, es castigado por establecer “los becerros de oro” en un alto en Betel, en el sur (un antiguo lugar de culto al dios El/El Toro Celestial, que tiene que ver con los equinocios, el de primavera en este caso, y el signo de Tauro que estaba en el lugar donde ahora esta el de Aries; Bet=casa/El=Dios. También ver visión de Jacob) y en Dan en el norte donde se quemaba incienso (I Reyes 12:28-31; II Crónicas 11:15).

El profeta Ezequiel, según M.S.Smith, a comienzos del siglo sexto (6:3, 6) repite la condena de los lugares altos y sus altares (específicamente para quemar incienso) y el culto bajo cualquier roble, bajo cualquier árbol frondoso (Ezq. 16:16-22). Un lugar particular y famoso en tanto que alto es citado y llamado bamá (Ezq. 20:29-31).* El contemporáneo de Ezequiel, Jeremías también criticó los altos. Especialmente el de “Tófet” debajo del Templo del Monte en Jerusalem, donde “quemaban a sus hijos e hijas en el fuego” (Jer. 7:31; 19:5 –lugar alto de Baal-; 32:35).

En la monarquía Judía tardía (siglos 8-7 A.C.) los únicos dos reyes que los historiadores deuteronomistas aprueban son Ezequías en el siglo octavo y Josías en el siglo séptimo A.C. Ambos trataron de purgar la religión Israelíta de prácticas “Cananeas”, parcialmente bajo la influencia del movimiento profético “Sólo Yahvé”. Entre sus objetivos principales estuvieron los altos y las “asherahs” (Asera) y los altares para la quema de incienso, y el resto de la parafernalia para el culto en el Templo (II Reyes 18:3, 4; II Reyes 23:4). Y a parte de la naturaleza propagándistica en la agenda de este movimiento profético, su misma condena de la “religión popular” nos da sin advertirlo su mejor definición. La religión popular era, de hecho, todo lo que Josías y sus colegas reformista quería prohibir para centrar el culto en el Templo solamente.

Curiosamente, las polémicas acerca de los altos entre los reformadores idealistas de la monarquía tardía están ausentes en las descripciones de la vida religiosa durante la Monarquía Unida en el siglo X A.C. Saúl visita un alto en un pueblo de Judá buscando a una “vidente”. Los escritores Bíblicos relatan este evento sin señalar que estas cosas eran consideradas no ortodoxas en aquellos tiempos a pesar de su propia oposición en (I Sam. 9:5-14). Más tarde, Saúl visita otro, aparentemente, alto autorizado en Betel, en el camino a ser coronado rey. Ahí se encuentra con una banda de profetas que difieren en este caso de los posteriores profetas “clásicos” en lo que al extásis se refiere y al trance mediante la música y el baile salvaje (I Sam. 10:1-5). De nuevo no hay señal de crítica hacia estos comportamientos.

El sucesor de Saúl, David –un hombre según “el corazón de Dios- deja al sacerdote Sadoc y sus hombres para que visiten el alto de Gibeon. Ahí, ofrece holocaustos sobre el altar y nombra músicos para “las canciones sagradas”. Los escritores comentan que específicamente que esto era “según lo que está escrito en la ley que el Señor dio a Israel” (I Cro. 16:37-42). Incluso Salomón –constructor del Templo en Jerusalem- es descrito subiendo a los altos en Gibeon, junto con “toda la asamblea” de líderes militares y religiosos de Israel, donde se decía estaba el Arca de la Alianza (como anteriormente en Silo; I Rey. 3:3-15).

La aceptación de altos y su legitimación por el escritor y editores Deuteronomistas –la fuente de estos textos- puede parecer sorprendente, dada su única agenda que consistía en centralizar “todo culto” alrededor del Templo en Jerusalem. Poero la explicación puede ser encontrada en una racionalización que se encuentra entre paréntesis en I Rey. 3:3. aquí los escritores observan realisticamente que “la gente ofrecía en los altos puesto que no había aún casa (Templo) construida para el nombre del Señor. (I Rey., 3:2)*. Nota, esta, interesante puesto que muestra que los escritores y editores de la Biblia Hebrea sí poseían información, contrariamente a la opinión de muchos investigadores actuales. Y en lugar de suprimir esta información, la incorporaron con cierta sofistificación.

CAPILLAS

En el antiguo Israel debe haber habido capillas caseras, especialmente antes de la construcción del Templo de Jersulem. Sólo hay unas cuantas descripciones de las localizaciones de estas capillas – por ejemplo, en casas o patios. Hay varios versículos que se refieren a las capillas caseras (en Hebreo miqdash, de un verbo que significa “poner a parte”, “santificar”, “consagrar”).

En Jueces 17:4-6 hay referencias a “una imagen de metal fundido” y “terafines” (imágenes) en una “capilla” (en Hebreo casa de los dioses) en la casa de Micá, junto con un “efod” o capa sacerdotal para uno de sus hijos que él había nombrado como sacerdote de la familia.

La historia de la llamada de Yahvé a Gedeón para que liberase a su pueblo contiene una descripción más detallada del culto familiar (6:11-33). Mientras araba en el campo, Gedeón se encurentra y habla con un ángel de Yahvé sentado bajo la “encina de Ofrá”, probablemente un “arbol asherah”. Como muestra de su obediente respuesta, le trae panes sin levadura y un cabrito asado, los coloca sobre la roca o altar, donde son milagrosamente consumidos por el fuego. Gedeón construye, entonces, un altar más grande y lo consagra como lugar sagrado, que se dice está hasta este día en Ofrá (o sea, la fecha en que el escritor puso esta historia por escrito). Aunque esta parte de la historia tiene lugar a lugar abierto, no en privado, tiene, sin embargo, que ver con las costumbres familiares rurales o comunidad agrícola. Gedeón es un campesino –sus humildes orígenes son el tema de la historia. El resto de la narrativa concierne, sin embargo, a un culto casero. Gedeón va al campo, a la casa de su padre donde vive con su familia. Por la noche, es instruido por Yahvé para que “derribe el altar de Baal que había hecho su padre, y cortase la Asherah (poste sagrado) que estaba detrás de éste (6:25). Construye un nuevo altar y sacrifica un toro sobre este. Aquí, pués, están los elementos de la misma combinación de utensilios –un miqdash (aunque el término no es usado aquí); un altar; y una “asherah”, más los sacrificios de animales.

En otros relatos del libro de los Jueces se mencionan varias actividades religiosas que tenían ciertamente en áreas rurales y fueron ampliamente la realización de cultos familiares típicos. Estos incluyen festivales anuales con danzas, enlaces matrimoniales, fiesta etc. en Silo (21:16-24); animales y ofrenda de grano presentadas sobre el altar (“la roca del Señor”) por Manoa y su familia (13:15-21), así como los votos hechos por Manoa (13:2-7); ofrendas de plata consagrada a Yahvé (17:1-4); y lamentos por los muertos, como en el infamioso caso de la hija de Jefté (11:34-40).

TEMPLO

El plan de construcción, la albañilería, y los diferentes motivos decorativos son de clara inspiración Fenicia. Confirman la historia Bíblica del “rey de Tiro Hiram” supliendo a Salomón con materiales, artesanos etc. (I Rey. 5:1-12; 7:13,14). Un cierto número de templos de estilo Fenicio correspondientes a los siglos noveno u octavo se han descubierto en Siria. De particular importancia es el Arameo de Ain Der en el noroeste de Siria, el cual exibe más de 50 paralelos exactos con el Templo de Jerusalem según está descrito en Reyes.

Detrás de la obvia propaganda Bíblica(monárquica) se pueden descubrir algunos hechos esenciales especialmente con la ayuda de la arqueología.

  1. Era el Templo de Jerusalem el único templo durante la monarquía, como implica lo escrito en el Deuteronomio?
  2. Era el Templo de Jerusalem –tan imponente como era- el centro de la vida religiosa nacional?

De acuerdo con los requerimientos Bíblicos, todos los varones en Judá habían de realizar tres “peregrinajes” anuales a Jerusalem para adorar allí. Pero sería no realista suponer que semejante regulación podía ser forzada o llevada a cabo completamente. Mucha gente en el antiguo Israel nunca visitó Jerusalem en toda su vida. E incluso si visitaban, no habrían sido admitidos al Templo, la “casa de Dios”, una capilla real principalmente. En realidad, para la gran mayoría de la gente de entonces la liturgia y teología oficiales del Templo del partido ortodoxo que escribió la Biblia era desconocida.

INSTRUMENTOS DEL CULTO

---“Piedras en vertical”. El término Hebreo massebah (del verbo que significa “tomar una postura”) se refiere a piedras erigidas en vertical para servir varias funciones. Podría ser usado como una marca de frontera –Jacob y Labán-; una estela conmemorativa de una victoria; o, un artículo decorativo para el culto. A pesar de todo esta etimología no es definitiva.

Las referencias Bíblicas a massebot (el plural) en el uso cultual sugieren que la referencia básica es a una piedra erigida para conmemorar la aparición o presencia de una Deidad (Gen. 28:18; una “teofanía”). A menudo conectada con ritos para llevar a cabo una alianza con la revelada deidad. Las alianzas establecidas con Yahvé por Jacob (Gen. 31:45), Moisés (Exodo 24:4), y (Josué 24:26,27) son ilustrativas. En adición, massebot aparece normalmente como un adorno o componenete de un lugar alto típico.(I Reyes 14:23; II Reyes 18:4; 23:13, 14), o incluso un templo (como en Jerusalem: I Reyes 16:32; II Reyes 3:2), algunas veces cerca de un ídolo (Levítico 26:1, Deuteroomio 7:5; 12:3; Miqueas 5:12). A pesar de las ambiguedades massebah se refiere a cualquier piedra erigida deliberadamente que simboliza la presencia de una deidad.

---Altares. El genérico para altar en Hebreo es mizbeah, que viene del verbo que significa “matar, sacrificar”, o sea, hacer sacrificios animales. Hay también referencias a altares construidos al aire libre para realizar sacrificios y ofrecer animales en holocausto. El consturido por Noé después del diluvio (Gen. 8:20); el de Abraham erigido en Siquem (Gen. 12:7), y otros, como los construidos en Betel (Gen. 13:4) y Hebrón (Gen. 13:18); y Moisés, en el Sinaí (Ex. 17:15). Es significativo que estos altares al estilo Cananeo estén principalmente asociados con las historias tempranas de los Patriarcas, quizás fueron hechos simplemente con tierra y algunas piedras sin tallar erigidas fuera.

Hay otro tipo de altares más grandes mencionados más tarde durante la monarquía que parecen ser mas estructurados y más estilizados., con cuatro “cuernos” en las esquinas. Esos altares estaban fijos en un lugar, sea fuera de las capillas o dentro de los templos. Estos altares eran de piedra, y algunos eran los suficientemente grandes y pesados como para servir como sostén en las “ciudades Levíticas de refugio” y en el templo de Jerusalem. Ahí la gente podía podía agarrarse a los cuernos del altar y pedir clemencia (Ex. 21:14; I Reyes 2:29-34). También hay altares de madera mencionados en conexión con el Tabernáculo en el Desierto (Ex. 30:1,2; 37:25-28), aparentemente para sacrificio de animales y para quemar incienso.

Finalmente, la existencia de altares portátiles también están atestados arqueológicamente, también para quemar incienso. En II Reyes 23:12 hay una referencia al uso de pequeños altares en la azotea del palacio del rey Ahab.

Un dato para comprender los altares Bíblicos, especialmente los más grandes, reside en el hecho que los textos Bíblicos los localizan en los altos.

---Asherahs. La palabra Hebrea para Asherah, que tiene lugar más de cuarenta veces en la Biblia, sugiere para los estudiosos alguna conexión con la bien conocida Diosa Madre Cananita Asherah. La etimología de la palabra en Hebreo no está clara. Puede derivar de un verbo que significa “pisar, andar, ir derecho.” Los textos Ugaríticos Cananeos de los siglos 14-13 A.C. presentan a Asherah como “Señora Asherah del Mar” (–como la virgen de las marismas de Huelva, la Blanca Paloma-) nombre que significa según los estudiosos “La que surca/subyuga el mar.” Su papel en el culto es en tanto que consorte de El, la principal deidad masculina del panteón, y “Madre de los Dioses” (como la Virgen del Rocío; Madre de Dios en esa orgía-bacanal Onubense).

La mayoría de las veces el término Asherah aparentemente se refiere a un palo de madera, o incluso, a un árbol. Según los diferentes verbos usados, este objeto debe ser arrancado, cortado en piezas, y destruido, probablemente quemado. Está claro que los asherim eran símbolos de culto prohíbidos asociados con las prácticas religiosas Cananeas. Pero símbolos de qué o de quién? Los escritores Bíblicos no lo especifican. Es asumido simplemente (I) que los lectores saben que son esas cosas; y (2) que son obviamente no-Yahvistas y por consiguiente deben ser condenadas. Pero el punto es que en todos los casos, el texto original consonántico (no se usaban aún las vocales) puede ser leído en ambas formas, sea “la Asherah” (el símbolo) o como “Asherah” (el nombre propio de la Diosa).

Son el contexto y la sintaxis, los que gobiernan el sentido, pero esta aparente ambigüedad de los textos Bíblicos es debida a las ambivalencias de los autores y editores de aquellos tiempos, así como a aquellas de los escribas Masoreticos medievales que añadieron los puntos para las vocales. Originalmente los escritores Bíblicos se sentían embarazados por la noción de una “Diosa Hebrea”, pero no podían condenarla a ella ni su culto sin reconocer “tácitamente” o “encubiertamente” su existencia. Así, cuanto menos se hable de ella mejor. En los tiempos en que el proceso literario hubo producido los textos cánonicos finales, la vieja Diosa Madre había sido puesta fuera del culto. Así, los redactores finales de la Biblia no sabían quién había sido Asherah o si había existido del todo. Pero el texto consonántico –ahora Escritura- no podía ser alterado. El texto de que se dispone implica que se está confrontando en asherah sólo un símbolo. Pero un símbolo de qué? De quién? Funcionando en cuales círculos religiosos? Y cómo funcionaba en realidad un mero símbolo? Quizás sólo la arqueología, no los más bien confusos textos Bíblicos, con sus escaramuzas teológicas, puede resolver la cuestión.

Todo esto puede parecer especulación. Pero la forma como las antiguas versiones de la Biblia traducían del Hebreo asherim es reveladora. La traducción Girega de los Setenta (que data del siglo segundo A.C.), así como la Vulgata Latina, estaban obviamente más cerca del texto original sin vocales Hebreo que los Masoretas medievales o nosotros mismos. Ambos entendiero asherim como arboleda, bosquecillo, o sea, conectado con los árboles. La traducción de los Setenta traduce asherah con el Griego alsos bosque sagrado; precinto sagrado. La versión de la Biblia King James, traduce asherim como árboles, arboleda manteniendo en mente la asociación de los altos y las asherahs con “cada colina y árbol verde.” También la Mishnah (siglos V-VI D.C.) comprendió asherim como conectada a la palabra árbol.

Así pues, parece claro que originalmente en el antiguo Israel había una Diosa llamada “Asherah”, asociada con los árboles y santuarios en los altos, que podía ser simbolizada a veces por un palo de madera o la imagen de un árbol. Esta tradición referente a la diosa vino a ser anatema con el tiempo, pero, quedó perpetuada sólo mediante referencias veladas en la Biblia Hebrea.

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